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Ejercicios para liberar emociones con Biodescodificación

La escritura terapéutica es un ejercicio (cada vez más usado en el ámbito terapéutico


y de la psicología) que consiste en dedicar unos minutos a escribir acerca de
vivencias o experiencias negativas que han generado un trauma, afectando
incluso a nivel físico (mediante la aparición de síntomas que hacen que no se
sienta del todo saludable), sin prestar atención a la corrección gramatical y sin
entrar en autoreproches ni autocríticas.
Si tu mente está plagada de pensamientos, recuerdos o preocupaciones no
deseados, la escritura expresiva puede serte útil, dice James Pennebaker, profesor de
psicología de la Universidad de Texas.
***Lo sé, no te apetece nada leer y quieres ir directamente a los ejercicios de escritura
terapéutica y emocional para liberar emociones negativas. Ve al final de la página y
descárgate los ejercicios que he creado para ti.
Pero si lo haces te remorderá la conciencia por no haber leído esto tan interesante que
tengo para contarte. Venga, léelo que te va a gustar
¿Para qué sirve escribir nuestras emociones?
Al ejercicio de escribir sobre nuestros sentimientos y emociones le llamamos escritura
terapéutica.
La escritura terapéutica es una herramienta que sirve para conocernos mejor y
gestionar con serenidad la realidad que estamos viviendo.
Sirve también para conectar con uno mismo e indagar en las emociones. Pero para
que esto tenga un verdadero efecto en tu persona, es vital que lo tomes como una
rutina a seguir cada día (te explico el motivo más adelante).
Si consigues que este ejercicio se convierta en un hábito diario, la escritura terapéutica
o emocional te ayudará a:
 Identificar patrones de conducta
Reflexionar sobre lo que nos ocurre en ciertos momentos o situaciones y hacer una
valoración objetiva de lo vivido (cómo hemos reaccionado, qué hemos hecho o no
hemos hecho para solucionarlo…) y, de esta manera, poder verificar si nuestra
reacción o actitud ha sido desmesurada o, por el contrario, la apropiada para esa
situación.
 Autoconocimiento
Una vez conocemos cuál es (o cuáles son) nuestros patrones de conducta ante
determinados momentos o situaciones, seremos mucho más capaces de identificar la
vivencia, analizar nuestras reacciones y poder encontrar situaciones que puedan
poner fin a la problemática.
 Identificar aquello a lo que más vueltas le damos en nuestra mente
Muchas veces no somos realmente conscientes del tiempo que dedicamos a
pensar, y repensar, y repensar de nuevo, el mismo tema en nuestra cabeza (como
si de un bucle se tratara).
Por eso, cuando lo plasmamos en un papel (o pantalla digital) podemos ser realmente
conscientes del tiempo que le hemos dedicado y de los beneficios (o contras) que
esta costumbre (inconsciente muchas veces) puede provocar en nuestra persona.
 Mayor claridad mental
Otorgarles palabras a nuestras ideas mentales puede ser realmente sanador.
A veces, solemos tener en mente lo que parece ser un mundo de ideas subjetivas,
nada concretas e indefinidas, y cuando las escribimos usando palabras vemos que
realmente lo resumimos todo en unas pocas palabras.
¿Cuáles son los beneficios de la escritura terapéutica?
Desde la década de 1980, el Dr. Pennebaker ha medido los resultados de la escritura
expresiva o emocional y descubrió que quienes practican esta técnica pueden
experimentar:
 Salud inmunológica más fuerte
 Mejores hábitos de sueño
 Salud mental mejorada
 Presión arterial regulada
 Reducción del dolor causado por enfermedades crónicas
Una de las funciones del cerebro es ayudarnos a comprender los eventos de nuestra
vida.
Escribir ayuda a construir una narrativa para contextualizar el trauma y organizar
ideas. Hasta que hagamos esto, el cerebro repite los mismos patrones de
pensamiento no constructivos una y otra vez y nos quedamos estancados.
Escribir sobre el dolor y el trauma ayuda a lograr un cierre que le dice al cerebro
que su trabajo está hecho. Este cierre nos libera para seguir adelante.
Tener casi cualquier tipo de experiencia traumática tiene efectos negativos en la salud.
