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Una secta es una perversión, una deformación del cristianismo bíblico. Como tal,
rechaza las enseñanzas que la Iglesia cristiana ha sostenido a través de la historia. El
apóstol Pablo advirtió que vendrían falsos Cristos y falsos evangelios que tratarían de
engañar a la verdadera iglesia y al mundo.
Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si
recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis
aceptado, bien lo toleráis… porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se
disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza
como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como
ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras (2 Corintios 11:4, 13 – 15).
Walter Martin nos da una buena definición de lo que es una secta cuando dice:
Creemos qua hay varias razones básicas por las cuales las personas entran en las sectas,
y estas prosperan.
Las personas no suelen entrar en las sectas porque han hecho un análisis exhaustivo de
las religiones del mundo y han decidido que cierta secta presenta la mejor teología
disponible. Al contrario; generalmente, la persona entra en la secta porque tiene problemas
que no puede solucionar fácilmente, y la secta le promete resolvérselos. Con frecuencia
esos problemas son emocionales.
Hablamos con un joven que entró en los Niños de Dios (la familia del amor) menos de
una semana después de haber salido del ejército y les entregó cien dólares. Nos dijo que se
sentía muy solo, deseaba servir a Dios y no sabía qué hacer ni dónde ir. La ―familia del
amor‖ se aprovechó de su soledad, lo inundó de amor y atenciones, y faltó poco para que
se asegurara su lealtad permanente.
Afortunadamente, la madre del joven nos llamó y hablamos con él. Le bastó una hora
para comprender cuán equivocada estaba la secta y decidió no entrar en ella. Nosotros le
recomendamos que participara en un buen grupo pequeño de estudio bíblico y se
comprometiera a trabajar en una iglesia sólida. Sin un buen fundamento cristiano y sin una
estrecha relación con otros cristianos, habría seguido siendo un buen candidato para las
sectas.4
Las sectas producen una impresión favorable
Las sectas prosperan porque algunas veces los cristianos no han sabido ejercer una
influencia vital en el mundo. Pierre Berton lo hacía notar con gran penetración:
El virus que ha estado debilitando a la Iglesia por más de una generación no es el virus
de la pasión antirreligiosa, sino la falta da pasión... Para sus enemigos, la Iglesia se ha
convertido en un blanco fácil que apenas merece gastar una bala en él... La mayoría de los
ministros se distinguen muy poco en sus palabras, opiniones, acciones y manera de vivir,
de los cristianos nominales y los no cristianos que constituyen la mayoría de la sociedad. 5
En casi todas las sectas, la mayoría de los miembros han abandonado una organización
eclesiástica tradicional. Tal vez el lavado de cerebro sea visto por las iglesias como una
manera fácil de explicar por qué sus miembros se están marchando para entrar en las
sectas.
Yo sostengo que no se trata realmente de lavado de cerebro. En la mayoría de los casos
nos sería muy difícil aislar elementos de la metodología usada por les sectas que no estén
presentes de alguna forma también en les iglesias tradicionales. Para los cristianos, la
cuestión principal con relación a las sectas debe ser la teología.
Muchos aceptamos a Cristo a temprana edad. Teníamos una comprensión infantil de
Jesús, la Biblia y la salvación.
Eso está bien para los niños y para los nuevos cristianos. Sin embargo, muchos de los
que hemos sido cristianos por mucho tiempo, espiritualmente seguimos siendo recién
nacidos. No hemos aprendido a alimentarnos por nuestra propia cuenta, y mucho menos a
alimentar a otros.6
Capitulo dos
Características de una secta
A través de numerosos viajes alrededor del mundo nos hemos dado cuenta de ciertos
elementos que caracterizan a las sectas:
Muchas sectas promueven la falsa idea de que Dios les ha revelado algo muy especial.
Suele ser una verdad que nunca antes ha sido revelada y que supera y contradice a todas
las revelaciones anteriores. El postulado de Sun Myung Moon es que Cristo no realizó su
misión por completo, y que ahora es cuando el mundo está listo para que se termine le
obra de Cristo en la tierra.
La Iglesia de la Unificación enseña que el reverendo Moon está presentando verdades
que habían permanecido sin revelar hasta el momento. Moon ha dicho: ―Nosotros somos
los únicos que entendemos realmente el corazón de Jesús, la angustia de Jesús y la
esperanza de Jesús.‖1
La iglesia de los mormones enseña que el cristianismo se mantuvo en la apostasía
durante dieciocho siglos, hasta que Dios le reveló una nueva verdad a José Smith, hijo, y
de esta forma restauró el verdadero evangelio, que se había perdido. En la actualidad, la
iglesia de los mormones tiene sus profetas vivientes que reciben la revelación de Dios y le
presentan continuamente "nuevas" verdades al mundo.
Estas y otras sectas justifican su existencia afirmando que poseen algo más que la simple
Biblia y su "inadecuado mensaje".
