Está en la página 1de 49

.

1,fli,i
rl*)
o,
ö,
Ol
liffl
i$ii
ffi
;ffirr
,'0[
o
,}'
L.
0,
rO
m
o
lät
d
L.
rO
LA F'ENOME,NOLOGIA
DE ORTEGAY GASSET
Javier San Martin
Colecciön dirigida P9l {ortega y Gasset
r"ättigaci6n
Instituto u,'iu"Äitutit'ää
Marafi 6n
Fundaci6n Jo'a O't"gu i'"Cässet-Gregorio

LA FE,NOMENOLOGiA
DE bNTPGAY GASSE,T

BIBLIOTECA NTIEVA
MARA§IÖN
FuNDAcIÖtq losü oripan v GASd;äREGoRIo
x(3i;ff,Tl?if,"
rlglo nd adltores, s. a. de c. v. siglo xxi editores, s. a.
OINflO DEt AßUA. 248, NOMERO DE TEBFEROS, GUA-TB\,4ALA 4824
04310, ilÜrcO, 0F C 1425 BUP, BUENOS A]RES. ARGENIINA
rM,lokxlidll0ßü,mm mx

rrlto do päglna, s. l. biblioteca nueva, s. l.


A"tvlÄORO,39, ALMAGRo,38,
28010, MAOßD, E§PANA 28010, MADRID ESPANA

M,ülMope0ln[,com

rdltorlal anthropos / nariflo, s. l.


0ilurAo6,268,
08007, ltioü-oNA, ESPANTA
w,rlllrcpN,odllodal,com

indice

INrnoouccröN 9

Crplrulo L.-La fenomenologia como 77ave para enrender a Ortega L7


Cublertc Jol6 Mar{a Cerezo t. La dificultad de la relaci6n de Ortega ion la fenomeno\ogii........... I7
23
2.1. Hasta fines delos afros 70 23
28
2,3. La dlcada de los 90 y aflos posteriores 39

0,tt,llulo 2.-La formaci6n d. Ört.gu 1905-1913 51.


l, Ortega y la Generaci6n del 98 53
2, Ortega, Ce-rvantes y El Quijote 58
l, Ortega y Unamuno ..... :....................., i,................ 6t
4, La Modemidad como filosofia neokantiana 63
!, El complejo generacional de 191.4 como nicho del pensamiento de Orgega ... 88
O Jrv{rr trn Mrnh,2012
O UIFüld Blbllotocr Nuo,r, S, L,, Madrid,2012 C,tt lt'ur,o 3,-Textos bäsicos de la fenomenologia de Ortega 7l
Alnuro, !8 l, Elviaje a Alemania en 1911 .......,............... 7I
f!0l6Mrdrld (Erorfir) 2, La asimilaci6n de la fenomenologia: textos de l9l3 .:..................... 78
wum,,blbllotccsr uävr, el l, La fenomenologia en Meditaciones del Quijote: textos de l9l4 86
od!torld@blbllotcconu€vs, e8 4, La fenomenologia en el Sistema de la psicolog{a [Inuestigaciones psicolögicas]:
O Fund*cldn Jord Ortega y Gasset'Gregorio Marafr6n, 2012 textos de 1915 t07
Forruny,53
28010 Medrid (Espafia)
0ru,fnn,o 4,-Anälisis fenomenol6giqos orteguianos ..............,.. ll3
ISBNr 978-84-9940 -3 92 -2 l, Estdticaeneltranvia .....,.................. 1,1)
Dcpdrlto LegaL M-4,0fi -2012 LT9
l, Unas gotas de fenomenologia ..,,..,............ r23
Imprero en Lävel Indusuia Gräfica, S. A. 1, $ qentido fenomenol6gico de lQud es filosofia? t27
Imbrero cn Espafla - Printed in Spain !, El folleto sobre Kant ß2
Oueda orohibida. salvo excepci6n prevista en Ia ley, cualquier forma de reproduccidn, distribuci6n, (irpfn:r,o !,-Ortega y la fenomenol ogia a panir de L929
tt"n#o.-räi6r, de eeta sin contar con lr rutodmcldn
utodacldn de lor
lot titulares de L'9
cämuniäaci6n püblica
Äm,rnllaci6n oüLlica v transformaiidn obrä oin
eeta obrä
orooieded lntJectuel, ie infracci6n de los derechor rncnclomdor Du0d0 rrt conilltutlvl de delito
l, El problema de la critica orteguiana de la fenomenologia .,....,.,.. 140
ol dc Dcrcchoc 2, Lrlccturo orteguiana de Heiäegger 147
l )- tö,t6
It Indice

4. [,rr objccirin orteguiana al concepto de reflexi6n 151


5. [,rr o[:jrci6r-r orteguiana: la confusi6n de la conciencia trascendental con la con-
cicrrcia f'cnomenol6gi ca ................. 167
(,, Iil crrrl;io dc Ortega (1.941) y el reconocimiento (nzalgrö lui) delasintonia de
su (ikrsofia y la de Husserl ..............,.... 17t
( lnt,('t'trt,t r (r.-l,as
aportaciones de Ortega a la fenomenologia ............. fll
L lrilosolia <lc Ia percepci6n y filosofia de la cultura t77
2, Lo r:jccutivo y lo virtual 179
1. l,ll carnino lcnon-renol6gico de la filosofia 18)
4. l,a lirnci(rn pr'äctica de la filosofia 186

ßrut,tr x;Hrtt,fr t9r


Intllr :r : oNou^sI'r(]( ) ............. 201 Introducci6n
[Nr,t,:r:r,r MAlliruAS 205
El presente trabajo tiene su origen en un curso de doctorado impartido en el
Departamento de Filosofia dela Universidad Federico II de Näpolei en mayo de
2007.B|curso tuVo paramiuna especial significacidn por cuanto me permitid ex,
poner en Italia investigaciones que en Espafra se est;ban haciendo desde hacia
unos cuantos afros y que me parecia entonces que no habian tenido eco en aquel
pais, por otro lado, muy interesado en 1a filosofia de Ortega y Gasset,
, Y esto es lo primero que querria subruyar, el hecho de que en Italia no se hu-
biera asumido ainlaimportancia que tiene la relaci6n de Oriega con la fenomeno-
logia, y qug e! Espafra se ha ido haciendo un hueco poco a pöco, promocionada,
en parte, desde el seno de la Sociedad Espafrola de Fenomenologia, y teniendo
tambidn a nuestro favor el meritorio tabajo de Philip Silverl,las inveitigaciones
de Nelson Orringel y las de Pedro Cerezo3.Para el afianzamiento de esta lfnea
de_interpretaci6n fue decisiva Ia publicacidn, en 1982, delas Iruuestigaciorues psi-
c9l.ögicas, en_ cuyo pr6logo Paulino Garugorui, editor de la edici6n äe las viäjas
Obras completas, advierte de la importancia de la fenomenologfa para entender
aOfiega.
Cierto que Armando Savignano, en su libro Unamuno Ortega Zubiri, de 1989,
tiene en cuenta todo lo que hasta ese momento se habia dicho sobre el tema, pero
no parece que ese nuevo punto de vista haya sido tomado como ineludible en Ita-
lia,tanto como para volver aleer a Ortega desde ese enfoque, que es el que subya-
ce a mi exposici6n. Prueba adicional de esto es que, de hecho, en el articulo de
Savignano para el libro Meditaciones sobre Ortega y Gasset (2005), <<El proyecro
filosöfico de Ortega: el Epflogo de la Filosofia>>, se asumen las tesis convencionales
sobre la relaci6n con la fenomenologia <<aceptadageneralmente mäs como m6todo

1 EI libro de PhiJip \X4 Silver se titula Fenomenologia y Razön Vital. Glnesis de «Meditaciones del
uijote>> de Ortega y Gasset, Madrid, Nianza Editorial, 1978.
2 V6aseOrtegaysusfuentesgermdnicas,Madrid,EditorialGredos,LgTg.Amboslibrossecruzaron
tal como dice Orringer enla päg. 45 nota57.
) La uoluntad d.e auentura, Editorial Ariel, 1984. Este libro debe ser considerado como una referen-
cia a partir de la cual la investigaci6n de Ortega tiene que ser revisada.
10
Javier San Marri,n

234).Indrno
se anotan <das valoraciones contrapuesta$> en_
*:^.::?:^:r^rlT-r::prg de Marias, Silver y Cerezo (v6ase päg. 23i,nota3)a.
"" fr^1f:1:lr"..pr.rrciones
Las mvestrsacrones crtadas anteriormente partian de una äorivicci6n, a saber,
que Ia relaci6n"de ortegS ."" il""Ä."jogia no era unacuesti6n resueha con
r,
[Ji; h.;i;; a partir de 7929,centradas sobre todo
las manifesraciones or"ört"g,
en et <<prdtog o paraä.-;;ö ;;lö3 4,
la
;t i kb;" Lr;;;;'ar'iü r rp n n Lei bn iz
v euoluciön de la teoria dedu:ctiun,jodor"[.rä..iä
e

ficando la idea de superaci6" d" r, f.;;;;;;i;;;öä.ä ü;r;#;que


fueron rari_
en sus cursos, y que es ra qyg sus discipuror, ,o6..
äba trasmitiendo
car y Jul:än Marfas, trasmitieron con' reiteraci6n por
äa" e.iä.i. R"ä.rg";;Fi;ä"
hab6rse]a ofdo al maestro
justo cuando rodos ellos fr..rr"rrturor,
,* .rrr., ä"ip"6;ä""'h;ä. ingresado en ra
Facultad de Filosofia en el curso l,glttiglij.
Ese convencimiento, que tanto
Juri än lvrarias como Antonio Rodriguez Hu6s_
car trataton de un modo u otro de iundamentra
d.t.r-irr;,
tega tuera descolocado del movimien,;f.;;;;J;;ä;;J, ;;.;l;ä, ;;ö
är", que cuantos
estudiaron o se encuadtaron en *orri-i."* ;; rE;; ;;"^ö;;;^como nues*a
"r," en otro I"g* il.I;r;
aportaci6n a esa filosofia, por siruarlo
ä" ru pt .p* aci6n paru
pruebas de profesor de secundariu erpänr,"ö;.g;"ör-r.i'rl"-pr" esruvo rz._
tuado antes de la fenomenologfa, con "nro qu. ,ä.p.rdi1 äaäää".ilä
que en su firo_
sofia ven(a reformulado po1.r""
ldr..ip.i;;;U]Lä;;ärräää'pr.
que es cuando, seeün nos dice Ortegä, .rrrdiä rir de 1912,
i;;;;;;ldä
despu6s de la pub[caci6n del to-o§ii ilil;;;;:;ö;;;:;;;;btus,
än ,"rio o, como
pod,emos
determinar con mäs precisi6n,; I" pÄ;r-äi^i
a, öiiz'. """'o
'E'sa rdea de ra suneraci6n de ra fenomenorogia, expu-est-a reiteradamente
por
9T.g, a parm d. fi"ä". i.
r;i;,-;;fü^ää rnu no.ioÄ d. f.no-Lnorogia exren-
dida por todo er mundo, q.r.. to-äü, .;;;d.fi"i.iJ"
äiiää-rräir.u, bien L fe_
?::.""* j::
utstoft hetuegllendrla,
tiva eid6 ti.a p ro cedeni ; l;; k i; ; ;l;;
f:: :rip centrada en algunas interpretaciones; ä; ä )'" ; ar, ;; t
delas Ideas publicado en vida d. tY"r*rl,lg"orando
d.irhi;i;-;
säsgadas
sistemä-ticamente toda la in-
mensa problemätica que se daba en .l dä.ämo[o
estaba anunciada en lä fenome""1.si, ä" .,!-, aro,
a;ilä;äl.siüil;;
C,r.-ii;:h ;;b"rion caims,
de un Merleau-Ponrv o de Enzo p;i, ;;J;s rexros juvenires
a. iug"n Fink, que
p'iir.ro, en el",i;; üJ.r"-p;;ü,
Bljl,oTlr"'on, r1".äJ, o.;
"i..p-lo,=..,

a Lanota2l essintomäticade]amezcradefechas,pues.porun]ado,seaceptaqueortegahabria
«atisbado precozmente (desde ,l913) ,- .mg" la-.Aiä en,su aproximaci6n a la 6losofia husserliana>,
bä9.241, nota 2r). Dero esos limites re Irät',t- .iaä'..*rra.J.p.1 Näiäri, Hrär*, y Heidegger.
Cuando mezclamos ä H.id.gg.. ."n ror
-äaär*, p*a.-., .rärä.j ,.1,i. i^;ürr, porque no es ro
mismo 1913 o 1920 que i910, cuando ,. hr..
.rii.,
.rp-lr.ir, ä.;ä.'" ""
, l,
- '
f
lndlco esto porque' como nos dice Gaos en sus Conksiones " profesionales, el acceso a los cursos
de ortega no era inmediato, sino que habia que pu.u.
rru .rp..i.',i"ä,.ä,ä"ä 1ä ejercia Garcia Mo_
rente.
6 V6ase la presentaci6n
que e1 autor hizo ei tomo'vII d e esas obras completas,
Reu i s ta e Es n dns O r t e gu ian os t C / 5, 2007,
en <<ortega in6dito»,
.d 1 |ä
i i;".' i .
' M'" Luz Pintos Pefraranda, <GIusserl und-Merleru-Ponty.
Scl-rlüssel einer engen Beziehung>r, 6n
Phänomenolosie in Spanien,,t.rg. *" jr"i., S;"M";rrdVuffiä:'K;ä;;;;1r., & Neumann,
2005. p6,gs. Lll -125 , especialmen"re f f Z i, .ier.
La fenomenologia de Ortega y Gasset
11

La vision heideoger:iana se consoiid6 especialmente en


ltaria, donde ra influen_
cia de Heidegg* v äd;;i;;ää;;;;r., o.en parte neutrakzarlas tempranas
y promeredoras inrerpreraciones prou.ni.nr.,
discipuJos, terminando.i^ a;;;;.; p;."rä.
d. ,{;;;;äärrä. g"ro paci y sus
narios.internacionares, he participaio
,-,rno.irrärrr. ü;, ä"
navez,en semi_
con er profesor
nini. EI expresaba, en cierta
-"äiää. "näir.rriores heideggeriana Mario Russe_
rr'.J*p..nrion
nologla. tora]mente aiena. ar pr."."r. de ra fenJÄ"_
, toI'r"*ro, d"rd;l;,
leer las rdeas v qu".t,rbrn r;;i.-d-;;ä"ri.;ra* ääiib;, qu" vorver a
riana. En Espana ruvimos r, oporrrridrJ
aä.r, ,räroiirr.ion heidegee_
ä;'*ri.;;r;ä;;;i5;:serr sin erprejui_
cio de las interpretaciones h"iä;ss;.i;;;;s;ä;;;;;;.;; JIir, ,.r"n,, no ,.-
nianpr'cticamente ningunlafl"??r.il-ypäi"rovarios, .nrärrÄ 16,o.r.r, pudimos
hacernos, va Do-r los anäs 70, ;iü;ä fi";;l#;i-;;;:'i{u,,..r".
Ia relacion-de ortepa .;; i;i"'r;ilruä pueda y deba ser reconsiderada
euizäs
a [on_
do desde esa idea dä.,nuevo» Hussed.
Este es el lusar desde er qr. yo r,uüte
en.su momento y ahora escribo, y
ese r u ga r h emos"recon ri d.., io desde
. J, * ämr' a.ö"ä;;;;
i r"i#Jm en or ogia, hasta
el punto de romar rrt ..rr.ion
diferencia de Ia siruacion.anrerio.r.
.;';i;;;,gu;;,dää'liläna., aortes,a, a
peraci6n de la fenomenologia. p"a.*"r
iJ.rrr ,. .ö.p..ndru , ori.gu desde
", su su_
ä.cir que än este tema esramos ante un
evidente cambio d. paradi"gm.;i;;;öretacion. por eso conviene anorar
cambio radical d.l t,;,;
implica que quienes .l cierran
;;i; ;;,;;;;.,;.# y ü, ä,;;;ä;u. er
ri.n". porque
, i; ,:;;;;ä;;ä.ä;;i;i"räälräi.*,a de Husserr
desde el-parädiem, dgr ...";;;ri;rr.ri",i3pnoco.po-drän
signi6caci6n la posici6n d. o.r.!, entender en toda su
*t..ir.ion'.o" rIi.rä-.".rtgi,
suponertes eso un obsräcuro prru"p.r.ibi. ademäs de
que desde esre nuevo
il.;;; d:'i;:':il::;tos
de ortega,
fr**fi?;äq:i.rä"itna
Es cierto eue nor ro generar' en Espaia,
consisren cia sistemritlca.
quienes no estän en ra örbira de ros
trabajos de Ia sociedrd E:;;;;
aä rT5"..roJogia.siguen aferrados
a una vision
g:-li-fenomenologia ."n,räJu .n üt,irrit'r,:)rrirnes rögrcas.o
ge'ana. enrre orras cosas. porque, dada a una visi6n heides-
ta äificurrad
bos modos. rienen ,n utialro-aliüir;""erse dzl;i;;#;rü;,'ä.;H_
aproximarse a lo que lasnuevas p"utiär.ä""r, en era. con eso no necesiran
lando. Asi siguen tambi6n ,f.;;;d;;;;äi'i,"rp..,u.
ä;H;;ü; ;;rä, han ido reve_
ian runant ide ortega que
8 Sobrelasiruaciöndela,fenomenoiogiaenltalia.mehepronunciadoenalgunasnorasdemi
culo "La '<nuova'> visione rie[a r.nor.rltägir""' an[-
ö ä;^ 6 (20r t). Näpores. pa§" r l r, especiarmenre
ffi "',;:l
Sobre
:"' & .E,;.. ::i:i :,';,*u,kli;;;'#t "' con reren
el«nuevo,, H,,r*rf.-"err.Tä neu Husse,rl.
ci a q,. .n'.,;ui"- u ;. i.i ;;;'2;ä;
a critical
Bloomingron. Lndiana universiLy pr".r.:bol.
rir, ä,r0, conterencia .reatler.edicicin de Donl \X/elron,
vo" Husserl no hacia sino -oner rt ji,
t. qr.ä.rä.iIr*..i., explique en que medida er ..nue_
hcbiamos descubierro u, hj.,, mäs de-treinll de pensamienLo mencionada muchos
aä"rläär"i*.rlqal'. ir;ä,är;ä"ä urrr"a era perfec_
rarrenre conocido en Iraria por Ia influeni;;ää;ä', paci.
va;io;"d-i,.,;;ä d". esre. como piana,
sancipriano v Zecchi' fur"'n ,-Ar.mrn;,
, .", ji#ärnur.riro, de. Husserrl Io
rradjciön, habia hecho t, fr.iumb;.n, desde orra
"-f.*rr'Ägärr'Äär'sä[.] a plrä. a.'aiä,'äri.ä;ä",. habrra podido
quedar relariva-.n,. or.r...i;;
;;;j;är';r.j#i;-,;
hasta finales del pasado sirlo,y principio, ä. rr-r,-,ir"i,.i, rräij'.**.r,r"r, ar menos
a..l,l, .r'^rä.
menologia hussei[ana esrä"rdquirienä";;r,;;;;;ä.ie .t .rira. j.lä )äii."[ira.,ica
de la leno_
traducciones de los textos fari-, t imprJro, como Io a.-r.J,.un Ias numerosas
"*.di*ä;ü*:,".
12
Javier San Martin

Io pone en un lugar ajeno a la fenomenologia, pero, en mi opini6n, de ese modo


pierden una perspectiva_ sobre ortega potiü.men te'irreem pläzabie.
.logi.a,Porque ese es e] problema, queäl no entenderlo en el Äarco de Ia fenomeno-
hay que entenderlo, bien en el marco de una filosofia prefenomenologica de
lawda, con lo que debe ser estudiado como una aplicaci6" aä tu nJrofiu defüietrr-
che o, en ei mejor de los casos, de Dilthey, bien cämo *u rr.rrufilorofiu ro ulrr--
brada o columbrada antes poi nadie, como un Adän que ha emergido en el pano-
trT, Trydial y que el resto de los mortales no toman en .renru. Ert, p"ri"i"fo
drra ad,rvmarse.en^algunas expre-siones deJuJiän Marias, que aun en t§gz habläba
de la hlosolia de Ortega como de <<esa gran construcci6n-intelectual en la cual ha
realuado p-unt_o de inflexidn, ,n .inbio de ruta, el comienzt d. unu ;;.;;
^un
etapa,lafilosofia de occidente>>10, tomändose, asi, demasiado r.rio Jg;; ufi"
maciön orteguiana de ese tenor. ""
Por eso hablo yo de una_problemätica no. resuelta. porque resolveda supone
tener en cuenta ese <<nuevo>> Husserl, que en el seno de los seguidores o estudiosos
de la fenomenologia husserliana empiäzaa ser normal, p"Ä?r, äri en otos ämbi-
tos. Quizäs 1o que pasa en.Itali* qr. podria resultar orud" po,
-Ä.rue€o qräyr..r"o
temo,
mi partehacer esta afirmacidn, pero p".äonä mi osadia- es que entre
las.grandes figuras del pensamiento italianä no hu entrad. ,,i" .r" <<nuevo>> Hus-
s9{.oye es estudiado pero en ämbitos con menos influencia acadömirca.;i;
rial11. En consecuencia, noha entrado una interpretaci6n d. o.t.gu que tome ese
<<nuevo>> Husserl como Ia matiz desde la que hablar, y esta podrä
ser una raz6n
de por qu6 los trabaios que.el Espafra estaÄos hacienäo d.rä.liu.. y, ;; a. ;;
cuarto de siglo da la impresidn de que no han tenido airn incidencia änkalia.
Tenemos por tanto varios planoi del problema que queremos tratar q"" J.b".
ser tenidos en cuenta y siempie^mantenidos bien d-iferäciados. g" p.i-.rl"gr.,
tenemos una serie de textos de ortega que permiten inferir, sin dudä ilgrnu,iriÄ
entrrsiasta acept_eci6n de la fenomerologia. Es muy importante d.terminu, Lutu
qu6 afro podria llegar ese entusiasmo. segundo, ,rn'r.chäzo insistente d. h;i;;
que es aceptado por sus discipulos mäs directos e influyentes, hasta d"r"i;.J;; ;
ortegl de la fenomenologia primeramente acepradade'modo entusiasta, Tercero,
un protlema en la interpretaiilnde la fenomenologia aceptaday ,irhurudu. Crui
to, una serie de datos sobre la formaci6n de ortegä qr" por" dä relieve .l ,""tij"
de la.aceptaciön de Ia fenomenologia y qr. ,.i.ien, .onr..* cia, a matiiir
tambidn su rechazo. Quinto, aigrin äato m'uy importante ". sobre i, ,irü, + or,ä
AJemania, en 1934, que le oF-li*o u ru biu, o redefinir la objeci6n q,r.
,a
haciendo a la fenomenologia. Y sexto, la nueva percepci6n quä ortegä tiene "rru6,
del
Husserl de La crisis de las ciencias europe-ds, urrrqü. d ü atribuye , F,,,f, p;;;;;
fesando que en€se caso su filosofia yü f.nom.Älogtaesiariü;
de manera que la fenomenologia sefiaunafilosofia ie lo roidi h,llirrro "t;ilÄ;prr"",
ort"l e".