Sin embargo, si mantienes el trauma en secreto, aumentan las probabilidades de
que tengas problemas de salud.
Otros efectos que produce realizar ejercicios de escritura terapéutica son los
siguientes, como dice Luisa Acela (2020):
 La escritura emocional es una excelente manera de superar experiencias
negativas y traumas del pasado
 Nos permite exteriorizar cuestiones que no nos atrevemos a contar a nadie
 Podemos dejar ir emociones y sentimientos negativos para dar espacio a
los positivos (los que verdaderamente nos hacen bien)
 Nos permite analizar nuestra conducta y nuestra manera de reaccionar ante
diversas situaciones
 Es una inversión de tiempo para mejorar nuestra salud integral (nuestro
bienestar).
 Nos ayuda a poder ver las cosas desde otras perspectivas no tan negativas.
 Nos sirve de gran ayuda para superar pérdidas y a sobrellevar mucho mejor el
duelo (en cualquier sentido: una separación de pareja, una pérdida de un ser
querido…).
La escritura como ejercicio para reducir la ansiedad
Algo que todos sabemos es que escribir es un excelente ejercicio para liberarnos en
cuerpo y alma: nos permite llegar a un estado de tranquilidad y de paz interior.
Teniendo claro esto que te acabo de decir, la escritura terapéutica es una herramienta
excepcional para reducir y combatir la ansiedad, pues (según Silvia Adela Kohan,
autora del libro Escribir para sanar) esta te permite:
 Conectar contigo mismo e indagar en tus emociones
 Expresar con palabras tus síntomas corporales, y así poder liberarte de
todas esas cargas físicas.
 Conseguir un estado de calma y de confianza en ti mismo
 Sanar heridas emocionales que a simple vista no ves.
 Aclarar la mente de esos pensamientos que, en silencio, te autodestruyen.
 Descubrir que tus miedos e inseguridades tienen muchos más efectos
negativos en tu vida de lo que parece.
Todos estos puntos llevan a una única conclusión: los ejercicios de escritura
emocional te permite poder conocerte más y mejor, poder cerrar capítulos del
pasado, sentir paz interior y recuperar la salud que te falta desde hace tanto
tiempo.
James W. Pennebaker, profesor de psicología en la Universidad de Texas del que he
hecho mención antes, afirmó que el hecho de que una persona trate de lidiar de
manera silenciosa las vivencias traumáticas de su pasado podría acelerar procesos
psicosomáticos, incrementando el riesgo de enfermedad y otros problemas
relacionados con él. Contener pensamientos, sentimientos o comportamientos
vinculados con traumas emocionales, provoca estrés; liberarlos debe, en teoría,
reducirlo.
Cómo escribir para sanar nuestras emociones
Si un hombre cualquiera, incluso el más vulgar, narrara su propia vida, escribiría una
de las más grandes novelas que jamás se hayan escrito. Giovanni Papini
Quizá comenzar con ejercicios de escritura terapéutica pueda resutarte al principio
algo complicado, y probablemente no sepas qué hacer para empezar a expresar todo
eso que sientes y que está como un ovillo en tu interior pidiéndote salir.
Te doy unas claves para escribir tus emociones y sentimientos de forma sencilla:
1. Practica primero la escritura autobiográfica
Para empezar a hacer escritura terapéutica, puedes comenzar a escribir sobre ti.
Escribe sobre tus logros, miedos, inseguridades y fortalezas.
Quizá sea un buen comienzo y así, serás capaz de ver todo lo bueno que tienes, y
dejar de lado (aunque sea por unos minutos) todos esos pensamientos negativos que
provocan en ti esa imagen negativa hacia ti mismo y esa baja autoestima.
2. Coge un papel y un lápiz y déjate llevar
Si no quieres forzarte a escribir sobre algo en particular, simplemente déjate llevar.
Escribe libremente aunque sean frases inconexas.
Poco a poco irá tomando forma eso que tu corazón quiere que liberes.
Es importante que, en el momento de ponernos a escribir, no pongas barreras o
límites a tu mente y a tus pensamientos.
Debe ser algo que tiene que fluir naturalmente, porque nadie te va a juzgar sobre lo
que has escrito (de hecho, nadie más lo leerá).
