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DERECHO DE GENTES.

Era la denominación que daba el derecho romano a aquella parte del derecho
público aplicable a sus relaciones con otros pueblos, y que ha terminado
aplicándose en el mundo jurídico como sinónimo de derecho internacional, aunque
los romanos nunca usaron el concepto de estado ni de nación. En sentido estricto,
el ius Gentium era aquella parte del derecho romano aplicable a quienes no eran
ciudadanos romanos.
Ius Gentium o jus Gentium, el derecho de gentes, en un sentido restringido
comprende las instituciones del derecho romano de las que pueden participar los
extranjeros (peregrini) que tenían tratos con Roma y sus ciudadanos (cives), por lo
que supone una complementación del ius Civile, para aplicarlo con individuos que
no ostentaran la ciudadanía romana. En sentido propiamente moderno, el ius
Gentium es sobre todo una elaboración de la Escuela de Salamanca.
Al principio sólo existía un pretor, pero cuando Roma comienza a expandirse y a
tener relaciones con otros países, se ve la necesidad de crear otro, así en el año
242 A.C. se crea la magistratura del Praetor Peregrinus, que atendía los casos en
los que exclusivamente intervinieran no ciudadanos. Al crearse esta nueva
magistratura comenzó a llamarse al anterior pretor como Praetor Urbanus, dedicado
a juzgar los asuntos en los que participasen ciudadanos romanos. Los casos
tratados eran bastante variados, pero la mayoría derivaban de asuntos comerciales.
Así, las relaciones comerciales obligaron a la creación del precedente del llamado
derecho contractual, un derecho ultro citroque obligatio (que obliga a ambas partes),
a partir del cual nace el ius Gentium.
En un sentido amplio, el derecho de gentes trata de reglas básicas para el
entendimiento aplicables a todas las colonias y provincias romanas, designando la
parte del derecho público referida a las relaciones de Roma con estas (los tratados
de paz o de alianza y las normas de la guerra), es decir, el equivalente al "derecho
internacional", aunque no se puede hablar propiamente de tal, toda vez que en
Roma no se había acuñado el concepto de nación.
Aunque en algunos aspectos el derecho de gentes pueda coincidir con el derecho
natural, se trata de dos conceptos diferentes, ya que instituciones del derecho de
gentes, aceptadas en la antigüedad y algunas otras épocas históricas, como la
esclavitud, no se compadecen con el derecho natural, el cual a su vez reconoce
derechos a la persona humana que el derecho de gentes no contempla.
«Todos los pueblos se rigen por leyes y costumbres y usan en parte su propio derecho
y en parte el derecho común de todos los hombres; pues el derecho que cada pueblo
establece para sí, ese es suyo propio, y se llama derecho civil; en cambio, el que la
razón natural establece entre todos los hombres, ése observa uniformemente entre
todos los pueblos y se llama derecho de gentes, como si dijéramos que es el derecho
que usan todas las naciones».

