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LA SALVACIÓN PARA TODO EL MUNDO

Fe y Obras

CAPITULO 16, ACEPTADO EN CRISTO

Una verdad difícil de comprender


Contemplando al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, encuentra la
paz de Cristo; porque el perdón está escrito en su nombre, y él acepta la Palabra
de Dios: “Vosotros estáis completos en él” ( Colosenses 2:10 ). ¡CUÁN DIFÍCIL
ES PARA LA HUMANIDAD, acostumbrada desde hace mucho tiempo a albergar
dudas, COMPRENDER ESTA GRAN VERDAD! ¡Pero qué paz trae al alma, qué
vida vital! Al buscar en nosotros mismos la justicia, por la cual encontrar la
aceptación de Dios, miramos al lugar equivocado, “POR CUANTO TODOS
PECARON, Y ESTÁN DESTITUIDOS DE LA GLORIA DE DIOS” ( Romanos
3:23 ). Debemos mirar a Jesús; porque “NOSOTROS TODOS, MIRANDO a cara
descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria
en gloria en la misma imagen” ( 2 Corintios 3:18 ).). Debes encontrar tu plenitud
CONTEMPLANDO AL CORDERO DE DIOS, QUE QUITA EL PECADO DEL
MUNDO. FW 108.1
De pie ante la ley quebrantada de Dios, el pecador no puede limpiarse a sí
mismo; pero, CREYENDO EN CRISTO, ES EL OBJETO DE SU AMOR INFINITO
Y ESTÁ REVESTIDO DE SU JUSTICIA INMACULADA. Por aquellos que creen
en Cristo, Jesús oró: “Santifícalos en tu verdad: tu palabra es verdad: ...para que
todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí y yo en ti, que TAMBIÉN ELLOS SEAN
UNO EN NOSOTROS, para que el mundo crea que tú me enviaste. Y LA GLORIA
QUE ME DISTE, YO LES HE DADO;  PARA QUE SEAN UNO, así como nosotros
somos uno” ( Juan 17:17-22 ). “Oh Padre justo, EL MUNDO NO TE HA
CONOCIDO, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Y
les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que
me has amado esté en ellos, y yo en ellos” (Versículos 25, 26 ). FW 108.2
¿QUIÉN PUEDE COMPRENDER LA NATURALEZA DE ESA JUSTICIA QUE
HACE COMPLETO AL PECADOR CREYENTE, presentándolo a Dios sin mancha
ni arruga ni cosa semejante? Tenemos la palabra prometida de Dios de que Cristo
nos ha sido hecho justicia, santificación y redención. Dios conceda que podamos
confiar en Su palabra con confianza implícita y disfrutar de Su más rica
bendición. “Porque el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado a
mí, y habéis creído que salí de Dios” ( Juan 16:27 ). FW 108.3

Ser Semejante a Jesús

Cuando el pecador se arrepiente, el cielo se regocija, 7 de diciembre


Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por
ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados
en la verdad. Juan 17:18, 19. SSJ 348.1
En la parábola de la oveja perdida, Cristo enseña que la salvación no se debe a
nuestra búsqueda de Dios, SINO A SU BÚSQUEDA DE NOSOTROS. “No hay
quien entienda, no hay quien busque a Dios; todos se desviaron”. Romanos
3:11, 12. No nos arrepentimos para que Dios nos ame, sino que él revela su amor
para que nos arrepintamos... SSJ 348.2
Los rabinos tenían el dicho de que hay regocijo en el cielo cuando es destruido
uno que ha pecado contra Dios; pero Jesús enseñó que la obra de destrucción es
una obra extraña; aquello en lo cual todo el cielo se deleita ES LA
RESTAURACIÓN DE LA IMAGEN DE DIOS EN LAS ALMAS QUE ÉL HA
HECHO. SSJ 348.3
Cuando alguien que se haya extraviado grandemente en el pecado trate de
volver a Dios, encontrará crítica y desconfianza. Habrá quienes pongan en duda la
veracidad de su arrepentimiento, o que murmurarán: “No es firme; no creo que se
mantendrá”. Tales personas no están haciendo la obra de Dios, sino la de
Satanás, que es el acusador de los hermanos. Mediante sus críticas, el maligno
trata de desanimar a aquella alma, y llevarla aún más lejos de la esperanza y de
Dios. Contemple el pecador arrepentido el regocijo del cielo por su regreso.
Descanse en el amor de Dios, y en ningún caso se descorazone por las burlas y
las sospechas de los fariseos. SSJ 348.4
LOS RABINOS ENTENDIERON QUE LA PARÁBOLA DE CRISTO SE
APLICABA A LOS PUBLICANOS Y PECADORES; pero también tiene un
significado más amplio. CRISTO REPRESENTA CON LA OVEJA PERDIDA NO
SÓLO AL PECADOR INDIVIDUAL, sino TAMBIÉN AL MUNDO QUE HA
APOSTATADO Y HA SIDO ARRUINADO POR EL PECADO. Este mundo no es
sino un átomo en los vastos dominios que Dios preside. Sin embargo, ESTE
PEQUEÑO MUNDO CAÍDO, LA ÚNICA OVEJA PERDIDA, es más precioso a su
vista que los noventa y nueve que no se descarriaron del aprisco. SSJ 348.5
Cristo, el amado Comandante de las cortes celestiales, descendió de su
elevado estado, puso a un lado la gloria que tenía con el Padre, CON EL FIN DE
SALVAR AL ÚNICO MUNDO PERDIDO. Para esto dejó allá arriba los mundos
que no habían pecado, los noventa y nueve que le amaban, y vino a esta tierra
para ser “herido... por nuestras rebeliones” y “molido por nuestros pecados”. Isaías
53:5. Dios se dio a sí mismo en su Hijo para poder tener el gozo de RECOBRAR
A LA OVEJA QUE SE HABÍA PERDIDO... SSJ 348.6
Cada alma que Cristo ha rescatado está llamada a trabajar en su nombre para
la salvación de los perdidos. Esta obra había sido descuidada en Israel. ¿No es
descuidada hoy día por los que profesan ser los seguidores de Cristo?—Palabras
de Vida del Gran Maestro, 148-150. SSJ 348.7

Palabras de Vida del Gran Maestro

La oveja perdida

En la parábola, EL PASTOR VA EN BUSCA DE UNA OVEJA, la más
pequeñita de todas. Así también, si sólo hubiera habido un alma perdida, Cristo
habría muerto por esa sola. PVGM 146.2
LA OVEJA QUE SE HA DESCARRIADO DEL REDIL ES LA MÁS
IMPOTENTE DE TODAS LAS CRIATURAS. EL PASTOR DEBE BUSCARLA,
PUES ELLA NO PUEDE ENCONTRAR EL CAMINO DE REGRESO. Así también
EL ALMA QUE SE HA APARTADO DE DIOS, ES TAN IMPOTENTE COMO LA
OVEJA PERDIDA, y si el amor divino no hubiera ido en su rescate, nunca habría
encontrado su camino hacia Dios. PVGM 146.3
El pastor que descubre que falta una de sus ovejas, no mira descuidadamente
el rebaño que está seguro y dice: “Tengo noventa y nueve, y me sería una
molestia demasiado grande ir en busca de la extraviada. Que regrese, y yo abriré
la puerta del redil y la dejaré entrar”. No; tan pronto como se extravía la oveja, el
pastor se llena de pesar y ansiedad. Cuenta y recuenta el rebaño, y no dormita
cuando descubre que se ha perdido una oveja. Deja las noventa y nueve dentro
del aprisco y va en busca de la perdida. Cuanto más oscura y tempestuosa es la
noche, y más peligroso el camino, tanto mayor es la ansiedad del pastor y más
ferviente su búsqueda. Hace todos los esfuerzos posibles por encontrar esa sola
oveja perdida. PVGM 146.4