Puedes hacerlo en silencio o con una música tranquilizante, pero sobretodo asegúrate
de no tener a mano distracciones que puedan entorpecer ese trabajo.
3. Plantéate los ejercicios de escritura terapéutica como una rutina diaria
Si realmente quieres beneficiarte de todo lo que la escritura terapéutica puede hacer
por ti, debes añadirla a tus tareas diarias y cumplir con el propósito.
Al igual que lavas los dientes antes de dormir, escribirás unas líneas.O por la mañana,
antes de lavarte los dientes 😉

Escribir un día puede provocar en ti un desahogo, pero si lo haces todos los días
estarás yendo más allá: tu mente y tu cuerpo te lo agradecerán, y no tardarás en
notar los verdaderos beneficios.
4. Escribe en primera persona
De esta manera, serás capaz de establecer una mejor conexión mente-cuerpo-
emoción.
Esto te permitirá que puedas detectar mucho más fácilmente cuáles son esos
aspectos sobre los que te cuesta más (o menos) expresarte, qué frases son las que
más te repites o a las que das más vueltas…
5. Utiliza frases cortas
Si utilizas frases muy extensas en tus ejercicios corres el riesgo de perder el hilo de lo
que estas hablando, difuminando el propósito de la escritura emocional.
Por eso, mejor utiliza frases cortas y concretas, que te permitirán poner un mayor
orden de tu caos mental de una manera más sencilla y rápida.
6. Narra la historia, pero no entres de nuevo en ella
Limítate a contar, de la manera más objetiva que puedas, lo sucedido.
Si no eres puedes, es probable que vuelvas a conectar con las mismas emociones
negativas que sentiste en aquel momento y, así, volver a vivir el dolor que te causó
dicha situación o vivencia. Si vas a conectar con esas emociones negativas, mejor
hacerlo en terapia para que te guíen convenientemente.
8 ideas para escribir y liberar emociones negativas
Plantéate estas preguntas y ve respondiendo a tu ritmo:
1. ¿Qué no quiero sentir ahora mismo?
2. ¿Me estoy convenciendo de que necesito algo para ser una persona aceptable
y apreciada? ¿De quién es la voz que me dice que no soy suficiente como soy?
3. ¿Creo que merezco ser una persona amada tal como soy? ¿Por qué sí o por
qué no?
4. Ante la realidad de que voy a morir algún día, ¿qué es lo más importante para
mí ahora?
5. ¿Estoy haciendo espacio para el placer en mi vida? ¿Creo que merezco
placer? ¿Por qué sí o por qué no? ¿Qué me da verdadero placer?
6. ¿Y si fuera suficiente, tal como soy? ¿Cómo se sentiría en mi cuerpo si no
tuviera que añadir nada o quitar nada para ser suficiente?
7. ¿Qué harías si no te importara lo que los demás piensen de ti?
8. Dale a tu crítico interior el micrófono. Deja que hable… hasta que se agote.

Estudios e investigaciones que avalan los beneficios de la escritura terapéutica


1. El experimento de la herida por biopsia
Para analizar los efectos de la escritura terapéutica en quienes la practican, la
psicóloga neozelandesa Elizabeth Broadbent llevó a cabo un experimento en el que
49 participantes, entre los cuales se encontraban hombres y mujeres con edades
comprendidas entre los 64 y los 97 años, se les pedía que diariamente escribieran
durante unos 20 minutos.
Únicamente había una directriz: la mitad del grupo tenía que escribir acerca de
pensamientos, sucesos traumáticos o momentos negativos de su vida, y la otra mitad
debía limitarse a escribir sobre cómo había ido el día (sin mencionar los momentos de
dificultad o de más negatividad en los que se viesen involucradas las emociones).
Algo que no te he comentado es que había algo que todos tenían en común: una
herida en el brazo originada por una biopsia.
Cada 4 días se les hacía fotografías en las heridas para documentar el proceso de
sanación.
Con dicho experimento, lo que Elizabeth quería demostrar es que escribir acerca de
sucesos negativos hacía sanar más rápido las heridas que estos hubieran dejado
en la persona.
El resultado fue revelador: al 11º día, el 76% de integrantes del primer grupo (los que
podían escribir acerca de sucesos o experiencias traumáticas en los que las
emociones estuvieran de alguna manera presentes) ya habían sanado
completamente la herida, mientras que de los integrantes del segundo grupo (el que
se limitaban a describir lo que habían hecho durante el día), solo el 42% logró sanarla
hasta ese mismo día.