.rc V6aseJuliänMarlas,AcercadgOrtega,EditorialEspasaCalpe,päg,.249.Nodifiereesamanifes-
la qug, e! 19 de octubre de 1955, con motivo äe t, -"ä.,.'aE ört.er,1r.ribia
taci6n. de
;; J dd;
IBC:
l?s obras de orrega «representan,la aportaciön mäs honda y .G-; , träär.ii, qr. r-.,, Ä..n.
*
en cualquler pais dentro de nuestro siglo:,.
A tenor de 1as ptbiicaciones de-los irltimos diez afros sobre la 6tica husserliana se podria
, ,1.1
declr que hay muchos ämbitos en la filosofta italiana en los que se quiere reivindicar
tal vez
ese nueiro Husserl.
La fenomenologia de Ortega y Gasset 1)

ga atrlbuya La crisis a Fink, no tiene importancia en si, lo rinico que esa attlbuciln
nos indicaria es que en ese momento, 1940, Ortegapodtia estar en un situaci6n
que le incapacita pan dar su brazo a torcer, reconociendo que habia juzgadola
fenomenologia de manera err6nea, 1o que, por otro lado, tampoco era ninguna
anomalia teniendo en cuenta la escasa base textual de que se disponia.
Todos estos aspectos son 1o que me gustaria explicar alolargo de este texto, en
el que intento pasar de lo que inicialmente podria haber sido concebido como un
estudio de la presencia de la fenomenologia rN Ortega, a otro que seria la <<feno-
menologia or Orteg»>. Porque el estudio de la <<fenomenologia en Ortega>>, con
todos los avatares de los que acabo dehablar y que constitufuln e7 nricleo de este
ensayo,.lleva a conclufu que no se de6e hablar de la {enomenologia rru Ortega,
como si fuera esta una influencia mäs de las muchas que actian enä, sino q,,r."lä
fenomenologia es ra prrosopia DE ortega, de manera que hay que ver su filosofia
como una aportaciln significativa a la fenomenologii, ala qie ha contribuido,
como veremos, con importantes conceptos o, al menos, con Ia cladficaci6n de al-
grin problema sustancial. Justamente olvidar o no tener en cuenta esta situaci6n.
que h.a aflorado en el riltimo cuarto del siglo pasado, impide evaluar la conlibu-
ci6n de. ortega.al pensamiento , mäs a7lä di los lulcios <.v'enerativos>>12 que pudie-
ron emitir sus discipulos mäs directos. Las notai de tabajo de Ortega täbrä lu f"-
nomenologia, pub-licadas en2002,_nos aportan alguna interesante"novedad, por
ejemplo, cuando dice ortega que el t6rmino fenorienologia significa para el «por
completo cosa-disrinta que än Husserl', tOrrega. 2002. l2F,,pe'ro eJ pioblema ästä
en saber cuändo dice O.rtega e.so, presumibleÄente cuando än La idea de prinupio
en L_qbry1z que 6l se habia propuesto, aportar sisrema a la fenomenologiä.
.e2.cribe
He dividido el trabajo en seis pärtes. En la primera estudio el estado de la !ues-
ti6n, que despu6s de escribir el lexto prra .i curso de Italia se me mostr6 mäs
complejo de lo que yo mismo estimaba y, por honestidad intelecmal, me parecid
necesario considerar a fondo, dando, asi, una profundidad mayor al resto äel tex-
to, La segundapafie se centrarä en la formaci6n de Ortega hasia que asume pribli-
camente la fenomenologia en 7913 . La tercera estudiarZ los texios de esos' afros
1?)l * 1.975, que son ios fundamentales y en los que formaliza ortega esa acepta-
ci6n de la fenomenologia.La clarta servirä para presentar una serie äe escritos de
diversas 6pocas de Ortega en los.que el flläsofo uttTiza explicitamenre el anälisis
fenomenol6gico, por lo_ q9e pueden ser considerados como directas, ademäs de
bellas contribuciones a la fenomeno]ogia. La quinta, la mäs compromitida, estarä
dedicada a lo que pasö en lq frl9sgrta orteguianä a paitir de mitad.es i" lgii', t rh^
en la que tenemos constancia de la critica äxplicita que ort"g; hu.; n h f"ro*.rÄ-
logia, pero una critica que no es recta y uniiorme, sino que"tiene äirr.rru, modali-

12 Llamamos.'hermeneudca
venerativao a Ia,que procede de algunos discipuJos direcros de O.ega.
que asumen ]as manifestaciones de esre de modo. por lo general.l...iii..
intertextualidad de esas manifestaciones qr. ..to.r.ä, no r.".orro.iurr. Ei
I;"."rlrur.l .on,.*io-ä
ä."..ativo» procede
de P9d19 Cerezo. pero en Ia acruaildad empieza a roma.rse.ru uulo.r.ßn "äJ.,i"" .än ulern, ,..ri.en.ir.
'' Ll coniunro de Ias notaspublicadas por Ignecio Sänchez Cämara e Isabel Ferreiro es mu1 intere-
sanre pero.las noras son de dificil daracion roiteg?. 2oo2 gt. Es d. srponer-qu.^1,
proceden de la epoca de La ldea de.prtncipto en Läb:n z. argunrä
ir,-.rm mayoria
;;;;;ü ;,;;; y'-ä, r;;;; r;ü'prg.
20.y sigs.), de 1a 6poca del estudio de las inuesttgaciones lö"gicas jlu.g", i;; ä.;p"mJras
tambi6n de una
primera 6poca. El resro probablemenre son ya tardias.
La fenomenologia de Ortega y Gasset 13

ga atribuya La crisis a Fink, no tiene importancia en si, lo ünico que esa atribucidn
nos indicaria es que en ese momento, 1940, Ortega podria estar en un situaci6n
que le incapacita paru dar su brazo a torcer, reconoiiendo que habia juzgadola
tenomenologia de manera err6nea, 1o que, por otro iado, tämpoco era.r}rgrr.r,
anomalia teniendo en cuenta la escasa base textual de que se disponia.
Todos estos aspectos son lo que me gustaria explicai a 1o largö de este texto, en
e1 que intento pasar de io que iniciaimente podriJhaber sido concebido como un
estudio de la presencia de la fenomenologia nx ortega, a otro que seria la <<feno-
menologia oe, Orteg»>. Porque el estudio de la «fenomenologiä en Ortega>>, con
todos los avatares de los que acabo de hablar y que constituirZn el nricleo de este
ensayo, lleva a concluir que no se debe hablar de la fenomenologia nN Ortega,
como si fuera esta una influenctamäs de las muchas que acti.an en-61, sino qr. lu
ienomenologia es r-a rrrosoria nr Ortega, de manera que hay que ver su filosofia
como una aportaci6n significativa a la fenomenologia, a la que ha contribuido,
como veremos, con importantes conceptos o, al menos, con la clarificacidn de al-
grin problema sustancial. Justamente olvidar o no tener en cuenta esta situaci6n,
que ha aflorado en elültimo cuarto del siglo pasado, impide evaluar la contribu-
ci6n de Ortega,al pensamiento , mäs alLä de los juicios <<venerativos>>12 que pudie-
ron emitir sus discipulos mäs directos. Las notas de trabajo de Ortega sobre la fe-
nomenologia, publicadas en 2002, nos aportan alguna interesante novedad, por
ejemplo, cuando dice Ortega que el t6rmino fenomenologia significa para 61«por
completo cosa.distinta que en HusserL> (Ortega, 2002,72113 ,pero el pioblema ästä
en saber cuändo dice Ortega eso, presumiblemente cuando enLa idia de principio
en't eibniz escribe que 61 se habia propuesto aportar sistema a la fenomenologiä.
He dividido el rabajo en seis partes. En la primera estudio el estado de la öues-
ti6n, que despu6s de escribir el texto para el curso de Italia se me mosffd mäs
complejo de 1o que yo mismo estimaba y, por honestidad intelectual, me pareci6
necesario considerar a fondo, dando, asi, una profundidad mayor al resto äel tex-
to. La segunda parte se centrarä en la formaciön de Ortega hasta que asume pribli-
camente la fenomenologia en l9r3.La rercera estudiarä los texios de esoi afros
l9l3 a 1915, que so! los fundamentaies y en los que formaliza Ortega esa acepta-
ci6n de la fenomenologia.La cuarta servirä para presentar una serie äe escritoi de
diversas dpocas de Ortega en los que el fil6sofoutiliza explicitamente el anälisis
fenomenol6gico, por 1o que pueden ser considerados como directas, ademäs de
be1las contribuciones a la fenomenologia. La quinta, la mäs comprometi da, estarä
dedicada a lo que pas6 en la f,losofia orteguianä apafifu de mitades de 1929,fecha
en la que tenemos constancia de la critica explicita que Ortega hace a la fenomeno-
logia, pero una critica que no es recta y uniforme, iino queliene diversas modali-

12 Llamamos «hermen6utica
v_eneratir''a» a 1a_que procede de algunos discipuios directos de Ortega,
que asumen las manifestaciones de este de modo, por 1o general, no critico iin evaluar e1 conte"tö o
intertextualidad de esas manifestaciones que entonces no se conocian. El adjetivo «venerativo>> procede
d. B:{fg Cerezo, pero en ia actualidad empieza a tomarse esa valoraci6n con alguna reticencia-.
1r E1 conjunto de las notas publicadas por Ignacio Sänchez
Cdmara e Isabel Ferreiro es muy intere-
sante pero_1as notas so,n de dificil dataci6n (Ortega, 2002,8). Es de suponer que Ia inmensa'mayotia
proceden de la 6poca de La ldea de principio en Leibniz, alguna, ai
-.noi la ultima y mäs larga (ib.-päg.
20 y sigs.), de la 6poca del estudio delas Inuestigaciones lögicas; luego, las dos primäras tambi6n de unä
primera 6poca. El resto probablemente son ya tardias.
14 Tavier San Niartin

dades, hasta adquirir, en I9)4, con motivo de la visita que.hizo a Alemania en ese
;;, ilf;;-"ü.i6" mry p...isa 1,, luegg, en 1940, con la lectura de la.primera
aä 7'a Lögca fot'tttal \' troscettdentdl' Ämbas
;;;,"ä;;;;;;, y d"lu inirodrrc.io" comparando lJa-osu noia sobre la fenomenolo-
io.-.r1u.lorres se'comprenclerän
;t;ä;i§ri Ä.litü, de principio in Leibnu, y el texto sobre su critica a la feno-
il.iräilllä ".,.1 ..p.ologo'puruä1.-anes>>. En ningün cas.o ha;'que olvidar que
;;;;";?;,ja scilo se prbli.uio. de modo p6stumo, i u".9 "ltexto completo sobre
fi"rrl.i Fr6logo no se public6 en alemän hasta la edici6n que de los textos re-
fr.l""ra"r .or lu"f"rro-enologia hice el ano 1998 en el libro de Ortega Scbriften
pnino*:r:noLogieta que tener en cuenta.que' en st Histo-
i", . De toda-s maneras ha-v
;;;;;7;ii;;iitr,i"tia"uarias refleja literalmänte la critica del "Pr6logo paru ale'
-'.Ei
-o.r"rr,'u p"tu.'i. que este texto hubiera permanecido in6dito'
tär,ä q". redäcte para el curso de_ doctorado incluia 1as illtimas cuatro par
parte
tes mencionäus. Pura la'publicacion, ademäs de afradir dos secciones en 1a
q"i",r, he pensado qr" .iu de utrlidad agresar, a modo detonclusi6n, una sexta
."trtä änside.o aportacionäs s-ustanciales de Ortega a la fenomeno-
ir.i" que yo
i.gi". i;; #phaciones de 1a pärte quinta se refieren, por un l^ado, a las päginas
;;-b; 1, .";tJxtualizaci6n de 1ä criticä orteguiana a la que me refiero en el-apartado
i,;;i;; ;irnuJiao del apartado 2 sobrä el impactoque la lectura de Heidegger
piouo.u en Ortega. Creo que con esas päginas e1 trabajo resulta mäs incisivo.
' puru concluii esta intÄducci6n quleio aün subrayar un punto. La compren
,i6; J. il fi16rofu a. Ortega .o-o fä.ro-enologia_ ni elimina otras influencias ni
;;;;i.;r; "llm. A lo largä de mi investieaciöniobre ortega he llegado,a la con
;i;.1;;-d;;r.nlr.h^.,ä.r * pensamiento. dilicil de atrapar. se escabulle.
afrontar
Es

Ä"v p""UtJ que eso se deba a su propio modo de hacer filosofia y de su


..,,..la dia, que a veces le
;;ä;r;f""J.r"1, prensa äiuriu,".lut urgencias de.cada
il;;ä;lr" d"-ärrrre en-asuntos que-.hubierän requerido mayor elaboraci6n.
Äd!-ar, es imperioso tener en algo que recientemente sefralaba Jaime de
.r..,iu
Saias, y a 1o qri.va habia aludido Gaos, como muY importante.decara a
compren-
ä;;;ö;*d u tub"., primero, que este tom, plärra.ionciencia.de su filosofia en
irii ; i;q"" et -irÄo l-lamariä pronro_ s, .,sägl,nda navegaci6n>>; segundo, que
;;" ;;;;; pe.io,lo d. su vida profesional coincide iusto.con e1 periodo erl el que
*."., p"dti., y, por tanto, en el que menos influencia tiene, en gran nredida por
que
i;;;t;ä..r pltlilior q.,.1ä toc6 r,ivir_-v sufrir. Este periodo es tambi6n en e1
de los discipu-
.i"r.. ,r.,u se träsmite a trav6s
frerte c.iticä a la fenomenolägia, que
iär Ji.".ror que he mencionado. Por tanto. Ort.g, que nräs influye cs un Ortega
"[
que aün no ha llegado a 1a plenitud de su {ilosofia.
Esta situaci6n anömala de su biografia es decisiva a la hora de evaluar c6mo ha
pasaclo Ortega al canon fi1os6fico, qu'e se ha basado mäs en ese primer periodo.que
ili;gr"ää, L" iu ,i"i.u .r."p.i6.r, tomada de sus e-scasas publicaiiones, de la
critica lue rcaliza a la fenomenoiogia y que se hace püblica s6lo y rinicamente en

1{ El libro incluve terros en los que Ortega asume la finomenologia. todos e1los conocidos en espa-
iol per. no rraducid.".l ,1.rrlä., e] Prolouo pilra illemanes". qtre en la lraduccion alemana
",,'..p,,' " 'l
i;;;,;;;;;ä;; 1;; plgt"m'..i.r.aäs a la objeci6-n q.,e o.tega hacia eri ese momento. 191'l' a 1a fe-
;;;;;i;;;). q". -'",,:a",inta de ia que dice o.tegä q,,e le hiro v que reproc'luce, de modo errdneo,
"r
en La idca de principio cn Leibniz.
.t5
La fenomenologia de Ortega y Gasset

su escrito <<Apuntes sobre el pensamiento, su teurgia y demiurgio>, de 19411t. Si se


observa de las nuevas Obras completas el indice de los tomos V y VI, que cierran la
serie de 1o publicado en vida por Ortega y que van de 1932 hasta la muerte de
nuestro fi16sofo en 1955, se verä que en el tomo V el nombre de Husserl s61o apa-
rece una vezy, ademäs, en un texto de 1928 recogido despu6s en la recopilaci6n de
1932 Esperando un Goethe desde dentro. En cuanto al tomo VI, Husserl aparece
varias veces en el texto critico mencionado de 1941, y luego tres veces mäs citado
junto a otros fil6sofos sin ningrin matiz critico. Eso significa que el paso al canon
fllos6fico de la critica orteguiana de la fenomenologia procede del texto menciona-
do asi como de la tradici6n oral de sus cursos, y sobre todo de los discipulos que lo
rodearon en los afros treinta. Esos discipulos, o en su caso colegas, son, principal-
mente y por este orden, Xavier Zubiri,Jos6 Gaos, Juliän Marias y Antonio Rodri
guez Hudscar. Especial relevancia debi6 de tener la critica que Marias expone en
su Historia de la filosofia. Por eso, he afradido algunas consideraciones sobre ese
contexto de la critica orteguiana que trasciende al propio Ortega.
Para terminar esta introducci6n no quiero dejar de sefralar mi convicci6n que
el libro ff^tarä de justificar: la interpretaci6n de Ortega como fenomen6logo, sin
anular otras perspectivas, me parece ser la que mejor permite ver la estructura de
la obra orteguiana. Para ello hay que asumir que todas las perspectivas pueden ser
legitimas, pero unas pueden ser mäs fecundas que otras.
Por u-ltimo, no quiero dejar pasar la ocasi6n paru agtadecer, primero, a la Fun-
daci6n Ortega y Gasset-Gregorio Marafron y a Biblioteca Nueva las facilidades
parala publicaci6n de este libro, asi como a Javier Zamora ya Antonio Vega la di-
ligencia e inter6s que han mostrado. A Sonia Rodriguez la precisa lectura que ha
hecho, ya que me ha permitido corregir numerosas erratas que irremediablemente
se escapan. Por fin, a mis compafreros y amigos, sobre todo Jesris Diaz y Pepe
Lasaga, ya que muchas de las ideas que aqui se exponen las he discutido en nurne-
rosas ocasiones con ellos. La agudeza de la visidn de ambos ha sido siempre un
buen yunque en el que probar la coherencia de muchas de mis interpretaciones.
Por supuesto, a los amigos y amigas italianos, profesores Clementina Cantillo, Giuseppe
Cacciatore, y al Dr. Stefano Santasilia por las invitaciones a impartir el seminario
en Näpoles y pronunciar conferencias en Salerno, que, en definitiva, fueron las que
me impulsaron a escribir este ensayo.

i' El fil6sofo argentino Francisco Romero, en su excelente contribucidn alarevistaLaTorre, alude


a una circunstancia muy i.nteresante a este respecto. Ortega anuncia en 7924 que ya «puede irse acer-
cando cada vez rräs a la filosofia» (Romero, 1956,)61), es decir, escribir mäs filosdficamente>> porque
ya habria preparado el terreno hablando de filosofia literariamente. Pero «diez afros mäs taÄe» (7956,
16l), se queja de que se consideren sus escritos meramente literarios. Y concluye F. Romero, Ortega <<se
lrabia visto impelido a aderezar literariamente la frlosofia para suscitar hacia ella un inter6s inexistente
hasta entonces; creado ese inter6s [...] se encuentra con que aquel designio o ardid suyo de vestir de
ropaje literario la f,losofia ha dado lugar a una imagen de 61 que tiene por falsa, a una apreciaci6n de sus
escritos como <<meramente literarios»» (ib.).
Capirur-o 1

La fenomenologia como llave


paru entender a Ortega

Como he sefralado en la introducci6n, me ha parecido oportuno empezar


con un capitulo de estudio del estado de la cuesti6n para ver, aunque no sea de
modo exhaustivo, cuäles han sido las contribuciones que sobre este tema se pue-
den leer. En ei curso de doctorado citado no pude exponer esas aportaciones,
pero creo que en este momento es obligatorio detenerme en ellas. El lector, si
quiere, puede pasar directamente al capitulo siguiente, pero creo que el conoci-
miento de los textos que han ffatado el tema a lo largo del ültimo cuarto del siglo
pasado no le serä superfluo. En un primer apartado tratarl de la dificultad del
tema, para centrarme en un segundo en los textos concretos al respecto sobre
todo en Espafra.

1. La orricurirAD DE la nrI-acröN or Onreca coN LA ruNourNoLocia

La relaciön de Ortega con la fenomenologia es uno de los temas mäs delicados


a los que el estudioso delfi16sofo madrilefro se puede enfrentar. Como ya hemos
dicho, si se siguen las manifestaciones de Ortega hasta lg2g,llegaremos a la con-
clusidn de que ese era el lugar desde el que hacia filosofia. De hacer caso a los
cursos que imparti6 y a 1o que escribi6 desde ese momento, y que es lo que ha pa-
sado a la opini6n filos6ficamente informada, Ortega se habria distanciado de la
fenomenolo gia präcticamente de modo inmediato, ya.<en el momento mismo de
recibirla>>, como dice magnificamente en La idea de priructpio en Leibniz (IX, 119).
Parccia tan evidente esa posici6n que ese problema no apareci6 en el espacio pri-
blico hasta mitades de los setenta, y no en Espafra, sino en los Estados Unidos.
Pero una vez levantada la liebre de un tema que el historiador norteamericano
John T. Graham llam6 en 7994 <<can of wormsr>, que podriamos raducir por caia
Capiruro 1

La fenomenologia como llave


para entender a Ortega

Como he sefralado en ia inroduccidn, me ha parecido oportuno empezar


con un capitulo de estudio del estado de la cuestidn para ver, aunque no sea de
modo exhäustivo, cuäles han sido las contribuciones que sobre este tema se pue-
den leer. En e1 curso de doctorado citado no pude exponer esas aportaciones,
pero creo que en este momento es obligatorio detenerme en ellas. El lector, si
quiere, pr.ä. pasar directamente al capitulo siguiente, pero creo que el conoci-
mi.nto de los textos que han tratado el tema a 1o largo del rlltimo cuarto del siglo
pasado no le serä superfluo. En un primer apartadotratarö dela dificultad del
tema, para centrarme en un segundo en los textos concretos al respecto sobre
todo en Espafra.

l. La otncuLTAD DE LA RI,LACIoN oc ORrEcn coN LA rrxour.Noroc;iR

La relaciln de Ortega con la fenomenologia es uno de los temas mäs delicados


a los que el estudioso del fil6sofo madrilefro se puede enfrentar. Como ya hemos
dicho, si se siguen1as manifestaciones de Ortega hasta 1929,llegaremos a la con-
clusi6n de qrre ese era e1 lugar desde el que hacia fliosofia. De hacer caso a los
cursos que impartiö y a lo que escribi6 desde ese momento, y que es 1o que hqpy
sado a 1ä opini6n fi-los6ficamente informada, Ortega se habria distanciado de la
fenomenolo gia präcticamente de modo inmedialo, ya <<en el momento mismo de
recibirl»>, como dice magnificamente en La idea de principio ett Leibniz (IX, 119).
Parccia tan evidente esa posici6n que ese problema no aparecid en el espacio pü-
blico hasta mitades de los setenta, y no en Espafra, sino en los Estados Unidos.
Pero una vez levantada la liebre de un tema que el historiador norteamericano
John T. Graham llam6 en 1994 <<can of worms>r, que podriamos traducir por caja
18 San Martin
)afier

de los truenosl, el tema ya no puede ser ignorado, <<ni fäcilmente cerrado con una
soluci6n simple, claruy que sea generalmente aceptada>>. Sdlo cabria esperar <<con-
vencer de que era un fenomen6logo en pdrte». El trabajo reconocido como el pri-
mero que destaparia ese tema seria el de Peter Silver a finales de esa d6cada, de-
mostrando <<que Ortega era un fenomen6logo (en un nuevo modo realista)» (Gra-
ham,1994:1BB). En sentido estricto es de justicia aribuir a Oliver \M Holmes el
m6rito de haber puesto ala critica norteamericana sobre la pista de esa relaci6n,
aunque no estoy en situaci6n de decidir si Silver conoci6 el trabajo de Holmes,
pues este no aparece en la bibliografia de aquel. Si 1a tesis de Silver es que Ortega
es un verdadero fenomen6logo, aunque sea en un sentido realista, en opini6n de
Graham, eso es verdad aun en un sentido mäs alLä, y de modo diferente, de 1o que
<<propllso Silver en su fecunda tesis» (ib). Por nuestra parte trataremos de explorar
esa tesis a fondo.
El sentido de la frase de Graham, de seialar la retorcida dificultad del tema,
proviene de que el replanteamiento de esa cuesti6n obliga a reconsiderar las
autointerpretaciones de Ortega sobre sus primeros veinte afros de profesi6n filo-
söfica, y ese punto no deja de ser muy sensible. Sobre 7a metä{ora de Graham, la
doctora D'Olhaberriague me mand6 un texto muy claro y muy pertinente para
entender el sentido de la metäfora; en 61, ante la cuesti6n del significado de la
metäfora <<caja de gusanos>>, se responde 1o siguiente: «Abrir metaf6ricamente la
caja de los gusanos lla caja de los cebos de pesca] es examinar una situaciön
complicada, cuya investigaci6n probablemente llevarä preocupaci6n o escända-
1o, y que habia sido preferible dejar como estaba>>2. Un poco mäs adelante se
comentan unas frases que aparecen en una novela, en la que se dice que se vaci6
una caja de gusanosl, y a ello se comenta: <<Los pescadores me dijeron que 1o mäs
desagradable de abrir 7a caja de gusanos es que, siendo cebos vivos, se escapan
reptando y es dificil volverlos a recoger. Por tanto, ahi puede muy bien haber
una asociaci6n con la idea de la caja de Pandora, como sospechaba usted. Es
fäcil suponer c6mo un pescador con cafra probablemente un amigo no
pescador, o un pariente del pescador- que -mäs
abriria lna caja que contenia una

