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Comentario sobre la Amistad en la Ética

de Aristóteles
Reflexiones a partir de "webmasterucss+izaguirre" y "Aristóteles__Etica-
a-Nicomaco"
El presente comentario busca explorar la concepció n de la amistad dentro de la obra "É tica
a Nicó maco" de Aristó teles, tal como se discute en los documentos proporcionados por Poul
Michell Izaguirre Villanueva y en la traducció n de la obra aristotélica. Se pretende analizar
la pertinencia de las ideas del filó sofo griego en el contexto de las relaciones humanas
contemporá neas, destacando có mo estos conceptos milenarios continú an siendo aplicables
en la actualidad.

La amistad, entendida y valorada como una de las interacciones interpersonales má s


profundas y apreciadas dentro del complejo entramado de las relaciones humanas, ha sido
un tema ineludible y preponderante en las discusiones y reflexiones concernientes al ser y
esencia intrínseca de la naturaleza humana, desde tiempos ancestrales e inmemoriales. Esta
vinculació n, que ostenta un papel crucial y determinante en la composició n y
entrelazamiento social, así como en la salud emocional de cada individuo, ha capturado el
asombro, admiració n y minucioso estudio por parte de numerosos filó sofos y pensadores a
través de los siglos. Entre estos destacados intelectuales, las figuras del pensamiento
helénico, especialmente Aristó teles, destinaron extensos aná lisis, elaborados tratados y
reflexiones detalladas con el objetivo de descifrar y entender sus mú ltiples facetas,
dimensiones y connotaciones, aspirando a tener un entendimiento no solo de la génesis de
esta relació n, sino también de las incontables formas en las que se manifiesta y su có mo
afecta y moldea la cotidianidad y el bienestar de la existencia humana.En la milenaria
civilizació n de Grecia, la noció n de amistad no era concebida ú nicamente desde el prisma de
la simple vinculació n entre dos individuos, sino que era entendida como un reflejo cristalino
que manifestaba las multifacéticas complicaciones y principios morales inherentes a la
estructura social de la polis, denominació n que se otorgaba a la entidad geopolítica
conocida como ciudad-estado. Este enfoque sustenta sus raíces en una premisa filosó fica
cardinal que se encuentra arraigada en la esencia del pensamiento y tradició n griega, la cual
visualiza y reconoce al individuo humano bajo la denominació n de un "zoon politikon". Este
término, cuando es traducido literalmente, nos brinda la noció n de "animal político", lo cual
refleja la profunda convicció n de que el hombre, en su naturaleza y esencia intrínseca, está
predispuesto hacia una inclinació n innata que tiende hacia la coexistencia comunitaria y la
construcció n de relaciones sociales. Bajo esta perspectiva, la amistad trasciende la esfera de
un vínculo afectivo privado para convertirse en una estructura que se integra y desarrolla
dentro del marco de responsabilidades, preceptos morales y flujos diná micos
socioculturales, infundiéndole un peso y significado que abarca tanto la esfera de lo
personal y la esfera de lo colectivo. ¿Es factible construir un puente que nos lleve desde una
amistad fundamentada en el placer hacia una amistad que se base en la virtud? Esta
interrogante surge al considerar la distinció n que hace Aristó teles de tres categorías
distintas de amistad: la amistad por utilidad, la amistad por placer y la amistad por virtud.
La primera de estas categorías se fundamenta sobre la premisa del intercambio de
beneficios que los individuos obtienen el uno del otro, la segunda se cimienta en el disfrute
y la alegría compartida que se experimenta al estar en la compañ ía del otro, y la tercera se
basa en el aprecio y reconocimiento de la bondad y virtuosidad inherente en el otro, lo que
conlleva a una valoració n má s allá de las gratificaciones personales o materiales. Dentro de
las tres categorías de amistad que fueron presentadas, ú nicamente la ú ltima se manifiesta
como verdadera y perfecta, ya que se funda en el bien y no en la persecució n del interés
personal que podría caracterizar a las otras opciones. Esta distinció n crucial la eleva,
revelando una naturaleza altruista que la distingue y la coloca en un pedestal de integridad
y autenticidad. Para responder adecuadamente a la interrogante planteada, nos
adentraremos en la "É tica a Nicó maco", obra en la que Aristó teles elabora minuciosamente
su visió n sobre la philia, un término que hemos traducido como amistad, pero que en su
esencia también abarca sentimientos de afecto, cariñ o y una lealtad inquebrantable. Esta
exploració n nos permitirá entender las mú ltiples facetas que Aristó teles atribuye a la philia,
y có mo estas se entrelazan en la formació n de vínculos auténticos y duraderos entre los
individuos.Aristó teles, a través de su obra "É tica a Nicó maco", nos introduce a una teoría
detallada sobre la naturaleza intrínseca y los diversos tipos de amistad, las distintas formas