Exaltad a Jesús

Jesús, nuestro ejemplo, 6 de marzo


Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que
nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. 2 Corintios 5:21. EJ 73.1
En el acto de someterse a la ordenanza del bautismo Cristo le muestra al
pecador uno de los pasos importantes de la conversión verdadera. Cristo no tenía
ningún pecado que lavar, pero al aceptar la responsabilidad de transformarse en el
sustituto del hombre, los pecados de los seres humanos culpables le fueron
imputados... Al aceptar a Cristo como el sustituto de los pecadores, Dios le
concede una oportunidad al pecador—con la ayuda del poder divino de Cristo—
para soportar la prueba que Adán no pudo aguantar. EJ 73.2
Cristo acudió a Juan, arrepintiéndose en lugar del pecador, creyendo en favor
del pecador, para que mediante el plan que había ideado, de tomar la humanidad
sobre sí, y de sufrir y morir por el ser humano, el pecador fuera aceptado por Dios
mediante el arrepentimiento, la fe y el bautismo. Fue sepultado en la tumba líquida
por Juan y se levantó del agua para representar ante el hombre, mediante su vida
santa, el verdadero modelo que éste debía copiar. EJ 73.3
Los pasos de la conversión se indican claramente: arrepentimiento, fe en Cristo
como el Redentor del mundo, fe en su muerte, sepultura y resurrección, ilustradas
mediante su bautismo y ascensión a lo alto para interceder por el pecador. Al
comienzo mismo de su ministerio público, se presenta como la persona que
continuará siendo para el hombre durante toda su tarea de Mediador. Se identifica
con los pecadores como el sustituto de ellos, cargando sobre sí los pecados de
ellos, contándose con los transgresores, y realizando la obra que se le exige hacer
al pecador en lo que respecta al arrepentimiento, la fe y la obediencia voluntaria.
¡Qué ejemplo extraordinario se encuentra aquí en la vida de Cristo para que los
pecadores lo imiten! Si no deciden seguir el ejemplo que se les ha dado, quedarán
sin excusa. EJ 73.4
QUERIDOS NIÑOS Y JÓVENES, nuestro Padre celestial y el amado Salvador
son sus mejores amigos. Ustedes poseen todas las evidencias necesarias para
saber que ellos los aman. “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo
entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las
cosas?” Romanos 8:32. EJ 73.5
Dios no nos privará de ninguna cosa que realmente sea para nuestro bien.
Jesús quiere que seamos felices en este mundo y que gocemos con él de las
glorias del mundo venidero. Dios ha dado a los niños y jóvenes la invitación de
entregarse a él. “Dame, hijo mío; tu corazón”. Se da la siguiente promesa: “Me
hallan los que temprano me buscan”. Proverbios 8:17.—The Youth’s Instructor,
febrero de 1874. EJ 73.6
Todos los que viven tienen pecados que lavar... El verdadero arrepentimiento
por el pecado, la fe en los méritos de Jesucristo, y el bautismo en su muerte, para
ser levantados del agua y vivir una vida nueva, son los primeros pasos en el nuevo
nacimiento que Cristo le dijo a Nicodemo que debía experimentar para ser salvo.
Las palabras que Cristo le dirigió a Nicodemo no fueron únicamente para él, sino
para todo hombre, mujer y niño que habría de vivir en el mundo... Al seguir el
ejemplo de Cristo estamos seguros.—Ibíd. EJ 73.7

El Deseado de Todas las Gentes

Capítulo 47—“Nada os será imposible”


Este capítulo está basado en Mateo 17:9-21; Marcos 9:9-29; Lucas 9:37-45.
Después de haber pasado toda la noche en el monte, a la salida del sol Jesús y
sus discípulos descendieron a la llanura. Absortos en sus pensamientos, los
discípulos marchaban asombrados y en silencio. Pedro mismo no tenía una
palabra que decir. Gustosamente habrían permanecido en aquel santo lugar que
había sido tocado por la luz del cielo, y donde el Hijo de Dios había manifestado
su gloria; pero había que trabajar para el pueblo, que ya estaba buscando a Jesús
desde lejos y cerca. DTG 393.1
Al pie de la montaña se había reunido una gran compañía conducida allí por los
discípulos que habían quedado atrás, pero que sabían adónde se había dirigido
Jesús. Al acercarse el Salvador, encargó a sus tres compañeros que guardasen
silencio acerca de lo que habían presenciado, diciendo: “No digáis a nadie la
visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de los muertos.” La revelación hecha
a los discípulos había de ser meditada en su corazón y no divulgada. El relatarla a
las multitudes no habría hecho sino excitar el ridículo o la ociosa admiración. Y ni
aun los nueve apóstoles iban a comprender la escena hasta después que Cristo
hubiese resucitado de los muertos. Cuán lentos de comprensión eran los mismos
tres discípulos favorecidos, puede verse en el hecho de que, a pesar de todo lo
que Cristo había dicho acerca de lo que le esperaba, se preguntaban entre sí lo
que significaría el resucitar de entre los muertos. Sin embargo, no pidieron
explicación a Jesús. Sus palabras acerca del futuro los habían llenado de tristeza;
no buscaron otra revelación concerniente a aquello que preferían creer que nunca
acontecería. DTG 393.2
Al divisar a Jesús, la gente que estaba en la llanura corrió a su encuentro,
saludándole con expresiones de reverencia y gozo. Sin embargo, su ojo avizor
discernió que estaban en gran perplejidad. Los discípulos parecían turbados.
Acababa de ocurrir una circunstancia que les había ocasionado amargo chasco y
humillación. DTG 393.3
Mientras estaban esperando al pie de la montaña, un padre les había traído a
su hijo para que lo librasen de un espíritu mudo que le atormentaba. Cuando
Jesús mandó a los doce a predicar por Galilea, les había conferido autoridad
sobre los espíritus inmundos para poder echarlos. Mientras conservaron firme su
fe, los malos espíritus habían obedecido sus palabras. Ahora, en el nombre de
Cristo, ordenaron al espíritu torturador que dejase a su víctima, pero el demonio
no había hecho sino burlarse de ellos mediante un nuevo despliegue de su poder.
Los discípulos, incapaces de explicarse su derrota, sentían que estaban atrayendo
deshonor sobre sí mismos y su Maestro. Y en la muchedumbre había escribas que
sacaban partido de esa oportunidad para humillarlos. Agolpándose en derredor de
los discípulos, los acosaban con preguntas, tratando de demostrar que ellos y su
Maestro eran impostores. Allí había un espíritu malo que ni los discípulos ni Cristo
mismo podrían vencer, declararon triunfalmente los rabinos. La gente se inclinaba
a concordar con los escribas, y dominaba a la muchedumbre un sentimiento de
desprecio y burla. DTG 394.1
Pero de repente las acusaciones cesaron. Se vió a Jesús y los tres discípulos
que se acercaban, y con una rápida reversión de sentimientos, la gente se volvió
para recibirlos. La noche de comunión con la gloria celestial había dejado su rastro
sobre el Salvador y sus compañeros. En sus semblantes, había una luz que
infundía reverencia a quienes los miraban. Los escribas se retiraron temerosos,
mientras que la gente daba la bienvenida a Jesús. DTG 394.2
Como si hubiese presenciado todo lo que había ocurrido, el Salvador vino a la
escena del conflicto y fijando su mirada en los escribas preguntó: “¿Qué disputáis
con ellos?” DTG 394.3
Pero las voces que antes habían sido tan atrevidas y desafiantes
permanecieron ahora calladas. El silencio embargaba a todo el grupo. Entonces el
padre afligido se abrió paso entre la muchedumbre, y cayendo a los pies de Jesús
expresó su angustia y desaliento: DTG 394.4
“Maestro—dijo,—traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo, el cual, donde
