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Neoplasias malignas no sólidas que resultan de alteraciones que se presentan de manera temprana

en las células hematopoyéticas que dan origen a los glóbulos blancos, los que en lugar de proliferar
y diferenciarse fallan en la diferenciación y se reproducen de manera incontrolada. La falta de
diferenciación da lugar a leucocitos afuncionales, lo que expone a quien padece leucemia a las
infecciones y por otro lado la proliferación celular infiltra al resto de la médula ósea y la sustituye,
lo cual genera una marcada disminución de la producción de eritrocitos y trombocitos. Otros
órganos y estructuras también pueden verse afectados, como el tejido linfoide de bazo, hígado y
ganglios. La invasión a distancia incluye aparato digestivo, meninges, riñones, piel y encías.
OBJETIVO:
el objetivo de este trabajo es realizar una revisión actualizada de la literatura sobre los aspectos
importantes de la leucemia para el cirujano dentista, en especial el significado de las fases del
tratamiento quimioterápico, las combinaciones de drogas utilizadas, las principales manifestaciones
odontológicas precoces y tardías, así como las conductas apropiadas para cada una de estas
complicaciones.

DESARROLLO
Leucemia El término es utilizado para describir neoplasias linfoides que presentan compromiso
diseminado de la médula ósea, generalmente acompañado de gran número de células tumorales en
la sangre periférica.¹
Se denomina leucemia linfoide cuando están presentes linfocitos precursores B o T, los
linfoblastos; o en caso que se origina a partir de una célula progenitora que normalmente produce
células de diferenciación terminal de la serie mieloide (eritrocitos, granulocitos, monocitos y
plaquetas), se denomina leucemia mieloide. Dependiendo del aspecto clínico, pueden ser
subclasificadas en aguda o crónica.¹ La leucemia linfoide aguda (LLA) representa el 25 % de todas
las neoplasias en el

Leucemia mieloide aguda ENTRE LOS 70


La leucemia mieloide aguda (LMA) es una enfermedad relativamente inusual y representa
aproximadamente el 25% de todos los tipos de leucemia entre los adultos en el mundo occidental
(Deschler y Lubbert, 2006). Aunque la incidencia de leucemia aguda constituye menos del 3% de
todas las neoplasias malignas, sigue siendo la principal causa de muerte en la infancia (Rubnitz et
al., 2010) y representa el 1,2% de las muertes por cáncer en los Estados Unidos (Jemal et al., 2002).
Leucemia mieloide crónica ENTER LOS 5O
Las leucemias crónicas se caracterizan por la presencia de un gran número de células bien
diferenciadas en la médula ósea, sangre periférica y tejidos con un curso clínico prolongado, incluso
sin tratamiento. En cambio, en las leucemias agudas predominan las células inmaduras y el curso
clínico no tratado provoca la muerte en meses. La leucemia mieloide crónica (LMC) es uno de los
trastornos mieloproliferativos que se observan con mayor frecuencia en adultos de entre 30 y 50
años (Cotran et al., 1999). La CML representa aproximadamente el 20% de todos los casos de
leucemia. Los pacientes afectados desarrollan hepatoesplenomegalia, con agrandamiento masivo
del bazo debido a la infiltración de células leucémicas. La sangre periférica muestra leucocitosis
con exceso de neutrófilos, mielocitos y metamielocitos (Cotran et al., 1999).
Leucemia linfoblástica aguda 0-20 AÑOS
La leucemia linfoide aguda (LLA) representa el 25 % de todas las neoplasias en el

