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2
¿Qué hicimos los sociolingüistas ?

En este capitulo se mencionan distintas lineas de investigación desa-



rrolladas con anterioridad a la recepción de Voloshinov en Occiden-
te- bajo la denominación de sociolingüística, así corno algunos
aspectos ya estudiados y demostrados del lenguaje en uso. Ademas se
piaraen de nué modo el uso deformas lingüísticas está restringido o go-
.

bernado por la situación de comunicaci ón, de que modo la variació n,


las diferencias interindividuales e intersticiales, la heterogeneidad son
propiedades de los dialectos utilizados por Lis comunidades lingüisti -
cas. Se encontrarán referencias a otras disciplinas de las que la socio-
lingüística ha tornado conceptos fundamentales para posibilitar su
propio desarrollo. Todos los temas son retomados y ampliados en los ca-
pitidos siguientes.

Pensamos que el mayor logro de la sodolingüística es haber mos


trado que el uso del lenguaje por parte de un hablante, oyente real
-
— —
en una comunidad lingüística concreta, no depende al menos, no
solamente de las reglas de una gram ática. Los intercambios lin -
güísticos en una comunidad tampoco constituyen la puesta en uso
de un sistema de signos, entendido como un depósito social que es-
tá disponible para que cualquiera los utilice en el momento en que
lo desee. Es decir que el modelo chomskyano de producció n asi co-
mo la metáfora saussureana lengua-habla no son de gran utilidad
para explicar el funcionamiento lingüístico real. En efecto, las
propuestas lingüísticas formales suponen y describen reglas inma-
nentes de producción, es decir, reglas que dependen de las caracte-

n
A
••••
UJ

*
4u Sujetos de la lengua ¿Qué h í dmos los sociolingñistas? 41

r ísticas mismas del lenguaje; la sociolingüística mostr ó que la pro- tengamos disponibles las reglas gramaticales: significa que son las
duccció n lingüística depende tambié n de formas o reglas que per - reglas de uso lingüístico las que gu ían nuestras construcciones
tenecen a í a interacció n social. Podemos conocer la gram á tica y el lingüísticas reales , esto es, los enunciados . Es muy com ú n explicar
diccionario de una lengua particular -en otras palabras , conocer los esto diciendo que una niña de dos a ños no comprender ía el fun-
signos del sistema-- pero esro no nos habilita como hablantes en cionamiento de la corriente elé ctrica, pero dicha afirmació n no ex-
cualquier situació n. La comunidad lingüística impone serias res- plicar
ía por s í sola la producción alternativa que utilizamos para
tricciones al uso, ai tiempo que establece reglas para ia producción ejemplificar.
de enunciados.

Algo de la historia acadé mica


Lenguaje en situació n
Es muy com ú n afirmar que la socioling üística comienza con los
Supongamos vamos a visitar a una amiga, quien acaba de dar
que trabajos de William Labov en la dé cada de I 960 , y de hecho esta
a luz a su primer hijo o hija y nos muestran ai bebé . Anee ese est í- idea se halla muy difundida en el imaginario acadé mico. Sin em -
mulo visual, podr íamos intentar pronunciar la frase -totalmente bargo, el modo en que é l abord ó la relació n entre lengua y socie -
o o—
gramatical siguiente : dad resulta, si no err ó nea, por lo menos problem ática. Esta

¡Qué feo que es!
'

Sin embargo, ia producción de una forma semejante es alta-


concepció n se basa en la necesidad de vincular una variable lin-
güística con otra no lingüística (independiente de las reglas gra-
mente improbable en esta situació n. En efecto, existen restriccio- maticales ) - es deem con una variable social. Por ejemplo, algunos
nes -contextuales, en este caso- que lo impiden y que, por el hablantes de ia ciudad de Buenos Aires pronuncian [comisaría]
contrario , nos dejan un margen muy estrecho de creatividad. Lo mientras que otros pronuncian [comisar ía]. Esta ser ía una variable
más probable es que , en ese contexto, exclamemos: lingüística (con dos variantes: [a] y [c ]) . Por otro lado, cabr ía pen-

