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LA F'ENOME,NOLOGIA
DE ORTEGAY GASSET
Javier San Martin
Colecciön dirigida P9l {ortega y Gasset
r"ättigaci6n
Instituto u,'iu"Äitutit'ää
Marafi 6n
Fundaci6n Jo'a O't"gu i'"Cässet-Gregorio
LA FE,NOMENOLOGiA
DE bNTPGAY GASSE,T
BIBLIOTECA NTIEVA
MARA§IÖN
FuNDAcIÖtq losü oripan v GASd;äREGoRIo
x(3i;ff,Tl?if,"
rlglo nd adltores, s. a. de c. v. siglo xxi editores, s. a.
OINflO DEt AßUA. 248, NOMERO DE TEBFEROS, GUA-TB\,4ALA 4824
04310, ilÜrcO, 0F C 1425 BUP, BUENOS A]RES. ARGENIINA
rM,lokxlidll0ßü,mm mx
M,ülMope0ln[,com
indice
INrnoouccröN 9
1 EI libro de PhiJip \X4 Silver se titula Fenomenologia y Razön Vital. Glnesis de «Meditaciones del
uijote>> de Ortega y Gasset, Madrid, Nianza Editorial, 1978.
2 V6aseOrtegaysusfuentesgermdnicas,Madrid,EditorialGredos,LgTg.Amboslibrossecruzaron
tal como dice Orringer enla päg. 45 nota57.
) La uoluntad d.e auentura, Editorial Ariel, 1984. Este libro debe ser considerado como una referen-
cia a partir de la cual la investigaci6n de Ortega tiene que ser revisada.
10
Javier San Marri,n
234).Indrno
se anotan <das valoraciones contrapuesta$> en_
*:^.::?:^:r^rlT-r::prg de Marias, Silver y Cerezo (v6ase päg. 23i,nota3)a.
"" fr^1f:1:lr"..pr.rrciones
Las mvestrsacrones crtadas anteriormente partian de una äorivicci6n, a saber,
que Ia relaci6n"de ortegS ."" il""Ä."jogia no era unacuesti6n resueha con
r,
[Ji; h.;i;; a partir de 7929,centradas sobre todo
las manifesraciones or"ört"g,
en et <<prdtog o paraä.-;;ö ;;lö3 4,
la
;t i kb;" Lr;;;;'ar'iü r rp n n Lei bn iz
v euoluciön de la teoria dedu:ctiun,jodor"[.rä..iä
e
a Lanota2l essintomäticade]amezcradefechas,pues.porun]ado,seaceptaqueortegahabria
«atisbado precozmente (desde ,l913) ,- .mg" la-.Aiä en,su aproximaci6n a la 6losofia husserliana>,
bä9.241, nota 2r). Dero esos limites re Irät',t- .iaä'..*rra.J.p.1 Näiäri, Hrär*, y Heidegger.
Cuando mezclamos ä H.id.gg.. ."n ror
-äaär*, p*a.-., .rärä.j ,.1,i. i^;ürr, porque no es ro
mismo 1913 o 1920 que i910, cuando ,. hr..
.rii.,
.rp-lr.ir, ä.;ä.'" ""
, l,
- '
f
lndlco esto porque' como nos dice Gaos en sus Conksiones " profesionales, el acceso a los cursos
de ortega no era inmediato, sino que habia que pu.u.
rru .rp..i.',i"ä,.ä,ä"ä 1ä ejercia Garcia Mo_
rente.
6 V6ase la presentaci6n
que e1 autor hizo ei tomo'vII d e esas obras completas,
Reu i s ta e Es n dns O r t e gu ian os t C / 5, 2007,
en <<ortega in6dito»,
.d 1 |ä
i i;".' i .
' M'" Luz Pintos Pefraranda, <GIusserl und-Merleru-Ponty.
Scl-rlüssel einer engen Beziehung>r, 6n
Phänomenolosie in Spanien,,t.rg. *" jr"i., S;"M";rrdVuffiä:'K;ä;;;;1r., & Neumann,
2005. p6,gs. Lll -125 , especialmen"re f f Z i, .ier.