2. El estudio de Nancy P. Morgan
Nancy P. Morgan, directora del programa de Artes y Humanidades del Centro
Oncológico Integral Lombardi, de la Universidad de Georgetown, en Whasington,
realizó un estudio con el objetivo de demostrar los beneficios que la escritura
terapéutica brindaba no solo en el aspecto emocional y psicológico de la persona,
sino también en el físico.
Para ello, pidió a sus pacientes que respondieran a una serie de preguntas que
evocaban a vivencias del pasado (tanto positivas como negativas).
Sin duda, se trataban de preguntas con el claro propósito de provocar en
sus pacientes la rememoración de experiencias y traumas que, hasta ese día, hacían
mella en todos los aspectos de su persona (al profundizar sobre las negativas).
El resultado fue que, en una encuesta que los participantes rellenaron al finalizar el
estudio, ellos mismos aseguraban una mejora de su enfermedad (es decir, una
mejora a nivel emocional) y también una mejora de los síntomas que habían
estado sintiendo como consecuencia de no haber sabido aceptar y cerrar esos
capítulos de sus vidas.
3. El experimento de la extracción de sangre
Aunque no se sabe el responsable de este experimento, sí sabemos en qué consistió
y quiénes participaban.
Dicho experimento se llevó a cabo con 50 participantes. La tarea que se les asignó
fue escribir durante unos 20 minutos al día durante 4 días seguidos.
Hubo dos grupos: el primero, debía escribir acerca de acontecimientos negativos que
vivieron en algún momento de sus vidas, y el segundo debía limitarse a escribir sobre
temáticas en las que las emociones no jugaban ningún papel.
Y por si te preguntabas acerca del por qué he puesto como nombre del experimento
“(…) de la extracción de sangre” es porque a los participantes se les hizo dos
analíticas de sangre: una antes de empezar el estudio y otra al finalizarlo.
Las evidencias que obtuvieron con dichos análisis fue que los integrantes del primer
grupo mostraron una mayor actividad inmunitaria que el segundo, siendo los más
beneficiados los que más tiempo habían estado guardando en silencio sus
emociones.
La conclusión es que, según este experimento, las personas que más tiempo llevan
lidiando en silencio con sus emociones y experiencias negativas, una vez comienzan
a practicar la escritura terapéutica, son los que más mejoran a nivel inmunitario y los
que más rápido se ven beneficiados de sus efectos beneficiosos.
Cómo ayuda la Biodescodificación a liberarse de los bloqueos emocionales
El cuerpo está interconectado con todas las partes que lo forman, y con el medio que
le rodea.
Cuando una parte de nuestro cuerpo manifiesta un desequilibrio o enfermedad no es
sólo porque esa parte está enferma, si no porque el desequilibrio es a nivel de todo el
cuerpo, y su manifestación es a través de ese síntoma o enfermedad.
El cuerpo y su entorno forman una unidad que conforman el estado de salud y
enfermedad.
Y el síntoma o enfermedad es una señal de aviso que nos dice que algo está fallando
en algún punto del sistema. Esto es lo que nos enseña la Biodescodificación.
La Biodescodificación es una terapia complementaria que sirve para identificar qué
pensamientos, sentimientos y emociones no se expresaron en el momento de una
vivencia muy estresante, rompieron el equilibrio interno del cuerpo y permanecen
reprimidos en nuestro interior. Aquí te cuento en profundidad qué es la
Biodescodificación y para qué sirve.
Siguiendo las pautas de la Biodescodificación se liberan los pensamientos,
sentimientos y emociones que hemos reprimido en momentos de mucho estrés y
han producido un desequilibrio en nuestro interior.
Estos sentimientos son puestos en consciencia al expresarlos con palabras, y así, se
reduce el estrés y el cuerpo recupera su equilibrio interno.
¿Cuáles son los componentes del estrés emocional?
El estrés está compuesto de 3 elementos clave:
 la emoción que el organismo percibe como amenazante
 el cerebro, que es el que procesa, interpreta y da un significado particular al
evento estresante
 la respuesta de nuestro cuerpo al estrés.