1 He dudado en la traducci6n de <<can of worms>r, que podria ser tambi6n «caja de Pandora>>, pero
en la expresi6n ingiesa no hay referencia a ningrin mito. Despu6s de varias sugerencias, por las que
agradezco a Concepci6n D'Olhabemiague y a su amiga Carmen Ramos, Lutgarda Gonzälez me sugiri6
la que he asumido la doctora D'Olhaberriague 1a habia manejado (me ha sugerido tambi6n
abrir el «odre de los-tambi6n
vientos»)- que creo que es 1a que mejor encaja, de acuerdo a 1o que se explica
despues en el texto.
2 Tomado del foro \X/orld Wide Words de Michael
Quinlon, 1996-2010 (http:/,/wwurworldwi-
dewords.org/qalqa'can1.htm): «To open a metaphorical can of u,orms is to examine some complicated
state of affairs, the inr.estigation of which is likely to cause trouble or scandal and l.hich you wouid
much prefer was 1eft alone», y sigue, «Fishermen have told me that the most annoying aspect of opening
a can of rvorms is that, being live balt, they crau,l out and are difficult to put back. So there may well be
an association rvith the idea of Pandora's Box, as you suspect. It's easy to see how an angler more
probab\, a non {ishing friend or relative of an angler v,'ho opened a can containing a wriggling - mass
of .r",orms would see it as something that was best left closed and unexamined>>.
I Setrata delanovelaDianeof theGreenVan, deLeonaDalrymple, de 1914. Sedicesobrela«can
of wormsrr: <<There are times, a1as, v,hen even fish are perverse! Thoroughly out of patience, Diane
presently unjointed her rod, en-rptied the can of vrorms upon the bank, and returned to camp.» En 1a
edicidn de 2008 Accessible Publishing Systems, päg,. 143.
La fenomenologia de Ortega y Gasset 19

ma.sa que se retorcia, laveria como algo que era preferible haber dejado cerrado
y sln examlnar>>.
Creo que con esta advertencia se entiende perfectamente la metäfora, que pue-
de rrenir, por un lado, de 1o poco agradable que es, para muchos, mirar el conteni-
do de la caja de los cebos vivos de un pescador y, por otro, de lo que ocurre cuando
se abre la caja y se la deja abierta n-räs si se la vacia, como se hace en la
-mucho
nslrsl2-, y los cebos, que estän vivos, se escapan. Por eso se entenderä el reproche
que Graham lanza a los dos autores que comenta, y en los que luego me detendr6,
que tanto Silver como Nel Rodriguez Rial <<han desautoizadola "intenciön" de
Ortega al hacerle aparecer como negando lo que explicitamente habia proclamado
en relaci6n con la fenomenologia» (ob. cit.l93). Y en la nota3 profundiza en el
tema, ya de un modo un tanto descort6s, al partir de la consideraci6n del autor
gallego de que lo que ,<en las "ultimas obras" de HusserL, se podia encontrar, la
tendencia, primero existencialista y luego ia hist6rica, ,<ya estaba de siempre en 61,
incluso enlas ldeas» primero fuera desarrollado por Ortega. Por eso ve
-aunque
una compatibilidad entre Ortega y Husserl, aunque ..no fuera esa la visi6n de Or-
tega sobre sus relaciones ni su intenci6n. Entonces pregunta de un modo escasa-
mente cort6s si <<Piensa lN. Rodriguez Riall por tanto que Ortega no sabia lo que
6l (o Husserl al menos) estaba haciendo, o estä mintiendo a su püblico sobre ello»
(ob. cit.185).
Es evidente que Graham deberia haber hecho la misma pregunta a Pedro Ce-
rezo y a Ciriaco Mor6n Arroyo, porque tambi6n ellos, como yo mismo, somos de
la opinidn de que hay una inexactitud entre 10 que en 1934 o 1947 dice Ortega
sobre su filosofia en los afros 1973/1929 y lo que en esos afros decia explicitamente.
Como veremos a lo largo de este trabajo, estä fuera de toda duda que en Ortega
hay evidentes reinterpretaciones. Decir que constatar esto seria acusarle de mentir
a su pfiblico, es una imputaci6n en todo caso impertinente. En cuanto a Husserl,
considerar que desde el principio dominaba toda su f,losofia y el alcance de sus
conceptos, que de ese modo serian präcticamente transparentes, es no haber entra-
do para nada en esa fllosofia, porque Husserl sabia de las sombras de su pensa-
miento (como lo dirian Eugen Fink y luego, basado en este, Merieau-Ponty) en
relaci6n con los <<conceptos operativos>> (Fink), o los conceptos y su sombra (Mer-
leau-Ponty). Se entenderä con esto muy bien la sensibilidad que este tema suscita
y, por tanto, de ddnde viene la endiablada dificultad del tema, que obliga a ser tan
prudente a un profesor norteamericano, que ha dedicado una buena parte de su
vida intelectual a presentar la totalidad de la obra filos6fica de Ortegaa.
La dificultad del tema, en todo caso, deriva de los diversos ingredientes que
intervienen en el asunto, y que es ütil que el lector tenga muy presentes desde el
principio. Aunque en ei desarrollo de este libro se irän exponiendo de modo mäs
detenido las razones de esa dificultad, prefiero enumerar todos los elementos inter-
vinientes para operar con unos criterios de claridad, que permitan al lector estar

r Como se sabe Graham ha publicado tres extensos libros sobre Ortega, el primero, el que estamos
comentando,zl PragtnatistPhilonphyof LfeinOrtegay Gasser(Universityof MissouriPress, 1994).El
segundo. Theory of Historyt in Ortega y Gasset, oThe Dawn of Historical Reason>> (University of Mis-
souri Press ,1997); el tercero The Social'[hought of Ortega ], Gasser (University of Missouri Press, 2001).
Los tres tienen el mismo diseäo v formato.
, a fenomenologia de Ortega y Gasset
19

rnlsa que se rerorcia, laveria como algo que era preferible haber
dejado cerrado
\ s1n examlnar>>.

, creo que con esta advertencia se entiende perfectamente la metäfora,que pue-


v.e{r, por un- Iado, de 1o poco agradable qr'. .r, pu.u
{e -r.hor, mirar e1 conteni-
do de la.caja de ios cebos vivos de ,ln p.r.rdor y, päi otro, ä.
se abre la caja y se la deja abiena
ilil.
ocurre cuando
-mucho
:rovela-. y lo_s cebos, que estän vivos,
mäs'si r. i, ;;i;, .äo
se hace en la
se escapan. por eso se entenderä el reproche
:ue Graham,lanza aloidos autores qr. .o-ärtu, y.,'lor-q"" ir"go
-ue ranro.SiJver como Nel Rodriguez Rial ohan äesaut"rlrudi17",,;;;r;;;;;:'i;
a.i""drZ, -"
)neqa al hacerle aparecer .omo_nägundo lo que exptr.i,uÄ""," p;;;ä^J;
:r relaciön con Ia tenomenologiar' {ob. cit. t-qlr. y en Ia nota It ubi;
protrndiru en-"i
-ema, ya.de un_modo un tanto descort6s, al partir d" lu.o"rläeiaci6n d"l
urtor
;el1:So 9" qq" [o que..en las "ültjmas obrrr'* a. ffri-A";;üdr;.;.;;;;;i;
-endencia. primero exisrencialista.y luego Ia his.rorica. ..y, de siempre en 61,
rcluso enlas ldeas», prim.rJfr.., d"rurrolja" "ttrbup.. ö.t.ga. por r.
-aunque
:na compatibilid_ad entre oitega y Husserl, aunque "ro
fräo .ru tu""irio" a"-o._
"rro
,ega sobre sus relaciones ni sulnienciön. Entonces pregunta d" ,n modo escasa-
rlente cortds si «Piensa [N..Rodriguez Rial] por. tunio q"ue Ortega no sabia qu"
Io
-'j to 11rrt.r1al menos) esraba haclendo. o -;nti*ä;;;r;?lii;r;"b.".n';;
ob. cit.185). "ria
Es evidente que Graham deberia haber hecho ra misma pregunta pedro
a ce-
tezo y a ciriaco Mor6n Arroyo, polqu.e tambi6n .llor, como yo?r*o,
,i:p,1g, de gue h,av una ine*actitud entre Io q* ;; i9-;;'" iö+i-äii.- ö;;d; ,o-o, d"
jobre su hlosotia en los afros 1913/1929 y Io que-en
esos afros decia explicirrrrl.nä.
Como veremos a lo largo de este trabajt, f.r".u d. ü;;;d, qr. ., ort"g;
hay evidentes reinterprätaciones. Decir que"riä
constatar esto seria acusarle de mentir
a su pub.trco, es una imputaci6n en todo caso impertin-ente. En
cuanto a Hussed,
considerar que desde el principio dominaba todä ,,
a"räiä y.t alcance de sus
conceptos, que de ese modo serian präcdcamente transparentes, es no
hub". .rto-
do para.nada err esa fi_losofia, p91oye Husserl ,rbit;;l;r.d;;r-j;;;-ü;;;
miento (como lo dirian Fugen FTk , ig:go.,.basado en este, M;;i;;p;"",r)^;
relacidn con los «conceptosäperativoi» (FInk), r t.r .o"."p;;r;;;
,orbru iü"r-
leau-Pontyt. Se entenderä coÄ esto muy bien tu r*iiüitiaä';;;;;"
rema suscira
-\. po.rranro. de donde viene Ia endiabläda dificu_ltad det r.'nr. qr.;bli;;;;;;;;
yydgir: a un,profesor norreamericano. que ha dedicado ,nriu"",
J" ,u
uda rntelecrual a presenrar la totalidad de la obra filosöfica de ortegaa.frrrr.
La dificultad del tema, en rodo caso, deriva de ror diuÄo, ir§..di.rtes que
intervienen en el asunto, J gue g.r que sJ lector tenga pÄ.n,es desde el
q.ln.r.pjol Aunque en el desärrollo "lil
de este libro se irärr?*por,'i.i-ra, a.
-"y
detenido las razones de esa dificultad, prefiero enumerar todos Ios -odo Äa,
i"i"r-
vinientes pata operff con unos criteräs de claridad, q". p*iä" "l.-"ntor
a t..,o, .rä

a Como Grahamha puliicado ü'es extensos l,bros sob_re Ortega, el primero, el que estamos
se sabe

1 ol Httlor\) t/1_.Ur/?ga \i/e in Oße,l Gassel rUniversiiy of Iri;rrorr; press, lee4). Et


Prapy,lrisr Philqophy ol
:^.:l:1,:r+?,
segunco. Lhft)t| y Lasset. «The Dawn o[ HisLoricaj Reasono tUniversiLy of M.is_
souri Press ,1997.); el ter.cei o Tbe Soilai Thorgit of Orignt, Grr;iü;-iuori
Los tres tienen el mismo diseflo v formato. - ' y äiliirror.i press,2001).
20
Javier San Matn
informado. El primer punro, ya anreriormenre
a.rudido, es [a indefinicion en que se
mantuvo la filosofia dä o.tegä
r, p.r6r ä;;;. si.äio upur.nremenre
una filosoffa "r.urnroä
diäfana, res4ta?n ,.arJrä""", fü"*fi;"-"ä.;
de alusiones, elisiones y il'ä,;;;är*ö",ei;l;ä;;ääär,r. pensadoE lena
con ella podrian ,uotur. Ad.-är,;;.i1. ramiurizados
a.r-r perder de vista Io mencionado
sobre la anomaljade.su transmisi6n: en
uijr.d" orid; ä;;jr" e influye masi_
vamenre la parte de Ia fiIosofiu o.t.g.rirna
de su obra. io .orr.rporä;;;;r 1;;"r*"ä
U;rr;il ä#:,#ä una visiön cabar
.,ru"gu.ion, mienrras-.r"o
que ros textos de
la segunda naveeaciSn, *.].; qy;;'ruääprr..:.
decir, sistemädcämentä, ror" r.=ir.Äilär".i."ao
.orfi;;J;. qu. se puede
de modo p6stumo. De ahi oro_
vendria en pa*e et enoioso *p;;iJ;
v
si en definitivateniao no sisi.mä5.
ä;äi';;;;.;ä;äälää. oää;, I:";
segundo, el offo tdrmino de ra reraci6n, ra fenomenorogia,
es una denomina_
ci6n muy amplia v tambien *qrpkÄ .q.r. poor* operar como un termino casi
anäiogo, por mäs"or". t.ngu o"ioair.rtiUi.;;;i;;ä;n.r*ror]. que es Husserl.
cuando hablamos ä.lu i"äor.noröä;. ö""g-a, gl que enrra en ra consideracidn
es casi en exclusiva Husserr; p.ro ..r"rrt, ou", ,ii, fi]Jr;i;^ä;ä;ega es compreja,
debido en parre.a que.l.o prbi;;;;;;;;äJ que podfan
haber organizado su floiofia como un riri"-r, "iir;;;;üärrräur^
.r .uro ä. hrrrär aun mucho
mäs complejo, mas ahora por.uron ättt.;.prn".rr,-;r;G;;flosofia ",
misma un laberinto, ,. r.g,-do, porq".ä"'tä es en si
.ir-ä'r!fJbiiä;ry
poco, menos
de una d6cima ou*" ä. f
;b;r,'f;;läi p,-r", ud".ii qärä'prbricado pudo
ää
haber inducido a err.,res J;.;;ä;ffi
damente el sentido ..d d" rr?.näÄ";G; 1i;;;;;ü,är,;".sionado protun_
En estas condiciones el rema es com_
pli.#o, porque se mu-ltiplican tdö;:;ivas posibles.
Tercero,la .r,r+ -a, .oÄp{;;..qy' Orre;a tiene sobre su fiIosoffa y
cosa
sobre su relaci6n con la fenom.rotogrr'rrdu,
por no sesuir. hav oue considerar a iondo
air.r.ni.!,.;;;;;o"ca. y cuarro.
i;;d6r-J; ö;ö;;o;;;l;
dado en ltämar ätimo H;;";1": ää;r., .trp, d"1, f."ääirr"gia or. ,äi";
"äl husserlia_
na dela que ortega toma nora .runäo
es consciente de oue esos textos no parecen.en-cajar
.;;;l;;;*";;;;;ää.
a *isis;ortega
con ra idea que 6l se habia
hecho y- desde tg)s, rstibiil;;;dä
Jbi.Iu fenomenolosia.
rratemos cle dar un aspecto un.poco mäs formal
puntos que, formulados como titdäres, t,uatiuq". a estos ;rutro elementos. Los
;;;iä.*, päa.i* ser ros si-
guientes: 1) La fiIosoFia.publicada d.
ilü;
lL^A.iäfi^prtiiääa, de Husserl.
3) Las pubticacione' *itr.r'J. ö;s;.?l i;'
p-;bil;.iä[#rär,r-rs de Hus_
sert. r)La visiön de örtega
te2e;5b) despu6s de 1e2;. O'obr.;;;ä;aär.äÄr,
iä;";ä;ir,5a) antes de
L,
visi6n de ortega sobre el Husserl"irio"
ä.-ö;ä;;br.
;i ffi;J;r?primero. 7) La
atr-..
entra en el nricleo mäs probremätico. si.rno parre,
c*;ä;;rdääriä
p.,,ror, no se
por ejempro, de un }lusserl
convencionat (el Husserl det punto 2), .l q"e
ö;e;;;i;il
päiäiüijä ffiä;;i
t No es de extra-äar
la diversidad de las apreciaciones exisrente-s
ro del Rro recose en su texro ..n.,r*45! respecro a ortega y que Taberne-
Espafiola: (reoria, a,g"ö"ri^li.'ar,r, a"t i
docenrza. inuestigaciöa),
i"iiil- i"lii),ora de h Firosolia
SriÄr".ä U"r.rridua ä. §rir,äÄi^.'iöle.
Las opiniones negadvas cue .*pone provienen pägs.25)-264.
frrnirm.ntalrnente de ämbiLos ,.ligio.or. aunque
bi6n vienen algunas de uuror., ä. t, Lqr.rjä. tarn-
-
a fenomenologia de Ortega y Gasset 27

:Lie se refieren sus manifestaciones (prnto 5b), evidentemente no nos aclara mu-
:ho, porque no podrä entender realmente el punto 7, que, como veremos, nos
:bliga a reconsiderar a fondo ei punto 5b.
Todo esto nos lleva a dat 7a ruz6n al profesor americano, al hacernos cargo de
-e multiplicidad de lugares de los que pueden venir factores de disenso, porque
esros pueden aparecer en la interpretaci6n de cualquiera de los puntos, desde el 1
hasta el significado del 7. Por tanto, compararlos no puede dejar de ser un verda-
dero puzzle, en el que las piezas mäs dificiles de encajar podrian ser dos afirmacio-
res de Ortega, la primera, su proyecto de <<integrar el m6todo fenomenol6gico
rroporcionändole una dimensi6n de perusar sistemätico que, como es sabido, no
Dosee>> (IX, 1119), referido esto, en ese momento, 1947, a lo que se proponia en
1925; pero siendo ese su objetivo, tres lineas despu6s, asegura, en una <<conclusi6n
parud6jica>> (O'Connor, 54), como ya hemos citado: <<De esta manera abandon6 la
Fenomenologia en el momento mismo de recibirl»> (ib,). Por tanto, aJIä por 1912,
como dice en el «Prdlogo paru alemanes>>, que <<al estudiar yo en serio la fenomeno-
logia ----en 1912- me pareci6 que cometia esta en orden microsc6pico los mismos
descuidos que en orden macrosc6pico habia cometido el viejo idealismo» (IX, 119).
Todas estas afirmaciones son posterio res a 1929 , pero de todos modos ofrecen
dos autointerpretaciones que podrian excluirse mutuamente; ambas, en cualquier
caso, afectan a toda la trayectoria intelectual de Ortega. Con este panofama se
comprenderä quelametäfora de Graham no anda en nada descaminada. Silver se
hace eco de esta dificultad6, tal como lo resume Graham: si abandon6 la fenome-
nologia en 1972 o 19I), ivolvi6 a ella en 1925? Perc teniendo en cuenta los datos
que iremos viendo, no parece ruzonable decir que la abandon6. Entonces hay que
interpretar esta aparente contradicci6n. Silver termina diciendo que, segfin los da-
tos del mismo Ortega en el mismo sitio: <<Ortega no quierc decir, por 1o tanto, que
renuncie a la fenomenologia, sino simplemente que abandon6 una forma particu-
1ar de la misma>> (ob. cit., p6g.25).
Graham resolverä la contradicci6n distinguiendo 1a fenomenologia como m6-
todo y como sistema, si es que eso es posible, aunque pata dat consistencia a su
tesis se remite a Heidegger (ob. cit., 2I7). Apartir de aqui el resto de las aportacio-
nes del capitulo de Graham denen menos inter6s para nosotros, porque la mayor
parte de sus afirmaciones se basa en las manifestaciones de Ortega despu6s de 1929,
dando por supuesto el acierto de esas afirmaciones despu6s de 7929, de que ya
en 1912 habia descubierto la imposibilidad de la existencia de la <<conciencia-de>>,
olvidändose, claro estä, de todas las veces que Ortega habla de la conciencia, y del
hecho de que en ningrin momento aparece esa critica ni de modo explicito ni im-
plicito. Asi, ante la contradicci6n a que he aludido (v6ase nota 6) enre Mor6n
Arroyo y Marias, no opta por ninguno.
En general, para Graham la fuente de informaci6n sobre Husserl parecen ser
Silver y Ortega. A pesar de estar escrito el libro en los primeros 90, ignora todo 1o

6 V6ase de Silve! Fenomenologia y Raz(,n Vital, pdg.24. A continuaci6n expone ia contradicci6n


enffe Marias, quien, hacidndose eco de las manifestaciones de Ortega, asume que este en 191] habria
superado la noci6n de conciencia, y Mor6n Arroyo, que defiende que en esa 6poca Ortega creia en Ia
conciencia con la fe de1 carbonero, fe, por cierto, que Ortega atribuye a Dilthey. A 1o largo de este tra-
bajo veremos qui6n tiene raz6n.
22 |avier San Martin

que para esos afros sabiamos de Husserl, por ejemplo, que es radicalmente falsa ia
täsis de Silver, por otro lado usual, de que Husserl s61o obligado por los nazis se
acerc6 a la historia: «El fil6sofo alemän, cuyos primeros ffabaios daban poca mues-
ffa de que intentaria alguna vez acomodarse a la historia, se vio forzado por la in-
sostenible situaci6n de la Alemanianazi a reconocer que el ideal cientifico "neu-
tral", tras el que siempre se esforz6 podia salirse de madrer, (ob. cit., Silvea 168)7.
Ahora realidad, hace m.lchos afros- sabemos que esa visi6n es radical-
-en incluso el propio Silver deberia haber leido con mäs detenimiento
mente err6nea,
la Lögica formal y trascendental, donde ya se alude a la p6rdida de la fe enla raz6n,
por tanto, antes de la toma del poder por los nazis, se ha r,'uelto a la historia, pues
iomo dice el propio Ortega, se atiende a un hecho hist6rico. Hoy en dia sabemos
Graham lo deberia haber tenido en cuenta- que esa visi6n de Silver era err6-
-y
nea, porque la preocupaci6n mayor de Husserl por la historia proviene de la Pri-
meri Guerra Mundial y era el problema del futuro de Europa y con 61, el del
mundo. En ese sentido, no se debe olvidar que los textos sobre Renouaciön se pu-
blicaron en 1988, por tanto en el marco de la elaboraci6n del libro de Graham,
Pero mi propio libro La feruomenologia de Husserl como utopia de la razön es de
1987 , y en elie explica que Husserl se r,rrelve a la consideraci6n histörica a resultas
del fracaso de Europa que la Guerra del 14 representa. Por eso, hay una nada des-
denable superficialidad en Graham al tomar a Silver como fuente de informaci6n
sobre Husserl. A esas alturas resultaba ya muy poco serio seguir con la idea de que
Ortega tenia raz6n al pensar que «inicialmente Hussed habia sido inconsciente de
las ciicunstancias criticas de las que emergi6 la filosofia moderna y en la que de
nuevo estaba entrando. Por el contrario, [que] 6l mismo [Ortegal habia sido ple-
namente consciente de las circunstancias personales, nacionales y europeas de la
crisis en las que habia empezado a frlosofa»> (ob. cit.,226), por eso, desde esa idea,
termina el pärrafo, asegurando: <<Asi, donde Husserl termina finalmente, Ortega
habia empezado» (ib.), incluso \),ega a decir un poco mäs adelante que del mismo
modo quä <<tenia una deuda con James, Hussed pudo al final estar en deuda no
s6lo con Scheler sino tambi6n con Ortega>>8.
La realidad es muy distinta, diriamos absolutamente distinta. Ortega toma nota
de la crisis de la Modernidad con la Primera Guerra Mundial. Esta aparece por
primera vez en los cursos sobre el Sistema de la psicologia.Tambiön Husserl, qu9 ya
äs mayor en esa hora, es consciente de que la Guerra representa el fracaso total de
Europa, el derrumbe total de la Ilustracidn, y por eso se apresura a aiustar su m6-
todo para pensar qu6 es Europa. Pero eso no serä sino una aplicaci6n de las conse-
c,reniias antropol6gicas del psicologismo, porque una epistemologia incorrecta
que naturaliza la conciencia, convirti6ndola en una cosa, no puede dejar de tener
cbnsecuencias präcticas. Es decir, la vertiente de critica moral y politica de Husserl
estaba antes de la Guerra, pero en la Guerra toma Husserl plena conciencia de e1la.
Todo esto lo deberia haber sabido Graham, porque a pnncipios de los noventa

7 Sobre Husserl 1a historia, se puede verJesüs Di^z (20ü).


1,
8 Ob. cit. p6.g.221 . En el pärrafo siguiente comenta las referencias de Ortega a la crisis en El tema
de nuestro tietipo y en La rebeliön de las masas, en la que se advierte de ia crisis de 1a fisica. Despu6s de
esto termina el pärrafo: ,,Such remarks, from such an admitted phenomenologist, maybe encouraged
the aged Husserl to publish his "Crisis of the European Sciences">>.
- - -::omenologia de Ortega ), Gasset 2)

:: la literatura al respecto estaba disponible. Por eso su libro, publicado en 1994,


--::: envejecido de antemano. De ahi que, si bien pudiera ofrecernos algfin tipo
-: :Jago patriotero, resulta poco serio decir en 1994 que Ortega <<talvez ayud6 a
:.-sserl a "saltar" al nivel dela raz6n hist6rica» (p6g.227)e. Husserl da el giro a la
::=-.cupaci6n concreta por lo hist6rico (Europa) por la Primera Guerra Mundial,
- : rnsecuencia de la historia pero antes de los nazis, exactamente igual que Ortega
, -. :.'1aci6n con la modernidad europea.