quiera que le toma, le despedaza; ... y dije a tus discípulos que le echasen fuera, y
no pudieron.” DTG 394.5
Jesús miró en derredor suyo a la multitud despavorida, a los cavilosos escribas,
a los perplejos discípulos. Vió incredulidad en todo corazón; y con voz llena de
tristeza exclamó: “¡Oh generación infiel! ¿hasta cuándo estaré con vosotros?
¿hasta cuándo os tengo de sufrir?” Luego ordenó al padre angustiado: “Trae tu
hijo acá.” DTG 395.1
Fué traído el muchacho y, al posarse los ojos del Salvador sobre él, el espíritu
malo lo arrojó al suelo en convulsiones de agonía. Se revolcaba y echaba espuma
por la boca, hendiendo el aire con clamores pavorosos. DTG 395.2
El Príncipe de la vida y el príncipe de las potestades de las tinieblas habían
vuelto a encontrarse en el campo de batalla: Cristo, en cumplimiento de su misión
de “pregonar a los cautivos libertad, y ... para poner en libertad a los
quebrantados;” 1  Satanás tratando de retener a su víctima bajo su dominio.
Invisibles, los ángeles de luz y las huestes de los malos ángeles se cernían cerca
del lugar para contemplar el conflicto. Por un momento, Jesús permitió al mal
espíritu que manifestase su poder, a fin de que los espectadores comprendiesen
el libramiento que se iba a producir. DTG 395.3
La muchedumbre miraba con el aliento en suspenso, el padre con agonía de
esperanza y temor. Jesús preguntó: “¿Cuánto tiempo ha que le aconteció esto?”
El padre contó la historia de los largos años de sufrimiento, y luego, como si no lo
pudiese soportar más, exclamó: “Si puedes algo, ayúdanos, teniendo misericordia
de nosotros.” “Si puedes.” Hasta el padre dudaba ahora del poder de Cristo.  DTG
395.4
Jesús respondió: “Si puedes creer, al que cree todo es posible.” No faltaba
poder a Cristo; pero la curación del hijo dependía de la fe del padre. Estallando en
lágrimas, comprendiendo su propia debilidad, el padre se confió completamente a
la misericordia de Cristo, exclamando: “Creo, ayuda mi incredulidad.” DTG 395.5
Jesús se volvió hacia el enfermo y dijo: “Espíritu mudo y sordo, yo te mando,
sal de él, y no entres más en él.” Se oyó un clamor y se produjo una lucha
intensísima. El demonio, al salir, parecía estar por quitar la vida a su víctima.
Luego el mancebo quedó acostado sin movimiento y aparentemente sin vida. La
multitud murmuró: “Está muerto.” Pero Jesús le tomó de la mano y, alzándole, le
presentó en perfecta sanidad mental y corporal a su padre. El padre y el hijo
alabaron el nombre de su libertador. Los espectadores quedaron “atónitos de la
grandeza de Dios,” mientras los escribas, derrotados y abatidos, se apartaron
malhumorados. DTG 395.6
“Si puedes algo, ayúdanos, teniendo misericordia de nosotros.” ¡Cuántas almas
cargadas por el pecado han repetido esta oración! Y para todas, la respuesta del
Salvador compasivo es: “Si puedes creer, al que cree todo es posible.” Es la fe la
que nos une con el Cielo y nos imparte fuerza para luchar con las potestades de
las tinieblas. En Cristo, Dios ha provisto medios para subyugar todo rasgo
pecaminoso y resistir toda tentación, por fuerte que sea. Pero muchos sienten que
les falta la fe, y por lo tanto permanecen lejos de Cristo. Confíen estas almas
desamparadas e indignas en la misericordia de su Salvador compasivo. No se
miren a sí mismas, sino a Cristo. El que sanó al enfermo y echó a los demonios
cuando estaba entre los hombres es hoy el mismo Redentor poderoso. La fe viene
por la palabra de Dios. Entonces aceptemos la promesa: “Al que a mí viene, no le
echo fuera.” 2  Arrojémonos a sus pies clamando: “Creo, ayuda mi incredulidad.”
Nunca pereceremos mientras hagamos esto, nunca. DTG 396.1
En corto tiempo, los discípulos favorecidos habían contemplado los extremos
de la gloria y de la humillación. Habían visto a la humanidad transfigurada a la
imagen de Dios y degradada a semejanza de Satanás. De la montaña donde
había conversado con los mensajeros celestiales y había sido proclamado Hijo de
Dios por la voz de la radiante gloria, habían visto a Jesús descender para hacer
frente al espectáculo angustioso y repugnante del joven endemoniado, con rostro
desencajado, que hacía crujir los dientes en espasmos de una agonía que ningún
poder humano podía aliviar. Y este poderoso Redentor, que tan sólo unas horas
antes estuvo glorificado delante de sus discípulos asombrados, se inclinó para
levantar a la víctima de Satanás de la tierra donde se revolcaba y devolverla, sana
de mente y cuerpo, a su padre y a su hogar. DTG 396.2
Esta era una lección objetiva de la redención: el Ser Divino procedente de la
gloria del Padre, se detenía para salvar a los perdidos. Representaba también la
misión de los discípulos. La vida de los siervos de Cristo no ha de pasarse sólo en
la cumbre de la montaña con Jesús, en horas de iluminación espiritual. Tienen
trabajo que hacer en la llanura. Las almas que Satanás ha esclavizado están
esperando la palabra de fe y oración que las liberte. DTG 396.3
Los nueve discípulos estaban todavía pensando en su amargo fracaso; y
cuando Jesús estuvo otra vez solo con ellos, le preguntaron: “¿Por qué nosotros
no lo pudimos echar fuera?” Jesús les contestó: “Por vuestra incredulidad; porque
de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este
monte: Pásate de aquí allá: y se pasará: y nada os será imposible. Mas este linaje
no sale sino por oración y ayuno.” Su incredulidad, que los privaba de sentir una
simpatía más profunda hacia Cristo, y la negligencia con que habían considerado
la obra sagrada a ellos confiada les habían hecho fracasar en el conflicto con las
potestades de las tinieblas. DTG 397.1
Las palabras con que Cristo señalara su muerte les habían infundido tristeza y
duda. Y la elección de los tres discípulos para que acompañasen a Jesús a la
montaña había excitado los celos de los otros nueve. En vez de fortalecer su fe
por la oración y la meditación en las palabras de Cristo, se habían estado
espaciando en sus desalientos y agravios personales. En este estado de tinieblas,
habían emprendido el conflicto con Satanás. DTG 397.2
A fin de tener éxito en un conflicto tal, debían encarar la obra con un espíritu
diferente. Su fe debía ser fortalecida por la oración ferviente, el ayuno y la
humillación del corazón. Debían despojarse del yo y ser henchidos del espíritu y
del poder de Dios. La súplica ferviente y perseverante dirigida a Dios con una fe
que induce a confiar completamente en él y a consagrarse sin reservas a su obra,
es la única que puede prevalecer para traer a los hombres la ayuda del Espíritu
Santo en la batalla contra los principados y potestades, los gobernadores de las
tinieblas de este mundo y las huestes espirituales de iniquidad en las regiones
celestiales. DTG 397.3
“Si tuviereis fe como un grano de mostaza—dijo Jesús,—diréis a este monte:
Pásate de aquí allá: y se pasará.” Aunque muy pequeña, la semilla de mostaza
contiene el mismo principio vital misterioso que produce el crecimiento del árbol
más imponente. Cuando la semilla de mostaza es echada en la tierra, el germen
diminuto se apropia de cada elemento que Dios ha provisto para su nutrición y
emprende prestamente su lozano desarrollo. Si tenemos una fe tal, nos
posesionaremos de la Palabra de Dios y de todos los agentes útiles que él ha
provisto. Así nuestra fe se fortalecerá, y traerá en nuestra ayuda el poder del
Cielo. Los obstáculos que Satanás acumula sobre nuestra senda, aunque
aparentemente tan insuperables como altísimas montañas, desaparecerán ante el
mandato de la fe. “Nada os será imposible.” DTG 397.4

