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Secuencia de terapia

Primera sesión: A Freud le llama la atención que al llegar, le comienza a hablar


de su propia vida sexual. Le explica por qué lo hace, le dice que estuvo leyendo
sus doctrinas. Había leído “psicopatología de la vida cotidiana” y le dice que le
sonó el enlace de palabras que hace Freud con su pensar obsesivo. Dice que
tiene escasas relaciones sexuales, que las prostitutas le dan asco, que tuvo su
primera relación sexual a los 26 años y que no recuerda un periodo de
masturbación, salvo a los 16, 17 años. Entre los 14, 15, 16, 17 él fue muy
religioso, con una práctica religiosa intensa. Es un tratamiento que va a desarrollar
sesión por sesión. Freud arranca el tratamiento diciéndole la regla fundamental,
que él hable de lo que se le ocurra aunque le parezca descabellado, disparatado y
crea que no lo puede decir y lo deja empezar por el tema que él quiera. Freud
habla sobre tomar notas durante la sesión, dice que no debe usarse el tiempo para
la fijación de lo escuchado. Recomienda no tomar notas durante la sesión y
escribir cuando el paciente se va, confiando en la memoria. Dijimos que Freud
invita al paciente a que le comunique todo lo que se le ocurra. Es así como el
sujeto, relata que tenía un amigo a quien el respetaba mucho y al cual cada vez
que tenía un impulso lo iba a ver. El impulso que lo asediaba es un impulso
criminal. Le preguntaba si él no era un criminal (para ver si por ello no lo
desprecia). Su amigo lo tranquilizaba, le decía que él era una buena persona, una
persona intachable, lo eleva a la categoría de genio. Así se puede observar que al
momento en que Freud le dice que debe decir todo, el sujeto hace una asociación
con su amigo y Freud. Vemos aquí el dispositivo de la transferencia puesto en
juego. Luego sigue hablando de su sexualidad, pero ahora de su sexualidad
infantil. Dice que si vida sexual comenzó muy tempranamente (a los cuatro, cinco
años). Es muy prolijo en su relato. Freud cita a Addler sobre las primeras
comunicaciones del paciente, dice que no hay que olvidar de qué comenzó a
hablar, cómo comenzó a hablar. Él empieza a hablar en la línea de los varones de
un varón que lo tranquiliza y en la línea de la sexualidad toda una línea femenina.
El punto es la exploración del cuerpo femenino. Le comenta a Freud una escena
ocurrida cuando tenía 4 o 5 años donde se le acerca a una bella y joven empleada
y le pide permiso para pasar por debajo de su falda. Se refiere a la Srta.
Peter, que era una gobernanta, a la que llaman por el apellido y no por el nombre
de pila, como se acostumbraba. Esta accede al pedido, poniéndole solo como
condición que él no cuente nada. El accede y le toca los genitales y el vientre.
Recuerda así que desde ese entonces siente curiosidad y deseos intensos por ver
mujeres desnudas, pero que frente a ese impulso, a ese deseo, también aparece
el sentimiento siniestro que lo atormenta: el castigo de que por pensar esas cosas
