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1 Corintios 2:10
Introducción:
• Ser un verdadero cristiano no es “ir a la iglesia los domingos” nada más; es un
estilo de vida.
• Dios quiere que nuestra forma de vida sea agradable a Él, que seamos un
testimonio real de su obra en nosotros.
• Cuando llevo una forma de vida que agrada a Dios, entonces le testifico de Cristo
al mundo.
• Antes de ver actitudes de una vida agradable a Dios, veamos los beneficios de
tener esa vida.
Beneficios de vivir agradando a Dios:
Eclesiastés 2:26 Porque a la persona que le agrada, Él le ha dado sabiduría,
conocimiento y gozo; más al pecador le ha dado la tarea de recoger y amontonar
para darlo al que agrada a Dios. Esto también es vanidad y correr tras el viento.
Si nuestra forma de vida es agradable a Dios, Él nos dará sabiduría, conocimiento,
gozo y riquezas, eso lo supo Josué y Caleb cuando iban a entrar a Canaán, aunque
los demás del pueblo tuvieron miedo por los gigantes que había, ellos dijeron:
(Números 14:8 “Si el Señor se agrada de nosotros, nos llevará a esa tierra y nos
la dará…”).
Diariamente somos tentados a hacer cosas que a Dios no le agradan. Sin
embargo, hemos recibido por medio del Espíritu Santo el discernimiento y la
capacidad de decidir entre lo bueno y lo malo. En nuestras manos está la
responsabilidad de marcar la diferencia con nuestras actitudes, reflejando una
identidad como hijos de Dios en un mundo contaminado de maldad y pecado.
Fe en nuestro Señor Jesucristo, es por su sacrificio que hemos sido aceptos delante
de Dios. Fe en Su Palabra, en Sus Promesas. Fe para emprender las cosas de la
vida. Fe para estar firmes en las pruebas.
2.- Humildad.
La humildad es una cualidad muy importante ante los ojos de Dios, y forma
parte de lo que Jesús nos enseñó cuando vino a la tierra. Aunque muchas veces
las personas humildes son consideradas como personas débiles, la biblia
dice: “Encaminará a los humildes por el juicio, y enseñará a los mansos su
carrera” Salmos 25:9.
Salmo 51:16,17 “Porque no te deleitas en sacrificio, de lo contrario yo lo
ofrecería; no te agrada el holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu
contrito; al corazón contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás”.
David sabía que tener una actitud humilde era la clave para gozar de la compañía
de Dios, el conocía este secreto y por eso su vida fue de victoria.
David pastoreaba las ovejas de su padre, era menospreciado por sus hermanos,
pero Dios vio su corazón, vio un corazón sincero, un corazón humilde. La
humildad no es un acto externo, es el reconocer nuestra dependencia completa de
Dios y la necesidad de su bendición para vivir. Si algo tenemos es porque Él nos lo
ha dado.
David reconocía constantemente -en los salmos- que Dios era su refugio, su
socorro, su salvación, su proveedor, su protección, su victoria, esta es la humildad
"una actitud donde tu reconoces que nada puedes fuera de Dios y que no eres más
que tu hermano aunque estés en mejor situación". Es la misericordia de Dios que
te sostiene. Veamos otra actitud que agrada a Dios:
Si lees el salmo 144 te darás cuenta que David sabia lo poderosa que es la alabanza.
El rey de Judá Josafat supo esta tremenda realidad y en una ocasión cuando un
ejército más fuerte (moabitas y amonitas) venía hacia El para destruirlo (2
Crónicas 20), Él se humilló y buscó la ayuda del "Señor en ayuno y oración" y
reconoció que sin la ayuda de Dios morirían, esta fue una actitud de humildad, y al
mismo tiempo de Fe porque buscó a Dios.
Él respondió a Josafat y todo el pueblo adoró y alabó a Dios, y el Señor peleó por
ellos y les dio la victoria, esta es la actitud que le agrada a Dios, que le alabemos
por sus proezas y por sus grandezas. Sigamos viendo otra actitud que agrada a
Dios:
4.- Ayuda Mutua.
Ayudar a nuestros hermanos es un testimonio del amor de Dios, es mostrar Su
Carácter en nuestra vida. Así que, cuando ayudas a tu prójimo estás
testificando no solo con palabras sino con hechos el amor de Dios en tu vida.
Esta actitud sin duda, reflejará a Cristo en los demás. 1 Juan 3:16-18 “En esto
conocemos el amor: en que El puso su vida por nosotros; también nosotros
debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de
este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él,
¿cómo puede morar el amor de Dios en él? Hijos, no amemos de palabra ni de
lengua, sino de hecho y en verdad”.
1 Juan 3:16-18 En esto conocemos el amor: en que El puso su vida por nosotros;
también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 17 Pero el que
tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón
contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él? 18 Hijos, no amemos de
palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.
Así es, cuando ayudas a tu hermano estás testificando -no con palabras sino con
hechos- del amor de Dios en tu vida y Jesucristo está siendo glorificado:
Mateo 5:16 Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras
buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Nota que Dios los enviará al lago de fuego no por sus pecados o por falta de ayuno
y oración, los enviará porque no ayudaron a sus hermanos necesitados.
Si lees Isaías 56:1-7 veras que el Señor se agrada de que nos apartemos de hacer
mal alguno y que al contrario nos mantengamos firmes en el pacto que hizo con
nosotros (a través de la sangre de Cristo),
Apartarnos de todo mal significa que en nuestra vida reflejemos a Cristo, que
seguimos su ejemplo:
2 Timoteo 2:19 No obstante, el sólido fundamento de Dios permanece firme,
teniendo este sello: El Señor conoce a los que son suyos, y: Que se aparte de la
iniquidad todo aquel que menciona el nombre del Señor.
El Apóstol Pablo hace un resumen de las cosas malas a las cuales debemos
renunciar como hijos de Dios y también el Apóstol Pedro. Ambos nos exhortan a
dejar el mal y a buscar que es lo que le agrada a Dios:
Efesios 5:1-9 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados; 2 y andad en
amor, así como también Cristo os amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda
y sacrificio a Dios, como fragante aroma. 3 Pero que la inmoralidad, y toda
impureza o avaricia, ni siquiera se mencionen entre vosotros, como corresponde
a los santos; 4 ni obscenidades, ni necedades, ni groserías, que no son
apropiadas, sino más bien acciones de gracias. 5 Porque con certeza sabéis esto:
que ningún inmoral, impuro, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino
de Cristo y de Dios. 6 Que nadie os engañe con palabras vanas, pues por causa
de estas cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia. 7 Por tanto,
no seáis partícipes con ellos; 8 porque antes erais tinieblas, pero ahora sois luz
en el Señor; andad como hijos de luz 9 (porque el fruto de la luz consiste en toda
bondad, justicia y verdad), 10 examinando qué es lo que agrada al Señor.