¡Ay!¡Qué hermoso! ¿A quién se parece? ¿Y ve ,?, ¿cómo estás?
aunque tengamos plena conciencia de nuestra escasa originalidad ,
sar que existe alguna relación entre el uso de estas formas y la ca-
pacidad de consumo ( medida en té rminos de ingresos monetarios)
el niño o la niña nos parezca arrugado / a y colorado / a y la madre de los hablantes. Esta ser ía í a variable social. ( En en cap í tulo 4 se
muestre una terrible cara de cansancio. desarrollar án los problemas que plantea este enfoque.)
Si queremos impedir que una niña de dos a ños acerque sus de- De todos modos es indudable que a Labov le debemos la cone-
dos a un enchufe , no le explicamos ei funcionamiento de 1a co- xió n inmediata entre sociolingüística y lo que conocemos como
rriente alterna; simplemente le decimos: paradigma cuantitativo. En efecto , como veremos , Labov logra

o
Mamá no quiere que la nena haga eso, fundamentar de modo estadístico la regularidad de la variació n
lingüística. Sin embargo , pensar que la sociolingüística comienza
—PorEso es feo caca
, , no se toca.
supuesto estas expresiones no indican que no podamos ex
, -
t con Labov as í como pensar que los estudios de la relació n lengua-
je-sociedad se agotan en el análisis de regularidades estad ísticas es
plicar ios riesgos que implica recibir corriente elé ctrica o que no un error en ia concepció n del objeto de estudio. La sociolingüísti-

l
r
42 Sujetos de la lengua

ca estudia el lenguaje como tal y considera que para hacerlo debe


!
á
i

I
¿Que hicimos los socioiing

das con anterioridad pero -en


ü islas?

ese momento- alcanzan


43

desarrollo

abarcar el uso del lenguaje, sin limitarse a describir o proponer


y prestigio científico. inglés utilizado por a po
I trabaj ó mucho con el
Incluso Labov enton
modelos formales e ideales . Estados Unidos ien ese
Es cierto que Voloshinov no fue recuperado hasta la dé cada de
blación afro norteamericana en los lo políticamente
ces , simplem ente , negror no estaba desarr ollado
empleaban no constitu í
a
1970 por la ciencia occidental y que en la dé cada de I 960 la so-
*
el dialecto que
ciolingiiísrica se impuso en el ámbito acadé mico , pero no -se trata
correcto), para mostrar que
és utilizado por los
blancos -so-
dialecto ingl
de un fenó meno aislado. Por esos mismos anos irrumpe en el
una deform ació n dei lengua crio la.
mundo acadé mico con mucha fuerza una gran producció n que
bre todo los educad os —sino
vern á
que
culo
se trataba de una
( NEv ), el que, a su vez
, tuvo su

describe y explica usos concretos del lenguaje y situaciones de uso


La llamó inglés negro
és (véase cap. 7).
origen en un pidgin de base ingl -
del lenguaje; tambié n nos encontramos con diversas propuestas si decimos que en estas reivindicacio
No exageramos mucho las dife-
metodoló gicas para estudiar el uso, muchas de las cuales provienen
termina n ios acuerd os reales y comienzan a aflorar
de la antropología y de la Etnografía dei Habla.
nes se
lugar , Labov acepta como base la gramática-
Como ya advertimos en la Introducció n, la socio ü ngüística no rencias. Ei primer compo
no incorporar un cuarto
chomskyana, a la que critica por
supone un paradigma ú nico, de modo que en el relato de lo reali- cap. v -
- .- ? -. - :.u. ..u -~ —
- LUIJ cnnadua y salidas , marchas y contramarchas ,
neme, el componente variable ivease padres fundadores v éan
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y íi ("i I» » > > 'i *•*
UV
rar
demás autores que podemos conside , el rechazo a la gramática
caminos paralelos y un rimú abierto. Paitan trabajos que muestren Bernste in
c ó mo se integran los estudios del uso del lenguaje . Uno de los mo - se Hymes, Gumperz
total .
y
Labov intenta hacer
ía
un aporte a la teor Dra
dos de hacer ciencia que predomina actualmente en el á mbito aca-
chomskyana es
de ella.
marica!, los otros tres se desentienden
d é mico , el de constituir super especialistas , no ayuda en la tarea de
integraci
o ón.
Una forma de explicar esta irrupció n de la sociolí ngüística es
el rechazo que produce la idea de sintaxis autó noma en la pro-
1 contexto
'

