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Proverbios 5:5
Este es uno de los versículos que más debemos que tener en cuenta para cuando no
podamos tener control de nuestra mente y nuestra imaginación, es decir, para tu romper
esos pensamientos, esa imaginación, obligatoriamente tienes que depender de Dios.
Dios es un Dios de dependencia y nuestra vida está hecha un caos porque queremos
resolverla nosotros, es más, muchos dependemos de nuestros jefes y el jefe no tiene que
vernada contigo, Dios provee al jefe para pagarte; por eso te está diciendo en
Proverbios: fíate en Jehová.. no confíes en tus recursos, en tus pensamientos, en tu
sabiduría, no confíes en ti, dice la palabra: “maldito el hombre que confía en el
hombre“, con más razón de nosotros buscar a Dios todo el tiempo.
Si confías en Dios tus caminos torcidos Él los va enderezar, por eso hay tanta gente
inconforme consigo mismo, inconforme con todo lo que tiene, no le basta lo que tiene,
siempre quiere más, porque están mirando lo que ellos son capaces de tener pero se
olvidan de Dios y no logran mirar lo que Él es capaz de darte.
Dios nunca te dará los detalles de lo que Él tiene en mente para ti, sólo te dará un
avance, y ahí es donde no queremos entrar en depender de Dios. Por eso las cosas de
Dios son tan buenas,. Él siempre va hacer que tú hagas cosas que nunca habías hecho, si
hacemos cosas que a nosotros no nos duele o no apreciamos, no le damos el valor real.
El ímpetu en el nuevo creyente lleva consigo unas situaciones adversas en cada uno de
nosotros y lo hacemos porque nunca estamos acostumbrados a depender de Dios, sino
que solamente confiamos en nosotros. Cuando tenemos los pensamientos y la
imaginación trastocada por el enemigo caemos en una ceguera mental y cuando viene
esa ceguera viene el ímpetu, y ahí mismo nos cerramos, nos cegamos y ese es el trabajo
del enemigo, es como un punto ciego que nos da, y es cuando te explican las cosas, te la
razones, te dan una revelación pero tú no la crees ni la entiendes porque tu mente y tu
razón no te permiten ver lo que a ti te están diciendo.
Todos piensan que tiene razón y que su caminar está bien. Cuando piensas que todo lo
que piensas y haces está bien y que el otro es el que está mal, tienes un punto ciego.
Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro
para ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él, los cuales fueron y entraron en
una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos. Mas no le recibieron, porque
su aspecto era como de ir a Jerusalén. Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan,
dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías,
y los consuma? Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de
qué espíritu sois; porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los
hombres, sino para salvarlas.
Cuando una gente antepone la doctrina a cualquier tipo de relación con Dios, tiene un
punto ciego. Muchos creyentes no entienden que Dios quiere abrirte tu mente para que
puedas entender Sus caminos.
Lucas 24:45
Cuando tus pensamientos, tu imaginación producen esa ceguera mental, ese punto
ciego, entrarás a meditar cosas desagradables, porque eso es lo que hace el enemigo, de
ahí para allá comienzas a pensar lo peor, cosas desagradables, tu pensamiento comienza
a estimular tu sistema nervioso central, el sistema nervioso central comienza a estimular
tus glándulas, tus glándulas comienza a segregar mayor líquido del que deben de echar
y cuando viene a ver comienza la complicación de enfermedades en tu cuerpo. Cuando
entras a ese tipo de nivel por el odio, por el rechazo, por el rencor, automáticamente
esos pensamientos afectan tu cerebro y comienzan a afectar tus glándulas, por eso
comienza a salir la artritis, el reumatismo.
Hasta cuando nuestra mente, nuestros pensamientos y nuestra imaginación nos estarán
doblegando como esclavos, hasta cuándo? La iglesia tiene que prepararse a vivir en una
expectativa de Dios porque cada día las cosas se van a poner peor, y solamente los que
estén viviendo de una expectativa de Dios verán los milagros, para decir allá fuera que
somos diferentes.
Dios te ha dicho cómo tomar control, cómo depender de Él, ya no puedes seguir siendo
el mismo, tienes que ser un marcador de diferencia; sabes dónde está nuestro
problema? Cuando nosotros pensábamos que estamos bien y nos quedamos en el
avería, y ni tú ni yo fuimos hechos para ser average, los averages son conformista, se
estanca, se duermen y nunca hacen cambios.