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I.

El "Discurso del método" de René Descartes


A. Es esencial en la filosofía, marcando el tránsito de la escolástica a la filosofía moderna.
B. Publicado inicialmente de forma anónima en Leiden en 1637.
C. Actuó como prólogo para tres tratados científicos en el libro:
1. La dióptrica,
2. Los meteoros
3. y La geometría.
D. No se editó de forma autónoma hasta el siglo XIX.

II. Tiene un prefacio y seis secciones.

Tesis 1: Descartes, crítico de la ciencia de su tiempo, propone un método basado en la duda metódica y reglas claras para
alcanzar conocimientos certeros, mientras establece máximas morales para guiar la búsqueda de la verdad.
A. La primera aborda la ciencia contemporánea.
1. Descartes creía que las materias de su época no buscaban la verdad.
(1) Algunas eran entretenidas, como literatura, y otras prácticas, como técnicas.
(2) Las filosofías se contradecían, indicando falta de claridad.
b) Solo las matemáticas ofrecían certeza por su método riguroso.
2. Descartes buscaba razonamientos bien fundamentados, similar a la metodología matemática.
a) Así, esta primera parte combina su autobiografía intelectual y una crítica desfavorable a la ciencia de su época.
B. En la segunda parte, Descartes busca ofrecer a las ciencias una metodología sólida.
1. Su herramienta es la duda, pero no con el propósito escéptico de permanecer dudando.
a) Descartes utiliza la duda para alcanzar la certeza, eliminando errores.
b) Esta duda metódica le guía a un nuevo método claro y sencillo.
2. La primer regla del método de Descartes se relaciona con la "duda metódica":
a) solo aceptar como verdadero lo evidente, evitando decisiones apresuradas y basándose en principios claros e
inteligibles.
3. Las siguientes tres reglas de Descartes detallan un proceso cuidadoso para obtener conocimiento seguro:
a) dividir problemas en elementos básicos para determinar su veracidad (análisis);
b) organizar esos conocimientos desde lo simple a lo complejo (síntesis);
c) listar y revisar todas las verdades, asegurando su relación y completitud (enumeración y prueba).
C. En la tercera parte del "Discurso del método", Descartes presenta máximas para la moral provisional, necesarias mientras se
busca la verdad. Estas incluyen:
1. obedecer las leyes locales
2. mantener creencias aceptadas hasta que se prueben falsas, evitando dudas innecesarias;
3. aceptar verdades encontradas y realidades inevitables, adaptándonos a ellas;
4. y dedicarnos a desarrollar nuestra razón y avanzar en el conocimiento de la verdad siguiendo el método descrito.

Tesis 2: Descartes, al cuestionar la percepción y la realidad, llega a la certeza fundamental "Pienso, luego existo". A partir de
esta afirmación y la idea de un Dios perfecto, deduce la existencia real del mundo exterior, defendiendo la confiabilidad
general de nuestros sentidos.
D. En la cuarta parte Descartes explora la búsqueda de certeza.
1. Cuestiona la percepción del mundo, la confiabilidad de los sentidos, como cuando una vara parece doblarse en el agua,
y la distinción entre sueño y vigilia.
2. Incluso duda de verdades racionales, sugiriendo un genio maligno que podría engañarnos.
3. Estas dudas conducen a la primera certeza, el fundamento del conocimiento humano.
4. Descartes reconoce que, aunque podamos cuestionar todo, no podemos negar nuestra capacidad para dudar.
a) Dudar implica pensar, llevando a la afirmación "Pienso, luego existo".
(1) Esta revelación asegura nuestra existencia como seres pensantes.
(2) Esta clara verdad actúa como base para el conocimiento.
5. Al intentar encontrar certeza, al dudar, buscamos pasar de un estado imperfecto a uno perfecto.
a) La noción de perfección solo puede derivar de un ser perfecto: Dios.
(1) Para Descartes, la idea de perfección en nosotros proviene de Dios.
(a) Este razonamiento refleja el argumento ontológico de San Anselmo:
i) la concepción de Dios ya implica su existencia, ya que un Dios perfecto debe existir para ser
verdaderamente perfecto.
6. Descartes sostiene que, a partir de la existencia confirmada de uno mismo y de Dios, se infiere que el mundo exterior
también existe.
a) Si no fuera así, Dios nos engañaría al mostrarnos un mundo ilusorio, pero un Dios perfecto no puede engañar, ya
que el engaño es una imperfección.
(1) Así, Descartes concluye que el mundo exterior es real y nuestros sentidos, aunque cuestionados, son en general
confiables.

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