puesta chomskyana . Por distintos motivos , un conjunto de auto- e y su relaci ó n con la socie-
res que mantienen diferencias metodoló gicas y de objetivos entre
luando hablamos de uso del lenguaj idea de un contexto
donde a
de alg ú n modo la
lad , suponemos embargo, este concepto
es
s í: se unen en un rechazo frontal, lo que colabora para confundir lleva a cabo . Sin
ecuació n lingüística se
un poco m ás el panorama. Sin embargo lo recorreremos sin de- sociolinguistics.
mo de los más controvertidos en lo
, estratificada en
sesperar porque , a pesar de la dispersió n, no es poco lo que se Ha el contexto es toda la sociedad
Para Labov , vez según el nive
hecho hasta el momento. clases sociale s , caracterizadas a su
denomi na con e
que -aunque trabaje
ue
Otra causa posible 1 de la proliferació n de estudios sobre el uso }
je ingresos. Resulta bastante curioso
del lenguaje y de ia amplia recepció n que tuvieron es el. movimien- que ia pertenen cia a una de ellas es
to político-ideológico de los años sesenta y setenta, en particular la
concepto de clases y sostenga
lingüística de un hablante
- Labov
relacio nada con ia conduc ta . Es
social
reivindicación de las diferencias, los movimientos antisegregacio- t é de una teor ía
necesit e
nistas , la defensa de ios derechos de ía mujer y la protecció n de las
no crea que la sociolin güí stica
totalmente de ella, ya que
la teo -
m ás, afirmó que pod ía prescindir
minor ías. Muchas de sus ideas y lí neas te ó ricas ya estaban plantea-

S
'

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44 Sujetos de la lengua
¡ ¿Que hicimos los sociolingüistas? 45

r ía de la variació n no la necesitaba. Esto permite usar en la pr ácti- r Para los dos últimos autores , el contexto y la comunidad lin-
i

ca diferentes variables sociales -gé nero , nivel de escoiarizació n, güística no coinciden, ya que una comunidad tiene matrices co-
edad, etc.- que pueden caracterizarse segú n par ámetros muy cla- municativas expresadas en eventos con diferente grado de
i
? :
ros como el de nivel de ingresos , pero cuya importancia -a veces , rirualizació n. El contexto es tambié n un componente significativo
ni siquiera la pertinencia- es posible demostrar en la organizació n de cada comunicació n en particular , y no suponen que todos los
y vida cotidiana de una comunidad: solo puede mostrar su rela- miembros de una comunidad se comunican con todos , ni que to-
ció n con la variació n lingüística. dos los hablantes ocupen los mismos roles comunicativos , que
Hymes , por su parte, tendr á una concepció n muy diferente de pueden ser institucionales. El problema aqu í -como veremos- es
contexto. El é nfasis de sus trabajos y sus reiterados manifiestos te ó- determinar la parte del contexto que sea realmente significativa.
rico-metodológicos no estar á puesto en el lenguaje como sistema En efecto, el color y tamaño de las baldosas no forma parte del

o gram ática que siempre se pone en juego en un contexto sino —
en la comunicació n , al punto que utiliza el t é rmino competencia
contexto comunicativo en una misa, pero s í pueden serlo en una
clase de baile o en una conversació n entre arquitectos.
comunicativa para referirlo a la capacidad de los hablantes de co-
municarse dentro de una comunidad. El término competencia fue
i acu ñado por Chomsky para caracterizar la capacidad innata, bio- Diferencias de enfoque en el objeto de estudio
lógica, del lenguaje humano, entendido como la capacidad de
:

internalizar una gram á tica particular. El manejo del código lin- Es muy com ún realizar una distinció n entre !a llamada macroso-
güístico no ser á más que un componente entre otros de í objeto de ciolingüística y la microsocioiingüística , En principio estos nom -
estudio de la emoiiugüísuua que i lyuics uclnic como d evento co-
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municativo. Esta unidad de análisis constituye el contexto en el del análisis pero tambié n establecen distinciones metodológicas.
que se produce la interacció n lingüística. La macrosociolingüística intenta establecer teor ías generales
Precisamente la discusión en torno a la definició n de contexto acerca del funcionamiento social del lenguaje , de alcance univer -
\ diferenciará líneas de investigació n en la relació n lenguaje-socie- 1 sal, esto es, problemas de la variación lingüística, del cambio lin-
.
dad La falta de acuerdos sobre una teor ía social, o directamente la güístico , del contacto y / o conflicto entre lenguas , del nacimiento
afirmación de que esta no es necesaria, dificulta aun m ás esta ca- y muerte de los dialectos, de la comprensió n y producció n social
racterizació n.
¡
de enunciados, de la diferenciación y / o discriminación social por
i Dijimos antes que, para Labov, el contexto es toda la comuni- el uso diferenciado del lenguaje por parte de los miembros de una
dad lingüística, pero comunidad lingüística no es un término muy comunidad, de las relaciones de poder expresadas en el uso deí
claro. Numerosos autores lo usan, aunque no le dan el mismo tra- lenguaje, de la producción social de sentido , de las condiciones de
tamiento. Labov, de hecho, considera a la comunidad lingüística producción, circulación y recepci ón o consumo de textos, etcé-
monolingüe -aunque multisocioiectal-, pero este criterio no es tera.

i
aceptado por Gumperz, ni por Hymes, quienes reconocen la exis- La microsocioiingüística, por su parte, suele concentrarse en el
í: tencia de comunidades bilingües y plurilingües, porque privilegian —
análisis interaccional la conversaci ón , por ejemplo y/o el análi - —
claramente ios aspectos comunicativos por sobre los lingüísticos. sis de situaciones particulares, como la interacción docente-alum -

5 -
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F
46 Sujetos de la lengua ¿Quc hicimos los sociolíngü istas? 47

nos en un aula, la relació n m édico-paciente, y también algunas tencia de un idioma (o lengua) del cual se derivan -por supuesta
versiones del llamado análisis del discurso. Sin embargo, muchas contaminación o deformació n- o pueden derivarse distintos dia -
veces la diferencia entre ambos enfoques radica en que la microso -
ciolingüística acepta una etapa hermené utica en los análisis, mien-
lectos.
En realidad , el proceso histó rico es completamente diferente.
tras que «la macro» , supuestamente , no la admite. Los idiomas o lenguas nacionales fueron establecidos por una ne -
cesidad política y por una autoridad política, nunca por usuarios
,

o hablantes reales. En todos los procesos de normalización o esta-


Demostraciones empíricas blecimiento de normas de lenguas nacionales , se elige un dialecto
en particular, o se combina m ás de uno, pero no se cubre el uni -
Presentaremos algunos de Ids logros de la sociolingüística porque verso de hablantes supuestos . Este idioma nacional ser á el emplea-
a la luz de estos logros podemos ilustrar las diferencias enunciadas. do en la educació n, en los documentos oficiales , etc. y se intentar á
Un logro fundamental, sin duda, aunque nos obligue a men- imponerlo sobre otros dialectos en uso; se determinar á una línea
cionar otra vez a Labov, es haber demostrado de un modo siste - divisoria entre qu é es lo correcto, qué no lo es , qué es vulgar, etc .
m á tico, que las lenguas var ían. Aun en LLU estudio sincr ó nico
— —
planteado de un modo ideál por Saussure para la lengua no en-
contramos homogeneidad sino diversidad. Los miembros de una
No se trata de que aigún dialecto sea mejor que otro, o uc que mi
conjunto de formas sea mejor que otro. Se trata de una imposició n
de políticas lingüísticas; no hay ningú n motivo para preferir [la
comunidad se comunican entre s í, pero no todos utilizan con la sarté n] a [ei sarté n], o preferir [está de la nuca/del tomate] a [está
misma frecuencia formas lingüísticas id é nticas . La homogeneidad chapita/loco]. Los dialectos funcionan como los seres vivos: na-


no sólo es una ilusión inexistente sino que la variación implica una cen , intercambian con otros , se desarrollan (véase cap. 7 ) , cambian
tensió n que devendr á probablemente en un cambio: unas formas
se impondr án sobre otras. Por ejemplo, los porte ños ya no vamos