Las sectas no tienen un método objetivo e independiente para probar sus enseñanzas y
prácticas. Casi parecen pensar que basta que afirmen con firmeza su propia exclusividad
para que esto sirva como demostración de que han sido ungidos por Dios. En cambio
nosotros, miembros de la Iglesia Cristiana Universal, tenemos la posibilidad y el deber de
probar de manera objetiva e independiente todas nuestras enseñanzas y prácticas a la luz
de la Biblia, infalible Palabra de Dios, y de su historia.
Una declaración así abre la puerta a sus libros sagrados adicionales: El libro de Mormón,
La perla de gran precio y Doctrinas y convenios. Estos se constituyen así en sus principales
fuentes de autoridad. De esta forma, la realidad es que Biblia no es su fuente máxima de
autoridad.
La Ciencia Cristiana caracteriza la Biblia como equivocada, corrupta e inferior a los
escritos de Mary Baker Eddy.
La Iglesia de la Unificación cree que la Biblia está incompleta, mientras que el libro
Principio divino, del reverendo Moon, es la verdadera fuente de autoridad.
Otros grupos, como la Vía Internacional y la Iglesia Universal de Dios, proclaman que la
Biblia es su autoridad máxima, pero en realidad su autoridad es la Biblia tal como la
interpreta el líder de la secta. Ya sea que hagan pasar otras obras por encima de la Biblia, o
que la interprete a su capricho el líder de la secta, una señal segura de que estamos en
presencia de una secta es que su autoridad máxima en asuntos espirituales descansa en
algo distinto a las claras enseñanzas de las Sagradas Escrituras.
Otro Jesús
Una característica propia de todas las sectas es la presencia de falsas enseñanzas acerca
de la persona de Jesucristo, distintas a las presentadas a la luz del cristianismo bíblico e
histórico. El apóstol Pablo advirtió sobre el peligro de seguir a "otro Jesús" (2 Corintios
11:4) que no es el mismo Jesús revelado en las Escrituras. El "Jesús" de las sectas siempre es
alguien inferior al Dios eterno de la Biblia, quien se hizo carne, habitó aquí en la tierra y
murió por nuestros pecados.
La Biblia indica con toda claridad que Jesús fue Dios, la Segunda Persona de la Trinidad,
en carne humana; que vivió sin pecado sobre la tierra y murió en sacrificio por los pecados
del mundo. Tres días después de su crucifixión. Jesús resucitó corporalmente de entre los
muertos. Cuarenta días después, ascendió al cielo, donde está ahora sentado a la derecha
del Padre intercediendo por los creyentes. Un día volverá corporalmente al planeta tierra y
juzgará a los vivos y a los muertos mientras consolida su reino eterno.
El Jesús de las sectas no es el Jesús de la Biblia.
Según la teología de los testigos de Jehová, Jesús no existió como Dios desde la
eternidad, sino que fue la primera criatura de Jehová Dios. Antes de venir a la tierra, Jesús
era el arcángel Miguel, el jefe de todos los ángeles. Para los testigos de Jehová, Jesús no es
Dios.
La iglesia de los mormones no acepta la divinidad exclusiva de Jesucristo. Para ellos. Él
es sólo uno de los muchos dioses que existen; el "hijo espiritual primogénito",
espiritualmente concebido mediante una unión sexual entre el Padre celestial y una madre
celestial. Además, Él fue el espíritu-hermano de Lucifer en su estado preexistente. Su
encarnación se logró mediante la unión física del padre celestial y la humana llamada
María.
Cualesquiera que sean las creencias características de las sectas, el común denominador
que existe entre ellas es la negación de las enseñanzas bíblicas sobre la divinidad de
Jesucristo.
José Smith, hijo, el fundador del mormonismo, dijo que el Señor le había contestado con
esta evaluación de la iglesia cristiana, cuando él le preguntó de cual iglesia debía hacerse
miembro:
Me contestó que no debía unirme a ninguna de ellas, pues todas estaban equivocadas: y
el personaje me dijo que todas las creencias de ellas eran abominación ante sus ojos: que
todos sus maestros eran corruptos; ―ellos se acercan a mí con sus labios, pero sus
corazones están lejos de mí, enseñen como doctrinas mandamientos de hombres: tienen
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forma de piedad, pero niegan el poder de ella‖
Doblez
Un rasgo característico de algunas sectas es que dicen una cosa en público, mientras que
internamente creen algo completamente distinto. Muchas organizaciones se califican a sí
mismas de cristianas, pero en realidad niegan los fundamentos de la fe.
La iglesia de los mormones es un ejemplo de esta clase de doblez. El primer artículo de
la fe de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días dice: ―Creemos… en su
hijo, Jesucristo.‖ Esto da la impresión de que los mormones son cristianos, puesto que
creen en Jesucristo. Sin embargo, cuando analizamos lo que ellos quieren decir cuando
hablan de Jesucristo, descubrimos que estén muy alejados del cristianismo ortodoxo. No
obstante, la impresión que los mormones dan en su propaganda es la de que son otra
organización más dentro del cristianismo. Por lo tanto, tenemos que mantenernos alerta
con respecto a las organizaciones que se anuncian como ―cristianas‖, pero que en sus
enseñanzas internas no concuerdan con las Escrituras.
