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VIVIENDA Y BIENESTAR

Una propuesta para la


Ciudad de México

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Contenido

1. Manifiesto “Sin Vivienda no hay Bienestar” ............................................... 3

2. Descripción de la problemática .................................................................. 8

3. Marco jurídico .......................................................................................... 14

4.- Mayor presupuesto para vivienda........................................................... 25

5. Presupuesto destinado a la compra de suelo .......................................... 30

6. Optimizar el funcionamiento administrativo del Instituto de Vivienda de la

Ciudad de México ........................................................................................ 39

7. Priorizar la construcción de vivienda nueva terminada ............................ 50

8. Impulsar la Producción Social de Vivienda .............................................. 55

9. Fortalecimiento de los instrumentos de financiamiento para la vivienda .. 61

10. Gentrificación, construcciones ilegales (corrupción inmobiliaria) y

especulación como fenómenos que perjudican la garantía del derecho a la

vivienda ....................................................................................................... 69

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


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1. Manifiesto “Sin Vivienda no hay Bienestar”

En la Ciudad de México existe una crisis de vivienda. Es preocupante que


en los últimos cinco años, según el Quinto Informe de Gobierno, se hayan
otorgado en la Ciudad de México apenas diez mil créditos para la
adquisición de vivienda, lo que se traduce en dos mil viviendas al año
Esto es una alerta roja, más cuando el déficit de esta necesidad ronda los
800,000 según el INEGI y cuando el propio Instituto de la Vivienda ha
señalado que el 44.5% de los hogares de la Ciudad no son propios de las
familias que los habitan.

Esto contrasta con cifras del sexenio de Andrés Manuel López Obrador
cuando fue Jefe de Gobierno. En ese periodo se entregaron más de 42
mil viviendas del programa vivienda en conjunto, es decir, vivienda nueva
terminada, lo que significan siete mil viviendas en promedio, al año, es
decir, en dos años de Gobierno de Andrés Manuel, se logró más que los
cinco años recientes. Reconocer el problema es reconocer la necesidad
de una solución.

Es importante reconocer que el repliegue del Gobierno como un actor


central del impulso a la construcción de vivienda de interés social y su
financiamiento, ha sido parte de las condiciones que agudizaron la actual
crisis de vivienda y, por ende, la falta de la garantía de este derecho
fundamental, sin embargo, no es el único problema. En la Ciudad de
México se gestaron procesos de encarecimiento y especulación de la
vivienda y el suelo, se aceleró el fenómeno de la gentrificación y la
corrupción inmobiliaria se aterrizó como una forma de actuar cotidiana en
varios gobiernos, especialmente de Alcaldías. Todo esto tuvo claras
consecuencias en la desigualdad y la exclusión social situación que, en
los hechos, niega la posibilidad de obtener una vivienda para la población
de menores ingresos.

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La interrelación de este tipo de factores ha decantado en que la idea de


la vivienda se haya minimizado a su esencia más material: el inmueble.
Expliquemos esto: no es lo mismo el inmueble que llamados “casa” a la
idea amplia de la vivienda. El concepto de casa puede resumirse a la mera
idea de la construcción material, sin embargo, la vivienda se compone del
elemento tangible y se diferencia por imprimir a esas “cuatro paredes
materiales”, la capacidad de desarrollar en su interior aquellos procesos
que permiten a una persona hacer de una casa, su hogar.

Es en la vivienda donde tiene lugar la satisfacción de las aspiraciones,


motivaciones y valores personales; es en la vivienda donde se manifiestan
los elementos de bienestar de las personas, por consiguiente, la vivienda
no consiste sólo del conjunto de paredes, sino que esa estructura física
se dispone para lograr la realización de las personas, en otras palabras,
la vivienda se compone de elementos materiales e inmateriales. La casa
es un objeto y un espacio, la vivienda una acción; es el habitar, y por ello
hablamos del derecho a la vivienda, no del derecho al inmueble. POR
ELLO, LA VIVIENDA ES BIENESTAR

Entender esto es fundamental para comprender los alcances que deben


establecerse al momento de diseñar políticas públicas desde el gobierno,
tendientes a la satisfacción del derecho a la vivienda y diferenciar con
mucha claridad, lo que el sistema neoliberal se ha encargado de
imprimirle a la idea de la vivienda, es decir, ese factor de especulación
motivado por las grandes inmobiliarias que sólo perciben a la vivienda
como un elemento de rendimiento económico.

Se trata de impulsar un cambio cualitativo al momento de entender a la


Política de Vivienda de un gobierno progresista y de izquierda. El objetivo
es muy simple: evolucionar hacia una política que reivindique a los
movimientos por la vivienda como una lucha que es posible de ganar. La
labor del gobierno debe ser esa, hacer viables los anhelos de toda

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persona que pugne por ejercer su derecho a la vivienda, en especial


cuando, generación tras generación se observa una mayor imposibilidad
al momento de acceder a un crédito para el financiamiento de una
vivienda y ni qué decir de la incapacidad de adquirirla por medio de
ahorros propios.

No podemos permitirnos un gobierno que, en lugar de enfrentar la crisis


de vivienda en la Ciudad opte por lo sencillo, invisibilizar el problema. No,
los problemas no desaparecen cerrando los ojos, al contrario, se agravan
y lastiman más a la sociedad y, sobre todo, a los más desprotegidos. Ese
lema que ha representado al movimiento obradorista es cuando más debe
ponerse en práctica: Por el Bien de Todos, Primero los Pobres.

Es imposible imaginar un futuro para nuestra sociedad sin el protagonismo del


pueblo, el cual no suele encontrar cabida dentro los esquemas formales de la
democracia y, por el contrario, instala su participación en la arena de los
movimientos sociales, los cuales deben encontrar, al final, una ruta
institucional por medio de la cual transitar sus exigencias.

El futuro de la sociedad no puede imaginarse sin estas dinámicas y es claro,


por ende, que el mensaje que debe aterrizarse en un gobierno de izquierda es
el de escuchar, ya que ninguna agenda progresista que aspire a gobernar esta
Ciudad debe ser ajena a las necesidades que estos movimientos enarbolen,
en especial cuando se trata de luchas que buscan dar garantía a los derechos
más indispensables: alimentación, trabajo y vivienda.

Por ello es fundamental que sea el Estado, y no el mercado, quien tenga la


rectoría en materia de vivienda en la Ciudad de México, lo que implica contar
con una agenda alejada de intereses particulares, en especial aquellos que
son motivados por actos de corrupción, como lo ocurrido en alcaldías como
Benito Juárez, donde el llamado cartel inmobiliario motivó una defraudación
por más de 7 mil millones de pesos. Esto representa más recursos que los

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destinados por el INVI al otorgamiento de créditos para la vivienda durante los


últimos cinco años que suman apenas los 5 mil millones de pesos.

Es claro que durante décadas se favoreció la producción de vivienda


dirigida a clases medias y altas, soslayando el derecho a la vivienda para
sectores de bajos recursos, y que representan a la gran mayoría de la
población. Por tanto, es necesario promover la construcción de viviendas
adecuadas para la población que no cuenta con ella a partir de un enfoque
donde sea el sector público quien retome la política en la materia, y no así
la ley de la oferta y la demanda.

Para salir de la pobreza se necesita tener trabajo estable y bien


remunerado y por supuesto tener vivienda. Incluso se puede tener trabajo
bien remunerado pero sin no hay vivienda se mantiene a las familias en
situación de vulnerabilidad y pobreza.

La vivienda es el derecho de derechos, en la vivienda y sólo en ella se


pueden ejercer otros derechos fundamentales. La vivienda es igual a
bienestar. Por eso miles de ciudadanos han hecho suya la consigna: sin
vivienda no hay bienestar.

La Política de Vivienda en la Ciudad de México debe transformarse,


crecer y fortalecerse financieramente. Por ello, manifestamos:

1. Es importante consolidar desde el Gobierno de la Ciudad de México,


una propuesta de presupuesto que contemple un aumento a los
recursos del Instituto de la Vivienda en cinco por ciento con respecto
al total del presupuesto de la Ciudad de México.
2. Destinar el 20% del presupuesto total del Instituto de Vivienda de la
Ciudad de México para la compra de suelo donde se construya
vivienda de interés social, fortaleciendo con ello, la política de suelo
del INVI.

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3. Mediante un esquema de simplificación administrativa de requisitos


y trámites, así como la creación de mecanismos digitales para la
atención de trámites vinculados al ejercicio del derecho a la
vivienda, hacer más eficientes los procesos administrativos del
Instituto de Vivienda de la Ciudad de México, lo que permitirá
ahorros en el gasto corriente y destinarlos a los programas
sustantivos de la política de vivienda.
4. Priorizar un enfoque de la garantía del derecho a la vivienda desde
la perspectiva de la construcción de vivienda nueva terminada, y
sólo de manera complementaria, el programa de mejoramiento de
vivienda. El centro de la política de vivienda debe ser atender
primeramente a la población que carece de un patrimonio.
5. La Política de Vivienda de la Ciudad de México priorizará el
Programa Vivienda en Conjunto en su modalidad de Vivienda Nueva
Terminada, como el eje vertebral de la garantía del derecho a la
vivienda.
6. Diseñar estímulos, apoyos, créditos, ayudas de beneficio social y
susidios para fomentar la producción social de la vivienda.
7. Diseñar estímulos, apoyos, créditos, ayudas de beneficio social y
susidios para fomentar la producción social de la vivienda.
8. Combatir los fenómenos de la especulación, la corrupción y la
gentrificación, como los principales generadores del encarecimiento
del suelo y la vivienda.

No puede haber proyecto de Ciudad sin vivienda, no hay izquierda sin


agenda social y no hay agenda social sin vivienda. El tiempo de evadir
este gran problema que genera un gran dolor social debe terminar, ya no
es momento de los pretextos, es tiempo de actuar.

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2. Descripción de la problemática
Durante el periodo neoliberal, la vivienda se convirtió en una mercancía
inalcanzable para la mayoría de las familias. En la Ciudad de México hay una
grave crisis respecto de la garantía de este derecho, y el reconocimiento de
esta realidad implica su visibilización de ese drama social y actuar en
consecuencia.

La Ciudad de México enfrenta desafíos significativos en términos de vivienda,


como el fenómeno de la gentrificación, factor que han contribuido a una
creciente brecha entre la demanda y la oferta de viviendas de interés social,
situación que tiene impactos negativos en diversos aspectos entre ellos, por
ejemplo, la contribución a la segregación y fragmentación de la población, ya
que las personas de bajos ingresos se ven obligadas a vivir en zonas
periféricas y con limitado acceso a servicios y oportunidades.

Parte de la problemática también deriva de los procesos de especulación y


mercantilización de la vivienda. Con el paso del tiempo, la vivienda ha ido
perdiendo su valía como derecho vinculado inherentemente al bienestar y se
le ha impreso un acento material, convirtiéndose en una mercancía de alto
costo, generando una fuerte presión en el alza de los precios tanto de la
vivienda como del suelo.

A partir de datos del Índice de la Sociedad Hipotecaria Federal de Precios de


la Vivienda, se observa que durante el primer trimestre de 2023 el costo de la
vivienda aumentó un 11.7% a nivel nacional en comparación con el mismo
periodo de 2022, cuando el índice se ubicaba en 7.7%, es decir, la vivienda se
encareció en 4 puntos porcentuales sólo en un año.

El Índice también refleja que la vivienda nueva aumentó su precio en 12.8%,


mientras que lo correspondiente a la vivienda usada fue del 10.8% durante el
primer trimestre de 2023. En este periodo se observó una proporción de
viviendas usadas de 60% y 40% de viviendas nuevas, es decir, las personas

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que pudieron acceder a un patrimonio, lo hicieron en mayor proporción


respecto de viviendas usadas que nuevas.

El Índice retoma datos respecto de la variación de precios, a nivel nacional, en


el periodo de enero a marzo de 2023, para los siguientes casos:

 Casas solas, aumento del 11.8%


 Casas en condominio y departamentos (considerados de manera
conjunta) se apreció 11.6%.
 Vivienda económico-social aumentó del 11.3%
 Vivienda media-residencial incrementó 11.9%

Respecto de las transacciones realizadas durante el primer trimestre de 2023


en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, el índice refiere que se
presentó un aumento del 11%, guiado por el alza en los precios de las
viviendas ubicadas en zonas intermedias, sin embargo, al centrar este dato
únicamente a la Ciudad de México, se tiene un aumento del 13.1%, es decir,
arriba del índice nacional que es de 11.7%

Al revisar los datos por Alcaldía, se identifica que el índice toma únicamente
un muestreo de 5 demarcaciones de la Ciudad de México, lo que permite
ilustrar un comportamiento de los precios a nivel alcaldía. En ese sentido, se
tienen los siguientes datos:

 Iztapalapa: 14.2% al alza


 Cuauhtémoc: 14% al alza
 Gustavo A. Madero: 13.7% al alza
 Benito Juárez: 13.1% al alza
 Miguel Hidalgo: 12.9% al alza

En todos los casos, se observa un incremento a los precios de la vivienda por


encima del valor promedio nacional, lo que significa que la Ciudad de México

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se ha convertido en uno de los lugares más costosos para materializar el


derecho a la vivienda.

Por otro lado, al hablar de los costos de las rentas, se observa que a partir de
un estudio de mercado, el incremento a los precios mensuales en colonias,
barrios o pueblos populares durante el periodo que va de 2018 a 2022 ha sido
significativo, lo que agrava las condiciones de bienestar de las familias si se
considera que se tratan de lugares de zonas donde podría pensarse, el costo
resultaría bajo.

Algunos ejemplos tomados de la alcaldía Coyoacán son:

 Pedregal de Santo Domingo cuya renta mensual en 2018 era de $3,700


pesos, actualmente se encuentra entre $5,800 y $7,000 pesos, un
aumento de casi el doble;
 Pedregal de Santa Úrsula Coapa en donde las rentas pasaron de $7,900
pesos en 2018 a $9,000 o $10,500 en 2022;
 Ajusco pasó de $6,000 mil pesos en 2018 a $9,500 en 2022;
 Carmen Serdán pasó de $5,800 pesos mensuales a $11,000 pesos en
2022.

Esta situación es un serio problema que debe ser abordado desde varios
factores, entre ellos, la precariedad de la economía familiar de la población
más vulnerable, en especial al visualizar, con datos del Gobierno de México
del cuarto trimestre de 2022, los que reflejan que el salario promedio mensual
de un trabajador es de $4,180 pesos, lo que impulsa, entre otros factores, un
proceso de desplazamiento de las personas hacia las periferias de la Ciudad
donde los costos pudieran ser más accesibles, aunque ello represente una
pérdida de otras ventajas, como los tiempos de traslado, la seguridad, entre
otras.

Al costo de una vivienda de interés medio y de las rentas promedio, se agrega


otra problemática que hace difícil a las familias acceder a un patrimonio: la

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enorme corrupción inmobiliaria. Como lo han evidenciado investigaciones de


la Fiscalía General de Justicia, que ha denominado “cartel inmobiliario” a una
mafia de malos empresarios y administraciones de gobiernos de derecha,
sobre todo en Alcaldías como Benito Juárez y Miguel Hidalgo, y que en
estimaciones del Gobierno de la Ciudad de México, es un proceso de
corrupción que representa una defraudación de más de 7 mil 142 millones de
pesos y comprende la construcción de 264 pisos excedentes 130 inmuebles
edificados de 2008 a 2022, lo que habla de una serie de irregularidades
administrativas en la emisión de permisos para beneficio de una minoría.

