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, por la que declaró “improcedente” la tutela solicitada sin entrar a considerar el fondo de la

acción; en base a los siguientes fundamentos: 1) Los accionantes acompañ aron a la presente
acción una Resolución emitida por el Juez Primero de Partido en lo Civil y Comercial, por
la cual se rechazó su solicitud de ordinarización del proceso ejecutivo por ser personas
ajenas al mismo; asimismo, adjuntaron una solicitud de nul idad del fallo por fraude
procesal, en la que el referido Juez señaló que no eran parte del proceso; por lo que, sobre
la base de esos documentos el Tribunal de garantías admitió la acción; sin embargo, se debe
mencionar que, si esos fueron los actos lesiv os que afectaron los derechos de los
accionantes, la autoridad demandada debió ser el Juez Primero de Partido en lo Civil y
Comercial; 2) De igual manera, se constató que en el proceso, durante la ejecución de la
sentencia, se produjeron actuaciones de otr as autoridades judiciales que resolvieron
incidentes y recursos de apelación interpuestos por los accionantes; es decir que, no sólo
participó el Juez ahora demandado, sino también otras autoridades superiores; por lo que,
todas debieron ser demandadas de acuerdo a lo previsto por la jurisprudencia constitucional,
más aún si se identifica como acto lesivo e ilegal a todo el proceso desarrollado; y, 3) Todo lo
expresado impide al Tribunal de garantías ingresar al fondo de la pretensión planteada en
la acción ; no correspondiendo siquiera entrar a analizar si se cumplió o no el principio de
subsidiariedad. De igual manera, presentaron diferentes memoriales planteando
incidentes de nulidad de citación y obrados; por lo que, se practicaron nuevas notificaciones,
que, al no haber sido apeladas dieron como consecuencia la declarac ión de ejecutoria del Auto
de 7 de septiembre de 2011, quedando concluido y cerrado el proceso para estas personas al
permitir por voluntad propia que la Resolución adquiera la calidad de cosa juzgada; ii) A
partir de lo señalado, se ordenó la desocupación y entrega del inmueble contra los accionantes;
quienes, mediante memorial de 5 de abril de 2013, solicitaron ampliación del plazo para
cumplir la medida; es decir que, aceptaron la determinación, pidiendo solamente tiempo
adicional para efectivizarla; iii ) En la presente acción no se precisó el acto concreto que
lesiona sus derechos fundamentales; además, al haberse impugnado el total del proceso
ejecutivo, y considerando que han tomado conocimiento del mismo jueces superiores en
grado de apelación, corres pondía que se dirija la acción contra todas las autoridades
judiciales que intervinieron; por lo que, no se ha cumplido con el requisito de legitimación
pasiva; y, iv) Los propios accionantes, el 27 de marzo de igual año, plantearon ante el Juzgado
Primero de Partido en lo Civil y Comercial un proceso ordinario de anulación de la
demanda ejecutiva; sin embargo, éste fue rechazado mediante Auto de 1 de abril del
citado año; por tanto, debieron dirigir esta acción contra esa autoridad y no contra su persona.