algo malo le iba a suceder a su padre, por eso debía impedirse pensar y desear
eso (el padre del sujeto al que todavía hoy se refieren los temores obsesivos
que le atormentan, ha muerto hace y a varios años).Recuerda también que a los 6
años espiaba a la señorita Lina cuando se desnudaba, y a quien le masajeaba los
forúnculos. Se puede observar falta de represión en la sexualidad infantil. Tiempo
después, a los 7 años, había escuchado de dicha señorita, en una conversación
con las gobernantas, un comentario donde lo menos preciaba en relación con su
sexualidad “con el pequeño es claro que uno lo podría hacer pero Paul es
demasiado torpe y seguro no acertaría”. El no entiende la frase pero siente el
rechazo y lo angustia. El menosprecio tiene que ver con la virilidad. Él ubica el
comienzo de su enfermedad a los seis años. Le aparecen 3 cuestiones; el intenso
deseo que se le empieza a instalar por ver mujeres desnudas, a lo que lo
acompaña un sentimiento ominoso, siniestro, supersticioso. Cada vez que le
aparece el deseo, sentía que algo iba a pasar y que debía evitarlo, sin saber qué
era lo que podía pasar. (Si yo deseo algo, algo terrible va a pasar, ligazón de
deseo y temor). También remarca el hecho de que a temprana edad ya tenía
erecciones y que acudió a su madre para quejarse. Con esto surge en el la idea
enfermiza que sus padres sabrían sus pensamientos, cosa explicable por
habérselos declarado sin oírlos él mismo. En esto ve el comienzo de su
enfermedad. Freud lo primero que le pregunta es qué podría pasar, a lo que Paul
le contesta que su padre moriría (su padre está muerto hace 10 años). “Si tengo el
deseo de ver desnuda a una mujer, mi padre tiene que morir”. Es una pulsión
erótica y una sublevación contra ella, un deseo y un temor que lo contraría, un
afecto penoso y un esfuerzo hacia acciones de defensa. El meollo en la neurosis
obsesiva de un varón es que un padre debe morir para desear a una mujer. No se
trata solo de lo sexual y lo amoroso, para que algo se desee un padre debe morir.
Freud hace le diagnóstico y dice que la neurosis obsesiva es completa a los 6
años, que no le falta nada. Dice que el deseo de ver mujeres y la consecuente
muerte del padre es un temor obsesivo ligado al deseo que se le impone y es esa
ligazón que lo lleva a lo ominoso que lo lleva a tomar medidas protectoras, el
armado de ritual es y actos. Así, quedan configurados todos los elementos de la
neurosis: una pulsión erótica y una sublevación contra ella; un deseo, aún no
obsesivo (porque el yo aun no se ha puesto en pleno en contradicción con el, y un
temor, ya obsesivo, que lo contraría; un afecto penoso y acciones defensivas
contra él. Una formación delirante: que sus padres sabrían sus pensamientos por
haberlos declarado él mismo sin oírlos. Esto revela la existencia de procesos
inconscientes: 'digo mis pensamientos sin oírlos' suena como una proyección
hacia afuera de nuestro propio supuesto, a saber, que él tiene unos pensamientos
sin saber nada de ellos, como una percepción endopsíquica de lo reprimido.

