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NUESTRO TIEMPO
Junio 2013. Cristina Weigle
¿Quién es el examinado? Ese otro es una caja de sorpresas. Podrá ser empático o
rechazable, inteligente y original o vulgar y empobrecido; equilibrado o perturbado;
siempre difícil de captar; complicado y a veces impredecible.
Sabiendo que en todo momento el examinador está implicado en las mismas
vicisitudes que el examinado. El diagnóstico es la resultante de ese encuentro. Uno
examina y el otro es el objeto de examen. Pero el examinador también se examina a
sí mismo. La contratransferencia consiste en reconocer en sí mismo los sentimientos
que el otro despierta, requiere diferenciar cuáles son los propios y cuáles son
respuestas o resonancias del modo de ser del otro.
En síntesis:
Velocidad y urgencia; todo es ya; todo es breve.
Presencia del azar, la contingencia, la indeterminación.
Se nos propone tolerar la incertidumbre y la ambigüedad junto a las mínimas
certezas existentes.
La simplificación se opone a la complejidad consistiendo otra disociación.
El pragmatismo se impone, lo que significa agotarse en los hechos concretos.
La nueva concepción del tiempo se marca por el estilo zapping.
Concluyendo
No hay verdades literales. Una frase, una respuesta, un sentimiento son ambiguos,
equívocos, según el lugar donde estén ubicados. No hay claves certeras ni verdades
inmutables. Nunca la mera estadística podría dilucidar el sentido de una frase. Lo
psíquico no es mensurable. Medir sólo sirve para grupos grandes, no para lo
individual. Como clínicos consideramos al sujeto psíquico en su singularidad, como
único no como miembro de una clase ni etiquetado con el nombre de una patología.
El encuentro con el examinado es también único y especial; el objetivo del
diagnóstico no es unificar ni significar bajo un rótulo nosográfico. No creo en lo que
aporta un título: “licenciado, doctor, enfermo, sano”. No nos indica mucho ni nos
ayuda a comprender; muchas veces esta nominación oscurece lo que se busca. No
se sabe de quién se trata si no se diferencia; si en lugar de analizar parte por parte,
sintetizamos. Con frecuencia se llega a esto, buscando tranquilizar con un resultado
terminante y cerrado, quedando de lado lo significativo del proceso, que es lo
complejo en permanente readaptación.