- El r'rnoo Dr L,\ cu[,snoN


'
- . Hasta fines de los anos 70

He citado en la introducci6n cuäl podia ser la situaci6n en Italia, puesto que el


.r.::o se fragu6 para el curso sefralado. Conviene ahora dedicar al menos unas pä-
-:jrüs a hacer un recorrido por los textos mäs relevantes sobre este tema que, como
-.::los visto, es sumamente complejo.
,
En Espafra hemos contado con la ventaja de las obras_que he citado en el apar-
:,jo anterior, pero antes que nada conviene ver los trabajos con que nosotros nos
:r.ontramos, aunque de ellos hayamos hecho un uso desigual. Me refiero en con-
::.to a los trabajos de Holmes (L915) 1, Silver ,1978). No se puede olvidar que
---rsta esas fechas existia una unanimidad, ademäs, ratificada por discipulos de Or-
,:!:a, en que este estaba en las antipodas de la fenomenologia. Alfredo Stern 1o
::..presaba muy bien en el homen aje de La Torre de 1956 «Un pensamiento hist6ri-
:-1 como el de Ortega es incompatible con la fenomenologia de Husserl, que repre-
:.nta un pensamiento estätico, anti-hist6rico» (päg. 392),hacilndose eco de la
::ase de Ortega que cita: «la actitud fenomenol6gica es estrictamente lo contrario
je la actitud que llamo 'ruz6nvital'>> (OC, VI,28). Cierto que este texto es de1947,
:ero en ese articulo la critica orteguiana es muy fuerte y clara.
Tal vez s6lo Ciriaco Mor6n Arroyo, en su voluminoso trabaj o El sistema de
)tega y Gasset (1968), habia dado alguna pista sobre esa relaci6n, a la que dedica
-,:s apartados 46 y 47 , escritos con un considerable sentido comün, por mäs que su
-:proximaci6n al tema est6 tambi6n lastrado por una concepci6n de la fenomeno-
-.rgia muy convencional, como se ve en la frase: <<a este abstraer la existencia y ad-
:erencias para fijar la atenci6n en lo esencial se llama reducci6n fenomenoldgica»
1968,201), ya que eso no es la reducci6n fenomenol6gica sino a lo sumo la reduc-
--iön eid6tica . El aparatado B de este parägrafo 46 titulado <<La fenomenologia en
Orteg»> se podria resumir en Ia tesis: <<Ortega, al leer a Husserl y ver en Max Sche-
-er la virtualidad de esta doctrina, se adl-riere a ella, haci6ndola, como Husserl, su
nlosofia primera>> (ob. cit., 209).Elparägrafo 47 estä dedicado ala citica de Orte-
ga a la fenomenologia, partiendo de la tesis de Juliän Marias de que Ortega ya ha-
bia superado la fenomenologia en la <<"increible fecha" (Marias) de 1914» (pä-
sina2l2). A continuaci6n se hace eco de la objeci6n que Ortega expuso a Fink, de
Ia que trataremos mäs adelante, y confesando que no sabe qu6 le contestaria Fink,

e «perhaps he helped Husserl "leap" to the level ofhlstorical reason.>>


24
Javier San Martin

barrunta una respuesta, bastante bien pergefrada, pero si indica algo que los int6r-
pretes espafroles_deberian haber tomaäo en consideraciön: q".luäbyä.ion de Or
tega reflejaba <<ideas a las que nuesrro pensador 11eg6 mäs taräe. Entre t9l+ y 1916
creia en 1a conciencia con la fe del cartonero» (pä!. 211 ). No aparece mucho mäs
Husserl, pero las expuestas son, sin duda, ideas quä deberian hÄer sido p-f";d,
zadas a parl.ir de aquel momcnto. ideas. ademas,ianro mis meritorias cuänro
no se
disponia del rexro de lnt,estig,tclottes pslcolögtca:.
En 7915 oliver w. Holmes_pullico ,,r--ry interesante trabajo con el titulo
H,man
lcalitl and the social_world orrega's ?hilosophy of Hisiory, .i ju"
"" y el
dedrca el capitulo_ tercero a <<Las dimensiones fenomenol6gicas de1 hombre
mundo social>>. E1 libro es, en conjunro, rnuy meritorio, y i"rultu uro *ugnifrü
introduccicin a ortega, con un muy buen conocimiento ää t, p.nra-i.rrtol Hol-
}:s,tlene la ventaja d; Oue conoce los manuscritos de Husserl sobre ia Intersubje-
üvtdad, pues ha estado estudiando en Lovaina antes de 1a edici6n de esos textoj0,
por lo qrre tuvo una vrsi6n del nuevo Husserl, eI que se corresponde con el Husserl
resultado de publicacrones p6srumas (punto 4, de la pägina jo). Err. conocimien-
to le permiti6 comprender ei caräcter Gnomenol6gicä d"e la obraorteg.,iana, seg.,-
ramente pasando.por alto 1os marices de las inteipretaciones de oriega,ourJtu
propia lenornenologia.
En el.capirulo primero sobre el desarrollo intelectual de ortega. en el gue hay
una excelenre presenracicin del neokantismo. se dedican unrs inre"resant., pägino,
a la relaciön de Ortega con la fenomenologia, en las que parte de que:

La vuelta de Ortegn a Marburgo eLr Igtl significo or ro giro en sus inlerescs


intelectuales y en su desarrollo filoiofico ät.odrcci6n"a Iu f."t-*ä1ogir-
El ir-rter6s de (Jrtesa en Ia fenomenologia-.,lr,
empez6 como una .oiaia familiariä;J
de simpatia y evolucionci hacia una relaci6n ,rbig.,u y ambivaielte. Ciertos con-
ceptos que pertenecen al anälisis fenomenol6gico äventualmente van a impregnar
1as propuestas orteguianas sobre la realidad, ä1 r.. y 1a sociedJ. Pero
esto no es
decir que ortega fuera,n fenomenologo r"r-riido iaier-*t, ,-.
fenomenologia"rri.io
solo que algtLnas de las asurrciones de la "n.1 son perceptihles cn sus
obras ruaduras d1 los aiot j0 Lcva J. S. M.j. por. eso"mere..'.i"r,u arencicin eI
trasfondo general dela genesis y desärroilo de los hechos esenciales qr" ,rbyu.*
a estas asunciones (ob. cit.,päg.37).

. Empieza con_una muy buena descripci6n de Husserl, que toma en considera-


cion las principalcs obras pubiicadas por esre. con ,n, nuäu a"ta.nrut".;pli;;
cton de los diversos concep.tos husserlianos, incluidas Ia teoria de la intersÄjeti-
vidad y del mundo de la vida, si bien .orfi.r, que sobre ,oJc,. ,jlti-; ;;i;
aparece en los in6ditos y las ri-ltimas obras de Hussed. Ahora va a "r,.
explora, .n q"e
medida el encuentro de la fenomenologia fr. .,ru b;;;;;",t. pu.u ort.iu.
Empieza por considerar el rexto de osob,"re el concepto de sensaci6nu,
Holmes percibe una <<discusi6n comprensiva» t»,kpofirtü d;l^rii;r;,^ ",,Jq-,r.
ä;;
<<expresa 1as esperanzas entusiastas y äptimrstur dL örtegu e, .l potencial'de
la

10 Vease
- 9ot1 7.0, pag. -1'1&
,la Intersubjetividad do-nde comenta que tuvo acceso <<to earJier proofs» de los tomos sobre
que edit6 Iso Kern y salleron en l9j3 (Hua XIII, )OV; f-U.
-- -::cmenologia de Ortega y Gasset 25

:- -lenologia como un movimiento significativo filos6fico» (päg. 42), aunque,


,' . -:. <<no parece que en ese momento la nueva aproximaci6n de Husserl repre-
: --r: r,1n giro decisivo en la articulaci6n de su propla filosofia». Ahora, sin emtar-
- =rado yo, y una vez conocida la confereniia Jobre <<sensaci6n, construccifn,
- , '':i6n>>, y. en qu6 medida en ese momento (junio
de 1911 ) sitüa con toda pre-
',
rn a1 neokandsmo en el subjedvismo, frente a la fenomenologia que, por con-
.. i-r a 1a intuici6n todo su valor, se sitira en offo lugar, si podemos decir que el
: -i:r.eo de Husserl es decisivo ya que Ortega darä un giro fundamental. Hölmes
- . -:a tambi6n algunas.reflexiones muy importantes d&una gotas de fenomeno-
:-a,,. donde ortega da apuntes pertinentes sobre la diversidäd de perspectivas,
,. diferencia entre 1o e}e_se nos da como una realidad vivida y 1o que se nos da
- r1o una mera realidad observada. A continuaci6n toma ya como punto direc-
. - las manifestaciones de Ortega sobre el ai,o 1925 y su replanteamiento de1
-'51ema del ser, donde ya ve una actitud ambigua, pero no täma en considera-
-.::l Holmes que esa visi6n orteguiana es una rrisi6n retrospectiva hecha veinte
.- rs despu6s, y no veinte afros cualesquiera, sino veinte afrbs en los que tantas
: .as le acaecieron a Ortega.
De ahi ya se pasa a la consideraci6n de la posici6n de ortega en Apuntes sobre
: ". )ensamiento, de 7941, de donde toma Holmes los puntos mäs importantes de la

-.:itica orteguiana alafenomenologia, pero enfatizalJambigüed ad de Ortega a raiz

.-mos, Ortega atribuye ese cambio de Husseri a que ä1 texto 1o redactaFink: Hol-
:res, colr buen criterio,ignora esa afirmaci6n de Ortega y se fija en el hecho de que
l-rtega acepte que su filosofia <<no es op,uesta a la diferente direcci6n de "raz6i' y
'tenomenologia gen6tica" tomada poi 1as nuevas
dimensiones de Husserl en la
:risis» (päg. 45); por e-so, aunque ortega considere, en el texto Apuntes sobre el
:ensamiento, su,filosofia .<diametralmente>> opuesta ala de Husserl, Holmes, a la
ristgde lo que dice Ortega en la nota de ese mismo rexto y 1o que luego irä viendo
en El hombre y la gente, concluye que:

Las obras ültimas de Husserl Meditaciones cartesianas y La llsts, que eran


intentos de resolr,er 1as dificultades inherentes a la fenomenologia trasce;dental,
[...] no eran diametralmente opuestas a 1os <<temas>> de la «vidä humana, o a 1a
importancia de postular la funci6n epistemol6gica y ontol6gica de la experiencia
de la vida humana. Claramente, 1a idea de Husseri de LebänszL,elt era el tipo de
noci6n que Ortega discutia en su propia filosofia de Ia vida humana (päg. 46).

Por eso_concluye Holmes que, aunque: <<en este contexto no se le ap)rca a Or-
teg.a.elr6tulo de "fenomen6logo", se mantiene aqui que hay una influencia apre-
giable de puntos de vista que reflejan un anälisis fenomenol6gico en la filosofiä de
Ortega> (päg. 47 ).
Pero 1o^ que es mäs interesante de la aproximacidn de Holmes es que, en su
opini6n, <<Ortega no_empezd _a asumir ltake inl de modo sistemätico algunos de los
pre_supuestos generales d,e1a fenomenologia hasta 1os afros 1930» (päg.49). La tesis
de Holmes,_de una increible actualidad, cuando aün no se hablaba d.1 t"mu, es que
tambi6n influirän en Ortega tanto el historicismo de Dilthey como el existenciaiis-
mo (v6ase päg.61), en general:
26
Javier San Martin

'.. visro ortega desde la,perspecriva mäs.ampria, er foco de su firosofia pas6 de una
teoria social, c,omo anäriiis de ra .<sociedad ä" *urr.r, u rrbiirp\;h;;h;;;.
Iuego, a unafilosoln lenomenolögica exisrencialisti "Äi S M.i"ä;i:;äi:ää
L;r;.-i.
humana. del tiempo. rntersubjetiiridrd . hirro.ir. r.ä" rä *^r
una filosofia del hämbre, de la sociedad y de la historia
,. ,ir,".riir, .n
fiai."äSl.
A veces Holmes no.se 6ja demasiado en la literalidad de Ias palabras
de Ortesa.
como hemos visro en elcaso de Ia atribucion , Fi;[J;t;;;;;;,
d" ;;;;r;.'AE;:
:,L:1Tq,^6i
pfl alto ei rcchazo orreguiano d"l .;;;";;utir;", porque, par-
l":iconhesa
tlendo de que en Ortega urra influencia del existencialismo, .ii, dfrÄä ä.
ey Leibniz"en la que Ortega, puru rräirur.i.rirren.iulismo,
k::!lrrdl,rrinct41o
uega_1clecrr. que l-leldegger representa un retroceso, para
asegurar que «Habiamos
con Husserl v,Dilthev llegado ;por.finr a rrn t.-pr.'J. hä..? aärJii,
ocupa tranquilamente solo de .re." c6mo las cosäs propiamente son,
q;ü;-
o meior, qu6
de las cosas vemos claramenre y qu6 no, sin aspavientoi,
sin il;."r.;ä.';iää
dia,ni,comedia. p.ari passu,, (S. jgSl. Cierto qu" Hol,n"rno;;;;äi;?;;#;;ffi_
dad de las Meditaciones del Qu11ote,-por eso arribuye Ia funci6n
sintetica de las
categorias, que asume Ortega, a Ia influencia kantiana (päg. r
5 i_i;and", ;;;;
to que ahora sabemos, estä mäs en relaci6n con la leitüra de Schapp. pero, J;
en
conjunto, estä convencido de que la noci6n de vida h"ru", .Äo p.irr.iolä
tundamental de realidad» .on q,r" opera ortega serfa semejanre , "äl
i; ilr5iääi;
vid3,de Dilthey y al concepto äe Librns*rti'in--n"räi iäjelzi).
No debemos
olwdar que todas estas ideas estän escritas a mitades de ]os 7o,"varios afros
antes de
los desarrollos que vendrian a finales de esa d€cadi.
M" corresponde ria-aqui comentar el libro de sirver, pero lo he hecho en otros
,lugares. ['.n conjunto e] libro merece una evaruaci6n suÄamente positiva,
,unqr.
un Husserl en nada dif"ät.-ä.Iä.tägriuno, urnqu.
:'.^::1j"1:,.]:,1:!u',i'de
a pesar de ello tiene la valentia de confesar la pertenencia
de ortega", unr'f.noÄ._
nologia mundana, a la que tambi6n llegaria ii"r;i;r;;u-;ä;rpr.
Pero como esta obrä es suficienre-I".rt. conocida
,q,ri
evitar detenerme en ella. Si me interesa comentar .1 "n"."or*Ärif..fi".o
clr.ifi.uJo. i"r,o de Robert
P-C".r:l,"Onega's of husserlirn ph.ro-;;;i;;y;r, prbli.;J;;;
reforrnulation
,::r^-rt,l_?:!::ophy and Pbe,nomenological Researih en t979,rräo jur,"
a.rfuZ,
oe que )ilver pubhcara su libro. L,n el articrrlo no se cita el Iibro
de Silver, quL r"_
guramente no habia salido cuando este arriculo habria ,ia"
."ir"grd" p;'r;ä
blicaciön.
Ya e1 comienzo dei articulo de O,Connor es muy interesante:

Aunque la fenomenologia husserliana tuvo una influencia en el pensamiento


orteguiano, ni Ortega ni sus comentadores han clarificado ,rh.i..,,.-".rte
su re-
laci6n con Husserl menos con .t .ro"iÄ."täi.""ää.".rogi;;.E;;;
rea es, sin embargo,-mucho
indispensable. porque yo esroy^conv"".iJ;J; q";;;."ö'i,
j.lln"t"ri, äJö*"g*
subvace a muchas part..'.rrie
f:!:,r,."ploqta
lstca de la vrda humana (eud
a su mera-
es/zlosofia), a su filosofia de la historiä (La historia
como sisterua), a su filosofia de la sociedad (Er honbre y ta
[enti) tl,lll, >r).
o'connor se va a centrar en dos puntos esenciales de ortega, ade,räs
muy bien
captados, la brecha o cambio de la ionciencia rrascendental husserliana
a i;;i;-
21
--- ::..r:n€nologia de Ortega y Gasset

::::-i humana concfeta, circunstancia que produciria e1 <<giro existencialista>


......rdo 3), y, segundo, el hecho {e da{e a la fenomenologia sistema, tal como 1o
":::rra Äli-JO.tega (apartado 4). Estos dos hechos los vive Ortega, llaman
: -: atenci6n
"1 de ello u-Ö',Cbt nor, como un abandono de 1a fenomenologia hus-
.:r rnä (ib., 54). Despues de repasar la posicidn de Marias y 1a de spiegelberg,
- ,.;o.," ru i"rir d" qr. O.tegä no hayial abandono sino una reformulaci6n de
,- ,-.r,omenologia en la"ndireccfun de una fenomenologia existencial» (päg.-55).
,-= dos hechosäencionados han de ser vistos como ,.rna conffibucidn a la feno-
- -.ologiu antes que como una despedida de 11 misma>>, pofque los dos cambios
.,:-:ren"dentro.1ä la tradici6n de la fenomenologia. Para probar su tesis empieza
: r:r una descripci6n de c6mo Ortega entiende 1a fenomenologia de Husserl, par-
--=rdo sobre tädo de sus textos juveniles de t913, <<Sobre ei concepto de sensa-
-:rn» y <<Sensaci6n, construcci6n, intuici6ru>..Es cierto que de.estos textos no in-
de las dos palabras
-.:e 1ä inmensa problemätica que se da en la comprensi6n
luro» y <<trascendental>>, que ähora poden-ros entender desde la confrontacidn
::n las interpretaciones de Gaos (v6ase San Martin, 20ll) -y las.suyas posteriores.
: -res, de u.rä.do al Ortega posterioq la conciencia trascendental serä s61o un puro
-i.ar, ignorando que en-i{üsserl esa es s6lo la conciencia del fenomen6logo, pero
::o la co'nciencia que el fenomen6logo toma por tema de *l' descripci6n.
Segurament" b'Corr.ro. no teniä en ese momento todas las claves para poder
."rporid", ampliamente a 1a concepci6n orteguiana de la fenomenologia con toda
problematicidad
-"r del tema. A continuaci6n äxpone 7a uitica_orteguianatomando
;omo referen ciafundamental La ldea de prirucipio eru LeibniZ- Pero en un momento
nterpreta ei tema de un modo que tal vezvayamäs allä de Ortega, pues dice,.re-
-lexionando sobre un fen6meno de la conciencia tal como la percepci6n, encuentra
solo conciencia natural, que el llama "vida humana". Ortega la describe esencial-
mente como la interaccidn mutua del yo con sus circunstancias, que no son inten-
cionales sino reales>> (päg.55). La cita que aporta para probar esto riltimo estä lejos
de hacerlo. Sin embargo, con esa referencia aiude a una problem ätica muy impor-
tante de la concepci6n orteguiana de la fenomenologia que estarä en la confluencia
de 1o real y 1o virtual intencional en la vida humana. Pero aqui O'Connor no prue-
ba ese extremo.
Pero 1o que le llama 1a atenci6n a O'Connor es que Ortega criticaria a Husseri
el utilizar un m6todo conceptual abstracto, separändose asi del propio de 1a feno-
menologia. O'Connor une esta acusaci6n con la de que la conciencia trascendental
es una hip6tesis deducida, no intuida. Y eso le sirue para probar que Ortega «dota
a s, pro§rama desde el principio de un aroma fenomenol6gico>>, con lo que «la
ruptura de Ortega ocurre denmo del contexto husserlianor> (päg. 58), pero promo-
viendo ese giro existencialista, con 1o que Ortega <<pertenece alattadict6n post-
husserliana, junto con Heidegger, Sarte y Merleau-Ponty» (päg. 59).En este sen-
tido Ortega seria <<e1 primer fenomen6logo en tomar el giro existenciab>, que
O'Connor lleva hasta la frase de Meditaciones del Quijote, de que <<yo soy yo y mis
circunstanci as» (päg. 59),
En cuanto al otro punto, dotar a la fenomenologia de una dimensi6n sistemäti-
ca, O'Connor ofrece aigunas consideraciones interesantes. En primer lugar, si do-
tat ala fenomenologia de sistema implica abandonarla, es porque se piensa en
<.a1guna inconsistencia entre la fenomenologia y el pensamiento sistemätico» (päg.
q

28
Javier San Martin

60), cosa qqe evidentemente ortega no prueba. por eso es mäs bien una modifica-
ci6n de la fenomenoiogia,_al lo, t6rminos q". r. .ncontraban los
-.io,
,9",ro? en aquel momento. La segunda"rr- ""
ruz6n estä.., .o.r.*i6., .o. gr;;
"i
cial, de poner la vida humana como puxto de partida, cuyas especificaiiones
J;;;:
,"riu"
intuiciones propias a prtori de toda uidu hrmanu.
Y si en el caso anrerior se puede asegurar 1a prioridad de ortega respecto al
resto de los fenomenologos, en este .uro ö'corrno. du p.iorärJ, rr?ia.gi;i
es el primero qu.e emprendido un anälisis sistemätico a" t, ua"rrräää]ri-
ä;
k
gurendole despues ortega. Per^o justo por esa misma raz6n ortega es tan fenome-
n61o_go como el Heideggir de Sei y tiempo (päg.62).
--o- -
lu.ru terminar. propone e[ significado de ia frl.osof(a de orrega desde esre punro
, vista:
de primero. ensancha Ia fenomenologia. del programa e[istemologi.o .n .l
que la habria recluido Husseri, a m p.og.uär'."triogä ä;.irriri.o.
Bi;;;ft;
punto consiste en diagnosticar ia conciencia trascendäntal hussediana como"<<abs-
tracta. principio hipotetico antes que algo concrero directamente inruido .o-o
iu
vrda human2- (pä9.6J). De ahi las venraias de orrega sobre Husserl. Evidente_
con los paradigmas de Ia piimera comprension que se
i:"r:.o'connoropera
tuvo de ra oL'ra de Husserl, que no conoce. primero. el hecho de que la conciencia
trascendental somos cada uno de nosorros än la funci6n d; p;Li" ,"r.."n.iu
la estructura intencional yr por tanto, constituyente de las .riÄä"*r intencionales
ä.
del mundo, delas que dificilmente se puede ä..i. q".rl;";;;i;r, .".1,."tiäo
de reahdades lisicas, como no es fisica la perspectiva. segundo, que la
conciencia
trascendenral que somos cada uno d. norot.os es Ia ,rida'di.e.rJi-pi;;i;;;;
persona en ef mundo y.que, por eso,lo que le importa realmente Lrtr...
bajo los ideales que le fria * i,rltr* y que cada unl a. noräiÄ, ,..prr,,os
r*il;
o refor-
muamos. Eso qurere decrr que la acci6n como ejecucion de Ia vida estä anres de
toda reflexiön. que estä al servicio de Ia primera. por eso en la fenomenolog,,
principio o iruer6s epistemolögico esrä äl servicio de la .enova.lön ä. lu"i
humanrdad. Natura-lmente este Hussed nohabia aparecido airn en los -ord afros en que
escribe O'Connor.

