Está en la página 1de 14

FREUD (1909) – “A PROPÓSITO DE UN CASO DE

NEUROSIS OBSESIVA – EL HOMBRE DE LAS RATAS”


Capítulo 1. EL HISTORIAL CLÍNICO

Marcelo Estudiantes Psi


Un joven de formación universitaria padece representaciones
obsesivas, ya desde su infancia, pero con particular intensidad desde
hace 4 años. Principalmente, que les suceda algo a dos personas
especiales: su padre y una dama a quien ama. Además dice sentir
impulsos obsesivos (cortarse por ejemplo) y producir prohibiciones
referidas aún a cosas indiferentes. La lucha contra esas ideas lo han
hecho perder años de estudio y trabajo. Sus relaciones sexuales son
raras, su potencia es normal, 1er coito a los 26 años. El onanismo
ocupa un lugar ínfimo.

Introducción del tratamiento


Tiene un amigo a quien respeta mucho. Acude a él siempre que lo
asedia un impulso criminal. Él lo apoya. Antes, otra persona ejerció
sobre el parecido influjo, luego lo traicionó (le gustaba su hermana).
Esta fue la primera conmoción de su vida.

La sexualidad infantil
Se acuerda de escenas con una gobernanta que tenía a la edad de
4-5 años. La primera, yacía ella sobre el sofá, le pidió permiso para
deslizarse bajo su falta. Ella lo permitió, mientras no dijera nada. Tocó
su vientre y sus genitales. Desde entonces le quedó curiosidad por
ver el cuerpo femenino desnudo. A los 6 años, con otra gobernanta,
que tenía abscesos en las nalgas, y él la espiaba al momento de
estrujárselos. Recuerda una escena con la señorita, la cocinera y otra
muchacha, ella decía “con el pequeño una lo podría hacer, pero Paul
(él) es demasiado torpe, seguro no acertaría”. La señorita lo consoló;
cuando se metía en su cama la destapaba y la tocaba.

Ya a los 6 años padecía de erecciones, y una vez acudió a su madre


para quejarse. Tuvo la idea enfermiza de que los padres podían
leerle los pensamientos. Creía que podía suceder algo si él pensaba
(en ver desnudeces), y debía hacer toda clase de cosas para
impedirlo. Ya a esta edad de 6 años, Freud dice, que podemos
encontrar una neurosis obsesiva. Se ve al niño bajo un imperio de un
componente pulsional sexual, el placer de ver, cuyo resultado es el
deseo de ver desnudas a ciertas señoritas que le gustan. Es evidente
la presencia de un conflicto en la vida anímica del pequeño; junto al
deseo obsesivo, hay un temor obsesivo que se anuda a el (toda vez
que lo haga, sucederá algo terrible). Una pulsión erótica y una

Marcelo Estudiantes Psi


sublevación contra ella, un deseo (todavía no obsesivo) y un temor (ya
obsesivo) que lo contraría… el inventario de la neurosis está
completo. Y aún hay una suerte de algo más: una suerte de delirio o
formación delirante, que era que sus padres adivinaban sus
pensamientos.

También antes del sexto año, podemos inferir, sobrevinieron


vivencias traumáticas, conflictos y represiones que, si bien cayeron
bajo la amnesia, dejaron como residuo ese contenido del temor
obsesivo. En la neurosis obsesiva, nunca se echa de menos el
carácter de la actividad sexual prematura.

El gran temor obsesivo


“Quiero empezar hoy con la vivencia que fue la que me empujó a
acudir a usted. Ocurrió durante las maniobras militares en X. Antes me
había martirizado con pensamientos obsesivos, que, empero, se
retiraron durante las maniobras. Me he interesado en mostrar que uno
puede soportar bastante. Un día hicimos una marcha. Durante el alto
perdí mis quevedos, no quise postergar la partida y renuncié a ellos.
Tomé asiento junto a dos oficiales, uno de ellos estaba destinado a
volverse significativo para mí. Tenía yo cierta angustia ante ese
hombre, pues evidentemente amaba lo cruel. Durante el rancho había
abogado por la introducción de los castigos corporales. El capitán
contó de haber leído sobre un castigo particularmente terrorífico”.
Luego cuenta que este castigo se trata de atar al condenado, sobre su
trasero es puesto un tarro en donde hacen entrar ratas (ratten) que
penetran en el ano.