¡Por tanto, la salvación es un proceso! ¿Cómo puede el dios de este mundo cegar sus ojos
para que usted no entienda esto? El trata de engañarlo, haciendo que piense que lo único
necesario es ―aceptar a Cristo sin obras‖, y por arte de magia se declarará ―salvo‖. En
11
cambio, la Biblia nos revela que nadie es salvo todavía.
Falsas profecías
Otros rasgo de las sectas es que proclaman falsas profecías con frecuencia. Los líderes de
las sectas, quienes creen haber recibido un llamado divino, han hecho osadas predicciones
acerca de los acontecimientos del futuro, que ellos suponen reveladas por inspiración de
Dios. Por desgracia para los líderes de las sectas, esas predicciones de sucesos futuros no
se cumplen. Así el que profetizó queda descubierto como falso profeta.
Herbert W. Armstrong, el fundador de la Iglesia Universal de Dios, dijo en 1967: ―Otras
profecías nos revelan que muy pronto tendremos (probablemente dentro de cuatro años)
una sequía y un hambre de tal naturaleza que aparecerán de inmediato enfermedades
epidémicas y segarán millones de vidas... Bueno, ya hemos estado experimentando algo de
esas cosas. . . ¡Esa triste situación llegará pronto! No estoy hablando de cuatrocientos años;
ni siquiera de cuarenta, sino de los próximos cuatro o cinco años‖. 12
Los testigos de Jehová poseen un récord bien establecido de profecías falsas. Este estilo
fue establecido por su fundador y primer presidente, Charles T. Russell, quien profetizó
con toda firmeza que el fin del mundo tendría lugar en 1914. Juzgue usted por sí mismo (1
Juan 4:1).
Habla al fundador
1. "Todos los gobiernos actúales serán derrocados y disueltos" en 1914.13
2. "El año 1914: El límite extremo del gobierno imperfecto del hombre".14
3. "El restablecimiento de Israel en la tierra de Palestina".15 "A la Jerusalén terrenal le será
restaurado el favor divino".16
4. "El completo establecimiento del reino de Dios en la tierra en 1914".17 "Sobre las ruinas
de las Instituciones actuales".18
5. "Cristo estuvo espiritualmente presente en 1874".19 "Y estará presente como el nuevo
gobernante de la tierra" en 1914.20
6. "Antes de finalizar el año 1914, el último miembro del ‗cuerpo de Cristo‘ será glorificado
junto con la cabeza".21
La Sociedad Atalaya hizo cambios en ediciones posteriores dentro de lo que Russell
declaraba, en un intento por encubrir sus erróneas predicciones.
Conclusión
Aunque no se puede calificar de secta a todo grupo que posea estas características,
debemos estar alerta con respecto a cualquier grupo que posea algunas de ellas. La señal
segura de que estamos en presencia de una secta es lo que hace con la persona de
Jesucristo. Todas las sectas terminan negando el hecho de que Jesucristo es Dios Hijo, la
segunda Persona de la Santísima Trinidad, y la única esperanza de la humanidad.
Capitulo tres
Las creencias del
cristianismo ortodoxo
Durante los últimos dos mil años, la iglesia cristiana ha sostenido que ciertas creencias
son fundamentales para la fe del creyente. Aunque hay cierto desacuerdo doctrinal entre
las tres ramas del cristianismo — católica romana, ortodoxa oriental y protestante —, hay
un acuerdo general entre ellas en lo que respecta a los elementos esenciales de la fe.
Cualquier desacuerdo que pueda haber entre estas ramas de la iglesia es insignificante
comparado con las creencias heréticas y no cristianas de las sectas. Ofrecemos este capítulo
como punto de comparación con las creencias desviadas de las sectas.
La doctrina de la autoridad
En el tema de la autoridad máxima, hay acuerdo entre las principales ramas del
cristianismo en lo que respecta a la inspiración divina del Antiguo Testamento y del
Nuevo. Sin embargo, la rama católica romana y la ortodoxa oriental van algo más allá de la
simple aceptación de la Biblia como fuente de autoridad.
Los católicos romanos. La Iglesia Católica Romana histórica acepta los sesenta y seis libros
del Antiguo Testamento y del Nuevo como la Palabra inspirada de Dios. Acepta también
los libros llamados ―apócrifos‖ como inspirados por Dios. Además de esto, considera que
la tradición de la iglesia tiene tanta autoridad como las Escrituras.1
Los ortodoxos orientales. La Iglesia Ortodoxa Oriental histórica también acepta los sesenta
y seis libros del Antiguo Testamento y del Nuevo como la revelación inspirada por Dios. A
éstos añaden la tradición de su iglesia con igual grado de autoridad.