Esta defraudación representa más recursos que los ejercidos por el INVI para
el programa Vivienda en Conjunto en los últimos tres años, que equivalen a
$6,714,756,824, es decir, los intereses particulares motivados por la
corrupción, equivalen a un daño igual al total de presupuesto destinado a la
construcción de poco más de seis mil viviendas.

Por otro lado, no puede obviarse que el Estado también ha excluido a cientos
de miles de familias del derecho a un crédito para vivienda de interés social,
toda vez que impuso, por escases presupuestal, un requisito de compra de
suelo al Movimiento Urbano Popular; de otra manera, es casi imposible
construir vivienda social en la Ciudad, realidad que dejó fuera, de forma
involuntaria o no premeditada, a la mayoría de las familias que necesitan
vivienda y dejando a las menos en un contexto de inmensos sacrificios para
ahorrar.

Para hacer frente a estas problemáticas el Gobierno de la Ciudad de México


cuenta con el Instituto de Vivienda (INVI) que se encarga de la protección y
realización del derecho a la vivienda. Su función es diseñar, elaborar,
proponer, promover, coordinar, concertar, ejecutar y evaluar las políticas y
programas de vivienda, enfocados principalmente a la atención de la
población de escasos recursos económicos.

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Cabe aclarar que el INVI, desarrolló el programa de vivienda en conjunto, que


tiene la modalidad que corresponde a la construcción de vivienda nueva
terminada y se distingue debido a que permite financiar completamente la
construcción de viviendas nuevas en terrenos habitacionales con servicios
disponibles. Con esta característica, es posible obtener financiamiento integral
a través de recursos del INVI u otras fuentes de financiamiento. El proceso de
construcción sigue un enfoque único que garantiza el cumplimiento de todos
los requisitos relacionados con el área construida, la seguridad estructural, las
instalaciones, los servicios, las áreas privadas y las áreas comunes.

Durante el periodo comprendido entre diciembre de 2018 y julio de 2022, en


la presente administración se llevaron a cabo 24,195 acciones relacionadas
con vivienda, según el Cuarto Informe de Gobierno. Estas acciones se
distribuyeron de la siguiente manera:

 Se otorgaron 7,016 financiamientos para la adquisición de vivienda.


 Se proporcionaron 1,908 apoyos para el pago de renta a familias
reubicadas debido a situaciones de riesgo o durante la ejecución de
obras públicas.
 Se brindaron 6,830 ayudas de beneficio social para implementar
esquemas de sustentabilidad en las viviendas financiadas, incluyendo
ecotecnias para el ahorro de agua y energía, así como la instalación de
calentadores solares.
 Se ofrecieron 8,441 ayudas de beneficio social a familias con capacidad
limitada de pago (ingresos de hasta tres salarios mínimos), con el
objetivo de facilitar su acceso a financiamientos para vivienda nueva.

Es importante destacar que sólo el 28.9% de todas estas acciones se vinculan


a financiamientos de vivienda nueva concluida para beneficiarios, lo que
representa un total de 7,016 créditos, con lo que se logró concluir la
construcción de 6,446 viviendas. Esto significa que en promedio, se
construyeron alrededor de dos mil viviendas por año, lo que en comparación

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con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador cuando fue Jefe de


Gobierno, se entregaron en 6 años más de 42 mil viviendas del programa
vivienda en conjunto, es decir, cerca de siete mil viviendas anualmente.

Si contemplamos los datos más recientes del INEGI en la Encuesta Nacional


de Vivienda 2020, hay un déficit que asciende a 801,055 viviendas lo que
habla del gran reto que se tiene por delante.

Para lograr cubrir las necesidades de viviendas en la Ciudad de México, es


necesario visualizar la problemática desde un enfoque multidimensional y, por
ende, plantear propuestas de soluciones interinstitucionales, no solamente
desde el enfoque del Instituto de la Vivienda, sino como un tema que puede y
debe ser abordado desde la óptica del gobierno en su conjunto, lo que implica
el involucramiento de las Alcaldías, en el marco de sus atribuciones.

Es por ello fundamental que el proyecto de la Cuarta Transformación que


busque dar continuidad a los cambios en la Ciudad de México contemple con
convicción el derecho a la vivienda, no puede permitirse ver en el movimiento
por vivienda una lucha difícil, compleja, costosa y por lo tanto perdida.

Se debe enfrentar la crisis de vivienda en la Ciudad pues la vivienda es el


derecho de derechos, en la vivienda y sólo en ella se pueden ejercer otros
derechos fundamentales. La vivienda es igual a bienestar. Por eso miles de
ciudadanos han hecho suya la consigna: sin vivienda no hay bienestar.

Para salir de la pobreza se necesita tener trabajo estable y bien remunerado


y por supuesto tener vivienda. Incluso se puede tener trabajo bien remunerado
pero si no hay vivienda se mantiene a las familias en situación de
vulnerabilidad y pobreza.

Toda agenda que busque representar a la Cuarta Transformación en la Ciudad


de México debe incorporar, obligadamente, el tema de la vivienda como un
elemento prioritario de los ejes de Gobierno. Sólo así será posible vincular con
efectividad las ideas de Vivienda y Bienestar.

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3. Marco jurídico
DERECHO A LA VIVIENDA DIGNA Y DECOROSA

Es el derecho de todo ser humano a disponer de una vivienda que cuente con
la infraestructura y los servicios necesarios para garantizar su salud,
seguridad, paz y dignidad, fomentando su desarrollo personal y familiar.

BIEN JURÍDICO TUTELADO: El acceso a una vivienda digna.

SUJETOS:

 Activo: Todo ser humano.


 Pasivo: Autoridades y/o servidores públicos que vulneren el acceso de
las personas a una vivienda digna.

FUNDAMENTACIÓN JURÍDICA

Internacional
 Declaración Universal de Derechos Humanos (artículo 25.1)

Artículo 25
1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure,
así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la
alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios
sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de
desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de
pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias
independientes de su voluntad.

 Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (Artículo


XI)

Artículo XI. Toda persona tiene derecho a que su salud sea


preservada por medidas sanitarias y sociales, relativas a la

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alimentación, el vestido, la vivienda y la asistencia médica,


correspondientes al nivel que permitan los recursos públicos y los
de la comunidad.

 Declaración sobre el derecho al desarrollo (artículo 8)

Artículo 8
Los Estados deben adoptar, en el plano nacional, todas las medidas
necesarias para la realización del derecho al desarrollo y garantizarán,
entre otras cosas, la igualdad de oportunidades para todos en cuanto al
acceso a los recursos básicos, la educación, los servicios de salud, los
alimentos, la vivienda, el empleo y la justa distribución de los ingresos.

 Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales


(artículo 11.1)

Artículo 11

1. Los Estados Parte en el presente Pacto reconocen el derecho de toda


persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso
alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua de
las condiciones de existencia. Los Estados Parte tomarán medidas
apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho, reconociendo
a este efecto la importancia esencial de la cooperación internacional
fundada en el libre consentimiento.

De acuerdo con el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales


(Comité DESC), para considerar como adecuada una vivienda, el Estado debe
procurar el que se garantice:

 Seguridad jurídica de la tenencia; es decir, que se cuente con protección


legal en contra del hostigamiento, desahucio u otras amenazas
 Disponibilidad permanente de servicios, materiales, facilidades e
infraestructura, que consisten en recursos naturales y comunes, agua

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potable, energía para la cocina, calefacción, alumbrado y servicios de


emergencia, así como instalaciones sanitarias y aseo, de
almacenamiento de alimentos, de eliminación de desechos y de drenaje,
y
 Que los gastos sean soportables, por lo que el disfrute del derecho a una
vivienda no debe impedir o comprometer la satisfacción de otras
necesidades básicas. Asimismo, de acuerdo con dicho Comité, la
vivienda debe ser:
 habitable, es decir, que sea el espacio adecuado a sus ocupantes
y protegerlos de las inclemencias del tiempo y amenazas para la
salud;
 asequible, sobre todo, a grupos vulnerables o en desventaja;
 ubicada en lugares no contaminados o que amenacen con la salud
de los individuos, y debe contar con acceso a opciones de empleo,
servicios de salud, escuelas, entre otros servicios sociales, y
 adecuada al contexto cultural, tanto en la construcción como en
las políticas públicas que se implementen para garantizar el
derecho a una vivienda (Comité DESC, 1992).
 Protocolo de Reformas a la Carta de la Organización de los Estados
Americanos (B-31) “Protocolo de Buenos Aires” (artículo 31, inciso k).

Artículo 31

Los Estados Miembros, a fin de acelerar su desarrollo económico y


social de conformidad con sus propias modalidades y procedimientos,
en el marco de los principios democráticos y de las instituciones del
Sistema Interamericano, convienen en dedicar sus máximos esfuerzos
al logro de las siguientes metas básicas:

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k) Vivienda adecuada para todos los sectores de la población



Declaración Universal de los Derechos Humanos Pacto Internacional de Derechos
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Económicos, Sociales y Culturales
Sociales y Culturales Artículo 25
Toda persona tiene derecho a un nivel de vida Artículo 11. 1. Los Estados partes en el presente
adecuado que le asegure, así como a su familia, la Pacto reconocen el derecho de toda persona a un
salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso
vestido, la vivienda, la asistencia médica y los alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una
servicios sociales necesarios; tiene asimismo mejora continua de las condiciones de existencia.
derecho a los seguros en caso de desempleo, Los Estados partes tomarán medidas apropiadas
enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de para asegurar la efectividad de este derecho,
pérdida de sus medios de subsistencia por reconociendo a este efecto la importancia esencial
circunstancias independientes de su voluntad. de la cooperación fundada en el libre consentimiento.

Carta de la Organización de Estados Declaración Americana de los Derechos Convención Americana sobre Derechos
Americanos Humanos Humanos
Artículo 34. Los Estados miembros Artículo 11. Toda persona tiene derecho a Artículo 21. Derecho a la Propiedad
convienen en que la igualdad de que su salud sea preservada por medidas Privada. 1. Toda persona tiene derecho al
oportunidades, la eliminación de la pobreza sanitarias y sociales, relativas a la uso y goce de sus bienes. La ley
crítica y la distribución equitativa de la alimentación, el vestido, la vivienda y la puede subordinar tal uso y goce al interés
riqueza y del ingreso, así como la plena asistencia médica correspondiente al nivel social. 2. Ninguna persona puede
participación de sus pueblos en las que permitan los recursos públicos y los de ser privada de sus bienes, excepto mediante
decisiones relativas a su propio desarrollo, la comunidad. el pago de indemnización justa,
son, entre otros, objetivos básicos del por razones de utilidad pública o de
desarrollo integral. Para lograrlos, interés social y en los casos y según las
convienen asimismo en dedicar sus formas establecidas por la ley. 3. Tanto
máximos esfuerzos a la consecución de las la usura como cualquier otra forma de
siguientes metas básicas… k) Vivienda explotación del hombre por el hombre,
adecuada para todos los sectores de la deben ser prohibidas por la ley.
población… Artículo 26. Los Estados Partes se
comprometen a adoptar providencias, tanto
a nivel interno como mediante la
cooperación internacional, especialmente
económica y técnica, para lograr
progresivamente la plena efectividad de los
derechos que se derivan de las normas
económicas, sociales sobre educación,
ciencia y cultura contenidas en la Carta de la
Organización de Estados Americanos.

Nacional
 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (artículo 4,
párrafo séptimo)

Artículo 4
Párrafo Séptimo


Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La
Ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar
tal objetivo.

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 Ley de Vivienda: tienen por objeto establecer y regular la política


nacional, los programas, los instrumentos y apoyos para que toda familia
pueda disfrutar de vivienda digna y decorosa.

Organismos públicos y unidades administrativas competentes en el


sector vivienda
Órgano público Funciones Programas/acciones/créditos
Secretaría de Desarrollo Agrario, 1.-mpulsar la planeación y el 1.-Programa Hábitat.
Territorial y Urbano (Sedatu) ordenamiento del territorio nacional para 2.-Programa de apoyo a los avecindados en
su máximo aprovechamiento. condiciones de pobreza patrimonial para
2.-Prever a nivel nacional las regularizar asentamientos humanos irregulares
necesidades de tierra para desarrollo (PASPRAH).
urbano y vivienda. 3.-Programa de Consolidación de Reservas
3.-Promover y concertar programas de Urbanas. o 4.-Programa de Reubicación de la
vivienda y desarrollo urbano. Población en Zona de Riesgos.
4.-Emitir el Programa Nacional de 5.-Programa de Reordenamiento y Rescate de
Desarrollo Urbano Unidades Habitacionales
Comisión Intersecretarial de 1.- Fomentar el crecimiento económico, 1.-Estrategias para la generación de desarrollos
Vivienda desarrollo social, urbano, ordenación del urbanos integrales sustentables.
territorio, mejoramiento ambiental.
2.-Acordar mecanismos de financiamiento
y conocer sobre la aplicación de acciones
concretas sobre vivienda.
Comisión Nacional de Vivienda 1.-Desarrollar y promover sus actividades 1.-Programa Esta es Tu Casa
(Conavi) en coordinación con los organismos
(sectorizada a la Sedatu) nacionales de vivienda, institutos 2.-Programa de Fomento a la Producción de
estatales, así como cámaras y Vivienda en las entidades federativas y municipios.
asociaciones de constructores y
desarrolladores de vivienda y
organizaciones de la sociedad civil.
2.-Emitir el Programa Nacional de
Vivienda.
Fideicomiso Fondo Nacional de 1.-Otorgar créditos individuales o a grupos 1.-Programa de Ahorro, Subsidio y
Habitaciones Populares (Fonhapo) que cuenten con la legal posesión o Crédito para la Vivienda “Tu Casa”
(sectorizado a Sedatu) propiedad de un terreno, para la 2.-Programa de Vivienda Rural
construcción de viviendas 3.-Programa de Vivienda Digna

Secretaría de Desarrollo Social (Sm) Establecer programas, fondos y recursos Programa para el Desarrollo de Zonas Prioritarias
destinados al desarrollo social (educación,
salud, vivienda, entre otros).
Instituto del Fondo Nacional de la Otorgar financiamiento para la vivienda de 1.-Financiamiento
Vivienda para los Trabajadores trabajadores, derechohabientes y 2.-Cofinanciamiento
(Infonavit) acreditados.
Fondo de la Vivienda del Instituto de Otorgar financiamiento para los Créditos tradicionales para pensionados,
Seguridad y Servicios Sociales de trabajadores del Estado para adquirir, conyugales, respaldados y subsidiados.
los Trabajadores del Estado construir, reparar y ampliar o mejorar la
(Fovissste) vivienda.
Sociedad Hipotecaria Federal (SHF) Propiciar el acceso a la vivienda de 1.-Fondo de Operación y Financiamiento Bancario
calidad, mediante el establecimiento de a la Vivienda
las condiciones para asignar recursos
públicos y privados de créditos
hipotecarios

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Local
 Constitución Política de la Ciudad de México (artículo 9, apartado E)

Artículo 9

E. Derecho a la vivienda

1. Toda persona tiene derecho a una vivienda adecuada para sí y su


familia, adaptada a sus necesidades.

2. Las autoridades tomarán medidas para que las viviendas reúnan


condiciones de accesibilidad, asequibilidad, habitabilidad, adaptación
cultural, tamaño suficiente, diseño y ubicación seguros que cuenten con
infraestructura y servicios básicos de agua potable, saneamiento,
energía y servicios de protección civil.