¿Qué es un Bioshock?
En Biodescodificación sabemos que la situación que nos produce mayor estrés
emocional es la que llamamos bio-shock: un acontecimiento desestabilizante, que
nos toma de imprevisto, que vivimos en soledad y para el que pensamos que no
hay solución.
Por partes, y como lo explica el Dr. Salomon Sellam, el bio-shock es un
acontecimiento:
1. repentino y brusco. Es probable que recuerdes el día y la hora en la que
sucedió.
2. inesperado, imprevisto y a menudo excepcional.
3. que te toma completamente a contrapié, de improvisto.
4. es dramático o sentido como tal.
5. de intensidad extrema, sobrepasa tus propios límites defensivos
6. no existe ninguna solución en ese instante.
7. generalmente vivido en un estado de aislamiento. No puedes compartirlo con
nadie en el momento de su sobrevenida.
8. está caracterizado por un impacto a nivel mental controlado por el sistema
psíquico de protección, y por un impacto corporal controlado por el sistema
físico de protección.
Lo peor de sufrir un bioshock es vivirlo en soledad y no expresarlo.
Reprimir las emociones y sentimientos que han surgido en esa situación y no ponerlos
en palabras, mantiene el estrés en un nivel por encima de lo soportable.

Cómo hacer un proceso de Biodescodificación


En este artículo de mi blog te explico con más detalle cómo hacer un proceso de
Biodescodificación.
Toma nota:
1.¿Cuál es el síntoma que quieres biodescodificar?
Muchas veces he escuchado eso de «tengo de todo, no sé ni por dónde empezar»,
pero esto no nos sirve. Tienes que «elegir» un síntoma. Escríbelo en un papel y así
habrás dado ya el primer paso para realizar el camino de la Biodescodificación con él.
Ahora entenderás el porqué.
*Aprovecho para decir que la Biodescodificación es totalmente compatible con
cualquier tratamiento médico o psicológico.
Es más, la precisión de la Biodescodificación depende de la exactitud de un
diagnóstico médico, así que siempre, siempre, cuando nos encontremos mal vamos a
un médico. Después, seguimos sus recomendaciones y acto seguido comenzamos el
proceso de Biodescodificación.
2. ¿Desde cuándo tienes el síntoma?
Es muy importante que ubiques en el tiempo cuándo apareció el síntoma o desde
cuándo lo estás sufriendo. A veces aguantamos tiempo y tiempo «por si se cura solo»
y no vamos al médico hasta un tiempo después, pero tu labor aquí es recordar
cuándo comenzaron las molestias o el dolor que estás padeciendo.
Sé que a veces es difícil ir tan atrás en el tiempo, pero piensa en situaciones vitales
que te hayan marcado. A partir de ahí podrás recordar si ya tenías ese dolor o
malestar o apareció después. Puedes buscar entre los papeles del médico para
calcular la fecha en la que apareció o hacerte sencillas preguntas.
Por ejemplo, ¿lo sufrías cuando ibas al instituto? ¿Apareció después de la muerte de
tu madre? ¿Surgió en aquella época en la que tu pareja parecía distraída? ¿Está
relacionada con aquel trabajo del que te fuiste porque no podías más?
3. ¿Cuál es el significado emocional de mi síntoma?
Aquí es cuando la mayoría de la gente busca en un diccionario de Biodescodificación
cuál es el significado emocional de su síntoma para avanzar en el proceso.
Aquí y aquí te hablo de los diccionarios de Biodescodificación (te recomiendo mi
favorito) y te digo cómo usarlos.
Pero lo mejor de todo es que no necesitas saber cuál es el significado emocional
porque quizás lo que dicen los diccionarios no va contigo. Los diccionarios están
hechos de forma empírica, esto es, después de tratar a muchas personas se ha visto
que la mayoría de los casos relacionados con un síntoma concreto están asociados
con una vivencia emocional determinada, que además está conectada con la función
biológica del órgano afectado (esto es lo que el Dr. Hamer nos enseñó),
pero
no están recogidas toooodas las percepciones subjetivas que todos los habitantes
de la tierra puedan tener de un suceso. Tú puedes tener una vivencia particular y
porque no esté en el diccionario no es menos válida.
