Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Emoción y educación
La neuroeducación establece lazos entre la neurociencia y las aplicaciones en la
educación para unificar los métodos de enseñanza de los profesores en línea con
el desarrollo de los alumnos.
Uno de los aspectos más importantes que refuerza el vínculo entre el funcionamiento
del cerebro y la mejora del aprendizaje es el estudio sobre las estrategias
cognoscitivas. Estas estrategias hacen referencia a las actividades mentales que
desarrolla la persona durante el proceso de aprendizaje y que influencian así el modo
en el que presentar la información.
Así, recuerdos, elementos que impulsen la motivación o que den solución a problemas
hacen más rápido y eficaz el aprendizaje.
Según señala otro especialista, el catedrático de Fisiología Humana de la Universidad
Complutense, Francisco Mora, “en el corazón de la neuroeducación está la emoción”.
La neurociencia enseña hoy que “el binomio emoción-cognición es indisoluble,
intrínseco al diseño anatómico y funcional del cerebro. Toda información
sensorial, antes de ser procesada por la corteza cerebral en sus áreas de asociación
(procesos mentales, cognitivos), pasa por el sistema límbico o cerebro emocional, en
donde adquiere un “colorido emocional”. Y es después, en esas áreas de asociación,
en donde, en redes neuronales distribuidas, se crean las ideas, los elementos básicos
del pensamiento.
Beneficios de la neuroeducación
Conocer nuestro cerebro para llevarlo lo más lejos posible, a cualquier edad. La
neuroeducación es, en definitiva, un campo de la neurociencia nuevo, abierto, lleno de
posibilidades que eventualmente debe proporcionar herramientas útiles que ayuden a
aprender y enseñar mejor. Pero, sobre todo, además de hacernos más eficaces y
competitivos, facilitar el conocimiento en un mundo cada vez de más calado abstracto
y simbólico y mayor complejidad social.
Como conclusión, es preciso resaltar que este nuevo modelo educativo que constituye
la neuroeducación reside en trasladar la ciencia al aula para que los profesores
sepamos realmente qué intervenciones serían necesarias y positivas en el aprendizaje
del alumnado y las causas por las que lo hacen, a fin de que se puedan poner en
práctica en distintos contextos educativos.
RESPUESTA AL DEBATE
"La atención es un recurso muy limitado que es imprescindible para que se dé el aprendizaje,
por lo que puede resultar útil fraccionar el tiempo dedicado a la clase en bloques con los
respectivos parones. En la práctica, queremos que el nivel de activación del estudiante sea el
adecuado. Los extremos son perjudiciales, tanto el defecto (dormidos), como el exceso
(ansiosos o sobre estimulados)", explica Guillén.
Los docentes deben "reconocer posibles activadores del aprendizaje, desde diferentes vías
como la música, plástica, artes escénicas, ajedrez, teatro… reconocidos como favorecedores de
procesos cognitivos, sociales, morales…", indica Luque Rojas.
El cerebro es un órgano social que aprende de otros y con otros. Por ello es importante
impulsar el trabajo cooperativo en clase. Para lograrlo se puede cambiar la disposición del aula
tradicional a una que propicie la cooperación entre iguales, como sería formar grupos de 4 o 5
estudiantes.
También conviene llevar a cabo metodologías educativas innovadoras que propicien el trabajo
grupal y la participación del alumnado, como aprendizaje basado en proyectos (ABP),
aprendizaje-servicio, aprendizaje cooperativo, flipped classroom, etc.
Emplear diferentes recursos en las clases para presentar la información de forma atractiva, y
también interactiva, puede favorecer el aprendizaje. Las metodologías educativas que
permiten que el alumnado perciba el mundo a través de todos sus sentidos ayudan a que el
aprendizaje sea mucho más significativo, como puede ser la gamificación de los contenidos
didácticos.
Más juego y más movimiento mejoran el aprendizaje. De acuerdo con Giacomo Rizzolatti, un
famoso neurobiólogo italiano, "el cerebro que actúa es un cerebro que comprende". Por
tanto, hay que integrar el componente lúdico en el aprendizaje desarrollando actividades que
permitan al alumnado moverse mientras aprenden.
"El ejercicio regular puede modificar el entorno químico y neuronal que favorece el
aprendizaje, es decir, los beneficios son también cognitivos", considera Guillén en su blog
Escuela con Cerebro.