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CELEBRACIÓN MIÉRCOLES DE CENIZA

22 DE FEBRERO DE 2023

Monición de entrada
Buenos días (tardes, noches) queridos hermanos, con las celebraciones litúrgicas de hoy,
damos inicio en la Iglesia a la Cuaresma, un período de 40 días que comienza hoy, Miércoles
de Ceniza, y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo.

Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al


misterio pascual. Por eso hoy se nos impondrá la ceniza, con lo que la Iglesia nos hará ese
llamado a convertirnos y creer en el evangelio. Dispuestos a dejarnos moldear por el Señor,
comencemos esta Santa Misa entonando todos juntos el canto de entrada.

Monición única para todas las lecturas


Las lecturas del inicio de la Cuaresma nos hacen un fuerte llamado a la conversión y a
acompañar a Jesús en su camino al calvario mediante la oración, ayuno, penitencia y
limosna.

Hoy aprenderemos cómo realizar estos actos de manera que sean agradables a Dios. Su
palabra nos iluminará. Pongamos mucha atención.

PRIMERA LECTURA

Lectura de la profecía de Joel 2, 12-18


«Ahora —oráculo del Señor— convertíos a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto.
Rasgad los corazones y no las vestiduras; convertíos al Señor, Dios vuestro, porque es
compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad; y se arrepiente de las
amenazas».

Quizá se arrepienta y nos deje todavía su bendición, la ofrenda, la libación para el Señor,
vuestro Dios. Tocad la trompeta en Sión, proclamad el ayuno, convocad la reunión. Congregad
al pueblo, santificad la asamblea, reunid a los ancianos. Congregad a muchachos y niños de
pecho. Salga el esposo de la alcoba, la esposa del tálamo.
Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, y digan: «Perdona, Señor,
a tu pueblo; no entregues tu heredad al oprobio, no la dominen los gentiles; no se diga entre
las naciones: ¿Dónde está su Dios? El Señor tenga celos por su tierra, y perdone a su pueblo».

Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Salmo 50, 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17


R. Misericordia, Señor: hemos pecado.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del
todo mi delito, limpia mi pecado. R.

Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado: contra ti, contra ti sólo
pequé, cometí la maldad que aborreces. R.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me
arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. R.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 20—6, 2
Hermanos: Nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os
exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.

Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos
a él, recibamos la justificación de Dios.

Secundando su obra, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios, porque él


dice: «En tiempo favorable te escuché, en día de salvación vine en tu ayuda»; pues mirad,
ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación.

Palabra de Dios.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Mateo 6, 1-6. 16-18


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos;
de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas
limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las
sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya
han recibido su paga.

Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu
derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.

Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las
sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han
recibido su paga.

Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está
en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.

Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para
hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo
note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo
escondido, te recompensará».

Palabra del Señor.

Oración de los fieles

Opción 1
Presidente: Amados hermanos, al comenzar la Cuaresma, pidamos a nuestro amado Padre
misericordioso que escuche las plegarias de su pueblo y digamos todos:

«Señor, ten misericordia de tu pueblo».

1. Para que el Señor, que bendijo con su ayuno los días de la santa Cuaresma, bendiga
también la penitencia de su Iglesia, la guarde de todo mal y la conduzca a la Pascua
definitiva. Oremos.
2. Para que Dios bendiga al Santo Padre Francisco, a los obispos y sacerdotes, dándoles
sabiduría y prudencia para conducir a su grey por el camino cuaresmal hacia la Pascua con
Cristo.
3. Para que Dios impulse con su Espíritu Santo a los gobernantes de las naciones, para que
trabajen siempre por la paz, la fraternidad, la justicia y el progreso de los
pueblos. Oremos.
4. Para que en estos días de preparación de la Pascua, Dios socorra a cuantos padecen hambre
o desempleo, inspire sentimientos de caridad a los que tienen bienes y multiplique los frutos
de la tierra. Oremos.
5. Para que todos nosotros, que este día iniciamos la Cuaresma celebrando esta santa misa,
busquemos sinceramente el rostro de Dios y recibamos la plenitud del perdón. Oremos.

Presidente: Dios todopoderoso y eterno, escucha las oraciones de tu pueblo, perdona sus
pecados y parifica su menta, pera que cuantos con amor observamos las penitencias
cuaresmales, obtengamos la paz y la misericordia. por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Opción 2

Presidente: El camino de la Cuaresma nos abre, a los ojos del corazón, el horizonte de la
misericordia de Dios, el sendero para la conversión, el deseo de la salvación. Invoquemos a
Dios Padre para que con su bendición acompañe todos nuestros pasos hacia el encuentro con
Él, diciendo todos:

Conviértenos a ti, Señor.

1. Por la santa Iglesia, para que este tiempo de Cuaresma sea ocasión propicia para volver
a poner en el centro del camino eclesial el amor de Dios. Que los cuarenta días
cuaresmales obren en todos una profunda purificación, para discernir y alejar de nuestra
comunidad lo que aún contradice y ensombrece la luz del Evangelio. Oremos.

2. Por el Santo Padre Francisco, para que, con espíritu de sabiduría y de verdad, confirme
en la fe al pueblo de Dios que le ha sido confiado y sea una guía segura en el camino
que conduce al Padre. Oremos.

3. Por aquellos que están alejados de Dios, para que en este tiempo de Cuaresma
adviertan en lo profundo de sí mismos el deseo de Dios y encuentren la fuerza y el
coraje de volver con todo el corazón a Él, que siempre perdona y acoge al pecador
arrepentido. Oremos.

4. Por los que sufren las consecuencias del pecado, especialmente las prostitutas,
drogadictos y alcohólicos, y todos los que están privados de su libertad, para que en
este tiempo de Cuaresma tengan su encuentro personal con Cristo, que trae para todos
una vida plena y en libertad. Oremos.

5. Por todos nosotros que, celebrando esta Eucaristía y que hemos recibido el signo de las
Cenizas, para que este gesto cambie nuestro corazón, no se quede en un acto exterior,
sino que llegue a lo profundo, allí donde habita el deseo de renovar nuestra vida para
vivir en la comunión con el Señor y con nuestros hermanos. Oremos.

Presidente: Dios todopoderoso que que nos conoces y nos amas, que escrutas nuestros
deseos más profundos y siempre esperas nuestro regreso a Ti, escucha nuestras oraciones y
todas las intenciones de nuestro corazón. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Monición Final:

La Palabra de Dios nos ha instruido. El llamado a la conversión en el inicio de la Cuaresma


debe hacer eco en nosotros a partir de hoy, y durante estos cuarenta días previos a la Pascua,
debemos realizar las practicas de ayuno, oración, penitencia y limosna. Es la tarea que nos
llevamos, ahora que nos retiramos a nuestros hogares.

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