Segunda sesión Sale a luz la experiencia que lo llevó a consultar. La misma


había ocurrido durante las maniobras militares en X, en las que durante las
maniobras perdió sus anteojos. Le relata que estuvo durante un tiempo en práctica
militar, haciendo maniobras militares y que pierde los anteojos, que aunque le
habría resultado fácil encontrarlos, telegrafió a su oculista en Viena para que le
mande otros. Le cuenta que toma asiento entre dos oficiales en un descanso y
que ante uno de los oficiales él sentía angustia porque tenía afinidad con la
crueldad (Capitán Cruel), quien estaba a favor de ciertos castigos corporales. Le
cuenta un castigo que se hace en Oriente donde sobre el trasero de la persona se
penetran ratas 'por el ano'. Paul tuvo que contradecirlo con mucha energía,
también había leído sobre castigos corporales que se hacían en Oriente. Paul
durante el relato, para, se pone de pie y le pide a Freud que no le pida más
detalles. Freud interviene aclarándole que él no ama lo cruel, que necesita que él
le cuente para entender pero no por su gusto por lo cruel, con lo cual se diferencia
del Capitán Cruel “no soy sádico pero necesito saber”. Durante esta sesión Paul
tiene lapsus, en los que lo llama a Freud Capitán Cruel. Freud lo insta a seguir
hablando y le pregunta si el empalamiento era la tortura, Paul le comienza a
describir la tortura pero con un hablar poco nítido. Cuenta que el condenado es
atado, no se sabe en qué postura, sobre su trasero expuesto un tarro con ratas
que le penetraban(se pone de pie), Freud completa la frase “en el ano”. Freud
hace una observación; destaca la expresión en el rostro de Paul durante el relato,
que ve en su rostro el horror ante su placer, su goce anal, ignorado por él mismo.
El relato provoca angustia, por eso se para, tiene lapsus, etc. Le comenta que
mientras escuchaba el relato se le presenta una idea obsesiva, que eso le pase a
una persona que él quiere. Freud remarca que Paul utiliza la palabra
representación. Le pregunta quién es el efector, el agente del castigo y Paul lo
deja como algo impersonal, que no sabe quién es y que no es él. Junto a esa idea
Paul hace algo, cuando lo dice hace un gesto con la mano de ahuyentarla. Freud
detecta que además de hablar en singular, habla en plural aclarando que habla del
padre y de la amada. Surgió en él un miedo terrible de que ese castigo lo sufrieran
su padre y su amada. Aparece otra idea delirante, en donde dice que eso le
ocurriría al padre en el más allá (porque su padre ya está muerto. No en esta
sesión, esta confesión la hace un tiempo después. Se confiesan. Son una
confesión analista. La confesión tiene dos vías de pensamiento, cuanto de lo
religioso hay en la neurosisobsesiva, y que los síntomas no son algo que se
relatan en la neurosis obsesiva, sino que se confiesan).Paul arma, con todos sus
recursos, una deuda que no puede pagar, queda una deuda impaga. Pierde
losanteojos, los encarga y cuando le llegan el Capitán Cruel se los entrega y le
dice que le tiene que pagar alTeniente A, quien había pagado. Es el mismo
capitán que le comento el relato quien se le acerca con un paquetedel correo y le
dice que el teniente A había pagado el reembolso por los lentes y que debía
devolvérselos (laspalabras del capitán fueron para él, una ilusiona la deuda
impaga del padre). En ese instante se le impuso unaidea: “No devolver el dinero,
de lo contrario sucede aquello” (es decir, la fantasía de las ratas se realiza en
elpadre y la amada). Esta sanción enseguida se elevó en un mandamiento a modo
de juramento: “Tú debesdevolverle al teniente primero A las 3,80 coronas.”Se le
arma a Paul un pensamiento en donde siente que algo va a pasar si no paga y
que le tiene que devolver eldinero al Teniente A. El paciente intento varias veces
devolver el dinero implementando toda una serie detortuosas acciones destinadas
a devolverlo a pesar de todo, Paul hace intentos frustrados de solventar la
deuda,pagando a terceros, contra lo cual surgieron una y otra vez dificultades de
naturaleza aparentemente objetiva. Alprincipio intentó realizar el pago por
conducto de otro oficial que iba a Correos; pero se alegró mucho cuando élmismo
le devolvió el dinero, alegando no haber encontrado al teniente A., en las oficinas
postales, pues aquelmodo de cumplir su juramento no le satisfacía por no
corresponder a la forma liberal del mismo: «Tienes quedevolver las 3,80 coronas
al teniente A.» Por fin encontró a este último; pero el oficial se negó a aceptar
eldinero, diciendo que él no había pagado nada por su cuenta, ni siquiera estaba
encargado del correo, función quecorrespondía al teniente B. Es decir que
ccuando encuentra al Teniente A, él le dice que no los había pagado, quefue el
Teniente B, lo cual lo descoloca, porque desestructura el pensamiento. El sujeto
quedó un tanto perplejoviendo la imposibilidad de cumplir su juramento, por ser
errónea una de sus premisas, e imaginó toda una seriede complicados
expedientes. Paul comienza a armar una ideación: iría a Correos con los
tenientes A. y B., y elprimero daría a la encargada del servicio de paquetes
postales 3,80 coronas, que la empleada entregaría a B., yentonces ya podría él
cumplir al pie de la letra su juramento dando las 3,80 coronas a A. Es decir,
descubre Freudque quien había pagado el reembolso de los quevedos era una
empleada del correo, y que en efecto Paul lohabía sabido antes del reclamo del
capitán y de su propio juramento, pues luego recordó que antes del encuentrootro
capitán le comunicó la verdadera situación.En esta sesión explicó también que
desde un principio, y ya en los primitivos temores de que les ocurriese algo a las
personas de su particular afecto, había situado tales castigos no sólo en lo
temporal, sino también en la eternidad. Hasta los catorce o los quince años había
sido muy religioso, evolucionando desde entonces hacia su actual incredulidad.