que estas pueden tomar y la esencia que las sustenta. Su aná lisis busca explorar los matices
y las diná micas de las relaciones interpersonales y el valor inherente que la amistad posee
en la vida de los individuos. De acuerdo con la interpretació n del ilustre filó sofo griego, se
distingue una trifurcació n en las clases de amistad, cada una de ellas diferenciada por la
motivació n subyacente que la origina y la finalidad que persiguen: se trata de la amistad por
interés, la amistad por placer y la amistad por virtud. La primer categoría de amistad se da
cuando dos individuos establecen una relació n que se halla fundamentada en el beneficio
recíproco que se extrae de la misma, ya sea de naturaleza material o moral En este tipo de
interacció n, la premisa central radica en la reciprocidad de ganancias o ventajas que cada
individuo puede adquirir a través del lazo conformado. La segunda clase de amistad florece
cuando dos personas hallan disfrute y aprecio en la compañ ía o en las cualidades
intrínsecas de la otra persona, como pueden ser la belleza o el ingenio. En este tipo de
amistad, el gozo y la apreciació n de las cualidades del otro se convierten en elementos
centrales que fomentan y sustentan la relació n entre las partes. La tercer categoría de
amistad se origina cuando dos individuos se valoran recíprocamente debido a la bondad
inherente que identifican en el otro, y se desean lo mejor el uno al de manera desinteresada,
sin esperar nada a cambio. En esta forma de amistad, el altruismo y el aprecio genuino por
la virtud y la bondad del otro son los pilares que sostienen y enriquecen la relació n,
permitiendo un intercambio genuino y altruista que trasciende las expectativas de
reciprocidad material o superficial, y se arraiga en un deseo sincero de bienestar y
crecimiento mutuo.De acuerdo con el planteamiento aristotélico respecto a la amistad, esta
trasciende un mero sentimiento de afecto, sino que ademá s encapsula una relació n
caracterizada por la igualdad y la justicia. Aristó teles articula que una amistad genuina va
má s allá de los sentimientos afectivos, integrando también una diná mica equitativa y justa
entre las partes involucradas, donde se promueve un trato justo y una reciprocidad que
honra la dignidad y el valor de cada individuo. Esta profundizació n en la naturaleza de la
amistad ofrece una visió n enriquecedora que va má s allá de la superficie emocional,
abarcando también los principios éticos y morales que sustentan las relaciones auténticas y
duraderas. Aristó teles argumenta que la amistad verdadera solo puede florecer entre
personas virtuosas, que se estiman y se tratan mutuamente con el mismo grado de respeto y
consideració n que se tratarían a sí mismas. En este marco, la virtud se convierte en un pilar
central que facilita una interacció n genuina y respetuosa, reflejando un trato mutuo que
emula el autocuidado y valoració n que cada individuo tiene hacia sí mismo, y por ende,
extiende hacia el otro. Esta perspectiva destaca la importancia de la virtud y el respeto
mutuo en la consolidació n de una amistad verdadera y duradera. Esta particular forma de
amistad es considerada la má s perfecta y duradera, ya que se fundamenta en el
reconocimiento mutuo de la excelencia moral y en el anhelo genuino de contribuir
positivamente al bienestar del otro. En este tipo de relació n, la apreciació n mutua de las
virtudes morales y el deseo sincero de fomentar el bienestar del amigo se constituyen como
la base que sustenta y fortalece la amistad. Este enfoque destaca la importancia de la virtud
y la benevolencia en la construcció n de relaciones amistosas profundas y perdurables. Por
lo tanto, la reciprocidad emerge como un elemento fundamental de la amistad, que exige un
equilibrio entre lo que se da y lo que se recibe. En el contexto de una amistad verdadera, la
diná mica de dar y recibir debe hallarse en una balanceada armonía, reflejando una justa
correspondencia que honra y valida la contribució n de cada individuo en la relació n,
fortaleciendo así el vínculo y permitiendo una interacció n saludable y enriquecedora que se
nutre de la justa reciprocidad y el reconocimiento mutuo.Para Aristó teles, la philia, también
conocida como amistad, se establece como un componente indispensable en la bú squeda de
la felicidad humana. El filó sofo griego percibe la amistad como un aspecto central que no
solo contribuye de manera significativa a la experiencia humana, sino que también juega un
papel fundamental en la calidad y plenitud de la vida humana. La interacció n y el apoyo
mutuo entre amigos proporciona un sentido de pertenencia y bienestar, lo cual, segú n
Aristó teles, es esencial para la realizació n personal y la felicidad. Segú n se comprende, la
philia representa una forma de amor racional y voluntario que se fundamenta en la virtud y
en la bú squeda por alcanzar el bien comú n. Esta forma de amor trasciende los impulsos
momentá neos y se enfoca en el cultivo de virtudes y en la promoció n del bienestar
