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UN DUELO COMO EXCUSA

José Miguel Rios

Durante este tiempo de confinamiento el real del virus, como lo dice Laurent, afecta a cada uno
de forma distinta. No se trata de algo nuevo que acontece, sino que acontece algo extrañamente
familiar que el sujeto percibe como nuevo. Es la interpretación que el inconsciente le da a lo real
del síntoma para velarlo.

En este tiempo, antes de plantearme la idea de atender de forma virtual me llegó este mensaje
que me hizo pensar en lo siguiente: quizá si hay analizante, un tratamiento es posible.

Hola José, espero que te encuentres bien. Te cuento que yo estoy bien de salud
y en cuanto a la dimensión emocional estar en cuarentena no me afecta, creo
que estoy ensimismada con mi proceso de duelo por la ruptura que lo está
pasando a mi alrededor es secundario. Estoy segura que esta pandemia tiene
que seguir su curso y acabará cuando tenga que acabar, soy consciente que todo
cambiará luego de terminar la cuarentena, pero ahora no me preocupo tanto
por ello. Finalmente, trato de pensar que este tiempo es para permitirme estar
triste y seguir mi duelo tranquilo. Por otro lado, quería saber cuál será la
dinámica de terapia ahora que estamos en aislamiento ya que no sabemos
cuánto tiempo durará. Quedo atenta a tu respuesta.

K., psicóloga de 27 años, llega a la institución donde laburo durante el otoño del 2018 diciendo
que se siente estancada. Acababa de terminar una relación amorosa y en soledad empezó a
replantearse la vida que llevaba hasta el momento: vive en casa de su madre, trabaja en un
colegio donde no se siente a gusto, quiere irse al extranjero a estudiar una maestría, pero no
cuenta con el dinero, etc. Siente que luego de culminar sus estudios universitarios su vida ha
quedado paralizada y la relación que tenía daba cuenta de ello: conoció a I. tres años atrás y
pensó era un buen partido debido a que calzaba con el ideal de hombre que en aquel momento
buscaba: con recursos, buena presencia y una profesión rentable. Hacia el último año con I. sintió
aburrimiento de la rutina: ni para atrás, ni para adelante. Finalmente, cuando en un momento
pone él el tema sobre la mesa ella lo termina sin reconocer su participación activa.

- ¿Quieres que terminemos entonces? -pregunta k.

- Podríamos darnos un tiempo -responde I.

Da ella por terminada la relación.

Durante aquella primera sesión comenta que estuvo asistiendo un par de meses a un
tratamiento por la misma razón, pero no le gustó la forma de trabajo. Es por ello que preguntará
muchos detalles sobre el tratamiento: duración, frecuencia, orientación, etc. siendo muy atenta
a cada frase o gesto que el tratante expresaba. Esto se mantendrá a lo largo del tratamiento,
aunque con menos desconfianza a medida que avanzaba.

Durante este primer tramo del tratamiento K. logra ubicar su posición activa en el término de la
relación que era vivida como un agravio: Sí, lo terminé porque esperaba algo de él, una respuesta
que nunca me dio. Solo aceptó y se fue.

El tratamiento continuó con un duelo previo hasta entonces nunca tratado: la separación de sus
padres. Para ella, sus padres se dieron cuenta un día que ya no se amaban y que era mejor estar
separados. Su padre se fue de la casa y ella se quedó con su madre sin hacer mucho drama.
Su madre, luego de percatarse de lo aburrido que era su marido, empieza a salir con otro
hombre. K. lo sabe y nunca lo dice. En un momento su padre lo descubre y la relación termina.
K. aduce que era obvio que en algún momento aquello sucedería de alguna de las partes pues
no veía en ellos una relación amorosa como la de los padres de sus amigos.

El tratamiento se ve interrumpido por el cambio de trabajo. Sale del colegio y consigue viajar al
interior del país por unos meses en un trabajo de investigación para el ministerio. Se percata
que la idea de querer irse del país era una forma de no querer saber con lo que con ella sucede,
tal como cuando se encerraba en su cuarto para no saber lo que entre sus padres ocurría.