3. Se impulsarán planes accesibles de financiamiento, medidas para


asegurar gastos soportables y la seguridad jurídica en la tenencia de la
vivienda. El Congreso de la CDMX asignara el cinco por ciento del
Presupuesto

4. Se adoptarán medidas, de conformidad con la ley, contra el desalojo


arbitrario e ilegal de los ocupantes de la vivienda.

 Ley de Vivienda para la Ciudad de México: tiene por objeto, entre otras,
garantizar el derecho a la vivienda como un derecho humano universal
conforme a lo dispuesto en la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, al Estatuto de Gobierno del Distrito Federal y los
Tratados Internacionales en los que México es parte de la materia.
 Reglas de Operación y Políticas de Administración Crediticia y
Financiera del Instituto de Vivienda del Distrito Federal: Tienen por
esencia regular la operación y funcionamiento de los entes que integran
a este organismo público descentralizado, así como de la aplicación de
sus recursos financieros y de los diferentes programas de vivienda que

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


20

ejecuta. Fundamentan la acción institucional de este organismo público


descentralizado, dentro del marco del Programa General de Desarrollo
del Distrito Federal, la Ley de Vivienda y de los programas que se
deriven en la materia; diseña, establece, propone, promueve, coordina,
ejecuta y evalúa las políticas y programas de vivienda, en 5 especial los
enfocados a la atención prioritaria a su población objetivo: grupos de
escasos recursos económicos, vulnerables o que habiten en situación
de riesgo.

Tesis Aislada
Criterios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Derecho fundamental a una vivienda digna y decorosa... Tesis Aislada 1a.


CCV/2015

Argumento
Tener una vivienda es una condición indispensable para sobrevivir y
desarrollarse como ser humano en términos de seguridad, autonomía e
independencia es decir, el derecho a la vivienda debe dar satisfacción a la
necesidad de toda persona de acceder a un lugar adecuado para vivir.

Bajo esa premisa, el Estado es quién debe garantizar la seguridad jurídica de


la tenencia; la disponibilidad de servicios, materiales, facilidades e
infraestructura para la salud, la seguridad y la comodidad de servicios públicos
y de emergencia; gastos soportables que no comprometan el logro y la
satisfacción de otras necesidades básicas; el ofrecimiento de una vivienda que
garantice la seguridad física de los ocupantes; un acceso pleno y sostenible a
los recursos adecuados para conseguirla; e, incluso, un entorno que les
permita la expresión de su identidad cultural.

Es considerado como un derecho inalienable al individuo y concebido también,


como el resguardo del ser humano y de su familia, es también un derecho
compuesto, es decir, su ejercicio es necesario para la materialización de otros

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


21

derechos, cuyo fin no se agota con un espacio para dormir o estar, sino por el
contrario su vulneración, incide en la violación de otros Derechos Humanos.

La violación del derecho a la vivienda amenaza a otros como son el derecho


a la integridad física y mental, como ejemplo de cuando se vive ante la
imposibilidad de cubrir la renta; vulnera también el derecho al trabajo; pone en
riesgo el derecho a la salud, a la educación y al libre desarrollo de las
personas, los cuales son imposibles de ejercer en espacios hacinados sin
condiciones mínimas de habitabilidad.

Del mismo modo, deja en incapacidad de ejercer el derecho a la privacidad, al


de la vida familiar; afectando incluso los derechos de participación política de
las personas, por mencionar algunos.

Por otro parte, el disfrutar de una vivienda como derecho no se satisface con
un el mero acto de contar con un techo, con un cobijo para protegerse de los
elementos naturales que puedan convertirse en una amenaza. Sino que debe
considerar mínimos de bienestar que les permitan a las personas su
desarrollo.

Es en este orden de ideas, la estrategia Mundial de la Vivienda preparada por


la ONU, define la vivienda adecuada, como “un lugar para poderse aislar si se
desea, espacio adecuado, seguridad adecuada, iluminación y ventilación,
adecuadas, una infraestructura básica adecuada y una situación adecuada en
relación con el trabajo y los servicios básicos, todo ello a un costo razonable”.

Con base a consideraciones del Comité de las Naciones Unidas de Derechos


Económicos, Sociales y Culturales, para que una vivienda sea adecuada,
debe reunir como mínimo siete criterios, los cuales son:

1. Seguridad de su tenencia, es decir que sus ocupantes cuenten con la


protección jurídica contra el desalojo forzoso, el hostigamiento y otras
amenazas.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


22

2. Disponibilidad de servicios, materiales, instalaciones e infraestructura, o


bien, que cuente con agua potable, instalaciones sanitarias adecuadas,
energía para la cocción, la calefacción y el alumbrado, y conservación
de alimentos o eliminación de residuos.
3. Asequibilidad, en el entendido que permita el disfrute otros Derechos
Humanos.
4. Habitabilidad, que garantice la seguridad física, proporcione espacio
suficiente, así como protección contra el frio, la humedad, el calor, la
lluvia, el viento u otros riesgos para la salud y peligros estructurales.
5. Accesibilidad, considere las necesidades especificas de los grupos
desfavorecidos y marginados.
6. Buena ubicación, que ofrezca acceso a oportunidades de empleo,
servicios de salud, escuelas, guarderías y otros servicios e instalaciones
sociales y no esté ubicada en zonas contaminadas o peligrosas; y, por
último, pero no menos importante.
7. Adecuación cultural, pues debe respetar la expresión de la identidad
cultural.

En ese sentido es importante precisar que el derecho a la vivienda en nuestro


país tuvo su origen incluso antes de que este se configurara como una nación
independiente. Su evolución inicia a partir de ser un derecho reconocido a los
trabajadores; a posterior va generando cierta independencia, cuando es
considerado desde la óptica del desarrollo urbano y la regulación de los
asentamientos humanos. A partir del esfuerzo del Estado mexicano por
cumplir con la prestación social a los trabajadores, es que se van
transformando de un derecho reconocido para el trabajador hacia un derecho
reconocido para las familias.

Es hasta la tercera parte del siglo XX, cuando se trata ya como un derecho
para todos los mexicanos, en los planes de gobierno y en las leyes
secundarias y locales más no se establece así́ en la Constitución Federal.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


23

Si bien es cierto que en la Constitución Política de los Estados Unidos


Mexicanos como mencionamos con anterioridad establece en su artículo
cuarto párrafo séptimo, se reconoce el derecho a las familias a disfrutar de una
vivienda digna y decorosa y remite a ley secundaria establecer los
instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar este objetivo, no es menos
cierto es que nuestra legislación adolece de diversas inconsistencias que
limita calificar el derecho a la vivienda en México como un derecho
fundamental para todos los mexicanos.

De primera el texto constitucional hace referencia a familias y no a los


individuos; en segundo lugar, no se establece la obligatoriedad del Estado de
garantizar este derecho, como si se asienta en el que refiere al derecho a la
alimentación, a un medio ambiente sano o al agua; y tercero no menciona los
mecanismos de defensa de este derecho que garanticen su exigibilidad.

Se pudiera suponer la imposibilidad para el Estado de proveer habitación a


todos los mexicanos, y que establecer en el texto constitucional que el Estado
garantizará este derecho, originaria un caos al momento de que los
ciudadanos reclamen este derecho.

Sin embargo, con respecto a esta idea, el Comité́ de Naciones Unidas de


Derechos Económicos, Sociales y Culturales, ha establecido criterios en los
cuales no se debe confundir entre garantizar el derecho a la vivienda con el
de construir y entregarle viviendas a todos. Dice:

“El derecho a una vivienda adecuada no exige que el Estado construya


viviendas para toda la población. Una de las ideas erróneas más frecuentes
vinculadas al derecho a una vivienda adecuada es que requiere que el Estado
construya viviendas para toda la población, y que las personas que carecen
de vivienda puedan pedirla automáticamente al gobierno. Si bien la mayoría
de los gobiernos participan en cierta medida en la construcción de viviendas,

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


24

el derecho a una vivienda adecuada evidentemente no obliga al gobierno a


construir el parque de viviendas para toda la nación”.

El derecho a una vivienda adecuada asienta, “comprende las medidas


necesarias para prevenir la falta de un techo, prohibir los desalojos forzosos,
luchar contra la discriminación, centrarse en los grupos más vulnerables y
marginados, asegurar la seguridad de tenencia para todos y garantizar que la
vivienda de todas las personas sea adecuada”.

Clarificando que estas medidas pudieran requerir la intervención del gobierno


en distintos planos: legislativo, administrativo, de políticas o de prioridades de
gastos. Pueden aplicarse mediante un criterio propicio a la vivienda en el que
el gobierno, en lugar de desempeñar el papel de proveedor de viviendas, se
convierte en facilitador de las actividades de todos los participantes en la
creación de la vivienda.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


25

4.- Mayor presupuesto para vivienda


PROPUESTA:

Es importante consolidar desde el Gobierno de la Ciudad de México, una


propuesta de presupuesto que se contemple un aumento a los recursos del
Instituto de la Vivienda en cinco por ciento con respecto al total del
presupuesto de la Ciudad de México.

DESARROLLO:

Conviene recordar que el Presupuesto de Egresos de la Ciudad de México,


para el ejercicio fiscal 2023, en su artículo cuarto señala:

El presupuesto de Egresos de la Ciudad de México se orienta a


resultados para la generación de valor público en beneficio de la
ciudadanía; el gasto neto total estimado del Sector Público local para el
ejercicio Fiscal 2023 asciende a la cantidad de 248,415,083,383 pesos
y corresponde a la estimación contenida en la Ley de Ingresos de la
Ciudad de México aprobada para el ejercicio 2023, asegurando el
balance presupuestario sostenible.

Adicionalmente, debe contemplarse que el Presupuesto de Egresos de la


Ciudad de México busca promover el bienestar de la ciudadanía, fomentar el
desarrollo económico y social, mejorar la calidad de vida de los habitantes,
impulsar la inversión en infraestructura y garantizar la transparencia y la
rendición de cuentas en la gestión de los recursos públicos.

Ahora bien, como se mencionó, la propuesta se centra en asignar el 5% del


total del presupuesto de la Ciudad para la construcción de viviendas de interés
social, lo que ayudaría a cubrir los gastos de los siguientes rubros;

 Adquisición de predios.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


26

 Estudios y proyectos
 Dictamen de factibilidad técnica
 Demolición
 Rehabilitación
 Edificación
 Sustentabilidad
 Obra exterior mayor

En otras palabras, se busca asignar un porcentaje de presupuesto específico,


con el objetivo de asegurar el financiamiento y garantizar el acceso para todos
los habitantes de la ciudad. En este tenor de ideas el cinco por ciento del
presupuesto asignado que es $248,415,083,383 corresponde a
$12,420,754,169.15 pesos.

Asegurar el financiamiento para la construcción de viviendas nuevas


terminadas, podría garantizar que las familias de escasos recursos tengan
acceso a opciones de financiamiento asequibles para adquirir una vivienda
digna. Esto les brindaría estabilidad y seguridad en términos de vivienda,
mejorando su calidad de vida y promoviendo la igualdad de oportunidades.

La asignación porcentual del presupuesto anual de la Ciudad de México a


determinadas partidas no es algo nuevo y, por ende, técnicamente viable, ya
la Constitución Política de la Ciudad de México establece en diversos artículos
la designación de distintos porcentajes a rubros específicos. Tal es el caso de
apartado D, inciso g 2, artículo 21, que a la letra dice;

Del presupuesto que el Congreso de la Ciudad les autorice en el


correspondiente Decreto de Presupuesto de Egresos, cada una de las
alcaldías deberá destinar al menos el 22% a proyectos de inversión en
Infraestructura, equipamiento urbano y servicios públicos en todas las
colonias, pueblos, barrios originarios y comunidades indígenas de la

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


27

demarcación territorial. Dentro de este porcentaje se incluyen los


recursos que la Alcaldía ejerza con cargo al fondo referido al apartado
D, fracción II de este artículo.

En ese sentido, desde un punto de vista técnico, es viable la asignación de un


porcentaje exclusivo del presupuesto a la construcción de vivienda.

Cabe señalar, que el presupuesto asignado al INVI para 2023 ascendió a


$3,718,666,281, de los cuales, se destinaron al capítulo 7000, Inversiones
financieras y otras provisiones, que es donde se asignan los recursos
destinados a la operación de los programas del Instituto, un total de
$2,258,067,572.14, siendo $1,891,798,274 los que corresponden al programa
Vivienda en Conjunto.

Si se observa de manera acumulada el comportamiento presupuestal del INVI,


se podrá ver que durante el transcurso de 3 años, es decir 2021, 2022 y 2023,
se ha destinado un monto de $10,688,272,861, de los cuales $6,714,756,824
se enfocaron en el programa Vivienda en Conjunto, mediante el cual se
otorgan los financiamientos necesarios para la construcción de vivienda de
interés social así como para el mejoramiento de vivienda. Esto representa un
62.8% del total del presupuesto del INVI para este periodo.

Año Instituto de la Programa


Vivienda de la Vivienda en
Ciudad de México Conjunto
2021 $3,269,397,578 $1,602,958,550.
2022 $3,700,209,002 $3,220,000,000
2023 $3,718,666,281 $1,891,798,274
Total $10,688,272,861 $6,714,756,824

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


28

Ahora bien, al contemplar estas cifras podemos afirmar que asignar un 5% del
presupuesto anual a la construcción de vivienda de interés social,
representaría $12,420,754,169.15 de pesos, es decir, 16.2% más presupuesto
en un año, que lo invertido en las tres pasadas anualidades, es decir, en un
año se triplicaría la fortaleza financiera del INVI y, por tanto, su capacidad de
llegar a más beneficiarios.

Según el cuatro informe de Gobierno de la Ciudad de México se realizaron,


24,195 acciones de vivienda, correspondiendo un total de 7,016 a
financiamientos para la adquisición de vivienda, de las cuales se concluyeron
y entregaron un total de 6,446 viviendas, que equivale, en promedio, a dos mil
viviendas por año, en otras palabras, si el presupuesto acumulado en 3 años
destinado al INVI, que fue de $10,688,272,861, permitió la construcción de dos
mil viviendas en promedio, por año, la propuesta de asignar el 5% del
presupuesto de la Ciudad a este propósito permitiría la construcción anual de
más de 6 mil viviendas por año, lo que resultaría en una medida justificada
para abordar el problema de déficit habitacional y garantizar el acceso a una
vivienda digna en la Ciudad de México, cifra que nos acercaría a los niveles
de construcción alcanzados por Andrés Manuel López Obrador cuando fue
Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal.

No debe pasar inadvertido, de manera adicional, que aunque se trate de un


problema presupuestal, también existen factores externos que han
influenciado la falta de garantía al derecho a la vivienda, particularmente un
fenómeno que se ha desarrollado en la Ciudad de México, donde se gestaron
procesos de encarecimiento y especulación de la vivienda y el suelo, con
claras consecuencias en la desigualdad y la exclusión social y que, en ese
contexto, se han generado presiones para cambiar los usos habitacionales por
otros de más rentabilidad, como los orientados a centros comerciales y
oficinas, acompañados con producción de viviendas en grandes alturas que
no necesariamente promueven una redensificación equitativa e incluyente,

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


29

sino que atienden a un sector de ingresos medios y altos, situación que, en los
hechos, niega la posibilidad de obtener una vivienda para la población de
menores ingresos.

Por ello, la asignación del 5% del presupuesto a la construcción de vivienda


contribuiría a mejorar las condiciones de vida de las familias más vulnerables
y a promover la equidad en el acceso a la vivienda en la ciudad, y a reducir los
impactos negativos de la corrupción, al colocar al Estado como el centro
operativo de la política de vivienda en la capital del país.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


30

5. Presupuesto destinado a la compra de suelo


PROPUESTA:

Destinar el 20% del presupuesto total del Instituto de Vivienda de la Ciudad de


México para la compra de suelo que sea destinado a la construcción de
vivienda de interés social, fortaleciendo con ello, la política de suelo del INVI.