colectivo. Aristó teles sostiene que la eudaimonia representa un estado de plenitud y
realizació n personal, que solo es accesible mediante el ejercicio activo de la virtud y la
participació n en la esfera política y social. En este enfoque, tanto la virtud como la
interacció n social son vistas como medios esenciales para alcanzar un estado de vida plena
y satisfacció n personal, promoviendo así una existencia que se alinea con los má s altos
ideales de bienestar y realizació n personal. Por consiguiente, la philia se establece como una
condició n tanto necesaria como suficiente para alcanzar la eudaimonia, ya que implica una
relació n de armonía y cooperació n entre individuos virtuosos que se apoyan mutuamente
en la bú squeda para alcanzar el bien. En este contexto, la philia no solo propicia un entorno
en el que las personas pueden fortalecer las relaciones interpersonales, sino que también
facilita que las personas pueden ejercer virtudes y colaborar hacia objetivos comunes,
contribuyendo de manera significativa al estado de plenitud y realizació n personal que es
encapsulado por la eudaimonia. De esta forma, la philia se manifiesta no ú nicamente como
un vehículo para alcanzar la eudaimonia, sino también como una parte integral y
constituyente de la misma. La amistad se convierte en un componente crucial que no solo
facilita la obtenció n de la plenitud y realizació n personal, sino que también se entrelaza con
la estructura misma de la eudaimonia, contribuyendo a su materializació n.Aristó teles, al
explorar los diversos tipos de amistad, nos revela que las amistades basadas en el interés
eran bastante comunes en el contexto histó rico y social en el que vivía. A través de su
exploració n se puede apreciar una reflexió n sobre la prevalencia de relaciones fundadas en
el beneficio mutuo en la sociedad en la que se encontraba. En el periodo histó rico de la
antigua Grecia, las relaciones que se establecían entre los ciudadanos, se fundamentaban en
gran medida en la utilidad prá ctica y tangible que podían extraer de ellas, ya fuera para
avanzar en sus aspiraciones políticas, alcanzar objetivos econó micos, o fortalecer su
posició n en el á mbito militar. Dichas relaciones de amistad, sin embargo, resultaban ser
característicamente inestables y se rompían con relativa facilidad en el momento en que el
beneficio mutuo, que era su cimiento principal, dejaba de estar presente. Sin embargo,
Aristó teles reconoce y destaca que algunas de estas relaciones inicialmente basadas en la
utilidad podían evolucionar hacia amistades fundamentadas en el placer o en la virtud, en
caso de que los amigos hallaran y exploraran otras razones profundas para estimarse y
quererse recíprocamente.Aristó teles, en su exploració n sobre las relaciones humanas,
identifica con claridad las amistades por placer, que se establecen y se nutren sobre la base
del gozo que un individuo puede experimentar en la presencia o al apreciar las cualidades
particulares de otra persona, mostrando có mo el disfrute mutuo es un pilar en este tipo de
conexió n interpersonal. Este tipo de amistades, segú n se detalla, son característicamente
comunes en individuos que está n en una constante bú squeda para satisfacer sus propios
deseos o pasiones, y lo hacen mostrando una notable indiferencia o falta de consideració n
hacia el bienestar o el beneficio del otro. Durante la distante época en la que Aristó teles
vivió , era notable que estas amistades por placer se daban predominantemente entre los
individuos jó venes, quienes tendían a relacionarse en el agradable entorno de eventos
festivos o encuentros sociales, donde hallaban el escenario propicio para establecer y
cultivar estas relaciones, permitiendo la fluidez de interacciones casuales y el deleite en la
compañ ía del otro. Estas relaciones interpersonales, aunque en su esencia inicial pueden
parecer superficiales, ostentan en su seno el potencial de convertirse en otras
manifestaciones de amistad si, con el tiempo, los amigos desarrollaban un vínculo má s
profundo y perdurable, brindando así un nuevo horizonte a la esencia de su conexió n. En el
mundo contemporá neo, no es raro encontrar manifestaciones de tales uniones fraternales
en el vasto entramado de las redes sociales, ese laberinto donde las almas se encuentran a
través de un tejido de intereses semejantes y afinidades compartidas. No obstante, en este
encuentro digital, a menudo las conexiones carecen de una verdadera intimidad o la solidez
de un compromiso auténtico.La noció n de amistad basada en la virtud, la má s noble segú n el
estagirita Aristó teles, conlleva inherentemente un compromiso profundo con el bienestar
del otro. Son amistades de cará cter perdurable, arraigadas en el respeto mutuo y la
admiració n. Estas amistades no solo eran ideales, sino que se manifestaban en la realidad,
como se puede apreciar en las narrativas y los tratados griegos que narran la profunda
amistad entre figuras heroicas y filosó ficas.