Retorna al tratamiento durante el verano del 2019 y comenta que ha estado saliendo con su ex.

- Nunca entendí por qué terminaron, si todo iba bien -le digo con una sonrisa.
- Se hizo aburrido. Sentía que algo no iba bien. -responde.

En este retorno pretende expresarle todo lo que alguna vez calló y la había hecho sufrir: sé que
al mes de terminar saliste con alguien más. Al decírselo sintió que se sacaba un peso de encima.
En otra ocasión reproduce una escena familiar a la del final:

- ¿Vienes de muy lejos? -le pregunta K.


- ¿Te parece? – Contesta I.
- Sí, porque vienes agitado… mejor ven a las 6 para que no vengas así.
- Ok

Quedé como una tonta porque tenía la esperanza que me buscaría de todas formas, dirá en
relación a la cita y a la relación que terminó.

Aquel día estaba ella muy agitada y afligida por haber llegado tarde a la sesión (su turno era a
las 6 pm). No le tomé importancia y la atendí de todas formas.

Su conflicto ahora reside en que durante el término de su relación empezó a salir con alguien
más en un plan nada romántico. Significante que utilizará también para las nuevas salidas con
I.: no se la voy a poner fácil, aún siento algo por él, pero no sé qué hacer. Salimos pero en un plan
nada romántico. Al remarcárselo, responde: creo que no puedo decir qué hacer con lo que siento
si no me decido primero.

Un lapsus: Dios castiga el pecado, mas no el escándalo en lugar de Dios perdona el escándalo…
Le teme al desborde de emociones que pugnaban por salir luego de la ruptura. Intenta
restablecerse por sí misma, en soledad. Dice no ser como sus amigas que cada vez que terminan
con alguien van y lo cuentan en el grupo. Sus amigas se sorprenden de haberla visto tan tranquila
luego de la ruptura. Aunque, dirá, en una reunión una de sus amigas comentó una situación
similar a la que ella estaba viviendo. Al reconocerse allí, sintió alivio. De allí que prefiera escuchar
lo que el otro dice a expresar lo que ella puede sentir: no me permito estar triste. Así, queda K.
estancada en el pensamiento sin percatarse de los desbordes de su cuerpo como la vez que
rompió furiosa el cuadro de I. al enterarse que andaba con alguien más o el exceso con el alcohol
a los 19 años dejando de lado los estudios.

¿Qué pasó a los 19 años?

Sus padres se separaron cuando ella tenía 17 años pues su madre se había aburrido de él. Ella
intentará desde entonces hacer que su padre se divierta, que no esté solo. Intenta hacerse cargo
de eso y se frustra al no poder. Se da cuenta entonces que ha estado todo este tiempo
intentando reparar aquello que entre sus padres fracasó y cargar con el duelo. Así la dimensión
familiar no es distinta a la dimensión de pareja. Empieza en este punto a demandar más a I.

- No quiero de todas formas hacer cosas de pareja con él porque luego cree ser mejor
que yo- dice K.
- ¿No es un buen partido? -pregunto.
- Me gustaría que sea una 4x4. Que pueda comer en un buen restaurant, como en uno de
la calle.

Se sorprende al recordar que fue sincera con él durante la última salida cuando le comentó que
había estado viendo a alguien más. Fui sincera y nos reímos al respecto. Resuelve con ello una
de las dudas que la atormentaba entre la sinceridad o cuidar de su imagen. Con todo, dice no
estar satisfecha: nunca resulta como lo tengo en mente.

La sesión siguiente comenta que pensaba ya no estaba triste, que lo que había sucedido antes
en la relación ya no era importante.

- ¿Por qué no hablar de cosas importantes? – pregunto


- Callo para tranquilizarme. Sino me altero y lloro y aquí no hago más que llorar cuando
vengo -dice con fastidio.