DESARROLLO:

La garantía del derecho a la vivienda en la Ciudad de México es un tema


complejo y multifacético, en especial cuando se trata de los sectores más
vulnerables. Existen varios factores que dificultan a una persona acceder a
una vivienda digna, por ejemplo, la creciente demanda del sector inmobiliario
que encarece el costo real de los inmuebles. Por ello es importante fortalecer
la capacidad financiera del Instituto de Vivienda para la adquisición de predios
que se puedan destinar a la construcción de vivienda de Interés Social. Se
busca destinar el 20% del presupuesto del INVI a este propósito.

A manera de contexto, conviene ver que datos de la Asociación Mexicana de


Profesionales Inmobiliarios, revelan que el precio promedio de la vivienda en
la Ciudad de México ha aumentado en un 9% anual en los últimos años,
mientras que el portal inmobiliario Lamudi, se especifica que el precio
promedio de la vivienda en la Ciudad de México en 2021 es de alrededor de
$3,930,000 pesos, lo que representa un aumento del 6.5% respecto al año
anterior. Sin embargo, los precios pueden variar considerablemente
dependiendo de la zona, tipo de vivienda y calidad de la construcción.

En la misma línea, el Índice de la Sociedad Hipotecaria Federal de precios de


la vivienda en México, que es el dato difundido por el Gobierno de México,
indica que a marzo de 2022, a nivel nacional, el precio promedio de una
vivienda fue de $1,466,000 pesos y se particulariza que durante el primer

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


31

trimestre del 2022, en la Zona Metropolitana del Valle de México el Índice


creció 6.4%, lo que significa un aumento en el costo de una vivienda en el
mismo porcentaje con respecto a 2021, cálculo que coincide con el presentado
por la inmobiliaria Lamudi antes citado.

Esta situación se agrava si se considera la precariedad laboral que redunda


en un ingreso insuficiente y que, por tanto, imposibilita realizar un ahorro para
lograr adquirir una vivienda decorosa y digna. Datos del Gobierno de México
indican que en el cuarto trimestre de 2022, la población económicamente
activa de Ciudad de México fue de 4.92 millones de personas y que la fuerza
laboral ocupada alcanzó las 4.7 millones de personas con un salario promedio
mensual de $5,600 pesos durante el Primer trimestre de 2023, según datos
disponibles por la Secretaría de Economía Federal disponibles en la
plataforma Data México.

Lo anterior significa que, si tomamos en cuenta que una vivienda promedio en


la Ciudad se cotiza en 3.9 millones de pesos en la Ciudad de México
(retomando la información de Lamudi), una familia con ingresos promedios a
$5,600 pesos, tendrían que ahorrar el 100% de sus ingresos durante 696
meses, lo que representa 58 años de vida. Un escenario imposible para
cualquier persona.

Ahora bien, si se considera el Índice de la Sociedad Hipotecaria Federal, el


escenario, aunque menor, sigue siendo complejo, pues implicaría que una
persona que quiera una vivienda al costo promedio calculado por este índice
de $1,466,000, tendría que ahorrar íntegramente su ingreso durante 351
meses, es decir, 30 años de vida.

En 1998, como respuesta a los esfuerzos gubernamentales por abordar el


desafío de la vivienda en una de las ciudades más grandes del mundo, se creó
el Instituto de Vivienda del Distrito Federal (INVI), ahora Ciudad de México. En
términos de la Ley vigente en materia de vivienda, este organismo es el

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


32

principal instrumento del gobierno de la Ciudad de México para la protección


y realización del derecho a la vivienda de la población que por su condición
socioeconómica o por otras condiciones de vulnerabilidad, requieren de la
acción del Estado para garantizarlo.

Para lograr ese objetivo, el INVI tiene a su cargo la ejecución de distintos


programas, destacando el Programa de Vivienda en Conjunto, el cual, señala
el propio INVI:

…ha sido diseñado con el objetivo de otorgar financiamientos para


proyectos de vivienda, con cero intereses, otorgando ayudas de
beneficio social a la población residente en la Ciudad de México,
prioritariamente a la de bajos recursos económicos, en condición de
vulnerabilidad (indígenas, adultos mayores, madres solteras, mujeres
jefas de familia y personas con discapacidad) o que habitan en sitios de
alto riesgo, así como a población asentada en campamentos o en
inmuebles con valor patrimonial, incentivando al mismo tiempo la
producción social de vivienda mediante el uso óptimo del suelo
habitacional en delegaciones que cuentan con servicios y equipamiento
urbano, a fin de coadyuvar a la realización del derecho humano a la
vivienda.

Se destaca este programa de entre otros, por tener la particularidad de contar


con una modalidad denominada “Vivienda nueva terminada”, consistente en
la posibilidad de financiar integralmente con recursos INVI o con otras fuentes
de financiamiento la construcción de vivienda nueva realizada en predios con
uso habitacional y con factibilidad de servicios, en un proceso único de
edificación que cumpla con las necesidades de área construida, seguridad
estructural, instalaciones, servicios, áreas privativas y áreas de uso común.

Ahora bien, en lo que va de la presente administración, sólo el 28.9% del total


de acciones de vivienda que se reportan como resultados, tienen vínculo con

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


33

financiamientos de vivienda nueva terminada a personas beneficiarias, lo que


se traduce en 7,016 créditos, de los cuales, se concluyó la edificación de 6,446
viviendas y 127 locales comerciales. Esto significa un promedio de dos mil
viviendas por año.

Estas cifras resultan aún insuficientes, si se considera que el déficit de


vivienda en la Ciudad de México, según datos del INGEI, en su más reciente
Encuesta Nacional de Vivienda 2020, equivale a 801,055 viviendas, situación
que se agrava si se toma en cuenta que el INVI no ha ejercido a plenitud su
capacidad de adquirir suelo para la construcción de vivienda de interés social.

En las Reglas de Operación y Políticas de Administración Crediticia del INVI,


se estipula con claridad la política de suelo del Instituto:

Consiste en la conformación y consolidación de una Bolsa de Suelo


Urbano e Inmuebles Habitacionales con viabilidad técnica, jurídica y
financiera para el desarrollo habitacional, que evite la especulación y el
crecimiento urbano sobre zonas de reserva ecológica y de riesgo, en
concordancia con los planes y programas de desarrollo urbano y de
ordenamiento ecológico.

Para tal efecto, el INVI tendrá como propósito permanente la adquisición


por vía de derecho público o privado, de inmuebles con viabilidad
técnica, jurídica y financiera para el desarrollo habitacional, con la
finalidad de aprovecharlos conforme a prioridades sociales, dentro del
marco del desarrollo social, económico y urbano, de la certeza jurídica y
de la sustentabilidad económica, a través de los siguientes mecanismos:

 Promover la expropiación de las vecindades e inmuebles en alto


riesgo, con la finalidad de proteger la seguridad física de sus
ocupantes y de la comunidad en general, así como de satisfacer la
demanda de vivienda digna y decorosa de los primeros y de otras

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


34

familias. Se consideran inmuebles en alto riesgo, aquellos cuyas


edificaciones presenten daño estructural que los hagan
inhabitables y se encuentren debidamente dictaminados conforme
a la normatividad vigente aplicable.
 Coadyuvar en los procesos de desincorporación y enajenación de
las reservas territoriales del Gobierno del Distrito Federal, para
aprovecharlas en programas institucionales de vivienda, conforme
a la normatividad vigente aplicable.
 Promover la adquisición de inmuebles por la vía del derecho
privado para ejecutar programas institucionales de vivienda
destinada a la atención de prioridades programáticas, conforme a
la disponibilidad de recursos financieros de origen institucional,
social o privado.
 Llevar a cabo acciones coordinadas y concertadas con
instituciones públicas y con personas físicas o morales de los
sectores social y privado, que cuenten con inmuebles aptos para
vivienda, en un marco de aportaciones complementarias y de
potenciación de los recursos.
 Promover la incorporación del suelo recuperado por reubicaciones
definitivas por alto riesgo al patrimonio del Gobierno del Distrito
Federal, para evitar nuevos asentamientos y promover
contraprestaciones por el valor de tales inmuebles, para la
reducción del monto de crédito otorgado.
 Promover que una parte proporcional de la recuperación de los
créditos se destine directamente a la formación de reserva
territorial para sus programas.

Disponer de suelo es requisito indispensable para cumplir el propósito de


brindar viviendas de interés social. Es por ello que hace falta un impulso que
vigorice la política de suelo del INVI, en especial mediante la opción de compra

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


35

de terrenos que puedan disponerse en favor de los sectores más


desprotegidos de la población, lo que debe incluir a aquellos que por sus
condiciones económicas no tienen una capacidad real de ahorro.

Al respecto, la más reciente Evaluación de las Políticas Públicas de Vivienda


en la Ciudad de México, 2021 presentada por el Consejo de Evaluación de la
Ciudad de México indica que bajo la actual administración se han presentado
algunas limitaciones en la adquisición de suelo para la construcción de
vivienda. Se cita a la letra lo siguiente:

Cabe aclarar que existen cuatro mecanismos para adquirir suelo: la


expropiación; la desincorporación, que se realiza sobre suelo de
propiedad del Gobierno de la Ciudad; la compra-venta de suelo, para lo
cual se establece un monto máximo que el Instituto puede pagar por
metro cuadrado; y la aportación, que consiste en la compra de suelo por
parte de las organizaciones sociales, quienes lo aportan en un
fideicomiso al Instituto con el fin de que este pueda otorgar los recursos
para la edificación. Sin embargo, según lo indicado por los funcionarios
del Instituto, existe una carencia de suelo ocasionada tanto por el
encarecimiento de este bien ante la alta demanda a la que ha dado lugar
el crecimiento poblacional, como por la falta de recursos financieros para
su adquisición. Esto último se ve agravado por el hecho de que bajo la
actual administración han tenido que pagarse compromisos 92
adquiridos por la anterior, además de que en el presente ejercicio fiscal
no fue autorizado presupuesto para compra de suelo.

Ante esta situación, durante los ejercicios 2019 y 2020 solo se


adquirieron cinco predios, se ha dispuesto de 100 predios heredados de
la administración pasada y los demás se han obtenido a través de los
otros mecanismos. Por ejemplo, los predios para el desarrollo de
proyectos especiales como el de vivienda indígena, la rehabilitación de

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


36

vivienda en el Centro Histórico y Tacubaya se ha obtenido a partir de


expropiación y desincorporación. De manera que las limitaciones en la
compra de suelo no han afectado de manera considerable la producción
de vivienda social. Para 2022, no obstante, se tiene planeado adquirir 20
predios con un costo total de 227 millones de pesos.

Si se toma en consideración este último dato, que refleja una estimación de


227 millones de pesos para la compra de 20 predios en un año, se estaría
hablando de disponer de apenas el 6.1% del total del presupuesto asignado al
INVI para ese propósito, considerando que éste equivale a más de 3.7 mil
millones de pesos, o bien, si se parte del presupuesto asignado al Programa
Vivienda en Conjunto, se estaría que la compra de 20 predios equivale al
14.6% de dicho presupuesto, mismo que corresponde a 1.8 mil millones de
pesos para este año.

Tomando en cuenta lo anterior, existen condiciones presupuestales


suficientes para pensar en una propuesta de modificación a la Ley de Vivienda
de la Ciudad de México con el objetivo de asignar, desde el Presupuesto de
Egresos de la Ciudad, una partida presupuestal exclusiva para la compra de
terrenos que puedan disponerse para la construcción de vivienda de interés
social.

Tomemos en cuenta, por ejemplo, que durante la presente administración, se


han destinado más de 31 mil millones de pesos a la construcción o
reconstrucción de viviendas, considerando el presupuesto de la Comisión para
la Reconstrucción y el propio del Instituto de la Vivienda de la Ciudad, lo que
da cuenta de la capacidad financiera existente para sostener inversiones
públicas destinadas a la construcción de vivienda.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


37

Comisión para la
Reconstrucción de
la Ciudad de
Instituto de la Programa
México a través
Año Vivienda de la Vivienda en
del Fideicomiso
Ciudad de México Conjunto
para la
Reconstrucción
Integral
2019 $3,411154,168 Dato no $4,000,000,000
disponible
2020 $3,419,028,862 Dato no $4,000,000,000
disponible
2021 $3,269,397,578 $1,602,958,550. $2,250,000,000
2022 $3,700,209,002 $3,220,000,000 $2,400,000,000
2023 $3,718,666,281 $1,891,798,274 $1,500,000,000
Total $17,518,455,891 $6,714,756,824 $14,150,000,000

Ahora bien, teniendo el parámetro presupuestal atendido, también se debe


contemplar que existe un marco normativo suficiente para que el INVI pueda
adquirir suelo por vía de la compra. Al respecto, el artículo 93 de la Ley de
Vivienda para la Ciudad de México establece lo siguiente:

Artículo 93.- El Instituto destinará recursos y desarrollará acciones, por


vías de derecho público o privado, tendientes a:

I. La ejecución de acciones estratégicas para la generación de una


oferta oportuna de suelo para la producción de vivienda de interés
social y popular, mediante la adquisición de suelo y reservas
territoriales;

II. Fomentar esquemas y programas que contemplen recursos


provenientes de crédito, ahorro y subsidio, para la adquisición de
suelo; y

III. Reducir y abatir los procesos de ocupación irregular de áreas y


predios, en especial en suelo de conservación, áreas naturales
protegidas o con valor ambiental o que propicien situaciones de

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


38

riesgo a la población, mediante la oferta de la tierra que atienda


preferentemente, las necesidades de la población indígena, en
situación de pobreza, vulnerable o que habite en situación de
riesgo.

Esta disposición busca promover la generación de oferta de suelo y la


adquisición de terrenos de manera planificada y regulada, con el objetivo de
asegurar el acceso a viviendas adecuadas para la población en situación de
vulnerabilidad o riesgo, sin embargo, hace falta el establecimiento de una
disposición normativa que asegure la asignación de presupuesto suficiente
para la compra de suelo por parte del INVI y que este sea destinado con el
propósito de construir vivienda de interés social.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


39

6. Optimizar el funcionamiento administrativo


del Instituto de Vivienda de la Ciudad de México
PROPUESTAS:

 Mediante un esquema de simplificación administrativa de requisitos y


trámites, así como la creación de mecanismos digitales para la atención
de trámites vinculados al ejercicio del derecho a la vivienda, hacer más
eficientes los procesos administrativos del Instituto de Vivienda de la
Ciudad de México, lo que permitirá ahorros en el gasto corriente y
destinarlos a los programas sustantivos de la política de vivienda.

 Priorizar un enfoque de la garantía del derecho a la vivienda desde la


perspectiva de la construcción de vivienda nueva terminada, y sólo de
manera complementaria, el programa de mejoramiento de vivienda. El
centro de la política de vivienda debe ser atender primeramente a la
población que carece de un patrimonio.

DESARROLLO:

Una de funciones que los ciudadanos reconocen como una actividad propia
de las instituciones públicas, y por la que éstos juzgan la eficiencia de un
gobierno, son los trámites, los cuales se conciben como obligaciones de
información que una institución impone para la satisfacción de un servicio. Los
trámites se caracterizan por ser de tipo administrativo, ya que se refieren a
actividades de recopilación y entrega de documentos (papeleo) para
solicitudes (mejoramiento de vivienda y mejoramiento en conjunto, etc.),
generación de solicitudes, llenado de cédulas socioeconómicas, avisos o
notificaciones, pagos, entre otras.