Ratificación y ampliación de la acción La parte accionante, por intermedio de su abogado,
ratificó íntegramente los términos de la acción de amparo constitucional interpuesta; señalando
además que: 1) Los accionantes nunca fueron notificados con el proceso hasta que la
sentencia estuvo debidamente ejecutoriada; por lo que, no fueron parte del mismo, y
precisamente por eso, el Juez de la causa no les permitió participar en éste, rechazando
todos los recursos presentados e incluso la solicitud para que se les franqueen fotocopias;
pretendiendo; sin embargo, que el fallo les alcance también a ellos, sin tomar en cuenta
que, cuando las partes no han intervenido en el proceso, no pueden ser víctimas inocentes de
una sentencia; 2) El Juez ahora demandado no debió admitir un proceso ejecutivo sabiendo
que se trataba de uno de desalojo; pues, ninguna autoridad puede confundir las demandas;
ya que, vicia todo el proceso de nulidad; 3) Los accionantes no respondieron la demanda
ejecutiva porque ellos no le deb en dinero al ejecutante; por tanto, Nelson Achá Gabriel no
tiene nada que cobrarles y no puede despojarlos de su vivienda; y, 4) Si bien es cierto que
existe un juicio de usucapión en otro juzgado; empero, en éste, que fue en el que se emitió
el mandamient o de desapoderamiento, los accionantes no tuvieron la más mínima intervención;
es decir que, no pudieron defenderse en igualdad de condiciones. 8.1 del Pacto de San José de
Costa Rica, 'tod a persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de
un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial,
establecidas con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal
formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden
civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter' (las negrillas son nuestras), como podrá
advertirse la norma transcrita consagra dos derechos humanos de la persona: 1) el de
recho de acceso a la justicia; y 2) el derecho al debido proceso, entendiéndose por aquélla
la potestad, capacidad y facultad que tiene toda persona para acudir ante la autoridad
jurisdiccional competente para demandar que se preserve o restablezca una sit uación
jurídica perturbada o violada que lesiona o desconoce sus derechos e intereses, a objeto de
lograr, previo proceso, una decisión judicial que modifique dicha situación jurídica. En razón
a esto, la jurisprudencia desarrollada en varias Sentencias Constitucionales ha pr evisto que,
cuando existan mandamientos de desapoderamiento, pretendiendo desalojar a una o varias
personas de un bien inmueble, es posible otorgar una tutela de carácter “provisional”,
siempre y cuando exista pendiente algún recurso o proceso que dilucida rá la legalidad o
correspondencia o no de la referida medida. Es decir que, para evitar que una persona
quede desprotegida al perder su vivienda, mientras se tramite todavía algún mecanismo
que podría determinar que no corresponde el desalojo, el Tribunal Constitucional
Plurinacional deberá tutelar “provisionalmente” ese derecho a fin de evitar cualquier lesión a
otro derecho que pueda resultar como consecuencia de la restricción del primero. Conforme
a lo anotado, el derecho al acceso a la justicia podría ser analizado desde una triple
perspectiva: 1. el acceso propiamente dicho, es decir la posibilidad de llegar al sistema
judicial, sin que existan obstáculos para el e jercicio de dicho derecho; 2. lograr un
pronunciamiento judicial que solucione el conflicto o tutele el derecho, siempre que se
hubieren cumplido con los requisitos de admisión que establece la ley, y 3. lograr que la
Resolución emitida sea cumplida y ejec utada, pues si se entiende que se acude a un proceso
para que se reestablezca o proteja un derecho, un interés o un bien, en la medida en que
el fallo no se ejecute, el derecho de acceso a la justicia no estará satisfecho”. Respecto
al segundo elemento, y a partir de la conclusión del primero, tenemos que, si b ien es
necesario tutelar el derecho de acceso a la justicia o tutela judicial efectiva del tercero
interesado; el mismo tiene que considerar el conjunto de situaciones suscitadas en el proceso
desarrollado, como es el derecho posesorio que probablemente se a probado en una