La fenomenologia de Ortega y Gasset
11
.rc V6aseJuliänMarlas,AcercadgOrtega,EditorialEspasaCalpe,päg,.249.Nodifiereesamanifes-
la qug, e! 19 de octubre de 1955, con motivo äe t, -"ä.,.'aE ört.er,1r.ribia
taci6n. de
;; J dd;
IBC:
l?s obras de orrega «representan,la aportaciön mäs honda y .G-; , träär.ii, qr. r-.,, Ä..n.
*
en cualquler pais dentro de nuestro siglo:,.
A tenor de 1as ptbiicaciones de-los irltimos diez afros sobre la 6tica husserliana se podria
, ,1.1
declr que hay muchos ämbitos en la filosofta italiana en los que se quiere reivindicar
tal vez
ese nueiro Husserl.
La fenomenologia de Ortega y Gasset 1)
ga atrlbuya La crisis a Fink, no tiene importancia en si, lo rinico que esa attlbuciln
nos indicaria es que en ese momento, 1940, Ortegapodtia estar en un situaci6n
que le incapacita pan dar su brazo a torcer, reconociendo que habia juzgadola
fenomenologia de manera err6nea, 1o que, por otro lado, tampoco era ninguna
anomalia teniendo en cuenta la escasa base textual de que se disponia.
Todos estos aspectos son 1o que me gustaria explicar alolargo de este texto, en
el que intento pasar de lo que inicialmente podria haber sido concebido como un
estudio de la presencia de la fenomenologia rN Ortega, a otro que seria la <<feno-
menologia or Orteg»>. Porque el estudio de la <<fenomenologia en Ortega>>, con
todos los avatares de los que acabo dehablar y que constitufuln e7 nricleo de este
ensayo,.lleva a conclufu que no se de6e hablar de la {enomenologia rru Ortega,
como si fuera esta una influencia mäs de las muchas que actian enä, sino q,,r."lä
fenomenologia es ra prrosopia DE ortega, de manera que hay que ver su filosofia
como una aportaciln significativa a la fenomenologii, ala qie ha contribuido,
como veremos, con importantes conceptos o, al menos, con Ia cladficaci6n de al-
grin problema sustancial. Justamente olvidar o no tener en cuenta esta situaci6n.
que h.a aflorado en el riltimo cuarto del siglo pasado, impide evaluar la conlibu-
ci6n de. ortega.al pensamiento , mäs a7lä di los lulcios <.v'enerativos>>12 que pudie-
ron emitir sus discipulos mäs directos. Las notai de tabajo de Ortega täbrä lu f"-
nomenologia, pub-licadas en2002,_nos aportan alguna interesante"novedad, por
ejemplo, cuando dice ortega que el t6rmino fenorienologia significa para el «por
completo cosa-disrinta que än Husserl', tOrrega. 2002. l2F,,pe'ro eJ pioblema ästä
en saber cuändo dice O.rtega e.so, presumibleÄente cuando än La idea de prinupio
en L_qbry1z que 6l se habia propuesto, aportar sisrema a la fenomenologiä.
.e2.cribe
He dividido el trabajo en seis pärtes. En la primera estudio el estado de la !ues-
ti6n, que despu6s de escribir el lexto prra .i curso de Italia se me mostr6 mäs
complejo de lo que yo mismo estimaba y, por honestidad intelecmal, me parecid
necesario considerar a fondo, dando, asi, una profundidad mayor al resto äel tex-
to, La segundapafie se centrarä en la formaci6n de Ortega hasia que asume pribli-
camente la fenomenologia en 7913 . La tercera estudiarZ los texios de esos' afros
1?)l * 1.975, que son ios fundamentales y en los que formaliza ortega esa acepta-
ci6n de la fenomenologia.La clarta servirä para presentar una serie äe escritos de
diversas 6pocas de Ortega en los.que el flläsofo uttTiza explicitamenre el anälisis
fenomenol6gico, por lo_ q9e pueden ser considerados como directas, ademäs de
bellas contribuciones a la fenomeno]ogia. La quinta, la mäs compromitida, estarä
dedicada a lo que pasö en lq frl9sgrta orteguianä a paitir de mitad.es i" lgii', t rh^
en la que tenemos constancia de la critica äxplicita que ort"g; hu.; n h f"ro*.rÄ-
logia, pero una critica que no es recta y uniiorme, sino que"tiene äirr.rru, modali-
12 Llamamos.'hermeneudca
venerativao a Ia,que procede de algunos discipuJos direcros de O.ega.