2.2. Los afros 80

En el afro 1981 se public6 un meritorio trabajo por parre de Francisco


olmo Garcialn el qrä se recogen, Javier
de modo praädäamäte exhaustivo, todä, lo,
textos en que ortega se refiere a Ia fenomenolo§ia,1, citando ademäs tr, ,i.iä""rä
respecto relevantes hasta entonces, pero si! en-trar'en lo, mrti.., c."
tratar la propia feno_menologia de Fiusserll2, y que, como iremos viendo, ."#aär.
üh;t q*
determinantes para llegar aI iondo del tema. D. u.r..do ,1o, dlu*ror p.,rto,
citados
anteriormente, el lectorpuede deducir el alcance del meritorio trabalo.
Al afro siguienre, 1984,,un^ano despues de la celebra;r6; a; b; festejos del
centenario del nacimiento de ortega, q.re conllev6 en mucho, puir"r, ,obr.
iodo

L1 <<Husserl
12
en los textos de c)nega>>, Anales del sewinario de Metafnica,
Lo que tambi6n se puede dec[ de Siirrel de Ileno pues opera con un
xvu, 19g1, pägs.97 -117.
Husserl convencional.
-
n a fenomenologia de Ortega y Gasset 29

a- :ispanos, la organizaci6n de variados actos conmemorativos, sa1i6 el decisivo libro


je Pedro Cerezo La uoluntad de auentura, que marca defilitivament"
)S
.l *-bo ä.
-as presentaciones e interpretaciones de Ortega- Me atrevo incluso a decir q".1,
n rayo.ria.de las cosas qrre muchos_ hemos escritö despu6s son deudo.ur d. .rt. ilb.o,
ampliacidn o profundizaci6n del mismo.
il . No es objetivo de estas päginas ni siquiera ofrecer un resumen de la extensa
rbra (410 densas päginas de leira minirsclia) del profesor cordob6s o gra"udl.,l,
a.unque si me gustaria dejar constancia de algunos punros que quedaräriestableci-
cos como definitivos. El primero es la llamaäa q,.r" hr." Cerero a los i.rt.lectruÄ
espafroles al estudio de grtega mäs a1lä de las härmen6uticas uerueratiuas o inquisi-
) :oriales. Del pr6logo del librö arrancan esas denominaciones. Deiando d" luJi lm
I hermen6uticas inquisitoriales,.que.el tiempo ya las habia r..u-bädo * ;q;.1;;-
)
,menJo, 9ra ryä.s
imponante orillar las .<venerativasrr, aquellas interpretaciones para
1as {ue la palabra
de ortega era.cual oräculo no criticäble. ortega r.l; p"e;;...,;;
superado cuando haya sido verdaderamenre comprendido" (ib.I pero para ,du.r-
rir de la dificultad de esa comprensidn ha elegido-como lema del libro läs frases de
ortega.del pr6logo. a la primära recopilaci6n-desus obras, en r932,.n lm q.r",.
queja de que..No hry [...]-grandes probabilidades de que una obrä como lä mia
Lde ortega] ... encuen-tre el änimo generoso que se afanä, de verdad, en entender-
lar>, ya que estä,,.muy1lena de secretos,_alusiones y elisiones» (V,92,rn.1- -
. _Tr9s gapitulos podrian serlos significativos puiu .r,r.st.o objetivä, läs capitulos
1,5 y 6. En el primero,.capirulo 4, ie tr.ata_a fondo la relaci6n je ori.ga ."i, tu i"-
nomenologia, bajo el signlficativo rirulo de «El mundo de la vida». Et ,.gu;do,
capitulo.5, dilucida el tema de la.superaci6n del idealismo. y el rercero, .upfrJ; e,
estudia la confrontaci6n con Heidegger, bajo el titulo de «El nivei del rudicalismo
orteguiano». Son en total 148 päginas, cerca de un tercio del libro entero, lo que
indica la importancia del temä. Äqui, sin embargo, por espacio me ,edrcire'J
primer capitulo citado,
Ya la primera p'ägina (1984,19i) es rodo un pufrerazo en la mesa de los int6r-
pretes, pues es la actitud venerativa de estos la reiponsable de que aun no se haya
e.studiado el tema, dando por hecho que las palabras de ortega ,l ."rp..;; ;;;
definitivas.,El interpelado-es principri-"nt.juliän Marias. dJqui.n ie cita una
trase de su hbro ortega, circunstancia y uocaciön, en la que se dice que Ortega estä
mas alla de la tenomenologia, aunque ..conservando, por supuesto. Io que än ella
:s adquisicidn permanentel, (1984,192;Marias,l96i,i6l) ri, q,r. ä"aiq*;i;;;
linea a explicitar qu6 es esa_«adquisici6n permanente» (cerez ä, l9g4,l1rl. p..-i,
del mismo lugar.tambi6n incluye .n .sa misma interpretäcid" ä noarig"",
??r12
Hu6scarri. A continuaci6n cita a los autores que hasta .re mäm.nto habian tolado
el tema,.Mor6n Arroyo, Orringer, desde Ia genealogia de una rebeli6n .""r.u .t
neokantismo, y_ silver, aunque de- este-critica su ingenuidad al aceptar de modo
acritico, como Marias yo
-y afi,adiria,la
ese momento- \a reconstrucci6n
inmens,a mayoria de los int6rpretes hasta
que Ortega hace-de su pensamie"to. porq".
aqyivl a estar la diferencia entre cerezo (y cön 6l ya el restolexcepto por.iuhä"-
te M. Rodriguez Rial, a partir de ese momento) y ios anterior"r, qr. ponemos en

rr V6ase tambi6n Ia nota97 de la pägina 226 del mismo libro.


--J7-'

30
Javier San Martin

cuestiön )as pdabras de oxega sobre su propia filoso{ia. Como he dicho en el


apartado anteriot,este es el punro decisivo, y aäemäslo que hace que el tema de Ia
relaci6n de Ortega con Ia fenomenologia seä complicado.
Larclaciln de Ortega con la fenomenologia dä Husserl se estudia en el capitu-
1o 4, el.mäs largo de lostres citados (65 pägnis),y que tiene cuarro apurtudos.
'p.ro
antes de abordar esa re1aci6n, somete tänto las tesii de Orringer como 1as de Siiver
a una fuerte critica,llegando a 1a conclusi6n de que <<estas äos obras tan contra-
puestas, tienen de comrin su negativa al reconocimiento de una influencia directa
{ primitiva de Husserl sobre ortega>> (1984,197).Laprimera secci6n titulada «La
fenomenologfa como liberaci6n», parte de la consideräci6n del neokantismo como
una.cärcel de la qrle hay que evadirse. Esa cärce1 es el constructivismo propio del
neokantismo, que 1o aleja de 1a experiencia directa de la realidad. y uäa viz mäs
r,rrelve a situarse entre. Silver y_Orringer <.para mediar enffe estas dos ex6gesis en-
contradas>> (1984,20-1,),la de orringäq ,n, falsilla neokantiana, que hace äe orte-
ga un disciprllo rebelde; l?
+ §illver, que propone que ortega irä descubierro por
su. cuenta, s61o ayudado de scheler, elmundö de la vida y la ejecutividad. La <ihi-
pötesis intetptetatlva>> de Cerezo, queTa rcconoce como no ajina alalectura delas
obras de los anteriores, es que Ortega nettraltza el idealismo neokantiano con el
idealismo fenomenol6giqo,,y asi se evade de ambos ayrrdado para ello por su afän,
necesijlad o «exigencia de lo concreto»> derivada de su «dimensi6n pokticar, (päg'.
202).Esavocacidn 1e daba ese <<instinto de realidad», que impone..djesde el princl-
pio una direcciö_n rcalsta a su pensamienro>> (päs.202), quä encontraba uÄ daro
eco en el lema de la fenomenologia <<1A las cosas mismas!».
. .En la pägna siguiente aquiTata Pedro cerczo 1o que yaseräel mapa definitivo
de la interpretaci6n posterior. La entusiasta aceptaciän äe la fenomenologia debe
ser compaginable con la frase de haberla abandonado en el momento m'ismo de
conocerla. L9 Que Ortega debi6 de abandonar seria el idealismo fenomenol6gico
o la orientaci6n trascendentalista de la misma. Considera Cerezo que la fenomäno-
log;ta recibiria una fuerte contestaci6n en relaci6n con su trascendäntalismo, que la
nerttalizaria a sus ojos <<sin comprometer, no obstante, offos saludables efeätos,
(päg.203), de manera que eso expJica la persistencia de prdstamos y el largo cami-
no de tanteo y birsqueda, hasta 7929 en que se estabiliza ...rr*äo obtäne una
acufraci6n precisa de la "vida" y se consuma la herencia husserlian a paru dejar
paso, 1o sucesivo, a una mayor presencia dela analitica existencial dä Heideg-
_en
ger>>.La obra que sefrala este momento es Qud es filosofia, «la riltima obra escriä
-
claramente bajo el influjo de HusserL> (ib.).
Sigue a continuaci6n una exposici6n de los textos orteguianos de fenomenolo-
gia de 1913, sefralando varios puntos que serän decisivos, plimero, la necesidad del
reconocimiento de una experiencia antepredicativa $ag.2o7);la tesis de la actitud
natural de la conciencia interesada y comprometida (päg. 208); el tema de la ejecu-
tividad, que <<aparece en- su contexto espeiificamente huiserliano» (päg. 209), iien-
4"1.*pr6stamohusserliano» (pdg.2l3);quela<<reducci6nnopertirüa,alsispen-
dq.lgi, los_acto_s ejecutivos de la äctitud natura|> (ib.), tema que constituirä <<el.
caballo debatalTade la critica posrerio»>. Y por fin, la constataci6n explicita de que
no se ve en estos textos ni un äpice de critica a Hussed, por lo que resulta incom-
prensible (nota53) la postura_de Silver, que habla de un escepticismo respecto a la
fenomenologia trascendental husserliani.Y a pesar de que r. hrbl, de un idealis-
-", ::::::uenologia de Ortega y Gasset
31

- - :-;.:odico, <<nada empece a su capacid ad paraofrecernos 1a plenitud de lo real,


.:iaderamente real, el. sentido o .ttrr.trru de la cosa,
$ai. ztol. por eso se
j*g; ;;",*;]
--:. ie que la fenomenologia es un.positivismo abrolrrto q;;-r"
"

:- .-:iismo parcial propio de los asi llämados (päg.211). Cämo consäuencia, en


- -:. «ortega acepta sin reservas
el plan^teamientä f.rro-"rrolögico y ve en 61,'sin
-..-::--cciones, la forma genuina
de haier fllosofia» (ib.).
"i para terminar esta secci6n r,,uelve a la relaci6n-con Natorp, mostrada por
::-rger,.quemäs que hacede abandonar la fenomenologia, le sirvä para pr.r,#4.
- -:-:a el idealismo fenomenol6gico, pues la dependen.iu?" Nutorp
.rtä relaci6n
- : «la cfrtica al concepto de räflexiön rascenäentar" (rbj, q";,6. ser "r,
posterior a
' .'ecuci6n de los actos, no puede ser el metodo para
"päpoi.L"r..rrid.rr.i^
----:'uras» @äg.212). La refleiidn <<exrorsiona .t .Äi""iaäääiur'*r,.r.ias>>. v no
: - j--i a.lcarzar al yo constiruyente. y por eso caerian h, ü;;Jl.l;;j;ä;
ir;r:
<<y con ello, tambi6n,,la posibilidad de
-
=-aental una autoconcien.i, ob;"tiu, p".u"
: P91o l9.qq9 aqui se neutraliziriaseria el t.rr..rd.rtrli;;;;16 Iä"o, ,rioi"u
::.rensi6n idealista de un origen radtcalen la co?ciencia constituy.rrt.r. E,
opi"la"
:= cerezo, ahihabria una,primera crtticaal idgalismo f;"o;;;iöor"
-, tsttitica d manera de pröiogo, aunque fuera de
-odo äiäo " i"är".,". "" "t-Eüifi
Y ahora cerezo ya a traiar d"-pär,.r los puntos r"b.. im i", d" los dos motivos
:-:e anidan,en esa cririca, ei de lä ejecutividad y__el a. u ttJ.u*.i6; j"i6
ä
-:r-rnero ya habia dicho que proviene del mismo"Husserl. p"1" L novedad j. or_
:-.a serä hacer una interpretäci6n metafisica de esa ejecutividaJ, po.qr. ,"Jo ,..
,'.::/ta su ser_ como yo ejecuto el mio. No hace falta acudir a Las läcciones de meta-
-,.r, como hace silver (7978,113 y sigs.) para encontrar ese t"ntiJo, q".
--::emente en er Enwyo de estdtica o *"nnr* de prölogo de 1974 f1äirä,1iäi, "ria
- -i: san Martin, r99B, rr7 y sigs.). Por eso no se puedä <<representar>> ese ser eje-
,':i'o., porque la.representaci6n es impotente pira dar.,lärtu real de io qr.'.,
: :cutivo, por eso 1o que se ataca es que äl modo äe llegar a lo ejecutivo ,.u
.:'Lma representacion. -ädirrr-
\- aqui inicia cerczo una considenci6n sobre el alcance de 1a critica, porque,
-:-u6 se critica?, que lleguemos a los seres, o al yo, mediante representu.iorr.i; y
stuuldo,.que justamente por eso no tenemos ua..ro a 6l como rräu urtopr.r"r.ir,
.-'rrque,el ser-se no es prlmariamente reflexivo sino ejecutivo, es d".lr, pori]
---ön, "r'rotä
Ahora bien, gsignifica eso desactivarlareflexi6n? lEs ioda frloiofiar"flä"iru
-ra fiLosotia de la autopresencia? De hecho en las lnueitrgaciones psicolögicashay
na respuesta a esta cuestidn, cuando pregunta Ortega aisos f,l6iofos qire dicen
;ue ei pensar no puede tener como objätoä propio pänsamiento-cer.zo merr.io-
-d que Ortega deja abierta la cuesridn de como podemos llegar al u.rdrd".o ,.. d"
;ada cosa. o a una contemplacidn suficiente,y piensa que. äel hecho de que en la
:numeraci6n que hace Ortega de los modos de pensar no se incluye t, i"t.il.iA" J.
:sencias. se podria pensar que ella podria s.r.rr,, posibilidad puiullrgu, Äu.rdr-
Jero ser- de manera que la respuesta sölo podria vänir..del princjpio fänomenolo-
iico de [a intuicion de esencias» 215 I , porq.ue Io que queda claro es que solo
,(,päg.
iediante la donaci6n originaria d;s;*;;;i;.r, il;;;;io=iäo .rtariamos <<en
la fenomenol ogia» (päs. 276).
como ei probiema del alcance de la reflexi6n estä planteado, concluye cerezo,
ortega ahora no 1o menciona, bien por timidez (como confer,oäo,rt gii, bi;;;
32
lawer San Martin

faJta de convicci6n, hasta que ro


retome en r929.por eso, s6ro retrospectivamente,
desde los rextos de L%4 rer,
; ;;ä;;;, G; ." Jär'ääl'uru crrtica ala re_
flexi6n fenomenol6gi*. i;;;; Iiä'aäär.rtra en todo .ri" .ä*rriao es que
tega insistirä en el airaigo .niu ."p.rr.n.iu.qu"
hi;;;ä;ro"g* pro.reve, yor- en
el papel fundacional
e,räH*rJ ;;;;;;; ra percepci. n ,o*i rJr*fahrunp. Mäs
adetan te votveremos'äu,.. .'iä''i".r;:t.
que <da criticade Narorp t""o t,
r"ä;;;ä;;, i. ääa, craro aöe.ezo
trascendenralisra de fi.losofa»>(p "i.i"äi*g
;-**;;ä'öiä frente a un modo
fenomenor.gico, neurrar u^d,ä,' z ;;
ai.itil."ö"i""d;;.ä;"iäo-ärägi, idealismo
neokanriano. por su parte, orteg, r.
;.r, -, rä "ifÄrr^a"el
er idearismo
hrb.i, orientaci.n der
movimiento fenomenoldgi.o
alguna raz6n a silu.r. p.r'o.L;.ilC
J;;rd"
"hä.iu p;;;
^ti.rpäaä-äiä';'rä,
ä;ir-äää"iiä.i'.on lo que le daria
c.r.roi *ir,]."äää" ursserr y perma_
en su 6rbitu'> (ib.), porqä.,
_l:ciendo
rmenta en su pensamiento respe-to ar ? q;ldä;t ;;bääääci6n que se expe_
äe Husserr, ri"rrpr" *,,;r;ü.*,
da ..,-con el planteamiento fenäme;;fu;i;r, ;ä;_
Y ya para rerminar \päs.224).
esra presenraciOi
resumido, a las orras t.", ,..-.ior.r, t,
del.cffi;; ä;.r. aludir, de modo muv
,.!""ar,
insiste cerezo en ra ascend.r.i; h;;;.riä" jli
I;;;""ä"#;äJäl r, vida, en Ia quä
muv e";rpsä;irä;.., ta aponacirn
adecuada de citas qrr. tutifi.ä, r"rä.-r.iÄäH]; ää), sobre la verdad
v la evidencia, se muesä; t, .riär-ür"T;rr.;il; d"r
porque lo latente tiene que ,., j"rärä;-p;ö;;;" äö de desveraci6n,
r}"rä?)iliromenorögica de
esta tesis estaria en «raiäea d. pr"r.n.iä
yahabiaaparecido.n *;ä;ä;äp.edicativa, que
Hurr.J, Ttöäi)qr\".1gr"r.dy
Lo mismo se ve en la consideraci6näe
la evidencia que permit-e-.rtrbl...ior-
[äi.a..ää;ts;ä;;;ioxia orteguiana
a ro q ue habh ttima1o
.ru:'"d
so en Ia teoria del iuicio,
".ap Ä;Ip io aG;;il.öäi,+
expuesra en liuesriga;;;;;-;ri;tö;;.r,
r*. 24 6) . rn ctu-
teor(a husserliana de qr. .da uerdud;;ifii.,, se remite a Ia
p1r.r, susrenrada por una ver_
dad.antepredicativa, 9rtg,
f"rär.lrrrf" bäg.249).y por fin, en la ultima
-igi*"r-"
secci6n <<vida v reflexi6ä» r. .rpon"
.än grun''r;[nloiä p"i.io, de Ia firosofia
como refl exi 6n sobre t, u ar-i"ÄL'J;;;,ä.i-;;rä; ;;, ärää es a refl exi6n
e.xige un
4gry"ir, Io que d.;u däirn;ä;;, paradoja.Aquf pedro"
tiene mäs fäcil porque yuhu "",
"o urräoiioqräi, .rirr.
,lx'."rä::::?,:i
a ala reflexi6ri.,
Cerezo I.,
h.losof[a represenracionisra, d" m*.rä
ortega habria rro.rrdää IÄääJIäl prir,.ipioh;;;-;;äi;;.ä;ä#
qä,nrd, ä,]: J
r

flexi6n>, porque..i, u"rdrJ.rG öäö;.r"..rtu fenomenor.gico de ra ie- I


posibiridad de una conremDra- I
ciön reflexiva de la vi«
..ü.iä;;;;;;;ää,"ilJ,i:,_,:llätL,:$ii;ilr^::,;,:,ün*:ff .j:ä*:x,l
esunafitosofia de ta reflexiö, E; ä';;äri;"ää'cärär;ir*ää*,
comprensiön de la teoria de la epoj6.o.ä tuuvbuena I
dominantes en nuestro.truto..o^tidiäo "rrrpensi6n
metödica ä#;r{r:ä:':: I
.on"t^ cosas, para dejar apatecer a estas en I
iäi:i.'#äffift r#lJ;il,T:'J?äyTji#ä',,,""T*#jxll,,.,,ff
En Ias Inueitigacionf pii,,ß;;;;.;;;i;i;ä.nre
expuesro
esre Da
:Ti#l
f(a en relaci6n'";;;1, iia"r"?ria. ä;äääJ estos.desarrono,
oir.f,.lj:3#m I
ä?Hilf,iäffi ;a$::: ::l"ä,T:,t :n:.#ti:k'r.g,ul#:",T*1ä*
enEl tuma de nuestro tlü"por.;.&;;;;;ftar l
ottapostura, orü;"J:#ir?fft?

|
tin La fenomenologia de Ortega y Gasset
33

te, se postula esta detenci6n dela mirada sobre el vivir mismo, sin ir a Io ultravital,
es
decir,. a,lo9 oll_eigs, para comprender el vivir. Cerezo pide'cambia."iJ;p;;ä;:
)r- ciencia (päg,252), y entonces el texto resultaria ,.r ,.ä miniatura d. lu ,.'dr..io,
en trascendentalla. Y cita diversas frases de ese curso en las que ,. ul,_,d" ;l;6;f.
äs Por tanto, termina preguntändose de modo ret6rico si se puede segui6ort"iiJ.r-
ZO do con consistencia gle_e_n eIErusayo de estdtica se habria,isuperadä el m6todo de
lo la reflexiön» (päg. 253') . Y termina con
Quä es filosofia, que seria la apoteosis de la
to reflexi6n.
to Tenemos por tanto, en,este capitu-lo, sefralados los caminos de una ex6gesis
lel profundamente novedosa de la raigambre fenomenolögica d. o.t"g, ä.;A;';;;
'ia entra en la fenomenologiahasta tlil, Hay-que decir po". ot.o lado q'rr., t rutrria"
a- iel mundo, Pedro Cer€zo incursiona en El iomb* y ia gente,.i;, Ä;i ,;i;;;;
]a gue de nuevo qe !ac-e presenre Husserl (1984 , z4i) ,lo'qu,e"or ll.uu.iu a fiatizar
u- la limitaci6n de la fechi de 1929 en el sentido'"r, qr. yä ;;; q" e aparccia en
Holmes, quien veia mäs fenomen ologiajusto en ,&rrrrdo Ort.er.
"l
ry . Apenas un afro despuds Nelson ö..irrg.r pubLcJun amplio irabajo. .,orrega,
psicollgo y Ia superaciön de sus maesrrosirt', en el que r.r,u'J"
)n
au*;il;, ;;;?;_
nes defendidas en su trabajo^de 1979 alas nuevas irrfo.-u.ion";,;;;j";;;t
d las publicaciones de Pldro cerczo y de las Inuesttgacion* pri;fasiiiiä;E:
t, nlqgltral que- en 1915 onega se movia en el campo de la fenomenoügia, rägando
le
te
el
fl6sofo
incluso,a reprochär a sus maestros neoiantiaror lu ..iti.,
d.i;.!; ;l;
reflexi6n a pes.ar de segrrir hablando de cosas de-las que s6lo de ese mädo se podria
le tener noticia (v6ase VII, 481). Aunque concede mücho, termina reprochärido a
cerezo concluir que en J.-ärirJ;
.onega hay mucha fenomenologi, y
ta
l-
t*;
neokantismo. Por tanro sigue pegado a las manifestacioneJJe oit gu,r"br.ioJo
.a porque no qas? a pensaf en serio la fenomenologia de Husserl desdeäl punto que
4
r- hemos sefralado mäs arribat'.
a F.n,el Congreso Internacional de Fenomenologia que tuvo lugar en
Sevilia en
a gayo d.e 1986, Nel Rodriguez. Rial expuso su visiön dä la relaci6; a.ö;*g, .;;
n Hussed, incorporando o p.?rtiendo dä mi visi6n de Husser117, qre d. .",r7ä, ,"
o asentd en lo que ahora se 1lama (entonces aün no eru asi), rl'nirro Huss.d.
No
a puedo ignorar, por otro lado, Ia incitaci6n a leer a orteg.i d"rj" .ru perspectiva
que pudo sacar el profesor Rodriguez Rial tanto de mis däes de la asignatuia
Teo-
ria del conocimiento qrJd.l curso 1977-197g, enel que comentamos las
-creo
v
1
.l' Ngggr,de los problemas
,laclon que podriamos encontrar en la exegesis de Pedro Cerezo esrän en re-
con la tdentücacion entre epojd.y reduccion. rrsual en los que no se han adentrado en lo que se
llama el <<nuevo>> Husserl. En El tenza' di.nu.€rtto tienz?o esrän prrrirtirlii
1,

preciso: lo
'rue Cerezo eynone con precrsion .s e/ concepto j. düriÄrrploiri ,;r;;id;
apou.
q,. oi,.'.. .on ,,nJo y..t y. .Lil,ä" ;; ,,;.*.r,
qr. r, reduccidn es el
tT:[X1.,*.j:X;.,:H.].
j. i;;;;";ä;,:;"T»ä::rii,;)"1::;,;f;:,:,i,i "l ;;;:ä
ta epofe. y de eso
r,äut,

;'iJ.X*r:ä:
sesuramente
"lut" ulg"uJ aia,.,t
?Jj:i,;!,;lll:ltff
presenta i"."rr.ia, +
.Xf::f
ortega con
ra fe-
^ä"tque
'' Aza{ea' l(lqB')'oass',1.852-l6.Permitameel
lecror-remirirleal ampijocomen[arioquededicoa
"'',:'i):,:: Äi uu- i"',y,,' i)ü,,ö,,)ä'.,tt,ä,iä. ürueül"ffi:;;'J,
te2 2t2.
"or::::::ü
v case pagma ZU.

