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ANÁLISIS 1: “EL CEREBRO: ¿CÓMO APRENDE MEJOR?”.

Existen diversas investigaciones neurocientíficas que ya nos han mostrado cómo


aprende el cerebro. De igual forma, existen ciertos avances tecnológicos que han
proporcionado herramientas para descubrir más cosas acerca del funcionamiento
del cerebro.

Nuestro cerebro está diseñado para educar y ser educado de manera instintiva y
sin esfuerzo. Es como una máquina a la cual se producen todas las formas de
aprendizaje. Además, es el mecanismo natural que pone límites en el aprendizaje
y determina lo que puede ser aprendido, cuánto y con qué rapidez.

Si logramos saber cómo es que el cerebro aprende, podría tener un gran impacto
en la educación. Además, se podrían transformar las estrategias educativas y
permitirnos crear programas que ayuden a potenciar el aprendizaje de personas
de todas las edades y con diversas necesidades. Sabiendo cómo el cerebro
adquiere y guarda información y destrezas seríamos capaces de alcanzar los
límites de su capacidad para aprender.

La educación cambia la mente, pero no solo eso, sino también el cerebro. Algo
cambia en nuestro cerebro cada vez que aprendemos algo nuevo, sea una
palabra o una canción. Por lo tanto, podemos decir que la educación puede hacer
que el cerebro sea mejor.

Los conocimientos de las generaciones anteriores pueden sernos transmitidos de


modo que podemos almacenar y acceder a más conocimientos, aprender y utilizar
más destrezas. Esto nos permite ver que, mientras más conocimientos acumula
nuestro cerebro, mayor es la inteligencia. El proceso de aprender está sujeto a las
conexiones sinápticas entre las células cerebrales, esto quiere decir que, mientras
más conexiones hay entre las neuronas, se incrementa el aprendizaje; lo cual
depende del hemisferio dominante, pues cada uno de ellos, aunque funciona de
una manera especializada, no es independiente respecto del otro.

Por otro lado, existen emociones como la ira, la tristeza, la depresión, la ansiedad,
preocupaciones, entre otras, que también influyen en el aprendizaje, limitando la
capacidad de guardar en la mente toda la información correspondiente a la
actividad que se está realizando; afectan la conducta del estudiante porque crean
estados mente-cuerpo distintos. Las emociones desencadenan los cambios
químicos que alteran nuestros estados de ánimo, conductas y nuestras vidas.

Los estudiantes que se sienten ansiosos, enfurecidos o deprimidos no aprenden;


la gente que se ve atrapada en esos estados de ánimo no asimila la información
de manera eficaz ni la maneja bien. Las emociones determinan los estímulos a los
que se presta atención, permiten fijar información en la memoria para luego ser
recordada e influyen en el comportamiento, las positivas asocian el aprendizaje
con el placer y el bienestar. Es por ello que los estudiantes necesitan aprender las
destrezas de la inteligencia emocional, para ser capaces de reconocer sus propios
sentimientos y los ajenos, de motivarse y de manejar bien las emociones en sí
mismos y en sus relaciones.

Por otra parte, en el cerebro ocurren diferentes procesos neuronales, entre ellos la
sinapsis que es una conexión o unión especializada que posibilita que pase
información de una neurona a otra. En la sinapsis se libera dopamina, serotonina y
endorfinas, la transmisión del mensaje se da con mayor rapidez y facilidad; en
este aspecto, se necesita estimular al cerebro para que secrete las sustancias en
mayor cantidad, lo cual supone que en el aula de clases se debe permitir a los
estudiantes que realicen diferentes actividades como por ejemplo, ponerse de pie,
estirar el cuerpo, chocar las manos, trabajar en equipo, escuchar música; tales
actividades estimulan el cerebro para que comience a liberar sustancias químicas
y enriquecen el cerebro del estudiante. Esto significa que, si los estudiantes
disfrutan o experimentan situaciones agradables en clase, las funciones cognitivas
y el aprendizaje se ven beneficiados.

En conclusión, en el ámbito de la educación, los nuevos avances basados en los


múltiples descubrimientos de la neurociencia, han generado una serie de
beneficios, que a corto o largo plazo pueden representar para los educandos la
implementación de nuevas estrategias educacionales, fomentando la estimulación
del cerebro de manera global, buscando incrementar la asimilación de contenidos
con los aprendizajes en el menor tiempo posible.

El sistema de enseñanza-aprendizaje actualmente se ha convertido en una


competencia directamente para los docentes y centros educativos incluyendo a
todos los actores que participan en el proceso. El desarrollo será el producto de la
acumulación de aprendizajes, donde el estudiante debe contar con la capacidad
de evaluar su propio proceso, basado en los resultados donde debe conseguir
enriquecer el conocimiento del mundo que le rodea potenciando su crecimiento
junto con su desarrollo personal.
ANÁLISIS 2: “NEUROEDUCACIÓN: UNIENDO LAS
NEUROCIENCIAS Y LA EDUCACIÓN EN LA BÚSQUEDA DEL
DESARROLLO HUMANO”.