grupo etáreo de 0 a 14 años (pico entre 3-4 años) y en 75 % de los casos de las leucemias infantiles,
con un ligero predominio en el sexo masculino.1,2 Los primeros síntomas de la LLA pueden ser
similares a los de la gripe o cualquier otra enfermedad común, incluyendo fiebre que no desaparece,
cansancio constante, debilidad, palidez, petequias, equímosis, dolores en los huesos y/o
articulaciones, adenopatías.1,2,3 La leucemia linfoide aguda presenta 20 % o más de blastos con
características linfoides en la médula ósea. Existe una clasificación morfológica propuesta por el
grupo FAB (franco-americano-británico), que depende de la combinación de las características
citológicas, inmunológicas y cariotípicas. Esa clasificación no refleja la gran diversidad biológica
de la patología. Los linfoblastos leucémicos no presentan características citoquímicas o
morfológicas específicas. De tal forma, el diagnóstico de LLA debe ser siempre que sea posible
confirmado por linmunofenotipaje.1,4 El objetivo inicial del tratamiento de la LLA es la inducción
de la remisión completa con restauración de la hematopoyesis normal, y la quimioterapia (QT) es
frecuentemente la primera opción; pero algunos protocolos indican la radioterapia (RXT) para
complementar, y algunos casos resistentes son tratados con trasplante de médula ósea.2,4,5 A pesar
de ocurrir diferencias de abordaje en relación con la estratificación de los pacientes, los regímenes
terapéuticos contemporáneos de la LLA dividen la terapia en 4 elementos principales: inducción de
la remisión, terapia preventiva del SNC, consolidación/intensificación y manutención. El esquema
inductorio, típicamente incluye la administración de un glicocorticoide (dexametasona o
prednisona), el uso de vincristina, un antracíclico y de la L-asparaginasa. Regímenes inductorios
intensivos con 4 o más drogas resultan controvertidos, en lo que se refiere a un aumento de la
duración y de la remisión. La cura ocurre en la medida en que el tratamiento inicial es
suficientemente eficaz en la erradicación de las células malignas, antes que estas adquieran
mecanismo de resistencia a las drogas. Así, el concepto de que el tratamiento quimioterápico tiende
a ser curativo, refuerza los estudios que proponen la terapia precoz intensa con un mayor número de
agentes.5 La terapia preventiva del SNC es una terapia con altas dosis de metotrexate y,
seguidamente se inicia la fase de consolidación después de la obtención de la remisión clínica
completa (RCC) y permite aumentar la precoz destrucción de las células neoplásicas. Incluye el uso
de drogas utilizadas anteriormente en dosis aumentadas (por ejemplo, metotrexate, aracytin) o
introducción de nuevos agentes, con mínima resistencia cruzada entre sí, generalmente
administradas en repetidos ciclos durante varios meses.4,5 En lo que se refiere a la fase de
manutención, algunos investigadores postulan la exposición prolongada de drogas necesarias para
eliminar los blastos residuales de división lenta. Otros acreditan que en esta fase, el propio sistema
inmune del paciente interfiera en la destrucción de los blastos. De esta forma, ocurre supresión de la
multiplicación celular, permitiendo así la acción del mecanismo de muerte celular programada, la
apoptosis. En realidad, la dosis de quimioterapia administrada y su frecuencia de administración son
factores importantes en el éxito de la terapia de manutención. La terapia de manutención básica se
basa en la administración semanal de metotrexate y diaria de 6-mercaptopurina
La leucemia linfoblástica aguda (LLA) es un cáncer en la sangre y la médula ósea. Cuando una
persona tiene leucemia, las células cancerosas desplazan las células sanguíneas sanas, lo cual puede
causar fiebre, fatiga, formación rápida de moretones, problemas de sangrado, infecciones y otros
problemas. Leucemia aguda significa que los síntomas habitualmente empeoran en un breve
período de tiempo. Los niños pueden enfermarse muy rápidamente y necesitan recibir atención
médica de inmediato.
La LLA afecta a los glóbulos blancos llamados linfocitos. Estas células combaten infecciones y
ayudan a proteger al cuerpo contra las enfermedades. Los pacientes con LLA tienen demasiados
glóbulos blancos inmaduros (blastos) en su médula ósea. Estas células no funcionan con
normalidad. Ellas desplazan a los glóbulos blancos, los glóbulos rojos y las plaquetas normales.
Como resultado, el cuerpo tiene mayor dificultad para combatir infecciones, la piel se vuelve pálida
y el paciente desarrolla problemas de sangrado.
Existen dos tipos de linfocitos: linfocitos B y linfocitos T. La LLA puede derivar de cualquier tipo
de linfocito, de modo que los casos de LLA son conocidos como LLA de células B o de células T.
La LLA de células B es la más común.