[COMENTARIO: De acuerdo con el documento de Izaguirre, las relaciones só lidas


contribuyen a una mayor felicidad y salud, una perspectiva que Aristó teles también
reconoció como fundamental.]

[COMENTARIO: Este concepto de amistad se alinea con la discusió n de Aristó teles en "É tica
a Nicó maco", donde la amistad es vista como una virtud o acompañ ada de virtud, esencial
para una vida plena.]

Por ejemplo, la amistad entre Aquiles y Patroclo en la Ilíada de Homero, que se basaba en el
valor compartido y la lealtad, o la amistad entre las figuras trascendentales de Só crates y
Plató n, que se fundaba en el devoció n a la bú squeda de la sabiduría y el diá logo. Estas
amistades virtuosas eran consideradas como un bien supremo para la condició n humana, ya
que contribuían al desarrollo moral y a la felicidad de los amigos.

Para comprender las transiciones entre estos tipos de amistades, es necesario examinar
detenidamente varios factores. Culturalmente, la la polis griega era el reflejo de las
relaciones humanas, y el ciudadano, como ente político y social, influía y era influenciado
por sus relaciones. Ademá s, la educació n en la antigua Grecia, o paideia, moldeaba la
percepció n de la amistad al promover valores y virtudes.

Por ejemplo, la paideia incluía el entrenamiento físico, intelectual y moral de los jó venes
griegos, que se realizaba en espacios como el gimnasio o la academia. Allí, los jó venes
aprendían a cultivar la amistad con sus compañ eros y con sus maestros, siguiendo el
modelo de la amistad filosó fica. Así, la paideia contribuía a formar ciudadanos capaces de
participar activamente en la vida política y social de la la polis griega, y de establecer
vínculos de amistad basados en la virtud.

Desde una perspectiva personal, el desarrollo moral y ético del individuo, influenciado por
la educació n y la reflexió n, jugaba un papel crucial en la evolució n de sus amistades. Las
circunstancias personales, como cambios vitales, también podían catalizar transiciones en
las relaciones. Por ejemplo, el paso de la juventud a la madurez podía conlleva
inherentementer un cambio de prioridades y valores, que a su vez podía afectar a la
elecció n de los amigos.
Asimismo, el matrimonio, el nacimiento de los hijos, la muerte de un ser querido o el exilio
podían modificar la forma de relacionarse con los demá s. Estas situaciones podían provocar
que algunas amistades se fortalecieran, otras se debilitaran y otras se rompieran. También
podían dar lugar a nuevas amistades, basadas en la afinidad, el apoyo o la solidaridad.

El placer es uno de los motivos que pueden dar origen a una amistad entre dos personas.
Cuando se comparten intereses y actividades que generan satisfacció n, se crea una conexió n
afectiva que facilita la comunicació n y la confianza. Esta etapa de la amistad es fundamental,
ya que establece las bases para una relació n má s profunda y duradera.

No obstante, el placer por sí solo no es suficiente para mantener una amistad verdadera,
sino que se requiere también el aprecio y el reconocimiento de las cualidades morales y las
virtudes de cada uno. Así, la amistad basada en el placer puede evolucionar hacia una
amistad basada en la virtud, que es la má s noble y perfecta de todas.

La noció n de amistad por placer se basa en el disfrute de actividades comunes que generan
bienestar y diversió n. Sin embargo, esta amistad puede enfrentarse a situaciones adversas
que ponen a prueba su solidez y consistencia. Solo aquellas amistades que superan estos
obstá culos pueden alcanzar un nivel má s alto de intimidad y compromiso.