Los protestantes. La iglesia protestante histórica sostiene que sólo la Escritura es la
autoridad definitiva en todo lo que se refiere a la fe y la práctica. La Fórmula luterana de
Concordia lo expresa del siguiente modo: ―Creemos, confesamos y enseñamos que la única
regla y norma según la cual deben ser considerados y juzgados los dogmas y doctrinas, no
es otro que los escritos proféticos y apostólicos del Antiguo Testamento y del Nuevo‖.
La misma Escritura da testimonio de que es completa en lo que revela y de que es la
autoridad máxima en todo lo que se refiere a doctrina, fe y práctica. ―Todo la Escritura es
inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia‖ (2 Timoteo 3:16).
―Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación
privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos
hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo‖ (2 Pedro 1:20, 21).
―No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, pera que guardéis
loa mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno‖ (Deuteronomio 4:22).
"Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno
añadiere a estas cosas, Dios traeré sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si
alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de
la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro" (Apocalipsis
22:18, 19).
En Respuestas a preguntas difíciles, una obra que publicamos en 1985, explicamos de una
manera sencilla la doctrina bíblica de la Trinidad. Reproducimos aquí esta explicación con
el propósito de aclarar lo que el cristianismo ortodoxo cree con respecto a la naturaleza de
Dios.
Una de las ideas más mal comprendidas de la Biblia es lo que enseña acerca de la
Trinidad. Aunque loe cristianos dicen que creen un solo Dios, siempre se les acuse de
politeísmo (la adoración de tres dioses por lo menos).
Las Escrituras no enseñan que haya tres dioses, ni tampoco que Dios se ponga tres
máscaras diferentes al representar el drama de la historia. Lo que la Biblia si enseña es lo
que declara la doctrina de la Trinidad: hay un Dios que se ha revelado en tres personas,
que son al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y estas tres personas son el Dios único.
Es difícil comprender esto; sin embargo, es lo que la Biblia nos dice, y es lo más cerca
que la mente finita puede llegar a la explicación del misterio infinito de un Dios también
infinito, cuando reflexiona acerca de lo que dice la Biblia con respecto al ser divino
La Biblia enseña que hay un Dios y sólo uno: ―Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová
uno es‖ (Deuteronomio 6:4). ―Hay un solo Dios‖ (1 Timoteo 2:5). ―Así dice Jehová Rey de
Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y
fuera de mi no hay Dios" (Isaías 44:6).
Sin embargo, aunque Dios es uno en su ser o naturaleza esencial, en El también hay tres
personas. "Hagamos al hombre a nuestra imagen‖ (Génesis 1:26). ―Y dijo Jehová Dios: He
aquí el hombre es como uno de nosotros" (Génesis 3:22).
Aquí se alude a la naturaleza plural de Dios, puesto que Él no les podría estar hablando
a los ángeles en estos casos, ya que los ángeles no lo podían ayudar a creer. La Biblia
enseña que Jesucristo fue quien creó todas las cosas, no los ángeles (Juan 1:3: Colosenses
1:15: Hebreos 1:2).
Además de hablar de Dios como uno solo, y de aludir a la pluralidad de Dios, las
Escrituras son muy específicas al nombrar a Dios en fundón de tres personas. Hay una
persona a quien la Biblia llama el Padre, y el Padre es llamado Dios Padre (Gálatas 1:1).
La Biblia habla de una persona llamada Jesús, o el Hijo. o el Verbo, a quien también
llama Dios. ―El Verbo era Dios...‖ (Juan 1:1). Jesús mismo decía que ―Dios era su propio
Padre, haciéndose igual a Dios‖ (Juan 5:18).
Hay una tercera persona mencionada en los Escrituras, llamada Espíritu Santo, y esta
persona —distinta al Padre y al Hijo — es llamada Dios también (―Ananías, ¿por qué llenó
Satanás tu corazón para que mintiese al Espíritu Santo...? No has mentido a los hombres
sino a Dios" (Hechos 5:3, 4).
La realidad de las enseñanzas bíblicas es ésta: Hay un Dios. Este Dios único tiene una
naturaleza plural. Este Dios único es llamado Padre, Hijo y Espíritu Santo; los tres son
personalidades distintas a todos se señala como Dios. Por consiguiente, llegamos a la
conclusión de que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son un solo Dios; o sea, llegamos o la
doctrina de la Trinidad.
El doctor John Warwick Montgomery (How Do We Know there is a God.. Minneápolis:
Bethany Fellowship, 1072, p. 14.) nos ofrece la siguiente analogía para ayudarnos a
entender mejor esta doctrina:
―La doctrina de la Trinidad no es 'irracional'; lo que es Irracional es suprimir las
evidencias de la Trinidad en favor de la unidad, o las evidencias de la unidad en favor de
la Trinidad. Nuestros dalos deben tomar precedencia sobre nuestros modelos mentales;
mejor aún, nuestros modelos deben reflejar todos los datos.‖2
La persona de Jesucristo
Hace dos mil años Jesús les hizo a sus discípulos la pregunta definitiva: "¿Quién decís
que soy yo?" (Mateo 16:15). El centro de la fe cristiana es la identidad de su fundador,
Jesucristo, y es de monumental importancia que tengamos un criterio correcto acerca de su
persona.
Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo tus pecados te son perdonados.
Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: ¿Por
qué habla éste así? Blasfemias dice: ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?
Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí
mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al
paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda?
Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar
pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Entonces
él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos
se asombraron, y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto tal cosa.
Ciertamente, yo le puedo perdonar a usted los pecados que coméis contra mí, pero eso
no demuestra que yo sea Dios. Entonces, ¿por qué el hecho de que Cristo perdone los
pecados ayuda a demostrar que Él es Dios? Porque sólo Dios puede perdonar los pecados
cometidos contra El, y vemos a Cristo afirmar que perdonaba los pecados cometidos
contra Dios. Por tanto, al perdonar al paralítico sus pecados, Jesús estaba haciendo uno de
sus más abiertos pronunciamientos con respecto a su divinidad.
Hay muchos otros textos bíblicos en los que Jesús afirma su divinidad. En ellos queda
demostrado, sin que quepa la menor duda, que Él estaba seguro de ser Dios.
Por demostración
Jesús no se limitó a sostener que era Dios, sino que también demostró tener la capacidad
de hacer cosas que sólo Dios podía hacer.
• Jesús ejerció autoridad sobre la naturaleza.
―Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y
despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había
también con él otras barcas.
―Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca,
de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa durmiendo sobre un
cabezal; y le despertaron, y le dijeron. Maestro, ¿no tienes cuidado que
perecemos?
‖Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el
viento, y se hizo grande bonanza.
―Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Entonces
temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el
viento y el mar le obedecen?‖ (Marcos 4:35 – 41).
• Jesús habló acerca de acontecimientos que ocurrieron cuando Él estaba lejos
de la escena de los hechos.
―Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un
verdadero israelita, en quien no hay engaño.
―Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes
que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.
―Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios: tú eres el Rey de
Israel.
―Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees?
Cosas mayores que éstas verás‖ (Juan 1:47-50).
• Jesús conocía los pensamientos de la gente.
―Más él conocía los pensamientos de ellos…‖ (Lucas 6:8).
• Jesús tenía autoridad sobre la vida y la muerte.
―Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él
muchos de sus discípulos, y una gran multitud. "Cuando llegó cerca de la
puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de
su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad.
―Y cuando el Señor la vio se compadeció de ella, y le dijo: No llores.
―Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo:
Joven, a ti te digo, levántate.
―Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su
madre.
―Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se
ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo.
―Y se extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de alrededor‖
(Lucas 7:11 – 17).
Por asociación
No sólo demostró Cristo que podía realizar las cosas que únicamente Dios podía hacer,
sino que también le fueron atribuidos a Él los atributos mismos de Dios. Estos atributos
aparecen en las profecías del Antiguo Testamento para referirse al Mesías, el Cristo, y en el
Nuevo Testamento son presentadas en relación directa con Jesús. Las profecías del
Antiguo Testamento que se refieren a Jesús y a sus atributos pueden examinarse en el
capítulo 9 del libro. Evidencia que exige un veredicto (Miami: Editorial Vida, 1982).
Habíamos ahora de los textos del Nuevo Testamento.
Seguiremos la clasificación tradicional de los atributos de Dios metafísicos y morales.
En cuanto a atributos metafísicos podemos afirmar en primer lugar, que Dios tiene
existencia propia: en segundo, que es inmenso (o infinito). Por ser inmenso o infinito, es
eterno, inmutable, omnipresente, omnipotente, perfecto, incomprensible y omnisciente.
En cuanto a sus atributos morales, Dios es santo, veraz, amoroso, justo, fiel y
misericordioso. En estos aspectos, Dios difiere del ideal humano en el sentido de que es el
Autor de estas cualidades. En El no son cualidades derivadas, sino inherentes. No
consideramos necesario ir más allá de las simples pruebas de que todos los atributos de
Dios existieron en Cristo. Si los atributos metafísicos de Dios existen en El, entonces sus
atributos morales le son inherentes, e infinitos en grado. Por lo tanto, haremos hincapié en
los atributos metafísicos.
Las declaraciones de Jesús sobre su unidad con el Padre se refieren a este tema,
especialmente la que hallamos en Juan 16:15: ―Todo lo que tiene el Padre es mío.‖ Esta
declaración es maravillosa, y explica por qué pudo decir en el versículo anterior (Juan
16:14) que la obra del Espíritu Santo es glorificar a Cristo: ―El me glorificará; porque
tomará de lo mío, y os lo hará saber‖. Más allá de Cristo, no podemos saber nada acerca de
la personalidad de Dios (Juan 14:9).
