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La necesidad de recuperar el evangelio.

Romanos 1:13-17.
**Introducción:
506 años del gran avivamiento de parte de Dios que logró que la iglesia pudiera volver a
la Escritura, y también ponerla en el lugar donde debía estar; en lo más alto.
No es que pongamos a los reformadores en un lugar más alto de lo que deben estar, sino que
valoramos la obra que Dios hizo a través de hombres comunes y corrientes, con pecados como los
nuestros, pero con una confianza en lo que la Escritura decía, con una conciencia prisionera a la
Escritura.
Estos hombres no estaban tratando de redefinir la fe o inventar algo nuevo, sino recuperando el
evangelio verdadero, el evangelio bíblico que había estado perdido en una época de oscuridad.
Volviendo a las fuentes, a la Palabra. Reforma, es volver a la forma. Volver a la fuente que es la
Palabra de Dios.
Una reforma indicaba la remoción de los abusos y la reordenación de los asuntos en la Iglesia,
en conformidad con la Palabra de Dios
Philip Schaff, el notable historiador de la Iglesia, escribe: “La reforma del siglo XVI es, después
de la introducción del cristianismo, el más grande evento en la historia. Marca el final de la Edad
Media y el principio de la Edad Moderna… Hizo del protestantismo la fuerza principal impulsora en la
historia de la civilización moderna. La Reforma fue, vitalmente, el recobrar el verdadero evangelio de
Jesucristo, y esa restauración tuvo influencia sin paralelo en las iglesias, naciones, y el flujo de la
civilización de occidente.”
Con el paso del tiempo, el mensaje de los reformadores se encapsuló en cinco frases
conocidas como las solas de la reforma:
1.- Sola Scriptura (“solo la Escritura”) (Principio formal de la reforma): La Escritura solamente
es la autoridad fundamental de la iglesia. Es nuestra única regla de fe y conducta.
La Biblia se interpreta a sí misma, ella es la autoridad máxima, y no la tradición, ni el papa, ni la
Iglesia. Es el principio formal de la reforma.
Martín Lutero declaró cuando fue citado a la dieta de Worms que, no creía ni en el papa ni en
los concilios, sino que su conciencia estaba presa. cautiva de las Escrituras.
2.- Solus Christus (“solo por Cristo”): Solo por la obra de Cristo somos salvados.
Cristo es el único mediador entre Dios y los hombres. Cristo expió el pecado de pecadores
como nosotros y satisfizo la justicia de Dios.
Cosa que contradecía la idea católica de los santos y de la intercesión de los fieles por las
almas que están en el purgatorio.
3.- Sola gratia (“solo por gracia”): La salvación no es por mérito nuestro sino solo por la gracia
de Dios. Este fue el grito central de la reforma; la salvación es un regalo inmerecido de Dios.
La Iglesia católica decía que los sacramentos también eran un medio de gracia. Ellos creían en
la salvación por gracia más obras.
4.- Sola fide (“solo por la fe”): La justificación es solo por la fe.
Este es el principio material de la reforma. Justificación solamente por la fe.
5.- Soli Deo gloria (“solo a Dios gloria”). Todo en la salvación es para la gloria de Dios.
Todo lo que hacemos es para la gloria de Dios.
Todo esto era sostenido por el regreso a las Escrituras, a la Sola Scriptura; esto fue lo que dio
forma a la reforma.
James Montgomery Boice habla de esa creencia fundamental: “La Biblia solamente es nuestra
autoridad final, no el papa, no la iglesia, no las tradiciones o concilios de la iglesia, mucho menos las
intimaciones o sentimientos subjetivos, sino solo la Escritura”.
La Reforma fue esencialmente una crisis sobre cuál autoridad debía tener la primacía. Roma
reclamaba que la autoridad de la iglesia recaía sobre las Escrituras y la tradición, las Escrituras y el
papa, las Escrituras y los concilios de la iglesia. Pero los reformadores creían que la autoridad
pertenecía a la Escritura solamente. Solo la Escritura.
