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República de Colombia

Corte Suprema de Justicia

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA DE CASACIÓN CIVIL

FERNANDO GIRALDO GUTIÉRREZ


Magistrado ponente

STC5492-2015
Radicación n.° 15001-22-13-000-2015-00141-01
(Aprobado en sesión de seis de mayo de dos mil quince)

Bogotá, D. C., siete (7) de mayo de dos mil quince


(2015).

Decide la Corte la impugnación del fallo de 7 de


abril de 2015, proferido por la Sala Civil Familia del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Tunja, que
negó la tutela de Pedro Raúl Acero Rojas frente a los
Juzgados Tercero Civil del Circuito de dicha localidad y
Promiscuo Municipal de Samacá; siendo citados José
Manuel Betancourt Rodríguez, Roberto Sandoval
Ballesteros, Pedro José Vallejo y Luis Hernando
Sánchez.

I. ANTECEDENTES

1.- Obrando en nombre propio, el accionante pide


la protección de sus derechos al debido proceso,
contradicción y seguridad jurídica.
Radicación n.° 15001-22-13-000-2015-00141-01

2.- Señala que los acusados vulneraron sus


garantías superiores al dictar la sentencia de primer y
de segundo grado que la confirmó, donde se declaró no
probadas las excepciones de mérito y ordenó seguir
adelante la ejecución quirografaria de Luis Hernando
Sánchez en su contra.

3.- Apoya sus pretensiones en los hechos que


pasan a compendiarse (folios 1 a 12):

3.1 Que en el referido juicio propuso defensas e


incidente de tacha de falsedad, ya que la letra de cambio
carecía de la firma del girador y fue diligenciada sin
carta de instrucciones.

3.2 Que con la prueba técnica e interrogatorio de


su contraparte se estableció que existían espacios en
blanco, los que en su opinión fueron llenados
«fraudulenta o unilateralmente».

3.3 Que a pesar de lo anterior y con cuestionable


valoración probatoria, se desestimaron sus argumentos
y se accedió a lo pedido por el reclamante.

3.4 Que el ad-quem ratificó el veredicto de primer


grado.

3.5 Que de manera errada los funcionarios de


conocimiento llegaron a la conclusión que autorizó

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verbalmente completar el título, sin siquiera escuchar


su versión.

4.- Solicita, en consecuencia, anular los proveídos


cuestionados y rehacer toda la actuación (folio 10).

II. RESPUESTA DE LAS ACCIONADAS Y VINCULADOS

1.- El Juzgado Tercero Civil del Circuito se limitó a


manifestar que la determinación que adoptó se ajusta a
la ley y explicó que, debido a un problema en la
grabación, hubo necesidad de repetir la audiencia (folio
19).

2.- Los demás vinculados guardaron silencio.

III. FALLO DEL TRIBUNAL

No otorgó la salvaguarda porque los encartados


sustentaron las decisiones censuradas de forma
razonable, con base en los elementos materiales
obrantes en el plenario (folios 27 a 38).

IV. IMPUGNACIÒN

El libelista reiteró en esencia los planteamientos


iniciales y agregó que cumplió con todas las causales
específicas de procedibilidad del resguardo y que el

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apremio se adelantó con un documento que no presta


mérito ejecutivo (folios 48 a 53).

III. CONSIDERACIONES

1.- La controversia se centra en establecer si las


convocadas lesionaron las prerrogativas del quejoso, al
ordenar proseguir el litigio y otorgarle eficacia al
instrumento «sin firma del girador ni carta de
instrucciones».

2.- Las providencias de los jueces son, por regla


general, ajenas a la acción consagrada en la Carta
Política; la excepción, lo ha precisado la jurisprudencia,
se presenta en los eventos en los que resultan
ostensiblemente arbitrarias, esto es, producto de la
mera liberalidad, a tal punto que se configure una «vía
de hecho», y bajo los presupuestos de que la persona
afectada acuda dentro de un término razonable a
formular la queja, y, por su carácter residual, no tenga
ni haya desaprovechado otros remedios ordinarios y
efectivos para conjurar la lesión.

3.- Para los efectos del estudio que se realiza, está


acreditado lo que a continuación se destaca:

3.1 Que el Juzgado Promiscuo Municipal de


Samacá libró mandamiento de pago a favor de Luis
Hernando Sánchez por seis millones ochocientos mil

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pesos ($6.800.000) como capital contenido en la letra


de cambio allegada (2 mar. 2010), folio 38, cuaderno
Corte.