Si no tienes un diccionario o si lo que dice no te resuena hazte estas preguntas:
 ¿Cuál es la función del órgano o de la parte de mi cuerpo afectada? Por
ejemplo, los oídos sirven para escuchar, el hígado para purificar la sangre,
almacenar energía y hacer la digestión, los ovarios fabrican óvulos y hormonas
con los que se podrá tener un bebé… (si no tienes muy claro para qué sirve,
haz una búsqueda en Google 😉 )

 ¿Qué te impide hacer el síntoma? Si los oídos sirven para escuchar pero tienes
un acúfeno, quizás no puedas escuchar con claridad o no puedas disfrutar del
silencio o no puedas meditar como hacías antes…
 ¿Qué te obliga a hacer el síntoma? Volviendo al ejemplo, puede que ahora
tengas que evitar ir a ciertos sitios ruidosos o buscar más momentos de
silencio que antes.
4. ¿Cuál es la situación estresante que viviste ANTES del síntoma y está
relacionada con la función del órgano afectado (el Bioshock)?
No olvides situarte ANTES (y lo resalto porque es fácil perderse en vivencias que
aparecieron después pero también fueron estresantes. Solo nos interesan las previas)
y conectar cuerpo y mente para viajar a esa situación en la que sufriste un
impacto emocional y lo viviste en silencio.
Volviendo al ejemplo, estabas en una reunión familiar en un restaurante y tu hermana
empezó a subir el tono de voz quejándose del comportamiento de tu pareja. Tu pareja
también levantó el tono de voz, la pelea fue a más, todo el restaurante os estaba
mirando y tú no sabías si mandar callar a tu hermana o a tu pareja porque te sentías
entre la espada y la pared. En los cientos de discusiones que ha habido en la familia
siempre has acabado mal por meterte a poner paz, y ya no sabías qué hacer pero tu
estrés estaba al 1000%.
5. ¿Cuáles son los pensamientos, sentimientos y emociones que sentiste en
aquel momento y no pusiste en palabras?
Es hora de vaciarte de todo lo que pensaste y sentiste en aquel momento preciso y no
expresaste.
Súper importante: conecta con tu cuerpo, con esa sensación física que muchas
veces está en el estómago y pon en palabras todos los sentimientos reprimidos.
Este paso lo puedes hacer en un lugar o en un momento donde tengas intimidad para
gritar o patalear, y también escribiendo (eso sí, sin mirar faltas de ortografía). Si
surgen ganas de llorar, deja salir las lágrimas.
6. ¿Qué creencias o formas de pensamiento te han llevado a actuar así?
Ahora es momento de que te des cuenta de los patrones de pensamiento que te
han llevado a actuar de esa forma. Si eres una persona que siempre se calla para
no generar problemas, si no expresas lo que sientes porque no quieres molestar, si te
sacrificas siempre para que los demás estén bien pero tú estás cada vez peor… estas
y otras formas de pensamiento pueden no estar sirviéndote en tu vida actual. Quizás
te sirvieron en tu infancia o en otro momento, pero ahora es probable que tu cuerpo te
esté pidiendo que cambies, que te pongas en prioridad, que luches por tus sueños…

7. ¿Qué te está pidiendo tu cuerpo?


Cuando nos vaciamos del estrés emocional reprimido, nuestro cuerpo entra en un
estado de relajación. Seguro que alguna vez has sentido ese alivio de decir algo que
estabas callando y has dicho «uff, qué peso me he quitado de encima…».
Ese peso emocional que nos quitamos de encima se refleja en el cuerpo porque
pasamos de estar en un estado de alerta, con nuestro sistema nervioso simpático
activado, a un estado de calma y recuperación, donde es el sistema nervioso
parasimpático quien entra en acción.
La Biodescodificación llega mucho más allá. Es probable que no hayas llegado al
estado de calma y equilibrio interno total porque haya alguna acción, decisión o
cambio que tengas que hacer y no estás haciendo por resistencias internas.
Los terapeutas en Biodescodificación ayudamos a tomar conciencia de las creencias
limitantes que hay que cambiar, de las decisiones que el cuerpo te pide que
tomes o de la acción que hay que iniciar.
La mente miente. El cuerpo no. Así que si tu cuerpo todavía manifiesta algún resquicio
del dolor, es porque hay algo más que tienes que hacer por ti.