A estas actividades, los particulares deben dedicar tiempo para recopilar,


generar y entregar la información requerida por las oficinas de Atención

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


40

Ciudadana o el área social; ello con el fin de obtener un beneficio o servicio,


cumplir con una obligación establecida en alguna normatividad, o bien para
obtener cualquier solución.

En el caso del Instituto de Vivienda de la Ciudad de México, la idea que


subyace detrás de los trámites (cargas administrativas – obligaciones de
información) es que los particulares, normalmente, no generarían y/o
entregarían esta información al Instituto por voluntad propia, de no ser porque
los obliga la regulación. Esto significa que los particulares destinan cierta
cantidad de recursos (humanos, financieros y materiales) para cumplir con las
obligaciones de información –trámites- que les impone el propio sistema de
solicitudes, pudiendo dedicar esos recursos a otras actividades de mayor valor
agregado en sus negocios o en general en su vida, tales como procesos de
innovación, capacitación, producción, entre otras.

Por otra parte, para el INVI, los trámites representan una fuente de información
muy valiosa para decidir a quiénes otorgar beneficios y/o servicios, para
verificar que la regulación se cumple, para obtener registros de las actividades
reguladas de los particulares y desarrollar políticas públicas o mejorar las
existentes. Por ello, podemos decir que naturalmente el INVI podría tender a
establecer trámites cuando requiera información de los particulares y
asociaciones, y cuenta con la potestad para ello.

En este sentido, no sería posible ni eficiente para el gobierno eliminar todos


los trámites (obligaciones de información), ya que requiere de esa información
para hacer su trabajo y tomar las mejores decisiones para la sociedad. Sin
embargo, lo que sí sería posible, es que las oficinas de atención ciudadana
hicieran ejercicios de análisis, para identificar cuál información resulta
innecesaria, es decir ociosa, repetitiva u obsoleta; igualmente sería
conveniente que en estos ejercicios se identificaran las obligaciones de
información que podrían resultar excesivamente costosas de generar para los
particulares, y repensar si realmente es necesaria para los fines del Instituto,

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


41

o bien si el gobierno tiene forma de acceder a esa información por otra vía y
sin costo para los particulares.

Así, podemos decir que los trámites o requisitos innecesarios generan


ineficiencias en la economía de un país. Por ello, resulta muy importante que
los gobiernos lleven a cabo ejercicios de autodisciplina regulatoria, como lo
son los Programas de Simplificación Administrativa.

En este sentido, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en


su artículo 25, último párrafo, establece lo siguiente;

A fin de contribuir al cumplimiento de los objetivos señalados en los párrafos


primero, sexto y noveno de este artículo, las autoridades de todos los órdenes
de gobierno, en el ámbito de su competencia, deberán implementar políticas
públicas de mejora regulatoria para la simplificación de regulaciones, trámites,
servicios y demás objetivos que establezca la ley general en la materia.

A partir de lo anterior, se dispone que todas las autoridades de todos los


órdenes, lo que incluye al Gobierno de la Ciudad de México, deberán
implementar políticas públicas de mejora regulatoria con la finalidad de lograr
la simplificación de regulaciones, trámites, servicios y diversos objetivos
establecidos en la Ley General de Mejora Regulatoria.

Para cumplir con el mandato constitucional impuesto a toda autoridad, se


busca que se genere una compactación de trámites, eliminación de requisitos
innecesarios o consulta y validación de los mismos, todo de manera directa
por medio de un “sistema” de información que será compartido con todas las
autoridades involucradas en el proceso, siempre respetando el ámbito de sus
competencias.

Ahora bien, se considera que la Administración Pública Local tiene que


desarrollar un papel fundamental para generar el mayor valor posible de los
recursos disponibles y el óptimo funcionamiento de las actividades

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


42

comerciales, industriales, productivas, de servicios y de desarrollo humano de


la sociedad en su conjunto, es así como una administración pública accesible,
moderna y eficiente genera beneficios para los habitantes de la Ciudad, ya
que esta se consolida como cercana a las necesidades e intereses del público
en donde se eviten trámites innecesarios, se ahorren tiempos y gastos en favor
de los ciudadanos. Este tipo de actos ayudan a erradicar los márgenes de
discrecionalidad que actualmente se generan a partir del marco normativo
vigente y, por ende, se le cierra la puerta a los escenarios que propician actos
de corrupción.

En este orden de ideas, la Constitución Política de la Ciudad de México


establece en su artículo 7, Apartado A, numeral 1, el Derecho a la buena
administración pública el precepto en comento establece la prerrogativa para
todas las personas de contar con una administración pública que mejore las
condiciones de su actuación, los diseños institucionales así como los procesos
y procedimientos en beneficio de la población, dejando a un lado las prácticas
inerciales, improvisadas y poco receptivas a las necesidades de la población,
por lo anterior resulta importante contar con mecanismos encaminados a
brindar una administración pública eficaz y eficiente mediante una
optimización al funcionamiento del Instituto de Vivienda.

Es así como, la racionalidad de regulación para la realización de trámites debe


ser armoniosa con los principios y objetivos de la mejora regulatoria,
sustentándose en la eficiencia y eficacia de la administración pública, ya que
al reducir la rigidez de los procedimientos administrativos y flexibilizar los
controles y autorizaciones se lograría un beneficio para las personas que
requieran acceder, usar y realizar trámites y servicios públicos, al tiempo
mismo que se permitiría generar ahorros presupuestales importantes, puesto
que todo esfuerzo de simplificación administrativa requiere, necesariamente,
evitar la duplicidad de funciones y, por ende, una eficiencia y eficacia en el
gasto corriente.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


43

Cabe señalar en este punto la distribución del presupuesto del Instituto de


Vivienda de la Ciudad de México para este 2023, según su Programa
Operativo Anual:

 Total del presupuesto del INVI: $3,716,244,281.00 (100%)


 Programa de mejoramiento de vivienda: $1,585,739,347.00 (43%)
 Programa Vivienda en Conjunto: $ 1,891,798,274.00 (51%)
 Provisiones para contingencias: $ 1,800,000.00 (0.04%)
 Actividades de Apoyo Administrativo: 236,906,660.00 (5.9%)
 Cumplimiento de programas de Protección Civil: 2,422,000.00
(0.06%)

Como puede observarse, a primera vista pareciera que el 94% del


presupuesto del INVI se dirigiría a sus actividades sustantivas, es decir, los
Programas de Mejoramiento de Vivienda y de Vivienda en Conjunto, mientras
que aquel destinado a las actividades administrativas, pareciera equivaler al
5.9%, sin embargo, esto no resulta cierto en su totalidad, por lo cual conviene
hacer un análisis desde el punto de vista del tipo de gasto (corriente, que es
el destinado a las labores enteramente administrativas, y de inversión,
aquellas enfocadas a los elementos sustantivos de los programas):

 Total del presupuesto del INVI: $3,716,244,281.00 (100%)


 Gasto corriente: $1,216,244,281.00 (33%)
 Gasto de inversión: $2,500,000,000.00 (67%)

Desde esta perspectiva, se observa que el 33% del total del presupuesto del
INVI se destina al mantenimiento funcional de la estructura administrativa del
INVI y se visualiza por programa sustantivo, el costo administrativo equivaldría
a lo siguiente:

 Total de presupuesto del Programa de mejoramiento de vivienda:


$1,585,739,347.00 (100%)

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


44

 Gasto corriente: $ 110,597,406.00 (7%)


 Gasto de inversión: $ 1,475,141,941.00 (93%)
 Total de presupuesto del Programa Vivienda en Conjunto:
$1,891,798,274.00 (100%)
 Gasto corriente: $866,940,215.00 (46%)
 Gasto de inversión: $1,024,858,059.00 (54%)

Primeramente, cabe señalar que el Programa de Mejoramiento de Vivienda,


consiste en brindar apoyos para la rehabilitación de las unidades de vivienda
con la finalidad de aumentar su vida útil, mediante acciones que refuercen la
habitabilidad de las viviendas, como atender el remozamiento de fachadas,
protecciones a colindancias, juntas constructivas, drenajes, cisternas,
cárcamos de bombeo, iluminación exterior, áreas comunes, escaleras
exteriores, entre otras. En ese sentido, es un programa destinado a apoyar a
quienes ya son poseedores de una vivienda, pero que por sus condiciones
económicas, no cuentan con los medios propios para mejorar las condiciones
de la misma.

Desde esa perspectiva, el 43% del total del presupuesto del INVI se destina a
ese propósito y cuya operatividad administrativa tiene una gran eficiencia y
eficacia, ya que únicamente consume el 7% del presupuesto asignado al
programa, para el gasto corriente, liberando el 93% restante para gasto de
inversión, es decir, aquel que se destina al mejoramiento de las viviendas en
los términos expuestos.

En contraste, el Programa Vivienda en Conjunto, que es el enfocado al


otorgamiento de créditos para la adquisición de vivienda nueva terminada,
recibe el 51% del total del presupuesto del INVI, que equivale a
$1,891,798,274 pesos, sin embargo, el 43% de ese monto se destina al gasto
corriente, es decir, casi la mitad de los recursos que podrían destinarse a la
construcción de vivienda de interés social es consumida por la estructura
administrativa del INVI encargada de la operatividad del programa, dejando el

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


45

54% restante al gasto de inversión, que es el destinado al otorgamiento de los


financiamientos para vivienda.

Desde esta perspectiva, se tienen varias áreas de oportunidad:

 Cambio en los enfoques prioritarios de los programas para la garantía


del derecho a la vivienda

Se tiene que generar un cambio radical en el enfoque de la política de vivienda


en la Ciudad de México, a fin de que se priorice el financiamiento para la
adquisición de vivienda nueva terminada como eje vertebral de la garantía del
derecho a la vivienda, mientras que aquellas enfocadas al mejoramiento de
viviendas se visualicen como elementos complementarios al derecho en
cuestión.

La idea central de esta afirmación es apoyar a la población que carece de un


patrimonio mediante el otorgamiento de créditos para la adquisición de
vivienda nueva terminada, y que el programa de mejoramiento de vivienda,
que atiene a población que ya tiene satisfecha la posesión de una vivienda
pero que requiere de su mejoramiento, sea una acción complementaria. En
otras palabras, la política de vivienda debe priorizar la atención de la población
que no cuenta con una vivienda propia.

Una revisión de esta naturaleza permitirá redirigir presupuestos en favor de la


construcción de vivienda de interés social para apoyar a quienes se
encuentran en condiciones de vulnerabilidad al no poseer una vivienda propia.
Para visualizar con claridad esta idea, conviene hacer el siguiente comparativo
de los presupuestos de ambos programas:
Gasto de Gasto de
Presupuesto Presupuesto
inversión (el inversión (el
Programa Programa
aplicable a la aplicable a la
Mejoramiento Vivienda en
función función
de Vivienda Conjunto
sustantiva) sustantiva)
$1,585,739,347 $1,475,141,941 $1,891,798,274 $1,024,858,059

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


46

A primera vista, pareciera que el programa Vivienda en Conjunto, recibe casi


300 millones de pesos más que el programa de mejoramiento de vivienda, sin
embargo, al visualizar el monto del gasto de inversión de cada programa, es
decir, aquel monto que queda después de considerar el gasto corriente, y que
equivale a los recursos que efectivamente pueden destinarse a la labor
sustantiva y no administrativa, se tiene que el programa de mejoramiento de
vivienda ejerce 400 millones de pesos más que el de vivienda en conjunto, en
otras palabras, la actual política de vivienda de la Ciudad de México favorece
presupuestalmente el programa enfocada a la atención de aquella población
que ya cuenta con una vivienda propia y que busca únicamente su
mejoramiento, ello en detrimento de la población no poseedora de vivienda.

Es importante revisar la asignación presupuestal a partir de criterios que


tiendan a una verdadera garantía del derecho a la vivienda, lo que implica
reorientar el gasto en favor del Programa de Vivienda en Conjunto,
especialmente de su modalidad de Vivienda Nueva Terminada.

 Se requiere una revisión integral del funcionamiento administrativo del


Instituto de la Vivienda en cuanto a la operatividad de su Programa
Vivienda en Conjunto

Como quedo claro, el programa de Vivienda en Conjunto consume el 46% de


su presupuesto en la operatividad del mismo, lo que reduce drásticamente la
capacidad financiera del INVI para destinar un mayor número de créditos para
la adquisición de vivienda nueva terminada en favor de la población que no
cuenta con un patrimonio propio.

Se necesita, por tanto, hacer una revisión integral de los procedimientos


administrativos a partir de un esquema de simplificación administrativa que
permita identificar aquellos procesos, trámites y requisitos que puedan
compactarse y, de esa forma hacer más eficiente la atención administrativa de

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


47

este programa, ello permitiría ahorros importantes que podrían destinarse del
gasto corriente al gasto de inversión, aumentando los recursos disponibles
para el otorgamiento de créditos.

 Implementación de una plataforma digital para la tramitación de créditos


para la adquisición de vivienda de interés social

En este punto, vale la pena hacer mención que, adicional a los eventuales
esfuerzos de simplificación administrativa, se debe acompañar con el uso de
las nuevas tecnologías, particularmente de un mecanismo digital que permita
a las personas que buscan acceder a un financiamiento del INVI, realizar sus
trámites en línea.

Este tipo de esfuerzos podrían generar áreas de oportunidad para identificar


ahorros administrativos adicionales, a la par que cerraría un frente de posibles
actos de corrupción, lo cual también genera pérdidas económicas en
detrimento de la garantía del derecho a la vivienda.

Como la corrupción es un obstáculo para las buenas prácticas del gobierno,


teniendo como una de sus múltiples consecuencias, la desconfianza hacia las
dependencias de gobierno al momento de realizar un trámite o solicitud, al
respecto el INEGI en su ENCUESTA NACIONAL DE CALIDAD E IMPACTO
GUBERNAMENTAL (ENCIG) de 2021. Establece lo siguiente;

 En zonas urbanas, 48.2% de la población de al menos 18 años declaró


estar satisfecha con los servicios públicos básicos y bajo demanda.
 El 86.3% de la población consideró frecuentes los actos de corrupción
en las instituciones de gobierno. El 14.7% de la población que realizó
trámites, pagos, solicitudes de servicios, o bien, tuvo contacto con algún
servidor público, experimentó actos de corrupción.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


48

 A nivel nacional, los costos de incurrir en actos de corrupción se estiman


en 9,500 millones de pesos, lo que equivale a 3,044 pesos en promedio
por persona.
 Como dato interesante, el 14.4% de los pagos, trámites o solicitudes de
servicios públicos se realizó por internet, lo que representó un aumento
de 9.6 puntos porcentuales con respecto a 2019.

Otro aspecto a destacar del uso de una plataforma digital para la tramitación
de créditos ante el INVI, radica en la Seguridad Jurídica que puede brindarse,
ya que actualmente, en un esquema presencial de trámite, suelen existir
diversos criterios de resolución o atención para un mismo trámite dependiendo
de la autoridad ante la que se solicite (lo que se conoce como duplicidad de
funciones), situación que ocasiona incertidumbre legal para los ciudadanos al
enfrentar tales actos de discrecionalidad.

Es así como, a partir de las diversas resoluciones que dan las autoridades
competentes y los requisitos que se pueden presentar, la seguridad jurídica se
ve reducida, por lo que reviste una importancia particular lograr una
homologación, al momento de hablar de trámites ante una Institución
determinada.