demanda de usucapión en favor de los accionantes que no fueron parte del proceso sobre el bien
que se pretende desapoderar; concluyéndose que, al existir duda sobre el derecho
propietario del inmueble, lo correcto es esperar que éste sea p reviamente dilucidado en
instancias judiciales; teniéndose además que, en caso de demostrarse que los
accionantes no cuentan con ese derecho posesorio, la sentencia ejecutiva finalmente será
ejecutada con la garantía que a partir de la misma no se lesionó derecho fundamental
alguno ni se afectó a ninguna persona. De acuerdo a lo mencionad o tanto por el accionante en
el memorial de la presente acción, como por la autoridad demandada en su informe, dentro
del proceso ejecutivo seguido por Nelson Achá Gabriel contra Alberto Miranda Huallpa, el
Juez Décimo Primero de Instrucción en lo Civil, - hoy demandado - emitió Sentencia de 22
de noviembre de 2010; por la que, al haberse declarado probada la demanda, determinó que el
monto adeudado sea cancelado con un lote de terreno de aparente propiedad del
ejecutado, en el que vivían los ahora accionante s; por tanto, se notificó a éstos con la
referida Resolución el 17 de marzo de 2011 (fs. Por tanto, este Tribunal Constitucional
Plurinacional , encuentra que se ha producido un aparente conflicto de derechos: por u
na parte, el derecho mencionado de los accionantes a la vivienda, y por otra, el de la
tutela judicial efectiva del ejecutante del proceso ejecutivo - ahora tercero interesado - , en
cuanto a la ejecución de la sentencia que le otorgó la razón y que pretende ser
ejecutoriada a través de la orden de desapoderamiento; correspondiendo en consecuencia,
realizar el análisis respectivo y la debida ponderación de derechos para verificar cuál es el
que debe ser tutelado en la presente acción. Al respecto, cabe señalar que este Tribunal, si
bien ante una sit uación diferente, como lo fue una medida de hecho por corte de servicios
básicos, a través de la SC 0616/2010 - R de 19 de julio, señaló que: '...el principio de
subsidiariedad del recurso de amparo constitucional, cede ante la necesidad de tutelar los
derecho s de las personas contra los actos o vías de hecho cuando éstas afectan las condiciones
mínimas de dignidad del ser humano, como ser el derecho a la vivienda...'; derecho que si
bien no fue denunciado de haber sido vulnerado; empero, está conectado o relacio nado
a los hechos denunciados, y guarda relación con la tutela solicitada que básicamente busca
el no desalojo del inmueble en cuestión. Asimismo, se debe aclarar que, dentro del proceso
ejecutivo, los accionantes fueron convocados, escuchados y vencidos; pues, plantearon
declinatoria de competencia y después dejaron vencer su plazo para apelar; y de igual manera,
una vez que se dictó el auto por el que se los conminó a desocupar el inmueble,
interpusieron el recurso de reposición bajo alternativa de apelación, que fue rechazado por
encontrarse la demanda en etapa de ejecución de sentencia; por lo que, posteriormente
plantearon el recurso de apelación, pero de manera extemporánea, habiendo sido
rechazado. La jurisprudencia constitucional contenida en la SCP 0348/2012 de 22 de junio,
ha establecido que el derecho a la vivi enda digna '...persigue la satisfacción de las
necesidades que tienen las personas, puede entenderse como derivado de los derechos a la
vida y a la dignidad, porque se trata de un lugar digno para vivir, y no simplemente de un
techo para estar o para dormir; sino que es una condición esencial para la supervivencia y
para llevar una vida segura, digna, autónoma e independiente; es un presupuesto básico
para la concreción de otros derechos fundamentales, entre ellos, la vida, la salud, el agua
potable, servicios básicos, trabajo, etc. En el marco de la norma citada y la doctrina del Dere
cho Constitucional, este Tribunal ha establecido «los derechos fundamentales no son
absolutos - en su ejercicio - , encuentran límites y restricciones en los derechos de los demás,
la prevalencia del interés general, la primacía del orden jurídico y los facto res de seguridad y
salubridad públicos, que no pueden verse sacrificados en aras de un ejercicio arbitrario o
abusivo de las prerrogativas individuales; es decir, que los derechos fundamentales pueden
