Está en la página 1de 28

RITUAL DE

CONFIRMACIÓN
MISA DE CONFIRMACIÓN
Guión de la Misa de Confirmación

1.- Orientación de la celebración

Hermanos y hermanas: Estamos reunidos por un motivo de especial alegría.


Un grupo de chicos y chicas de nuestra parroquia recibirán el sacramento de
la Confirmación de manos de nuestro Obispo N.N. (Hay con título y nombre
a quien preside).

Es un motivo de alegría porque darán un paso importante en su vida cristiana:


el mismo Espíritu que descendió por primera vez sobre los apóstoles hoy llega
con su fuerza vivificadora a confirmar el don que recibieron en el bautismo.

El sacramento de la confirmación es el madurez cristiana. Quien se confirma


elige responsablemente seguir a Jesucristo, participar de la vida de la
comunidad y realizar acciones en favor de los hermanos.

2.- Entrada

Con esta alegría comenzamos nuestra celebración. Nos ponemos de pie y


recibimos al Cirio pascual, símbolo de Cristo resucitado; al Libro de la
Palabra de Dios, al santo Crisma con el que serán ungidos los que se
confirman. También recibimos a ellos y a sus padrinos, a nuestro párroco y
nuestro Obispo N.N., sucesor de los apóstoles.

Acompañamos la procesión de entrada, cantando.

(La misa se inicia y desarrolla en su forma habitual)

3- Liturgia de la Palabra

En los domingos de Adviento, Cuaresma y Pascua, y en las solemnidades se


leen las lecturas que corresponden al día. Sin embargo se puede cambiar una
de las lecturas y sustituirla por alguna del leccionario de Confirmación (se
encuentra en el Ritual Romano de los Sacramentos)

Pero en el Triduo pascual, Navidad, Epifanía, Ascensión, Pentecostés...las tres

2
lecturas deberán ser las del día.

En los domingos del Tiempo ordinario y en los demás días, las lecturas
pueden tomarse todas o algunas, del leccionario de Confirmación. Se
proclamarán dos o tres lecturas.

Monición general: Comenzamos la lectura de la Palabra Dios. Las palabras


de los apóstoles y los profetas; las palabras de Jesucristo en el Evangelio, son
siempre luz para nosotros. Hoy nos hablarán del acontecimiento que aquí nos
reúne: el don del Espíritu, la fuerza del Espíritu Santo. Con fe y en actitud de
oración, escuchemos atentamente.

4- Presentación

(Una vez proclamado el Evangelio, el Obispo se sienta, y el párroco que puede


ser otro sacerdote o un catequista procede a presentar a los confirmados
llamándolos por su nombre. Al ser nombrados se ponen de pie para ser
reconocidos).

Comenzamos el rito de la Confirmación. El padre N.N., párroco de nuestra


comunidad, presenta a quienes se confirman pidiendo al Obispo que los
acepte.

(Sigue el llamado a los confirmandos, el diálogo de presentación entre el


párroco y el Obispo, la homilía).

Liturgia del Sacramento

Hermanos y hermanas: Llegamos a la parte central de esta liturgia. Son tres


momentos: la renovación de las promesas bautismales, la imposición de las
manos, y la unción con el santo Crisma.

5- Renovación de las promesas bautismales

Quienes se confirman renovarán las promesas bautismales manifestando así,


su voluntad de seguir a Jesucristo. Todos nos ponemos de pie, y renovamos
juntos la fe que nos une.

Todos nos ponernos de pie, y renovamos juntos la fe que nos une.

3
6- Imposición de las manos
(Enseguida después de la profesión de fe).

Ahora, el Obispo pide a Dios que envíe el Espíritu Santo sobre estos hijos
suyos, y luego repetirá el gesto que usaban los apóstoles y el mismo Jesús:
impondrá sus manos sobre los confirmandos. Mediante la oración y el gesto,
pide que el Espíritu Santo los consagre y los fortalezca con sus dones.
Prestemos atención.

7- Unción con el santo Crisma

Hemos llegado al momento culminante de la celebración. El Obispo marcará


con la cruz gloriosa de Cristo a los confirmandos para significar que son del
Señor. Los ungirá con el santo Crisma, que es aceite perfumado. Ser crismado,
ser ungido es ser "otro Cristo". Por tanto, comporta la misma misión que el
Señor: dar testimonio de la verdad, y ser por el buen olor de las buenas obras,
fermento de santidad en el mundo

(Si la crismación es larga conviene invitar a la asamblea a sentarse, excepto


los que han de ser confirmados y sus padrinos, que se dispondrán
ordenadamente para acercarse al Obispo. Durante la crismación. Se canta un
canto apropiado. Pero será conveniente que el canto no empiece hasta
después de la segunda o tercera unción, para que puedan oír la fórmula que
dice el Obispo).

