Está en la página 1de 20

C TOLICISMO REFORM DO

Breve introducción al Libro de Oración Común

Enfrente de ti tienes la Oración Matutina Diaria extraída del Libro de


Oración Común de 1662. Es probable, sin embargo, que sepas poco o
nada del Libro de Oración Común. Este es el libro de devoción personal
y litúrgica más importante del cristianismo protestante, siendo la guía
litúrgica y devocional oficial de la tercera tradición cristiana más
grande del mundo: el anglicanismo.

Junto con otras tradiciones litúrgicas históricas, especialmente la


católica romana, la ortodoxa, la reformada y la luterana, los anglicanos
comparten una rica herencia de oración litúrgica diaria. De hecho,
un elemento constitutivo de la vida litúrgica anglicana han sido sus
servicios diarios de Oración Matutina y Vespertina. A estas Oraciones
Matutinas y Vespertinas se les conoce como el Oficio Diario.

El Oficio Diario del Libro de Oración Común en todas sus versiones


ha sido la oración diaria de las comunidades catedralicias, colegiales
y monásticas, parroquias, familias y laicos, así como la oración
obligatoria del clero anglicano. Se ora en silencio por individuos o en
voz alta por pequeñas comunidades con gran sencillez.

Thomas Cranmer, autor del primer Libro de Oración Común, arzobispo


de Canterbury y mártir, contó con la influencia de reformadores
protestantes como Martín Bucero y Pedro Mártir Vermigli y autores
de otras tradiciones cristianas como Francisco de Quiñones. Esto
hace del Libro de Oración Común y del Oficio Diario una expresión
verdaderamente católica reformada y se toma en serio la idea de que la
liturgia es la mejor maestra.

El Libro de Oración Común y el Oficio Diario son católicos porque


están de acuerdo con la ortodoxia cristiana católica revelada en
la Escritura y resumida en los Credos: el Credo de los Apóstoles, el
Credo Niceno-Constantinopolitano y el Credo de San Atanasio. Estos
Credos se recitan siempre en la Oración Matutina y Vespertina. Las
oraciones, las liturgias, el catecismo, las oraciones colectas, etc., son
extraídas de la Sagrada Escritura y de la Gran Tradición. Pero también
es protestante ya que está en consonancia con Los 39 artículos de la
Religión, las Homilías y el Ordinal.

Es por esta naturaleza católica reformada que en el Oficio Diario que


ahora tienes en tus manos se realizan oraciones responsivas, lecturas
bíblicas del Antiguo Testamento, de los Salmos y del Nuevo Testamento
según el orden del Calendario Litúrgico, -que es la forma cristiana
histórica de santificar el tiempo- y recitación de credos históricos.

Ahora bien, este Oficio puede resultar un poco retador al inicio. La


Oración Matutina que te hemos proporcionado incluye indicaciones
en rojo arriba de cada texto para explicarte qué tienes que hacer. Sin
embargo, queremos responder a una serie de preguntas frecuentes que
puedas tener al realizar el Oficio Diario.

1. Deseo realizar el Oficio Diario con mi familia, pero las indicaciones


señalan que debe ser dirigido por un presbítero. ¿Esto significa que,
si no contamos con un ministro, no podemos llevar a cabo el Oficio
Diario?

R. Tú como laico puedes dirigir el Oficio Diario sin ningún problema, a


excepción de la absolución proclamada después de la confesión general.
Nuestro Señor Jesucristo otorgó exclusivamente a los presbíteros y
obispos de la Iglesia la autoridad para proclamar la absolución.

El motivo de que se mencione a un presbítero es porque el Oficio


Diario de 1662, la versión que tienes ahora, fue pensado inicialmente
para ser realizado en las iglesias bajo la dirección de un presbítero o
ministro protestante. Decidimos mantenerlo así para preservar la
fidelidad de la traducción.
2. Estoy realizando el Oficio Matutino, y en una parte dice “Después, en
voz clara y distintiva, se leerá la primera Lección tomada del Antiguo
Testamento, tal como se indica en el Calendario”. Lo mismo ocurre
con la Segunda Lección tomada del Nuevo Testamento y los Salmos.
Además de esto, desconozco cuál es la colecta del día.