que asumen ]as manifestaciones de esre de modo. por lo general.l...iii..
intertextualidad de esas manifestaciones qr. ..to.r.ä, no r.".orro.iurr. Ei
I;"."rlrur.l .on,.*io-ä
ä."..ativo» procede
de P9d19 Cerezo. pero en Ia acruaildad empieza a roma.rse.ru uulo.r.ßn "äJ.,i"" .än ulern, ,..ri.en.ir.
'' Ll coniunro de Ias notaspublicadas por Ignecio Sänchez Cämara e Isabel Ferreiro es mu1 intere-
sanre pero.las noras son de dificil daracion roiteg?. 2oo2 gt. Es d. srponer-qu.^1,
proceden de la epoca de La ldea de.prtncipto en Läb:n z. argunrä
ir,-.rm mayoria
;;;;;ü ;,;;; y'-ä, r;;;; r;ü'prg.
20.y sigs.), de 1a 6poca del estudio de las inuesttgaciones lö"gicas jlu.g", i;; ä.;p"mJras
tambi6n de una
primera 6poca. El resro probablemenre son ya tardias.
La fenomenologia de Ortega y Gasset 13
ga atribuya La crisis a Fink, no tiene importancia en si, lo ünico que esa atribucidn
nos indicaria es que en ese momento, 1940, Ortega podria estar en un situaci6n
que le incapacita paru dar su brazo a torcer, reconoiiendo que habia juzgadola
tenomenologia de manera err6nea, 1o que, por otro iado, tämpoco era.r}rgrr.r,
anomalia teniendo en cuenta la escasa base textual de que se disponia.
Todos estos aspectos son lo que me gustaria explicai a 1o largö de este texto, en
e1 que intento pasar de io que iniciaimente podriJhaber sido concebido como un
estudio de la presencia de la fenomenologia nx ortega, a otro que seria la <<feno-
menologia oe, Orteg»>. Porque el estudio de la «fenomenologiä en Ortega>>, con
todos los avatares de los que acabo de hablar y que constituirZn el nricleo de este
ensayo, lleva a concluir que no se debe hablar de la fenomenologia nN Ortega,
como si fuera esta una influenctamäs de las muchas que acti.an en-61, sino qr. lu
ienomenologia es r-a rrrosoria nr Ortega, de manera que hay que ver su filosofia
como una aportaci6n significativa a la fenomenologia, a la que ha contribuido,
como veremos, con importantes conceptos o, al menos, con la clarificacidn de al-
grin problema sustancial. Justamente olvidar o no tener en cuenta esta situaci6n,
que ha aflorado en elültimo cuarto del siglo pasado, impide evaluar la contribu-
ci6n de Ortega,al pensamiento , mäs alLä de los juicios <<venerativos>>12 que pudie-
ron emitir sus discipulos mäs directos. Las notas de trabajo de Ortega sobre la fe-
nomenologia, publicadas en 2002, nos aportan alguna interesante novedad, por
ejemplo, cuando dice Ortega que el t6rmino fenomenologia significa para 61«por
completo cosa.distinta que en HusserL> (Ortega, 2002,72113 ,pero el pioblema ästä
en saber cuändo dice Ortega eso, presumiblemente cuando enLa idia de principio
en't eibniz escribe que 61 se habia propuesto aportar sistema a la fenomenologiä.
