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“¿Có mo podríamos cantar un canto a Yahveh en una tierra extrañ a?” (Sl. 136, 4)
“Después dijo Dios: Hagamos al ser humano a nuestra imagen, segú n nuestra semejanza ...”
(Gn. 1,26)
Aproximación antropológica
La persona crece y se expande, por sus potencias sensitivas, con las cuales percibe los
datos indviduales fenoménicos y se abren las puertas al conocmiento intencional (es
decir, inmaterial), y por sus capacidades espirituales, que le dan la potestad de
incorporar en si, el espíritu y aquello que las cosas son, y se mantiene en la busqueda de
alcanzar aquello que determina por el fin de sus potencias. Por lo tanto, solo por el
espíritu del hombre, el ser de los entes naturales puede ser de-velado y acrecentado.
Aquí es donde adviene la cultura; su etimología viene del latín colere, que significa
cultivar, habitar; esta, a nivel general, se refiere al desarrollo de las potencias
espirituales del hombre, que por su misma capacidad, inhiere en la realidad que posee,
generando, en si mismo y en otros. Es decir, cultura, hace referencia a aquello
producido por el ser espiritual del hombre.
El mundo de la cultura, puede darse en los seres materiales, que pueden ser entes
culturales, si son transformados por los seres espirituales.
La cultura es causada por el espíritu, y dirigida a él, está mas allá de la materia y del
alcance material de los sentidos; y ya que, el obrar de un ser es espejo de su mismo ser,
la intencionalidad del hombre es causada por su acividad intelectiva y volitiva,
constituyentes del espiritu del hombre.
Ahora bien, como dijimos, el hombre es principio y fin de la actividad cultural, y esto
porque la genera naturalmente por sus potencias espirituales, y porque por los bienes
que genera, el hombre se perfecciona en sus mismas capacidades. Por ejemplo, un
artesano que hace una mesa desarrolla y perfeciona la técnica propia de su oficio, o un
hombre que realiza un acto bueno, perfecciona su virtud moral.
Por eso, es muy importante, saber que el fruto del espíritu no se encuentra tanto en los
objetos producidos como en los habitos generados, en la ordenación o educación de la
actividad que los elabora; y esto, porque la cultura reside primordialmente en el mismo
hombre que genera tales actos. Es decir, dado que el hombre es uno, y es uno el que
genera cultura, la repercusion de estos será primero en su causa primera. Por eso, mas
que encontrar un buen técnico, artista, hombre práctico o teórico en los objetos que
pueden producir, los encontramos en los habitos que generan al producir de buena
manera los objetos de sus ambitos. Ej: bueno es el hombre que realiza un acto bueno,
pero no por el acto mismo, sino por la ejecucion misma.
La cultura se presenta como la realizacion de algo que se estima, o sea de un bien o un
valor. Aunque cada sector se presente como una actividad autónoma, que en cierta
manera lo es, encontramos su unidad o integraccion, porque los valores objetivos que
determinan la perfeccion de cada uno, tampoco son independientes. Ya ya que el
hombre, es uno y ordena todo a su propio bien o perfeccion, vemos que el orden
jerarquico de los valores, está determinado por el orden que encontramos en los diversos
plamos de la actividad humana.
Ahora bien, podriamos preguntarnos, ¿son los mismos los valores para todos los
hombres, o varian según cada uno?. Todo ser obra por un fin, el cual, aunque se vea
afectado por el entorno o las circunstancias, busca realizarlo porque esta inscrito en su
misma forma, que determina su constitucion. Y como hemos visto, el hombre está
ordenado por su naturaleza, a buscar aquellos valores que plenifican sus potencias; La
Verdad, el Bien y la Belleza. Los tres son los bienes que configuran su actuar, y a los
cuales tienden todos los hombres.
Ahora bien, ¿todo es cultura?. Creo que si y no, porque en la medida que algo es, es
verdad y se ordena, en mayor o menor medida, a la plenificación del hombre. Pero el
hombre puede realizar cosas que atentan contra el mismo ser, ya que, aquello que atenta
contra la Verdad y el Bien, es autodestruccion de la misma persona, por eso, aquello que
busca el mal, o que no se ordena al bien objetivo del hombre (plenificacion del hombre
en orden a su desarrollo espiritual que culmina con la contemplacion del mismo
hombre), podríamos decir que es anti-cultural.
Entonces, este cultivo que supone la cultura, puede realizarse de manera interior en 1er
lugar y exterior en 2do lugar. Es interior porque perfecciona al mismo hombre que lo
realiza y es exterior porque incide en el mundo natural, a través de la hechura de cosas.
Pero también puede hacerse de manera vertical, o sea, en referencia a Dios; y en este
modo, la cultura se transforma en trascendental y se convierte en culto, actividad sacra,
liturgica, contemplante y adorante.
Sin esta dimensión vertical y sobrenatural, la cultura pierde su orientación, diluyendose
su objeto formal; es decir, aquel objeto que determina el fin de como aproximarse al
objeto material.
La cultura es el resultado de la vida del tiempo de la busqueda del Bien infinito, mas
alla del tiempo. Dios es el bien que mueve al espiritu en todos sus actos y,
consiguientemente, en todas las realizaciones de la cultura en que ellos se encarnan.
Este sentido religioso, nos religa con la plenitud del ser de las perfecciones de los
bienes que el hombre busca realizar.
Por eso, formalmente, la religion está por encima de la cultura como tal, porque busca el
Valor infinito, que fundamenta, sostiene y anima todos los valores de la cultura humana.
Aquella, unifica todos los sectores de la cultura y sin ella, esta carece de meta y sentido.
Jerarquía
Para que los bienes de toda obra cultural sean verdaderos, las potencias menores que
adquieren bienes menores se subordinen a las potencias mayores que adquieren bienes
mayores. El bien de la tecnica, deben subordinarse al bien de la belleza y del quehacer
artístico, y estos al de la actividad moral, del obrar humano, porque todos los bienes
materiales deben servir a la actividad espiritual del hombre. Y dentro de las actividades
espirituales, el bien y la actividad moral, debe subordinarse al bien de la verdad de la
ineligencia que la capta, porque a través de la contemplacion intelectiva de la verdad, en
la inmanencia de este acto aprehendente, se alcanza la posesion intencional del ser
trascendente, y en última instancia, del Ser divino, con el que se logra la plenitud del ser
humano y se alcanza la consiguiente felicidad.
Humanismo cristiano
El hombre, hecho a imagen de Dios, está constituido de tal manera, que, por el obrar
cultural, no solo es vestigio de Dios como los demás seres naturales, sino que participa
del poder de su autor divino y se convierte en su imagen. Su humanizacion es su
divinizacion.
En este orden trascendental, concluimos en que no hay vida espiritual humana sin
valores trascendentes como su objeto, y sin cultura o humanismo como su efecto.
Bibliografia:
Webgrafia:
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