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Quinta sesión En la sesión siguiente P mostró gran interés por las explicaciones
de Freud y le surge la duda de cómo puede tener efecto curativo la conciencia de
la culpa. Freud le indica que el efecto curativo pasa por descubrir el contenido
ignorado al cual pertenece el reproche y la culpa, es decir, por unir consciente e
inconsciente. El paciente relaciona la conciencia con la persona ética y lo
inconsciente con el mal e intuye acertadamente el vínculo de lo inconsciente con
lo infantil. Freud le confirma esto diciendo que lo inconsciente es aquella parte de
la persona que una vez reprimió (suplantó) y no acompañó su ulterior desarrollo.
Es decir que Freud le habla desde un discurso más universitario. Paul le confiesa
que hizo cosas malas en la infancia. Freud dice que acá Paul descubre la ligazón
con lo infantil, a lo que Freud le aclara que era muy chico.
Sexta sesión Freud le dice que le tiene que contar un hecho de su infancia. Paul
lo liga a la lectura de sus pensamientos por parte de sus padres, dice que eso le
persistió el resto de la vida y empieza a aparecer la idea de la muerte del padre,
que ya se viene escuchando el deseo de muerte del padre. Ahora lo empieza a
ligar a determinados momentos: le relata otro hecho de su infancia a los doce
años. Él amaba a la hermanita de una amiga. No era un amor sensual, no se le
jugaba el deseo de verla desnuda. Dice que ella no era con él lo que el esperase
que fuera, entonces se le ocurre la idea de que una niña conocida le demostraría
amor si a él le ocurría una desgracia: la muerte de su padre. Freud se lo interpreta
como un deseo, que Paul negó. Se asombra de esto ya que eso para él era más
bien un temor y no un deseo. Freud dice que esta idea surge antes de los 12. A
los 20 años, medio año antes de la muerte del padre, le vuelve este pensamiento.
Estaba enamorado de un dama, pero por cuestiones materiales no podrían
casarse, a lo que piensa que si se muere el padre heredaría y podría hacerlo. El
día anterior a la muerte del padre piensa que puede perder a la persona que más
ama, pero piensa que la muerte de la amada sería más dolorosa. Se asombra con
la relación entre el pensamiento de la muerte del padre y un deseo. Freud dice
que semejante estado de angustia es porque alguna vez ese deseo fue más fuerte
aún y fue reprimido. Dice que Paul se queda agitado, incrédulo y empieza a decir
que su padre era el más amado de los hombres, que hubiese renunciado a toda
dicha por haber salvado su vida. Freud le dice que su intenso amor al padre es la
contrapartida del odio reprimido hacia él: consiente e inconsciente son opuestos.
Es el mismo amor que impide al odio mantenerse consiente. Tanto amor tiene que
estar frenando un odio intenso y que el tema es averiguar de dónde viene es odio.
No se lo dice a Paul, pero Freud lo liga al sentimiento de que los padres le leen el
pensamiento, que tiene que ver con algo que sucedió a los 6, 7 años. Se pregunta
que si hay tanto amor, por qué el odio no lo destruye. Ahí Freud dice que Paul no
está convencido y habla de producir convencimiento en los pacientes. El deseo de
eliminar al padre como perturbador es muy antiguo, y anterior al sexto año, que es
cuando se instala el recuerdo en forma continuada. Paul dice que si esto es así,
cómo podía ser que durante años la idea desapareciera, que aparece a los 12, a
los20 y se pregunta qué le pasaba en los tiempos en que no se le presentaba la
idea. Freud le dice que justo a él le aparece el pensamiento cada vez que Paul se
enamoraba de alguien. Cada vez que se enamora se le ocurre que el padre se
muera. Le dice que si él puede plantearse eso (la temporalidad del pensamiento)
es porque está cerca de descubrirlo. Paul dice que el padre y él eran grandes
amigos, que había ámbitos en los cuales disentían pero que eran compañeros.
Freud hipotetiza que en algún momento, buscando la fuente del odio, el padre
tiene que haber aparecido como un perturbador de los apetitos sexuales de Paul.
Freud le construye un fragmento de la historia; le dice que el deseo de matar a su
padre le aparece mucho antes que los 12 años, seguramente alrededor de los6
años, donde seguramente su padre no era un ser tan amado como aparece
aparentemente ahora y la ambivalencia estaba mucho más inclinada al odio. En
algún momento alrededor de esa edad el padre aparece como perturbador de los
apetitos sexuales y le generó un gran odio, que quedó reprimido. Tiene que ver
con cómo el Edipo no se sepulta, sino que se reprime, dejándolo en una posición
pasiva frente al padre. Paul queda detenido en como si fuera un nene de 6 años
frente al padre, con lo cual no lo termina de matar. El punto es entender cómo van
armándose en una línea de conflicto sus propios deseos con los deseos del padre.
La lógica que se arma es esta.
El paciente comienza a hablar de un amigo que lo protege. En su adolescencia había tenido otro
amigo que cumplió el mismo rol, sin embargo, este último había estado interesado en su hermana,
lo cual se traduce en la primera decepción vivida por él.
Freud plantea que las acciones obsesivas, así como las representaciones, se las puede plantear en
dos tiempos y en secuencias invertidas. Se presentan como compulsiones: contar, comprender,
proteger. También como pensamientos y hasta delirios. A lo que se remiten es a una pulsión
sexual irrefrenable
Tenia acciones obsesivas a ponerle la capa a su amada para no le pase nada, contar hasta 40º 50
entre rayo y trueno y quitar piedra para que el carruaje que llevaba a la mujer no pasar amada
Tuvo también compulsiones protectoras que era una defensa contra temores que significaban
peligro de mientras, asimismo sacar y poner la piedra expresan también esta fuerte ambivalencia
hacia la amada cuidarla(amor) y destruirla (odio)
Intervención
La solución de las ideas de las ratas le explica porque el padre se había entrado en posición con el
erotismo del hijo, tempranamente despertando, sus ideas obsesivas infantiles se ven cuando años
después de morir el padre, el hijo experimenta placer del coito por primera vez. Freud aventuro
una construcción de niño a los 6 años su padre le había prohibido el onanismo lo que acentuó su
oído hacia el perturbarle el goce sexual. El paciente recuerda en efecto una escena donde su padre
le había hecho una reprimida y él lo había desafiado e insultado. Ante la magnitud de esa ira desde
entonces se volvió cobarde y sentía gran angustia ante situaciones de violencia.
Los impulsos suicidas fueron interpretados como autopunitivos, debido a sus deseos de matar a la
madre, de quien sentía celos porque la mujer amada se dedicaba a cuidarla. La compulsión a
contar durante las tormentas fue considerada una medida defensiva contra el temor de que
alguien corriera peligro.
Diagnóstico