R. Esta es una dificultad común entre quienes recién comienzan a


practicar el Oficio Diario. Por esta razón, el equipo de Catolicismo
Reformado creó un canal de Telegram en el que compartimos
diariamente toda la información acerca de las lecciones del día, los
Salmos, la colecta, y el día del Calendario Litúrgico en el que estamos.
Para unirte, haz clic en el siguiente enlace: https://t.me/OficioDiario

3. ¿Es el Oficio Diario un devocional bíblico?

R. Sin duda alguna. En el Oficio Diario se realizan lecturas del Antiguo


Testamento, del Nuevo Testamento y de los Salmos. Además, la gran
mayoría de sus oraciones provienen directamente de la Escritura.

4. El Oficio Diario es un excelente devocional, pero no cuento con


mucho tiempo para practicarlo. ¿Existe alguna alternativa más breve?
Además, deseo realizarlo con mis hijos pequeños, pero el lenguaje es
bastante avanzado. ¿Cómo podría hacerlo?

R. ¡Claro que sí! El Libro de Oración Común de 2019 incluye El Oficio


del Mediodía, que es ideal para aquellos con poco tiempo, y el Oficio
Familiar, perfecto para compartir con los más pequeños. Para acceder
a ellos, únete a nuestro canal de Telegram: https://t.me/OficioDiario

Así las cosas, el equipo de Catolicismo Reformado te da la


bienvenida a una de las devociones más antiguas, bíblicas,
históricas y ortodoxas de la tradición cristiana.
ORDEN PARA
LA ORACIÓN MATUTINA DIARIA

¶ Al principio de la Oración Matutina, el Ministro leerá en voz alta


una o más sentencias de las Escrituras que siguen. Luego dirá lo
que está escrito después de las dichas sentencias.

Y cuando el impío se aparta de la maldad que ha cometido y practica


el derecho y la justicia, salvará su vida. Ezequiel 18:27

Porque yo reconozco mis transgresiones, Y mi pecado está siempre


delante de mí. Salmos 51:3

Esconde Tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis iniquidades.


Salmos 51:9

Los sacrificios de Dios son el espíritu contrito; Al corazón contrito y


humillado, oh Dios, no despreciarás. Salmos 51:17

Rasguen su corazón y no sus vestidos». Vuelvan ahora al Señor su


Dios, Porque Él es compasivo y clemente, Lento para la ira, abundante
en misericordia, Y se arrepiente de infligir el mal. Joel 2:13

Al Señor nuestro Dios pertenece la compasión y el perdón, porque


nos hemos rebelado contra Él, y no hemos obedecido la voz del Señor
nuestro Dios para andar en Sus enseñanzas, que Él puso delante de
nosotros por medio de Sus siervos los profetas. Daniel 9:9-10

Repréndeme, oh Señor, pero con justicia, No con Tu ira, no sea que


me reduzcas a nada. Jeremías 10:24

Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado. Mateo 3:2

Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: ‘Padre, he pecado contra el


cielo y ante ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; hazme como
uno de tus trabajadores’”». Lucas 15:18-19

- 5 -
o r d e n pa r a l a o r a c i ó n m at u t i n a d i a r i a

No entres en juicio con Tu siervo, Porque no es justo delante de Ti


ningún ser humano. Salmos 143:2

Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros


mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros
pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para
limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:8-9

¶ Entonces el Ministro dirá:

Muy amados hermanos, las Sagradas Escrituras nos exhortan en


muchos lugares que debemos confesar y reconocer la multitud de
nuestras iniquidades y ofensas. No debemos, de ninguna manera,
disimularlas ni ocultarlas ante nuestro Dios y Padre Celestial, sino
confesarlas con un corazón contrito y humillado para obtener el
perdón de ellas gracias a su bondad e infinita misericordia. Aunque
en todo momento debemos hacer una humilde confesión de nuestras
culpas ante su divina presencia, esta obligación es precisa cuando
nos reunimos para darle las debidas gracias por los grandes y
magnánimos beneficios que recibimos diariamente de su generosa
mano, para declarar su alabanza, escuchar su divina Palabra y pedirle
todo lo necesario para nuestros cuerpos y almas. Por lo tanto, les
ruego a todos los que están aquí presentes que, con un corazón
verdaderamente humillado, me acompañen diciendo:

¶ Confesión general, que toda la congregación debe pronunciar


de rodillas, siguiendo al Ministro:

Padre Todopoderoso y Misericordioso, nosotros nos hemos alejado


de tus caminos y como ovejas perdidas hemos vagado fuera de
tus senderos. Hemos seguido desordenadamente los planes y
deseos de nuestro propio corazón. Hemos quebrantado tus santos
mandamientos. No hemos hecho lo que debíamos; al contrario,
hemos llevado a cabo lo que no debíamos hacer; y en nosotros no hay

- 6 -
o r d e n pa r a l a o r a c i ó n m at u t i n a d i a r i a

salud. Pero tú, Señor, ten piedad de nosotros, miserables pecadores.


Perdona, oh Dios, a aquellos que confiesan sus faltas. Restaura a
los que se arrepienten, de acuerdo con tus promesas reveladas a la
humanidad en Jesucristo, nuestro Señor. Y por su amor, concédenos,
oh Padre Misericordioso, que de ahora en adelante vivamos de
manera sobria, justa y piadosa, para la gloria de tu Santo Nombre.
Amén.

¶ La absolución, o perdón de pecados, que solo el Presbítero


debe pronunciar estando de pie, mientras el pueblo está
arrodillado:

El Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que no


desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, ha otorgado
poder y mandado a sus ministros para declarar y pronunciar a su
pueblo arrepentido la absolución y perdón de sus pecados. Él es quien
perdona y absuelve a todos los que verdaderamente se arrepienten
y creen sinceramente en su Evangelio. Por lo tanto, supliquemos
que nos conceda verdadero arrepentimiento y su Santo Espíritu,
para que las obras que realizamos actualmente sean de su agrado,
y que nuestra vida de aquí en adelante sea pura y santa, de modo
que finalmente en la vida venidera gocemos de la gloria eterna; por
Jesucristo, nuestro Señor.

¶ El pueblo responderá aquí y al final de todas las demás


oraciones: Amén.

¶ Entonces, el Ministro se arrodillará y pronunciará El


Padrenuestro con voz clara. El pueblo, también arrodillado,
lo repetirá junto a él aquí y en cualquier otra parte donde sea
recitado durante el oficio:

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre.


Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

- 7 -
o r d e n pa r a l a o r a c i ó n m at u t i n a d i a r i a

Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas como
también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes
caer en la tentación y líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, el
poder y la gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

¶ De igual manera, dirá a continuación:

Presbítero: Señor, abre nuestros labios.


Respuesta: Y nuestra boca proclamará tu alabanza.
Presbítero: Señor, apresúrate a socorrernos.
Respuesta: Señor, acude rápido en nuestra ayuda.

¶ En este momento, estando todos de pie, el presbítero dirá:

Presbítero: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Respuesta:  omo era en un principio, ahora y siempre, por los
C
siglos de los siglos. Amén.
Presbítero: Alabemos al Señor.
Respuesta: El nombre del Señor sea alabado.

¶ A continuación toda la congregación dirá o cantará el siguiente


Salmo:

VENITE, EXULTEMUS DOMINO

Salmo 95
Vengan, cantemos con gozo al Señor,
Aclamemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.
Vengamos ante Su presencia con acción de gracias;
Aclamemos a Él con salmos.