He dividido el rabajo en seis partes. En la primera estudio el estado de la öues-
ti6n, que despu6s de escribir el texto para el curso de Italia se me mosffd mäs
complejo de 1o que yo mismo estimaba y, por honestidad intelectual, me pareci6
necesario considerar a fondo, dando, asi, una profundidad mayor al resto äel tex-
to. La segunda parte se centrarä en la formaciön de Ortega hasta que asume pribli-
camente la fenomenologia en l9r3.La rercera estudiarä los texios de esoi afros
l9l3 a 1915, que so! los fundamentaies y en los que formaliza Ortega esa acepta-
ci6n de la fenomenologia.La cuarta servirä para presentar una serie äe escritoi de
diversas dpocas de Ortega en los que el fil6sofoutiliza explicitamente el anälisis
fenomenol6gico, por 1o que pueden ser considerados como directas, ademäs de
be1las contribuciones a la fenomenologia. La quinta, la mäs comprometi da, estarä
dedicada a lo que pas6 en la f,losofia orteguianä apafifu de mitades de 1929,fecha
en la que tenemos constancia de la critica explicita que Ortega hace a la fenomeno-
logia, pero una critica que no es recta y uniforme, iino queliene diversas modali-
12 Llamamos «hermen6utica
v_eneratir''a» a 1a_que procede de algunos discipuios directos de Ortega,
que asumen las manifestaciones de este de modo, por 1o general, no critico iin evaluar e1 conte"tö o
intertextualidad de esas manifestaciones que entonces no se conocian. El adjetivo «venerativo>> procede
d. B:{fg Cerezo, pero en ia actualidad empieza a tomarse esa valoraci6n con alguna reticencia-.
1r E1 conjunto de las notas publicadas por Ignacio Sänchez
Cdmara e Isabel Ferreiro es muy intere-
sante pero_1as notas so,n de dificil dataci6n (Ortega, 2002,8). Es de suponer que Ia inmensa'mayotia
proceden de la 6poca de La ldea de principio en Leibniz, alguna, ai
-.noi la ultima y mäs larga (ib.-päg.
20 y sigs.), de la 6poca del estudio delas Inuestigaciones lögicas; luego, las dos primäras tambi6n de unä
primera 6poca. El resto probablemente son ya tardias.
14 Tavier San Niartin
dades, hasta adquirir, en I9)4, con motivo de la visita que.hizo a Alemania en ese
;;, ilf;;-"ü.i6" mry p...isa 1,, luegg, en 1940, con la lectura de la.primera
aä 7'a Lögca fot'tttal \' troscettdentdl' Ämbas
;;;,"ä;;;;;;, y d"lu inirodrrc.io" comparando lJa-osu noia sobre la fenomenolo-
io.-.r1u.lorres se'comprenclerän
;t;ä;i§ri Ä.litü, de principio in Leibnu, y el texto sobre su critica a la feno-
il.iräilllä ".,.1 ..p.ologo'puruä1.-anes>>. En ningün cas.o ha;'que olvidar que
;;;;";?;,ja scilo se prbli.uio. de modo p6stumo, i u".9 "ltexto completo sobre
fi"rrl.i Fr6logo no se public6 en alemän hasta la edici6n que de los textos re-
fr.l""ra"r .or lu"f"rro-enologia hice el ano 1998 en el libro de Ortega Scbriften
pnino*:r:noLogieta que tener en cuenta.que' en st Histo-
i", . De toda-s maneras ha-v
;;;;;7;ii;;iitr,i"tia"uarias refleja literalmänte la critica del "Pr6logo paru ale'
-'.Ei
-o.r"rr,'u p"tu.'i. que este texto hubiera permanecido in6dito'
tär,ä q". redäcte para el curso de_ doctorado incluia 1as illtimas cuatro par
parte
tes mencionäus. Pura la'publicacion, ademäs de afradir dos secciones en 1a
q"i",r, he pensado qr" .iu de utrlidad agresar, a modo detonclusi6n, una sexta
."trtä änside.o aportacionäs s-ustanciales de Ortega a la fenomeno-
ir.i" que yo
i.gi". i;; #phaciones de 1a pärte quinta se refieren, por un l^ado, a las päginas
;;-b; 1, .";tJxtualizaci6n de 1ä criticä orteguiana a la que me refiero en el-apartado
i,;;i;; ;irnuJiao del apartado 2 sobrä el impactoque la lectura de Heidegger
piouo.u en Ortega. Creo que con esas päginas e1 trabajo resulta mäs incisivo.