Conducción del Niño

Capítulo 83—Las recompensas


Una gráfica escena del día del juicio—

Una vez tuve un sueño en el que vi una muchedumbre reunida. Y súbitamente


lo

Cuando Dios pregunte: “¿Dónde están los hijos?”—LOS PADRES QUE
HAN DESCUIDADO LAS RESPONSABILIDADES QUE DIOS LES DIO, DEBEN
HACER FRENTE A ESE DESCUIDO EN EL JUICIO. Entonces preguntará el
Señor: “¿DÓNDE ESTÁN LOS HIJOS QUE TE DI para que los prepararas para
mí? ¿POR QUÉ NO ESTÁN A MI DIESTRA?” Muchos padres verán entonces
que un amor necio les cegó los ojos para que no vieran las faltas de sus hijos y
dejó que esos hijos desarrollaran CARACTERES DEFORMADOS INAPTOS
PARA EL CIELO. Otros verán que no concedieron a sus hijos tiempo y atención,
amor y ternura; su descuido del deber hizo de sus hijos lo que son.— Testimonies
for the Church 4:424. CN 531.1
Padres, si perdéis vuestra oportunidad, Dios tenga piedad de vosotros, pues en
el día del juicio el Señor preguntará: “¿DÓNDE ESTÁ EL REBAÑO QUE TE FUE
DADO, TU HERMOSA GREY?” . . . CN 531.2
SUPONGAMOS QUE LLEGARAIS AL CIELO Y NINGUNO DE VUESTROS
HIJOS ESTUVIERA ALLÍ. ¿Cómo podríais decir a Dios: “Heme aquí, Señor, y los
hijos que tú me diste”? El cielo toma nota del descuido de los padres. Se registra
en los libros del cielo.—Manuscrito 62, 1901. CN 531.3
Las familias pasarán en revista delante de Dios—¡Qué escena se verá
cuando los padres y los hijos se encuentren en ocasión del cómputo final! Millares
de hijos que han sido esclavos del apetito y del vicio denigrante, cuyas vidas son
naufragios morales, estarán frente a frente de sus padres que hicieron de ellos lo
que son. ¿QUIÉNES SINO LOS PADRES DEBEN LLEVAR ESTA TERRIBLE
RESPONSABILIDAD? ¿Hizo el Señor corruptos a esos jóvenes? ¡Oh, no! Los
hizo a su imagen, un poco menores que los ángeles. ¿Quién pues ha realizado
la terrible obra de formar el carácter de sus vidas? ¿Quién cambió sus
caracteres de modo que no lleven la imagen de Dios y deban quedar
separados para siempre de su presencia por ser demasiado impuros para
ocupar un lugar con los ángeles puros en un cielo santo? ¿Fueron
transmitidos a los hijos los pecados de los padres convertidos en apetitos y
pasiones perversos? ¿Y fue la obra completada por la madre, amante de los
placeres, por lo que descuidó la preparación adecuada de sus hijos, de acuerdo
con el modelo que le fue dado? TODAS ESAS MADRES PASARÁN EN
REVISTA DELANTE DE DIOS TAN CIERTAMENTE COMO QUE EXISTEN.—
Testimonies for the Church 3:568, 569. CN 531.4
En el cielo hay un registro gráfico—Recuerden los padres y los hijos que día
tras día están formando un carácter, y que los rasgos de ese carácter se imprimen
en los libros del cielo. Dios dibuja lo que son sus hijos, tan ciertamente
como un artista dibuja los rasgos de hombres y mujeres transfiriéndolos al
lienzo. ¿Qué clase de cuadro queremos que se reproduzca? Padres, ¡contestad la
pregunta! ¿Qué clase de cuadro hará el Artífice supremo de vosotros en los
registros del cielo? . . . Debemos decidir esto ahora. Más tarde, cuando llegue la
muerte, no habrá tiempo para enderezar los desniveles del carácter. CN 532.1
Esto debiera ser algo importantísimo para nosotros individualmente. Cada día
se reproduce nuestra semejanza para el tiempo y la eternidad. Diga cada uno: “Me
están retratando hoy”. Preguntaos cada día, cada hora: “¿Cómo sonarán mis
palabras ante los ángeles celestiales? ¿Son como manzanas de oro con figuras
de plata o son como granizo agostador, que hiere y lastima?” . . . CN 532.2
No sólo nuestras palabras y acciones, sino nuestros pensamientos forman el
cuadro de lo que somos. Por lo tanto, sea buena cada persona y haga lo bueno.
Que el cuadro que se trace de vosotros sea tal que no os avergoncéis. Cada
sentimiento que acariciamos deja su impresión en el semblante. Dios nos ayude
para que registremos en nuestras familias lo que desearíamos que hubiera en el
registro celestial.—Carta 78, 1901. CN 533.1
¿Habéis sido descuidados? ¡Ojalá que los padres velasen con oración y
cuidado por el bienestar eterno de sus hijos! Pregúntense: ¿Hemos sido
negligentes? ¿Hemos descuidado esta obra solemne? ¿Hemos permitido que
nuestros hijos llegasen a ser juguetes de las tentaciones de Satanás? ¿No
tenemos que rendir una cuenta solemne ante Dios por haber permitido a nuestros
hijos que empleasen sus talentos, su tiempo e influencia para obrar contra la
verdad y contra Cristo? ¿No hemos descuidado nuestro deber como padres y
aumentado el número de los súbditos de Satanás?—Joyas de los Testimonios
3:63. CN 533.2
Si las madres descuidan la debida educación de sus hijos, su descuido se
reflejará sobre ellas, haciendo que sus cargas y perplejidades sean más duras de
lo que habrían sido si hubieran dedicado tiempo y paciente cuidado a la
preparación de sus hijos para la obediencia y sumisión. A la larga, recompensará
a las madres el hacer de la formación del carácter de sus hijos su consideración
primera y más elevada, a fin de que las espinas no se arraiguen y den una
cosecha abundante.—The Signs of the Times, 5 de agosto de 1875. CN 533.3
Los hijos condenarán a los padres infieles—La maldición de Dios
descansará seguramente sobre los padres infieles. No sólo están ellos plantando
espinas que los habrán de herir aquí, sino que deberán arrostrar su propia
responsabilidad cuando se abra el juicio. Muchos hijos se levantarán en el juicio y
condenarán a sus padres, porque no los reprendieron, y los harán responsables
de su destrucción. La falsa simpatía y el amor ciego de los padres los impulsa a
excusar y a no corregir las faltas de sus hijos, y como consecuencia éstos se
pierden y la sangre de sus almas recaerá sobre los padres infieles.—Joyas de los
Testimonios 1:78, 79. CN 533.4
Los hijos rendirán homenaje a los padres fieles—Cuando empiece el juicio y
los libros sean abiertos, cuando sea pronunciado el “Bien hecho” del gran Juez, y
colocada en la frente del vencedor la corona de gloria inmortal, muchos levantarán
sus coronas a la vista del universo reunido y, señalando a sus madres, dirán: “Ella
hizo de mí todo lo que soy mediante la gracia de Dios. Su instrucción, sus
oraciones, han sido bendecidas para mi salvación eterna”.—Mensajes para los
Jóvenes, 328. CN 534.1
Se manifestarán los resultados de la preparación fiel—Todos los que
obraron con espíritu abnegado, verán el fruto de sus labores. Se verá el resultado
de cada principio recto y acción noble. Algo de ello vemos ahora. Pero ¡cuán poco
del resultado de la obra más noble del mundo se manifiesta en esta vida al obrero!
¡Cuántos trabajan abnegada e incansablemente por los que pasan más allá de su
alcance y conocimiento! Los padres y maestros caen en su último sueño con la
sensación de que ha sido en vano la obra de su vida; no saben que su fidelidad ha
abierto manantiales de bendiciones que nunca pueden dejar de fluir; sólo por la fe
ven a los hijos que han criado transformarse en una bendición e inspiración para
sus semejantes, y multiplicarse mil veces su influencia. . . . Los hombres siembran
la semilla de la cual, sobre sus sepulcros, otros recogen cosechas abundantes.
Plantan árboles para que otros coman sus frutos. Se contentan aquí con saber
que han puesto en acción agentes que obran para bien. En lo futuro se verá la
acción y reacción de todo esto.—La Educación, 295. CN 534.2
Los padres pueden llevar a sus hijos consigo a la Tierra Prometida—Dios
ha permitido que brille luz de su trono para que alumbre todo el sendero de la vida.
Una columna de nube de día, una columna de fuego de noche se mueven delante
de nosotros como sucedió con el antiguo Israel. Los padres cristianos tienen el
privilegio hoy día, así como lo fue para el pueblo de Dios de la antigüedad, de
llevar a sus hijos consigo a la Tierra Prometida.—The Signs of the Times, 24 de
noviembre de 1881. CN 535.1
Queréis que los vuestros sean para Dios, queréis que vuestra familia sea para
Dios. Queréis llevarlos a las puertas de la ciudad celestial y decir: “Heme aquí,
Señor, y los hijos que tú me diste”. Quizá sean hombres y mujeres que se han
desarrollado hasta la virilidad y la femineidad, pero de todos modos son vuestros
hijos, y vuestra educación y la forma en que velasteis sobre ellos han sido
bendecidas por Dios hasta el punto de que están como vencedores. Entonces
podéis decir: “Heme aquí, Señor, y los hijos”.—Manuscrito 40, 1894. CN 535.2
Se reeslabonarán las cadenas familiares rotas—Jesús viene, viene en las
nubes con grande gloria. Lo acompañarán una multitud de ángeles
resplandecientes. Vendrá para honrar a los que lo han amado y han guardado sus
mandamientos, y para llevarlos consigo. No los ha olvidado, ni ha olvidado sus
promesas. Se unirán de nuevo los eslabones de la cadena familiar.—The Review
and Herald, 22 de noviembre de 1906. CN 535.3
Consuelo para una madre enlutada—Ud. pregunta si su hijito será salvo. Las
palabras de Cristo son su respuesta: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo
impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos”. Recuerde la profecía: “Así
ha dicho Jehová: voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta
por sus hijos, y no quiso ser consolada . . . Así ha dicho Jehová: reprime del llanto
tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu trabajo, dice Jehová,
y volverán de la tierra del enemigo. Esperanza hay también para tu porvenir, dice
Jehová, y los hijos volverán a su propia tierra”. CN 535.4
Esta promesa es suya. Ud. puede ser consolada y confiar en el Señor. El Señor
me ha instruido con frecuencia que muchos pequeñuelos deben morir antes del
tiempo de angustia. Veremos de nuevo a nuestros hijos. Nos encontraremos con
ellos y los reconoceremos en los atrios celestiales. Ponga su confianza en el
Señor y no tema.—Carta 196, 1899. CN 536.1
Los hijos serán llevados a los brazos de sus madres—¡Oh maravillosa
redención, tan descripta y tan esperada, contemplada con anticipación febril, pero
jamás enteramente comprendida! CN 536.2
Los justos vivos son mudados “en un momento, en un abrir de ojo”. A la voz de
Dios fueron glorificados; ahora son hechos inmortales, y juntamente con los santos
resucitados son arrebatados para recibir a Cristo su Señor en los aires. Los
ángeles “juntarán sus escogidos de los cuatro vientos, de un cabo del cielo hasta
el otro”. Santos ángeles llevan niñitos a los brazos de sus madres. Amigos, a
quienes la muerte tenía separados desde largo tiempo, se reúnen para no
separarse más, y con cantos de alegría suben juntos a la ciudad de Dios.—El
Conflicto de los Siglos, 703. CN 536.3
El día largamente anhelado—Desde el día en que la primera pareja se alejara
apesadumbrada del Edén, los hijos de la fe han esperado la venida del Prometido
que había de aniquilar el poder destructor de Satanás y volverlos a llevar al
paraíso perdido.—El Conflicto de los Siglos, 344. CN 536.4
El cielo nos habrá costado bastante poco, aun cuando lo obtengamos por
medio del sufrimiento. . . . Al ver lo que debemos ser para heredar la gloria, y ver
luego cuánto sufrió Jesús para obtener en nuestro favor una heredad tan preciosa,
rogué que fuésemos bautizados en los sufrimientos de Cristo, para no
atemorizarnos frente a las pruebas, sino soportarlas con paciencia y gozo,
sabiendo que Cristo sufrió a fin de que por su pobreza y sufrimientos nosotros
pudiésemos ser enriquecidos.—Primeros Escritos, 66, 67. CN 537.1
¡El cielo vale cualquier precio!—Para nosotros el cielo vale cualquier precio.
En este asunto, no debemos correr ningún riesgo. Aquí no debemos aventurarnos.
Debemos saber que nuestros pasos son ordenados por el Señor. Dios nos ayude
en la gran obra de triunfar. El tiene coronas para los vencedores. Tiene mantos
blancos para los justos. Tiene un eterno mundo de gloria para los que busquen
gloria, honra e inmortalidad. Todos los que entren en la ciudad de Dios, entrarán
como vencedores. No entrarán como criminales condenados, sino como hijos de
Dios. Y la bienvenida que se dé a cada uno que entre, será: “Venid, benditos de mi
Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del
mundo”. Mateo 25:34.—Christian Temperance and Bible Hygiene, 149. CN 537.2
Participantes del gozo de Cristo—Vemos un séquito de ángeles a cada lado
de la puerta, y al entrar, Jesús dice: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino
preparado para vosotros desde la fundación del mundo”. Aquí os dice que seáis
participantes de su gozo, ¿y qué es eso? Es el gozo de ver el trabajo de vuestra
alma, padres, madres, es el gozo de ver que vuestros esfuerzos son
recompensados. Aquí están vuestros hijos, la corona de vida está sobre su cabeza
y los ángeles de Dios inmortalizan los nombres de las madres cuyos esfuerzos
han ganado a sus hijos para Jesucristo.—Manuscrito 12, 1895. CN 537.3
El glorioso día de la victoria—La iglesia es ahora militante. Actualmente
arrostramos a un mundo en tinieblas, casi enteramente entregado a la idolatría.
Pero se acerca el día cuando habrá terminado la batalla y la victoria habrá sido
ganada. La voluntad de Dios ha de cumplirse en la tierra como en el cielo. . . .
Todos constituirán una familia dichosa, unida, vestida con las prendas de alabanza
y de acción de gracias: con el manto de la justicia de Cristo. Toda la naturaleza, en
su incomparable belleza, ofrecerá a Dios tributo de alabanza y adoración. El
mundo quedará bañado en luz celestial. La luz de la luna será como la del sol, y la
luz del sol siete veces más intensa que ahora. Los años transcurrirán alegremente.
Y sobre todo las estrellas de la mañana cantarán juntas, y los hijos de Dios
clamarán de gozo, mientras que Dios y Cristo declararán a una voz que “ya no
habrá más pecado, ya no habrá más muerte”. CN 538.1
Estas visiones de la gloria futura, descriptas por la mano de Dios, deberían ser
de gran valor para sus hijos. . . . CN 538.2
Necesitamos tener siempre presente esta visión de las cosas invisibles. Así
comprenderemos el verdadero valor de las cosas eternas y de las transitorias, y
esto nos dará más poder para influir en los demás a fin de que vivan una vida más
elevada.—El Ministerio de Curación, 404-406. CN 538.3
¿Dirá Dios: “Bien hecho”? Cuando estéis delante del gran trono blanco,
entonces aparecerá vuestra obra tal como es. Se abren los libros, se hace conocer
el registro de cada vida. En aquella gran multitud, hay muchos que no están
preparados para las revelaciones que se hacen. En los oídos de algunos, caerán
con asombrosa claridad las palabras: “Pesado en la balanza, y hallado falto”. El
Juez dirá a muchos padres en aquel día: “Tuviste mi Palabra que te presentaba
claramente tu deber. ¿Por qué no has obedecido sus enseñanzas? ¿No sabias
que era la voz de Dios? ¿No te ordené que escudriñaras las Escrituras para que
no te descarriaras? No sólo has arruinado tu propia alma, sino que con tus alardes
de piedad has descarriado a muchos otros. No tienes parte conmigo. Apártate,
apártate”. CN 538.4
Hay otros que permanecen pálidos y temblando, confiando en Cristo y, sin
embargo, oprimidos con el sentimiento de su propia indignidad. Oyen con lágrimas
de gozo y gratitud el encomio del Maestro. Los días de incesante tarea, de carga
abrumadora y de temor y angustia son olvidados cuando aquella voz, más dulce
que la música de las arpas de los ángeles, pronuncia las palabras: “Bien, buen
siervo y fiel; entra en el gozo de tu Señor”. Allí está la hueste de los redimidos, con
la palma de victoria en su mano y la corona sobre la cabeza. Estos son los que
mediante fieles y fervientes labores han obtenido una idoneidad para el cielo. La
obra de su vida realizada en la tierra es reconocida en las cortes celestiales como
una obra bien hecha. CN 539.1
Con gozo inenarrable, los padres ven la corona, el manto, el arpa que son
dados a sus hijos. Han terminado los días de espera y de temor. La semilla
sembrada con lágrimas y oraciones pudo haber parecido ser sembrada en vano,
pero la cosecha es recogída al fin con gozo. Sus hijos han sido redímidos. Padres,
madres, ¿henchirán el canto de alegría en aquel día las voces de vuestros hijos?
—The Signs of the Times, 1 de julio de 1886. CN 539.2
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Sección 3—Peligros que enfrentan los líderes de las editoriales
Capítulo 12—Liderazgo no real, sino cristiano
El uso arbitrario del poder —La posición de un hombre no lo hace ni una jota
ni una tilde más grande a la vista de Dios; es solo el carácter lo que Dios valora. El
poder prepotente que se ha desarrollado, como si las posiciones hubieran
convertido a los hombres en dioses, me da miedo y debería causar miedo. Es una
maldición dondequiera y por quienquiera que sea ejercida. Este enseñorearse de
la herencia de Dios creará tal disgusto por la jurisdicción del hombre que resultará
en un estado de insubordinación. La gente está aprendiendo que no se puede
confiar en los hombres en altos puestos de responsabilidad para moldear y
moldear las mentes y los caracteres de otros hombres. El resultado será una
pérdida de confianza incluso en la gestión de hombres fieles. Pero el Señor
levantará obreros que se den cuenta de su propia nada sin la ayuda especial de
Dios... PM 127.1
Que se conecten con la obra de Dios hombres que representen su
carácter. Puede que tengan mucho que aprender con respecto a la gestión
empresarial; pero si oran a Dios como lo hizo Daniel, si con verdadera contrición
de ánimo buscan la sabiduría que viene de lo alto, el Señor les dará un corazón
entendido. Lea cuidadosamente y con oración el tercer capítulo de Santiago,
especialmente los versículos 13-18 . Todo el capítulo es una revelación, si los
hombres desean abrir los ojos.— Carta 55, 1895 . PM 127.2
Advertidos de no hacer carne nuestro brazo —Los hombres piensan que
están representando la justicia de Dios, y no lo hacen.representan su ternura y el
gran amor con que nos ha amado. Sus invenciones humanas, que se originaron
con engañosas artimañas de Satanás, parecen bastante hermosas a los ojos
ciegos de los hombres, porque es inherente a su naturaleza. Una mentira, creída,
practicada, se convierte en verdad para ellos. Así se cumple el propósito de las
agencias satánicas, que los hombres lleguen a estas conclusiones mediante el
trabajo de sus propias mentes inventivas. Pero, ¿cómo caen los hombres en tal
error? Comenzando con premisas falsas y luego aplicando todo para que el error
sea verdadero. En algunos casos los primeros principios tienen una medida de