Estos hombres estaban empapados de la Escritura, y tenían como marca distintiva, su valentía
audaz en medio de la oposición.
Los reformadores no se veían como inventores, descubridores, o creadores, dice el historiador
Stephen Nichols; más bien, veían sus esfuerzos como un redescubrimiento. No hacían algo desde
cero, sino revivían algo muerto. Miraban atrás, a la Biblia y a la era apostólica, igualmente a los
primeros padres de la Iglesia como Agustín (354–430), para encontrar el molde con el cual formarían
y reformarían la Iglesia. Los reformadores tenían un dicho: ‘Ecclesia reformata et semper reformanda
secundum verbum Dei’, el cual significaba: ‘La iglesia reformada, siempre reformándose conforme a
la Palabra de Dios’”.
La única verdadera y válida reforma se produce a medida que alineemos nuestras creencias,
nuestra conducta y nuestra adoración con la Palabra de Dios. Eso significa Ecclesia reformata et
semper reformanda secundum verbum Dei (iglesia reformada siempre reformándose, y
reformándose de acuerdo con la Palabra de Dios)
La Palabra de Dios es el único estándar verdadero al que tenemos un mandato divino para
cumplir, y es el último estándar por el cual seremos juzgados. El éxito o el fracaso en el ministerio
por lo tanto no pueden ser evaluados por las estadísticas numéricas, finanzas, las encuestas de
popularidad, la opinión pública, o cualquiera de los otros factores del mundo asociados con el “éxito.”
El único triunfo real en el ministerio es oír decir a Cristo un día, “Buen siervo y fiel.” Es predicar
fielmente el evangelio verdadero como de parte de Dios y delante de Dios.
Luego de una época llena de oscuridad religiosa, llegó la luz de la reforma: «Post tenebras
Lux». Una luz que alumbró todo el mundo por el poder de la Palabra de Dios.
Después de la reforma la iglesia pudo regresar al evangelio de Cristo, a la doctrina de los
apóstoles, al evangelio predicado por Pablo. Es por eso que somos herederos de la reforma; porque
ahí no se inventó algo nuevo, ni se predicó otro evangelio, sino que se volvió a las fuentes, a la Sola
Scriptura; a la Palabra de Dios.
Se levantaron hombres como Withfield, Spurgeon, Carey, Hudson Taylor, Bunyan, los
puritanos, Edwards, George Muller, Lloyd Jones, etc. Predicando el evangelio como herederos de la
reforma.
Y aquí quiero comenzar mi mensaje: La necesidad de recuperar el evangelio verdadero.
La reforma no ha terminado. La iglesia debe seguir reformándose pero de acuerdo a la Palabra
de Dios.
Después de 506 años vemos muchas iglesias mal llamadas “evangélicas” que han dejado de
predicar la Palabra de Dios, que han dejado de anunciar las buenas nuevas de salvación. Y es
porque se han alejado de las Escrituras.
Martin Lutero clavó las 95 tesis en 1517 en las puertas de la catedral de Wittemberg, pero si
ocurriera hoy, dicen muchos que las clavaría en las puertas de la iglesia evangélica.
La biblia en el monasterio (cuando Lutero era monje) estaba atada con una cadena; así parece
que está la biblia en muchas iglesias, atada, y en un idioma que la gente no puede entender.
Hay una necesidad de recuperar hoy el evangelio. Nuestra responsabilidad como iglesias
herederas de la reforma, es proclamar incesantemente el evangelio de Cristo.
Lutero se convirtió después de uno o dos años de clavar las 95 tesis en la catedral de
Luego de 4 años de incesante estudio de las Escrituras, especialmente del libro de romanos.
Lutero dijo:
Finalmente, meditando de día y de noche, y por la misericordia de Dios, yo comencé a
comprender que los justos viven por don de Dios, es decir, por fe… Entonces sentí como si hubiese
nacido enteramente de nuevo y hubiera entrado en el paraíso por puertas que habían sido abiertas
de par en par.