. 'i Cfr.RodriguezRial..Onega.-phenomenologisr,.enAnolectaHusserliana2grlgctOt.Man.sSeU_
In erp rct a / io a -i q - E xis I e n ce. nor aJl 6 y
4 2, pägs. nfu- i 3,
1
)4
Javier San Martin

Meditaciones cartesianas de Husserl-, en las que les recomend6


leer El hombre y
la gente como la mejor introducciön , L t
"o-'""Jogiü;;;;;;;;n;;;;;;;eÄ
encontra! como de la conferencia que pronunci6 en Srrrtirgo .r, igsj .on eliitrlo
..La fenomenologia de ortega y cassei,r^. Tr.; p;.
;i ir,Ere, ."-, por Ia reper-
que. una vez publicada, ruvo la ponencia del profesor Rial, äs necesärio
:,tl9n
oeotcafle unas llneas.
presentd en castellano, se tirula en la publicaci6n inglesa <<Ortega
- ,Il-,:t:-1:,le
Phenomenologist» y, ademäs, de ser un texto valienie, es una *ui"-rü,up;;;;:
tacion global de [a Fenomenologia de orrega. que reune grandes
acierros y alsunas
inexactirudes. Por orro [ado. en este rexrJse
tir._a", ."-rriur, tär'äeä.iää"rä'ä
esos afros aün teniamos respecto-a la relaci6n äe ortega y
lu t""o-.nolo;ä]v;;;
sefralar,.primero, los aciertos del texro, puro citai jÄp.iJrlg".r,
por lo demäs sintomäticas. Por otro^ luio, huy que tener en cuenta que
rr.rä.iit,rJäi
se trata de
un texto de un entonces joven profesor. El mayor acierto ., l, uirrä,rtu.io"
menor resquicio de duda de oi'tega al movimienro fenomenologi.o.
,i"
h;;r;;i p;;;"i
9.1t^1r"]lr
que.ortega alcanza rr."g.und.ra ..c*;;;;r;t;,;ä;-ä'rL"ä-.roT.sä"
(1990,108), mientras que la niäga cuando se lo p..r"rrtu ...tÄo .l urto. ä. irru
se

1,,^.:'Il:-rla-idiosincrätica
originat'tidad hace
(rb'J' uomenta a ese respecto \a cafia de Husserl a Ingarden
difi.ii;ü;i;rrrr';;,
ninguna orra,>
con moti.roäe la visita
que le hizo ortega en otofro de 1934 y en la que Hulserl rrrui"-i.r
fil6sofo madri_
leno como <dider de una escuela fenomenold§icu, y lo presenta
talmente versado en la fenomenologia.
.o-o to-
"rturdo
Pero a continuaci6n viene el anüncio de io que yo considero
una de las inexac_
titudes' la pregunra de,por que orrega .,o ,. ,..o.rocia asi en Espafra.
Lo que era
cierto en 19J4. Pero el profesor R. Rjal no hace tu airrin.iän;;p..Jp;;-.r;;
aserto. y esaes Ia inexactitud..pues Ia respuesta a esa pregunta
es que orteqa.<tai
vez no deseaba ser consideradä asociado a un movimiento
acusad.";;;;;:;;;;
otra forma de idealismo.(.o$.gu mismo habra üe.ho;;ärr"ä, .r, r,r-.ror^
ocasionesdesdelglt)»(ib.).Äquiestälainexactitud,f;.;;;ü;;; 1929nohavni
el mäs minimo indicio de tal aclsacian. como rre;;J#;-r;;;;ii#;
Arroyo como Pedro cerezo se habian referido a ä .-r-";;;uri.ir.
M.ä;
o.r.gu
contra el idealism,o, p._lo,T se 1o atribuye a Hulserl, ; iä;i*"" ";
qr. nJ fr.r,
meramente met6dico. Nel Rodriguez Riai conoce Ia tÄis a. F.J..-c.i."r.;p;;l;
incomprensible:
XT:_:.rrl?
(Jrtega ... haya malinterpretado"Es desconcerran rc Lpuzzlinglque un especiaiista en
texros crave como.el artäulä de iulio sepu..br.
anteriormente citado>> (päg. 1 1 i ), y se refiere a ..Sobre .o"."p1ä d. ,J;;i6;r;
Pero luego me centrar6ir. erte t.-r, q,r. aparece ., J;p;;ää "l il.
. 4 .Jprimero de los,siete q.," .oÄporr"n iu .ont.iü'".ii","tiurude probar la
OrtgeS.a Ia,fenomenologi, po.qre asume como punro aL prrt,a,
i1::.:q:i:l,d;
oe la [losotra la rnturcron. de manera que ..el intuicionismo es asf ia
base de ia epis_
temologia yfilosofia tanto de ömo de H."rr.rL, (pig. äöjlrr"-i""J" ä;;
Qryega
paru7a filosofia es fundamental lo"que Husserl llüira"'.lF.i*riji.
J.i", pri.".i-
18El terto de la conf'erencia se pub1ic6, primero_, en el llbro ortega y Gasset, cien aios
desp,i:
Mälasa, centro de 1a UNED, 1987, io., .l mirmo ,r,"1.;;1ö,;; ;iäJr.";üfi:losofia de ortega .

Gzsset como fenomenologia» como capitulo rr d;


1994, pägs 97 -ß6.
;i ü;;;T;;;;;;,;;;;c):;; y Gasset, Madric
::omenologia de Ortega y Gasset 35

.,, Con esto termina ese apartado bäsico dando por hecho que <<el pensador
' , .::o1 tambi6n desarroll6 una filosofia trascendental cuyas caracteristicas genera-
:'- -:inciden con la propia de Husserlrr. Y ahora vuelve a la <<confrontaci6n con
--
-...r1 en 1911» en e1 apartado II, que ha titulado <<La reducci6n de Ortega. Su
- :-:l de HusserL>.
?rrte de que en Ortega existe una reducci6n pero que se da como <<una reac-
:ritica a la presentada por su maestro Husserl enlas ldeas f>>, de manera que
:.-.a seria uno de los primeros pensadores europeos en detectar <<1a tendencia
,:--siana" de las primeras secciones del libro» (päg. 111). A continuaci6n relata
r r-:sro que esa reducci6n husserliana representaria en la opini6n de Ortega al
': .'.-t\.zar el mundo y retener como residuo estable s61o la conciencia pura con-
:1:rdonos al solipsismo. Ortega, al contrario, entenderia la filosofia como un
-:.::smo, porque el yo es yo en sus circunstancias, y no <<un yo individual "redu-
, " a Ia Conciencia pura sin cuerpo>>. Este pärrafo viene acompaÄado de cuatro
' ,,s. de la14 ala 17, pero en ellas se aIude, primero, a la tesis de Fink, sobre los
': :.s que hubo en la comprensi6n de las lde as, y la 17 , que toma nota, primero,
, .s objeciones q-ue Ortega hizo en 1940 y,luego Merleall-fo.nty, al rec_onocer
- : -r mälor ensenanza de Ia reducci6n era la imposibilidad de una reduccidn
::Ieta. En la nota 15, remiti6ndose a un texto mio, alude a que, si bien en las
, hav motivos para pensar en la reducci6n como una r,uelta a una conciencia
',:. ruelta sobreii miima, s6lo considerando a Husserl globalmente se puede
.::.-ir esa visi6n.
-- problema de este pätafo serä que en 61 se mezclan muchos planos, textos y
. . -rs. Por eso se extrafrarä de la afirmaci6n de Pedro Cerezo. Nel Rodriguez Rial
-: - que la critica de Ortega va contra 1a psicologia, pero <,tambi6n 1a fenomeno-
-,, de Husserl queda afectada, porque la reflexi6n nos deja la conciencia como
. ::;eptäculo de la experiencia de cara a estudiarla como un objeto, lo que para
::Ea es imposible porque Ia conciencia no puede ser una realidad, es decir, una
--.ncia inmediata a si misma>> (päg.ll2), y ahora se remite alEnsayo de estätica
: :st/gaciones fenornenr,tlögicas, donde aparece la conciencia siempre como con-
.:.,-ia-de. En la nota 20 $äg, 110) alude a que la critica orteguiana a la tesis de
- ,. -.r conciencia se conoce me;'or reflexionando sobre si misma, es algo que afecta
:= ia filosofia occidental, desde Descartes a Husserl, dando por hecho que la
.::encia, al ser siempre conciencia-de (VII, 166), no podria ser conocida como
,;rencia. El.problema de esta. critica es, primero, que es Husserl el que dice que
':: conclencra es conciencia-de. Segundo, que justo ese conocimiento es un co-
' .,-riento que s61o se puede obtener por reflexi6n, y que el objeto de ese conoci-
-- ::rro es la conciencia, el modo de ser o estar consciente el ser humano, que
:-:re estä consciente del algo. La conciencia no es algo vacio, sino algo volcado
'.-,: aquello de que somos ionscientes. Por eso C)rtega reprocha en e1 mismo
: -:,a los fil6sofoi que <<niegan 1a posibilidad de que el pensar se haga objeto de
:-smo>> (VII, 481), que su afirmaci6n no deja de ser una <<tesis acrobätica>>, pues,
- .:'..2 que dicen eso, estän mostrando que saben que existe pensar en el mundo.
?ero dejemos el tema ya sefralado porque, por entonces, y fuera de Pedro Ce-
'i:- ,, la corta anotaci6n de C, Mor6n Arroyo, todavia no existia en Espafra el
-=' paradigma de interpretaci6n de Ortega con la cartografia precisa de d6nde
.r
-,: iodos l-os puntos en esta historia. Yo mismo, de quien en alguna medida,
)6 Javier San Martin

como luego dir6, dependia el texto del profesor de Santiago, no tenia ni remota-
mente toäas las claves que fui adquiriendo a 1o largo de mi investigaci6n sobre
Ortega.
Pir eso, independientemenre de la indudable extrapolaci6n de dpocas que se
da en ese apartado, 1o interesante dei articulo de Nel Rodriguez Rial es la atribu-
ci6n a Ortega de una filosofia fenomenoldgica trascendental. que irä consüuyendo
a lo largo dä los cinco siguientes apartadoi. .E! d-e un m^odo mäs estructural
que diicr6nico, expone-las caractäristicas de la"{9t,
filosofia de Ortega. Le asigno la
palabra 'esrructural en sentido. por un Jado. muy positivo-. pero por otro con cier-
tas reservas, pofque en Ortega tb crt... de peligro citar frases de 6pocas difeten-
tes, ya qre pr.det no signifiär 1o mismo, poi ejemplo, cuando-cita una frase de E/
temi di nu)stuo tiempo,ä. qre <<no es larailnpura quien resuelve cdmo es 1o realr>
(nota 5J , päg. I33), puru i continuaci6n, respondef <<sino una raz6n hist6rica>
$äg. I24)-, cirando en .t. momento no existiä aitn ese concepto, y s61o se podia
d'".Ir, iu «iaz6n vital». El apartado III subraya el a priori de correlacidn como el
punto de partida de la nueva fi-losofia fenomenol6gica, plenamente aceptado por
Ortega desde el principio, en la metäfora de los dii consentes.
E1 apartado IV .rt7 dedicado al rema del mundo de la vida, el conocimiento
como piaxis. En este apartado se ve muy bien 1o que be anunciado del caräcter mäs
estructural que diacrdhico porque 1os textos aducidos so! principalmente de E/
hombre y la gente. Con estai citäs se prueba que, independientemente de sus afir-
macionä, ei el irltimo libro de Ortega se .nirenrra fenomenologia pura y dura.
De este modo el profesor santiagu6s ie estaria acercando a la tesis que. hemos_co-
menrado de HolÄes. Aqui si t.rrgo q,r. decir que el profesor Nei Rodriguez Rial
estaba entre los alumnos que -e äy.ion decir que deberian leer ese casi ültimo li-
bro de Ortega como la mejor inUoducci6n a la fenomenologia de Husserl que
existia en castellano. Por supuesto, tambi6n la nocidn del conocimiento como in-
teracci6n präctica con las iotut es un concepto husseiliano que aparece en las
Meditacioies cartesiands, y que Ortega asume expresamente en su ,iltimo libro,
posiblemente mäs influenäiuäo por Hiidegger que por Husserl. !n e1 apartado el
profesor R. Rial recorre una seriä de t6picoi propios de una fi,losofia trascendental,
iules .omo el häbito. El mundo correiato dela conciencia, y constituido en la inte-
racci6n con el cuerpo, no es un caos sino un cosmos (päg. 119), ideas que proceden
del4l bombre y la gente.
El apartadä V äs una presentaci6n de las exigencias que la filosofia impone de
abandonar la actitud natural para poder preguntarse por las condiciones de cons-
tituci6n de la experiencia oräinaria, justo 1o que hace que la fi.losofia de Ortega
pueda y deba sei calificada como una filosofia trascendental,, en 1a que la suspen-
iia.r d. lm präcticas ordinarias de la vida sirve para <<poner el muldo a cierta dis-
tancia>> y asi poder convertirlo en algo probiernätico, y de ese modo iniciar 1a filo-
sofla. Pär esä la fiiosofia exige creaiuna actitud nueva instaurada mediante <<una
epoj6 de los intereses präctiös que regulan nuesma conducta ordinari»>. Y ahora
.änllry", «Asi podembs percibii que deträs del espectador desinteresado e impar-
cial Ortega ocultaba un verdadero fenomen6logo» (päg. 120).
Los dos ultimos apartados se dedican a prohndizar en los aspectos constitu-
yentes de la erperiencia, io que le lleva ala railnhist6rica, porque. es ia comunidad
äo s61o presen;e sino histdrica 1a responsable de la instauraciön del sentido con e1
de Ortega y Gasset 17

rr.nde. Con estas ideas hemos llegado al. cotazin de la fenomenolo-


&Ortega, alcaptarlas cosas en su nacimiento.Para ello cita textos de
üre el pensamiento, con lo que de nuevo tenemos textos que encajan
E en el proyecto husserliano procedentes de despu6s de los afros J0.
F ü rihimo subraya la preocupaciön de Ortega por la historia desde el
D & sr inserci6n en la fenomenologia.
I {,p de ese modo 1a aportaciön del profesor Nel Rodriguez Rial en el
I r&& Sevilla muv novedosa yv valiente .La califrcaci6n
debiti de sonar como muy
Sesilla debi6
dia
fude
de (Jrtega frlosotia trascendental pudo representar un
Ortega como una filosofia ur es-
Ih todos modos hastala döcada siguiente no se public6 el texto. Si llama
i ih qoe en un congreso de fenomenologia en Espafia no hubiera mäs arti-
üre Ortega que el citado, el de Harold C. Raley y el de Heliodoro Carpin-
) re Ia psicologia de Ortega. El articulo de Raley es todo un sintoma de
1 en esa d6.cada dominaba la interpretaci6n convencional de Orte-
I hH C. Raley habia publicado en 197 L la tesis doctoral que, con eltit;"Jo Josd
F SyGasset: philosopher of European unity, presento en 1966. En Ia comunica-
-J
C.ongreso de Sevilla se hace cargo de la pol6mica sobre 1a relacidn de Orte-
) hfenomenologia, pero paruaceptar los t6rminos convencionales de Marias,
t :n es ferviente admirador. Sin embargo el articulo tiene cierta grandezapor
I iifiEs de sus manifestaciones, que traslucen una fuerte admiraci6n por Ortega.
Eato que en la cuesti6n que nos concieme no es original, pues sigue a Marias.
tUar Raley, <<apenas se puede negar la impronta fenomenollgsca enlas Meditacio-
ibl Qaüotu; (1990,93), pero aceptala<<objeci6n t6cnic»> que ya veiamos en el
rc de M. Rodriguez Bial, de que si la realidad es conciencia de la realidad,la
miencia no puede ser realidad, y de aqui deduce nada menos que <<1a "concien-
ö'misma era una mera hip6tesis derivada de Descartes (al que el mismo Hussed
üoma eventualmente)» (1990, 94). Onega nohabia publicado esta tesis como
toe en La idea de prirucipio en laeibrriz kitado aqui por Raley, 1990, 105, nota 6),
1m timideT. La conciencia pura no es la primera realidad, porque parulogtarla,
Ego que interrumpir laviday retornar <<a 1a memoria de lo que me ha ocurido
aes>>, y eso significa qrela reducciön es imposible (ib.). Como veremos, aqui se
omfirnden dpocas y planos, ademäs de cometer e1 mismo errot enurrciado en las
päginas anteriores sobre esa frase que s6lo cabe entender en sentido opuesto,, pues
si la conciencia siempre es concienciä-de,Ia realidad es siempre corelato de una
conciencia, y por eso la conciencia no puede ser una realidad, pero justo esa es 1a
tesis de Hussed frente a Descartes, esa es la tesis del a priori de correlaci6n inten-
cional que impide tomar la concienciafueru de su correlaci6n. Pero, iimpide eso
hablar de la conciencia como conciencia-de?, y ic6mo s6 que la concienciäes con-
ciencia intencional? Como dirä Ortega, s6lo de un modo muy acrobätico puedo
decir que no puedo hablar del pensamiento.
Pero no quiero quitar m6ritos a Raley. El estä conma las acusaciones de la falta
de originalidad de Ortega, y contra la brisqueda de influencias como devaluacio-
nes, porque todos tenemos influencias. En general, con ese estudio de las influen-
cias <<no conseguiremos captar lafuerua, pasi6n y energia de sus afirmaciones [de
Ortega] si no hacemos mäs que comparadas con nociones aparentemente semejal-
tes en otros escritores>> (ib.). Precisamente las influencias mäs profundas son las
que no aparecen (1990,101). Este seria el caso de la fenomenologia: <<Probable-
-:-

)8 Javier San Martin

mente seria cierto decir, por ejemplo, que Ortega se mantuvo toda su vida como
"fenomen6logo", mäs cuando dej6 de referirse a Husserl y a la fenomenologia en
sus escritos. Pues por esa 6poca yahabia absorbido las lecciones, las "influencias",
ds^12 flnomenologia, permitidndole "inrroducirse" [flow into] (de acuerdo al sig-
nificado literal del t6rmino) en su estructura intelectual y por tanto funcionar autö-
mätica e inconscientemente» (ib. ).
_ -Para-Raley la filosofia de Ortega se funda <<en la aprehensidn fenomenol6gica
de la vida en sus expresiones estructurales, razonableJ y dramäticas» (t990, LO2).
Me parece un muy buen resumen para ofrecer el nricleo de la filosofia fenomeno-
l6gica de Ortega, que no es otro que el de Marias, de intentar comprender a Orte-
ga desde dentro, pero <.desde dentro de qu6, pregunta Raley- desde dentro
-se ta1äs como meta, misi6n, cam-
de esos elementos estructurales de la vida humana,
bio, fracaso y logros que ofrecen la clave para entender un camino de pensamiento
y unos medios de superar las actitudes» (1990,104) denunciadas en las lineas an-
teliores de ignorar la originalidad de Ortega por mor de una büsqueda externa de
influencias.

A finales de esa d6cada la Sociedad Espafrola de Fenomenologia organizi el


Seminario de Fenomenologia dedicado a comentar en cinco intensas sesiones va-
rios textos fenomenol6gicos de Ortega. En su momento planifiqu6la publicaci6n
de los diälogos de esas sesiones, pero no encontramot .l momerto. tur sesiones
fueron muy intensas y estuvieron dedicadas a los textos fundamentales de la feno-
menologia de Ortega. Creo que es el momento de recordar aquellas sesiones al filo
del cambio dela d6cada, y de las que han quedado reflejo en los resümenes que se
vinieron haciendo en el casero Boletin lnformatiuo de la Sociedad Espanola de
Fenomenologia.Las sesiones tuvieron lugar en noviembre, enero, febreio, mayo y
junio de ese curso 1989-19901e. Los textoi comentados fueron <<Sobre el conceptä
se sensaci6n>>, eue ocup6 las dos primeras sesiones; El tema de nuestro tiempo, que
fue el libro comentado en la rercera sesi6n; Qud es filosofia, rema de la cuartä; y por
fin El bombre y la gente, tema de la quinta sesi6n.
Segfin los resirmenes, las dos primeras sesiones suscitaron mucho inter6s, in-
cluso hubo profesores qrre aseguräron que incluirian esos articulos en la bibliogra-
fia obligatoria sobre la fenomenologia. Especialmente intensos fueron los debätes
sobre la relaci6n entre la psicologia y la fenomenologia. Pero hubo un acuerdo en
la importancia de esos textos. En las otras sesiones h"bo densas discusiones sobre
la_ relaci6n de Ortega con Hussed, tomando ya temas mäs precisos, como por ejem-

plo el concepto de vida y su relaci6n con el concepto de subjetividad trascändental.


La riltima sesi6n se centr6, por sugerencia del piofesor Fernando Montero Moli-
ner, en el tema de la consideraci6n de la vida-como radical soledad, intentando
mostrar una diferencia importante entre Ortega y Husserl, pues mientras este asu-

1e E1 resumen de las
dos primeras sesiones (18 de noviembre de 1989 y 13 de enero de 1990) 1o
escribi6 ei autor de este libro y sah6 enel,Boletin nümero uno, pä gs.21 23. Tambi6n escribi6 el resumen
j
de las dos siguientes sesiones (24 de febrero de 1990 yla del dä mayo del mismo afro), publicadas en
el nümero dos del Boletin (pägs 9-20), que sali6, 1o mismo que el nümero anterior, el Äismo afro de
1990. En cuanto al resumen de la u.ltima.sesi6n, la del 16 de junio de 1990, lo escribi6Jesüs Diaz, y sali6
en el nümero tres del Boletin, que se public6 ya en !991, pägs. 9-ß .
tin -:
ienomenologia de Ortega y Gasset 39

::e la vincu-laci6n del ego a una ldgica formal y trascendental que le enraizan enla
-::ersubjetividad, ortega habriaig_norado esaäimension, con Iä q,r"
f=d: este pianteamiento se volvi6 a discutir la relacion cie Ortega con ^;rt^Ai
*isi.
la fenorie-
-oiogia, dado que, como dijo M." Luz Pinros, la noci6n de soläad .rdi.ul ro .,
con la intersubjetividad, pues el hombre estä abierro a ruatiuitate. En
-compatible
--janto a la tesis del profesor Montero, ie podria decir que ortega tambi6n ,f"a" ,
':ras estructuras generales, ademäs
de estar la vida sometida al"polo objetivo. No
= otro el sentido de la teoria general de la vida_. teoria que pretende "dä. pui, to-
ios. Asi la vida individual estä som etida aunas iegalidad'et rin las que no ., poribi.
;,ens.arta-. EJ texto deJestrs Diaz term'na indicandä que la uJtima ,.rion d"l ,.-irul
:-o dedicado a Ortega finaJtzl con un <<cordial y ästimulante desacuerdo de los
:articipantes>> sobre el significado riltimo de la radical soledad y su relaci6n con la
-:ersubjetividad husserliana.