En la tercera sesión sigue con el juramento de pagarle a , deja pasar situaciones


en las cuales podría haberle pagado. Comienza a idear planes para pagar (tren,
encuentro con A, B, etc). Acá empieza a sentir dos cosas: se siente un cobarde
por no pedirle el favor a y explicarle lo que le pasa, por pasar como un cobarde y
como se siente un cobarde. Además, se siente un cobarde porque solo quiere
cumplir el juramento para librarse de sus ideas obsesivas, para salvarse a
sí mismo. La cobardía es uno de los sentimientos que aparece
frecuentemente en la neurosis obsesiva, no ante el otro, sino frente al padre y
frente al propio deseo. Ser un cobarde frente a los propios deseos. Como buen
obsesivo (no hacerse cargo del acto, dejarlo en manos de Dios), llega a un punto
en donde todos los argumentos poseen cierto equilibrio que lo dejan en manos del
azar. No se hace responsable, lo deja en manos del azar. El punto es no tomar la
decisión. Finalmente ubica a su amigo que lo aliviaba, le cuenta su problema y el
amigo lo acompaña con las 3,80 coronas a la estafeta postal. En esta parte del
relato tiene un lapsus; si esta historia cierra con el pago a la estafeta postal, hay
que ver a quién se le debía el dinero, que era a la chica de la estafeta. Paul
conocía esto, fiel a su juramento para no pagar. Él sabía que a la que le debía el
dinero era a la chica de la estafeta. El necesita que alguien le diga que le debía
algo a alguien. El delirio y el ritual que arma se estructuran en base a ese
juramento obsesivo, para no pagar por esa sanción, que va a pasar algo, una
desgracia. Antes de que el Capitán Cruel le diga que le debía a A, él sabía que
tenía qué pagar a la estafeta postal. Hace un juramento basado en un error,
sabiendo que era una premisa falsa. Freud dice que con esto el pensamiento es
más disparatado aún. Con esta cuestión es cuando Paul piensa en ver a Freud,en
busca de un certificado para que le justifique su juramento. El punto de fijación en
la neurosis obsesiva se da en la analidad secundaria, la meta es la retención. Se
juega una posición pasiva frente al padre: negativa del Edipo. En ese momento de
fijación se encuentra el neurótico obsesivo. No es una elección homosexual de
objeto, no tiene que ver con una elección de objeto sino con un posicionamiento.
En la paranoia la fijación es en la anualidad primaria.

Cuarta sesión En la cuarta sesión, sofocó su curiosidad respecto al tema de los


quevedos (anteojos) y lo dejó continuar por dónde Paul eligiese con la pregunta:
“¿cómo proseguirá hoy usted?”. Le dice que va a comunicarle algo que lo martiriza
y le relata la historia de la enfermedad de su padre quien había muerto hacía 9
años de enfisema pulmonar. El martirio en la neurosis obsesiva, además de las
ideas fijas, los actos, los impulsos, tiene que ver con los autorreproches; no haber
estado presente en el momento de la muerte del padre. Él cuidaba durante ese
transcurso a su padre, pero en un momento que se descuidó salió a descansar a
su cama y cuando regreso su padre había muerto. Esto se empieza a ligar en
cómo hace Paul el duelo por su padre. Dice que durante mucho tiempo desmintió
la muerte del padre, lo cual durante un tiempo es normal durante un duelo. Dice
que si le contaban un chiste y le gustaba decía que se lo iba a contar a su papá,
que cuando golpeaban a la puerta pensaba que era el padre, que esperaba que,
no con terror, sino como algo fantaseado, la aparición del padre muerto. Al
principio el reproche no era martirizante, pues el sujeto no aceptó en mucho
tiempo como un hecho real la muerte de su padre. También en su fantasía
continuaba vivo su padre. A un año de su muerte se le instala el reproche de no
haber estado durante la muerte, el reproche lo desplaza a sentirse como un
criminal, teniendo él algo que ver con la muerte del padre. Dice que va a un
velatorio, por la muerte de una tía y en la visita a la casa mortuoria, el tío dice:
“otros maridos se lo permiten todo y yo he vivido sólo para esta mujer”. Dice que a
partir de ese momento se le instala la idea de sentirse un criminal y que pensó en
el padre en función de su madre. Como si el tío aludiese a su padre. El recuerdo
de su omisión empezó a martirizarlo. La primera consecuencia de este acceso fue
una grave incapacidad para el trabajo, se intensifican enormemente los reproches
de no haber estado presente cuando su padre murió, por lo que se siente un
criminal. Este sentimiento puede parecer desmedido en relación con la situación,
pero hay que entender que se ha producido un falso enlace a partir de una
representación original, que es la que hay que averiguar. Hay una carga en
criminal que no le corresponde pero que por algún lado debe estar justificado. Por
lo demás, también espera encontrar a su padre en diferentes sitios, cosa que
forma parte del normal trabajo de duelo. Aquí Freud explica que cuando existe una
disparidad entre el contenido ideológico y el afecto, o sea entre la magnitud del
reproche y su causa, el contenido ideológico conocido ha pasado a ocupar tal
lugar por una asociación errónea. Pero no estamos acostumbrados a sentir
en nosotros afectos intensos sin contenido ideológico, y, por tanto, cuando
tal contenido nos falta, echamos mano de otro cualquiera, el sujeto no podía darla
razón a su reproche de haber delinquido contra su padre si sabía perfectamente
que jamás se había hecho reo de nada contra él.