- 8 -
o r d e n pa r a l a o r a c i ó n m at u t i n a d i a r i a

Porque Dios grande es el Señor,


Y Rey grande sobre todos los dioses,
En cuya mano están las profundidades de la tierra;
Suyas son también las cumbres de los montes.
Suyo es el mar, pues Él lo hizo,
Y Sus manos formaron la tierra firme.
Vengan, adoremos y postrémonos;
Doblemos la rodilla ante el Señor nuestro Hacedor.

Porque Él es nuestro Dios,


Y nosotros el pueblo de Su prado y las ovejas de Su mano.
Si ustedes oyen hoy Su voz,
No endurezcan su corazón como en Meriba,
Como en el día de Masah en el desierto,
Cuando sus padres me tentaron,
Me pusieron a prueba, aunque habían visto Mi obra.

Por cuarenta años me repugnó aquella generación,


Y dije: «Es un pueblo que se desvía en su corazón
Y no conocen Mis caminos.
Por tanto, juré en Mi ira:
Ciertamente no entrarán en Mi reposo».

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

¶ Después se leen los Salmos en el mismo orden que aparecen


en la tabla, excepto si se trata de algún día que tiene Salmos
propios. Y al final de cada Salmo, así como del Benedictus,
Benedicite, Magnificat y Nunc dimittis, se dirá siempre:

Presbítero: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Respuesta:  omo era en un principio, ahora y siempre, por los
C
siglos de los siglos. Amén.

- 9 -
o r d e n pa r a l a o r a c i ó n m at u t i n a d i a r i a

¶ Después, en voz clara y distintiva, se leerá la primera Lección


tomada del Antiguo Testamento, tal como se indica en el
Calendario, si ese día no tiene sus propias lecturas. El lector
estará de pie y orientado de manera que pueda ser mejor
escuchado por todos los presentes.

¶ Al finalizar la primera Lección, todos los días la congración


recitará o cantará en lengua vernácula el himno Te Deum
laudamus.

¶ Es importante destacar que antes de cada Lección, el Ministro


deberá decir: “Aquí comienza tal o cual capítulo, o tal verso de
tal capítulo de tal libro”. Y al finalizar la Lección: “Aquí termina
la Primera o la Segunda Lección”.

TE DEUM LAUDAMUS

Te alabamos, oh Dios
A ti, como Dios, te alabamos, a ti, Señor, te reconocemos;
a ti, eterno Padre, te venera toda la tierra.
Los ángeles todos, los cielos y todas las potestades te honran;
los querubines y serafines te cantan sin cesar:
Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo.

Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.


A ti te ensalza el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable de los profetas,
La brillante muchedumbre de los mártires.

A ti te glorifica la santa Iglesia por todo el orbe;


A ti, Padre de majestad inmensa,
a tu adorable, verdadero y único Hijo,
también al Espíritu Santo, Consolador.

- 10 -
o r d e n pa r a l a o r a c i ó n m at u t i n a d i a r i a

Tú eres el Rey de la gloria oh Cristo,


Tú eres el Hijo único del Padre:
Tú, al hacerte hombre para salvarnos.
No desdeñaste el seno de la Virgen.
Tú, quebrantando el aguijón de la muerte.
abriste a los creyentes el reino del cielo.
Tú estás sentado a la derecha del Padre.
Creemos que un día has de venir como juez.

Te rogamos, pues, que vengas en ayuda de tus siervos,


comprados por el precio de tu propia sangre,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la gloria eterna nos contemos entre tus santos.
Salva a tu pueblo, Señor, y bendice tu heredad;
Dirígelo y protégelo ahora y siempre.
Día a día te bendecimos;
alabamos tu nombre para siempre.

Guárdanos hoy, Señor, de todo pecado;


Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad.
Señor, muéstranos tu amor y misericordia,
porque en ti hemos depositado nuestra confianza.
En ti, Señor, ponemos nuestra esperanza;
Que no seamos jamás avergonzados.

¶ O este canto:

BENEDICITE, OMNIA OPERA

Bendecid al Señor, todas las obras del Señor:


alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Cielos, bendecid al Señor:
- 11 -
o r d e n pa r a l a o r a c i ó n m at u t i n a d i a r i a

alabadle, y ensalzadle por los siglos.