Interrumpe el relato para argumentar cuán ajenos eran estos


pensamientos a él. Simultánea con la idea, siempre aparece la
sanción, la medida de defensa. Se devela en una frase un plural, lo
cual resulto extraño ya que hasta ese momento Freud había notado
noticia solamente de una idea: que el castigo de las ratas se cumpliría
en la dama. Pero se puede ver entonces, que también recaerá sobre
el padre, lo cual es aún más disparatado, ya que el padre está muerto.
Al día siguiente el capitán le alcanza un paquete con los quevedos que
llegó del correo y le dice “el teniente A pagó el reembolso por ti. Debes
devolvérselo”. En ese momento se le plasmó una sanción: no devolver
el dinero, de lo contrario sucede aquello (ratas). Dos días después

Marcelo Estudiantes Psi


terminan las maniobras el tiempo transcurrido lo llenó con empeños
por devolver al teniente A ese dinero.
En la tercera sesión, completa el relato de sus empeños por cumplir el
juramento obsesivo: no había sido el teniente A, ni el teniente B
entonces quien había pagado el reembolso (él siempre lo supuso) sino
que era la empleada del correo. Otro capitán le comunicó que la
señorita había estado preguntando por él.

La introducción en el entendimiento de la cura


Relata la historia de la enfermedad de su padre, muerto de enfisema
9 años atrás. No se le pasó por la mente que su padre pudiera morir,
entonces fue a su casa, y cuando despertó se enteró que su padre
había muerto. Se hizo reproche de no haber estado presente. Su
fantasía jugaba también con el padre, cuando entraba a una
habitación esperaba hallarlo ahí, la expectativa de esa aparición era
algo deseado. Un año después este recuerdo del reproche empezó a
martirizarlo, a punto tal de tacharse de criminal. Ocasionamiento de
ello fue la muerte de una tía.

Empieza la sesión siguiente diciendo que tiene que relatar algo de su


infancia. A los 12 años amaba a una niña, hermana de un amigo, pero
ella no era con él todo lo tierna que él deseaba. Y entonces le acudió
la idea de que ella le mostraría amor si a él le ocurría una desgracia:
se le puso en la cabeza que podría ser la muerte de su padre. El
mismo pensamiento le apareció un año antes de la muerte del padre,
él ya enamorado de aquella dama, pero a causa de impedimentos
materiales no podía pensar en una unión. Una tercera vez la misma
idea, el día anterior a la muerte del padre. Sin embargo está seguro
que la muerte de su padre nunca puede haber sido objeto de su
deseo, siempre fue un temor. Freud responde que justamente ese
amor intenso es la condición del odio reprimido. Es el mismo gran
amor el que no permite que el odio permanezca CC. El problema es
averiguar de donde proviene este odio.
Dice que ha sido el mejor amigo de su padre, salvo unos pocos
ámbitos donde solían discernir. Freud entiende que acaba de dar una
respuesta: la fuente de la cual la hostilidad contra el padre obtiene su
indestructibilidad pertenece a los apetitos sexuales, a raíz de los
cuales ha sentido al padre como un perturbador. El deseo de

Marcelo Estudiantes Psi


eliminar al padre como perturbador se habría generado en épocas en
que las constelaciones eran del todo punto diversas: quizá no amara
entonces al padre con más intensidad que a la dama, o bien no era
capaz de tomar una decisión clara; fue en su muy temprana niñez,
antes del 6to año, cuando se instaló su recuerdo continuado, y esto
puedo haber permanecido así para siempre.

