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DE ORO

BODAS
P. EMMANUEL
DE BÉZENAC
MONICIÓN DE ENTRADA
El sacerdote está destinado a constituir y formar verdaderas comunidades en el seno de la Iglesia.
Su misión consiste en apacentar el rebaño, dirigir con sabiduría y generosidad la grey que el buen
Pastor le ha encomendado, guiar fielmente al pueblo de Dios.
El sacerdote ha sido ordenado para celebrar la Eucaristía con vistas a la santificación del pueblo
cristiano y para alabar a Dios. Le toca también exponer la fe católica con dedicación, de modo que
todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
En la celebración de las Bodas de Oro del Padre Emmanuel, queremos pedir que siga dejándose
guiar por el Espíritu, que siga consagrado al servicio de Dios y que, con su ayuda, mantenga
fielmente este propósito.
CANTO DE ENTRADA
ACTO PENITENCIAL
ORACIÓN COLECTA
Oh Dios, que constituiste a tu Unigénito, sumo y eterno sacerdote, te rogamos que el P.
Emmanuel a quien él eligió como ministro y administrador de tus misterios sea hallado fiel en el
cumplimiento de su servicio.
Por Nuestro Señor Jesucristo que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de siglos. Amén.
PRIMERA LECTURA
El profeta Isaías, siglos antes de la venida de Jesús, anunció su misión de liberador. Hoy
los sacerdotes son llamados a ofrecer la misma buena noticia de consuelo y libertad.
Lectura del libro de Isaías 61, 1 - 3a

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido.


Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados,
para proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de
gracia del Señor, el día del desquite de nuestro Dios, para consolar a los afligidos, los afligidos de
Sión; para cambiar su ceniza en corona, su traje de luto en perfume de fiesta, su abatimiento en
cánticos.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
83, 3. 4. 5-6a y 8a. 11 (R.: 5)
V/. Dichosos los que viven en tu casa, Señor.

Mi alma se consume y anhela Dichosos los que viven en tu casa,


los atrios del Señor, alabándote siempre.
mi corazón y mi carne Dichosos los que encuentran en ti su fuerza;
retozan por el Dios vivo. R/. caminan de baluarte en baluarte. R/.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa; Vale más un día en tus atrios
la golondrina, un nido que mil en mi casa,
donde colocar sus polluelos: y prefiero el umbral de la casa de Dios
tus altares, Señor de los ejércitos, a vivir con los malvados. R/.
Rey mío y Dios mío. R/.

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SEGUNDA LECTURA
Estábamos condenados y Cristo nos reconcilió con él y con el Padre. Esta es la misión
de los sacerdotes hoy: ¡reconciliar al hombre con Dios!
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios 5, 14-20

Hermanos:
Nos apremia el amor de Cristo cuando pensamos que él murió por todos… Dios, por medio de
Cristo nos reconcilió consigo y nos encargó el ministerio de la reconciliación.
Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirle cuenta de sus pecados,
y a nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación.
Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo los exhortara por
nuestro medio. En nombre de Cristo les suplicamos: déjense reconciliar con Dios.
Palabra de Dios.
ALELUYA
EVANGELIO
Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 10, 1-9

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a
todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir él. Y les decía:
—«La mies es abundante y los obreros pocos; rueguen, pues, al dueño de la mies que mande
obreros a su mies.
¡Pónganse en camino! Miren que los mando como corderos en medio de lobos. No lleven talega,
ni alforja, ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Cuando entren en una casa, digan primero: “Paz a esta casa”. Y, si allí hay gente de paz, descansará
sobre ellos su paz; si no, volverá a ustedes.
Quédense en la misma casa, coman y beban de lo que tengan, porque el obrero merece su salario.
No anden cambiando de casa. Si entran en un pueblo y los reciben bien, coman lo que les pongan,
curen a los enfermos que haya, y digan: ‘Está cerca de ustedes el reino de Dios’».
Palabra del Señor.
HOMILIA
RENOVACIÒN DE PROMESAS SACERODTALES
Obispo: Querido hermano, en la presencia del pueblo que has recibido bajo tu cuidado pastoral,
pido que renuevas las promesas que hiciste en tú ordenación.
¿Estás decidido que bajo la guía del Espíritu Santo cumplirás sin falta a tu responsabilidad de ser
colaborador fiel a la Orden de Obispos en pastorear el rebaño del Señor?
Párroco: Sí estoy decidido.
Obispo: ¿Estás decidido que por alabanza a Dios y por la santificación del pueblo Cristiano, cele-
brarás los misterios de Cristo fielmente y con devoción, y de acuerdo con la tradición de la Iglesia?
Párroco: Sí estoy decidido.
Obispo: ¿Estás dispuesto que en la predicación del Evangelio y en la enseñanza de la fe Católica
cumplirás dignamente y con sabiduría el ministerio de la Palabra de Dios?
Párroco: Sí estoy decidido.