Romanos 1:13-17.
Y leyendo este pasaje de romanos fue que Lutero se convirtió al Señor.
Justo González en su gran obra, historia del cristianismo nos dice que cuando Lutero entendió
la justificación por la fe en base a romanos 1:17 escribe: “Sentí que había nacido de nuevo y que las
puertas del paraíso me habían sido franqueadas. Las Escrituras todas cobraron un nuevo sentido
para mí. Y a partir de entonces la frase “la justicia de Dios” no me llenó más de odio, sino que se me
tornó indeciblemente dulce en virtud de un gran amor.
Sabemos que Pablo cuando escribió romanos, no había podido aún visitar la Iglesia en Roma,
se lo había propuesto varias veces; pero no le había sido permitido por el Señor.
Es por ello que él sentía esa necesidad de predicar y compartir el evangelio con los hermanos
de Roma, a los cuales no había podido aún visitar.
¿Cuándo fue la última vez que sintió esa necesidad, esa urgencia de comunicar el evangelio
con aquellos que no ha podido hacerlo?
Primero veremos:
I.- La necesidad de Pablo de proclamar el evangelio.
V. 13-15.
Qué asombroso es ver cómo Pablo se sentía deudor con aquellos que necesitaban del
evangelio, con aquellos que él no les había podido aún anunciar el evangelio.
Y Pablo no les debía dinero a los romanos, lo que él debía, o en lo que él se sentía deudor era
en anunciar el verdadero evangelio.
Muchas veces el evangelio que está llegando a la gente no es digno de llamarse evangelio. El
“evangelio de la prosperidad” no es el verdadero evangelio; la guerra espiritual y un ministerio
enfocado en los demonios, no es el verdadero evangelio. El verdadero evangelio se nos revela en
las Escrituras.
Lutero decía que un hombre armado de las Escrituras tiene más autoridad que el papa y
todos sus concilios.
El verdadero evangelio descansa solo en la obra de Cristo. A Lutero le enardecía el saber que
todo el teatro de la venta de indulgencias era un engaño a la gente y no era el verdadero evangelio.
Lutero dijo: la fe es un don, y el hombre es justificado por su fe. La obra de Jesús en la
cruz es suficiente.
Solo la obra de Cristo es suficiente para salvarnos. “Solus Christus”.
Todo aquel que no cree que Cristo es nuestro único y suficiente Salvador, está perdido y sin
esperanza.
Pablo levantaba esta bandera de Solo Cristo en el libro a los colosenses. Estos hermanos
estaban sufriendo ataques de falsos maestros que decían que Cristo no era suficiente sino que
necesitaban algo más que Cristo. Es por ello que Pablo les dice, en Cristo están escondidos todos
los tesoros de la sabiduría y el conocimiento; en Él y solo en Él habita corporalmente la plenitud de la
Deidad. Él es la imagen del Dios invisible; Él tiene la preeminencia; todas las cosas en Él subsisten;
en Él tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. Vosotros estáis completos en Él, Él
es el que lo llena todo y en todos. Y todo lo que hagan, háganlo en nombre de Cristo.
Vemos en Pablo esa pasión que tenía por el evangelio y por la gente necesitada de la Palabra
de Dios. Cuando estaba en Atenas y su corazón se enardecía por la idolatría que había en aquel
lugar; él les predicó con pasión el evangelio de Jesús; al Dios no conocido les anunció, al que hizo el
mundo y todas las cosas. Aprovechó esa oportunidad para anunciar a otros la Palabra de Dios.
Vemos también en el capítulo 9 y 10 de romanos el dolor en el corazón de Pablo por aquellos
familiares e israelitas que no han alcanzado salvación.
Vemos en el mismo Señor Jesucristo teniendo compasión de las almas que estaban
desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.