En la sesión siguiente retoma el mismo tema. Dice no poder creer


haber tenido alguna vez ese deseo contra el padre. Es algo sabido
que a los enfermos su padecer les procura cierta satisfacción.
Quiere hablar de una acción criminal en la que no se reconoce, con
su hermano menor. “antes de los 8 años teníamos armas de juguete,
cargué la mía, le dije que tenía que mirar dentro del caño y cuando
miró le disparé. Mi propósito había sido causarle un gran daño. Me
arroje al suelo y pregunté ¿Cómo lo hice? Pero lo hice”.

Dabe además de mociones de la manía de venganza contra aquella


dama a quien adora. Se le plasmó una fantasía CC: se haría rico, se
casaría con otra, y luego visitaría con ella a la dama para mortificarla.
Luego, su esposa, debería morir.

Consigna todavía que la enfermedad se ha acrecentado desde la


muerte de su padre, y Freud le da razón en tanto reconoce al duelo
por el padre como la principal fuente de la intensidad de aquella. El
duelo ha hallado en la enfermedad una expresión patológica.

Algunas representaciones obsesivas y su traducción


Las representaciones obsesivas aparecen sin sentido, y la tarea
consiste en dárselo. Se lo consigue situándolas dentro de un nexo
temporal con el vivenciar del paciente, o sea, explorando la primera
emergencia de cada idea obsesiva y las circunstancias externas bajo
las cuales suele repetirse.
Se comienza con un ejemplo, el impulso suicida. Perdió algunas
semanas en el estudio a raíz de la ausencia de su dama, que había
partido para cuidar a su abuela enferma. En ese momento se le
ocurrió precipitarse al armario para tomar una navaja y pensó “tienes
que viajar hasta allí y matar a la señora”. A eso sigue el mandamiento:
“mátate a ti mismo como autocastigo por semejantes pensamientos”; y
todo el proceso marcha en secuencia invertida. Algo parecido le
sucedió una vez que pensó que debía adelgazar, y una vez en los

Marcelo Estudiantes Psi


montos le fue pronunciado el mandamiento de saltar abajo.
Otras representaciones obsesivas orientadas también a la dama,
permiten discernir un mecanismo y una descendencia pulsional
diversos.

Todos estos productos de la enfermedad dependen de un episodio


que en ese tiempo dominaba la relación con su dama. Cuando ella se
despidió en Viena antes de ir a veranear, interpretó uno de sus dichos
como si quisiera desmentirlo ante los circunstantes. Otros
mandamientos obsesivos como la compulsión protectora (que se
ponga su capa) puede significar la reacción frente a una moción
opuesta. La duda de compulsión de comprender es una duda en
cuanto al amor de ella.

Tales acciones obsesivas de dos tiempos, cuyo primer tiempo es


cancelado por el segundo, son de ocurrencia típica en la neurosis
obsesiva. Desde luego el pensar CC las dota de una motivación
secundaria: las racionaliza. Pero su significado real reside en la
figuración del conflicto entre dos mociones opuestas de magnitud
aproximadamente igual, siempre se trata de la oposición amor-odio.
Ellas permiten discernir un nuevo tipo de formación de síntoma. Aquí
los dos opuestos son satisfechos por separado; aunque no sin que se
intente establecer entre esos algún tipo de enlace lógico. El conflicto
amor-odio también se hacía ver en otros indicios. Por ejemplo si decía
“Dios lo proteja” le venía la idea de blasfemar.

Una vez trajo un sueño que contenía la figuración del mismo conflicto
en su transferencia al médico: “mi madre ha muerto. Quiere presentar
sus condolencias pero tiene miedo de producir la risa. Por eso prefiere
escribir una tarjeta con “p.c” pero estas letras se mudan al escribirlas
en “p.f”.

La querella de sus sentimientos hacia la dama era demasiado nítida


para que pudiera sustraerse del todo a su percepción CC. Se
alternaban épocas en que creía amarla con otras de indiferencia.
Muchas veces solía decir en el tratamiento que no la quería tanto.
Confesó que en ocasiones estaba bajo impulsos de hacerle algo malo.