Quinta sesión En la sesión siguiente P mostró gran interés por las explicaciones
de Freud y le surge la duda de cómo puede tener efecto curativo la conciencia de
la culpa. Freud le indica que el efecto curativo pasa por descubrir el contenido
ignorado al cual pertenece el reproche y la culpa, es decir, por unir consciente e
inconsciente. El paciente relaciona la conciencia con la persona ética y lo
inconsciente con el mal e intuye acertadamente el vínculo de lo inconsciente con
lo infantil. Freud le confirma esto diciendo que lo inconsciente es aquella parte de
la persona que una vez reprimió (suplantó) y no acompañó su ulterior desarrollo.
Es decir que Freud le habla desde un discurso más universitario. Paul le confiesa
que hizo cosas malas en la infancia. Freud dice que acá Paul descubre la ligazón
con lo infantil, a lo que Freud le aclara que era muy chico.

Sexta sesión Freud le dice que le tiene que contar un hecho de su infancia. Paul
lo liga a la lectura de sus pensamientos por parte de sus padres, dice que eso le
persistió el resto de la vida y empieza a aparecer la idea de la muerte del padre,
que ya se viene escuchando el deseo de muerte del padre. Ahora lo empieza a
ligar a determinados momentos: le relata otro hecho de su infancia a los doce
años. Él amaba a la hermanita de una amiga. No era un amor sensual, no se le
jugaba el deseo de verla desnuda. Dice que ella no era con él lo que el esperase
que fuera, entonces se le ocurre la idea de que una niña conocida le demostraría
amor si a él le ocurría una desgracia: la muerte de su padre. Freud se lo interpreta
como un deseo, que Paul negó. Se asombra de esto ya que eso para él era más
bien un temor y no un deseo. Freud dice que esta idea surge antes de los 12. A
los 20 años, medio año antes de la muerte del padre, le vuelve este pensamiento.
Estaba enamorado de un dama, pero por cuestiones materiales no podrían
casarse, a lo que piensa que si se muere el padre heredaría y podría hacerlo. El
día anterior a la muerte del padre piensa que puede perder a la persona que más
ama, pero piensa que la muerte de la amada sería más dolorosa. Se asombra con
la relación entre el pensamiento de la muerte del padre y un deseo. Freud dice
que semejante estado de angustia es porque alguna vez ese deseo fue más fuerte
aún y fue reprimido. Dice que Paul se queda agitado, incrédulo y empieza a decir
que su padre era el más amado de los hombres, que hubiese renunciado a toda
dicha por haber salvado su vida. Freud le dice que su intenso amor al padre es la
contrapartida del odio reprimido hacia él: consiente e inconsciente son opuestos.
Es el mismo amor que impide al odio mantenerse consiente. Tanto amor tiene que
estar frenando un odio intenso y que el tema es averiguar de dónde viene es odio.
No se lo dice a Paul, pero Freud lo liga al sentimiento de que los padres le leen el
pensamiento, que tiene que ver con algo que sucedió a los 6, 7 años. Se pregunta
que si hay tanto amor, por qué el odio no lo destruye. Ahí Freud dice que Paul no
está convencido y habla de producir convencimiento en los pacientes. El deseo de
eliminar al padre como perturbador es muy antiguo, y anterior al sexto año, que es
cuando se instala el recuerdo en forma continuada. Paul dice que si esto es así,
cómo podía ser que durante años la idea desapareciera, que aparece a los 12, a
los20 y se pregunta qué le pasaba en los tiempos en que no se le presentaba la
idea. Freud le dice que justo a él le aparece el pensamiento cada vez que Paul se
enamoraba de alguien. Cada vez que se enamora se le ocurre que el padre se
muera. Le dice que si él puede plantearse eso (la temporalidad del pensamiento)
es porque está cerca de descubrirlo. Paul dice que el padre y él eran grandes
amigos, que había ámbitos en los cuales disentían pero que eran compañeros.
Freud hipotetiza que en algún momento, buscando la fuente del odio, el padre
tiene que haber aparecido como un perturbador de los apetitos sexuales de Paul.
Freud le construye un fragmento de la historia; le dice que el deseo de matar a su
padre le aparece mucho antes que los 12 años, seguramente alrededor de los6
años, donde seguramente su padre no era un ser tan amado como aparece
aparentemente ahora y la ambivalencia estaba mucho más inclinada al odio. En
algún momento alrededor de esa edad el padre aparece como perturbador de los
apetitos sexuales y le generó un gran odio, que quedó reprimido. Tiene que ver
con cómo el Edipo no se sepulta, sino que se reprime, dejándolo en una posición
pasiva frente al padre. Paul queda detenido en como si fuera un nene de 6 años
frente al padre, con lo cual no lo termina de matar. El punto es entender cómo van
armándose en una línea de conflicto sus propios deseos con los deseos del padre.
La lógica que se arma es esta.