Al compartir tanto los momentos felices como los tristes, los amigos se muestran su
fidelidad, su comprensió n y su apoyo incondicional, que son los rasgos esenciales de la
amistad por virtud. Esta amistad es la má s auténtica y perfecta, ya que se basa en el amor
por la bondad y la excelencia del otro.

La noció n de amistad es un proceso diná mico que se transforma con el paso del tiempo. Las
personas no solo acumulan experiencias compartidas que fortalecen sus vínculos, sino que
también desarrollan una mayor madurez personal que les permite conocerse y aceptarse
mejor a sí mismas.

Esta madurez conlleva inherentemente un mayor discernimiento y un mayor aprecio por


las cualidades morales y las virtudes de otro individuo. Así, la amistad puede pasar de ser
una relació n basada en el placer a ser una relació n basada en la virtud, que es la má s
elevada y perfecta de todas.
La noció n de amistad por virtud es la má s profunda y perfecta de todas, ya que se basa en el
amor por la bondad y la excelencia del otro. Para alcanzar este nivel de amistad, es
necesario que los amigos compartan no solo momentos placenteros, sino también
conversaciones profundas sobre temas que les interesan y les importan.

Estas conversaciones pueden abarcar temas como la moralidad, la ética, las metas en la vida
y otros aspectos que reflejan los valores y las creencias de cada uno. Al discutir estos temas,
los amigos no solo fortalecen su vínculo afectivo, sino que también se enriquecen
mutuamente con sus puntos de vista y sus experiencias.

Así, la amistad se convierte en una fuente de inspiració n y crecimiento personal para ambos
amigos, que se ayudan y se motivan en su bú squeda de virtud. La noció n de amistad por
virtud es la culminació n de un proceso de transformació n que comienza con el placer y se
profundiza con la madurez.

Esta amistad se caracteriza por el reconocimiento y el aprecio sincero de las virtudes del
otro, que son las cualidades morales y las excelencias que hacen a una persona buena y
digna. Este reconocimiento conlleva inherentemente un momento de iluminació n en el que
ambos individuos se dan cuenta de que no solo se quieren por los momentos agradables
que han vivido juntos, sino principalmente por el cará cter y la bondad inherente del otro.

Así, la amistad por virtud se basa en el amor por el otro como un fin en sí mismo, y no como
un medio para obtener placer o beneficio. Esta amistad es la má s noble y perfecta de todas,
ya que conlleva inherentemente una admiració n y una estima mutua que supera cualquier
circunstancia.

La noció n de amistad por placer se basa en la bú squeda de la satisfacció n personal a través


de la compañ ía de otra persona que comparte nuestros gustos o intereses. Sin embargo, esta
forma de amistad es frá gil y efímera, ya que depende de las emociones cambiantes y las
circunstancias externas.

La noció n de amistad por virtud, en cambio, se fundamenta en el reconocimiento y la


admiració n de las cualidades morales del otro, lo que genera un vínculo só lido y duradero
que supera las dificultades y los conflictos. No todas las amistades por placer pueden
evolucionar hacia la amistad por virtud, ya que se requiere de un compromiso mutuo, de
una convivencia prolongada y de una madurez personal que permita apreciar los valores
del otro.

Sin embargo, quienes logran esta transformació n disfrutan de una amistad verdadera,
profunda y enriquecedora que les aporta felicidad y crecimiento humano.

En conclusió n, la amistad, segú n Aristó teles, mantiene su vigencia como un componente


esencial de la buena vida y el bienestar humano. Las discusiones y aná lisis presentados
refuerzan la idea de que las relaciones de calidad son fundamentales para la felicidad
individual y colectiva, un tema que no ha perdido relevancia a lo largo de los siglos.

Referencias
Izaguirre Villanueva, P. M. (Añ o). Actualidad del Tratado de la Amistad (Philia) de
Aristó teles en É tica a Nicó maco VIII y IX. Universidad Cató lica Sedes Sapientiae.

Aristó teles. (Añ o de la traducció n). É tica a Nicó maco. (Traductor). Editorial Gredos.

[COMENTARIO: Como Izaguirre Villanueva (Año) resalta en su


análisis, "las buenas relaciones nos hacen más felices y saludables",
una afirmación que encuentra eco en las reflexiones de Aristóteles
sobre la amistad como una forma de virtud (Izaguirre Villanueva,
Año).]

Además, Aristóteles aborda la amistad no sólo como un concepto


filosófico, sino como una práctica social necesaria para el bienestar
humano, algo que es evidente en la manera en que "sin amigos nadie
querría vivir, aunque tuviera todos los otros bienes" (Aristóteles,
Año de la traducción).

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