La LLA afecta a los glóbulos blancos llamados linfocitos. Los pacientes con LLA tienen
demasiados glóbulos blancos inmaduros (blastos) en su médula ósea. Estas células no funcionan
con normalidad. Ellas desplazan a los glóbulos blancos, los glóbulos rojos y las plaquetas
normales.
Leucemia linfoblástica crónica
La leucemia linfocítica crónica (LLC) es más frecuente en los países occidentales y comprende del
25 % al 35 % de todos los tipos de leucemia (Richards et al., 2000; Altekruse et al., 2010), con solo
el 5 % de afectación oral (Kemp et al., 2008). La incidencia anual oscila entre 5 y 15 casos por
100.000 habitantes. Considerando a las personas mayores de 80 años, la incidencia supera los 30
casos por 100.000 habitantes al año. La edad media en el momento del diagnóstico es 72 años. Se
informa que alrededor del 10 % de los pacientes con LLC tienen menos de 55 años (Eichhorst et al.,
2015). La LLC puede diagnosticarse erróneamente debido a características clínicas que imitan otras
enfermedades (p. ej., fibroma, enfermedad periodontal, etc.) (Richards et al., 2000). La leucemia
linfocítica granular granular de células T (T-LGL), un subtipo específico de CLL, suele ser un
trastorno indolente con una mediana de supervivencia superior a 10 años (Arvanitidou et al., 2011).
El diagnóstico se realiza mediante estudios histológicos e inmunofenotípicos. La biopsia de médula
ósea permite estadificar la enfermedad.

GLOSARIO
NEOPLASIA SOLIDA : Los Tumores Sólidos corresponden a la presencia de una masa sólida
formada por células neoplásicas, ubicada en cualquier sitio anatómico y de diferentes tipos
histológicos.
La xerostomía o síndrome de boca seca es una afección que disminuye la producción de saliva y
que puede provocar molestias o dificultades al tragar, masticar o hablar normalmente. Además,
una disminución en la cantidad de saliva puede ocasionar (o acelerar) el deterioro de los dientes y
acentuar la halitosis.

Ya hemos hablado en otras ocasiones de la importante función de la saliva como protección para
nuestros dientes y mucosas de la boca. Pero, además, ayuda a digerir los alimentos, evita la
proliferación de bacterias en nuestra boca (y, por tanto, en nuestro cuerpo), posibilita la masticación
y la deglución y facilita una fonética adecuada cuando hablamos.

¿Qué pasa si un niño toma metotrexato?


El metotrexato puede disminuir temporalmente el número de glóbulos blancos en la sangre, lo que
aumenta la posibilidad de que su niño contraiga una infección.

La inmunoglobulina A (IgA) es la primera línea de defensa frente a la infección, mediante la


inhibición de la adhesión bacteriana y viral a las células epiteliales y la neutralización de las
toxinas bacterianas y víricas, tanto intra- como extracelulares. La IgA también elimina patógenos o
antígenos a través de la vía excretora mediada por IgA, donde los complejos inmunitarios
formados con IgA son transportados a través de un proceso mediado por receptores poli-
inmunoglobulina.
¿Qué es el IgA en la sangre?
La prueba de la inmunoglobulina A (IgA) mide la concentración de IgA, uno de los principales
anticuerpos del organismo, en sangre. Los anticuerpos (también llamados inmunoglobulinas) son
unas proteínas fabricadas por el sistema inmunitario para reconocer gérmenes y librarse de ellos.

La saliva aporta a nuestros organismo multitud de beneficios, entre los que cabe destacar:
Actúa como barrera de defensa frente a posibles infecciones
Gracias a su riqueza en compuestos con funciones antibacterianas y antifúngicas (evita el
crecimiento de hongos), la saliva nos previene de adquirir infecciones, puesto que elimina muchos
de los microbios que entran en nuestra boca con los alimentos o simplemente cuando nos llevamos
los dedos a la boca.
Regula el pH de la boca
Gracias a la presencia de bicarbonato sódico que regula y evita el aumento de acidez en nuestro
organismo, la saliva tiene un pH alcalino que nos protege frente a oxidaciones y corrosiones de los
dientes.
Contiene las encimas necesarias para digerir los alimentos
Las enzimas viajan con los alimentos a través del tubo digestivo y facilitan el paso de algunas
sustancias al torrente sanguíneo antes de que actúen los ácidos gástricos, que seguramente las
degradarán. Tal es el caso de una parte del azúcar.
Sirve de control del equilibrio hídrico del cuerpo
La saliva es 99% agua y por lo tanto este elemento es muy necesario para conformarla, por lo que
cuando desciende la proporción de agua en ella, que es lo mismo que decir que aumenta la
concentración del resto de elementos, determinados sensores de la boca los detectan, inhiben la
salivación y envían una señal de sed al cerebro para que nos rehidratemos.
Es imprescindible para el sentido del gusto
Entre las muchas sustancias que conforman la saliva existen algunos receptores químicos y
eléctricos -iónicos- que se encargan de activar las papilas gustativas de la lengua de modo que
demos respuesta cerebral a las sensaciones que nos producen los alimentos. Esta respuesta es lo que
llamamos sabor y se podría decir que la lengua es un conductor electroquímico del sabor.
Si probamos a secarnos la lengua y luego ingerimos un alimento sabroso, veremos que notamos
mucho menos su sabor.