Ocasionamiento de la enfermedad
En la histeria es regla que las ocasiones recientes de la enfermedad

Marcelo Estudiantes Psi


sucumban a la amnesia, lo mismo que las vivencias infantiles. Toda
vez que un olvido total sea imposible, el ocasionamiento traumático
reciente será empero roído por la amnesia y despojado al menos de
sus componentes más sustantivos. En la amnesia vemos la prueba de
la represión.
En la neurosis obsesiva sucede de otro modo. Es posible que las
premisas infantiles sucumban a una amnesia, en cambio, las
ocasiones recientes se encuentran conservadas. La represión se ha
servido de otro mecanismo: en lugar de olvidar al trauma, le ha
sustraído la investidura de afecto. El contenido anémico indiferente
sólo rara vez es reproducido y no desempeña papel alguno en la
actividad CC de la persona.
Por eso enfermos obsesivos no es raro que le den a los médicos la
información correcta y luego diga, “pero nada me importa de ello”.
En cuanto al ocasionamiento de la enfermedad. Su madre había
sido criada en el seno de una familia que explotaba una gran empresa
industrial. Su padre entró al servicio de aquella empresa. Por burlas
entre sus padres, supo que antes de conocer a la madre, su padre
había hecho la corte a una muchacha pobre y linda. Tras la muerte del
padre, la madre comunicó al hijo que se había hablado sobre el futuro
de él, y uno de los primos había expresado su disposición para
entregarle una de sus hijas. Este plan encendió el conflicto: si debía
permanecer fiel a su amada pobre o seguir las huellas del padre y
tomar aquella esposa. Solucionó ese conflicto, enfermando. El
esclarecimiento no halló aceptación ninguna por parte del paciente.

El complejo paterno y la solución de la idea de las ratas


El hombre se encontró en una situación igual a la que el padre
había pasado antes, y pudo identificarse con él. El conflicto de la
enfermedad era en esencia una querella entre la voluntad del padre y
su inclinación enamorada. Según las noticias, el padre fue un hombre
de excelentes dotes. Cuando sus hijos crecieron, él no pretendió
elevarse a la altura de una autoridad inatacable, sino que se habían
tratado como amigos, salvo en un único punto. Era fuerza que se
debiera a ese punto que el pensamiento de la muerte del padre lo
ocupara al hombre con intensidad.

En el ámbito de la sexualidad algo se interponía entre padre e hijo; el


padre había entrado en una oposición con el erotismo del hijo,

Marcelo Estudiantes Psi


tempranamente despertado. Varios años después de su muerte, se le
impuso al hijo cuando experimentó una sensación de placer en un
coito, esta idea: “esto es grandioso, por ello uno podría matar a su
padre”. Antes de su muerte, el padre notó que buscaba la compañía
de aquella dama y lo desaconsejó.

El onanismo de los años de la pubertad no es más que el


refrescamiento del hasta hoy desdeñado onanismo de la infancia, en
donde podemos ver, la expresión más nítida de la constitución sexual
del niño. Bajo este disfrazo los enfermos inculpan a su sexualidad
infantil. La nocividad del onanismo es sólo en mínima parte autónoma.
Este paciente no desarrolló ningún onanismo en la pubertad, su
quehacer emergió a los 21 años, poco después de la muerte del
padre. Quedaba avergonzado tras cada satisfacción y pronto volvió a
dejar esta práctica, la cual afloraba solamente en raras ocasiones.
Al mismo nexo pertenecía también su rara conducta en una época que
estudiaba para rendir un examen y jugaba con esta fantasía: su
padre aún vive y puede retornar en cualquier momento. Entre las 12 y
la 1 suspendía su estudio, abría la puerta como si el padre estuviese
enfrente y tras regresar contemplaba el espejo del vestíbulo desnudo.

