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La pornografía:
¿inofensiva o perjudicial?
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persona?
LO QUE DICEN LOS EXPERTOS: La pornografía es sumamente
adictiva, tanto que algunos investigadores y terapeutas han llegado a
compararla al crack (una forma de cocaína).
Brian,* que fue adicto a la pornografía por Internet, cuenta: “Nada podía
detenerme. Era como si estuviera drogado. Me sentía tan culpable que hasta
temblaba y me dolía la cabeza. Traté por todos los medios de dejarla, pero
me tomó años”.
Quienes están enviciados con la pornografía suelen ocultarlo. Son
herméticos y engañosos, y no es de extrañar que muchos se aíslen y sientan
vergüenza, ansiedad, depresión e ira. Algunos incluso desarrollan
tendencias suicidas. “Me aislé del mundo y estaba desesperado —dice
Sergio, quien descargaba pornografía casi a diario en su teléfono móvil—.
Me sentía inútil, culpable, solo y atrapado. Estaba demasiado avergonzado
y asustado como para buscar ayuda.”
Hasta un contacto momentáneo o accidental con la pornografía puede tener
resultados lamentables. En su testimonio ante un comité del Senado de
Estados Unidos, la doctora Judith Reisman, destacada investigadora en el
campo de la pornografía, dijo: “Las imágenes visuales pornográficas
imprimen y alteran el cerebro, provocando una huella instantánea,
involuntaria, pero duradera, en la memoria bioquímica [...] y son difíciles o
imposibles de suprimir”. Susan, joven de 19 años que vio por accidente
pornografía en Internet y que luego se hizo adicta, cuenta: “Las imágenes se
me han quedado grabadas. Me vienen a la mente cuando menos me lo
espero. Parece que nunca podré borrarlas por completo”.
CONCLUSIÓN: La pornografía esclaviza y hace mucho daño a sus
víctimas (2 Pedro 2:19).
pornografía?
LO QUE DICE LA BIBLIA: “Den muerte a todos sus malos deseos;
no tengan relaciones sexuales prohibidas, no sean indecentes, dominen sus
malos deseos, y no busquen amontonar dinero, pues es lo mismo que adorar
a dioses falsos” (Colosenses 3:5, Traducción en lenguaje actual).
En pocas palabras, Jehová* detesta la pornografía. Pero no porque sea
pornografía”).
Un sinfín de personas han aceptado la ayuda de Dios. ¿Les ha funcionado?
Veamos lo que dice la Biblia de algunas que lograron superar hábitos
perjudiciales: “Ustedes han sido lavados, [...] ustedes han sido
santificados, [...] ustedes han sido declarados justos en el nombre de nuestro
Señor Jesucristo y con el espíritu de nuestro Dios” (1 Corintios 6:11). Tales
personas se identifican con estas palabras del apóstol Pablo: “Para todas las
cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder” (Filipenses
4:13).
Susan, que consiguió vencer su adicción a la pornografía, confiesa: “Jehová
es el único que puede ayudarlo a uno a dejar ese vicio. Si le pedimos su
ayuda y guía, tendremos una vida limpia y una buena relación con él. Dios
nunca nos fallará”.
1. Orar a Dios.
“Lo más importante que uno puede hacer para escapar del lazo de la
pornografía es suplicarle ayuda a Jehová.” (Franz.)
Dios le da espíritu santo a la persona no solo para que quiera hacer lo
correcto, sino para que pueda hacerlo (Filipenses 2:13). La guía de dicho
espíritu ayuda a vencer los malos deseos (Gálatas 5:16, 24).
4. Fortalecer la espiritualidad.
“Llene su mente de pensamientos sanos, y su vida de actividades
espirituales”, añade Franz.
La Biblia garantiza: “Cuantas cosas sean verdaderas, cuantas sean de seria
consideración, cuantas sean justas, cuantas sean castas, cuantas sean
amables, cuantas sean de buena reputación, cualquier virtud que haya y
cualquier cosa que haya digna de alabanza, continúen considerando estas
cosas [...]; y el Dios de la paz estará con ustedes” (Filipenses 4:8, 9).