' puru concluii esta intÄducci6n quleio aün subrayar un punto. La compren
,i6; J. il fi16rofu a. Ortega .o-o fä.ro-enologia_ ni elimina otras influencias ni
;;;;i.;r; "llm. A lo largä de mi investieaciöniobre ortega he llegado,a la con
;i;.1;;-d;;r.nlr.h^.,ä.r * pensamiento. dilicil de atrapar. se escabulle.
afrontar
Es
1{ El libro incluve terros en los que Ortega asume la finomenologia. todos e1los conocidos en espa-
iol per. no rraducid.".l ,1.rrlä., e] Prolouo pilra illemanes". qtre en la lraduccion alemana
",,'..p,,' " 'l
i;;;,;;;;;ä;; 1;; plgt"m'..i.r.aäs a la objeci6-n q.,e o.tega hacia eri ese momento. 191'l' a 1a fe-
;;;;;i;;;). q". -'",,:a",inta de ia que dice o.tegä q,,e le hiro v que reproc'luce, de modo errdneo,
"r
en La idca de principio cn Leibniz.
.t5
La fenomenologia de Ortega y Gasset
de los truenosl, el tema ya no puede ser ignorado, <<ni fäcilmente cerrado con una
soluci6n simple, claruy que sea generalmente aceptada>>. Sdlo cabria esperar <<con-
vencer de que era un fenomen6logo en pdrte». El trabajo reconocido como el pri-
mero que destaparia ese tema seria el de Peter Silver a finales de esa d6cada, de-
mostrando <<que Ortega era un fenomen6logo (en un nuevo modo realista)» (Gra-
ham,1994:1BB). En sentido estricto es de justicia aribuir a Oliver \M Holmes el
m6rito de haber puesto ala critica norteamericana sobre la pista de esa relaci6n,
aunque no estoy en situaci6n de decidir si Silver conoci6 el trabajo de Holmes,
pues este no aparece en la bibliografia de aquel. Si 1a tesis de Silver es que Ortega
es un verdadero fenomen6logo, aunque sea en un sentido realista, en opini6n de
Graham, eso es verdad aun en un sentido mäs alLä, y de modo diferente, de 1o que
<<propllso Silver en su fecunda tesis» (ib). Por nuestra parte trataremos de explorar
esa tesis a fondo.
El sentido de la frase de Graham, de seialar la retorcida dificultad del tema,
proviene de que el replanteamiento de esa cuesti6n obliga a reconsiderar las
autointerpretaciones de Ortega sobre sus primeros veinte afros de profesi6n filo-
söfica, y ese punto no deja de ser muy sensible. Sobre 7a metä{ora de Graham, la
doctora D'Olhaberriague me mand6 un texto muy claro y muy pertinente para
entender el sentido de la metäfora; en 61, ante la cuesti6n del significado de la
metäfora <<caja de gusanos>>, se responde 1o siguiente: «Abrir metaf6ricamente la
caja de los gusanos lla caja de los cebos de pesca] es examinar una situaciön
complicada, cuya investigaci6n probablemente llevarä preocupaci6n o escända-
1o, y que habia sido preferible dejar como estaba>>2. Un poco mäs adelante se
comentan unas frases que aparecen en una novela, en la que se dice que se vaci6
una caja de gusanosl, y a ello se comenta: <<Los pescadores me dijeron que 1o mäs
desagradable de abrir 7a caja de gusanos es que, siendo cebos vivos, se escapan
reptando y es dificil volverlos a recoger. Por tanto, ahi puede muy bien haber
una asociaci6n con la idea de la caja de Pandora, como sospechaba usted. Es
fäcil suponer c6mo un pescador con cafra probablemente un amigo no
pescador, o un pariente del pescador- que -mäs
abriria lna caja que contenia una
1 He dudado en la traducci6n de <<can of worms>r, que podria ser tambi6n «caja de Pandora>>, pero
en la expresi6n ingiesa no hay referencia a ningrin mito. Despu6s de varias sugerencias, por las que
agradezco a Concepci6n D'Olhabemiague y a su amiga Carmen Ramos, Lutgarda Gonzälez me sugiri6
la que he asumido la doctora D'Olhaberriague 1a habia manejado (me ha sugerido tambi6n
abrir el «odre de los-tambi6n
vientos»)- que creo que es 1a que mejor encaja, de acuerdo a 1o que se explica
despues en el texto.
