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CASO 5

Teresa, de 32 años de edad, acude a consulta porque no puede tener relaciones


sexuales. Está casada desde hace cuatro años con Andrés, de 34 años de edad, y
desde el principio ha sido imposible la penetración. Puesto que los primeros momentos
le provocaron un dolor intenso, decidieron no intentarlo durante algún tiempo. Su
relación sexual se ha limitado a “masturbaciones mutuas”, tal y como venían haciéndolo
en la etapa de noviazgo. Con el tiempo y al rechazar Teresa seguir intentando la
penetración, los problemas se han agudizado.

Al principio Andrés se mostraba comprensivo, pero luego empezó a quejarse de la


actuación de Teresa y le presionaba para que acudiera al médico. En la visita al
ginecólogo, al año y medio de estar casados, no le encontraron problema físico, aunque
no fue posible realizar una exploración completa debido a su estado de tensión. El
médico le recomendó relajarse y utilizar vaselina para facilitar el coito.

En los últimos dos años y medio la convivencia ha empeorado. Han intentado forzar la
penetración en algunas ocasiones, pero ante las quejas de ella, han renunciado. Los
contactos sexuales actuales son escasos y poco satisfactorios, alcanzando ella en
contadas ocasiones el orgasmo. Están insatisfechos con este tipo de relación ya que
consideran que no son relaciones sexuales auténticas. Últimamente, entre ellos la
situación es tirante, tienen discusiones “por tonterías” como el reparto de las tareas de
la casa o las actividades del tiempo libre. Cada vez con más frecuencia sale el tema de
los hijos ya que Andrés quiere tenerlos y plantea que se están haciendo mayores y se
les va a pasar la oportunidad. En estas conversaciones, aunque ella intenta animarle,
se siente culpable, se angustia al pensar en su problema y es frecuente que acabe
llorando. Siente que Andrés se está alejando y que ella le va a perder. Andrés se queja
de la pasividad de Teresa ante el problema. Cree que con un mayor interés por su parte
las cosas se hubieran ya resuelto. A él le cuesta insistir ya que teme hacerle daño y en
las ocasiones que lo han intentado por sus peticiones, luego, ante su dolor, se ha sentido
culpable. No le motivan mucho sus contactos sexuales actuales. Se limitan a caricias
genitales hasta que él eyacula. Piensa que a Teresa no le gustan mucho las caricias ya
que frecuentemente le dice que deje de tocarla, centrándose la relación en él. Al finalizar
se siente aliviado pero frustrado. Quieren que la situación cambie ya que así los dos son
infelices, pero no sabe qué puede hacer. Ambos quieren tener hijos y ese problema va
ocupando un espacio cada vez mayor en sus vidas. Al principio pensaba que era una
cuestión de tiempo y paciencia, pero ahora ya no sabe qué pensar. Acude a consulta
con Teresa por si puede colaborar para que el problema se resuelva.

Actividad:

1. En equipo se intercambian opiniones sobre lo comprendido en el caso.


2. Identificar signos, síntomas y síndrome. Impresión diagnóstica.
3. Plantear una propuesta de intervención psicológica.
4. Presentación en plenario.

Escuela Profesional de Psicología | Prof. Luisanet Delgado Quezada 1

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