• Cristo posee los atributos metafísicos de Dios. Estos atributos forman lo que
podríamos llamar la esencia de Dios. La lista que sigue no es exhaustiva:
1. Existencia en sí mismo. Cristo no depende de nada ni de nadie para existir; y todas las
demás vidas dependen de Él. Leemos en Juan 1:4: ―En él estaba la vida.‖ En Juan 14:6,
Jesús dice: ―Yo soy la vida.‖ No dice ―yo tengo‖ sino ―yo soy‖. Desde las amebas hasta los
arcángeles, nada tiene vida sin Cristo. Tenemos que explicar estos versículos con relación
al nombre de Jehová (Yahweh) como se explica en Éxodo 3:13 – 15 y 6:2 – 9 (vea también
Colosenses 1:15 – 23).
2. Eternidad. Cuando se aplica este atributo a las cosas creadas, significa que no tendrán
fin. En cambio, por supuesto, cuando se aplica a Dios significa que no tuvo principio ni
tendrá fin. Se encuentran claras evidencias en 1 Juan 5:11, 20: ―Y éste es el testimonio: que
Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo… Pero sabemos que el Hijo de
Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos
en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna." (Vea
también Juan 8:35; 1 Juan 1:2: Miqueas 5:2 e Isaías 8:6).
3. Omnisciencia. Este atributo indica que posee todo el conocimiento. Encontramos
evidencias bíblicas de que se atribuye a Cristo la omnisciencia en tres aspectos.
El primero es la opinión de sus discípulos. ―Ahora entendemos que sabes todas las
cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos que has salido de Dios‖ (Juan
16:30). (Compare también este texto con Juan 21:17).
El segundo es el testimonio de las Escrituras. ―Pero hay algunos de vosotros que no
creen. Porque Jesús sabía desde al principio quiénes eran los que no creían, y quién le
había de entregar‖ (Juan 6:64). Vea también Juan 2:23 – 25.
El tercero se encuentra en ejemplos tomados de las Escrituras. ―Jesús, entonces,
conociendo los pensamientos de ellos, respondiendo les dijo: ¿Qué caviláis en vuestros
corazones?‖ (Lucas 5:22) Vea además Juan 4:16 – 19; Juan 21:8 y Mateo 17:24 – 27.
Se suele citar Mateo 24:36 como una excepción, para demostrar que Cristo no era
totalmente omnisciente. Sin embargo, muchas autoridades, entre ellas San Agustín,
consideran que la palabra ―saber‖ significa aquí ―dar a conocer‖ o ―declarar‖. Este es el
significado correcto del texto. Por tanto, lo que Jesús estaba diciendo es que el Padre no le
había indicado que lo diera a conocer en aquel momento.3
4. Omnipotencia. Esto significa que Dios puede hacer todo aquello que no sea contrario
a su naturaleza divina. Por ejemplo, Dios no puede pecar, porque es santo y justo. Excepto
este tipo de cosas, Dios lo puede hacer todo (Marcos 10:27); es todopoderoso.
Cristo sostuvo su igualdad con Dios en este aspecto. ―Respondió entonces Jesús, y les
dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve
hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente‖
(Juan 5:19).
Jesús es llamado ―el todopoderoso‖. ―Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el
Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso‖ (Apocalipsis 1:8). Compare
esto con Apocalipsis 1:17, 18; 22:12, 13 e Isaías 41:4.
5. Omnipresencia. Esto significa que Dios está en todas partes. No hay lugar donde no
esté presente. Lo importante aquí es notar que no significa que Dios lo sea todo, sino que
Él está en todas partes. Dios es distinto a su creación. ―Enseñándoles que guarden todas las
cosas que os he mandado; y he aquí estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del
mundo‖ (Mateo 28:20).
• Cristo posee los atributos morales de Dios. Estos son atributos que se refieren a la
personalidad de Dios. La lista que sigue también es incompleta.
1. Santidad. Dios es puro; no puede pecar. El mal no lo puedo contaminar; tampoco el
pecado, ni por obras, ni por naturaleza. Cristo también posee este atributo. ―Respondiendo
el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su
sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios‖ (Lucas
1:35).
2. Veracidad. La veracidad es la cualidad que consiste en ser consecuentes con nuestras
propias palabras y acciones, y hacer que esas palabras y acciones estén de acuerdo con el
mundo real. Es decir, significa que la persona nunca miente. Cristo hizo fuertes
declaraciones en este punto. No sólo afirmó que sabía la verdad, sino que afirmó ser El la
verdad. La verdad nunca puede mentir.
―Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí‖
(Juan 14:6). ―Escribe al ángel de la iglesia de Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el
que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre‖ (Apo-
calipsis 3:7).
3. Amor. El amor, incondicional en su naturaleza, es uno de los atributos de Dios.
También en este caso se hacen afirmaciones muy abiertas en cuanto al amor de Cristo.
―Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna‖ (Juan 3:16).
―Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que
también os améis unos a otros. En esto conocerán i todos que sois mis discípulos, si
tuviereis amor los unos con los otros‖ (Juan 13:34, 35).
4. Justicia. Dios es justo; es decir, recto. La justicia significa que ha establecido una
medida. Dios tiene una medida de amor, justicia y santidad, y eso es lo que espera de
nosotros. Sólo la medida divina de justicia es aceptable para El. Dios es justo, y sólo puede
aceptar personas justas ante su presencia. Con todo, sólo Él puede ser perfectamente justo.
Por esta razón Cristo fue aceptado como nuestra justicia, como nuestro sustituto perfecto…
―Pues mucho más, estando ya justificados con su sangre, por él seremos salvos de la ira‖
(Romanos 5:9).
―Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida
por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.
Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la
misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.
Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos
pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.
Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase: mas cuando al pecado abundó,
sobreabundó la gracia: para que así como el pecado reinó para muerte, así también la
gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo. Señor nuestro‖ (Romanos
5:17 – 21).
"Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis: y si alguno hubiere pecado,
abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo, el justo" (1 Juan 2:1).
"Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez
justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida" (2
Timoteo 4:8). Por consiguiente, el sacrificio justo de Cristo demuestra su divinidad, puesto
que fue aceptado por Dios.
En cuanto a los atributos morales, algunos dicen: ―Yo amo sin poner condiciones, y
siempre digo la verdad, pero eso no me convierte en Dios.‖ Entonces, ¿por qué hace esto
que Cristo sea Dios? Para responder a esta pregunta, tenemos que comprender primero
dos conceptos: uno referente a la naturaleza de Dios y el otro referente a la nuestra.
Los atributos de Dios son cualidades que son totalmente ciertas con respecto de Dios, y
que no existen aisladas. En otras palabras, la justicia de Dios existe junto a su amor. La una
no excluye al otro De esta manera, los atributos que representan la personalidad de Dios
son afectados por aquellas cualidades que se refieren a su esencia.
Por consiguiente, puesto que Dios es amor, y al mismo tiempo es infinito (otro atributo
que no hemos visto aquí), se deriva de esto que el amor de Dios es infinito. Vemos esto en
contraste con las cualidades del hombre. El hombre puede amar, pero su amor no es
infinito.
Además, la naturaleza básica del hombre es pecaminosa y tiene tendencia a seguir
pecando. Por lo tanto, aunque el hombre pueda actuar rectamente a veces por cuenta
propia, o sea capaz de amar incondicionalmente, a fin de cuentas, su naturaleza
pecaminosa lo limita e infecta, lo cual trae como resultado la desobediencia a las normas
de Dios.
James Bjornstad, director del Instituto para el Cristianismo Contemporáneo, hace una
importante observación:
Adorar a cualquier otro dios, sea ángel, hombre o imagen hecha por hombre, es
idolatría. En Colosenses 2:18 se nos advierte: "Nadie os prive de vuestro premio,
afectando. . . culto a los ángeles."
No debemos adorar a los ángeles. Esto se indica constantemente en la Biblia. En
Apocalipsis 19:10, un ángel (vea 18:1) se niega a recibir la adoración de Juan. En
Apocalipsis 22:8, 9, un ángel se niega por segunda vez a aceptar la adoración de Juan,
diciendo: "Mira, no lo hagas. . . Adora a Dios."
En Romanos 1:23 se habla también de los necios que "cambiaron la gloria del Dios
incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible". Es evidente que tampoco
debemos adorar al hombre. Esto también se demuestra constantemente a lo largo de
toda la Biblia. En Hechos 10:25, 26, Pedro se niega a recibir la adoración de Cornelio. En
Hechos 14:11-15, Pablo y Bernabé se niegan a ser adorados en Listra.
A partir de estas evidencias, podemos llegar a la conclusión de que no se debe adorar
ni a los ángeles ni a los hombres. A pesar de esto, Jesús es adorado, como veremos,
porque Él es Dios. No es un ángel, ni un simple hombre. Es Dios, y sólo a Dios se debe
adorar.4
La doctrina de la iglesia
La Confesión de Fe de Westminster contiene una declaración acerca de la iglesia que es
aceptada por todo los cristianos.
La iglesia católica o universal, que es invisible, está formada por todos los elegidos que
han sido, son o serán congregados en uno, con Cristo como cabeza, y es la esposa, el
cuerpo, la plenitud de Aquél que todo lo llena en todo. La iglesia visible, la cual es también
católica o universal bajo el evangelio (no circunscrita a una nación, como ocurrió
anteriormente bajo la ley), está formada por todos aquellos que profesan la verdadera
religión en todo el mundo, y de sus hijos, y es el reino del Señor Jesucristo, la casa y familia
de Dios, fuera de la cual no hay posibilidad ordinaria de salvación.