2 Tomado del foro \X/orld Wide Words de Michael
Quinlon, 1996-2010 (http:/,/wwurworldwi-
dewords.org/qalqa'can1.htm): «To open a metaphorical can of u,orms is to examine some complicated
state of affairs, the inr.estigation of which is likely to cause trouble or scandal and l.hich you wouid
much prefer was 1eft alone», y sigue, «Fishermen have told me that the most annoying aspect of opening
a can of rvorms is that, being live balt, they crau,l out and are difficult to put back. So there may well be
an association rvith the idea of Pandora's Box, as you suspect. It's easy to see how an angler more
probab\, a non {ishing friend or relative of an angler v,'ho opened a can containing a wriggling - mass
of .r",orms would see it as something that was best left closed and unexamined>>.
I Setrata delanovelaDianeof theGreenVan, deLeonaDalrymple, de 1914. Sedicesobrela«can
of wormsrr: <<There are times, a1as, v,hen even fish are perverse! Thoroughly out of patience, Diane
presently unjointed her rod, en-rptied the can of vrorms upon the bank, and returned to camp.» En 1a
edicidn de 2008 Accessible Publishing Systems, päg,. 143.
La fenomenologia de Ortega y Gasset 19
ma.sa que se retorcia, laveria como algo que era preferible haber dejado cerrado
y sln examlnar>>.
Creo que con esta advertencia se entiende perfectamente la metäfora, que pue-
de rrenir, por un lado, de 1o poco agradable que es, para muchos, mirar el conteni-
do de la caja de los cebos vivos de un pescador y, por otro, de lo que ocurre cuando
se abre la caja y se la deja abierta n-räs si se la vacia, como se hace en la
-mucho
nslrsl2-, y los cebos, que estän vivos, se escapan. Por eso se entenderä el reproche
que Graham lanza a los dos autores que comenta, y en los que luego me detendr6,
que tanto Silver como Nel Rodriguez Rial <<han desautoizadola "intenciön" de
Ortega al hacerle aparecer como negando lo que explicitamente habia proclamado
en relaci6n con la fenomenologia» (ob. cit.l93). Y en la nota3 profundiza en el
tema, ya de un modo un tanto descort6s, al partir de la consideraci6n del autor
gallego de que lo que ,<en las "ultimas obras" de HusserL, se podia encontrar, la
tendencia, primero existencialista y luego ia hist6rica, ,<ya estaba de siempre en 61,
incluso enlas ldeas» primero fuera desarrollado por Ortega. Por eso ve
-aunque
una compatibilidad entre Ortega y Husserl, aunque ..no fuera esa la visi6n de Or-
tega sobre sus relaciones ni su intenci6n. Entonces pregunta de un modo escasa-
mente cort6s si <<Piensa lN. Rodriguez Riall por tanto que Ortega no sabia lo que
6l (o Husserl al menos) estaba haciendo, o estä mintiendo a su püblico sobre ello»
(ob. cit.185).
Es evidente que Graham deberia haber hecho la misma pregunta a Pedro Ce-
rezo y a Ciriaco Mor6n Arroyo, porque tambi6n ellos, como yo mismo, somos de
la opinidn de que hay una inexactitud entre 10 que en 1934 o 1947 dice Ortega
sobre su filosofia en los afros 1973/1929 y lo que en esos afros decia explicitamente.
