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ENFOQUE GESTALTICO
DESARROLLO PERSONAL
ALUMNOS: Claudia Al
Karina Alonso
Valeria Altamirano
Jimena Abt
ÍNDICE
- Tema
- Planteamiento del problema
- Hipótesis del trabajo. Marco teórico
- Objetivos generales de trabajo
- Objetivos específicos del trabajo
- Taller
- Conclusión
- Anexo
- Bibliografía
TEMA ELEGIDO
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Para la Gestalt el miedo es una de las emociones primarias y
básicas de nuestro instinto de conservación. Para preservar nuestra
vida, para protegernos frente al peligro. La terapia Gestalt recupera el
miedo como una emoción que puede ser una aliada. El miedo es una
herramienta valiosa ante la vida.
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son valiosas señales que remiten a problemas reales a resolver. Las
emociones pueden ser aprovechadas si aprendemos a detectar a qué
problema específico remiten y cuál es el camino que resuelve ese
problema detectado. En este sentido, las emociones en sí mismas no
son el problema; se convierten en problemas si no sabemos
aprovechar la información que nos brindan.
- EL DARSE CUENTA
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aspectos de sí mismo, y situaciones o cualquier otra
circunstancia o acontecimiento que se produzca en su mundo
- AQUÍ Y AHORA
- RESPONSABILIDAD
- LA ESCUCHA EN GESTALT
LA RELACIÓN TERAPÉUTICA
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aún más importante que las técnicas utilizadas durante el
tratamiento con este. Es importante plantear la relación
terapéutica como una relación de ayuda y entender que siempre
esta debe facilitar el desarrollo y la maduración de nuestro
paciente.
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- TERAPIA DE GRUPO
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● Identificar las posibles causas de miedo que afectan el normal
funcionamiento de la vida cotidiana, ya que a menudo detectamos
más amenazas de las que realmente existen.
· TALLER:
A) Planificación.
B) Objetivo General
Brindar un espacio grupal de promoción de la salud, que
posibilite entrar en contacto con la emoción del Miedo
desde la vivencia y la reflexión, para integrarla como
fortaleza en la vida cotidiana
C) Objetivo Específico.
● Proponer distintas técnicas para conectarse con la
emoción del miedo y gestionar su influencia en la vida
cotidiana
● Cuestionar las ideas populares en torno al miedo que
la convierten en una emoción negativa a evitar.
● Recuperar la vivencia de la expresión de miedo y sus
componentes para poder comprender en qué consiste
la emoción.
● Ofrecer un espacio de escucha y contención grupal
que habilite el darse cuenta y la autorresponsabilidad.
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D) Destinatarios
Toda persona mayor de 21 años que esté interesada en
conocer y desarrollar las posibilidades que brinda el
autoconocimiento para que el miedo no nos paralice. Que el cariz
sea desarrollarnos como personas libres en un camino de
continuos aprendizajes.
E) Desarrollo de la Actividad
● Bienvenida, presentación, saludos generales.
● Dinámica de presentación: que cada uno diga su
nombre y a qué le tiene miedo (objeto, situación,
persona, etc.)
● Conversación dialogada sobre cómo nos damos
cuenta que tenemos miedo. ¿Qué sentimos, qué
pensamos, qué imágenes creamos? ¿Qué se dice
socialmente acerca del miedo? (que aparezcan las
creencias populares)
● Ejercicio vivencial con mi aspecto temeroso. (ver punto
F)
● Compartir en pequeños grupos la experiencia (parejas
o tríadas) Aquí es importante aclarar la importancia de
una escucha atenta, sin juicio y sin intervención sobre
el relato del otro.
● Puesta en común de cómo les fue en los pequeños
grupos (qué resonancias hubo, qué diferencias y
similitudes, etc.)
● Breve explicación teórica sobre el miedo
● Cierre.
F) Técnica utilizada
Secuencia de una propuesta de actividad: exploración
guiada para entrar en contacto con tu aspecto temeroso
1) Anclaje corporal - meditación guiada para sentir el cuerpo - volver
al presente - centramiento
2) Evocar una escena en la que sentiste miedo (no el más intenso de
tu vida)
¿Cuál fue el disparador?
¿Qué sensación te produjo? ¿En qué parte del cuerpo?
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¿Qué otras emociones te disparan?
Conectar con ese aspecto interno que siente miedo
3) Dibujar ese aspecto mío que siente miedo (no tanto a qué le tengo
miedo)
Contactar con ese aspecto temeroso: ¿cómo es esa parte
mía que siente miedo?
¿Qué otros sentimientos despierta esa parte interna que
siente miedo? (siento tristeza, vergüenza, amor, ternura o no
siento nada cuando lo veo, me molesta que esté, etc?)
4) Observar si es posible empatizar con ese aspecto que tiene
miedo, ponete en su lugar, con todos esos otros sentimientos que
emergen.
5) Cuando te conectas con ese aspecto interno, podes darte cuenta
qué necesita? ¿Cómo pondría en palabras eso que necesita?
6) Observa si podés hacer un contacto de mayor cooperación con
esa parte, si podés recibir lo que te dice que necesita, establecer
un compromiso un acuerdo con esa parte.
7) Fijate si podés decir a esa parte tuya que siente miedo “Ahora yo
te cuido” ¿Qué te vino a enseñar esta emoción?
8) Compartir en tríadas la experiencia
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En relación al miedo existen algunas creencias equivocadas
por ej. que es una emoción negativa, una perturbación que hay
que eliminar.