Séptima sesión En la séptima sesión, recoge el sujeto nuevamente el mismo


tema. No podía creer haber abrigado jamás aquel deseo hostil al padre, no podía
creer haber tenido alguna vez ese deseo contra su padre. Recordaba una novela
de Su derman que le había impresionado profundamente, en la cual una joven que
velaba a su hermana enferma sentía de pronto el deseo de que muriera para
poderse casar ella con su cuñado, y luego, muerta realmente su hermana, se
suicidaba, convencida de que después de haber abrigado, aunque sólo fuera por
breves instantes, tan innoble deseo, no merecía seguir viviendo. Asocia con esto
dos episodios, dos recuerdos de su infancia, en donde él comete acciones
“criminales”, la escena de la escopeta con el hermano y la fantasía de la amada.
Habla de un acto delictivo en el que no se reconoce, pero que recuerda con toda
claridad: fue cuando disparó contra su hermano, de quien tenía muchos celos por
ser el preferido. Estaba jugando con una escopeta que había en la casa y le pega
al hermano en la frente, siente que lo mata. Freud lo tranquiliza, diciéndole que era
chico, que no era responsable, que un niño no es éticamente responsable. Freud
arguye que es probable que haya ocurrido lo mismo mucho antes con su padre,
pero no lo recuerda. Lo que sí recuerda son fantasías de venganza contra una
dama que no le correspondía. Dice que quizás ella no lo ama, y que cuando
estuvo seguro de ello se le planteó una fantasía de venganza, hacerse rico,
casarse con una dama y dejar que ella lo vea. En todas estas fantasías también
aparece el rasgo de la cobardía, que a él le parece horroroso: la venganza y la
cobardía son mociones infantiles, surgidas antes de la aparición de una
responsabilidad ética. Freud dice que los sentimientos criminales provienen de un
odio anterior fuertemente reprimido. Freud concluye que todo el desarrollo de
neurosis obsesiva que Paul hace en realidad es un duelo patológico por el padre,
hace un duelo en la enfermedad. El duelo por él es la principal fuente de la
intensidad de la enfermedad (su enfermedad se acrecentó luego de la muerte del
padre), y halló en esta su expresión patológica (un duelo normal no tiene, como
aquí, duración ilimitada). Hasta aquí queda relatada la parte expositiva del
tratamiento, que abarcó unos once meses.