La verdadera iglesia está formada por todos aquellos que han puesto su confianza en
Cristo, proclamándolo su Salvador. No basta con asistir a la iglesia o estar inscrito en la
lista de miembros para ser realmente miembro de la verdadera iglesia de Cristo. Sólo la
obra transformadora del Espíritu Santo en el corazón del pecador arrepentido lo capacita
para ser miembro del verdadero cuerpo de Cristo.
La expiación
Todas las ramas del cristianismo están de acuerdo en que la muerte de Cristo satisfizo a
Dios perfectamente como justo castigo sustitutivo por los pecados del mundo.
Por lo tanto, como en Adán habíamos caído en pecado, maldición y muerte, así en
Jesucristo somos librados de pecado, maldición y muerte. Su sufrimiento y muerte
voluntarios en la cruz por nosotros, puesto que es de valor y mérito infinitos, al ser la
muerte del que no tenía pecado, Dios y hombre en una sola persona, es al mismo tiempo
una satisfacción perfecta a la justicia de Dios, quien nos había condenado a la muerte por
causa del pecado, y un tesoro infinito de méritos que le dio derecho sin perjuicio para la
justicia, a darnos a los pecadores el perdón de nuestros pecados y la gracia necesaria para
triunfar sobre la muerte y el pecado.7
La doctrina de la salvación
La doctrina de la salvación está vinculada con la muerte expiatoria de Cristo en la cruz.
Aunque todas las ramas principales del cristianismo están de acuerdo en que la muerte de
Cristo satisfizo a Dios como sacrificio por los pecados del mundo, hay desacuerdo entre
ellas en cuanto a la forma de apropiarse de ese sacrificio. Nosotros creemos que la Biblia
enseña que esa salvación se recibe por gracia, como dádiva gratuita de Dios a todos los que
creen en Cristo. Los que reciben a Cristo por fe son perdonados de sus pecados y se
convierten en hijos de Dios, nuevas criaturas en Cristo Jesús:
"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de
Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8, 9).
"Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su
misericordia, por el lavamiento de la regeneración, y por la renovación en el Espíritu
Santo" (Tito 3:5).
"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser
hechos hijos de Dios" (Juan 1:12).
"En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de
su gracia" (Efesios 1:7).
"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron: he
aquí todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5:17).
Puesto que la salvación es un regalo de Dios, nadie puede añadir cosa alguna a la obra
perfecta de Cristo para recibirla. Se recibe por la fe, y sólo por la fe.
¿Qué hace a Adán y Eva diferentes del resto de la creación? Encontramos la respuesta en
Génesis 1:26: "Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen…‖ Lo que
diferencia a Adán y Eva del resto de la creación es que ellos fueron creados a imagen de
Dios. Para el hombre del siglo veinte, la expresión imagen de Dios es tan importante como la
que más en las Escrituras, porque los hombres de hoy ya no pueden responder a esta
decisiva pregunta: "¿Quién soy yo?" En sus propias teorías naturalistas, con la
uniformidad de causa y efecto dentro de un sistema cerrado, y con el concepto
evolucionista de un desfile mecánico y casual que va desde el átomo hasta el ser humano,
el hombre ha perdido su identidad exclusiva. Cuando contempla al mundo, cuando se
enfrenta a la máquina, no puede distinguirse de aquello que tiene frente a él. No puede
distinguirte a sí mismo de las demás cosas.
Muy al contrario, el cristiano no tiene este problema. Sabe quién es. Si hay algo que sea
regalo de Dios, es esto: saber quiénes somos. Porque soy cristiano, sé en qué soy distinto.
Puedo mirar a la máquina más complicada que los hombres han hecho hasta ahora, o que
pueden hacer, y comprender que, aunque es posible que la máquina haga algunas cosas
que yo no puedo hacer, soy diferente a ella. Si veo una máquina más fuerte que yo, no me
importa. Si es capaz de levantar toda una casa, no me molesta. Si puede correr más que yo,
no me siento amenazado por su velocidad. Si me veo frente a una computadora gigante
que nadie puede derrotar en un juego de damas, aunque comprendo que ni yo ni ningún
otro humano podremos derrotarla jamás en toda la historia, no me siento destruido. Habrá
quienes se sientan abrumados intelectual y psicológicamente por el hecho de que el
hombre sea capaz de construir una máquina que le puede ganar en sus propios juegos; no
así el cristiano.8
Conclusión
Los cristianos, debido a nuestra fe en la Biblia, sabemos que Dios es personal, eterno y
uno solo en tres Personas. En cambio, las sectas niegan una o más de las doctrinas bíblicas
básicas que hemos estudiado. Tenga cuidado con todo grupo o individuo que cambie estas
doctrinas esenciales. Ningún grupo o individuo puede manejar las enseñanzas bíblicas a
su antojo. La Biblia contiene ―la fe que ha sido una vez dada a los santos" (Judas 3), y quien
cambia sus afirmaciones divinas, actúa como aquellos a quienes se condena en 2 Pedro
3:16: "Las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras,
para su propia perdición.‖