verdad entretejida con el error, pero no conduce a ninguna acción justa, y por eso
los hombres se extravían. Para reinar y convertirse en un poder, emplean los
métodos de Satanás para justificar sus propios principios. Se exaltan a sí mismos
como hombres de juicio superior y se han presentado como representantes de
Dios. Estos son dioses falsos.—Carta 55, 1895 . PM 127.3
El hombre pecador puede encontrar esperanza y justicia solo en Dios; y ningún
ser humano es justo mientras no tenga fe en Dios y mantenga una conexión vital
con Él. Una flor del campo debe tener su raíz en la tierra; debe tener aire, rocío,
aguaceros y sol. Florecerá sólo cuando reciba estas ventajas, y todas son de
Dios. Así con los hombres. Recibimos de Dios lo que ministra a la vida del
alma. Se nos advierte que no confiemos en el hombre, ni que hagamos de la
carne nuestro brazo. Se pronuncia una maldición sobre todos los que hacen esto.
— Carta 55, 1895 . PM 128.1
Peligros Previstos en Visión en Salamanca — 3 de noviembre de 1890,
mientras trabajaba en Salamanca, NY, estando en comunión con Dios en la
noche, fui sacado y alejado de mí mismo a asambleas en diferentes Estados,
donde llevaba decidido testimonio de reprensión y amonestación. En Battle Creek
se convocó un consejo de ministros y hombres responsables de la editorial y otras
instituciones, y escuché a los reunidos, sin un espíritu afable, expresar
sentimientos e instar a adoptar medidas que me llenaron de aprensión y
angustia. [Una de esas medidas recomendó que la revista Sentinel, un diario de
libertad religiosa, dejara de publicarse a menos que sus páginas estuvieran
limitadas a temas puramente de la iglesia estatal con poco o ningún espacio para
presentar el mensaje adventista distintivo. Elena G. de White se opuso a este plan
por considerarlo puramente humano: “No debemos hacer menos prominentes las
verdades especiales que nos han separado del mundo y nos han hecho lo que
somos... Con pluma y voz debemos proclamar la verdad a el mundo.”— Life
Sketches of Ellen G. White, 329 . Al resolver el problema, los líderes de
publicaciones siguieron el consejo del Espíritu de Profecía. ] PM 128.2
Años antes, yo había sido llamado a pasar por una experiencia similar, y
entonces el Señor me reveló muchas cosas de vital importancia y me dio
advertencias que deben ser entregadas a los que están en peligro. En la noche del
3 de noviembre me vinieron a la mente estas advertencias, y se me mandó
presentarlas ante los responsables de los oficios de confianza, y no desfallecer ni
desanimarme. Se presentaron ante mí algunas cosas que no podía
comprender; pero se me dio la seguridad de que el Señor no permitiría que Su
pueblo fuera envuelto en las nieblas del escepticismo y la infidelidad mundanos,
atado en manojos con el mundo; pero si tan sólo escucharan y siguieran Su voz,
rindiendo obediencia a Sus mandamientos, Él los guiaría por encima de las
nieblas del escepticismo y la incredulidad, y pondría sus pies sobre la Roca.—Life
Sketches of Ellen G. White, 319, 320 . PM 129.1
Desatender los derechos de la humanidad —Todo lo que se haya hecho con
el fin de ministrar al orgullo oa la ambición no santificada debe ser eliminado antes
de que las instituciones del Señor se mantengan firmes sobre la Roca eterna. No
necesitamos inventos astutos para sostener la causa de Dios. No necesitamos
tratos injustos. Que el Señor sople sobre Su obra el espíritu de los principios
celestiales, y vivirá. ¡Nada que el hombre pueda fabricar puede tomar el lugar del
Espíritu Santo de Dios! Nada de lo que la sabiduría del hombre pueda inventar
justificará la violación de la verdad, o el menosprecio de los derechos de la
humanidad. La verdad es demasiado pura para apartar sus delicados pies de la
elevada plataforma del amor a Dios y el amor a nuestro prójimo.— Carta 83,
1896 . PM 129.2
La autoridad de la iglesia no está investida en un solo hombre —Cuando
este poder que Dios ha puesto en la iglesia es acreditado a un hombre, y él está
investido con la autoridad para juzgar a otras mentes, entonces el verdadero orden
bíblico escambió. Los esfuerzos de Satanás sobre la mente de tal hombre serán
muy sutiles ya veces abrumadores, porque a través de esta mente él piensa que
puede afectar a muchos otros. Tu posición sobre el liderazgo es correcta, si le das
a la más alta autoridad organizada en la iglesia lo que le has dado a un
hombre. Dios nunca se propuso que Su obra llevara el sello de la mente de un
hombre y el juicio de un hombre.—Testimonies for the Church 3:493 .
(Véase Testimonies for the Church 9:260, 261. ) PM 129.3
No hay centros de Jerusalén : en la obra del Señor para estos últimos días no
debe haber centros de Jerusalén, ni poder real. Y la obra en los diferentes países
no debe estar ligada por contratos a la obra que se concentra en Battle Creek,
porque este no es el plan de Dios. Los hermanos deben consultar juntos, porque
estamos tan bajo el control de Dios en una parte de su viña como en otra. Los
hermanos deben ser uno en corazón y alma, así como Cristo y el Padre son
uno. Enseñad esto, practicad esto, para que seamos uno con Cristo en Dios,
trabajando todos para edificarnos unos a otros. PM 130.1
El poder real revelado anteriormente en la Asociación General en Battle Creek
no debe perpetuarse. La institución editorial no debe ser un reino en sí misma. Es
esencial que los principios que gobiernan los asuntos de la Asociación General se
mantengan en la dirección de la obra de publicaciones y la obra del sanatorio. Uno
no debe pensar que la rama de la obra con la que está conectado es de mucha
más importancia que otras ramas. —Testimonies for the Church 8:232, 233 . PM
130.2
Dios no ha establecido ningún poder real en la Iglesia Adventista del Séptimo
Día para controlar todo el cuerpo o para controlar cualquier rama de la obra. No ha
dispuesto que la carga del liderazgo descanse sobre unos pocos hombres. Las
responsabilidades se distribuyen entre un gran número de hombres competentes.
— Testimonies for the Church 8:236 . PM 130.3
Una Regla para Directores e “Inferiores” —Que los hombres en posiciones
de responsabilidad consideren con un propósito que no hay una regla de acción
para los hombres en autoridad y otra para la clase que se espera que se someta a
sus decisiones; no una regla para el director y otra para el supuestoinferiores Digo
supuesto, porque muchos de los que son tratados como inferiores son hombres
cuyos principios y curso de acción son los que el cielo aprueba. Pueden ser
considerados como inferiores en este mundo de iniquidad, de apariencia y
falsedad, pero a los ojos de Dios son considerados más preciosos que el oro,
aunque sea probado con fuego; serán hallados para alabanza, honra y gloria en la
aparición de Jesucristo. Los verdaderos aprendices de Cristo, combinando la fe, la
verdad y la justicia en la práctica de su vida, seguirán el camino del Señor; no
habrá connivencia en prácticas egoístas. Todo camino que Dios no ha señalado
para que lo sigan los hombres es el del destructor. PM 130.4
Me he levantado mucho antes del día para escribir estas palabras, porque veo
mucho que se necesita hacer de corazón y práctica para los hombres en autoridad
que son muy oficiosos para hacer leyes y restricciones para otros, mientras que
ellos mismos no obedecen. la ley de Dios. En algún momento aprenderán que no
hay prosperidad y felicidad en ningún otro camino que no sea el camino del
Señor. La razón de los hombres puede ser oscurecida, la conciencia cauterizada
por una larga práctica a su manera, pero no es una forma de paz o
seguridad. Dondequiera que reine la paz de Dios en el corazón, allí está la ternura
y el amor de Cristo.— Carta 75, 1895 . PM 131.1
Dios el Director Principal —Se me mostró que aquellos que presiden nuestras
instituciones siempre deben tener presente que hay un director principal, que es el
Dios del cielo. Debe haber estricta honestidad en todas las transacciones
comerciales en todos los departamentos del trabajo. Debe haber firmeza en la
preservación del orden, pero la compasión, la misericordia y la paciencia deben
estar mezcladas con la firmeza. Justice tiene una hermana gemela, Love. Estos
deben estar uno al lado del otro. La Biblia debe ser nuestra guía. No puede haber
mayor engaño que el que un hombre piense que puede encontrar una mejor guía,
cuando está en dificultad, que la palabra de Dios. La palabra bendita debe ser una
lámpara a nuestros pies. Los preceptos bíblicos deben llevarse a la vida
cotidiana. —Testimonies for the Church 5:559 . PM 131.2
Administradores controlados por el Espíritu Santo : ¡Cuán importante es la
obra del que se erige como administrador de tal¡Una institución! ¡Cuán necesario
es que sea un hombre guiado y controlado por el Espíritu Santo, un hombre que
recibe diariamente sabiduría de lo alto! PM 131.3
Sobre los administradores de nuestras editoriales descansa una gran
responsabilidad: la responsabilidad de hacer lo mejor que puedan para asegurar el
bienestar físico, mental y espiritual de los trabajadores, para que Dios sea
glorificado.— Carta 115, 1902 . PM 132.1
Ninguna autoridad real en las casas editoras—No debe haber órdenes,
ningún ejercicio de autoridad real. Ya se ha hecho bastante de este tipo de trabajo