Freud forjó una construcción: de niño, él había cometido algún


desaguisado sexual entramado con el onanismo, y recibió del padre
una reprimenda. Este castigo habría puesto fin al onanismo, pero dejó
como secuela una inquina inextinguible contra el padre, y fijó para
todos los tiempos su papel como perturbador del goce sexual. Su
madre le había contado de esto, pero él no lo recordaba. El relato de
su madre, fue que él de pequeño emprendió algo enojoso, por lo cual
el padre le pegó. El niño, preso de una ira terrible, no conocía aún
palabras insultantes y nombraba todos los objetos que se le ocurrían:
Lámpara! Plato! El padre dijo: “este chico será un gran hombre, o un
gran criminal”. A partir de esto durante toda su vida tuvo una gran
angustia ante los golpes. Luego se enteró de que el castigo fue por
morder a alguien.
Por el camino de la transferencia pudo adquirir el convencimiento de
que su prelación con el padre exigía real y efectivamente aquel
complemento ICC. Pronto le sucedió en sus sueños, fantasías diurnas
y ocurrencias, insultar a Freud; no obstante en su conducta le
demostraba el mayor respeto. Luego de una situación así, se paraba

Marcelo Estudiantes Psi


del diván y paseaba por la habitación, sería por miedo a que Freud le
pegase. Empezó a recordar que su padre había sido colérico.

El primer enigma era porqué los dos dichos del capitán checo, el
cuento sobre las ratas y su reclamación de devolver el dinero, le
provocaron tanta emoción y reacciones patológicas tan violentas. Por
aquellos dichos habían sido tocados unos lugares hiperestésicos
de su ICC. Un importante elemento fue que el padre había perdido en
un juego de naipes una vez, una suma de dinero, y las habría pasado
muy mal si un camarada no le hubiese prestado un dinero. Luego
buscó a este camarada para devolvérselo y nunca lo encontró. El
recuerdo de este pecado de juventud de su padre le resultaba penoso.
La comunicación de que la empleada de la estafeta postal había
saldado en reembolso, reforzó la identificación con el padre en otro
campo. En la realidad efectiva, el objeto de su añoranza era la
empleada, que se hallaba en ese sitio particular, y el teniente A no era
más que un buen sustituto de ella, pues había vivido en el mismo
lugar.

En cuanto a la representación del castigo consumado con las


ratas, había estimulado una multitud de recuerdos, y por eso las ratas
habían adquirido significados simbólicos. El castigo de las ratas
despabiló sobre todo el erotismo anal, que en su infancia había
desempeñado considerable papel y se había mantenido durante años
por un estímulo constante debido a los gusanos (intestinales). Así las
ratas llegaron al significado de “dinero”, lo cual reforzó además en la
reclamación del capitán a devolver el dinero del reembolso. Ahora
bien, la rata además era consabida como portadora de peligrosas
infecciones, y por eso pudo ser empleada como símbolo de la
angustia ante la infección sifilítica; tras lo cual se escondían las dudas
sobre al conducta del padre mientras estuvo en servicio de armas. En
otro sentido, el portador de la infección era el pene. El pene, puede
ser descrito como un gusano, y en el cuento del capitán las ratas
cavaban en el ano como en su infancia lo hacían los gusanos. Así el
significado de pene de las ratas descansaba en el erotismo anal.
Más adelante se pudo ver que en muchos de sus delirios obsesivos
las ratas significaban también hijos. La génesis de este significado
nace una vez que estaba visitando la tumba de su padre, y había visto
un animal grande, una rata. Supuso que vendría de la tumba de su

Marcelo Estudiantes Psi


padre y se habría dado un banquete con su cadáver. La dama a quien
admiraba, estaba condenada a no tener hijos.