8 - Oración de los fieles

(Este formulario está redactado para ser leído por uno de los confirmados).

Guía: A cada intención, pedimos:


Ven Espíritu Santo, renueva nuestra vida.

 Por todos los cristianos, por todos los que, como nosotros quieren seguir
a Jesucristo con fidelidad. Oremos.

 Por los que tienen en sus manos los hilos de la vida social y económica
y política. Oremos.

 Por los que están marcados por el dolor, por los que viven la vida sin

4
alegría ni esperanza. Oremos.

 Por nuestros padres y padrinos, por nuestros catequistas, por todos los
que nos ayudaron a crecer en la fe. Oremos

 Por nosotros, que hoy hemos recibido la fuerza renovadora del Espíritu
Santo. Oremos.

 Por el Obispo N.N. que nos ha confirmado, por el Padre..., y portados


los que tienen la responsabilidad de guiar al pueblo de Dios. Oremos.

9- Procesión de ofrendas

Preparamos ahora la mesa de Jesucristo. Con el pan y el vino -presentemos


nuestro firme propósito de seguir su camino. (Por eso añadimos al pan y el
vino una ofrenda para ayudar a nuestros hermanos necesitados).

10 - Prefacio (de la Confirmación)

Hemos sido confirmados con el sello del Espíritu Santo. Por eso elevemos el
corazón y demos gracias al Señor, nuestro Dios, porque renovados a imagen
de Cristo nos hace testigos de la fe en la Iglesia y en el mundo.

11- Comunión

Hermanos: Con alegría, vayamos a recibir el Pan de Vida que nos ayuda a
participar de los sentimientos de Cristo y a ser sus testigos.

12- Canto final

Queridos amigos: Renovados por la fuerza del Espíritu Santo, vayamos al


mundo a contagiar nuestra alegría cristiana. Nos retiramos, cantando.

5
RITOS INICIALES
Rito de entrada
Rito de recepción del Obispo
Obispo: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo.
Todos: Amén.
Obispo: La paz esté con ustedes.
Todos: Y con tu Espíritu.

Acto penitencial
Obispo: Antes de celebrar los sagrados misterios de la
pasión, muerte y resurrección del Señor,
reconozcamos humildemente nuestros pecados.
Momento de silencio
Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros,
hermanos, que he pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los
ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que
intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

Obispo: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros,


perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna.
Todos: Amén.

V./ Señor, ten piedad. R./ Señor, ten piedad.


V./ Señor, ten piedad. R./ Señor, ten piedad.
V./ Señor, ten piedad. R./ Señor, ten piedad.
6
Obispo: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos,
te adoramos, te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre
todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú
que quitas el pecado del mundo, ten piedad de
nosotros; tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la
derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque
sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de
Dios Padre.
Amén.

Oración colecta
Envíanos, Señor, tu Espíritu Santo, para que, caminando en
la unidad de la fe y fortalecidos con su amor, contribuyamos
a que la Iglesia, Cuerpo de Cristo, alcance su plenitud.
Por nuestro Señor Jesucristo.
El Obispo se sienta y se coloca la mitra.

7
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de la Sabiduría 11, 22-12, 2
Señor, el mundo entero es ante ti como grano de arena en la
balanza, como gota de rocío mañanero que cae sobre la
tierra.
Pero te compadeces de todos, porque todo lo puedes, cierras
los ojos a los pecados de los hombres, para que se
arrepientan.
Amas a todos los seres y no odias nada de lo que has hecho;
si hubieras odiado alguna cosa, no la habrías creado.
Y ¿cómo subsistirían las cosas, si tú no lo hubieses querido?
¿Cómo conservarían su existencia, si tú no las hubieses
llamado?
Pero a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, amigo de la
vida.
Todos llevan tu soplo incorruptible.
Por eso, corriges poco a poco a los que caen, les recuerdas su
pecado y los reprendes, para que se conviertan y crean en ti,
Señor.

Palabra de Dios.

8
SALMO RESPONSORIAL
Sal 144, 1-2. 8-9. 10-11. 13cd-14 (R.: cf. 1)
R/. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

V/. Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu nombre


por siempre jamás.
Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por
siempre jamás. R.