y eventualmente mueren.
Hay ejemplos bastante recientes de España, donde después de
al [cinemat ógrafo] a vé r [cintas]; mientras tanto, algunos decimos -
la muerte de Franco se normalizaron r-entre otros el catalán y el
[amigazo] y otros decimos [r éamigo]. No sabemos si la forma [r éa- gallego, que pasaron a ser idiomas oficiales en las respectivas re-
migo] reemplazar á a la forma [amigazo], pero sí sabemos que las giones. De todas las formas catalanas o gallegas se eligieron algu-
formas [cinta], [film] y [película] alternaron durante un tiempo nas para establecer la norma. Hace poco tiempo unos campesinos
hasta que la última se impuso , aunque no tiene ei futuro asegura- gallegos de Roupar, provincia de Lugo, aseguraban que ellos no
do, como no lo tiene ningún morfema en ninguna lengua. En sabían gallego y como prueba mostraron la programación oficial
otros té rminos, la sociolingüística mostr ó que la variació n y el de televisió n gallega, que no produc ía las mismas formas que el-
cambio ling üísticos son fenó menos constantes, sistem á ticos y vin- los empleaban. Por su parte , muchos hablantes de Catalu ña se
culados entre s í. han quejado de que el dialecto de Barcelona se impuso sobre los
Aunque no se trate de un logro específico de la socioling üísti- propios.
ca, no podemos dejar de señalar la ruptura del mito de la «pureza» Los hablantes , pues , utilizan dialectos. En realidad se trata de
de un idioma. Tal calidad no existe en lo que al uso ling üístico se socioíectos y la mayor ía de los hablantes maneja m ás de uno, aun-
refiere. Una concepción muy difundida y err ó nea supone la exis- que no tengan conciencia de ello. Por cierto, los dialectos no son
¿Qu é hicimos los sociolinguistas? 49
48 Sujetos de la lengua

otros dialectos, c íó n de culto o vulgar corresponde a una valoración social, no lin-


compartimientos estancos: están en contacto con güística. No se habí a de las piernas de una modelo de pasarela, ai
, etc. En definitiva, un dia-
toman té rminos y expresiones de otros relatar un desfile, del mismo modo que de U lesió n que ha sufri-
, expresando las
lecto solamente puede entenderse en movimiento do en las piernas un jugador de f ú tbol. Jam ás se menciona el aduc -
uyé ndola al mismo
tensiones existentes en la comunidad y constit tor derecho o ei empeine izquierdo de Naomi Cambell, aunque se
tiempo.
un corpus de hagan muchas descripciones de ella. En cambio, son bien conoci-
Los dialectos y sociolectos tampoco constituyen das las historias de los desgarros sufridos en diferentes m ú sculos y
án habilitadas pa-
formas invariantes que se repiten cada vez y/o est los muchos golpes recibidos por Bekham , Ra úl o Maradona.
ra cualquier situació n. En efecto, las formas
ling üísticas que em -
tratando , con Sin duda, las situaciones comunicativas son las consideradas
pleamos var ían de acuerdo con ei tema que estamos cultas o vulgares. Como entendemos que una conferencia acad é-
en el que esta-
las personas con quienes conversamos , con el lugar mica constituye un evento diferente de una partida de pool, usa-
formas a ca-
mos. Por eso se afirma que ios hablantes adaptan
sus
. remos formas lingüísticas diferentes en uno u otro.
da situació n; a este fenó meno se lo denomina registro , Debemos tener presente que hablar de eventos comunicativos
No existen, en rigor, registros cultos o registros vulgar es ya que
serlo ; dei mismo formales o informales no implica que los primeros requieran for -
no es una propiedad de las formas ling üísticas mas ling üísticas de una calidad diferente , mientras que ios segun-
cultas ni for-
modo que no hay formas puras , tampoco hay formas i dos no requieren o no seleccionan formas particulares. Es tan
mas vulgares . \Veamos:
[ j

j inadecuado afirmar en una clase de filosofía que:


(1) Anda a conseguirle un pichicho al pibe. ( 5 ) Heráclito era un quía que decía que naides podía bañarse
(2) La verdad c r que ei país es un bolonqui. . - c -/ — • /
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como en una charla entre amigos, sobre mujeres , afirmar:


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mascota. ¿jV¡?
pensó en un paro para sus hijos? (6) Lo que está chamuyando no guarda Las más elementales nor-
(4) £ z Argentina está atravesando una grave crisis institu
¿
cional \
) ( ) son m ás mas del decoro, caballero.
Es bastante com ú n afirmar que las formas (1 y 2 Todos ios eventos comunicativos tienen diferentes grados de ri-
que las
vulgares que las presentes en (3) y (4). Se podr asegurar
ía

tualizació n -como veremos en el cap í tulo 3 pero cualquier grado
o un psic ó lo-
formas de (1) no son las que utilizar ía un pedagogo de rkuaiización exige formas particulares de las cuales disponen los
(2) no ser ían las
go para aconsejar a un padre o madre; que las de hablantes de los diferentes sociolectos.
, en
formas apropiadas para ser pronunciadas en una conferencia
|
No hay que confundir el contexto objetivo con la representa-
cambio s í lo serían las de (4). Sin embargo, mientras que las for - ció n que se tiene de ese contexto ( Raicee, 1999 ) . Una clase siem -
mas de (1 ) y de (2) son adecuadas para ser intercambia
das por
emplear los t é r - | pre es una clase, caracterizada por una relació n asimé trica entre
f"
*

amigos en un café, no lo son las de (3) y (4 . Al


)
comuni- docente y alumnos , pero la imagen de una clase en 1950 es dife- i
minos culto y vulgar estamos calificando las situaciones rente de la que tenemos ahora. En aquel momento, hubiese sido
en s í mismas
cativas, por ello no tiene sentido decir que las formas impropio llamar señ o o por ei nombre de pila a la maestra o tu-
son cultas o vulgares. Las formas portan o expresan
signif icados re-
, cultas, tearla, pero no lo es ahora. Los contextos objetivos pueden no
ferenciales, sociales, simacionales: no son, en s í mismas 1 cambiar , pero s í la imagen que tenemos de ellos. No puede pro-
sino adecuadas o inadecuadas a la situació n o al tema
. La califica-

7
51
sociolfngü istas?
¿Qt »é hicimos los

comprensión. Algu-
50 Sujetos de la lengua

Iti lo mismo con la formu-


el hecho de que los diputados o senadores Lamentablemente sucede el texto de un sencillo
vocarnos m ás que risa n
nos hablantes no pueden entender C édula de Identidad,
del Congreso de la Nación en la Argentina se califiquen a s í mis- la
utiliza para obtener les resulta ajeno.
%p
:
lario, como el que se
mos como miembros de un Honorable Cuerpo. í
un sociolecto que rmino
porque está redactado en sociolingüísticas el té de

%
La sociolingüística al buscar sus datos dentro de usos reales %
investigaciones ón oral
Al comienzo de las
l:

de! lenguaje-amplió la unidad de análisis tradicional de las gram á- empleaba solo para referirse a la produccidimensión
ticas y también de las dialectologías convencionales. Es decir, las discurso se , pero más tarde
adquirió otra
:
hablantes sociales.
de los intercambios
i-
uno o varios
unidades a ser analizadas debían aproximarse m ás a la producción n el análisis
hasta incorporar tambi
g é
lingüística efectiva de hablantes reales , o coincidir con ella. Esto É
i

dio como resultado una aproximación al análisis del discurso y al


i análisis de la actuació n de los hablantes: se trata de determinar no
í

solo por qu é un hablante dice algo, sino para qué lo dice , a quié n 5 Discurso
i
a de una teoría
*
acabada del

lo dice y qu é hace cuando dice algo. no dispon í teor ía
Ahora bien, la lingüística no tiene una teor ía social ni una üistas
^

discurso, como no ten


ía - ling
. Per otro lado, varios habían
-
!

n humana
I
Cu¿» uío el uso ilixerencia a los iiabíantes general de ía actuaci ó
del análisis por niveles álisis
defensores
- los estructuralistas,
constitu ía el lí mite superior del an
afirmado que la oración ía el discurso. El enunciado y lalisis enun-
i
La sociolingüística tambié n logr ó romper con el mito de la uni-
- Üngüístico. Despu
és vendr aná su
de partida para losembargo, un
-
dad de las formas dialectales ; se había llegado a afirmar que la len , el punto
ciació n fueron, entonces constituyó, sin
gua, a travé s del uso, era absolutamente democr á tica porque . Esta desventaja evidente no
igualaba a ios hablantes por encima de sus diferencias sociales. En periores
problema. sentido amplio, se haoía
efecto, cualquiera podí a convertirse en hablante , cualquiera podía
Lasociolingüística, considerada
en un
estudios interdis -
ser oyente. Por el contrario, el uso ling üístico es tremendamente
desde el principio la necesidad de los en incorporar
diferenciador. Los hablantes discriminan a los que no hablan co- planteado inconvenient e -
cipiinarios. De este modo ía del habla y al análisis de la conversade
no tuvo
— —
mo ellos , ios consideran inferiores no educados, vulgares o, al
menos , miembros de otro grupo. De ah í que no todos logran re - como propios a la etnograf incorporó la reor ía de ios actos
ción. Para abordar el
discurso
en general, que son aportes
cibir la misma atenció n en una comisar ía o cuando concurren a pragm ática difícil
habla en particular y la ía del lenguaje. Hoy en día es muy prag-