Conceptualización del caso


 Tarea psicológica del terapeuta
La tarea psicológica del terapeuta era usar el método psicoanalítico para que el paciente pudiera
no tener miedo de que le sucediera algo al padre o a su amada, que el paciente pudiera disminuir
sus impulsos obsesivos a cortarse las venas o cortarse el cuello con una navaja y que a medida que
fueran pasando las sesiones este fuera mejorando.

 Metas terapéuticas en el caso


 Identificar los problemas psicológicos específicos del paciente.
 Desarrollar las hipótesis acerca de las características personales disfuncionales de
los pacientes.
 Seleccionar el tratamiento adecuado para el paciente que en este caso era el
psicoanálisis
 Tener buena comunicación en las sesiones

 Introducción de la terapia en el caso


Freud introduce al paciente en el método psicoanalítico de asociación libre. Aquí ya había
desechado la hipnosis y método catártico para acceder al inconsciente, a través de flujo de las
asociaciones del paciente.

El paciente comienza a hablar de un amigo que lo protege. En su adolescencia había tenido otro
amigo que cumplió el mismo rol, sin embargo, este último había estado interesado en su hermana,
lo cual se traduce en la primera decepción vivida por él.

 Enlace entre la interacción del consultante y el problema original de


consulta
El paciente habla de su gran temor obsesivo (así lo nombra Freud). Este es el conocido temor-
fantasía de la penetración por el ano de ratas. Dicho temor-placer resurge al escuchar al capitán
Nemeczek (el capitán cruel) contar acerca de una tortura practicada en Oriente, que consistía en
que ratas penetraran por el ano del torturado. A las nalgas se fijaba un orinal (tubo) en que se
agitaba previamente una rata, la cual era excitada con una varilla al rojo vivo, el animal trataba de
evitar la quemadura y penetraba por el recto del supliciado provocándole heridas sangrientas. La
rata, al cabo de más o menos media hora, moría asfixiada, al poco tiempo el torturado también. Al
escuchar el relato, a Ernest se le impone que la tortura le podría suceder a dos seres amados por
él: la dama (su amada) y a su padre. Ante la anterior fantasía viene la sanción de estos deseos y un
deber que tiene que cumplir, y hace las veces de un mandamiento-juramento, que consiste en
pagar por la devolución de los lentes que olvidó, pero justamente a un Capitán que no se había
encargado de la devolución. Convierte una deuda en algo impagable, elevó un mandamiento a
modo de juramento “Tú debes devolver al Teniente Primero A las 3.80 coronas” lo imposible de
cumplir con esta imposición es que se basa en un error sabido, por lo que el juramento se le
convierte en un martirio, presente en todo momento como representación obsesiva. Entonces
siente angustia por lo que podría pasarle a sus seres amados (por lo que él les desea) y a la vez lo
atormentan (como al torturado) pensamientos, actos, delirios, en fin, significantes obsesivos ante
lo impagable.

Freud plantea que las acciones obsesivas, así como las representaciones, se las puede plantear en
dos tiempos y en secuencias invertidas. Se presentan como compulsiones: contar, comprender,
proteger. También como pensamientos y hasta delirios. A lo que se remiten es a una pulsión
sexual irrefrenable

 Tipo de intervenciones que se usaron y no funcionaron


La intervención de Freud en una de las primeras sesiones. Particular, en tanto que, si la tomamos
por sí sola, no nos parece muy comprensible: no se trata de una interpretación, y parece recaer
sobre algo sin importancia. Se puede ordenar en términos de lo que Freud llamó “manejo de la
transferencia” en su texto Puntualizaciones sobre el amor de transferencia (1914). La intervención
a la que me refiero es la de la sesión del 11 de octubre (de 1907). La cual Freud Cito: “Lucha
violenta, día desdichado. Resistencia porque yo ayer le exigí que trajera una fotografía de la dama,
vale decir, resignar su reserva respecto de ella. Conflicto: resignar la cura o entregar el secreto”.
¿Traer una foto o resignar la cura? Freud le “exige” “resignar” el secreto respecto de la dama,
mediante ese pequeño acto consistente en llevar a sesión una fotografía. Para poder pescar la
lógica de tal intervención nos vamos a apoyar en la noción de “momento electivo”.