Y algunas curiosidades que seguro no sabías:


Se usa para restaurar cuadros y muebles antiguos
Aunque parezca un chiste, este es un viejo truco que utilizan los restauradores de obras
antiguas usar su propia saliva para limpiar cuadros, dada su riqueza enzimática, que ayuda a
degradar impurezas.
Contiene un opiáceo seis veces más potente que la morfina
En 2006 investigadores del Instituto Pasteur de París descubrieron que la saliva contenía opiorfina,
un analgésico opiáceo seis veces más potente que la morfina. Se le relaciona con la inhibición del
dolor al masticar alimentos que puedan ser duros, pero también con la sensación de placer que se
produce al comer.

Sialagogos
Para estimular la producción natural de saliva.
Para aquellos casos en que las glándulas salivales funcionan total o parcialmente, Xeros dentaid®
pone a tu disposición spray, comprimidos y chicles dentales que gracias a su formato compacto,
permiten un cómodo uso fuera de casa.

1. Género Porphyromonas.

Las especies del Género Porphyromonas se caracterizan por ser bacilos


pleomórficos o cocobacilos, inmóviles, no esporulados. P. gingivalis, ha sido
considerada una bacteria periodontopatógena por excelencia, se aísla del surco
gingival especialmente cuando no existe una buena salud periodontal, y se ha
asociado especialmente con la progresión de la periodontitis
crónica. P. gingivalis es el microorganismo más patógeno dentro del grupo de
Bacilos Anaerobios Gram Negativos. Ellos señalan que el poder patógeno de esta
bacteria en la colonización, destrucción del tejido periodontal y evasión de las
defensas del huésped, tiene relación con un gran número de factores de
virulencia. Esta bacteria, es capaz de producir una variedad de enzimas que
causan alteraciones directamente en los tejidos del periodonto. Entre éstas, se
encuentran: la colagenasa, que actúa sobre el colágeno del ligamento periodontal
y hueso alveolar.

2. Género Prevotella.

Las especies que conforman el Género Prevotella, son bacilos cortos,


pleomórficos, inmóviles, no esporulados. Las especies más implicadas en la
periodontitis son P. intermedia, P. loescheii y P. melaninogenica, en las que se
han descrito fimbrias, como adhesinas, que intervienen en la adhesión
y coagregación bacteriana. También se ha comprobado su capacidad para
degradar inmunoglobulinas, su acción tóxica sobre fibroblastos, su actividad
fibrinolítica, y el estímulo de su crecimiento por hormonas como estradiol y
progesterona. Igualmente, se ha demostrado in vitro
que P. loescheii y P. melaninogenica tienen efecto inmunosupresor por inhibir la
proliferación de linfocitos B e inmunoglobulinas.

3. Género Bacteroides.

Pertenecen a este Género una gran variedad de especies ubicadas en el


Grupo Bacteroides fragilis aisladas con frecuencia en infecciones de importancia
clínica en el ser humano. Estas especies forman parte de la microflora autóctona
del tracto gastrointestinal, pero raramente se encuentran en boca. En cavidad
bucal solo tienen interés las especies, B. capillosus, B. heparinolyticus,
y B. forsythus, que frecuentemente habitan en el surco gingival.