realizar un tr ámite municipal. La escuela suele no respetar algunas
formas sociolectaies y/o algunas conductas lingüísticas asociadas provenientes de la filosof usos del lenguaje no aborde análisis
uso o de esa escuela la
nocion

al sociolecto y las combate o las califica de tal modo que esos ha-
blantes quedan estigmatizados como malos alumnos o mal habla-
que un curso sobre
máticos e incluso no tome
los
directamente
actos lingüísticos
y la idea de adecua -
de convencionaiidad
de
;


dos Un niño proveniente de la clase media y que , por lo tanto, usa
,

ció n ai contexto. -
elementos de la
escue -
un sociolecto que las maestras entienden como culto, tiene mejo- -
aunque cr íticamente condi -
También adoptó el estudio de las

5
res posibilidades que un niño que proviene de la clase obrera y/o francesa , tales como
la de la enunciación
i -- de una regió n diferente.

3
55
0. ,
i ¿ hicimos los sociolinguistas?
|

52 Sujetos de te lengua

dones de producció n , circulació n y recepció n de los enunciados- Bibliografía -


or{oene$ SOCJS

^
.|
/ discursos. Adem ás , al menos en algunas ramas, se reivindicaron i
Códigos amplios Y

.
(comps »'
i
Bernstein, B. [1964 ] 1974. , en P. Garv y UNAM,
concentos v clasificaciones de la gramá tica sisté mico funcional de México DE
\ * * •***•\
les y algunas consecuencias
:


L J O

Halliday. »« «
Final mente se incorporaron conceptos tales como intenció n
Chomsky, N. 11565! mtZ ¿,Mrt*» 7“ "' C
CG
£ '


dei habíante ( tomado de la filosofía analí tica) , creencia ( tomado
Compon. J [19621

. *
Tipo < ¿ ¡

Soá (comps.!.
1974 .
de la antropología) , representació n mental (tomado ele la psico- f -
Aotmpolos'cm

_ ¿M* M«
I de
•” * ¿ u„l,»«y Pm»C- . »
lOI
íingíiferica cognitive ) e ideología ( remado de la sociología) . í
.
._
OF UNAM,!»>«»
Estas incorporaciones no solo le permitieron ampliar la unidad « «
“ »* »'


* S” : “ lotacióP. a» *
de análisis a cualquier producció n lingüística real, sino tambié n
1977 . t W *
Hym». D . 1196*1 *
197 . Haa ¿fi ¿ m #*** ” '

incorporar a los sujetos hablantes sin que perdieran ni su indivi-


dualidad ni su inserción social. Tampoco debieron dejar de lado
Y. Users *
MMto .
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Mismo
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UNAM
" " 2 1%,« *
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c íis.
qu é estaban haciendo al hablar ni cu ál pod ía ser la importancia de
su auiuadón dentro dei nivel micro o dentro del nivel macro. Tal
I
vez, coa estas ampliaciones , ia soc íoling üísnca fue perdiendo pre -
i
cisió n , pero gano claridad , amplitud , recuper ó el conjunto de los
; le ñó menos lingüísticos e incorpor ó una dimensió n interpretativa.,
valiosísima e imprescindible en ia comprensión de los fenó menos
humanos.

:
Nota
:

1. En cicero , la d écada de I 960 muestra amplios cambios y avances en las


:
:
ciencias sociabv y humanas ai mismo tiempo que un incremento notable en
las luchas sociales contra el orden establecido ( recordemos d Cordonazo, el
Mayo franc és, hs luchas contra la guerra de Vietnam y por la paz. la Revolu -
ció n Cubana, etc. ). Si bien no creernos en una relació n directa , mec á nica en-
,

tre luchas políticas y programas cient íficos, tampoco creemos que í a ciencia se
desarrolla en « torres cíe marfil».

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