ser limitados en función al interés social» (SC 0004/20 01 - R de 5 de enero). Por lo que, para
que en futuros casos análogos pueda admitirse la acción de amparo constitucional y la
misma pueda otorgar este tipo de tutela provisional frente a un mandamiento de desa
poderamiento contra los ocupantes de una propiedad; necesariamente los accionantes
deberán adjuntar prueba idónea que certifique su posesión en el inmueble que pretende ser
desapoderado, y que permita tener cierto grado de certeza a los jueces que dentro d e
una demanda de usucapión se podrá probar su derecho posesorio, como en este caso,
fueron las certificaciones de la junta vecinal y facturas de agua y luz. Debe hacerse énfasis
en el daño irreparable e irremediable citado, como fundamento para la tutela excepcional del
derecho a la vivienda; toda vez que, si bien se está tramitand o la mencionada demanda de
usucapión a través dela cual es probable que los accionantes consigan la tutela a su
derecho propietario; no es menos cierto que, la orden de desapoderamiento ya fue
emitida y su ejecución no puede ser suspendida por la tramitaci ón de otro proceso;
por tanto, en caso de ejecutarse la medida, podría dejarse en la calle a toda una familia, que se
vería afectada en sus derechos y cuyos daños ocasionados no podrán ser reparados aunque
la resolución de usucapión resulte a su favor. Sobre el derecho a la vivienda y su
protección a través de la “tutela provisional” en los casos en que exist a mandamiento de
desapoderamiento, entretanto se resuelva el conflicto respecto a la propiedad que pretende ser
desalojada Sobre el derecho a la vivienda, se mencionó precedentemente que el mismo
tiene la característica de ser “fundamental - fundamental”; toda vez que, se constituye en un
presupuesto básico para la concreción de otros derechos fundamentales como la vida o la
dignidad humana; de modo tal que, cuando se suprime su ejercicio, implícitamente, también se
amenazan a los otros derechos; por lo que , corresponde activar su tutela en la medida de
lo posible, para evitar cualquier afectación que pueda dar lugar a que se vulneren los “otros”
derechos mencionados. De acuerdo a la prueba acompañada a esta acción, se tiene que
los ahora accionantes iniciaron un proceso de usucapión contra Alberto Miranda Huallpa
ante el Juzgado Séptimo de Partido en lo Civil y Comercial durante la gestión 2012,
habiendo presentado al mismo prueba testifical que acredita su posesión en el inmueble
que ahora pretende ser desapoderado, y adjuntado tanto a ese proceso como a esta acción
certificaciones de la Junta Vecinal así como facturas de agua y luz que demuestran el referido
derecho posesorio (fs. por lo que, se debe concluir que no es suficiente tener derecho, sino
que uno tiene que buscar la vía adecuada para hacerlo valer; d) Los accionantes alegan que
todo el proceso es ilegal, y éste fue ejecutoriado el 22 de noviembre de 2010,
habiéndoseles notificado el 31 de mayo de 2011; por lo tanto, esta acción fue planteada fuera de
los seis meses establecidos en la norma; y, e) La presente acción no fue interpuesta
correctamente respecto a las personas demandadas; pues to que, las autoridades judiciales
de los diferentes juzgados que intervinieron en este proceso, no fueron ahora “recurridas”.
Por tanto, al ver las consecuencias que nacen de la afectación a cada uno de éstos
derechos, es prudente inclinarnos por la protección del derecho a la vivienda; tomando en
cuenta además que, su resguardo resulta necesario; ya que, de no hacerlo podría
producirse un da ño irreparable e irremediable respecto a los ocupantes del lugar si se los
deja en la calle y posteriormente se determina su derecho propietario sobre el inmueble.
Una vez que tuvieron conocimiento de la Sentencia citada supra, de acuerdo al informe del
Juez demandado, durante la etapa de ejecución de la misma, los accionantes se
apersonaron al proceso y plantearon diferentes incidentes y recursos de apelación; los
mismos que fueron resueltos por diferentes autoridades y en su mayoría rechazados debido al
incumplimiento de algunos requisitos legales o por presentación extemporánea; por lo que,
finalmente, el 7 de septiembre de 2011, se los conminó a la desocupación del inmueble (fs.