4. Género Fusobacterium.

Las bacterias que conforman el Género Fusobacterium, se caracterizan por ser


bacilos largos fusiformes, inmóviles, no esporulados y generalmente no
fermentativos. La producción de ácido butírico como principal producto metabólico
permite diferenciar Fusobacterium de Prevotella, Porphyromonas y Bacteroides

Si el diagnóstico no es seguro, la detección de células gigantes multinucleadas en una


prueba de Tzanck puede confirmar la infección, pero esta prueba es positiva tanto en la
infección por herpes zóster como por herpes simple. El virus herpes simple (HSV) puede
causar lesiones casi idénticas pero, a diferencia del herpes zóster, el HSV tienden a
recidivar y no se mantiene dentro de un dermatoma. Los virus pueden diferenciarse
mediante el cultivo o PCR (polymerase chain reaction). La detección de antígenos a
partir de una muestra de biopsia también se puede utilizar para detectar herpes zóster.

La linfadenopatía es el término para la inflamación de los ganglios


linfáticos o glándulas.

Para algunas personas con leucemia linfocítica aguda (ALL), el tratamiento


puede eliminar todas las células de la leucemia. Completar el tratamiento
puede causarle tanto tensión como entusiasmo. Tal vez sienta alivio de haber
completado el tratamiento, aunque aún resulte difícil no sentir preocupación
sobre la reaparición de la leucemia. (Cuando la leucemia reaparece después
del tratamiento, se le llama recaída o recurrencia). Esta es una preocupación
muy común en las personas que han tenido leucemia.

Para otras personas, puede que la leucemia nunca desaparezca por completo.
Algunas personas puede que reciban tratamientos regularmente
con quimioterapia, radioterapia, u otras terapias para ayudar a mantener la
leucemia en control por el mayor tiempo posible. Aprender a vivir con un
cáncer que no desaparece puede ser difícil y muy estresante, ya que causa
incertidumbre.

Cuidados posteriores
Por lo general, el tratamiento para la leucemia linfocítica aguda dura al menos
2 años. Independientemente de si ha completado el tratamiento o continua
con el tratamiento, sus médicos querrán estar muy atentos a usted.

Exámenes y pruebas
Aun cuando finalice el tratamiento, usted necesitará exámenes y pruebas de
seguimiento frecuentes que al principio probablemente serán más o menos
una vez al mes, y luego con menos frecuencia, durante al menos varios
años. Es muy importante que acuda a todas sus citas de seguimiento. Durante
estas visitas, los médicos le preguntarán sobre cualquier problema que tenga,
le examinarán y pueden ordenar análisis de sangre, exámenes de la médula
ósea u otros estudios para determinar si hay signos de leucemia o para tratar
efectos secundarios.

Casi todos los tratamientos contra el cáncer causan efectos secundarios.


Algunos de ellos pueden durar poco tiempo, pero otros pueden durar el resto
de su vida. Notifique al equipo de atención médica sobre cualquier cambio o
problema que usted note, y sobre cualquier inquietud o pregunta que tenga.

Si la leucemia linfocítica aguda regresa, generalmente ocurre mientras la


persona aún está siendo tratada o poco después de haber terminado el
tratamiento. Si esto ocurre, las opciones de tratamiento serían como se
describe en Tratamiento típico de la leucemia linfocítica aguda (ALL). Es poco
usual que una ALL recurra si dentro de 5 años después del tratamiento aún no
hay signos de la enfermedad.

Si su leucemia regresa, consulte Recurrencia del cáncer para información


sobre cómo manejar y lidiar con esta fase de su tratamiento.
La hipocalcificación se produce cuando el esmalte dental contiene una cantidad de calcio
insuficiente. Esta insuficiencia hace que la capa de esmalte sea fina y débil. La
hipocalcificación también da a los dientes una apariencia opaca o blanquecina y puede
provocar una decoloración (blanca, amarilla o marrón).

¿Qué provoca la hipoplasia del esmalte?


La hipoplasia se origina antes de la erupción de las piezas dentales y ocurre por
una deficiencia en la formación del esmalte. La deficiencia puede ser leve,
moderada o severa. Opacidades del esmalte, cambios de color a blanco o crema.
Capa amarilla u opacidad marrón del esmalte.

(Francisconi, 2016)

Bibliografía
Francisconi, C. F. (2016). Leukemic Oral Manifestations and their Management. Asian Pacific
Journal of Cancer Prevention, Vol 17.

Bibliografía
Francisconi, C. F. (2016). Leukemic Oral Manifestations and their Management. Asian Pacific
Journal of Cancer Prevention, Vol 17.

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