La rata es cruelmente perseguida y aplastada. Muchas veces había


sentido pena por ellas. Él mismo era un tipejo así de asqueroso y
roñoso, que en la ira podía morder a los demás. Efectivamente podía
hallar en las ratas la viva imagen de sí mismo. Cuando el capitán
contó el castigo de las ratas, primero lo sobrecogió el carácter cruel,
pero enseguida se estableció conexión con aquella escena infantil en
que él mismo había mordido; el capitán se le situó en el lugar del
padre. La idea que le afloró se traduciría mediante esta moción de
deseo: “a ti habría que hacerte algo así” moción dirigida a quien hizo el
cuento, pero tras el, el padre. Cuando el capitán le reclama devolver
las 3,80 coronas, él ya sabe que el se equivoca, y que su deuda es
con la señorita de la estafeta postal. Desde el complejo paterno y
desde el recuerdo de aquella escena infantil se le plasma esta
respuesta: “si, devolveré el dinero al teniente A si mi padre y mi amada
tienen hijos”. Así se había cometido la blasfemia de él contra las dos
personas que le eran más importantes, y la punición consistió en
imponerse un juramento imposible de cumplir: “ahora tienes que
devolverle el dinero al teniente A”.

Es preciso también tener en cuenta la constelación en la que hubo


de formarse la gran idea obsesiva. En virtud de una prolongada
abstinencia, él había devenido libidinoso, y además había entrado
en cierta enajenación respecto de su dama. Este acrecentamiento
libidinal lo inclinó a retomar la lucha antigua contra la autoridad del
padre, y osó pensar en una satisfacción sexual con otras mujeres. Se
dejó arrastrar a la blasfemia contra ambos, y luego se castigó por
ello. Cuando vaciló cumplir el juramento, lo que en verdad hacía era
figurar en una unidad los dos conflictos que desde siempre lo
habían movido: si debía obedecer al padre y si debía permanecer fiel a
la amada.

Capítulo 2. SOBRE LA TEORÍA


Algunos caracteres generales de las formaciones obsesivas
Freud decía en un principio que las representaciones obsesivas son
unos reproches mudados que retornar de la represión, y están
referidos siempre a una acción de la infancia sexual realizada con

Marcelo Estudiantes Psi


placer. Aquí va a decir en su lugar, que es más correcto hablar de un
pensar obsesivo, y poner en relieve que los productos obsesivos
pueden tener el valor de los más diferentes actos psíquicos. Cabe
definirlos como deseos, tentaciones, impulsos, etc.

En la lucha defensiva secundaria contra las representaciones


obsesivas que se han filtrado en su CC, se producen formaciones que
merecen denominación particular: delirios. El valor de distingo entre la
lucha defensiva primaria y la secundaria se ve limitado por el
discernimiento de que los enfermos no tienen noticia del texto de sus
propias representaciones obsesivas. El psicoanálisis hace crecer no
sólo el coraje del enfermo, sino también el de su enfermedad, la cuals
e atreve a dar exteriorizaciones más nítidas.

Los sueños pueden brindar el genuino texto de un mandamiento


obsesivo que en la vigilia devino consabido sólo de manera
desfigurada. Estos textos afloran en el sueño como dichos. Por otra
parte, en la indagación analítica a menudo varias representaciones
obsesivas que se siguen unas a otras pero cuyo texto no es idéntico,
son en el fondo una misma. La representación obsesiva fue rechazada
la primera vez, retorna otra vez en forma desfigurada y a causa de
esta desfiguración, puede afirmarse mejor en la lucha defensiva. La
oficialmente llamada representación obsesiva lleva en su desfiguración
respecto del texto original, las huellas de la lucha defensiva primaria.
Ahora bien, su desfiguración la hace viable.
El malentendido del pensar CC se puede mostrar no sólo en las ideas
obsesivas, sino también en las fórmulas protectoras, por ejemplo.
Este paciente utilizaba como fórmula el “aber” = (pero) pronunciado
con rapidez, acompañado de un movimiento con la mano. El “abér”
8cambio de acento) era una asimilación de “abwehr” (defensa),
término del cual él tenía noticia y lo había empleado de forma abusiva
para reforzar una fórmula defensiva. No todas las ideas obsesivas de
este paciente eran tan complejas como la de las ratas; en algunas se
había empleado simplemente la omisión, por ejemplo: “si yo me caso
con la dama, a mi padre le sucede una desgracia (en el más allá)”. La
técnica de desfiguración por carencia parece ser típica de la neurosis
obsesiva. A veces en la neurosis obsesiva también irrumpen en la CC
los procesos anímicos ICC en la forma más pura y menos desfigurada.