R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

V/. El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera


y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es
cariñoso con todas sus criaturas. R.

R/. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

V/. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te


bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu
reinado, que hablen de tus hazañas. R.

R/. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

V/. El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus


acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los
que ya se doblan. R

R/. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

9
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los
Tesalonicenses 1, 11 - 2,2

Hermanos:
Pedimos continuamente a Dios que os considere dignos de
vuestra vocación, para que con su fuerza os permita cumplir
buenos deseos y la tarea de la fe; para que así Jesús,
nuestro Señor, sea glorificado en vosotros, y vosotros en él,
según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.
Os rogamos, hermanos, a propósito de la venida de nuestro
Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, que no
perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por supuestas
revelaciones, dichos o cartas nuestras, como si
afirmásemos que el día del Señor está encima.

Palabra de Dios

Aleluya
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único.
Todo el que cree en él tiene vida eterna.

El presbítero y/o diacono pide la bendición al Obispo


El Obispo se levanta, se quita la mitra y toma en su mano el báculo.

10
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 1-10
En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la
ciudad.
Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico,
trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo
impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y
se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por
allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo:
-«Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme
en tu casa.
É1 bajó en seguida y lo recibió muy contento.
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo:
-«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.»
Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor:
-«Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres;
y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces
más.»
Jesús le contestó:
-«Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo
de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y
a salvar lo que estaba perdido.»

Palabra del Señor.


Terminado el evangelio el Obispo besa el libro, deja el báculo y se sienta, con mitra. El
párroco o el catequista presentan a los confirmandos llamándolos por su nombre y se
levantan.

11
PRESENTACIÓN DE LOS CONFIRMANDOS
Párroco: Colóquense de pie los que van a ser confirmados

Señor Obispo:
La comunidad parroquial de N.N. Le presenta a este grupo
de jóvenes para que por medio de la imposición de las manos
y la unción con el crisma reciban la fuerza del Espíritu Santo
para que les ayude en su vida de cristianos y sepan dar
testimonio del amor de Dios a los hombres y mujeres de este
tiempo. A lo largo de un tiempo estos jóvenes se han ido
preparando y descubriendo la presencia de Dios en sus vidas.
Como responsable en esta formación tengo la alegría de
presentarlos para que usted les confiera el sacramento del
Espíritu.

Obispo: ¿Tienes seguridad de que están suficientemente


preparados y son dignos de recibir este santo
Sacramento?

Párroco: Ciertamente, todos ellos están bautizados, han sido


instruidos en la fe y se han venido preparando con
sincero empeño. Creo que son dignos de recibir el
sacramento del Espíritu Santo que confirmará su
Bautismo.

Obispo: En el nombre del Señor los aceptamos para la


recepción de este sacramento admirable, que los
confirmará en la vida del Espíritu Santo que han
recibido en el Bautismo.

12
Homilía
Terminada la homilía el Obispo, con mitra y báculo, interroga a los confirmandos, les pide
la renovación de los compromisos bautismales y al final proclama la fe de la Iglesia.

Renovación de las promesas del Bautismo


Antes de recibir el don del Espíritu Santo, conviene que
renueven ante mí, pastor de la Iglesia, y ante los fieles aquí
reunidos, testigos de vuestro compromiso, la fe que vuestros
padres y padrinos, en unión de toda la Iglesia, profesaron el
día de vuestro bautismo.

Obispo: ¿Están dispuestos a luchar contra el pecado, que se


manifiesta entre otras cosas en: el egoísmo, la
envidia, la venganza, la mentira, etcétera ?

Confirmandos: Sí, estoy dispuesto.

Obispo: ¿Están dispuestos a perdonar cuando les hagan una


injuria, a amar incluso a los que no los quieren bien,
a ayudar a los que los necesiten aunque no sean sus
amigos?

Confirmandos: Sí, estoy dispuesto.

Obispo: ¿Creen en Dios, Padre todopoderoso, creador del


cielo y de la tierra?

Confirmandos: Sí, creo.

Obispo: ¿Creen en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,


que nació de Santa María Virgen, murió, fue

13
sepultado, resucitó de entre los muertos, y está
sentado a la derecha del Padre?

Confirmandos: Sí, creo.

Obispo: ¿Creen en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,


que hoy os será comunicado de un modo
singular por el sacramento de la Confirmación,
como fue dado a los Apóstoles el día de
Pentecostés?

Confirmandos: Sí, creo.