Dificultades en el análisis del caso


Lo que se me dificulto en el análisis del caso solo fue que debía leer bastante par poder
abordar a la preguntar correspondiente del caso. Sin embargo, pude comprender el caso
clínico y desarrollarlo

Diagnóstico descriptivo de proceso


Los impulsos suicidad consistía en la idea de cortarse el cuello con una navaja, el nexo de esta idea
con el vivenciar del paciente era. La idea que le vino cuando su Amanda no estaba ya que debía
cuidar a la abuela, por lo tanto, la abuela le impedía ver a la amada y le vinieron ganas de matarla.
Frente a este impulso muy censurable pensó en matarse le mismo por semejante pensamientos,
utilizando aquí una defensa contra el impulso reprobable. La inversión la acción de matar se volvió
contra él.
Tenia ideas obsesivas donde debía adelgazar porque estaba muy gordo con lo cual no comía y
hacia ejercicios, tal idea vino cuando la mujer que le apetecía está en compañía de un primo.
También vemos un impulso destructivo hacia el primo del cual se defendía imponiéndose el
autocastigo del adelgazar.

Tenia acciones obsesivas a ponerle la capa a su amada para no le pase nada, contar hasta 40º 50
entre rayo y trueno y quitar piedra para que el carruaje que llevaba a la mujer no pasar amada

Tuvo también compulsiones protectoras que era una defensa contra temores que significaban
peligro de mientras, asimismo sacar y poner la piedra expresan también esta fuerte ambivalencia
hacia la amada cuidarla(amor) y destruirla (odio)

Intervención

 Técnicas usadas en el caso


Se empleo la terapia del psicoanálisis.

 Análisis de los mecanismos utilizados


 La represión del odio infantil contra el padre es el proceso que luego lleva a la
neurosis. El paciente está ante un conflicto ya que debe decidir si seguir la
voluntad del padre y casarse con una chica rica y distinguida cuando termine sus
estudios o quedarse con su amada que es pobre. Conflicto entre el amor y la
voluntad del padre. Lo resuelve enfermando. O mejor dicho, enfermando se
sustrae de la tarea de solucionarlo en la realidad objetiva.
 Aislamiento: querer estar lejos de la personas que quería y a la ves no

 Breve interpretación del diagnóstico


Freud explica que la reacción de arrepentimiento y penitencias frente a una apuesta hostil sobre la
amada, mientras que la compulsión de contar entre cuarenta y cincuenta por los rayos representa
una medida de defensa contra los temores que significaban peligro de muerte. Y la compulsión por
comprender se instaló por la existencia duda no asumida sobre el amor de su amada, es una lucha
entre amor y odio dirigidos a ella, cuando tenía también el trasfondo del padre, seguir el camino
del padre o ir en contra del padre, sustrajo el conflicto enfermándose, aislando de la realidad
objetiva.

La solución de las ideas de las ratas le explica porque el padre se había entrado en posición con el
erotismo del hijo, tempranamente despertando, sus ideas obsesivas infantiles se ven cuando años
después de morir el padre, el hijo experimenta placer del coito por primera vez. Freud aventuro
una construcción de niño a los 6 años su padre le había prohibido el onanismo lo que acentuó su
oído hacia el perturbarle el goce sexual. El paciente recuerda en efecto una escena donde su padre
le había hecho una reprimida y él lo había desafiado e insultado. Ante la magnitud de esa ira desde
entonces se volvió cobarde y sentía gran angustia ante situaciones de violencia.

Los impulsos suicidas fueron interpretados como autopunitivos, debido a sus deseos de matar a la
madre, de quien sentía celos porque la mujer amada se dedicaba a cuidarla. La compulsión a
contar durante las tormentas fue considerada una medida defensiva contra el temor de que
alguien corriera peligro.

Diagnóstico

Trastorno de neurosis obsesiva que actualmente lo conocemos como Trastorno Obsesivo


Compulsivo.

 Análisis de las estructuras de la personalidad


En este caso el paciente tiende a percibir el mundo como una amenaza, no tiene
busca de control con respecto a sus rutinas, dolor emocional, agresividad y el
sujeto tenia tendencia a ser hostil, tiene síntomas obsesivos, cuya formación de
compromiso se expresa en la representación obsesiva de las ratas, con la cual se
anudan los demás síntomas: duda, compulsión, etcétera.

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