Algunas particularidades psíquicas de los enfermos obsesivos;

Marcelo Estudiantes Psi


su relación con la realidad, la superstición y la muerte
Algunos caracteres anímicos de los enfermos obsesivos son muy
particulares, como en este paciente. El hombre de las ratas era
supersticioso en alto grado, y al mismo tiempo no lo era. Parecía
comprender que esto dependía de su pensar obsesivo. Tan pronto se
hacía dueño de una obsesión, ridiculizaba su credulidad, y tan pronto
volví a caer bajo el imperio de una compulsión, vivenciaba las más
raras contingencias. Su superstición era la de un hombre culto, creía
en signos premonitorios, sueños proféticos, etc.
Tenía necesidad de hallar en el vivenciar algunos puntos de apoyo
APRA su superstición, por eso reparaba en las casualidades
inexplicables de la vida cotidiana. Esto particular de la N.O podemos
explicarlo, en esta perturbación la represión no se produce por
amnesia sino por desgarramiento de los nexos causales a
consecuencia de una sustracción de afecto. Sin embargo, a estos
vínculos reprimidos parece restarles una cierta virtud premonitoria, de
esa suerte son introducidas en el mundo exterior por el camino de la
proyección y allí dan testimonio de lo interceptado en lo psíquico.

Otra necesidad anímica común es la de la incertidumbre en la vida, o


la duda. Es uno de los métodos que utiliza la N.O para sacar al
enfermo de la realidad. Nuestro paciente había desarrollado facilidad
para evitar noticias que le habrían facilitado tomar una decisión en su
conflicto. La duda se les convierte en motivo para adherir sus
pensamientos; preferentemente en aquellos temas en que la
incertidumbre de los hombres es universal, como la filiación paterna, la
muerte, la memoria, etc.
De la incertidumbre de la memoria se sirve la N.O para la formación de
síntoma. Se refiere a la omnipotencia de sus pensamientos y
sentimientos, de sus buenos y malos deseos. Este enfermo está
compelido a sobrestimar el efecto que sus sentimientos hostiles
producen sobre el mundo exterior. Su amor, o más bien su odio, son
hiperpotentes y crean aquellos pensamientos obsesivos cuyo origen
no comprenden.
Este paciente tenía además una relación particular con la muerte.
Tomaba cálida participación en todos los fallecimientos. Sabemos
cuán temprano lo ha ocupado el pensamiento de la muerte del padre.
Una compensación por esos deseos de muerte contra el padre es la
extraña extensión de sus temores obsesivos al más allá. Ella se

Marcelo Estudiantes Psi


introdujo cuando el duelo por el padre experimentó un refrescamiento
y estaba destinada a volver a cancelar la muerte del padre en desafío
a la realidad. Otros enfermos, necesitan de la posibilidad de la muerte
para solucionar conflictos que dejan sin resolver. En cada conflicto
acechan la muerte de una persona significativa para ellos.

La vida pulsional y la fuente de la compulsión y la duda


Este paciente enfermó alrededor de los 30 años, cuando se vio ante la
tentación de casarse con una muchacha que no era aquella a quien
amaba desde hace tiempo, y se sustrajo de la decisión de este
conflicto posponiendo todas las actividades que se requerían para
prepararla. Tanto en relación a su amada como a su padre, hubo en él
una querella entre amor y odio. Fantasías de venganza y fenómenos
obsesivos como la compulsión a entender atestiguan esa bi-escisión
en su interior.

Su relación con la amada compuesta por ternura y hostilidad, caía en


buena parte dentro de su percepción CC. En cambio, la hostilidad
contra el padre le había sido sustraída desde mucho tiempo atrás y
sólo contra su más violenta resistencia pudo ser devuelta a su CC. Los
conflictos de sentimientos del paciente no son independientes, sino
que están soldados de a parejas. El odio contra la amada tuvo que
sumarse a la fidelidad hacia el padre, y a la inversa. Pero las dos
corrientes conflictivas, la oposición padre-amada, la contradicción
amor-odio, nada tienen que ver entre sí.