3.2 Que el instrumento aparece sin espacios en


blanco y suscrito por Pedro Raúl Acero Rojas y Luis
Hernando Sánchez, y se consigna «Letra de cambio por
$6.800.000. Señor Pedro Raúl Acero Rojas, el día 15 de sep. de
2007, se servirá pagar solidariamente en Duitama a la orden de
Luis Hernando Sánchez exactos seis millones ochocientos mil

pesos. Bucaramanga, 15 sept. de 2006» (folio 64 y 65,

cuaderno Corte).

3.3 Que el demandado propuso las excepciones


de «tacha de falsedad de título valor», «pago total de la
obligación», «cobro de lo no debido» y «prescripción de la
acción» (folio 40, ibídem).

3.4 Que el fallo de primera instancia declaró no


probadas las defensas y ordenó seguir la actuación (6
may. 2014), folios 39 a 62, cuaderno Corte.

3.5 Que el Juzgado Tercero Civil del Circuito de


Tunja lo confirmó en alzada (7 oct. 2014), folio 21,
ídem.

4.- Se negará la queja propuesta por los motivos


que pasan a mencionarse:

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4.1.- En la tarea de administrar justicia los jueces


ordinarios gozan de una discreta y razonable libertad
para la exégesis del ordenamiento jurídico, motivo por
el cual la tutela no puede inmiscuirse en sus
pronunciamientos, a no ser que incurran en una
desviación evidente o grosera de la ley, premisa que ha
reiterado la jurisprudencia al indicar que

(…) el Juez natural está dotado de discreta autonomía para


interpretar las leyes, de modo que el amparo sólo se abre
paso si ‘se detecta un error grosero o un yerro superlativo o
mayúsculo que, abrupta y paladinamente cercene el
ordenamiento positivo; cuando tenga lugar un ostensible e
inadmisible resquebrajamiento de la función judicial; en
suma, cuando se presenta una vía de hecho, así
denominada por contraponerse en forma manifiesta al
sistema jurídico, es posible reclamar el amparo del derecho
fundamental constitucional vulnerado o amenazado
(sentencia de 19 de abril de 2013, exp. 2013-00096-01).

4.2.- Observa la Sala que los encartados


explicaron de manera plausible las razones con las
cuales desvirtuaron la prosperidad de las ataques
esgrimidos.

En efecto, tras referirse a los artículos 621 y 622


del Código de Comercio, el Juzgado Promiscuo
Municipal de Samacá concluyó que «no existe prueba
con la cual la parte demandada demuestre que la letra
de cambio objeto de ejecución no fue diligenciada en

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concordancia con las instrucciones o condiciones


pactadas entre las partes cuando se suscribió dicho
título valor».

Seguidamente, desestimó la afirmación del deudor


sobre la imposibilidad de que el acreedor «complete los
espacios dejados en blanco en el título valor base de
ejecución», pues, «con lo consagrado en el Código de
Comercio el tenedor legítimo del título valor está en la
facultad de llenar los espacios en blanco, acto que debe
ser previo a la presentación para su correspondiente
ejecución».

En cuanto a las instrucciones dijo

(…) siguiendo los lineamientos de la Honorable Corte


Constitucional, tenemos que no es imprescindible y que en
ausencia de esta podrá el tenedor legítimo del título valor
llenar los espacios en blanco de conformidad con lo
acordado de manera verbal. De lo anterior se desprende que
en el evento en que existan inconsistencia entre lo allí
estipulado (espacios en blanco), le corresponde a la parte
inconforme probar la mala fe, teniendo en cuenta los
principios generales del derecho civil, es decir, para el caso
concreto, lo inherente al principio de buena fe y que el
mismo no fue desvirtuado por la parte ejecutada y la simple

afirmación no constituye prueba de su dicho (folio 39 a

62, cuaderno Corte).

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A su vez, el Juzgado Tercero Civil del Circuito de


Tunja expresamente avaló tal raciocinio, y de esta
manera concluyó que

«en lo que atañe al diligenciamiento de los espacios en


blanco y respecto de la fecha de creación y vencimiento, que
es la piedra angular en el asunto, cabe indicar que si bien
es un hecho aceptado por el acreedor demandante, no fue
desvirtuado por el excepcionante que su diligenciamiento
se diera atendiendo sus directrices o que el mismo se
hubiera dado sin su consentimiento, lo que implica la
ausencia del elemento de certeza sobre la presunta

alteración» (CD 2, min. 13).