Obispo: ¿Creen en la santa Iglesia católica, en la comunión


de los Santos, en el perdón de los pecados, en la
resurrección de la carne y en la vida eterna?

Confirmandos: Sí, creo.

Obispo: Y de acuerdo con el Evangelio de Jesucristo


¿confiaran siempre en Dios en todas las
circunstancias de la vida?

Confirmandos: Sí, confiaré.

Obispo: ¿Trataran a todos los hombres como hermanos


suyos?

Confirmandos: Sí, trataré.

Obispo: ¿Imitaran en todo a Jesucristo?


14
Confirmandos: Sí, lo imitaré.

Obispo: ¿Trabajaran por la salvación de todos los hombres?

Confirmandos: Sí, trabajaré.


A esta profesión asiente el Obispo proclamando la fe de la Iglesia:
Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia, que nos
gloriamos de profesar en Cristo Nuestro Señor.
Y los fieles, a su vez, asienten también diciendo:
Amén.

Monición general al Rito de la Confirmación


Llega el momento importante para estos jóvenes.
Después de renovar las promesas bautismales que un día
sus padres y padrinos hicieron por ellos, ahora nuestro
Obispo les impondrá las manos al igual que hacían los
Apóstoles. Imponer las manos es uno de los gestos para
conferir el don del Espíritu Santo y nos indica la transmisión
de un poder, de una fuerza para ellos.
Seguido a este gesto y a la oración, el Obispo crismará a los
jóvenes imponiéndoles la mano y marcándoles con la
señal de la cruz. Ser crismado es lo mismo que ser Cristo,
ser mesías, ser ungido. A partir de este momento tendrán la
misión de dar testimonio de la verdad y ser fermento de
santidad en el mundo.
Participamos todos de este rito orando por los que van a
ser confirmados.

15
IMPOSICIÓN DE LAS MANOS.
El Obispo, de pie, con las manos juntas y de cara al pueblo dice:
Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso y pidámosle
que derrame el Espíritu Santo sobre estos hijos de adopción
que renacieron ya a la vida eterna en el Bautismo, para que
los fortalezca con la abundancia de sus dones, los consagre
con su unción espiritual y haga de ellos imagen perfecta de
Jesucristo.
Todos oran en silencio unos instantes.
Después el Obispo impone las manos sobre todos los confirmandos.
Mientras tanto el Obispo dice:
DIOS TODOPODEROSO, PADRE DE NUESTRO SEÑOR
JESUCRISTO, QUE REGENERASTE, POR EL AGUA Y
EL ESPÍRITU SANTO, A ESTOS SIERVOS TUYOS Y
LOS LIBRASTE DEL PECADO, ESCUCHA NUESTRA
ORACIÓN Y ENVÍA SOBRE ELLOS EL ESPÍRITU
SANTO DEFENSOR; LLÉNALOS DE ESPÍRITU DE
SABIDURÍA Y DE INTELIGENCIA, DE ESPÍRITU DE
CONSEJO Y DE FORTALEZA, DE ESPÍRITU DE
CIENCIA Y DE PIEDAD, Y CÓLMALOS DEL ESPÍRITU
DE TU SANTO TEMOR.
POR JESUCRISTO, NUESTRO SEÑOR.
R./ Amén.

CRISMACIÓN
Un presbítero presenta el santo crisma al Obispo. En este momento el Obispo se pone la
mitra.
Se acercan al Obispo los confirmandos.
Los padrinos que presentan al confirmando colocan la mano derecha sobre el hombro de
éste y dice al Obispo el nombre del Confirmando.
El Obispo moja el dedo pulgar de su mano der echa en el santo Crisma y hace con él la
señal de la cruz sobre la frente del confirmando diciendo:

N., Recibe por esta señal el Don del Espíritu Santo.

16
Y el confirmado responde:
Amen.
El Obispo añade:
La paz sea contigo.
El confirmado responde:
Y con tu Espíritu.
Canto
Terminada la unción el Obispo va a la sede, se lava las manos y, sin mitra, introduce la
oración de los fieles.

ORACIÓN DE LOS FIELES


Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso y, ya que es
una misma la fe, la esperanza y el amor que el Espíritu Santo
ha infundido en todos nosotros, que nuestra oración sea
también unánime ante la presencia de nuestro Padre común.
1. Por la Iglesia, para que todos sus miembros sepamos
transmitir fielmente el mensaje del evangelio a todos los
hombres y mujeres de nuestro tiempo, roguemos al
Señor.
2. Por nuestro obispo N.N., que nos preside en esta
celebración, para que sea un buen pastor en la en la
Iglesia y sepa animar a nuestras comunidades,
roguemos al Señor.