Una coexistencia crónica de amor y odio hacia la misma persona,


ambos sentimientos en su intensidad máxima, causa asombro.
Semejante persistencia de opuestos sólo es posible bajo particulares
condiciones psicológicas y por cooperación del estado ICC. El amor no
ha podido extinguir el odio, sino sólo esforzarlo hacia lo ICC; y en lo
ICC es capaz de conservarse y aun de crecer. El amor CC suele
hincharse hasta alcanzar intensidad elevada, a fin de retener en la
represión a su adversario. Una división muy prematura de estos dos
opuestos en la infancia, sería la condición para esta constelación de la
vida amorosa.
En todas las neurosis se descubre, como portadoras de síntoma, las
mismas pulsiones sofocadas. El odio retenido por el amor en la
sofocación de lo ICC desempeña un importante papel también en la

Marcelo Estudiantes Psi


patogenia de la histeria y de la paranoia.

En los casos en cuestión de odio ICC, el componente sádico del amor


se ha desarrollado constitucionalmente con particular intensidad, por
eso ha experimentado una sofocación prematura, y así los fenómenos
observados derivan por una parte de la ternura CC elevada por
reacción, y por otra parte del sadismo que en lo ICC sigue
produciendo efectos como odio. Si un amor intenso se contrapone,
ligándolo, a un odio de fuerza casi pareja, la consecuencia tiene que
ser una parálisis parcial de la voluntad, una incapacidad para decidir.

En cuanto a la compulsión, es un ensayo de compensar la duda y de


rectificar el estado de inhibición insoportable de que esta da
testimonio. Se exterioriza en mandamientos y prohibiciones, puesto
que es ora el impulso tierno, ora el hostil. Si el mandamiento obsesivo
no se cumple, la tensión es insoportable. Pero el camino mismo hacia
la acción sustitutiva desplazada a algo ínfimo, solo puede imponerse
como una medida protectora en empalme con un impulso sobre el que
recae la defensa.

Además, mediante una suerte de regresión, actos preparatorios


reemplazan la resolución definitiva, el pensar sustituye a la acción y en
vez de la acción sustitutiva se impone algún estadio que corresponde
al pensamiento previo de la acción. Acciones obsesivas sólo son
posibles por haberse producido dentro de ellas una suerte de
reconciliación entre los dos impulsos que se combaten mutuamente.
Las acciones obsesivas se asemejan cada vez más a las acciones
sexuales infantiles del tipo del onanismo. Entonces se llega a actos de
amor, pero sólo con el auxilio de una nueva regresión: ya no a actos
dirigidos hacia una persona, sino a acciones autoeróticas como en la
infancia. La primera regresión, del actuar al pensar, es promovida por
otro factor: la temprana emergencia y la represión prematura de la
pulsión sexual de ver y de saber. El proceso mismo del pensar es
sexualizado, pues el placer sexual se vuelve hacia el acto mismo del
pensar, y la satisfacción de alcanzar un resultado cognitivo es sentida
como satisfacción sexual. Así con ayuda de la pulsión de saber, la
acción sustitutiva puede ser reemplazada por actos preparatorios de
pensamiento.

Compulsivos se vuelven aquellos procesos del pensar que se

Marcelo Estudiantes Psi


emprenden con un gasto de energía que de ordinario sólo se destina
al actuar; o sea, unos pensamientos que regresivamente tienen que
subrogar a acciones. Ahora, lo que ha irrumpido en la CC como
pensamiento obsesivo tiene que ser asegurado contra los empeños
disolventes del pensar CC. Esa protección se logra mediante la
desfiguración, aunque no es el único medio.

Lo característicos de esta neurosis no ha de buscarse según Freud en


la vida pulsional, sino en las constelaciones psicológicas. El paciente
estaba fragmentado, en tres personalidades: en una ICC y dos PRCC,
entre las cuales podía oscilar su CC.

También podría gustarte