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Integrantes:
Antonia Cid
Nadia López
Yubernila Torres
Pérdida auditiva relacionada con la edad (mayores de 65 años), también se relaciona con factores ambientales y/o
genéticos. Como cualquier tipo de Hipoacusia no solo afecta la audición, esto lleva a que repercuta en la calidad de vida de
quién la padece, en el caso que mostraremos a continuación afectando notoriamente la vida laboral del usuario; afectando
autonomía y comunicación.
a- Presbiacusia neural: Atrofia del ganglio espiral y fibras nerviosas de la lámina espiral ósea. El audiograma muestra la
pérdida gradual de la audición, afecta en su mayoría las frecuencias agudas. En este tipo de presbiacusia la audiometría
verbal es la prueba decisiva.
b- Presbiacusia metabólica/estrial: Comienzo desde la tercera década de la vida, de progresión gradual y lenta. Las
frecuencias son afectadas de manera similar. Esta puede ser hereditaria, con prevalencia mayor en mujeres.
c- Presbiacusia conductiva coclear: Rigidez de la membrana basilar y alteraciones en el ligamento espiral. En audiograma
se visualiza HSN bilateral con caída en frecuencias agudas.
d- Presbiacusia central: Afectada la inteligibilidad de la palabra. Las lesiones degenerativas centrales son secundarias y
consecuencia de la pérdida de células sensoriales de la cóclea.
I. Anamnesis
Mujer de 70 años de edad, siglas C.L., quien se desempeña como profesora, acude a la consulta por disminución de la
audición, comenta que escucha pero no entiende, también presenta dificultad para la comunicación verbal. Indica que a
partir de los 65 años comenzó a experimentar esta pérdida de audición pero que no impedía desarrollar sus actividades de
vida cotidiana, tanto familiares como laborales. Desde aproximadamente 1 año hasta la fecha indica que esta pérdida de
audición ha ido incrementando, muchas veces teniendo que pedirle a sus estudiantes o familiares que repitan lo que
acaban de decir o le hablen más fuerte puesto que no entiende bien.
La usuaria al momento de ser interrogada para la recaudación de información solicita que le hablemos en un tono más
elevado puesto que al principio de la interacción no escuchó claramente las preguntas realizadas.
Al momento de recabar información de antecedentes mórbidos nos comenta que sufre de hipertensión y diabetes, siempre
ha trabajado en el mismo lugar y nunca se ha sometido a ningún tipo de cirugía.
a) Otoscopia: En exploración de ambas cavidades auditivas se observan conductos permeables, sin presencia de
tapón de cerumen, membranas íntegras y con características normales, se puede observar cono luminoso.
b) Acumetria: En la exploración acumetrica tanto de Weber como de Rinne se identifica un daño a nivel
sensorioneural (HSN), puesto que lo que se ve afectado en mayor parte es el oído interno.
Interpretación resultados: Rinne (+) - Weber: No lateraliza.
c) Audiometría:
estas son valoraciones subjetivas, y su protocolo de realización debe adaptarse a las características del
paciente anciano: simplificar las instrucciones de la prueba en la medida de lo posible y repetirlas cuando sea
necesario; reforzar con gestos las indicaciones verbales; utilizar tiempos de estimulación más largos, ya que los
pacientes con presbiacusia tardan más en reconocer los sonidos y responder; evitar la fatiga y pérdida de
concentración del paciente durante la realización de la prueba.
a. Voz susurrada. Desde detrás del paciente (para evitar lectura labial), a unos 60 cm, el examinador
ofrecerá al paciente 3 números con voz susurrada que este deberá repetir. Se prueba cada oído por
separado (el oído contralateral se enmascara tapándolo y presionando o frotando el trago de forma
circular), y es importante controlar la intensidad del susurro (se espira completamente antes de emitir
las palabras para forzar voz susurrada). Se estima que si tras 2 ensayos el paciente no es capaz de
repetir correctamente más de 3 palabras la pérdida auditiva será >30 dB.
b. Audioscopio portátil (fabricado por Welch Allyn). Otoscopio con audiómetro incorporado capaz
de generar tonos puros en frecuencias de 500 a 4.000 Hz con intensidades de 25 a 40 dB. Al aplicarlo,
el conducto auditivo externo del paciente debe quedar completamente aislado con el espéculo ótico
adecuado. Una vez conseguido el cierre hermético se comienza la secuencia de sonidos y se le pide al
paciente que nos indique cuándo percibe el tono.