).). La ddcada de los 90 y afios posteriores

En septiembre de 1990 organzamosln Congreso sobre esa relacifn, que tenia


com_o objetivo culminar los eitudios dei seminärio. En el congreso, i;rirg";;ä;
:or Jole Luis Aranguren y clausurado por Pedro Lain Entalgol se eitudiaion di-
i-ersas facetas de la relaci6n de Ortega con la fenomenolo gia,äando ya por hecho
--ue esa rc1aci6n permite, con mäs o menos precisi6n, .oäsiäerar u Ört.gu .o*o
) :enomen6logo. Si no se puede de.cir que en ei Congreso tuvimos alguna parricipa-
3 :i6n cuantos estäbamos trabajando en esa relaci6n,ä menos r" pr.ä" ur"gr.u. qr"
l :o.dos los que pafricipamos en ese Congreso estäbamos trabaiändo esa äacj6Ä20.
-{licia de Mine.o*hizo _un magnifico r.rlrrm.n del Congreso, qr" ,. p"lli* ." .i
)
rrimero tres del Boletiru anteriormente mencionado (pä'gs. Il )O)zr.
.
EI Congreso const6 de cuatro secciones,_la primera"sobre Ortega y la fenome-
rologia,.en la que encontraron reflejo las reflexiones de la ultima täiOn del Semi-
nario sobre ias dificu.ltade_sde los conceptos de soledad rudtcoJe intersubjetiriäaa
)1. Garcia Bar6_y Cesarn4oreno), ademäs de la comunicaci6n de M., Luz pintos
sobre la nocion de filosofia en Husserl y Orrega respectivamente como ciencia es-
,T:I1 o radical. Aqui se e.qperaba con inte_r6s lä ponäncia de Nelson orringeq que
pidiö una comprensiön dial6ctica de la afirmacion orteguiana de que hubTa abÄn-
donado [a fenomenologia almomenro de recibirla. Segui nos relatä Alici, de Min-
go, habia que <<reinterpretada de un modo dial6ctico ä el sentido de una asunci6n
v simultänea negaci6n de lo afirmado en ellar> (1991,16). A. de Mingo .o".l"y.;;
resumen de este dia con la frase <<Se confirmd, por tanto [...J la raigäbre fenäme-
nol6gica. de Ortega de tal coriiente ." Erpurr-l reconociendo,
-introducror
trente_a interpretaciones aI uso, la mayor deuda dela raz6Ä vital respecto a l, re-
ducci6n fenomenol6 gica, y no tanto para con 7a ruz6nhist6rica» (ib.).

. . 'l _Pol afros despu6s se publicaron las actas:J. San Martin Gd.), Ortega 1, la fenomenctlogia, Univer-
sidad Nacional de Educaci6n a Distancia, 1992.
21 Porelinter6sdeestosBoletinespredecgso,res delaactuallnuestigacionesfenomeno/ögicas,seha
hecho nna edicidn de 1os c,arro nümeros del Boletin Infornatiuo, ,o^3 lnrrri,'g)r;;r;,
ras 0, que se puede leer en la misma web de los nümeroi de esa revista.
];;Z;;;;i;;;
--

40 Javier San Martn

I a segunda secci6n abord6 la frlosofia de Ortega desde una perspectiva siste-


mätic3, interviniendo en ella algunos de los participantes mäs acüvos del Semina-
rio, el profesor Lasaga, sobre la corporalidad; Manuel Rodriguez RiaI, que expuso
gls*r, de_las ideas que ya habia desarroilado en el congräso de sevilla; vicent
MatinezGuzmän, disertando sobre el caräcter ejecutivo del yo, yFemando Mon-
tero Moliner, que cextr6 su ponencia en el concepto de mundo. M. nodriguez Rial
insistid en el rasgo de mascendental, deducido dä la crTticaoffeguiana a la'concep-
ci6n cläsica del conocimienro, lo que lleva a la conclusi6n de qüe <<habfiade recä-
lgcqr!.e la apalci6n,.mäs o menoJ temdtica, de los rasgos de una fenomenologia>
(de Mingo, 7992, 17). Femando Montero expuso la Jirtcultad de compaginir lo
esencral con lo histlrico, ya que para onega «el nuevo nivel de findam{ntaci6n
seria la histoia como sßtemarr, cön lo que tenemos <«na discrepancia rcspecto a
de pgdo que Ortega no recondceria esencias por encimä de io hisi6rico»
ryus_sg{
(deMingo, ib).
La tercera secci6n la dedtcamos al tema <<Ortega y la politica>>, con ponencias
de Pedro cerezo,/esris os6s y el autor. pedro csäri,p"ro d" rJi;iä;;;*rä
uno de sus lemas mäs impotantes,la <<pfimacia de la rui6n präctica>>. En cuanto al
auto\ para esas fechas ya habia.gomp-ren{i{o la imporran cia del cambio qu" li
felg1englogia aporl.l en Ia conside r^öi6nde la posici6 n aa iaiauo u=rii*
politica, hasta el p]tnto de pensar la fenomenölogia como la representante "n1u mäs
genuina de la semilla que loskbätbaros>> del norte Ätrodujeron ,"^l^ ,rlüi ;";;-
na, que erumäs dem6crata queliberal.
La tltima secci6n estuvo dedic ada a otegay sus sucesores. En e1la emery16la
frgwa de\lbincomo el <<suceso»> mäs knpoil.Äted. ort.gr. E" ru. por"r.ä, J"
Jesris Conill y Antonio Pintor.Ramos pudimos asistir a send"os ertudid, dela terro
sis_ del pensamiento de zubkj en relaii6n con-la fenomenologir, J;;.-;;-p;;;
ci6n cruiclgue llevaria a zubfti, en la estela de ortega, u ,^IirÄli'^, r, filoroli",
<<'zubiri y ortega coinlidie-ron en la brisqueda de la p,"re-racionalidad de rur*iÄ
como fundamenro o filosofia primera, suigiendo el analisis nooldgico. Ari pr"r-,1ä
realidad primigenia, evidente yreal, se enfienta , l, p"nrrJ, .i"il;y ort.g, ..iri-
can a Husserl por haber arribädo a la concienciay nä a las cosas ."rI
se desprende{a u1q crttica de la esencia» (de Mingo
-irÄrr,dl'lo
--_
,1991.,1t).
c..omo ya he dicho-, las.acras completas de1 coägieso ,uli".o, al ano siguiente.
En ellas se puede profundizar en el enorme nivel dJdiscusi6n que se
congreso y en los importantes logros patalacuesti6n qr" rro, ttr.i"rn., ^Iräri."ä
cierta-
no sin pol6mica, ya qle, como-se ha dicho desde ei principio,lr r.li.i* äL
Xente
ortega con la-fenom.-"o.l"giu es una de las cuestior"r
-- -- qt" t ry."äJ.
-ar iui."r-.
se la lleva al terreno de la discusidn precisa de los concept"r.

,, El afro 1992 publiqu6 un articulä en h Reaista de oicide:nteen el que desarro-


tema clave parula interpretaci6n de esta relaci6n, aunque taliez no haya
l. $
tenrcto el efecto que creo que merecia, porque en 6l aludo a un tema esencial
de eia
interpretacidn, ala necesidad de utilizar läs afirmaciones de ortega en
su rexto
Apuntes sobre el pensamiento para interpretar toda su obra22, t.rri"iJol.r, ;;;;;

22
JesüsDiazsehizoecodelarfplrtanciadeesre.p,,nl6ensu,libro de2003,päg.44ysigs.donde
secomenta el salto de Husserl ..desdä la fenomenologta.ula_tazaiiistaa;;",;;f;?" q;"ä r;;;;
por parte de ortega, esa f6rmula se asume la incompätibilidad d.
I;i.;;;;nffir.o., i, historia.
-,cnologia de Ortega y
Gasset +l

, , . --i:sserl de La crisis nos


obliga a reinterpretar a Husserl mejoq
- - i -.-:erpretaciones convencionales-, -o puestoa desha-
sin cometer procfonismo, que la
--- , je la fenomen_ologia fue un camino de expliciiaci6n y aclaraci6n dei len-
.'. .'...:zado cn las ldt',rs. partieldg 4..que ese lenguaje.in ,n, primera muv
- i. 'rproximaci6n al tema radical de la f-enomenulogia. Hasta en ]a asunci6n
-:-.-ismo recu16 Husserl cuando se dio cuenta dc quä esa palabra.r, pror*-,-
-
- -' ,= nrill comprendida,.por
lo que. rermina confesÄdo q,r! 6l y, Iu'utiliru.
- : :iruesto,.el mundo de la actiiud naturzrl no es otro quä el rnundo "o histcirico,
- -: :.spu6s llamarit. el mundo de ia vida.
-- roco_, en 1993, M.'carmen Paredes publico un rnagnifico trabajo sobre
ia
,.-:.in del rn6todo fenomenol6gico en ei ..Prölogo d. ört"eu aVcinte anos tle
...',,r,r2)..La profesora de Salämanca de,rrestä
este t"rto ur-ru p-fn"äu
- , :-rsi6n de la fenomenologia de ortega, v en unasen densas päginas nos expone
, ::--icio orteguiano de la fenomenologia. Es cierto qr" iardio articuio se
-,'.: Jorro pocos a esta presentaci6n, pero el "rä de la profesora
indudable rr6rito
-
-:i's consisri6 en mosträrnoslo. El Pi6logo de ortega esrä escriro ,i l9q2, rn
- :. en una situaci6n muy especial de Ortega, y tienä justo el m6rito de reveiar
-':-:cidad de anälisis fenomenol6gico en ejärcicio, rn -o-"nto en qu. el
' - -: -: ieoer conciencia plena de_ haber abandonado "r, "l
1a fenomenologia
;, habei con-
: , -: -a imposib-ilidad de ia reducci6n fenomenol6gica. En este
r;\r;, sin embar-
- , rrofesora Paredes muestra con plena fuerzale convicci6n «la dimensi6n
,- :::nol6gica>> (7993,138), pretendiendo, como objetivo de su articulo, probar
- - - -e nredida se encuentra en Ortega un progrcttna
---..io, (päg. IJ9). comerrra M.'c. paredeJque ya fcnontenolöpico en consrante
Marias hÄia dedicado un
------o a este texto. En efecto, el comentario de'Marias procede de 19$. Marias
- --:.. mostrarla raz6n vital en marcha, por ello, o por otä razön,la palabra 'feno-

- - rexto que con-rentamos..es muy rico, pero 1o que mäs nos interesa
es que en
:: aruesträ c6mo Ortegaualtzala reduccidn fenomenolcigica como m6todä. Asi,
,: : : röS de un esplendido prin-rer apartado sobre la relaci6ri ven atoria,., .l qr. ,"
: I rller aspectos sustanciales, se van destacando los elementos fenomenolcigicos
- ----zados por ortega en su anälisis. Primero, la caza es una diversi6n, yu .oÄ'"ilo
- :.iza queda reconrJucida (empleo esta palabra que no utiliza la caiedrätica de
' :nanca) a un lugar en el p.uede sei definidä, la cazaes una ocupaci6n feliz
-que la descripci6n nos impone
.er humano. A continuaci6n,
--- <<prescindirrr, o hacer
-- .:dar en suspenso>, todas aquellas .reriion., qu" pu.d"n sär inportantes pero
. .= n9 nos ayudarän a comprender en si misma qu6 äs \a caza, po.qu. la tareä del
--'ioto. al menos en cuanto fenomenologo. cs «ir a las cosas inismasr, como ha
' --lado su.trabajo M." carmen Paredes. 5e podria comparar
este er-rlundioro rrr-
j:o con el pr6logo que escribe el jurista sä,tiago Muhoz Machadä (200g) a la
--:er-a edicidn del texto de ortega, en el que
seätiende a las circunstancias que

-' ..Una vuelta rrundana a las cosas: Prdlogo aV,intc onos tle caaa tntnorr, enRcuis/a de Otcidotte,
..::. lJ-{. nrayo Je l.)91. pigs I l8-l5l
i fimbien.l Atcncja en el arriculo al que rrre rcfiero nris
adelarrrc lorna norJ Jcl conrr.nrario dc
1:.rias, srbrayando, como tambren lo he hccho vo. que Nlrrrias ignora el recurso
metodol6sico que subra-
, \I.'C. Paredes, v..cn el que Marias no .epu.ä o ui qre p."fiei. no llamar por
su nor1|r.", (2001, 1I1).
42 Javier San Martin

incidel eyla ca17, rales comoqur6n y d6nde s-e puede cazar,rostoros y la


caza, ora
cazaylaltica. El texto de M.' carmen, por ;;i;;e-ä,"a" ä? ö"
"r.Lrrt.rrio
lega, que se caracteriza jttto por ir a la caza misma dela'caza, parulo."a lru, o*
hacer epojd de todo aquelJo äccesorio, porqu. <<se rrara
d. h;ü#ä i, äirr{räIä
b*.,r42t,'con lo que ..I.uÄo, , .ub. ; ;;ri;i.rrä irr"riryrü1" .,
!:]:r::::
todo programa fenomenol6gi-co: volver a las cosas mismas, observar
c6mä apare^
cen, verlas como "fen6menoi,,» (ib.).
,Y aqui desliza urta frase que merece ser citada por lo que implica: <<pero la
o"egl no supone un regreso.rrur..oä."ä;Hfil#nos puros, sino
::ll1if
una \,'uelra mundana a las cosas».. EI pro.blema de la-frase (con Ia
que oriega estaria
plenamente de acuerdo),ros deja .n'tu igrror-;i;;;;6 JJni.ä.ro
rrascenden_
tal>>.y ..fen6meno. pu.ror>25. porque al seä ;6#";;"g*r",'aä
r, .rr, .tÄo u,
:^.llr:1.^.?Tllejo
cabre
d
preguntar si no estamos
e elemen ros c ul r u rales, a la c aza."-Z ;l ; ;;ri"iärä ffi;;;
acotando la caza como puro fen6meno, y al ,er fenZl
ll:l:^p^T1
ta
si,lusto por eso no nos situamos piu.o r,
". porque trasciende al plant ante_
caza antes de ese regreso, que es trascendental
trrr.."ä..,t'a;;;;;",
rioq siendo, como irä demostiando orrega,,u .oÄal.ion ä. p-"riuiriarä.
Al;;;;.
esa <.dimensi6n de u,iversalidadr, quä ," a"J" , r, .r oä;;;;"rior.
su'one
exactamenre alcanzar el nivel de la trascendentalidad
ilrfiä; ;i;;ö;;;";;;
bilid,ad de qwe haya cdza, y por ranro del coÄprejo
protesora Paredes otra,palabra tipica del- metodo fenomenoldgi.o,
;ridää; ,^)^. a"" utitza la
par6ntesis, que es «aqu( r_ura desconexi6n de ciertas ..lr.ior"r qä1,
por",
".r,..
.;;;r;:ü_
camenre conllevar, (päg. l$), y aunque Ortega lu, hu Ä.n.1;;ää;;;ü;;
<<al margen>>.
hfi;;;
las päginas
siguientes ex.pone lo que llamarä un <<anälisis "estätico',>> (päs.
, ,-Fnque nos revara
L'.+t ), a. Ia genesrs, o a los <<aspectos dinämicos>> si observamos ä
i1l"l:':"{9-l! goe.ativa» una intencionafiaäa.evid;lr.-.*. prä.ti.u. ort.gr r.
rnltarla, mtrarla, pero con una mirada especial, que supone ,nu ul"rtiunt",
ä. u.,
Ias cosas: <<,n modo de atenci6n que consiste en no preiumir
nada>, para q.r. nuda
obstaculice la arerta. Por eso el Ä,ndo al q-ue ," uL.. ;lr;;;A;;
es el mundo
natural de las cosas, sino,n mundo.o-o fr.ilidJ; ihä1äilrgo
"o o amparo.
De ese modo, hemos practicado una nueva epoj6 mediantäi;;J;",
reconduci-
mos a un nuevo mundo, el del cazador.
. Y yuparutetminar, expone en un breve apattado2, la reducci6n fenomenol6-
sjcS qrle opera en el texto, por mäs que.l *o de.r, r"ä"..iä" asimilable
"o1r.u
al de Husserl" (päg. 1I0), incluso q,ri.r. liberarse a" r, ,"..riaää
de ..alsun tioo
de reduccion como clave de la interpretacion.de su pensamie"ro".
rvr. L-Ä
esta frase, poco concordante con el äaisis d.l l."to,'"r;;;J;;;"rr;r;;;;;;; ä'".

2t Sospecho.que la profesora
Paredes dene una nocidn de «trascendentaL> un tanto kantiana.
es*ito <<Dimensiones fenomenoldgicas de ra creenci»> d". q"" [];;;;."ddi; En su
äi; .;;;;;;;;ä
tlee4,4); sin rener ä .renra q". .l ,;,ili'ii qi.-nä* ri"rä.iä5'äi...r,.i, en ras
llr:i::g:l,rI
es plenamente trascenclental, porque ei yo o conciencia trascendental es. ante todo, Ia
rdeas
conciencia abier_
ta aJ mundo en el modo de la creencia, drra urs/iuü.p".;;;';;;J;;;;;';"...ra
penenece a las estructuras esenciales de ia conciänc.ia creencia no
irascendentalrii[j. E. ,Lrärrramen[e ]o contra-
rio: 1a creencia esTa capa mäs primordiar d. h .;;;i;i; i;;;ä;äq"J"ä .rä"pir.
- - :rtrn-ierologia de Ortega y Gasset 43

r - -r os que veian siguen viendo- con suma reticencia el esfuerzo del nuevo
-y
: -:-.:isma de interpretaci6n de Ortega desde la fenomenologia. Porque no seria
--.-_ mostrar hasta qu6 punto, si no se tienen en cuenta los factores que M."C.
. -:=jes muestra operativos en este texto, se pierden los aspectos mäs sustanciales
:. ": ti,losofia de Ortega. Lo que ocurre en la perspectiva del cazador no es mäs que
:, :-scubrimiento del mundo originario que subyace a toda experiencia, lo mismo
- . = -: Tierra tiene deträs como experiencia originaria el ser suelo que nos sostiene,
:- ::-rndo dene que convertirse en correiato de la rrida, hasta ilegar a ser un <<mun-
- -,:-:]rr. No se atreve a genera)izar el m6todo, pero en este texto <<hay
contenidos
-- .--rtos que
no es posible esclarecer debidamente sin tener en cuenta el papel de
:--::rcurso metodol6gico» (päg. 150). El mundo es un mundo de facilidades y
--
- - '':ades, sus contenidos son «modalidades de valor>, que dependen de las ten-
- : - -,;S de la vida animal, por tanto estamos hablando de una <<experiencia preob-
: - :', que preselecciona esos valores de modo involuntario. Y todo eso remite al
- ' - -- ejecutivo de la relacidn sujeto-objeto <<que proyecta los afanes de la vida y de
-.,=ncionalidad concomitante» (ib.). La reducci6n orteguiana, que aparece ya al
-- ::;io al reconducir (palabra no uulizada por M." C. Paredes) 7a caza ala activi-
-*: J. cazar,se nos muestra como una reducci6n histdrica (päS. 151) aJtratar de
-- jjlrese nivel prehist6rico en el que 7a caza debe aparecer en toda su pureza. La
'. -.-,-li6n hist6rica debe .<poner entre par6ntesis el poso de cultura que dejamos en
- :ietos y en nuestras actuaciones" (ib.). Mäs aün, en esta reducci6n histdrica se
-. ---.:-esta algo que serä propio del m6todo fenomenoldgico tal como lo expone
::i.r (v esto ya no lo dice M." C. Paredes, pero se deduce). El acceso a lo origina-
- ::eJiante la reducci6n hist6rica, es el acceso tambi6n a la mismidad: «la mismi-
. - .: :e 1a caza es coextensiva con su originariedad>>, 1o que en t6rminos husserlianos
.. , busqueda de la Urstiftung [fi-rndaci6n originaria] que debe anidar en toda
',:il'tung, en toda refundaci6n o reproduccicin posterior de una actividad. La
- : -reda de la mismidad nos lleva a la originariedad. Pero en este caso el premio es
-.
- ' - or anadido paralaactividad misma äela caza,que nos ileva al hombre primi-
-:r-r. ä.<la forma pristina del ser del hombre, (päg. I5I), con 1o que ia cazanos
-: ja el retorno a una forma arcaica de vida. Todo ello no es sino <<"suspender" el
- . :.. de vida que constituye ia circunstancia del presente>> (päg. 152).
\o sigo con Ia interesante terminacidn de un articulo que creo que debe ser
::.Jo como un modelo de anälisis fenomenol6gico de los textos de Ortega
- . pequefras aposdllas que le he hecho. Dejo para otro lugar el comentario
- -.:.s -aun
del
-,-:-:'-:1o que he citado en la riltima nota, porque en 6l se detecta que, incluso asu-
-'-,=::lo la fenomenologia de Ortega, esta es confrontada con la de un Husserl no
- ::,-:ado al <<nuerro>> Husserl, segrin el parämetro 4 que hemos citado en lapägna2}.

-: :echo, en este articulo se dan por vfidas las criticas de Ortega a Husserl al en-
':r. rir Ia conciencia pura como un puro darse cuenta, con 10 que la conciencia pura
- - s<ria corporal, no tendria dolor, ni afectos; no valora, en fin, no decide, no toma
:,:-:Jo. no tiene häbitos, todos temas fundamentales de la vida trascendental en el
-: .::io en que la concibe Husserl y, por tanto, de la conciencia trascendenta-I.
,lomo ya lo he mencionado, la ponencia del profesor Rodriguez Rial en el Corr-
-::>.r de Sevilla se public6 el ano 1990 en el tomo citado en la nota 17 anterior. Lo
:.:-. -]amativo de este texto, que ya he comen tado y que es por si mismo una magni-
44 Javier San Martn

fica contribucidn, es que John T. Graham se hace amplio eco de 6l en su libro ,4


Pragmatist Pbilosophy of Lxfe in Ortega y Gasset (1994)26, al que ya me he referido
antes27. El capitulo 5 del libro del profesor de Missouri, titulado «Method "Pers-
pectivism" as Phenomenology (1912+)>>, es posiblemente de lo mäs interesante
que se ha escrito al respecto, con la ventaja de que, tomando en considerac_i6n el
objetivo del libro: hacei ver la impronta pirg-atista en Ortega, parte de untecho
incontrovertible, el indudable influjo de James en Husserl, lo que tambi6n le hace
destacar una faceta de Husserl un tanto alejada de los usos ordinarios. Y, en ese
sentido, la aportaci6n de Graham28 es muy interesante, por mäs que no haya en-
contrado excesivo eco entre nosotros.
Partiendo de que mi trabajo no es una investigaci6n global ni exhaustiva sobre
el tema, dado que tiene un origen escolar muy concreto, s6lo me referird de modo
breve al trat:ajo de Graham, por su inter6s y por la discusi6n que establece con el
texto de Nel Rodriguez Rial. Sospecho que el inter6s que muestra el profesor nor-
teamericano por el articulo de Rodriguez Rial se debe a que deträs de las opiniones
del profesor de Santiago habrfa una novedad que provenia no tanto de una nueva
percepci6n de Ortega ya estaba priblicamente instalada en los Estados Uni-
-que y Philip Silver, y en Espafra sobre todo por el libro de
dos, por el libro de Holmes
Pedro Cerezo- como de la de Husserl que matiza a aquella y en la que se adeian-
taban muchas de las ideas que venia yo desarrollando desde hacia afros y que han
ido viendo la luz desde principios de la d6cada de los ochentahastala actualidad y
de las cuales el primer texto que el profesor de Missouri pudo conocer fue mi tra-
bajo en la Reuista de Occidente de mayo de 1992 que ya he citado. Segrin Graham,
<<San Martin ha llegado a conclusiones muy compatibles con mis propios puntos
de vista del capitulo 5>> 0994,374).
Parte Graham de su convencimiento de que James era inconscientemente fe-
nomen6logo y Husserl conscientemente pragmatista (1994,187), por eso ambos
eran <<gemelos de similar opini6n» que poblaban «el cielo juvenil de Orteg»>, 1o
que yo creo globalmente välido, aunque es evidente que Husserl no puede cubrir-
se totalmente con James2e. Partiendo de ese presupuesto, reconoce Graham la pre-
sencia de la fenomenologia en los afros veinte, afros en que Ortega se presentaria
se 1o diria a Husserl en 1934- como lider de una escuela de fenomenologia,
-asi
bajo cuya direcci6n escriben sus tesis de fenomenologiatantoZubiri como Gaos.
Reconoce la alta consideraci6n en que Ortega tiene a esta corriente, pero cabe
preguntarse «dada tal preponderancia [prominenceJ, qu6 papel juegala fenome-
nologia en el desarrollo de la filosofia propia [de Ortegal como un todo>>, y aqui
cita las actas del mencionado congreso en el que A.-T. Tymieniecka, H. Raley y I.{.
Rodriguez Rial «atribuyen a Ortega una fenomenologia de la vida, incluso una

26 En el libro de Graham hay quince entradas de Nel Rodriguez Rial, frente a s61o 11 de Pedro
Cerezo. Por cierto, dentro de las incorrecciones que en el libro se pueden detectar estä tambi6n 1a cita
del articulo de1 profesor de Santiago que aparece como <<Ortega - Phenomenologist: Man's SeH-Inter-
pretation-in-Existence>>, titulo que es del libro en que aparece el articu.lo.
2; Sobre la obra de Graham, vlase supra päg. 79, nota 4.
28 Ver nota anterior.
2e Sobre la indudable y patente relaci6n de Husserl con
James se ha escrito bastante y aqui nos
basta con remitir a la magnifica nota 2 (Graham ,1994) asi como a la notaT (päg.189), que se remite a
The Phenomenological Mouemezr de Spiegelberg. V6ase tambi6n nota 12 de la pägna 192.
--r :;romenologia de Ortega y Gasset 45

-i,sotia" fenomenoldgica''de lavida">> (ob. cit., t88); y a continuaci6n la pregun-


:.,r :-r. «labsorbe, incluso constituye la fenomenoiogia entonces su "slsteäa"
e es si

-::rriosofia? iQ_ s6lo es su mayor parte_-su principal m6todo (o epistemologia)


ur1a filosofia durante esos afros?» (ib.).