La seguridad jurídica mediante una plataforma digital única para el trámite de


créditos para la adquisición de vivienda ante el INVI, significaría la estabilidad
administrativa del procedimiento, al ser el espacio digital único mediante el
cual podría desarrollarse la solicitud. La seguridad jurídica tiene entre sus
elementos distintivos los siguientes:

 Certeza jurídica: significa la existencia de un conocimiento seguro, claro


y evidente de las normas jurídicas existentes.
 La eficacia del derecho: las normas jurídicas deben de tener la
capacidad de producir un buen efecto.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


49

 La ausencia de arbitrariedad: significa que al aplicar las normas


jurídicas prevalezca la justicia.

En este pensamiento, la seguridad jurídica se concibe como principio, como


valor y como derecho fundamental. Como principio se establece que es un
derecho universalmente reconocido y que se entiende como certeza práctica
del derecho; como valor, resulta uno ético desde dos vertientes vinculadas al
valor de la justicia y al valor de la dignidad personal y; como derecho
fundamental en el sentido que se encuentra establecido en la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Es así como, se considera que la racionalidad de regulación para la realización


de trámites debe ser armoniosos con los principios y objetivos de la mejora
regulatoria, sustentándose en la eficiencia y eficacia de la administración
pública, ya que al reducir la rigidez de los procedimientos administrativos y
flexibilizar los controles y autorizaciones se lograría un beneficio para las
personas que requieran acceder, usar y realizar trámites y servicios públicos.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


50

7. Priorizar la construcción de vivienda nueva


terminada
PROPUESTA:

La Política de Vivienda de la Ciudad de México priorizará el Programa Vivienda


en Conjunto en su modalidad de Vivienda Nueva Terminada, como el eje
vertebral de la garantía del derecho a la vivienda.

DESARROLLO:

Es necesario un cambio respecto de la visión de la política de vivienda en la


Ciudad de México, para colocar en el centro de las acciones para garantizar
el derecho a la vivienda, aquellas enfocadas en el otorgamiento de
financiamientos para la adquisición de vivienda nueva terminada, lo que
implica, necesariamente, un impulso a la construcción de vivienda de interés
social como eje vertebral de la garantía del derecho a la vivienda.

Esto es importante porque se trata de colocar en el centro de la política pública


en materia de vivienda a la persona que no es propietaria de vivienda, ya que,
a la fecha, el Instituto de Vivienda ha priorizado a quienes tienen un patrimonio,
pero que requieren del apoyo gubernamental para su mejoramiento. Es decir,
se ha dado un mayor énfasis en apoyar a quienes ya han visto satisfecho el
elemento básico del derecho a la vivienda: la posesión de un inmueble.

Se tiene que cambiar radicalmente esa visión para dar una atención que
mitigue las desigualdades en el acceso a la vivienda, muchas de ellas
provocadas por la propia mercantilización de la vivienda. Al respecto,
podemos observar en el siguiente mapa cómo la construcción de vivienda
nueva en la Ciudad ha respondido más al mercado que al derecho, a partir de
un criterio de distribución geográfica:

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


51

Este mapa corresponde a la producción de vivienda nueva por alcaldía,


durante el tercer trimestre 2021 y es retomado del Proyecto del Plan General
de Desarrollo de la Ciudad de México 2020-2040. En color rojo, que
corresponde a las Alcaldías Cuauhtémoc y Benito Juárez, se distinguen las
demarcaciones donde se concentra el mayor número de viviendas nuevas
construidas, mismas que se destinan al consumo de sectores medios y altos
de la población, alcanzando números de entre siete mil y once mil viviendas
nuevas en ese periodo. En contraste, en la Alcaldía Iztapalapa apenas se
construyeron viviendas nuevas en un rango por debajo de las 390 unidades.

Tal afirmación se solidifica al observar, incluso, que al interior de cada Alcaldía


la distribución de la construcción de vivienda nueva no es homogénea en todo
el territorio de cada demarcación, sino que se concentra en aquellas zonas
geográficas que representan la mayor plusvalía de cada alcaldía, en particular
Benito Juárez, Coyoacán, Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo. En el siguiente mapa
se puede observar en tono rojo, la mayor concentración de vivienda nueva
terminada por Kilómetro cuadrado.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


52

Esto es un reflejo de la necesidad de que sea el sector público el que retome


la rectoría en materia de construcción de vivienda y no el mercado inmobiliario.
En ese sentido, en el propio Proyecto del Plan General de Desarrollo de la
Ciudad de México, se especifica que para la atención de vivienda dirigida a
sectores de menores ingresos sólo existe el Instituto de Vivienda de la Ciudad
de México, institución que, se afirma en el documento, no cuenta con la
fortaleza institucional ni con los instrumentos normativos, fiscales, financieros
y de gestión que permitan atender y conducir de mejor manera la producción
de vivienda en la Ciudad, que favorezca la inclusión y disminuya la
desigualdad prevaleciente.

En un apartado de diagnóstico en materia de vivienda, el documento en cita


refiere que se estima que la demanda anual de nueva vivienda en la Ciudad
de México es aproximadamente de 40,000 unidades, lo que representa más
del doble de lo que se produce actualmente y que de acuerdo con la
estimación de la demanda de financiamiento de vivienda realizada por la
Sociedad Hipotecaria Federal de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público,

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


53

en 2021 en la Ciudad se demandarán 23, 356 soluciones de vivienda de tipo


“adquisición”, lo que genera presiones en la necesidad de construir vivienda
nueva.

La oferta de vivienda existente en la Ciudad, según continua la información del


Proyecto del Plan General de Desarrollo, se concentra en demarcaciones
como Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón y Cuajimalpa, siendo el
precio promedio por metro cuadrado superior a los $25 mil pesos, lo que no
promueve la inclusión social, lo cual se agrava al ver que las acciones del
gobierno tendientes a la construcción de vivienda nueva terminada tienen
retrocesos, según la Evaluación de las políticas públicas de vivienda en la
Ciudad de México, emitida por el Consejo de Evaluación de la Ciudad de
México.

Dicha evaluación refiere una caída sostenida en las metas de los créditos
contratados para vivienda nueva terminada, cayendo a más del 50% en tan
solo cuatro años:

Por eso se vuelve prioritario retomar la idea de apoyar a la población que


carece de un patrimonio mediante el otorgamiento de créditos para la
adquisición de vivienda nueva terminada, en lugar de priorizar aquellas
acciones centradas en el mejoramiento de vivienda, ya que esos esquemas
atienden a la población que ya tiene satisfecha la posesión de una vivienda y
no así a la que no cuenta con una vivienda propia.

Recordemos que el programa de mejoramiento de vivienda ejerce 400


millones de pesos más (respecto al gasto de inversión) que el Programa

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


54

vivienda en conjunto, en otras palabras, la actual política de vivienda de la


Ciudad de México favorece presupuestalmente el programa enfocado a la
atención de aquella población que ya cuenta con una vivienda propia y que
busca únicamente su mejoramiento, ello en detrimento de la población no
poseedora de vivienda.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


55

8. Impulsar la Producción Social de Vivienda


PROPUESTA:

Diseñar estímulos, apoyos, créditos, ayudas de beneficio social y susidios para


fomentar la producción social de la vivienda.

DESARROLLO:

En términos de la Ley de Vivienda de la Ciudad de México, se entiende por


Producción Social de Vivienda, aquel conjunto de actividades que se realizan
bajo la gestión y control directo de auto-productores y auto-constructores, que
operan sin fines de lucro y que se orientan prioritariamente a atender las
necesidades de la población de bajos ingresos, utilizando recursos,
procedimientos constructivos y tecnologías, con base en sus propias
necesidades y su capacidad de gestión y toma de decisiones. Asimismo,
incluye aquella que se realiza por procedimientos de autogestión y solidarios
que dan prioridad al valor de uso de la vivienda sobre la definición mercantil.

En términos de la literatura disponible en la materia, este concepto se entiende


como la vivienda autoconstruida o autoproducida por los que serán sus
beneficiarios, lo cual no es sinónimo de informalidad y que, sin embargo, la
mayor parte de la producción social en México se ha realizado de manera
informal y sin asistencia técnica.

Un claro ejemplo de lo anterior lo detalla la Evaluación de las Políticas Públicas


de Vivienda en la Ciudad de México 2021, en los siguientes términos:

La colonia San Miguel Teotongo II, corresponde al típico modo de


producción social de la ciudad, basado en la ocupación popular e
irregular del suelo y en los procesos de autoproducción de su hábitat.
En la década de 1960 se pobló por personas provenientes de diferentes
estados de la República, a través de una venta ilegal de suelo ejidal a

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


56

favor de usureros que se beneficiaban de esta lotificación. Se reivindica


la fundación de la colonia el 29 de septiembre de 1971. La acción
organizada en torno a los procesos de urbanización, la introducción de
servicios y regularización de la tenencia de la tierra produjo el
surgimiento de organizaciones entre los vecinos; sin embargo, la lucha
por sus necesidades se vio fortalecida con el surgimiento de la Unión de
Colonos de San Miguel Teotongo –UCSMT. La lucha popular ha dado
sus frutos al lograr su pertenencia al Distrito Federal, la introducción de
la luz eléctrica, luego el mercado, escuelas, transporte, seguridad
pública y pavimento. Lo más difícil fue la regularización del suelo; en
tanto, se iba introduciendo el drenaje. Al pasar las décadas, también se
ha propuesto y conseguido la no afectación a sus áreas verdes; estos
espacios han sido custodiados celosamente por decenas de grupos de
mujeres y hombres de la comunidad y han participado activamente en
procesos de planeación urbana; como ejemplo el ZEDEC de 1992 y el
PPDU Sierra de Santa Catarina publicado en 2014.

Cabe señalar que no existen estadísticas precisas sobre la magnitud de la


Producción Social de Vivienda, pero existen diversas estimaciones que
tienden a converger; autores como González-Sánchez y Kunz señalan que la
vivienda producida socialmente representaba entre 50 y 60% en la Ciudad de
México; para Rino Torres el porcentaje es de 63 y, por su parte Coulomb y
Schteingart hablan de 60% a nivel nacional. La única fuente oficial que se
localizó al respecto, corresponde a la Secretaría de Desarrollo Agrario,
Territorial y Urbano (SEDATU), quien señala que el 68.5% de las viviendas en
México han sido autoproducidas:

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


57

Es claro que l

En ese sentido, la Producción Social de Vivienda, puede afirmarse, ha


representado, la principal forma de provisión de habitación en el país y, en
muchos sentidos, la mejor para los grupos de menores ingresos y, a pesar de
ello, los distintos niveles de gobierno no han reconocido su importancia y
mucho menos han sido capaces de comprender su potencial para solucionar
el problema de la vivienda.

Si bien el Estado mexicano reconoce esta forma de producción no se ha


logrado implantar un modelo de producción social formal de la vivienda que se
haya convertido en una alternativa real frente al modelo tradicional tendiente
a la informalidad. Antes de la institucionalización del modelo, entre el 2003 y
el 2008, señalan algunos autores como Adriana Soledad Espinosa-Flores, que
el Programa Hábitat efectuó 172 acciones de las cuales sólo 13 tenían la
denominación de habilitación de lotes con servicios y que, una vez
institucionalizado, en el año 2011, se dedicaron desde la Sociedad Hipotecaria
Federal hasta $12,350,000 de pesos para la producción social de vivienda a
nivel nacional; en el 2012 esta cifra se incrementó a $29,110,000, lo que
significó 1 222 créditos para autoproducción pero que el hecho final es que,
en la práctica, la importancia concedida por el gobierno Federal a la
Producción Social de Vivienda es mínima.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


58

A nivel Ciudad de México, a pesar de que la ley local en materia de vivienda


reconoce facultades al gobierno para impulsar este modelo de producción de
vivienda, lo cierto es que en la revisión detallada de los cinco informes de
gobierno de la presente administración, no hay una sola mención respecto del
tema, lo que sugiere una nula actuación para impulsar la Producción Social de
Vivienda.

La Ciudad de México tiene muchos ejemplos de éxito, aunque en la


informalidad, que demuestran que la producción social de vivienda es una
opción real para cubrir las necesidades de vivienda de los sectores más
desprotegidos. Los Pedregales de Coyoacán son el ejemplo más grande que
se puede tener. Vale la pena traer a la memoria esa historia:

Corría el primer día del mes de septiembre de 1971 cuando miles de


familias (cerca de 15 mil personas), provenientes de diferentes estados
del país y de la periferia de la ciudad de México, tomaron una amplia
extensión de terrenos deshabitados en los pedregales de la hoy alcaldía
Coyoacán.

Ese mismo día llegaron y sobre piedras comenzaron a hacer faenas para
levantar un lugar donde habitar. Personas humildes que salieron de
Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Guanajuato, Hidalgo, en busca del
desarrollo prometido.

Las tierras son de quienes las habitan

Los pobladores que tomaron los Pedregales eran de origen humilde.


Salieron de sus pueblos porque nunca llegó el desarrollo económico que
prometieron los gobiernos posrevolucionarios y sus políticas
económicas o sociales, bajo el supuesto “desarrollo estabilizador”.
Entonces se hablaba del sustento del “milagro mexicano”. Las familias
llegaron a los Pedregales en busca de trabajo, de una vida digna.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


59

“Venimos de todos lados, venimos de Guerrero, de Michoacán, de


Oaxaca, de Guanajuato, de Hidalgo, de todas partes. Allá en el campo
la vida es muy dura, nuestra cosecha es de temporal o bien, trabajamos
para el patrón o los intermediarios, como jornaleros o medieros, los
intermediarios y patrones se hacen ricos a nuestras costillas, con
nuestras cosechas, con nuestros frutos, productos y artesanías”,
asegura Fernando Díaz Enciso en el libro Las mil y un historias del
Pedregal de Santo Domingo.

Hacer de esa amplia zona pedregosa un lugar digno para vivir fue
posible gracias a la organización de faenas de trabajo en las que
participaban mujeres, hombres, niños, abuelas por igual. Las personas
fundadoras de los Pedregales recuerdan las largas jornadas de trabajo
picando piedra durante horas.

“Cuando llegamos a esta colonia no había ningún servicio. Este era un


pedregal vació, construimos nuestras casas con materiales que
podíamos conseguir como madera, cartón y la misma piedra. Sólo
podíamos entrar a nuestros lotes por pequeños caminitos que fuimos
abriendo nosotros mismos con nuestras manos y herramientas”,
atestigua Pedro Cruz Sánchez.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


60

La Producción Social de Vivienda es una buena solución, como la historia lo


refleja, pero debe operarse con reglas claras y sólidas, asimismo, su
implementación debe mantenerse alejada de los usos con fines político-
electorales, así como de las lógicas mercantiles de incorporadores de suelo y
desarrolladores de vivienda. No se trata de un negocio, sino de una solución
comunitaria.

Los beneficios de apoyar la Producción Social de Vivienda pueden resumirse


en:

 Se fortalecen las familias


 Mejores viviendas
 Incremento de autoestima
 Fortalecimiento de su capital social
 Se fortalecen las economías locales
 Compra de materiales
 Contratación de mano de obra local
 Se optimiza el uso de recursos
 Viviendas se construyen para habitarse – difícilmente se
abandonan
 Se focalizan los subsidios en las familias más necesitadas y se
canalizan de manera directa a los usuarios.
 Estrategia de prevención frente a desastres naturales – se puede
reducir el gasto en reconstrucción.
 Puede contribuir en la disminución de la pobreza (cuantitativa y
cualitativamente)
 Dos dimensiones para su medición están vinculadas con
carencias relativas a la vivienda: acceso a servicios básicos y
carencia por calidad y espacios de la vivienda.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


61

9. Fortalecimiento de los instrumentos de


financiamiento para la vivienda
PROPUESTA:

Diversificar y flexibilizar los instrumentos de financiamiento disponibles por el


Instituto de la Vivienda de la Ciudad de México para el otorgamiento de
créditos para la adquisición de vivienda nueva terminada.