Sobre el tema se ha dicho

(…) quien suscribe un título valor con espacios en blanco se


declara de antemano satisfecho con su texto completo,
haciendo suyas las menciones que se agregan en ellos,
pues es consciente que el documento incompleto no da
derecho a exigir la obligación cambiaria, luego está
autorizando al tenedor, inequívocamente, para completar el
título, a fin de poder exigir su cumplimiento, aunque, esto es
claro, debe aquel ceñirse a las instrucciones que al respecto
se hubieran impartido. Por supuesto que esa posibilidad
de emitir títulos valores con espacios en blanco, prevista y
regulada por el ordenamiento, como ya se dijera, presupone
la completitud del título en dos momentos distintos: uno,
cuando fue emitido por su creador, y otro, cuando es
cubierto para efectos de ejercitar la acción cambiaria. Así se
colige de lo dispuesto por el artículo 622 del Código de
Comercio. Luego, si la parte ejecutada alegó como medio

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defensivo que el espacio en blanco asignado a la fecha de


vencimiento no fue llenado con sustento en un acuerdo o en
una carta de instrucciones, constituyendo ese proceder, a su
juicio, una “falsedad material”, le incumbía a ella, en
asuntos como el de esta especie, probar ese hecho de
manera integral, vale decir, que asumía el compromiso de
demostrar que realmente ‘fueron infringidas las
instrucciones que impartió, labor que, desde luego, tenía
como punto de partida demostrar cuáles fueron esas
recomendaciones (…)’. (sent. 20 de marzo de 2009, exp. T.
No. 00032)” (CSJ CSJ STC, 28 Sep. 2011, rad. 00196-01,
reiterada 19 feb. 2014, rad. STC 1874-2014).

4.3.- Respecto de la inconformidad expresada por


el censor sobre la falta de rúbrica del «girador», se
observa que el ad-quem expuso en forma detallada los
argumentos que le sirvieron de sustento, y se apoyó en
la doctrina relacionada con el tema específico, de la que
destacó que

(…) en lo que atañe a la firma del girador y aceptante es


preciso indicar el mismo no contempla un espacio de
identificación o firma del girador, pero sí aparece suscrita y
aceptada por Pedro Raúl Acero Rojas, conforme se advierte
dentro de la contestación e interrogatorio rendido, en tal
medida el despacho colige que dicha suscripción se da en

esa doble calidad, esto es, como girador y como girado (CD

2, min. 12).

En efecto, el criterio expuesto por el juzgador de


segundo grado encuentra soporte en lo dispuesto por el

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citado artículo 676 del Estatuto Comercial, según el


cual «la letra de cambio puede girarse a la orden o a
cargo del mismo girador. En este último caso el girador
quedará obligado como aceptante...», situación que, en
su sentir, ocurrió en el presente caso, pues, aparece
debidamente suscrita por el demandado sin que se
tachara de falsa tal atestación, lo cual estructura la
existencia de la obligación cambiaria, requisito esencial
para su validez (artículo 621 ibídem).

Esta Corporación sobre el tema ha expuesto,

(…) que la firma del girador constituye un requisito sine


quanon para la existencia de la letra de cambio, sin
embargo, es importante indicar que nada obsta para que
dentro de una misma obligación plasmada en un título valor
el girador sea el mismo aceptante, es decir, que el mismo

deudor sea quien cree el título y haga las veces de girador »

(CSJ, 15 jul. 2008. rad. 00841-01, reiterada 27 sep. 2010,


rad. 2010-00430-01).

4.4.- Es así que sin necesidad de que la Corte


entre a determinar si comparte o no las conclusiones
expuestas, lo cierto es que no se le puede atribuir
defecto alguno, toda vez que fueron fruto de una
hermenéutica jurídica respetable, más aún cuando,
como lo ha reiterado la Sala

(…) al fallador de tutela le está vedado inmiscuirse en el


análisis valorativo efectuado por los funcionarios naturales,

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toda vez que no le compete hacer un nuevo estudio de las


pruebas, ni el amparo está concebido para ello, pues, no
debe interponerse la autoridad constitucional en la
actividad propia de cada jurisdicción, cuya independencia y
autonomía tiene origen en principios de carácter legal y
superior” (CSJ, 22 de agosto de 2012, exp. 01597-01,
reiterada el 30 de abril de 2013 exp. 00439-01).

En síntesis, las providencias acusadas, no


corresponden a una «vía de hecho», pues, se cimentaron
en una plausible interpretación de las normas y
fundamentos fácticos que regulan el caso sometido a su
escrutinio, lo cual significa que no fueron producto de
la mera liberalidad o de su capricho.

5.- En consecuencia, se respaldará la resolución


objeto de la censura.

VI.- DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia en Sala de Casación Civil, administrando
justicia en nombre de la República y por autoridad de
la ley, CONFIRMA la sentencia impugnada.

Comuníquese telegráficamente lo aquí resuelto a


las partes y oportunamente envíese el expediente a la
Corte Constitucional para su eventual revisión.

Notifíquese

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LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA


(Presidente de Sala)

MARGARITA CABELLO BLANCO

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

FERNANDO GIRALDO GUTIÉRREZ

JESÚS VALL DE RUTÉN RUIZ

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