Introducción

Alimentarse bien es imprescindible en nuestra vida diaria. La cantidad de proteínas, grasas,

azúcares, vitaminas y otros nutrientes es básica para que nuestro cuerpo funcione correctamente,
por eso es muy importante hablar sobre la alimentación y su clasificación.

Alimentos

Los alimentos son las sustancias que un ser vivo toma o recibe para su nutrición. Estos sirven
para reponer la materia viva que gastamos como consecuencia de la actividad del organismo

Los alimentos pueden contener distintos tipos de nutrientes, según los que es
posible clasificarlos en alimentos constructores, reguladores y energéticos.

Alimentos reguladores
Los alimentos reguladores son aquellos que contienen nutrientes que
regulan el funcionamiento del organismo y evitan enfermedades. Son alimentos
que contienen gran cantidad de vitaminas y sales minerales.

Ejemplos de alimentos reguladores

1. Huevos. Contienen vitamina B y vitamina D. Además, contienen fósforo, que
forma parte de los huesos y dientes.
2. Frutos secos. Contienen sales minerales constituidas por calcio, fósforo,
magnesio, potasio e hierro.
3. Leche. Contiene vitamina D y vitamina B.
4. Verduras y frutas frescas. Contienen vitamina C.
5. Verduras de hojas verdes. Contienen vitamina B.
6. Pescados. Contienen el ácido graso omega 3.
7. Agua. El agua es un regulador imprescindible para el organismo. Actúa como
un disolvente, como un medio para que ocurran reacciones metabólicas y
como una sustancia que transporta a otras sustancias.

Alimentos constructores
Los alimentos constructores son aquellos alimentos que contienen gran porcentaje
de proteínas, ya sean proteínas de origen animal o vegetal. Por ejemplo: carnes
rojas, carnes blancas, huevos.
Ejemplos de alimentos constructores
1. Carnes rojas. Tienen gran proporción de proteínas y una variedad de
aminoácidos esenciales para el organismo. Las carnes rojas frescas (no
envasadas ni desecadas) contienen además una variedad de vitaminas
y minerales.
2. Huevos. En los huevos se encuentran todos los aminoácidos esenciales
(unidades que forman las proteínas).
3. Pescados. Tienen gran porcentaje y variedad de proteínas.
4. Carnes blancas. Las aves, como el pollo o el pavo, contienen también gran
cantidad de proteínas, aunque no contienen tanta variedad de aminoácidos
esenciales.

Alimentos energéticos
Son alimentos ricos en carbohidratos y grasas, los cuales nos proporcionan la
energía necesaria para el desarrollo de nuestras actividades. Los principales
alimentos energéticos son aquellos que contienen hidratos de carbono, también
llamados carbohidratos o glúcidos. Ejemplo: Cereales (arroz, trigo, cebada),
azúcares, almidones (papa, yuca), grasas (aceite y mantequilla).

Ejemplos de alimentos energéticos

1. Harinas. Panes, pastas, galletas y todos los alimentos elaborados a partir de
la harina son alimentos energéticos.

2. Aceites vegetales. Tienen alto contenido de lípidos, por lo que aportan una
importante cantidad de energía.
3. Mantequilla. Aporta energía, pero a diferencia de los aceites vegetales, tiene
la desventaja de contener ácidos grasos saturados, que son dañinos para la
salud.
4. Azúcar. El azúcar es un hidrato de carbono, por lo que cada gramo aporta 4
kilocalorías, en forma de energía para ser utilizada por el cuerpo.
5. Pasteles. Combinan la energía de las harinas, el azúcar y la mantequilla,
tienen un gran aporte calórico al organismo.
6. Arroz. Como cereal, el arroz también contiene altas proporciones de hidratos
de carbono.
7. Frutos secos. Además de sus funciones reguladoras, los frutos secos son una
importante fuente de energía saludable, debido a los aceites vegetales que
contienen, y en algunos casos a sus azúcares naturales.
8. Miel. La miel contiene hidratos de carbono que aportan gran cantidad de
energía al organismo.
9. Carnes diversas. En menor medida, las proteínas y grasas de las carnes
pueden utilizarse como fuente de energía.
Conclusión

Todas las actividades diarias que hacemos como: caminar, trotar, correr, jugar, estudiar,
pensar, entre otras hacen que nuestro cuerpo gaste energías. Estas energías perdidas tenemos que
recuperarlas y aumentarlas para poder crecer y mantenernos sanos. De ahí la importancia de
consumir alimentos variados para que el cuerpo reciba una dieta balanceada, sabiéndolos combinar
y elegir los más convenientes para nuestra forma de vida y la actividad física que
realicemos día a día.