Cómo liberar emociones bloqueadas con ejercicios de escritura y
Biodescodificación
Dice Thorwald Dethlefsen en el libro La enfermedad como camino, que “la enfermedad
física es la mejor solución que ha encontrado nuestro instinto de supervivencia ya que
disminuye drásticamente el estrés psíquico que de otro modo sería insoportable para
nuestro cerebro.”
Lo importante no es eliminar el estrés sino gestionarlo debidamente.
Y lo gestionamos correctamente cuando ponemos en palabras las emociones,
sentimientos y pensamientos surgidos en la vivencia del hecho estresante.
Para poder hacerlo es importante conocer la naturaleza del estrés, sus causas, sus
orígenes y las consecuencias que se derivan de no gestionarlo adecuadamente.
Cuando sentimos o experimentamos emociones y no somos capaces de verbalizarlas,
cuando no las podemos expresar con palabras y no las podemos describir por
medio de lenguaje resulta muy difícil gestionar las emociones.
Al filtrar la experiencia emocional y describirla por medio de lenguaje se elimina mucha
de la negatividad que esa emocionalidad pudiera contener.
Ejercicios gratuitos descargables de escritura y Biodescodificación
Para que comiences en este proceso de escribir sobre tus sentimientos y
emociones y te liberes de ellas a través de la escritura terapèutica.
Elige un momento del día en el que puedas disfrutar de unos minutos de tranquilidad,
conecta con tu cuerpo y responde a las preguntas que aparecen en el Cuaderno.
Siéntete libre para escribir lo que salga sin mirar si hay faltas de ortografía o si está
bien escrito.
Exprésate.
Lo importante es que tomes el hábito de poner consciencia sobre lo que sientes.
El objetivo no es culpar al mundo exterior de lo que sientes ni convencer a quienes te
rodean de que tienen que cambiar.
El propósito de realizar ejercicios de escritura terapéutica es que aumentes la
consciencia sobre tus sentimientos y emociones y mejores tus relaciones y tu
calidad de vida.
La Biodescodificación nos enseña que conectando con nuestro cuerpo se identifican
qué pensamientos, sentimientos y emociones no se expresaron en el momento de la
vivencia estresante y permanecen reprimidos. Esta inhibición hace que el conflicto
emocional siga sin resolverse y se plasme, por conversión biológica, en el
cuerpo.
La Biodescodificación y la Escritura Terapéutica ayudan a reducir el estrés que
ha activado una respuesta de alarma en nuestro inconsciente biológico.
Una vez que los pensamientos, sentimientos y emociones son puestos en
consciencia y expresados en palabras, se reduce el estrés y la respuesta biológica
pierde su sentido, es decir, le damos la opción para que desaparezca el síntoma.
La Biodescodificación no sustituye a ningún otro tratamiento médico o psicológico, si
no que se complementa a ellos.
Escribir y expresar lo que sentimos es un ejercicio que te ayuda a liberar emociones
en lugar de reprimirlas (lo que sabemos que es perjudicial para nuestra salud) La
mayoría tenemos pensamientos pululando por nuestra mente que guardamos con
dolor o vergüenza.
A través de la escritura, el dolor se traduce en palabras que sacas fuera de ti
para que no ocupe espacio en la cabeza ni en el alma.
En el nivel del pensamiento, la escritura te obliga a organizar tus experiencias en una
secuencia, lo que te da la oportunidad de examinar la causa y el efecto y formar una
historia coherente.
A través de estos ejercicios de escritura, también puedes alejarte un poco de tus
experiencias y comenzar a comprenderlas de otra forma, llegando a entenderte
mejor a ti y al mundo.
Si bien una experiencia de mucho impacto emocional puede alterar tus creencias
sobre cómo funciona la vida, procesar esta experiencia a través de la escritura puede
reducir el estrés que produjo y muy posiblemente esté gritando a través de un síntoma.
“Escribir es un ejercicio para poner nuestras experiencias, pensamientos, creencias y
deseos en el lenguaje, y al hacerlo nos ayuda a comprenderlos, crecer y darles
sentido”, dice Joshua Smyth, profesor distinguido de medicina y salud bioconductual
en Penn State University.

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