La neurociencia en la educación y el aprendizaje, es un tema bastante interesante


que involucra muchos aspectos, métodos y actividades que se deben analizar y
reflexionar cuidadosamente, por cuanto está involucrado directamente con la
búsqueda de implementar nuevas formas de procesar y mejorar el aprendizaje,
con la finalidad de facilitar el trabajo docente.

Actualmente, las investigaciones respecto a la interacción del cerebro con los


distintos procesos de aprendizaje no han terminado, ni han arrojado conclusiones
finales, por una razón que coincide entre los expertos: el cerebro no ha dado fin a
su evolución. Por esa razón, existen algunos artículos que se enfocan en la
plasticidad cerebral como una manera de explicar sus efectos en la experiencia
compleja del aprendizaje. Con ello se sustenta la actual idea de que el desarrollo
del cerebro y de la inteligencia es adaptativa, como también de que el aprendizaje
es evolutivo y va de la mano con las innovaciones del funcionamiento emocional y
sensitivo del ser humano a lo largo del tiempo.

Sin embargo, el saber cómo es y cómo funciona el cerebro no mejoraría la


práctica educativa. Es necesario que se construyan bases más sólidas para
formular investigaciones científicas y educativas para lograr una mayor
comprensión de los procesos de aprendizaje y enseñanza, de modo que éstas
sean realmente significativas y útiles para la educación.

Es de suma importancia que los educadores logren comprender la neurociencia


como una forma de conocer de manera más amplia al cerebro, sobre cómo es,
cómo aprende, cómo procesa, registra, conserva y emite una información, entre
otras cosas, para que partiendo de este conocimiento se puedan mejorar las
propuestas y experiencias de aprendizaje que se imparte en las aulas. Del mismo
modo, los dirigentes de los sistemas educativos deben entender que los docentes,
a través de las planificaciones, de sus actitudes, de sus palabras y de sus
emociones ejercen una influencia muy grande en el desarrollo del cerebro de los
estudiantes, y por ende en la forma en que aprenden.

Finalmente, los aportes de las neurociencias a la educación, deben estar


centrados en saber usar los conocimientos que estás aportan, para que el
estudiante sepa cómo se usa el saber, en medio de las sociedades del
conocimiento; para que el docente pueda establecer relaciones con el estudiante
que permitan la reflexión crítica, situándolo contextual e históricamente, para que
en este reconocimiento se pueda orientar la educación y el modelo pedagógico,
que responde a las necesidades del sujeto de la educación.

Ante este fundamento es importante que los docentes sean innovadores, creativos
y reflexivos, para que de esa manera formen estudiantes que puedan resolver
problemas y tomar decisiones en busca de un cambio, exigiendo así, que los
docentes dejen enterrados los métodos tradicionales y empiece a enseñar a
aprender y a pensar; lograr en los estudiantes habilidades de pensamiento crítico
y no a acumular conocimientos, porque no se trata de que los estudiantes sepan
mucho sino que comprendan e interpreten los conceptos, teorías y sean capaces
de aplicar esos conocimientos a nuevas situaciones. Es así como se debe hacer
énfasis a la necesidad de establecer procesos adecuados para que los individuos,
dentro de su educación, optimicen su capacidad intelectual al máximo
permitiéndoles ser reflexivos, críticos y creativos. Esta es la oportunidad de educar
para el desarrollo humano.
REFERENCIAS

Campos, A. L. (junio de 2010). NEUROEDUCACIÓN: UNIENDO LAS


NEUROCIENCIAS Y LA EDUCACIÓN EN LA BÚSQUEDA DEL DESARROLLO
HUMANO. Obtenido de
https://repositorio.upn.edu.pe/bitstream/handle/11537/25280/neuroeducacion.pdf?
sequence=1&isAllowed=y

Cevallos, I., & Rodríguez, M. (s.f.). Neuroeducación una tendencia pedagógica en


el aprendizaje para la vida. Revista Interdisciplinaria de Humanidades, Educación,
Ciencia y Tecnología, VI(10). Obtenido de
https://cienciamatriarevista.org.ve/index.php/cm/article/view/231

El cerebro: ¿cómo aprende mejor? (s.f.). Obtenido de


https://www.uco.edu.co/ova/OVA%20Evaluacion/Objetos%20informativos/Unidad
%204/1.%20el_cerebro_como_aprende_mejor.pdf

Meneses Granados, N. (2019). Neuroeducación. Sólo se puede aprender aquello


que se ama, de Francisco Mora Teruel. Obtenido de
http://perfileseducativos.unam.mx/iisue_pe/index.php/perfiles/article/view/59403/52
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