Todas las aguas, que estáis sobre los cielos, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Todas las virtudes del Señor, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Sol y Luna, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Estrellas del cielo, predicad al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Lluvia y Rocío, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Vientos, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Fuego y Calor, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Invierno y Estío, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Rocíos y Hielos, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Heladas y Frías, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Hielos y Nieves, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.

Noches y Días, bendecid al Señor:


alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Luz y Tinieblas, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Relámpagos y Nubes, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Bendiga la tierra al Señor:
alábele, y ensálcele por los siglos.

- 12 -
o r d e n pa r a l a o r a c i ó n m at u t i n a d i a r i a

Montes y Collados, bendecid al Señor:


alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Plantas y Yerbas del campo, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Fuentes, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Mares y Ríos, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Monstruos de los mares, y cuanto tiene vida en las aguas,
bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Aves del cielo, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Bestias y Ganados, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor:


alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Bendiga Israel al Señor:
alábele y ensálcele por los siglos.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Siervos del Señor, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Espíritus y Almas de los justos, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Santos y humildes de corazón, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor:
alabadle, y ensalzadle por los siglos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

- 13 -
o r d e n pa r a l a o r a c i ó n m at u t i n a d i a r i a

¶ Después se leerá la segunda Lección, la cual se toma del Nuevo


Testamento. Luego se cantará el Himno siguiente, a menos que
se deba leer en el Capítulo del Día o en el Evangelio del Día
acerca de San Juan el Bautista:

BENEDICTUS

San Lucas 1:68-79


«Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
Porque nos ha visitado y ha traído redención para Su pueblo,
Y nos ha levantado un cuerno de salvación
En la casa de David Su siervo,
Tal como lo anunció por boca de Sus santos profetas desde los
tiempos antiguos,
Salvación de nuestros enemigos
Y de la mano de todos los que nos aborrecen;
Para mostrar misericordia a nuestros padres,
Y para recordar Su santo pacto,
El juramento que hizo a nuestro padre Abraham:

Concedernos que, librados de la mano de nuestros enemigos,


Le sirvamos sin temor,
En santidad y justicia delante de Él, todos nuestros días.
Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo;
Porque irás delante del Señor para preparar Sus caminos;
Para dar a Su pueblo el conocimiento de la salvación
Por el perdón de sus pecados,
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
Con que la Aurora nos visitará desde lo alto,
Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte,
Para guiar nuestros pies en el camino de paz».

- 14 -
o r d e n pa r a l a o r a c i ó n m at u t i n a d i a r i a

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

¶ O este Salmo:

JUBILATE DEO

Salmo 100
Aclamen con júbilo al Señor, toda la tierra.
Sirvan al Señor con alegría;
Vengan ante Él con cánticos de júbilo.
Sepan que Él, el Señor, es Dios;
Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos;
Pueblo Suyo somos y ovejas de Su prado.

Entren por Sus puertas con acción de gracias,


Y a Sus atrios con alabanza.
Denle gracias, bendigan Su nombre.
Porque el Señor es bueno;
Para siempre es Su misericordia,
Y Su fidelidad por todas las generaciones.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

¶ Después se recitará o cantará el Credo de los Apóstoles, con el


Ministro y el Pueblo de pie, a menos que se prescriba el Credo
de San Atanasio.

- 15 -
o r d e n pa r a l a o r a c i ó n m at u t i n a d i a r i a

CREDO DE LOS APÓSTOLES

Creo en Dios Padre Todopoderoso,


Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos,
y está sentado a la derecha de Dios Padre.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la Santa Iglesia Católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos,
y la vida eterna. Amén.

¶ Una vez hecho esto, se harán estas oraciones, con todos en


actitud devota de rodillas; el Presbítero las pronunciará en voz
alta, comenzando con:

Presbítero: El Señor esté con ustedes.


Respuesta: Y con tu espíritu.
Presbítero: 
Oremos.
Señor, ten piedad de nosotros.