DESARROLLO:

Las causas sobre el problema de la vivienda en la Ciudad de México son


muchas y variadas, por lo que es necesario centrarse en aquellos factores que
determinan la problemática de la vivienda, particularmente la dificultad de
acceso por parte de las personas.

Al respecto, es indispensable considerar los siguientes factores que guardan


relación entre si:

 Bajos ingresos: Los hogares con bajos ingresos y en situación de


pobreza son los que tienen mayor probabilidad de habitar en viviendas
en estado precario, ya que no tienen la capacidad financiera para ahorrar
lo suficiente para acceder a un patrimonio o destinar una porción de su
gasto a mejoras o ampliaciones habitacionales. Este nivel de ingreso
provoca que la población tenga que elegir entre satisfacer sus
necesidades básicas de alimentación, vestido, salud, limpieza,
educación, o bien ahorrar para mejoras en la vivienda o para la
adquisición de una vivienda nueva.
 Baja accesibilidad a financiamientos para adquisición de vivienda o para
mejoramiento: El acceso a financiamientos para adquisición de vivienda,
es muy reducido para los hogares de ingresos bajos, sobre todo cuando
no cuentan con un empleo formal y no hay acceso a un crédito como

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


62

prestación laboral. Así mismo, existe un alto costo en la oferta de


vivienda en la Ciudad, debido a que el mercado de vivienda de interés
social es bastante reducido.
 Falta de incentivos para la construcción y mejoramientos de vivienda del
sector privado para población de escasos recursos: No existen
incentivos para la construcción de vivienda destinada a la población de
escasos recursos, esto debido a la estructura de la relación entre la
oferta y la demanda del mercado para este tipo de vivienda. En relación
a esto último, la población de bajos recursos no cuenta con la capacidad
económica, ni el acceso al crédito para la adquisición de las viviendas al
precio que los constructores están dispuestos a venderlas (el precio de
venta de las viviendas por parte de los de desarrolladores, para
población en estas condiciones, debe ser tal que cubra los costos de esa
producción, por lo tanto, si no hay población que pueda pagar los precios
que superen los costos de producción, los constructores no asumirán el
riesgo de construirlas), lo que desde el punto de vista de la demanda,
hace que exista un déficit habitacional permanente y acumulativo, en
donde las necesidades rebasan la producción y abastecimiento de las
viviendas.

Cómo puede observarse, estos factores que complejizan la garantía del


derecho a la vivienda tienen un componente económico vinculado a la
capacidad real de las personas para la adquisición de una vivienda nueva. Por
tal motivo, el fortalecimiento de mecanismos financieros desde el sector
público destinados al otorgamiento de créditos para vivienda en favor de los
sectores más desprotegidos se vuelve una prioridad.

En 1998, como respuesta a los esfuerzos gubernamentales por abordar el


desafío de la vivienda en una de las ciudades más grandes del mundo, se creó
el Instituto de Vivienda del Distrito Federal (INVI), ahora Ciudad de México. En
términos de la Ley vigente en materia de vivienda, este organismo es el

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


63

principal instrumento del gobierno de la Ciudad de México para la protección


y realización del derecho a la vivienda de la población que, por su condición
socioeconómica o por otras condiciones de vulnerabilidad, requieren de la
acción del Estado para garantizarlo.

Para lograr ese objetivo, el INVI tiene a su cargo la ejecución de distintos


programas, destacando el Programa de Vivienda en Conjunto, el cual, señala
el propio INVI:

…ha sido diseñado con el objetivo de otorgar financiamientos para


proyectos de vivienda, con cero intereses, otorgando ayudas de
beneficio social a la población residente en la Ciudad de México,
prioritariamente a la de bajos recursos económicos, en condición de
vulnerabilidad (indígenas, adultos mayores, madres solteras, mujeres
jefas de familia y personas con discapacidad) o que habitan en sitios de
alto riesgo, así como a población asentada en campamentos o en
inmuebles con valor patrimonial, incentivando al mismo tiempo la
producción social de vivienda mediante el uso óptimo del suelo
habitacional en delegaciones que cuentan con servicios y equipamiento
urbano, a fin de coadyuvar a la realización del derecho humano a la
vivienda.

Se destaca este programa de entre otros, por tener la particularidad de contar


con una modalidad denominada “Vivienda nueva terminada”, consistente en
la posibilidad de financiar integralmente con recursos INVI o con otras fuentes
de financiamiento, la construcción de vivienda nueva realizada en predios con
uso habitacional y con factibilidad de servicios, en un proceso único de
edificación que cumpla con las necesidades de área construida, seguridad
estructural, instalaciones, servicios, áreas privativas y áreas de uso común.

De esta forma, el esquema vigente del Instituto de Vivienda de la Ciudad


implica otorgar financiamientos para vivienda a la población residente en la

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


64

Ciudad de México, prioritariamente a la de bajos recursos económicos


(vulnerable y en situación de riesgo), aplicando ayudas de beneficio social a
aquellas familias que acreditan menor capacidad económica y/o mayor
vulnerabilidad a fin de garantizar el ejercicio del derecho humano a la vivienda.

El esquema de funcionamiento del INVI, desde la perspectiva del


financiamiento, puede describirse conforme lo siguiente:

 El ahorro previo: La aportación económica de las personas beneficiarias


que, sumada a los aportes de las distintas fuentes de financiamiento,
sea aplicada a la intervención habitacional, podrán ser considerados
como ahorro previo, el dinero, la mano de obra y/o la aportación de
materiales para la construcción.
 Financiamiento por el cual una Entidad Ejecutora otorga una cantidad
de dinero a la persona beneficiaria que cumple con los requisitos y
criterios de selección, que reintegrará en un plazo determinado, de
acuerdo con las consideraciones financieras pactadas con la Entidad
Ejecutora que lo otorga, para destinarla a una intervención habitacional.
 Retiro total o parcial en el Sistema de Ahorro del INVI: Es el
procedimiento mediante el cual el ciudadano puede realizar retiros
parciales o el retiro del saldo total de los recursos que ha depositado
mediante la tarjeta del Sistema de ahorro del INVI y de los intereses que
se hayan generado.

A efecto de incentivar la cultura de pago, reducir los montos o plazos de


recuperación de los créditos y asegurar la propiedad de las unidades de
vivienda a los beneficiarios, el INVI promoverá, a través fideicomiso bancario,
programas de ahorro o aportación en efectivo por parte de sus beneficiarios.

La incorporación al sistema de ahorro del INVI puede ocurrir al menos en dos


momentos:

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


65

 De manera voluntaria, al inscribirse como solicitante de un crédito (lo


que no implica el otorgamiento del mismo).

 De manera obligatoria, en el Programa Vivienda en Conjunto, antes de


firmar el contrato de crédito, se otorgará al beneficiario su credencial del
sistema de ahorro. Este ahorro siempre se destinará a un proyecto
específico y podrá ser aplicado en el pago de excedente de obra o para
iniciar la recuperación.

El INVI establecerá un sistema de ahorro mediante la contratación de alguno


de los agentes financieros que existen en el país.

En los sistemas de ahorro que el INVI contrate directamente, 2% de los


intereses que se generen corresponderá al Instituto como gastos de
operación.

Los recursos producto del ahorro de un solicitante podrán ser utilizados para
amortizar el crédito, o bien, para pagar el excedente de obra que le
corresponda cubrir como beneficiario.

Cuando el ahorro sea obligatorio, no habrá devolución alguna de los fondos


captados, salvo que el interesado renuncie al crédito que le fue otorgado. En
estos casos, quien sustituya al renunciante cubrirá el monto del que se haya
retirado, en los términos que acuerde con el Instituto. El INVI podrá aplicar
durante el ejercicio del crédito, lo que se capte para inicio de la recuperación
en pago de contribuciones generadas por el proyecto. Esta aplicación no
afecta el beneficio que establece este apartado.

Si bien se podrá desarrollar en cuentas por grupo o proyecto, el sistema de


ahorro invariablemente deberá ser individualizado. El instituto no administra
cuentas globales.

Es de destacar que el sistema de ahorro del INVI, es un beneficio directo para


las personas de escasos recursos, y con necesidad de una vivienda digna, sin
embargo, podremos fortalecer sus esquemas de ahorro considerando que los

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


66

créditos de mejora, consumo, que son créditos directos a la gente donde ellos
pueden hasta adquirir sus materiales, e ir organizando su mismo proyecto de
vivienda, otorgar créditos hasta un 10%.

Hay que destacar también que las personas que no tengan una relación
laboral activa puedan acceder a créditos y que podrán gozar de beneficios
donde se encuentren personas jubiladas y pensionadas que nunca ejercieron
un crédito, y sí que lo deseen lo podrán usar como enganche para un predio.

Al inicio de la recuperación de un crédito, si la aportación del beneficiario al


sistema de ahorro equivale hasta el 10% del total del crédito, se amortizará
(descontará) en su favor una cantidad igual, es decir, el saldo del crédito
otorgado podrá disminuir hasta el 80% de lo pactado. Para efectuar este
cálculo no se tomará en cuenta el monto que el beneficiario debió aportar
como pago extra requerido, en su caso.

Ahora bien, a pesar de existir este Sistema de Ahorro, lo cierto es que su


utilización ha venido desplazándose en favor de la llamada bolsa de vivienda,
lo que impacta en que los resultados que arrojan las cifras oficiales disten
mucho para poder señalar el éxito de este esquema de financiamiento, ya que
el promedio de viviendas nuevas entregadas por año a partir de este esquema
es de apenas dos mil.

En ese sentido, es importante considerar una revisión a las Reglas de


Operación y Políticas de Administración Crediticia y Financiera del Instituto, a
fin de explorar mecanismos de financiamiento más flexibles y diversificados
que permitan dar cobertura a los sectores más vulnerables de la población.
Recordemos que el esquema de financiamiento del INVI, se basa en la
utilización de recursos públicos que podrá complementarse con el ahorro de
los beneficiarios y el proveniente de otras fuentes de financiamiento, para
garantizar el cumplimiento de la garantía de vivienda de las familias.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


67

Esta flexibilización y diversificación puede explorar el cumplimiento de


objetivos como:

 Descargar al usuario de una parte del precio de la vivienda;

 Incorporar el costo del terreno donde se pretenda desarrollar un proyecto


de vivienda a los esquemas de financiamiento;

 Explorar determinados beneficios fiscales, en favor de las personas que


se encuentren en un proceso de ahorro destinado a la vivienda de interés
social operado por el INVI, que les permita fortalecer su economía para
así, solidificar su proceso de ahorro;

 Entre otros.

En este punto conviene explorar, la iniciativa que, en octubre del 2020,


presentó el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, a la
Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores
(INFONAVIT) y de la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los
Trabajadores del Estado (ISSSTE), y cuyos cambios entraron en vigor en abril
del 2021.

Dicha reforma establece que los trabajadores podrán recibir sus créditos de
Infonavit de forma directa para que ellos puedan comprar terrenos, construir
sus casas o remodelar. Recordemos que antes el crédito sólo servía para
comprar una casa nueva o usada, es decir, el presidente propuso diversificar
el uso del crédito, no sólo para la compra de la vivienda terminada (nueva o
usada), sino para adquirir el suelo, la construcción y la remodelación.

Se destaca también en dicha reforma que las personas que no tengan una
relación laboral activa podrán acceder a créditos del Instituto, algo que se
espera ayude a más de 40 millones de personas beneficiadas y sin relación
laboral activa que podrán gozar de estos beneficios donde se encuentran los
jubilados y pensionados que nunca ejercieron su crédito, pues si lo desean lo
podrán usar como enganche para un predio.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


68

Esto permite ver cómo también puede flexibilizarse un esquema de


financiamiento respecto de los requisitos de acceso, en este caso, facilitando
el otorgamiento a personas que no cuenten con un empleo formal.

Finalmente es de destacar, que esta reforma resulta muy relevante, porque


garantiza el financiamiento directo con algunas condiciones con las cuales no
se limita el número de créditos que puede adquirir un trabajador a lo largo de
su vida laboral y permitir que este Instituto realice préstamos en más de una
ocasión a sus derechohabientes.

Ahora bien, independientemente de estos elementos de experiencia a nivel


federal, podemos destacar también un papel fundamental en los mecanismos
de ahorro, donde la banca electrónica y la factibilidad de que las personas
consideren una alternativa financiera, transparente y segura, donde su ahorro
sea un elemento indispensable para garantizar un beneficio directo, y el
acceso directo y seguro para ellos.

En ese sentido, se puede explorar la utilidad del Banco del Bienestar, como
una figura de la banca que, al estar vinculada al sector público, pueda
representar una alternativa al otorgamiento de créditos más flexibles para la
vivienda, y que éstos puedan ser ejercidos como una fuente alterna de
financiamiento para el INVI.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


69

10. Gentrificación, construcciones ilegales


(corrupción inmobiliaria) y especulación como
fenómenos que perjudican la garantía del
derecho a la vivienda
PROPUESTA:

Combatir los fenómenos de la especulación, la corrupción y la gentrificación,


como los principales generadores del encarecimiento del suelo y la vivienda.

DESARROLLO:

En los últimos años hemos sido testigos de los procesos que ha enfrentado
nuestra Ciudad respecto al encarecimiento y especulación de la vivienda,
procesos que generan vulneración al derecho fundamental consagrado en el
artículo 4 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos el cual
establece que toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y
decorosa, estos procesos de encarecimiento y especulación generan
desigualdad, exclusión, vulneración y demás situaciones directas, que
repercuten en la dignidad y bienestar de la persona que resiente estos actos
de manera directa o indirecta.

En ese sentido, en el Proyecto del Plan General de Desarrollo de la Ciudad de


México 2020-2040 se afirma que resulta más rentable cambiar los usos de
suelo buscando siempre el mayor beneficio económico para los particulares,
en donde se prioriza la edificación de centros comerciales y complejos
habitacionales dirigidos a un sector de la población con capacidad económica
alta, que la generación de una agenda social encaminada a lograr el ejercicio
del derecho a la vivienda de aquellas personas que se encuentran en un
estado de vulneración.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


70

Dada esta dinámica, en las últimas décadas se ha priorizado la producción de


vivienda de clases medias-altas con un modelo que excluyo a las familias de
bajos recursos generando así una vulneración a la dignidad de las personas,
lo que ha propiciado la especulación en el costo del suelo y de las propias
viviendas.

En la siguiente imagen, tomada del Proyecto del Plan General de Desarrollo


de la Ciudad de México, se ilustra con claridad cómo el valor del suelo por
metro cuadrado aumenta su valor a partir de criterios geográficos, llegando a
valores de hasta 200 mil pesos el metro cuadrado.

Cuando se contrasta el valor del suelo contra las construcciones de vivienda


nueva en la Ciudad de México, se observa que hay una relación
interconectada entre ambos criterios. En el siguiente mapa puede observarse

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


71

cómo las zonas donde hay un mayor número de construcciones nuevas para
vivienda, corresponde con las zonas de mayor valor en torno del suelo.

Este proceso de especulación se ha visto aumentado, sobre todo ante la falta


de planeación y de ejecución de una agenda social que propicie que los
sectores poblacionales con menos ingresos puedan obtener una vivienda
digna y decorosa sin depender de las condiciones del mercado.

