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Miqueas 6:8
Este será un mensaje de varias preguntas, Miqueas 6:6 dice ¿con que me presentaré
delante del Señor? Una de las preguntas más trascendentales que deberíamos
hacernos constantemente como hijo de Dios. Esto no solo toca lo que hacemos, sino lo
más importante ¿con qué motivación lo hacemos? ¿Por qué? Es quizá la pregunta más
importante ¿por qué hago lo que hago? Examinar nuestras motivaciones, nuestros
deseos más profundos nos ayudan a darnos cuenta de que, a veces, lo que parece
bueno en muchas ocasiones, no lo es.
La gente a la que profetiza Miqueas cree que todo está bien con ellos y su relación con
Dios, cuando comienzan a ser confrontados con su pecado, actúan como cualquier
pecador, se enojan, se justifican, Señor ¿Qué más quieres? Miqueas y la biblia entera
constantemente nos desafían a no quedarnos en cambios superficiales o aparentes
sino enfocarnos en los cambios del corazón. Una forma simple de “mirar” nuestro
corazón es haciéndonos la pregunta ¿por qué?
Que engañoso es el corazón, como esconde sus verdaderas intenciones, como se disfraza de
acciones piadosas. Un joven promiscuo, fue un don juan, chicas una tras otra, el amaba ser
popular, exitoso. Un día conoció la iglesia, comienza a ver ciertos cambios, deja esas citas
amorosas, comienza a servir en la iglesia, estudia en un seminario, da charlas conferencias,
pronto se hace muy popular y exitoso en el ministerio. Todos están convencidos que es una
nueva persona, que hay un cambio en su vida, pero ¿de verdad cambió? El cambio de
comportamiento es notorio, pero ¿su corazón? Paso de querer ser popular con las chicas a
querer ser popular en el ministerio. Las intenciones de su corazón siguen siendo las mismas. ¿a
quién está amando este muchacho? A si mismo. Su cambio de comportamiento no es
suficiente, porque su corazón sigue sin ser el trono de Dios. Los discípulos, después de que
Jesús les anunciara su muerte, ellos comienzan a pelearse por quién será el mayor Lucas 22:24
y Marcos 10:35 la pelea es lo externo, eso externo revela algo que hay en lo interno, lo que
realmente aman y desean es el reconocimiento, poder, estatus. Mi corazón no es muy
diferente al de los discípulos.
¿Con qué me presentaré delante del señor? Dios ya lo ha declarado, no quiere religiosidad
vana, obediencia externa, comportamiento adecuado, quiere un corazón sincero, adoración en
espíritu y en verdad, obediencia con las motivaciones correctas, justicia, amar misericordia y
humildad ante él
La corte de Dios
Dios se presenta con las pruebas y evidencias ante un tribunal de justicia, los montes y collados
son sus testigos. Dios trae su causa contra un pueblo que le ha sido infiel ¿Qué te he hecho? Es
una profecía con estilo muy poético muy tradicional de los judíos.
Oíd, el imperativo de poner toda la atención, la corte entra en sesión. Miqueas 1:2 Oigan,
pueblos todos, Escucha, tierra y cuanto hay en ti; Sea el Señor Dios testigo contra ustedes, El
Señor desde Su santo templo. Dios presenta sus testigos. Según el Antiguo Testamento para
confirmar una verdad se necesitaban dos testigos y era muy común en la literatura judía
personificar los montes. Lo que el pueblo ha hecho en contra de Dios no es un secreto, es algo
evidente, esos lugares altos de idolatría a Baal son testigos.
Pero ahora es el turno del pueblo, un juicio contra su pueblo, todas las tribus, todos los
descendientes de Jacob, todos son responsables.
Que inmensa bondad de Dios. Una y otra vez su misericordia y fidelidad son
manifiestas en su pueblo.
Salmo 31:19 Cuan grande es tu bondad
Salmo 34:8 Gustad y ved que es bueno Jehová
2 Corintios 9:8 poderoso es Dios para hacer que abunde en nosotros toda la
gracia a fin de que teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente,
abundéis para toda buen obra
Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros en que, siendo aún
pecadores, Cristo murió por nosotros.
Como una diatriba (un aparente o supuesto opositor) usa un supuesto colectivo para
presentar los puntos de vista falso que usualmente el pueblo usaba. Ellos pensaban
que Dios era injusto, muy exigente, muy estricto. Dios quiere más sacrificios, pensaban
ellos.
¿con qué me presentaré delante del Señor?
La gente con tono de queja dice ¿qué más quiere el Señor de mí? ¿acaso quiere más
sacrificios y holocaustos? Pero la voluntad de Dios es algo familiar, Dios ya lo ha
declarado, lo ha mostrado. No hay oportunidad para alegar ignorancia, nadie podría
decir que no tenía tal conocimiento.
Pero reserva su crítica más mordaz para las prácticas religiosas huecas de su época. La
gente era religiosa, pero lo suyo era un ceremonialismo vacío. La religión se había
convertido en una cuestión de forma; Se pensaba que las observancias ceremoniales
cumplían con todos los requisitos religiosos. El pueblo creía que mientras realizaban
los actos de adoración externos tenían derecho al favor y la protección divinos. El
pueblo reemplazó la adoración sincera con rituales vacíos, pensando que esto es todo
lo que Dios exige o es todo lo que Dios espera.
¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de
holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni
de ovejas, ni de machos cabríos… Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras
obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad
el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. Isaías
1:11-17
Miqueas nos dice que no hay misterio en cuanto a lo que Dios requiere, y no tiene
nada que ver con el sacrificio, la ofrenda y las COSAS religiosas. “Él te ha mostrado, oh
hombre, lo que es bueno. ¿Y qué pide el SEÑOR de ti? actuar con justicia y amar la
misericordia y caminar humildemente con tu Dios.
¡Señor, ayúdanos a ser cristianos genuinos, santos, limpios en nuestra manera de vivir
y amarte sobre todas las cosas de corazón!