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Obispo: ¿Estás decidido que te unirás más de cerca de Cristo, Sumo Sacerdote, quien se ofreció
al Padre como víctima viva sin mancha, y que con Cristo te consagrarás a Dios para la salvación de
tus hermanos y hermanas?
Párroco: Sí estoy decidido.
Obispo: ¿Prometes respeto y obediencia a mi y mis sucesores?
Párroco: Si prometo.
Obispo: Que Dios quien inició en ti la buena obra también la lleve a su fin.
PLEGARIA UNIVERSAL
Dirijamos nuestra oración a Dios, Padre Todopoderoso, que quiere que todos los hombres se
salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
V/. Padre, escucha nuestra súplica.
• Por la Santa Iglesia, para que Dios la purifique plenamente con la sangre de Cristo. Por el
papa, los obispos y los sacerdotes, para que ejerzan fielmente su ministerio. Oremos.
• Por el P. Emmanuel y por todos nuestros pastores de almas, para que puedan dirigir con
sabiduría y generosidad la grey que el buen Pastor les ha encomendado. Oremos.
• Por el P. Emmanuel y por todos los sacerdotes, para que se dejen guiar por el Espíritu,
expongan la fe católica con dedicación y apacienten el rebaño. Oremos.
• Por todos nosotros, para que sepamos descubrir y profundizar cada día más plenamente el
significado de nuestro bautismo y de nuestra pertenencia a la Iglesia. Oremos.
• Por los que participan de la pasión de Cristo a través de la enfermedad y la tribulación, para
que Dios les dé fortaleza y valor. Oremos.
Oh Dios, refugio y fortaleza nuestra, escucha las oraciones de tu Iglesia y concédenos, por tu
bondad, lo que pedimos con fe.
OFERTORIO
En el momento de las ofrendas Una persona lleva una estola y otra una casulla. Las presentan a la
asamblea. Desde el ambón, el monitor dice:
La estola y la casulla son ornamentos que reviste el sacerdote para celebrar la eucaristía.
Con estos signos queremos evocar el ministerio del P. Emmanuel y pedir a Dios que le ilumine
para que siga anunciando el Evangelio, predicando la fe y fortaleciendo la comunidad cristiana.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Oh Dios, que quisiste que tus sacerdotes sean ministros del altar y de tu pueblo, concede propicio
que, por la eficacia de este sacrificio, el servicio de tus siervos te sea siempre grato y logre producir
en tu Iglesia frutos que siempre permanezcan.
PREFACIO
Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
darte gracias siempre y en todo lugar,

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Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Que constituiste a tu único Hijo
gran sacerdote de la Alianza nueva y eterna
por la unción del Espíritu Santo,
y determinaste, en tu designio salvífico,
perpetuar en la Iglesia su único sacerdocio.

El no sólo ha conferido el honor del sacerdocio real a todo su pueblo santo,


sino también, con amor de hermano, elige hombres de este pueblo
para que, por la imposición de las manos, participen de su sagrada misión.

Ellos renuevan en su nombre el sacrificio de la redención,


preparan a tus hijos el banquete pascual,
presiden a tu pueblo santo en el amor,
lo alimentan con tu palabra y lo fortalecen con tus sacramentos.

Tus sacerdotes, Señor,


al entregar su vida por ti y por la salvación de los hermanos,
van configurándose a Cristo,
y han de darle así
testimonio constante de fidelidad y amor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Te pedimos, Señor,
que el sacrificio santo que te hemos ofrecido y recibido en comunión,
fortalezca a tus sacerdotes
de modo que te sirvan con fidelidad
y se dediquen con generoso entusiasmo a la salvación de los hombres.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ACCIÓN DE GRACIAS
SALUDO DEL PADRE ALBERTO TOUTIN
Superior general de la congregación SS. CC. (P. Hilbar)
REGINA CAELI
V: Regina caeli, laetare, alleluia.
R: Quia quem meruisti portare, alleluia.
V: Resurrexit, sicut dixit, alleluia.
R: Ora pro nobis Deum, alleluia.
V: Gaude et laetare Virgo María, alleluia.
R: Quia surrexit Dominus vere, alleluia.
Oremus:
Deus, qui per resurrectionem Filii tui, Domini nostri Iesu Christi, mundum laetificare dignatus
es: praesta, quaesumus; ut, per eius Genetricem Virginem Mariam, perpetuae capiamus gaudia
vitae. Per eundem Christum Dominum nostrum. Amen.
Gloria Patri, et Fili, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc et semper, et in saeccula
saeculorum. Amen.

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