Lo anterior se hace visible al observar que la construcción de vivienda nueva


y los costos del suelo, no responde a una visión social, sino económica. Esto
se corrobora al visualizar en el siguiente mapa, el grado de marginación
poblacional en la Ciudad de México. Como se observa, las grandes
concentraciones de población de bajos recursos (tonos rojos) están alejadas
geográficamente de aquellas zonas donde se impulsa la construcción de
vivienda nueva y que, por ende, genera altos impactos en el costo de la misma
y del suelo donde se construye.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


72

En este orden de ideas, las políticas sociales deben de ser encaminadas a la


generación de vivienda, enfocada en el sector más necesitado que por su
condición social, económica o física, resulta imposible adquirir vivienda de lujo
como la que actualmente se encuentra en el mercado inmobiliario. Desde esa
perspectiva, un gobierno emanado con los principios de la izquierda debe
contar con un proyecto que logre un estado de bienestar, porque no hay
izquierda sin agenda social y no hay agenda social sin vivienda.

Si esto no fuera poco, la corrupción ha sido en nuestra Ciudad un factor


importante de desplazamiento, de encarecimiento del suelo, de precios
exorbitantes para contar con una vivienda, la cual beneficia a unos cuantos y
perjudica a miles de personas, como lo ocurrido con el Cartel Inmobiliario.

Fue en esta administración, cuando en la Ciudad de México comenzó a


hablarse de la presencia de un denominado Cártel Inmobiliario, que no es otra
cosa que una mafia de malos empresarios y administraciones de gobiernos
panistas que, a partir de la violación sistemática a la normatividad, han
propiciado esquemas de desarrollo inmobiliario basados en la corrupción, en
especial en alcaldías como Benito Juárez y Miguel Hidalgo.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


73

El Gobierno de la Ciudad de México estima que la corrupción inmobiliaria, tan


solo en la Alcaldía Benito Juárez representa una defraudación de más de 7 mil
142 millones de pesos y comprende la construcción de 264 pisos excedentes
en 130 inmuebles edificados de 2008 a 2022, es decir, 26.5 millones de pesos
por cada nivel irregular. De ese tamaño son las afectaciones de la corrupción
inmobiliaria, a la que faltaría sumar los cálculos que la Fiscalía General de
Justicia de la Ciudad de México demuestre que fueron producto de la
corrupción.

No hay que olvidar que, al amparo de administraciones de las antes llamadas


Delegaciones, hoy Alcaldías, en demarcaciones como Benito Juárez y Miguel
Hidalgo, el mercado inmobiliario comenzó a experimentar un crecimiento
donde proliferó la construcción de edificios que, de manera sistemática,
violentan la normatividad y no podemos permitir que este fenómeno se
reproduzca en la Ciudad.

Cabe señalar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos indica


que la corrupción se caracteriza por el abuso o desviación del poder, que
desplaza el interés público por un beneficio privado (personal o para un
tercero), y que puede afectar el goce y ejercicio de los derechos humanos.
Esta instancia internacional considera que los factores institucionales que
fomentan la corrupción son, entre otros:

1. La concentración de poder en áreas con alto impacto económico o


social, donde se manejan recursos o se toman decisiones con impacto
político y social. En el caso de las entonces delegaciones, hoy alcaldías
que, se consolidaron como un ejemplo de gran negocio inmobiliario, y
que fue desarrollado al amparo de la corrupción. Puede observarse
cómo la concentración del poder en áreas que tienen la toma de
decisiones impacta negativamente en el desarrollo de los derechos
humanos de las personas, lo que derivó, en el caso concreto que nos

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


74

ocupa, en un daño patrimonial de la Ciudad y una exclusión de


personas a tener acceso a vivienda.
2. El amplio espacio de discrecionalidad en la toma de decisiones por
parte de agentes estatales; Es claro que cuando existen condiciones de
poca claridad respecto de los límites de las responsabilidades, pueden
gestarse las condiciones propicias para la corrupción. Esto es lo que
permitió, que en el caso de las administraciones panistas en las
entonces delegaciones, se tuviera un control total en el desarrollo de
los complejos inmobiliarios, y del cual, hoy se tienen indicios, fueron
procesos administrativos completamente irregulares, lo que implica la
violación sistemática de las normas de la materia;
3. La falta de control de los actos de la autoridad, lo que se basa en poca
transparencia y rendición de cuentas en torno a las decisiones
adoptadas por la autoridad así como en la naturaleza secreta de la
corrupción: A este respecto, es claro que toma importancia que las
entidades del Gobierno Central comiencen a utilizar el marco de
atribuciones con que cuentan a efecto de generar esquemas de revisión
en procedimientos vinculados al mercado inmobiliario, con el fin de que
exista certeza de que los desarrollos de vivienda se apeguen a la
normatividad. La falta de este tipo de mecanismos de control es lo que
permitió las condiciones óptimas para la corrupción en beneficio de
unos pocos y el detrimento de las personas que no pueden ejercer su
derecho a la vivienda.
4. El alto nivel de impunidad, lo que permite que actos o sistemas de
corrupción operen sobre la base de garantías de que el costo de la
corrupción es ampliamente superado por los beneficios obtenidos. Esta
situación no debe desarrollarse en la Ciudad; tiene que evitarse la
generación de todo un sistema de complicidad y protección que impida
que los eventuales actos de corrupción cometidos en administraciones
previas, puedan ser observados por la autoridad competente.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


75

El cartel inmobiliario es un caso delicado, pues actualmente se continua


investigando esta red de personas servidoras publicas así como de
particulares y de continuarse demostrando los actos de corrupción en el
proceso administrativo de las administraciones panistas, se tendrá un nexo
inobjetable de que la corrupción mata, la corrupción excluye, la corrupción
daña, la corrupción niega el acceso, ejercicio de derechos fundamentales y
niega la posibilidad de las personas a una vivienda digna.

Ahora bien, adicional a la especulación de precios y las construcciones


ilegales propiciadas por la corrupción, también se cuenta un fenómeno que ha
presionado el tema del derecho a la vivienda, la gentrificación, uno de los
fenómenos sociales que más notoriedad ha tomado en la Ciudad de México
durante los últimos años. En algunas colonias de la capital del país, la
presencia de ciudadanos extranjeros es cada vez es más común, sin embargo,
ello no se debe únicamente a un esquema de turismo, sino de personas que
han decidido establecer su vida en el país.

De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos


Humanos, este fenómeno se presenta “cuando un proceso de renovación y
reconstrucción urbana se acompaña de un flujo de personas de clase media o
alta que suele desplazar a los habitantes más pobres de las áreas de
intervención”.

Este fenómeno de flujo de personas con una mayor capacidad económica, en


comparación con los habitantes previamente establecidos en una comunidad,
se está reproduciendo en la Ciudad de México, principalmente a partir de una
creciente presencia de ciudadanos extranjeros quienes deciden establecerse
en países donde el costo de vida les resulta comparativamente más barato
que en los suyos de origen, debido a un tipo de cambio que les es favorable y
derivado de la flexibilidad para trabajar a distancia que trajo consigo la

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


76

pandemia, lo que les permite recibir sus pagos en la moneda de su país y no


en la local.

En ese sentido, aunque pareciera que la gentrificación puede traducirse en un


mayor flujo de recursos, lo cierto es que sus consecuencias negativas son
mayores y de impactos más amplios, al afectar principalmente a los habitantes
previamente establecidos en las colonias que padecen este fenómeno. La
llegada de personas con un poder adquisitivo altera los precios de rentas y
servicios en la comunidad al alza, lo cual sigue representando un costo
accesible para quienes mantienen una economía personal mas fuerte, pero
siendo negativo para los residentes previos, quienes, ante la dificultad de
mantener el costo de vida, se ven en la necesidad de migrar a zonas más
accesibles, aunque con una calidad de vida diferente.

Estudiosos del tema han señalado que este fenómeno ha ido en aumento
gracias a las facilidades que brinda el uso de las nuevas tecnologías. Ya se
refirió el tema del trabajo a distancia, pero también hay que visualizar el uso
de plataformas para renta a corto plazo.

Para explicar lo anterior, se debe comprender que el papel que han jugado
estas plataformas digitales radica en la oferta que hacen, no únicamente en
un entorno local, sino una oferta abierta a todo el mundo, es decir, un ámbito
internacional, lo cual presiona los precios fijados a partir de esa demanda
global en lugar de una local.

Es obligado, por tanto, hacer un abordaje del tema de la gentrificación desde


una perspectiva de derechos humanos y no sólo desde la visión económica y
que, sin embargo, dicho transito no es simple. Como lo menciona Carla
Escoffié, experta en derecho a la vivienda en México, para lograr que la
gentrificación se entienda a partir de los derechos humanos se debe superar
la visión de que cualquier medida que se tome para controlar los efectos
negativos del fenómeno, pudiera interpretarse como medidas que atenten

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


77

contra la propiedad privada, cuyo enfoque mantiene a la gentrificación en la


arena de lo económico.

Ella menciona que es ahí cuando se observa que una de las primeras luchas
para la reapropiación del territorio urbano debe ser la reconquista del territorio
discursivo; señala que se debe permear un mensaje que tenga en el centro a
la persona y su derecho a la vivienda; entender que se debe ver la vivienda y
la ciudad como una postura política frente a la lógica reduccionista de las
casas y los terrenos para proyectos inmobiliarios.

A partir de este enfoque, es claro que al hablar del derecho a la vivienda


implica entender que no es lo mismo “vivienda” que “casa”. Carla Escoffié
clarifica que la segunda es la parte material y tangible, y que si bien es un
componente importante del derecho humano a la vivienda, se debe entender
que la vivienda es el conjunto de procesos por los cuales una persona habita
un espacio, por lo que se compone de elementos materiales e inmateriales.
Dicho de otra manera, la casa resulta el objeto, mismo que es parte del
proceso de mercantilización, mientras que la vivienda es el habitar, y que es
aquello que termina afectando la gentrificación a partir de un fenómeno que
inicia en lo económico.

Ante escenarios como este, es que resulta importante que se retome el papel
rector del Estado como articulador del desarrollo de vivienda fomentando,
reconociendo y concertando esfuerzos entre los diferentes actores y
productores de vivienda instituciones y organismos de los sectores social y
privado, para contar con estrategias e instrumentos económicos, técnicos,
jurídicos, administrativos, ambientales y sociales que promuevan nuevos
esquemas de producción de vivienda en favor de los grupos de población que
han sido tradicionalmente excluidos del mercado inmobiliario.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


78

Para evitar que este tipo de fenómenos proliferen y que generen presiones
sobre la garantía del derecho a la vivienda, instituciones como ONU-Hábitat
recomiendan una serie de acciones cómo:

 Adoptar políticas económicas redistributivas en donde los recursos


puedan emplearse para impulsar la regeneración de otros sitios de
ubicación menos central que han dejado de ser utilizados para su
propósito original pero pueden volver a desarrollarse y beneficiar
también a los ingresos locales, parte de los cuales pueden usarse a su
vez para mejorar la oferta, cantidad y distribución del espacio público y
vivienda en otras áreas y vecindarios.
 Otra solución es retener a la población existente y su tejido social
mediante el mejoramiento de su vivienda, y con programas sociales
cuidadosamente estructurados para actividades tradicionales
generadoras de ingresos que mantengan bajo control y canalicen
adecuadamente esfuerzos conscientes de planeación. Este enfoque
puede reducir la presión especulativa del desarrollo descontrolado, las
cuales eventualmente son las causantes de la expulsión abriendo el
camino para una sustitución total del tejido urbano tradicional.
 Asimismo es posible fomentar la pequeña empresa a través de
microcréditos, proporcionar nuevos servicios comunitarios, restaurar
viviendas deterioradas y mejorar los espacios públicos existentes
mediante intervenciones físicas y una mayor interacción social y vida en
las calles.

Ahora bien, los problemas que presenta la Ciudad de México en cuanto a


fenómenos como la especulación inmobiliaria, gentrificación y escasez de
viviendas de interés social no son únicos en el mundo. Por el contrario, incluso
podríamos afirmar que éstos han sido una constante en las grandes ciudades
desde hace varias décadas. Ejemplo de ello son los movimientos sociales que
han aparecido en ciudades como Barcelona, Madrid, Venecia, París, Lisboa,

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


79

Nueva York e incluso en nuestra propia región como la capital chilena,


Santiago, donde las poblaciones han protestado por el aumento exorbitante
de los precios de los bienes raíces, resultando en expulsiones masivas de
habitantes locales.

Por ende, adicional a estas acciones propuestas por ONU-Hábitat, conviene


retomar ejemplos de experiencias internacionales para atender las
consecuencias de estos fenómenos, siendo un caso de interés la respuesta
del Estado español se dio a través del Plan Estatal de Vivienda 2022 - 2025,
entre cuyos pilares se encuentra el programa de ayudas al alquiler,
consistente en subvenciones de entre 30 y 50% del costo total de la renta,
dependiendo del grupo vulnerable que se trate.

El programa, que además es replicado por los gobiernos de las comunidades


autónomas acorde a sus propias facultades en la materia, también tiene como
objetivos a mediano plazo aumentar la oferta del parque público de vivienda
hasta un 20% del total a través de mecanismos como el Sareb, el banco
público encargado de revender activos considerados tóxicos tras la crisis
financiera; más la oportunidad de adquirir ayudas para la compra de vivienda
para jóvenes en poblados de menos de 10 mil habitantes.

Estas acciones se suman a medidas como límites a la subida de precios en


los alquileres; mayores restricciones al número de propiedades que una
persona puede poseer; penalización para los propietarios que dejen varias
viviendas vacías; restricciones al desalojo de personas en situación de
vulnerabilidad; y la facultad de regular los precios en aquellos lugares donde
la gentrificación aumente con el fin de regular los precios a través de la
declaratoria de "zona de tensión".

El éxito de esta clase de mecanismos se puede rastrear en Cataluña, primera


región española en aplicar límites al precio de los alquileres, donde a pesar de
la pandemia por Covid-19 se registró una subida en los precios del 2% entre

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México


80

julio y septiembre de 2020; mientras tres meses después de la aprobación de


la regulación bastaron para hacer retroceder los precios 2.7% en promedio
(alcanzando hasta 4.12% en Barcelona).

Además, el modelo implementado en Barcelona contra la especulación


inmobiliaria con fines turísticos se convirtió en referente para toda la Unión
Europea. Después que empresas como Airbnb aprovecharan los vacíos
legales para instalarse en la región, el número de pisos destinados al alquiler
turístico duplicó lo requerido por la demanda local de vivienda, aumentando
los costos y reduciendo la oferta de casas habitación. Por ello, el gobierno
catalán aprobó una serie de regulaciones tendientes a respetar el destino de
los inmuebles, los cuales eran de corte habitacional y no turístico.

Es importante indicar que, en la propuesta de Vivienda para la Ciudad de


México, se deben respetar los derechos humanos como parte fundamental de
la dignidad de las personas. En el movimiento de transformación las causas
sociales son el mecanismo de lucha por y para la gente, ante la falta de
cumplimiento del Estado de brindar las herramientas necesarias para la
facilidad del mismo, en materia de derecho comparado es claro que el estado
mexicano ha velado por la vivienda en tratados internacionales, sin embargo
a partir del inicio de los gobiernos neoliberales en México, se inicio un proceso
de desmantelamiento de empresas del estado indispensables para garantizar
la vivienda como un derecho y no como una mercancía.

Vivienda y Bienestar, una propuesta para la Ciudad de México

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