3. Por los que rigen las naciones, para que procuren


siempre la paz y la concordia entre todos los pueblos,
roguemos al Señor.

4. Por nosotros que acabamos de recibir el Espíritu de


Dios, para que seamos responsables en la tarea de la
evangelización, roguemos al Señor.

17
5. Por nosotros, aquí reunidos, por nuestras familias;
para que el Espíritu Santo siempre nos mueva a estar al
lado de los que más lo necesitan, roguemos al Señor.

6. Para que el Señor siga enviando vocaciones


sacerdotales a su Iglesia Universal Apostólica Juan
Pablo II. Roguemos al Señor.

Obispo: Señor, Dios nuestro, que diste a los Apóstoles el


Espíritu Santo, y quisiste que por ellos y sus
sucesores fuera transmitido a todos los fieles,
atiende nuestras súplicas y concédenos que lo que
tu amor realizó en los comienzos de la Iglesia se
realice también hoy en el corazón de los creyentes.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.

18
LITURGIA EUCARÍSTICA
a) Se omite el Credo.
b) Algunos de los Confirmados pueden llevar al altar el pan y el vino y otras ofrendas.
En este momento el Obispo se pone la mitra
c) Los confirmados que hayan recibido la Primera Comunión, pueden recibir la
comunión bajo las dos especies.

Presentación del pan y el vino


De ordinario, un ministro o un fiel, o si se considera oportuno, el mismo celebrante, eleva la
patena que contiene el pan que va a ser consagrado, mientras tanto se canta un canto
adecuado o el celebrante pronuncia el siguiente ofrecimiento:
C/. “Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan,
fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que
recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él
será para nosotros pan de vida.”
R/. Bendito seas por siempre, Señor.
Luego quien ha elevado la patena, la deposita sobre el altar y a continuación, después de
que se ha mezclado el vino con una pequeña cantidad de agua, un ministro o un fiel, o si se
considera oportuno, el mismo celebrante, eleva el cáliz que contiene el vino que va a ser
consagrado, mientras tanto se canta un canto adecuado o el celebrante pronuncia el
siguiente ofrecimiento.
C/. Bendito seas, Señor, Dios del Universo, por este vino,
fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que
recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos, él
será para nosotros bebida de salvación.
R/. Bendito seas por siempre, Señor.
Quien ha elevado el cáliz, lo deposita sobre el altar.

Luego el presidente prosigue:


Oremos, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes,
sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.

19
El pueblo responde:
El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y
gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa
Iglesia.

Oración sobre las ofrendas


Recibe, Padre Santo, las ofrendas de tu familia, para que,
quienes acaban de recibir el don del Espíritu Santo,
conserven siempre lo que han recibido y alcancen un día los
premios eternos.
Por Jesucristo nuestro Señor.

20
PLEGARIA EUCARÍSTICA
PREFACIO DE LA CONFIRMACIÓN
V. / El Señor esté con ustedes.
R. / Y con tu Espíritu.
V. / Levantemos el corazón.
R. / Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. / Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. / Es justo y necesario.
En verdad es justo darte gracias, es bueno cantar tu gloria,
Padre santo, fuente y origen de todo bien.
Tú, en el bautismo das nueva vida a los creyentes y los
haces partícipes del misterio pascual de tu Hijo.
Tú los confirmas con el sello del Espíritu, mediante la
imposición de manos y la unción del crisma.
Así, renovados a imagen de Cristo, el ungido por el Espíritu
Santo y enviado para anunciar la buena nueva de la
salvación, los haces tus comensales en el banquete
eucarístico y testigos de la fe en la Iglesia y en el mundo.
Por eso, nosotros, reunidos en esta asamblea festiva para
celebrar los prodigios de un renovado Pentecostés, y unidos
a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo es el Señor


Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

21
El Obispo, con las manos extendidas, dice:
Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas tus
criaturas, ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con
la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas todo, y
congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor
un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta el
ocaso.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
Que santifiques por el mismo Espíritu estos dones que
hemos separado para ti, Por eso, Padre, te suplicamos
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
de manera que sean + Cuerpo y Sangre de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,
Junta las manos.
que nos mandó celebrar estos misterios.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como
lo requiere la naturaleza de éstas.
Porque él mismo, La noche en que iba a ser entregado,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan, y dando gracias te bendijo, lo partió y lo dio a sus
discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO
ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR
VOSOTROS.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora
haciendo genuflexión.

Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,

22
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz, dando gracias te bendijo, y lo pasó a sus
discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE
ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA
ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ
DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS
HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corpor al y lo adora haciendo
genuflexión.
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
Después el Obispo, con las manos extendidas, dice:
Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión
salvadora de tu Hijo, de su admirable resurrección y
ascensión al cielo, mientras esperamos su venida gloriosa, te
ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y
santo.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, y reconoce
en ella la Víctima por cuya inmolación quisiste devolvernos
tu amistad, para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre
de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo
un solo cuerpo y un solo espíritu.

CI/: Que él nos transforme en ofrenda permanente, para que


gocemos de tu heredad junto con tus elegidos: con

23
María, la Virgen Madre de Dios, los apóstoles y los
mártires, [san N.: santo del día o patrono] y todos los
santos, por cuya intercesión confiamos obtener siempre
tu ayuda.
CII/:Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación
traiga la paz y la salvación al mundo entero. Confirma
en la fe y en la caridad a tu Iglesia, peregrina en la
tierra:
Te pedimos por el Obispo de Roma, el Papa N. Que
como “primero entre iguales”, en la familia de los
primados de las Iglesias locales y presidiendo en la
caridad, se convierta en signo y vínculo de unidad entre
todos los cristianos.

Bendice a los obispos miembros de nuestra Comunión


de Iglesias Católicas y Apostólicas, a los demás
obispos, a los presbíteros, a los pastores, ministros,
servidores y a cuantos cuidan de tu pueblo.

Que con nuestro Obispo N., con los presbíteros,


diáconos y todos los miembros de tu Iglesia Católica,
lleguemos a ser uno en la fe y en el amor.
Ayuda a tus hijos, que hoy has confirmado,
marcándolos con el sello del Espíritu Santo; custodia en
ellos en don de tu amor.
Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has
congregado en tu presencia.
Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus
hijos dispersos por el mundo.

24
A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en
tu amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar
todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria,
Junta las manos.
por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo
todos los bienes.
Toma la patena, con el pan consagrado, y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la
unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los
siglos de los siglos.

El pueblo aclama:
Amén.

RITO DE LA COMUNIÓN
Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el Obispo, con las manos juntas, dice:
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones
con el Espíritu Santo que se nos ha dado; digamos con fe y
esperanza:
Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la
tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras
ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del
mal.

El Obispo, con las manos extendidas, prosigue él solo:

25
Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en
nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda
perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de
nuestro Salvador Jesucristo.
Junta las manos.

El pueblo concluye la oración, aclamando:


Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre,
Señor.
Después el Obispo, con las manos extendidas, dice en voz alta:
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles:
«La paz les dejo, mi paz les doy», no tengas en cuenta
nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu
palabra, concédele la paz y la unidad.
Junta las manos.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
El pueblo responde:
Amén.
El Obispo, extendiendo y juntando las manos, añade:
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
El Obispo añade:
Démonos fraternalmente la paz.
Terminada la comunión y antes de la oración de postcomunión los jóvenes darán gracias a
Dios por el don del Espíritu. Acto seguido el Obispo les entregará el recuerdo de la
Confirmación.
Oración después de la comunión
26
Oremos:
Derrama, Señor, sobre nosotros tu espíritu de caridad, para
que vivamos siempre unidos en tu amor los que hemos
participado de un mismo sacramento pascual. Por Jesucristo
nuestro Señor.

RITO DE CONCLUSIÓN
El Obispo, con la mitra puesta, extiende las manos hacia el pueblo y dice:
El Señor esté con ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu

Bendición solemne
Dios Padre todopoderoso, que os adoptó como hijos,
haciéndoos renacer del agua y del Espíritu Santo, los bendiga
y los haga siempre dignos de su amor.
R. Amén.

El Hijo unigénito de Dios, que prometió que el Espíritu de


verdad estaría siempre en la Iglesia, los bendiga y los
fortalezca en la confesión de la fe verdadera.
R. Amén.

El Espíritu Santo, que encendió en el corazón de los


discípulos el fuego del amor, los bendiga y, congregándoos
en la unidad, los conduzca a los gozos del reino eterno.
R. Amén.

Y, a continuación, coge el báculo y añade:

27
Y la bendición de Dios todopoderoso Padre +, Hijo + y
Espíritu Santo +, descienda sobre ustedes.
Y añade:
Podemos ir en paz

28

También podría gustarte