Respuesta: Cristo, ten piedad de nosotros.


Presbítero: Señor, ten piedad de nosotros.

- 16 -
o r d e n pa r a l a o r a c i ó n m at u t i n a d i a r i a

¶ El Ministro y el pueblo pronunciarían El Padrenuestro.

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre.


Venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas como
también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes
caer en la tentación y líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, el
poder y la gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

¶ Luego, el Presbítero se levantará y dirá

Presbítero: Señor, muéstranos tu misericordia.


Respuesta: Y concédenos tu salvación.
Presbítero: Llena a tus Ministros de virtudes.
Respuesta: Y da alegría a tu pueblo escogido.
Presbítero: Señor Dios, defiende a tu Pueblo.
Respuesta: Y bendice a tu heredad.
Presbítero: Danos paz en nuestros días, oh Señor.
Respuesta: 
Porque no hay otro que pelee
por nosotros sino tú, oh Dios.
Presbítero: Oh Dios, purifica nuestros corazones.
Respuesta: Y no alejes de nosotros tu Santo Espíritu.

¶ Luego se seguirán tres colectas: la primera será del Día, es


decir, la que está ordenada para la Comunión; la segunda por la
Paz; y la tercera por la Gracia de llevar una vida buena. Las dos
últimas no varían y se dicen todo el año en la Oración Matutina,
como sigue, con todos en actitud devota de rodillas.

SEGUNDA COLECTA POR LA PAZ

Oh Dios, autor de la Paz y amante de la Armonía, en cuyo


conocimiento depende nuestra vida eterna y cuyo servicio es plena

- 17 -
o r d e n pa r a l a o r a c i ó n m at u t i n a d i a r i a

libertad, defiende a estos tus humildes siervos en todos los ataques de


nuestros enemigos. Para que, confiando enteramente en tu protección
y amparo, no tengamos ocasión de temer la fuerza de ningún
adversario, por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

TERCERA COLECTA POR LA GRACIA

Señor nuestro, Padre Celestial, Eterno y Todopoderoso, que nos has


hecho llegar al principio de este día, guárdanos en él con tu gran
poder y haz que no caigamos en ningún pecado ni incurramos en
ningún peligro. Antes bien, que todas nuestras acciones sean dirigidas
por ti, de modo que siempre hagamos lo que es justo y agradable a tus
ojos, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

¶ En coros y lugares donde hay música, se canta aquí la antífona.

¶ Después se dicen estas oraciones, excepto cuando se lee la


letanía; en ese caso, las dos últimas deben ser leídas como se
encuentran allí.

ORACIÓN POR EL CLERO Y EL PUEBLO

Oh Dios omnipotente y eterno, que eres el único autor de obras


maravillosas, envía sobre nuestros Obispos y Sacerdotes, y sobre
todas las Congregaciones encomendadas a su cargo, el saludable
Espíritu de tu gracia. Y para que ellos verdaderamente te agraden,
haz descender sobre ellos el continuo rocío de tu bendición. Concede
esto, oh Señor, por el honor de nuestro Abogado y Mediador,
Jesucristo. Amén

- 18 -
o r d e n pa r a l a o r a c i ó n m at u t i n a d i a r i a

ORACIÓN DE SAN JUAN CRISÓSTOMO

Oh Dios omnipotente, que nos has dado gracia para que en esta
ocasión te dirijamos nuestras súplicas de manera unánime; y has
prometido que cuando dos o tres se congreguen en tu nombre, les
concederás sus peticiones: Cumple ahora, oh, Señor, los deseos y
ruegos de tus siervos, como más les convenga; concediéndonos en
este mundo el conocimiento de tu verdad, y en el venidero la vida
eterna. Amén.

2 Corintios 13:14
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios,
y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes.
Amén.

¶ Aquí termina el orden de La Oración Matutina para todo el año.

- 19 -
C TOLICISMO REFORM DO

WWW.CATOLICISMOREFORMADO.COM

También podría gustarte