Alguna vez cuando I. y K. eran amigos, él le comentó cómo una ex lo manipulaba con el llanto.
Dice K. no querer ser como aquella ex. No quiero que haga las cosas por que lloro, sino porque
realmente quiere hacerlo. ¿Quién? -pregunto. Recuerda el día que su padre se fue de la casa.
Había discutido con su madre, fue a su cuarto y se despidió de ella. K. no dijo nada, solo lloró.
No quería decirle nada porque sabía la culpa era de mi madre. A partir de entonces la relación
con su madre fue distante y fría.

Fragilidad de la vida

Quiso hacerse una operación odontológica. Desde los 14 años quiso tener una mejor sonrisa.
Luego de la reciente muerte de su abuelo y una picadura del mosquito que según ella pudo
haber tenido consecuencias fatales, había pensado realizar todas las cosas que había dejado
pasar.

Cuando por fin toma la decisión de realizar la operación tiene un accidente (autolesión) saliendo
de la ducha: se hundió el isopo en el oído lo cual produce un desgarro. Debe atender aquella
recuperación ahora. Es decir, la sonrisa perfecta se postergará.

Me encuentro siempre insatisfecha. Pero ahora con la primera sensación cercana a la muerte me
he dado cuenta que la vida es corta.

Al final de la sesión dice no haber pensado hablar de eso esta vez. Quería en su lugar, hablar de
sus padres.

Final o salida

No deja de llorar debido al término de su relación. Ahora es I. quien se lo propone. La relación


venía ya con algunos conflictos en relación al lugar que uno ocupaba en el otro. Esta vez ella no
toleraba aquellos defectos que antes pasaba por alto en silencio. No dudaba en decírselos,
aunque de forma un poco tosca. Él no soportó esta nueva versión de K. Aquel día K. se aguanta
las lágrimas y se despide como cualquier día.
- ¡¿Cómo cualquier día?! -exclamo.
- No quería que me viera llorar -responde
- ¡Otra vez sucede lo mismo! ¿No hubo nada por decir esta vez? -cuestiono.
- Tengo muchas cosas por decir. Tengo muchas dudas aún -responde.

Le recomiendo que quizá habría que hacerlo diferente esta vez y así lo hace. I. le agradeció por
el gesto maduro de su parte en acercarse y proponerle charlar. Luego de aquella reunión la
angustia disminuyó considerablemente. Le dijo muchas cosas que pensaba de él y le reclamó
algunas otras sobre la relación en un tono afable pues sentía no había motivo ya para
molestarse.

- Me apena la desunión -dirá.


- Hay algo allí aún guardado -respondo.
- Fue lo que me dijo la psicóloga de la universidad la primera vez que consulté y rechacé pues
pensé que no se trataba de algo serio, me dio la impresión de una chamanería. Quizá aquella
vez no quise saber – reflexiona.

Cuarentena

Vive intermitentemente con su madre. En el primer piso vive su familia a quienes califica como
muy tóxicos. Prefiere ella quedarse en su burbuja, siente está siendo egoísta. Siente que tiene
suerte de la situación en la que se encuentra y al mismo tiempo le da pena. Recuerda aquella
fragilidad de la vida que había comentado sesiones anteriores.

Comenta que la muerte de su abuelo marca un antes y un después en su vida. Antes se sentía
invencible. Ahora tiene la sensación de que el otro quiere que ella muera. Quiere irse del país -
retorna la idea de irse a estudiar afuera.

- No es la primea vez que mencionas esto


- Quisiera salir de mi zona de confort. Quizá el problema soy yo al ser poco tolerante.

En ocasiones se siente insoportable y se pregunta si debería preocuparse por no conseguir


trabajo. La tristeza adviene cuando se siente estancada, estática. Siente que está haciendo un
doble duelo pues todo el proceso se hizo mal, pusieron ambos lo que no le gustaba del otro bajo
un tapete. En aquella última reunión con I. -el Innombrable para ella ahora- se escondieron
ambos bajo gafas de sol. No dimos la cara. El duelo puede ser una excusa para no seguir con la
vida.

Las sesiones continúan.

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