En consecuencia, de ser así, el desalojo de los accionantes del bien inmueble que con
probabilidad sea declarado de su propiedad por tener el derecho posesorio, no resultaría
correcto n i justo; ya que, se los estaría alejando de su vivienda cuando en la realidad
ellos son los habitantes del predio y por el transcurso del tiempo adquirieron el respectivo
derecho propietario, dejándolos en la calle mientras termina el proceso de usucapión, y
afectando de forma irreparable su derecho a la vivienda durante este tiempo. Al respecto, en
resguardo del derecho de acceso a la justicia del tercero interesado, la tutela otorgada a los
ahora accionantes será de manera “provisional”; e s decir, que la misma se dará sólo
entretanto se desarrolle el proceso de usucapión, terminando en el momento en que se dicte la
respectiva sentencia; entendiéndose que, si la disposición final resulta favorable a los
accionantes, los mismos podrán permane cer en el inmueble; sin vulnerar con esto ningún
derecho del ejecutante; ya que, al determinarse el derecho posesorio en favor de los accionantes,
y siendo así que éstos nunca tuvieron ninguna relación con Nelson Achá Gabriel y que no le
adeudan nada a ést e; no correspondería ejecutar ningún tipo de mandamientos contra
éstos o el bien inmueble de su propiedad. no debe perderse de vista que a partir de su
incorporación en la Constitución Política del Estado como derecho autónomo, es
directamente justiciable, como los demás derechos fundamentales; y por lo tanto, es posible
exigir su protección de manera franca, en aplicación a lo dispuesto por el art. 109.I del
citado cu erpo normativo que señala: «Todos los derechos reconocidos en la Constitución
son directamente aplicables y gozan de iguales garantías para su protección»...'” (las
negrillas y el subrayado nos corresponden) . se llegó a la conclusión de que la
satisfacción del derecho de acceso a la justicia del tercero interesado no justifica la afectación
del derecho a la vivienda de los accionantes; ya que, como mencionamos antes, éste
último implica una condición esencial para la supervivencia de las personas y para que
éstas lleven una vida segura, digna, autónoma e independiente; pues, el referido derecho es
un presupuesto básic o para la concreción de otros derechos fundamentales como la dignidad
humana y hasta la vida misma; por lo que, en caso de afectarse éste se pone en amenaza de
lesión también los otros derechos mencionados. Sin embargo, a pesar que no existió lesión
a los referidos derechos y que se demostró que los accionantes tuvieron la oportunidad de
participar en el proceso ejecutivo; también se pudo constatar que existen pruebas idóneas
que demuestr an que ellos ocuparon, por más de dieciocho años, el bien inmueble que será
desapoderado; y que por tanto, generan una duda razonable a este Tribunal sobre la certeza de
su derecho posesorio respecto al mismo; generando que se cuestione la posibilidad que la
sentencia del proceso de usucapión sea favorable a los accionantes. Así, entre otras, la SC
1082/2003 - R de 30 de julio, en un caso similar al que ahora se analiza, estableció lo
siguiente: “Bajo esta idea rectora, sólo es posible conciliar los principios de subsidiariedad,
protección inmediata y eficacia, brindando una tutela provisional, destinada a evitar la
consumación del hecho in vocado como lesivo del derecho fundamental en cuestión, lo cual
requiere de una ponderación del derecho invocado como lesionado y las circunstancias que
rodean al hecho excepcional. Intervención del tercero interesado Nelson Achá Gabriel,
demandante en el proceso ejecutivo a partir del cual se emitió la orden de
desapoderamiento contra los accionantes, a través de su abogado, en audiencia indicó lo
siguiente: a) En la present e acción no se ha cumplido con el principio de subsidiariedad; toda
vez que, además del proceso ejecutivo existe otro de usucapión, en el cual los accionantes
pueden hacer valer su derecho posesorio o posible derecho propietario que dicen tener sobre el
in mueble; b) Ahora bien, respecto al derecho de acceso a la ju sticia, la autora Martha Rojas
Álvarez, ha señalado lo siguiente: “De manera general, se puede sostener que el derecho de
acceso a la justicia, también denominado por la doctrina española como derecho a la
tutela judicial efectiva, implica la posibilidad d e toda persona, independientemente de su
condición económica, social o de cualquier otra naturaleza, de acudir ante los tribunales para
formular pretensiones o defenderse de ellas, de obtener un fallo de esos tribunales y, que la
Resolución pronunciada sea cumplida y ejecutada. En principio, se supone que todos los
derechos deben ced er ante la exigencia de mayor valor, de modo que el Juez, que es el
intérprete en general, habrá de sopesar el valor respectivo del derecho y de los
argumentos para sacrificarlo, para decidir, en consecuencia, a favor del derecho o de su
sacrificio total o parcial.

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