en nuestra editorial de Battle Creek. Su influencia ha agriado a aquellos en la
oficina, que ahora necesitan convertirse de principio a fin. Esta dura gestión, estas
órdenes y regaños, no son de Dios sino del enemigo.— Carta 55, 1901 . PM 132.2
Evitad una religión dura, sin amor —Alzo mi voz contra esta... religión férrea,
dura, sin amor. Si A y B se hubieran querido mucho menos a sí mismos y mucho
más a Jesucristo, habrían estado aprendiendo continuamente, creciendo
continuamente en el espíritu y la mente de Cristo, reflejando su carácter en
generosidad y amor mientras estaban conectados con la oficina de
publicaciones; y hoy habrían estado conectados con la editorial y habrían estado
en terreno ventajoso. Pero, oh, qué falta ha habido del amor santo y genuino de
Dios en la oficina de Review and Herald. Si el primer amor hubiera estado
ardiendo en el altar de sus corazones, se habría manifestado en ternura, en
compasión, en actos desinteresados, y la bendición de Dios habría estado sobre
ellos; pero cuando el yo es continuamente apreciado, PM 132.3
El hermano C necesita ser transformado en carácter antes de estar en
condiciones de ser en todo momento un consejero seguro. Cuando el amor de
Jesús inunde su alma, él la difundirá. Cuando haya aprendido la mansedumbre y
la humildad en la escuela de Cristo, revelará una paciencia semejante a la de
Cristo, una caridad invencible y una fe omnipotente en la gran obra de salvar
almas por las que Cristo murió. Cada alma debe venir a la prueba de todas las
gracias cristianas. El corazón debeser calentado con el fuego resplandeciente de
la bondad de Dios. Cuando el Señor se mueva sobre la tierra por medio de Su
Espíritu Santo, habrá una sumisión a la disciplina e influencia del Espíritu
Santo. Se manifestará el esfuerzo concienzudo, que es un requisito para alcanzar
la verdadera virtud y sabiduría, y es indispensable para aquel que será escogido
para ser colaborador de Jesucristo.— Carta 42, 1893 . PM 132.4
La opresión y la dominación reprendidas—Durante años, un espíritu de
opresión ha estado entrando en Battle Creek. Los agentes humanos se están
elevando hacia el egoísmo y la dominación. No se puede publicar una obra sin
que se trate de controlarla, y si los autores no acceden a sus proposiciones, los
que publican la obra ejercerán una influencia sobre los colportores y otros agentes
que dificultarán su venta, y esto con total independencia de el valor del libro. Y
cuando cada institución se funde en la que es más grande, es decir, medida por su
poder de control, esa será de hecho un poder gobernante, y si los principios de
acción en la institución más poderosa se corrompen, como es ahora el En este
caso, y como ha sido en la historia del pasado, todas las demás instituciones
deben seguir el mismo camino, de lo contrario, una determinada influencia se
ejercerá contra ellas. PM 133.1
Esta disposición de empujar a los hombres a lugares difíciles si no puedes
llevarlos a tus ideas no está de acuerdo con el orden de Dios. Aquellos que hacen
esto cuando les conviene, están llevando almas a la incredulidad ya la tentación, y
las conducen al campo de batalla de Satanás. Se olvidan de que Dios tratará con
ellos como ellos tratan con sus semejantes. La causa de Dios no debe ser
moldeada por un hombre o media docena de hombres. Todos Sus mayordomos
responsables deben participar en la elaboración, así como en la ejecución, de los
planes. Los hombres no deben olvidar que el Dios del cielo es un Dios de
justicia; con Él no hay parcialidad, ni hipocresía. No servirá con el egoísmo de los
hombres, ni sancionará sus planes de despojar a un alma de sus derechos porque
pueden presionarlo desconsideradamente, y hacer declaraciones y planes que
obliguen a rendirse, o lo dejen desamparado... 
No se debe glorificar al Señor ni servir Su verdad mediante tratos bruscos o
ventajas encubiertas. El dinero así adquirido para suplir la tesorería no beneficiará
a nadie, porque Dios no servirá con los pecados de opresión y egoísmo. PM 134.1
Debería estar escrito en la conciencia, como con una pluma de hierro sobre una
roca, que ningún hombre puede alcanzar el verdadero éxito violando los principios
eternos del derecho. —Carta 4, 1895 . ( Selecciones de los Testimonios que
establecen principios importantes relacionados con nuestro trabajo en general,
págs. 13-15 .) PM 134.2
Dios trabaja para humillar el orgullo humano —No hay puesto tan elevado
que Dios no pueda derribar a quienes lo ocupan. No hay humillación tan grande
que Dios no pueda levantar a hombres humildes para que disfruten de las más
ricas bendiciones. El Señor obra para humillar el orgullo humano en quienquiera
que se encuentre, para que los hombres aprendan a desarrollar un espíritu de
verdadera sumisión a Su voluntad. Él no puede trabajar con hombres que
contrarrestan sus propósitos. Aquellos que usan sus facultades perceptivas para
crear un orden de cosas que desvía los propósitos de Dios, perderán las
facultades que, si se ejercieran correctamente, se habrían incrementado y
fortalecido. Dios honra a quienes lo buscan con sinceridad, humillándose y
exaltándolo. Pero cuando los hombres no consienten en andar en el consejo de
Dios, su sabiduría les es quitada. Se vuelven incapaces de conocer a Dios y a
Jesucristo, a quien Él ha enviado.—Carta 35, 1900 . PM 134.3
Cuando surgió el fariseísmo—Durante años ha estado surgiendo entre
nosotros un grado de fariseísmo que ha separado a algunos de la norma
bíblica. Si se cruzan las ideas preconcebidas de los actuados por este espíritu,
asumen inmediatamente una actitud controvertida y combativa, como el hombre
que se pone una armadura cuando se prepara para la batalla. Se ha manifestado
mucho orgullo y altivez y un espíritu que desea gobernar, pero se ha manifestado
muy poco del espíritu que lleva a los hombres a sentarse a los pies de Jesús y
aprender de Él. Las invenciones humanas y los planes humanos están eclipsando
las cosas sagradas y excluyendo la instrucción divina. Los hombres están
tomando el lugar de Dios al tratar de asumir autoridad sobre sus semejantes.  Pero
gobiernan sin un vestigio de la autoridad de Dios, que es lo único que puede hacer
de su gobierno un elemento saludable; y otros se están convirtiendoleudado por
esta mala influencia. Si los principios de la verdad hubieran sido entronizados en
el corazón de estos hombres, las pasiones humanas y los afectos humanos
habrían sido guiados y controlados por el espíritu de Cristo. La atmósfera que
rodea al alma no sería deletérea ni venenosa, porque el yo estaría escondido en
Jesús.— Carta 81, 1896 . PM 134.4
Supervisores para evitar la severidad— Son esenciales viajes menos largos
y amplios a través del continente, y una investigación más minuciosa del
verdadero funcionamiento interno del corazón. Las habitaciones en la oficina
necesitan inspección, para que las cosas que no sabes, puedas discernir e
investigar. El templo de Dios debe ser purificado, para que Su nombre no sea
deshonrado por hombres que no están relacionados con Él. Mi corazón está
apenado mientras, en mis sueños, soy visitado y apelado por diferentes personas
poniendo las corrupciones en la oficina de publicación ante mí. Me despierto para
encontrar que es un sueño, pero sé que es la verdad. Mi querido hermano, el
espíritu de severidad, de enseñorearse de los ignorantes y desvalidos, se está
abriendo ante mí. En lugar del oficio siendo una escuela educadora para preparar
a los jóvenes a entregar su corazón al Señor, los maestros y superintendentes, por
su conducta, conducirlos al campo de batalla de Satanás. No es un lugar donde el
Señor Jesús es recibido como un Huésped celestial. Algunos de los capataces y
los trabajadores bajo su supervisión dedican poco tiempo a pensamientos de un
orden elevado y santo; el Señor no es glorificado.—Carta 86, 1896 . ( Instrucción
especial relacionada con la oficina de Review and Herald, y The Work in Battle
Creek, págs. 1, 2 ). PM 135.1
Menos supervisores, más hacedores fieles. El superintendente de la casa
publicadora es un vigilante que vela por sus intereses. Para que pueda hacer esto,
no debe tener otras responsabilidades que se le asignen. Hermanos, debéis
aligerar las cargas que el hermano Jones [ CH Jones fue durante unos cincuenta
años director de Pacific Press. Fue designado como uno de los primeros Síndicos
de la Junta del Patrimonio de Ellen G. White. ] lleva fuera de la oficina. Él es solo
un hombre mortal, y si cumple con su deber en la oficina, tiene todo lo que un
hombre puede atender. Sin una supervisión fiel deél, algunas cosas no recibirán la
atención que deberían tener, y saldrán tristemente mal. Tenga cuidado de cómo
coloca trabajo sobre él en relación con las cargas de la iglesia. Debe tener a su
lado a uno que sea digno de confianza, devoto y temeroso de Dios, para que no
se descuide nada relacionado con el oficio. Pero se ha puesto a cargo del trabajo
en la oficina a hombres que actúan más como supervisores que como
trabajadores interesados y desinteresados. Si hubiera menos supervisores y más
fieles hacedores de la obra, habría una notable mejora en la fuerza de dirección de
la oficina. Si el hermano Jones tiene como colaboradores a simples