Es por esto que se descalifica o desprecia al que no hace
algo “porque tiene miedo”. Pareciera que la solución sería no
sentir miedo.
Otras creencias equivocadas serían: “hay que vencer el
miedo”, “el miedo es signo de debilidad”, “los hombres no tienen
miedo”.
Una nueva mirada sobre el miedo sería considerarlo una
señal que indica una desproporción entre la magnitud de la
amenaza a la que nos enfrentamos y los recursos que tenemos
para resolverla.
La amenaza puede ser física o emocional. Si la amenaza y
los recursos tienen el mismo valor no se va a producir el miedo. El
miedo indica que existe un problema, pero no es en sí mismo el
problema. Sí es una señal que nos permite descubrir el problema
e intentar abordarlo.
Es posible no sentir miedo si no hay desproporción entre la
amenaza y los recursos. También puede ocurrir que si por sentir
miedo uno ha sido rechazado, descalificado, tildado de cobarde,
etc., poco a poco vaya anestesiando la percepción de miedo, ya
no lo registra.
Por otro lado también es necesario saber con qué recursos
contamos, no solo tenerlos sino además saber que los tenemos.
El reconocimiento de los propios recursos forma parte de los
recursos necesarios.
No existen miedos injustificados, quizá sean miedos cuyas
razones desconocemos, pero eso no quiere decir que es
injustificado.
Existe también la creencia de que nuestro aspecto temeroso
no puede cambiar o que nunca haría nada por el miedo que tiene.
Por eso se suele escuchar frases como “No le des importancia a
ese miedo”, “El miedo es un mal consejero”. Sin embargo, hacer
que no lo escuchamos no lo resuelve, nuestro aspecto temeroso
sigue ahí, cada vez más descalificado y asustado porque le
sucede lo peor, que es no ser escuchado ni reconocido.
Si aprendimos a no escucharlo ni asistirlo y tratamos de
suprimirlo como sea, el miedo crece y se transforma en ataque de
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pánico (cuadro intenso que agrava el miedo hasta la vivencia de
catástrofe y desorganización) o queda encapsulado alrededor de
un tema (fobia)
¡El miedo no es tonto! El aspecto miedoso se calma cuando
es escuchado con respeto y cuando siente que lo que dice es
tenido en cuenta.
Cuando se explora en nuestro aspecto miedoso, lo que él
más quiere es que se lo ayude a desarrollar sus potenciales, no
quiere vivir con miedo. Si tomamos en cuenta en qué estado se
encuentra y de qué modo podemos ayudarlo a equilibrar la
relación recursos-amenaza, lo transformamos en un colaborador
activo y vital. Nos integramos y unificamos.
¿Qué es curar el miedo?
Existe un miedo disfuncional que angustia, inhibe,
desorganiza y bloquea la posibilidad de experiencia y aprendizaje.
Y un miedo funcional, cuya angustia es utilizada como señal de
muestra la desproporción entre el peligro y los recursos. Curar el
miedo sería transformar el miedo disfuncional en miedo funcional.
Para esto es fundamental el rol de nuestro evaluador
interno, el que reacciona hacia el miedo experimentado. ¿Cuál
podría ser una reacción adecuada?
1) Escuchar y respetar el aspecto temeroso: reconocer que
existe y tratar de conocerlo lo mejor posible, más allá de que nos
guste o no lo que percibimos. Reconocerle el derecho de estar
como está.
2) Reconocer la desproporción entre la amenaza y los
recursos, y que su respuesta tiene que ver con esa desproporción
y es su mejor respuesta posible, nos guste o no-
3) Expresarle nuestros desacuerdos pero sin imposiciones.
Darle un trato propicio al aspecto temeroso: si queremos que
modifique algo de sí proponérselo, explicarle por qué se lo
proponemos y disponernos a escuchar su respuesta.
4)Cambiar el modo de evaluar a nuestro aspecto temeroso.
¿Qué necesitas recibir? Transformar de esta manera a nuestro
evaluador interno en nuestro asistente interior.
H) Proceso de Cierre
Elaboramos el cierre entre todos. Consignas
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- Pensar en 3 cosas a las que le temen ¿realmente no lo
pueden afrontar? ¿Pueden identificar cuál es la
amenaza y cuáles son los recursos que tienen?
- Tomar un papel escriban 50 cosas de las que están
agradecidos en su vida
- Tomar una decisión ganadora…..y determina que
necesitas para lograrla…y A VIVIR
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sentimos determinada emoción que nos produce y cómo nos
empuja. pero fundamentalmente conocer y desmitificar las
emociones llamadas negativas como en el caso que nos ocupa “el
miedo” nos provee otra perspectiva a fin de poder evaluar las
alternativas que esta nos brinda y fundamentalmente tener un
conocimiento más acabado de porqué sentimos miedo de dónde
viene y que nos viene a enseñar y con qué herramientas
contamos o necesitamos a fin de poder enfrentar o procesarlo.
La elección del tema “El miedo: qué nos enseña desde una
mirada gestáltica”, nos resultó convocante a todas ya que se trata
de una emoción universal y que conocerla en mayor profundidad
nos permite ampliar la toma de consciencia sobre nosotros
mismos.
· ANEXOS
· BIBLIOGRAFÍA
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Levy, Norberto. “La sabiduría de las emociones 2. Aprendices
del amor” Editorial Sudamericana, CABA, 2005.
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