-Eridentemente, cuando llega a1 capitulo 5, dedicado aI papel que desempefra


ir :=romenologia, ya_ha intentado probar aunque con muy änäebles argumentos,
: :=qmatisryo de ortega. Fl caräcter endeblä de sus argumenros los"dejo para
:an lugar. S6lo_quiero sugerir que se basan en una elevaci6n a categoriade iistäma
:i-xo§co aquello que ortega le reconoce alavtdahumana, el funclonar en la vida
:c-,;haria de modo pragmätico. Enre los varios lugares que podria citar, me basta
..-ii! por_ ser muy sintomätico, en 1a interpretaciön qr. haöe Graham de un tex-
, +lo idea.de pr(ncipio en Leibruiz, donde dice Ortiga que la filosofia, por ser
.t=rloraci6n hacia los aut6nticos principios>>, tiene que «e*ienuarse en el eifuerzo
! e.-humar esos "principios" ptigmätiäos, latentes, que en los secretos hondones
-r si mismo actian y 1e imponen evidentes- arbitrarias asunciones en
J-€ nojepara o que, si repara en ellas, -como
solemniza con el pomposo titulo de princi-
lir-\-.» ([[, 1i08), y paru que no haya dudas de lo que dice Ortäga, habla de qr.
.:i-ma de deruunciar [wa, J. s. M,] pres,nros prirrcipios [,..] esä alfa y el omega"rt,de
-r ilosofia misma>>. No parece que q.r.pu dudä en 1ä interpretaci6n. Pues bien]esta
rise Graham träduce muy-bien: <<it is essentia-l or unavoidablethatthephi-
,-=cpher -que wear himse-lf trying to dig out those latent, pragmatic'principles'...>i-,
:t,r el.resum_en que hace_a continuaci6n, estä interprätaäa a1 rev?s, poique dice:
.Proclamar. lproclaimingl tales principios no es sdlo 7a tarca de la floöfia que
-:"aryruvo [Ortegal, sino su verdadero "alfay omega">> (1994,I72);
dela exigeniia
omega de deruuncia-l esos presuntos principioi «pragmäticos>>.como esp-"urios,
;=, pesado a decir quela tarea de la filosofi a es'proclamai .tos principios.
_ En argumentos de este tipo, o parecidos30, se basa para'dar por hecho que
-l':rEa es un pragm.atista, por tanto, gge la lectura de Husserl y Kant le sirven pära
.=:riquecer y modificar su ontologia bäsicamente pragmätica y realista con una
=istemologia
mds "trascendental">> (päg. M).
.-Qu6 papel juega ahilafenomenologia?, se pregunta. Para responder le dedica
rce apartados_, ademäs del y el riJrimo de resumen, en'el que concluye
_primero
iciendo que <<La deuda de ortega con Husserl es comparable a 1o que debe aja-
(pags. 228 y 97), aunque en ambos ve agujeros, en Hussed en-el tema dä h
.=.,esr,
--onciencia, en James en el tema de la verdad, y si Ortega en el caso de Hussed
l;epta zu influencja, no lo hace en el deJames, que s61o aparece en el texto de 1950
iobre «Medio siglo de filosofia» donde «finalment. le fÄta tiempo y fuerza en los
-{c.uent1>L q91o_1a adscripci6n al pragmatismo deJames seria eie t-..reto del que
:abia en 19)231 , La {aLta de fuerua provendria de la inconveniencia de confesar una

;0 Hay uno muy sintomätico, que aparece


-;-ela
en la pägina 152, donde comenta una carta de Fernando
a Ortega, y segün 1a cual estä estudiando a \X/r.rndt, Ziehen yJames. De ahi deduce Graham que un
'mae§tro-no asigna fuentes que no sean de importancia para 6Li, Pero hay que tener en cuenta qrie estä
psicologia, entonces ic6mo no vaä esrudiariJames?
=ru.diando
rr. Ver supra pägtna2g.Eltexto
aportado de 1950, püblicado p6stumamenre en 19g0 (Reuista de
^lccidente, nüm.,3, päg.s.5.-2t,ahoraen OCX,)35-i46),is,talvez,äp.i".lpdapoyodeGraham.Mas
'.]rtegg en ese texto solo dice que entre 1900 y 1915 hay un vacio en ei podei pübfiäo fi1os6fico porque
:I neokantismo estä ya empezando a declinar-del podei que habia ocupado y,'hasta que la fenoÄ.roio-
46
Javier San Martin

compafria tan poco recomendabre, ra de un yanqui


y un pragmatista, por parte de
todo,.honorable catedräri.o J" U.iufirü (Graham. tr/gqi pÄs. 421.
El apartado segundo emp.ieza .on iu i.r,, J;§trä
-
ofrecido ..rn, nu."u, forma ä.
;';ri.;?.rnoce habernos
mäs prenar,, pero enseguida ro
"nt.ndä'u"orr.gu
confronra con Spieg.elb"rg, porq,.,. Äi."o^, ,.§.i,, släfl, rääo-"nologia seria
verdaderamente Ia filosoffä de orteea
-rr.rurtä
un tipo de fenomenologia trascendJ"tul- ";;rl;; ä ü.r ü;ffi;;
iur"'s;i.s;ü;;;;r;;;,
r imposible
iü;
por_
que [a fenomenologia ,ä]o e, un m6toJo.
De hecho la ars,mentaci6n de Graham se basa
en ras afirmaciones orteguianas
de despu6s de 191b, y cuando .rrr;;;ä';nreriores,
hay que verificar el texto de
ortega para comprobar que no siempre se corresponal
asegura. citando osobre cl concepto äe sensaci6nr,
ä1, .i,a. por ejempro,
qr. ort.g, utüiro el m6todo
f::::flXf: fl,,decil cue rä .,',, ,.,r,a,ä-äa].iT l, .onci.n.iu, ä
cuando Io ünico que dice ortega en"iJ,
ese texto€s que <<La ..JiiuJ.r l, .;;;i;;.;

*"" l:::L,^*^1
I1ay i{t_n,.äe,
que tener una
r";i;;;" *;,"; r; ;;".äää,äai
perspicacia fi-losöfica v mu.cha familiaridad
dad>> l, 257
).

poder interorerarlos. en todo caso no- t" .on rexros para


desde lo piensa ortega veinre
äu.J. .;;;;;;;i;;;;ni.o,,
"rro, de leerros
.que ääöres, una vez i"räo riäia.gger. Lo que
^nÄt
aqui se dice es solo.que la-conciencia ," p;äd.;;;;.,Gää; äo
lo, seres que
se le aparecen' Nada mäs, y eso es un principiod.;.-ilJd.;'fäno*.rolo
Husserl. y de Ortega. gia de
En el apartadoie insiste de modo reiterado en que
la obra de ortega, incluso
hasta los afros veinr". no poa.* .ub.i;';;;rr-";;.;;l^"f";.;.norogia porque
rechaza elementos bäsicor'a.i Äer.a" iä""äLrrrogico,
rales como la reduccidn <<de
la reaiidad bäsica a la "concien.iu,, id.oliriu'"-tpag.193),
por tanro seria fenomenolo_
gfa s6lo de modo oarcial, por er uso J. i;-il."i6n
y rä'a.r.rip.iä, por supuesro,
siguiendo a Silver,'orteqa no seguiria, Hurr..f.n
contexro cira un curso de diciembre a marzo de 1914 ".;;i;ä;
.i;il;;i;fä.rrrr,.
En esre
tacariala defi_
ciencia delas ldeas al ratar er nricleo no.-a,i.ärl.
ö.ä"l.lrrrä, , despu6s de

gia no se establece conto ooder.a partir de-


1915.hay un interregno qu.e aprovechan .algunos perfiJes
erräricos' magnificos o söio,cr.ioä. ;,öa x.-ii;;.'y il.;r;;,
ahi cita a'Rur;;li.
asignarles a cada uno indi*idr-ro]menr.;;.;;;;;;;r1rrnqr. James y Freud, sin
c.;ü;,;;;;:ri., ,
"magnificenr,, es Iames {näg. i rI ). N" prr...'gi,ää...rr, är.u.t^ rn.r. ,ä pr"ä, .on.ia..ar que el
cripcirin de onega aJr-es y que esa relacidn sacar ninguna ads_
lirera el secreto de orteBa.
'2 Es lo contiario del «anacronismo,; ,i err.-.i ;;;;;;;;ä;.i
en el presenre algo que roro.n.LfrrrJo',"ri, uiJ;.r,. desde et pasado, o hacer
pr;.r;j;;;r';',.:-;r:;r.
,.r,;ää, .l algo pasado
categor(as del presente o de algo pär,.r;or.n
ias interpreraciones de Ortega.
..tr.iä"ä rr*rr. inrerprerado. Ert'e.r.l caso habitualcon en
31
Es[e texl.o se ha n,,hli"caclo ahora en la REO
1.2000b. pägs. l_25. Merecerian esas päginas
esrudio profundo porque anuncian .lgrrn un
f.obl.;;;r. i.;;;i;; i; ä;;,;
captado con roda radicaridad, la reraciöä qr.'.o" r. que Onega lo ha
(de todas ras maneras äui.ro ri.n. rr-.rgnlh;;;ä;:;" que nos referimos
;nt.n.ion,i.s ""
pä;tr:;iÄ.;i;;.tj;;;, ;i;ä;äil;i,:ä
toda palabra es como un no6§1s no considerar que
;iöt;,;;;;;;ä.
propiamente' personarmente,, rob. cir.. Ia funci<in primera de ra palabra es onombir.
cusi6n con Husserl no lo desactiva, ,i"" qr.
r,i.
zöi no..,1J;';';;,
p.äu'iär, d.L,L o.r.ion. Esta dis-
porque la percepciön nos da las.cosas
prriä; p.;üi;;;;;ä,;;ääer propio Husserr.
si mii.r.. .. a..i.. ." ,, pÄ.,irriäää.;;
las da leibhcb' örtega ha *,1.aiag "n ,, LezD, porque nos
-r1;r;i;;:;;.:riva
congruencia en su teoria de ra.significacicjn de Hlsserr. pero ha visto rambi6n una in-
en reraciori .on..., donr.iJ;lfi;;;;.;ä.iar
de anotar que
una vez mäs Graham se excedeän ," irt..p..t*i6nl;;;;h;trräö'6;ä'ü"J."ntrado un error
i-a tbnomenologia de Ortega y Gasset
4l
i*--y Tanzar algun| que orra pulra a
sirver y sobre todo a Rodriguez Riar_.
conctuve que Ia firosofia äe ortegä
menologia, <<aunque contenga .ärtua"nrl.erementos
.o;;;; ;i";;;;ää."rr1t.,
sido una feno_
ob' cit', 197), elementor ir,.ärporräär,*, importantes de ra misma>
A pesar de
rr-ää;;ür";;ä;rää
on.g, tiu.l.
concruri6, d;ip;;f;oi'nor,.rn.,"ricano,
esa
espuesro nos auroriza a terminaieste .r ..cä.rido que hemos
caoirulo ;";il;;;;.ä,
a. qrä"rrr.*'r.
puede decir que la reraciön ;"
&ä;.äi,
f.ro-enorogia es un eremenro con er
öntur, pero., que, , p.rä. d" todo, arin sigueiiendo
-T-rl1qur
r-er porque, a mi entender arin un rema sin resol-
ho ha oasadJ; ,l
;r
gE;,;;;;lli.,
;;;';"H;,,ä,, a;. J,ä;;;i,#ä (firos6fica) ra
ffi,rä:1.,11,*flT,,, ", p.n,u. ros t6rmi_
Talvez'also de rT: en. er trabajo de Nerson orringer
ri:l^l. oneguiani
de George Mlsch en ra critica
aEiG;ü
sobre Ia influencia
2001)' Ya el comienzo puede r.ruti-ln.iärr", üää"'*#tv6ase orringer,
porqre, segrin 6r, <<ros estudiosos
de ortega Ie atribuven ,i"u rä;;;äHilär;;;;;:ö;Jiä.ion
-rlu
Heidegger ar asumir L f.no-.ro1ffiy;;ü;;;;;."äfi#;äe
na>> (2007, 14n. Y los^ac,sados h vida huma_
errönea de
rol-oi, lä, .*. ..a"",-ö]rir." Mor6n Arroyo,
Pedro Cerezo v Iavier srn MrnLl;. ü;ör"nger pone enrre parenresls nuesrra
hip6tesis de malä ]ectura, y-co-nsidera
qr. Äa"rilri", &ääHä factor Dilthey,
5:i:3:Iä::E::;;!:;i!,i;i,+_*ei:minnlij:ä*äiä:;dg$
por lo menos desdjgzg"Lzoorlliöi
v rJl-ir. a su libio de t9ä+, Nueuas fuei_
tes germdrticas de ouä.esfilotof*, prriiir. las päginas referidas s6lo se dice
que,.os.on..ptoi,urr. dJrJ";'fJ;i;iä.es.de "n eiaJdoctrinas
re a las .rt.go.iu, de Ia bäsicas lse refie_
"idail,ü;ä;;;;:j;"r;d-jä;;rr,ä;.äa*
de Dilthev cuvo pensami.nto hu .ää#
,
al parecer
cuencia tambi6n de la iectura d..ry"jä*;;i
J1U.-röti,#; "rryAä".i;äi. ; 1929 aconse_
ideas sobre el ser-ahf como_hi.s.rori.iarari?igsälgl.
-q"9 *r* prr,. de sus
E*riää..prni.U"r, de Ia docu_
mentaci.n aducida en 200i. Es muv p;;d;[t;;rt-!;,ä. iJJ:]'J*ios de Heide_
gger a Dilthey, y a Misch ."-o rrä"ääiiäuuru, a ortesa a reer a ambos, toman_

radical en el tema del micleo noemärico,


y oüo en la esencia. cuando lo que
]a A
mi incluso -t uttib'yt
a una err6nea traducci<in de
,t,*",n."..""
error grave en Husserl acerca de la
aencia
"1,;.1r;föi#i6n
Jos6 Gaos
roffi;)o^ö0];äl
dice omega es que enffev. <<un
;.reo que no es lo mismo.
hechapor ortega-de Ia conciencia pura,
a. Urlr.rf» tiU ., notu )),rrr.iEnaä qr. debido
t
nibte ta hip.resis de oue es <.dificilmente soste_
gTc; ff*;;;' ääjl'iäa,..iilJ;';ääääe
leido»' Naturarm.nt.. Io ,iri.ä qr. de su propio alemän
traduccidn vä ää'qrä9-, orar*'rJ ,Iiäio
aiä
segurarnente^seu^roää"rä'..p..äa, rari.o, y que para esa
Iefros, que debia de oroceder ya consolidada .rr.e los tenom enölososmadri
a, O"rg^-E"ir^Ä2,
.,..p..o.n;, a.öiriu * a, p,*rip-a, d"-ÄJ);;'i;&:;:',r?:::#:,r::,6t*y:'* M\.t;;,-;
Jt Llama la atenciö11 que entre paränreas pooga
i
Etue ese cDrsa ?...)e topo /a"a ,,z,Jo J..ztts<,
192!,,9ar',;;2./)lo a,7,-).Jo-.o';;ä";:E---.A2e.
-entero es de v.b/,/ä- zzj-.J,2 z-r,sz., d.- z.-.bas eD
-/a päg. 15), </oacle se asegu.u quä yo diria <lue desde Ia segunda mitad de teZA Ortega criticaria a
Husserl, No es 1928 snto 1'929. Las fechas, en ese momento, son importantes, porque Ortega ha leido
Serytiernpoadnales deL927;sevaaArgentinae2lg2S,yahinohayning,-...iti.äaHussärl.Luego,
primera mitad de L9.29, d^ el curso Quä es filosofia, en medio de gran teisi6n politica, y s6lo en juiio
{"^::. gg escribe las glosas_ sobre Eugenio D'ors, que suponen"e.l nicio de')a critlii. in ), niriq
t20U, 154), en cambio, esrd ören apuntada (a fecha.
, 16 Aclu{mente ya disponemos de una magnifica investigaci6n
bre las relaciones de Ortega con Dilthey.
de Jean Claude L6v€que (2008) so-
F-

48
Javier San Martn
do nota <rde su nropia
mayor.afinidad a Dirrhey
segundo, q u. .*ä
i"äärrrä ä r.rr.r,d que a Heidegger» (200I, 165):
t*tr*
nologia' cänfiesa.orting.. r,r;;;;äirror rou.. a fen om v.
;!
;r" iär1'.#.ur d.. ö;ö;';Hrlrl.r retroproyecradas
por Ortesa u,r!1,"dp1.äi;il;;,,obviamenre
I
ä_

Dirther»> Door. aflecrad,


r5j), perä.siil. ffi;ä,aqr q; N;;;':tä#:x?i.i3ir"x..j
iä11';:U[iä,:ä., g
:r r, öä',,.,^.",
t n,,, t r
$ahi"";pä;;;; de
[o,, n s tö gi » .päro si
7979' 96), vemos qye o q ca s
cendentul,loqu.-]ttlger' h conciencia tras-
f;ffi f äi3.#tr:,:'3:TJ#:ffi tJi['f ',,Läff äi's$:ä'f ft +3i:"#{
es una obietivacan,(reuÄe
99nfi9sa qu., unr.porque ffi\ä. ,ry 3r). pör
ra concierici; [:p:lJ r,-rä.iä eso
m'.r,ä,1ä#:'ri3 i3il;r?f,:äi ä'.H1' iä
muv bien p,.+ co*ecro, pe'ä,,a, ,J.il,?;;ffi[:l'd?],Ji3:r roii, r" q,ä
'.. la peiliqhä.rlu,
Tambi6n merece
en-su ensavo br,rantement. o*ro que, en zooi,
r,r."Jose Atencia
sofia inverrebtada"'>1j,.;
;t ;;ä"#;jT
trtdrää *örr"gä. rr-..-r;;;;;;r*re de una ..firo_
varios,rrabajos de los rirdmos
';:'-"t eTtri;;äiä, a.r alto^r afros.
{e.,t. rib,o, ruego ros de
-ffi;:fff:i:: M.
Er;ä;;ffäT::T:#::Y:ffi;r,ö:!;§1;,Jiffiä"#äTr;*::T;;
5f tT?t5:::T::"_äq:i:i*lmä:ü.41;,:##.Hägy,*#jjä
como diversos modos ar
ä.*.1ä;ä;+1
valor pedag6gico. y a pesar que
Treciaci.n
a;r.ä", .i.r, postura ro deja de rener su
puede änidar un irenismo que
olvrda que no rodas Iäs p"rrp..riuär-'rä
verdaderas, pefo no igr,o, d.;;;; öä. que todas se.an
ng' Ju,.""* i*"raä'ir.;.ß;;i"",'ü;äläI'.irua,
;T*::ffi.d;H#u", .J "öä;ää ."; r; ;;ä;;;;äää der profe_
biorogia
Ias influentias --res,
ger, no pasan de ,..i1= ;:i;r" h de Heide!-
de otros p"nrndor.r,
mcfustaclones circunstanciales"
i+rt lii,)ääii}?i tpag.'riiiä, su rrayedoria>>
*,1:l{d.}#".i""*d:::?'.H:f,:H,"JX.t#?:ä3äiH;ä',fl,ä:lä:
:,.1,,.1if ö'ää*:h:f :fl :'t"1.=;äTifl:,*."f.",:H:l*ä:::,1,*i...ä;
sr' rndependientemenre
de ros ieparosääfuurr..r.,r
rr.il.";#ähr.r.., a Dilthev.
ff i: Ht?,':S;.,r.: i l -p,"ä f ; iä#., or ogru, ä. lä airä,-., u, d e os m un r _

ft ifl,ü-t!}iti1,q:äffi ärygm,,m;,f:'i*-:*ir-.,-**
;':äffi ff u:T:t1: j:,fiEffjnri:*r*".äH,Tjä:äffi ,,:#täH:
En general, Io que en ;;;; riÄä.'äl'n^.r.rtion ;;;ääoximaci6n
podamos hacer a un auror,
.n que
adecuada que orras "rr...rroäb;;gr,,r;;,i;;;"
ri:,]?Lf;ä;ä*ä; ili,persp.ctiua
ur,.iJää.,ä,.i,a,a mä,
arre como desde ra a'rtura desde er
deuna mortafra,äa.y,a.
trvas se nos da Ia misma
.irarälr rä;;;ä. .,r, Ää!äil.Hä;r, hs perspec_
präiäi;;.T#;rrda, pero su
-;;ru Or des d e I S em in a rio d.e M e tafz s ica,
20a1,) : 10 1 - 142.
Ir fenomenologia de Ortega y Gasset 49

vrlor (no su verdad) estä en funcidn de los objetivos de la acci6n qrr. qrri.ro ..-
pender coltando con ese conocimiento. Estas consideraciones valen perfecta-
Ercnte panla aproximacidn de Graham, pues evidentemente en Ortega hay claros
dementos pragmatistas en la concepci6n de la realidad y dela relaci6n del ser hu-
trlano con e1 mundo, pero la pregunta es si esa es la perspectiva 6ptima para leer a
Ortega, y ahi tengo que decir que en ella se ignoran aspectos sustancialäs de su fi-
hofta que no son accesibles a esa perspectiva. Ortega mismo nos dio la pauta a
quir tanto al describir las varias perspectivas posibles de Ia escena del moribundo
en <ünas gotas de fenomenologi»> (v6ase mäs adelante, päg.L23) como al propo-
ner los criterios para jerarquizar tales perspectivas.

También podría gustarte