Ese debe ser nuestro sentir y nuestro compromiso con la evangelización, para la gloria de Dios.
Segundo:
II.- La seguridad de Pablo al proclamar el evangelio.
V. 16.
Pablo no se avergonzaba del evangelio, lo proclamaba con seguridad con autoridad porque
sabía que el poder del evangelio no descansaba en él, sino que el evangelio es PODER DE DIOS…
La Palabra poder (dynamis): Viene la palabra dinamita, significa un poder sobrenatural, una
fuerza controladora de Dios
Pablo sabía que el evangelio no descansaba en su capacidad de elocuencia, en su hablar, en
su poder de convencimiento sino que el evangelio es poder de Dios, es un poder sobrenatural de
Dios
1 Corintios 1:18-24. Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que
se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de
los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde
está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la
sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios
mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.
Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a
Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas
para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.

El “evangelio” en los días de Lutero era algo muy parecido al de hoy. Johann Tetzel fue el
hombre escogido para llevar el mensaje papal. Lo que se predicaba en aquellos días era lo que hoy
conocemos como la doctrina de la prosperidad.
Un reportaje de la BBC dice que un hombre llamado Jakob Fugger (1459-1525) fue el hombre
más rico de la historia; tan así, que su patrimonio sería mayor que el de Carlos Slim, Mark
Zuckerberg, Warren Buffet y Bill Gates juntos.
Dicen que los hombres más importantes en la época eran el emperador romano y el papa, y él
financió a ambos (Era un banquero).
Este hombre financió la reconstrucción de la basílica de San Pedro y propuso la venta masiva
de indulgencias para este fin. Dice la BBC que fue el hombre que provocó la reforma protestante.
La venta de indulgencias consistía en que, ciertas consecuencias del pecado, o la pena
temporal pecados ya perdonados, puedan ser objeto de una remisión o indulgencia (del latín
indulgentia: 'bondad, benevolencia, gracia, remisión, favor') esta era concedida por determinados
representantes de la Iglesia y bajo ciertas condiciones. Por ejemplo, podían liberarse de años en el
purgatorio a través de las indulgencias.
El purgatorio era el lugar (Según los católicos) donde van las almas de las personas que han
cometido pecados no mortales, que no le llevan al infierno; y en ese lugar purgan su pecado, son
purificados con condenas similares a la del infierno, hasta que pueden llegar purificados al cielo.
Entonces el mensaje, el falso evangelio de aquellos días era el de Johann Tetzel. Él decía:
“Dios y San Pedro os llaman. Considerad la salvación de vuestras almas y las de
vuestros seres queridos que han muerto. ¿Estáis preocupados por si lograréis entrar al cielo,
considerando las tentaciones, y todo lo demás? Considerad vuestra confesión y contribución
aquí como una remisión total. Escuchad a vuestros parientes: “Tened misericordia de
nosotros, tened misericordia de nosotros… Nosotros os dimos a luz, os alimentamos, os
criamos, os dejamos las fortunas que hoy son vuestras, y sois tan crueles y duros que no
estáis dispuestos a liberarnos”.
Apenas la moneda en el cofre entra, el alma del purgatorio sale.
También Tetzel decía que la indulgencia dejaba al hombre más limpio que Adán antes de
pecar. Y que la cruz del vendedor de indulgencias tiene tanto poder como la cruz de Cristo.
Ese era el “evangelio”. Herejía católica romana.
Lutero se oponía a la idea de que el papa pudiera reducir las penas del purgatorio. También
cuestionaba si los santos tenían un tesoro de méritos. Sin duda, solo Jesús lo tenía. Y lo que Jesús
tenía, lo daba gratuitamente, sin utilizar las llaves del papa para atar y desatar. Lutero se quejaba por
la venta de indulgencias, creía que reemplazaban al verdadero arrepentimiento y los actos de
caridad hechos con corazón sincero.
Además sentía que las indulgencias, le daba a las personas una falsa sensación de seguridad
y las llevaba a la complacencia.