A partir de Grocio se entiende por derecho de gentes la norma no escrita que regula
las relaciones entre los Estados o las relaciones entre los ciudadanos de diferentes
Estados, o sea, el derecho natural internacional.
Historia
El origen del derecho de gentes se produce en el Siglo III A.C. por dos
circunstancias: la internacionalización de Roma por la expansión política y
económica y, la creación de la estructura unipersonal de la pretura, la única de las
magistraturas que no había sido colegiada tras las Leges Liciniae-Sextiae (también
llamadas Ley Licinia).
El ius Gentium rellenó el vacío jurídico existente frente a los extranjeros (llamados
peregrinos), ya que los tratados con las ciudades extranjeras no otorgaban una
protección a las mismas, de este modo, los extranjeros no eran regulados por el ius
Civile (derecho civil). El praetor peregrino fue el encargado jurídico de los
extranjeros cuando el flujo de éstos se hizo más asiduo y de los tratados con los
mismos.
Cabe destacar que el pretor peregrino poseía una amplia libertad de acción
comparado con el formalismo del ius Civile. El derecho de gentes se constituyó en
una especie de derecho común de los pueblos, confundiéndose con la noción de
derecho natural que había sido heredado de los griegos.
Con las relaciones patrimoniales inter vivos, que eran de suma importancia para el
comercio romano, se dio el abandono del riguroso formalismo romano,
sustituyéndolo por el flexible derecho de gentes. De aquí se desprenderán
contrataciones desprovistas de formas solemnes como el contrato de préstamo,
depósito, prenda, compraventa, arrendamiento, sociedad y mandato; como también
de adquisiciones de propiedades por tradición, ocupación y accesión y reglas del
parentesco entre consanguíneos.
Ya a mediados del Siglo V A.C. y por influencia del sofista griego Antifonte, algunos
juristas comenzaron a considerar al hombre como libre por naturaleza, tomando de
esta forma a la esclavitud y su comercio como ius Gentium, pero no como ius
naturale. La separación del derecho natural por considerar libre al hombre por
nacimiento es la que diferencia al derecho de gentes considerándolo como
consuetudinario, mas no como algo natural.
Se añadió los conceptos que el ius Gentium puede ser ius Civile, pero no todo
derecho civil será derecho de gentes. Gayo distinguirá del derecho de gentes como
ius commune (derecho común) de todos los pueblos, contrapuesto al ius Civile
exclusivo de los ciudadanos romanos.
En épocas postclásicas, el ius Gentium se referirá al derecho público (ius publicum),
sobre todo en los casos de guerras las cuales eran la causa principal de la esclavitud
en esos momentos. Así, adquirirá la forma de "derecho de la guerra y de la paz" que
a partir del Siglo XIX comenzará a denominarse "Derecho Internacional Público"
Utilización del ius Gentium.
Los llamados peregrini dedicticii, que eran extranjeros con territorios conquistados
por los romanos que, por no haberse rendido incondicionalmente les privaron de
sus leyes propias y se las reemplazó por el ius Gentium. Aun así, tenían prohibida
la residencia en Roma y a cien millas alrededor y frecuentemente debían pagar un
tributo especial. Contaban con escasos derechos como el de casamiento (ius
connubii) y el de comercio (ius commercium).
Asimismo, los peregrinos no podían ser propietarios mediante el derecho quiritario,
aun cuando poseían el ius commercii. Sin embargo, poseían haciendas privadas,
llamadas "propiedad peregrina", reguladas por el derecho de gentes, así tanto los
gobernadores provinciales como el pretor peregrino protegían estas propiedades
mediante acciones análogas bajo el derecho quiritario. Recién con el emperador
Caracalla desaparecerá la condición de extranjero y se unifica a la propiedad
peregrina.
Diferencias de conceptos
A lo largo de los siglos se ha producido una desviación semántica del significado
del ius Gentium como originalmente se concibió. Entre los clásicos podemos
encontrar que Justiniano en sus «Institutas» lo concebía como dentro del derecho
privado, junto al derecho civil y al derecho natural; Cicerón lo denominó quasi-civile
ius en «De finibus» y, al igual que Gayo, lo equipararía con el ius naturale en «De
officiis».
Por su parte, Ulpiano en las «Institutas» distinguiría entre los derechos de los
hombres y los derechos de los animales, dando la diferenciación entre el ius
Gentium y el natural. Santo Tomás de Aquino en «Suma Teológica» distinguirá entre
el derecho de los seres animados, del hombre, del género humano, los derechos
entre naciones y como el derecho de gentes.
Así, por la tradición escolástica de los teólogos y jurisconsultos de los Siglos XVI y
XVII tardíamente reconocerían al ius Gentium como referido exclusivamente al
derecho entre los diferentes Estados. En contra de lo tradicional, Hugo Grocio afirma
que el derecho de gentes existe y que posee tres fuentes: la naturaleza, la voluntad
de Dios y el consentimiento. Christian Wolff consideraría al derecho de gentes como
el derecho civil de la civitas maxima, la sociedad de naciones, siendo uno de los
primeros en señalar al derecho de gentes por sobre el de las naciones. Jean Bodin
expresa al derecho de gentes como el que abarca los derechos esenciales del
hombre, los acuerdos de los pueblos en el derecho internacional y lo considera
cercano a lo que actualmente se denomina derecho humanitario. Bodin, lo
yuxtapone a las relaciones voluntarias y le da carácter de orden público que
contiene principios comunes a la ley de Dios, ante los cuales los derechos deben
doblegarse.
Desarrollo moderno
El desarrollo moderno del "derecho de gentes" es principalmente creación española:
tras el precedente de Isidoro de Sevilla, arranca sobre todo de Alonso de Madrigal
y culmina en Francisco de Vitoria, principal maestro de la Escuela de Salamanca,
corriente de pensamiento que afrontó con genialidad el curso inicial de la
problemática moral, política y económica de los tiempos de la primera globalización,
suscitada por el descubrimiento del Nuevo Mundo.

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