superintendentes, que rehuyen el trabajo y deciden decirles a los demás lo que
deben hacer, es mejor que esté solo ( Manuscrito 14, 1891 ) . (Testimonios
especiales sobre el trabajo y los trabajadores en Pacific Press, 21 .) PM 135.2
Ternura en el trato con los trabajadores —Suplico a los que aquí tienen a su
cargo la oficina que sean amables y corteses en el trato con los aprendices. Gana
sus almas con bondad. Si hacen algo malo, acérquense a ellos con espíritu de
mansedumbre, y hablen y oren con ellos. Trabajad por la salvación de cada uno
de ellos. No descanses hasta que esto se logre. Que vean que os comportáis
como tiernos padres y hermanos, que sois mansos y humildes de corazón. No
descanses hasta que veas que sus pies están firmemente plantados sobre la Roca
de la Eternidad. Entonces todo se moverá armoniosamente. PM 136.1
Si nuestros hermanos ministrantes pasan por la oficina, que hablen con
amabilidad y ánimo a los obreros. Déles la mano y pregúnteles qué progresos
están haciendo. Anímelos a subir al peldaño más alto de la escalera del
progreso. PM 136.2
Si ves algo en un hermano que necesita ser corregido, acércate a él y dile:
“Oremos por esto; hablemos con Dios al respecto”. Si debes llorar, esto no te hará
daño. Si fueras a quebrantar tu corazón ante Dios, Él puede vendártelo y darte esa
gracia que es para vida eterna. Pero Dios no os ha puesto como dictadores. Él no
os ha encomendado la obra de castigar a los pecadores. Él desea que escudriñes
tu propio corazón y quites tus pecados, que te deshagas de todo defecto de
carácter. —Manuscrito 73, 1906 . PM 136.3
Una palabra de amor y aliento hará más para subyugar el temperamento
precipitado y la disposición obstinada que toda la crítica y severa censura que
puedan acumular sobre los que yerran.— Carta 86, 1896 . PM 137.1
¿De regreso a Egipto o a Canaán? —Mientras estaba en Fresno [en 1902]
pasé por una experiencia peculiar. Parecía estar en una asamblea donde varios
hermanos estaban en consejo. Parecía haber una nube sobre la empresa. No
podía distinguir rostros, pero podía escuchar voces. Pensé que en un orador
reconocía la voz del anciano A, pero su forma de hablar y sus palabras parecían
ser las del hermano B. Al principio no podía entender las cosas que decía este
orador. Después escuché que se dijo algo con respecto a la forma en que él
pensaba que debía llevarse a cabo la obra de publicaciones. Se hizo la afirmación
de que esta obra debe colocarse sobre una base más segura y elevada. PM 137.2
Cuando escuché estas palabras, pensé, ¿Qué significan estas
declaraciones? Se me ha dicho que la autoridad arbitraria que se ejerció en un
momento en Battle Creek para controlar todas nuestras casas editoras nunca
volvió a tener dominio. Hacer tales proposiciones era más como regresar a Egipto
que a Canaán. PM 137.3
Por la luz que me fue dada, supe que un cambio como el propuesto por este
orador traería a la obra de publicación un poder gobernante que reclamaría
jurisdicción sobre todo el campo. Este no es el plan de Dios.— Manuscrito 140,
1902 . PM 137.4
Justicia Exacta e Imparcial— No se debe dar favores especiales, ni
atenciones a unos pocos, ni preferir a unos sobre otros. Esto desagrada a
Dios. Tengan todos presente las palabras de la inspiración: “La sabiduría que es
de lo alto es primeramente pura, luego pacífica, amable y de fácil trato, llena de
misericordia y de buenos frutos, sin parcialidad y sin hipocresía”. Cuando pases
junto a alguien que está necesitado de tu simpatía y bondad, y concedas tus
favores a otros simplemente porque te agradan más, recuerda que Jesús es
insultado en la persona de sus afligidos... PM 137.5
Los magullados y heridos, los cojos del rebaño, sonentre nosotros, y éstos
prueban el carácter de los que dicen ser hijos de Dios. El Señor no excusará al
malhechor. Nunca sancionará la parcialidad hacia los ricos ni la opresión hacia los
débiles. Requiere justicia exacta e imparcial; más que esto, Él requiere que Sus
seguidores siempre tengan compasión por los que sufren, piedad y amor por los
que yerran.— Carta 74, 1896 . ( Selecciones de Testimonios a los Gerentes y
Trabajadores de nuestras Instituciones, 13 .) PM 137.6
Dios guarda los intereses de cada alma—El Señor Dios de los cielos, que
hizo nuestro mundo, y que creó al hombre, guarda los intereses de toda alma. A
cada hombre le ha dado su trabajo. Somos colaboradores de Dios. Hay diversidad
de dones, y todo hombre debe apreciar el capital moral y espiritual que Dios le ha
confiado. Nadie debe tratar con indiferencia estos talentos confiados. Nadie es
responsable de los talentos que nunca tuvo; ninguno debe quejarse de la
pequeñez de sus dones. Cada uno debe comerciar con lo que Dios le ha confiado,
trabajando donde pueda, haciendo el mejor servicio posible para el Maestro. Un
talento, bien usado, ganará otros talentos, y estos aún otros. El hombre con unos
pocos centavos puede servir fielmente a Dios con sus centavos. Si hace esto, es
juzgado tan fiel a los ojos de Dios como el que ha mejorado de peso. PM 138.1
Pero todos deben darse cuenta de su responsabilidad individual de emplear sus
talentos para la gloria de Dios de acuerdo con su capacidad. Que ningún hombre o
consejo de hombres asuma la responsabilidad de hacer lo menos posible de estos
talentos, de acuerdo con su estimación humana de las calificaciones confiadas por
Dios. Ningún hombre debe pesar en la balanza del juicio humano los talentos que
Dios ha dado a otros hombres. Que todo hombre aprecie los dones de Dios para
sí mismo, y negocie fielmente con ellos. Ningún hombre debe fusionar su
individualidad con la de cualquier otro hombre. No se debe instar a nadie a que
haga de otro su mayordomo. Hay diversidad de dones, y una gran obra por hacer
en nuestro mundo en el uso de los bienes que Dios nos ha confiado... Nunca
olvidemos que estamos aquí para ser formados por la mano de Dios, aptos para
hacer la obra que Él nos ha dado para hacer. Ese trabajo es nuestro,la
responsabilidad es nuestra; no se puede transferir a otro. No se interpongan
agentes humanos para quitar la obra de otro de las manos de Dios a sus propias
manos finitas.— Carta 55, 1895 . PM 138.2
Cómo ejercer la autoridad —Dios no vindicará ningún artificio por el cual el
hombre gobierne u oprima en lo más mínimo a su prójimo. La única esperanza
para el hombre caído es mirar a Jesús y recibirlo como el único Salvador. Tan
pronto como el hombre comienza a establecer una regla de hierro para otros
hombres, tan pronto como comienza a enjaezar y conducir a los hombres de
acuerdo con su propia mente, deshonra a Dios y pone en peligro su propia alma y
las almas de sus hermanos... PM 139.1
Él [Dios] espera que sus obreros sean misericordiosos. ¡Cuán misericordiosos
son los caminos de Dios! (Ver Deuteronomio 10:17-20 ; 2 Crónicas 20:5-7, 9 ; 1
Pedro 1:17 ). Pero las reglas que Dios ha dado han sido ignoradas, y se ha
ofrecido fuego extraño delante del Señor... PM 139.2
Si un hombre es optimista en cuanto a sus propias facultades y busca ejercer
dominio sobre sus hermanos, sintiendo que está investido de autoridad para hacer
de su voluntad el poder gobernante, el mejor y único curso de acción seguro es
removerlo, para que no se haga un gran daño. , y pierde su propia alma, y pone en
peligro las almas de los demás. “Todos vosotros sois hermanos”... Los que están
en autoridad deben manifestar el espíritu de Cristo. Deben tratar como Él trataría
cada caso que requiera atención. Deben ir cargados con el Espíritu Santo.— Carta
55, 1895 . ( Instrucción especial relacionada con la oficina de Review and Herald,
y The Work in Battle Creek, págs. 32, 33 ). PM 139.3
La gloria es de Dios . La lección que el Señor quiere que toda la humanidad
aprenda de la experiencia del rey de Babilonia es que a todos los que caminan
con orgullo, Él los puede humillar. Mediante una severa disciplina, Nabucodonosor
tuvo que aprender la lección de que Dios, no el hombre, es el Gobernante, que Su
reino es un reino eterno. Así que el hombre de hoy debe aprender que Dios es
supremo. Cuando los hombres obtienen éxito en la obra del Señor, es porque Dios
les ha dado este éxito, no para su propia gloria, sino para la gloria de Dios.  El que
pretenda robar un rayo de luz de la gloria del Señor encontrará que será castigado
por su presunción. PM 139.4
David declara: “He visto al impío con gran poder, y extendiéndose como un
laurel verde. Sin embargo, pasó, y he aquí que ya no estaba: sí, lo busqué, pero
no pude encontrarlo”. PM 140.1
Que un pueblo se jacte de su propia sabiduría, que se exalte a sí mismo y se
entregue al orgullo, y el resultado seguramente seguirá. Tan ciertamente como el
sol brilla durante el día, así ciertamente va el orgullo antes de la destrucción, y un
espíritu altivo antes de la caída. Que una iglesia se vuelva orgullosa y jactanciosa,
y esa iglesia será abatida. Que los que están a cargo de cualquier institución se
vuelvan presuntuosos, atribuyéndose el mérito del éxito que les ha llegado en
ciertas líneas, que se gloríen en su sabiduría y en su eficiencia, y ciertamente
serán llevados a la humillación.— Carta 114, 1903 . PM 140.2
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