Y esto logró la reforma, volver a las raíces del evangelio. Que la gente pudiera entender la
Palabra de Dios, que pudiera leerla; que la Escritura sea la única fuente de autoridad, y que la Iglesia
de Cristo volviera a predicar el mensaje del evangelio.
Es por ello que, después que los escritos de Lutero se repartieron por muchos lugares, el
emperador le pidió a un príncipe que Alemania volviera a la unión con la iglesia católica, él se
arrodilló delante del emperador y le dijo: prefiero que me corten la cabeza antes que quitarle al
pueblo la Palabra de Dios.
Lutero sabía que el evangelio es poder de Dios para salvación a todo el que cree. El hombre es
justificado por la fe, sin las obras de la ley.
Pablo creía que el evangelio es poder de Dios. No está en nuestras capacidades, no está en
nuestro poder de persuasión; está en Su Palabra. La ley de Dios convierte el alma, es viva y eficaz.
La Palabra de Dios tiene el poder de crear los cielos y la tierra. Y tiene el poder de levantar
muertos.
Solo la Escritura amados hermanos. Sola Scriptura es el principio formal de la reforma.
Tercero:
III.- El entendimiento de Pablo del evangelio.
V. 17.
Pablo dice que en el evangelio la justicia de Dios es revelada por fe y para fe. (Fe de principio a
fin)
Aquí vemos la Sola fide. Pablo lo dice, la justicia de Dios es imputada en el pecador solo por fe.
Es por fe de principio a fin, y para vivir en fe.
La justificación puede ser definida como el acto por el cual los pecadores injustos son
hechos justos a la vista de un Dios justo y santo. La necesidad suprema de las personas injustas
es la justicia. Cristo provee esta falta de justicia en lugar del pecador creyente.
La justificación por la fe significa que las obras que hacemos no son lo suficientemente
buenas para merecer la justificación. Como lo expresó Pablo, "ya que por las obras de la ley,
ningún ser humano será justificado delante de él" (Rom. 3:20). La justificación es contable. Es
decir, somos declarados, contabilizados o considerados justos cuando Dios nos acredita la justicia
de Cristo en nuestra cuenta. La condición necesaria para esto es la fe.
La teología protestante afirma que la fe es la causa instrumental para la justificación porque
la fe es el medio por el cual nos apropiamos de los méritos de Cristo.
El punto de vista católico afirma que la justificación es por la fe, pero niega que sea
únicamente por la fe, agregando las buenas obras como una condición necesaria.
La fe que justifica es una fe viviente, no una profesión hueca de fe. La fe es una confianza
personal que acepta únicamente a Cristo para su salvación. La fe salvífica es también una fe que
acepta a Cristo como su Salvador y Señor.
Lutero decía: es la fe la que justifica no el sacramento.
Lutero llegó a la conclusión de que: Dios no puede ser justo y declarar justo a alguien que es
pecador e injusto, por eso ha enviado a alguien a morir en sustitución por pecadores y expiación por
las faltas. Esa obra llevada a cabo por Jesús en la cruz no puede ser ni pagada, ni adquirida ni
merecida.
Romanos 3:20-28.
“El justo por la fe vivirá”. Qué tremendo hermanos. Esto nos debe llenar de gratitud.
Conclusión:
La justicia de la vida perfecta de Cristo fue imputada a nuestro favor al momento de creer.
Hoy Dios nos ve en Cristo. Cómo si nunca hubiéramos cometido pecado. Todo porque Cristo
murió por pecadores como nosotros y resucitó al tercer día, para darnos vida juntamente con Él.
2 Corintios 5:21.
Ese es el mensaje del evangelio. Ese es el evangelio que predicamos.
Esto hizo la reforma protestante. Que pudiéramos volver al sano evangelio. Y ese es el llamado
para nosotros, PREDICAR FIELMENTE LA PALABRA DE DIOS

SOLO A Dios LA GLORIA.

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