Como veremos a lo largo de este trabajo, estä fuera de toda duda que en Ortega
hay evidentes reinterpretaciones. Decir que constatar esto seria acusarle de mentir
a su pfiblico, es una imputaci6n en todo caso impertinente. En cuanto a Husserl,
considerar que desde el principio dominaba toda su f,losofia y el alcance de sus
conceptos, que de ese modo serian präcticamente transparentes, es no haber entra-
do para nada en esa fllosofia, porque Husserl sabia de las sombras de su pensa-
miento (como lo dirian Eugen Fink y luego, basado en este, Merieau-Ponty) en
relaci6n con los <<conceptos operativos>> (Fink), o los conceptos y su sombra (Mer-
leau-Ponty). Se entenderä con esto muy bien la sensibilidad que este tema suscita
y, por tanto, de ddnde viene la endiablada dificultad del tema, que obliga a ser tan
prudente a un profesor norteamericano, que ha dedicado una buena parte de su
vida intelectual a presentar la totalidad de la obra filos6fica de Ortegaa.
La dificultad del tema, en todo caso, deriva de los diversos ingredientes que
intervienen en el asunto, y que es ütil que el lector tenga muy presentes desde el
principio. Aunque en ei desarrollo de este libro se irän exponiendo de modo mäs
detenido las razones de esa dificultad, prefiero enumerar todos los elementos inter-
vinientes para operar con unos criterios de claridad, que permitan al lector estar
r Como se sabe Graham ha publicado tres extensos libros sobre Ortega, el primero, el que estamos
comentando,zl PragtnatistPhilonphyof LfeinOrtegay Gasser(Universityof MissouriPress, 1994).El
segundo. Theory of Historyt in Ortega y Gasset, oThe Dawn of Historical Reason>> (University of Mis-
souri Press ,1997); el tercero The Social'[hought of Ortega ], Gasser (University of Missouri Press, 2001).
Los tres tienen el mismo diseäo v formato.
, a fenomenologia de Ortega y Gasset
19
rnlsa que se rerorcia, laveria como algo que era preferible haber
dejado cerrado
\ s1n examlnar>>.
a Como Grahamha puliicado ü'es extensos l,bros sob_re Ortega, el primero, el que estamos
se sabe
:Lie se refieren sus manifestaciones (prnto 5b), evidentemente no nos aclara mu-
:ho, porque no podrä entender realmente el punto 7, que, como veremos, nos
:bliga a reconsiderar a fondo ei punto 5b.
Todo esto nos lleva a dat 7a ruz6n al profesor americano, al hacernos cargo de
-e multiplicidad de lugares de los que pueden venir factores de disenso, porque
esros pueden aparecer en la interpretaci6n de cualquiera de los puntos, desde el 1
hasta el significado del 7. Por tanto, compararlos no puede dejar de ser un verda-
dero puzzle, en el que las piezas mäs dificiles de encajar podrian ser dos afirmacio-
res de Ortega, la primera, su proyecto de <<integrar el m6todo fenomenol6gico
rroporcionändole una dimensi6n de perusar sistemätico que, como es sabido, no
Dosee>> (IX, 1119), referido esto, en ese momento, 1947, a lo que se proponia en
1925; pero siendo ese su objetivo, tres lineas despu6s, asegura, en una <<conclusi6n
parud6jica>> (O'Connor, 54), como ya hemos citado: <<De esta manera abandon6 la
Fenomenologia en el momento mismo de recibirl»> (ib,). Por tanto, aJIä por 1912,
como dice en el «Prdlogo paru alemanes>>, que <<al estudiar yo en serio la fenomeno-
logia ----en 1912- me pareci6 que cometia esta en orden microsc6pico los mismos
descuidos que en orden macrosc6pico habia cometido el viejo idealismo» (IX, 119).
Todas estas afirmaciones son posterio res a 1929 , pero de todos modos ofrecen
dos autointerpretaciones que podrian excluirse mutuamente; ambas, en cualquier
caso, afectan a toda la trayectoria intelectual de Ortega. Con este panofama se
comprenderä quelametäfora de Graham no anda en nada descaminada. Silver se
hace eco de esta dificultad6, tal como lo resume Graham: si abandon6 la fenome-
nologia en 1972 o 19I), ivolvi6 a ella en 1925? Perc teniendo en cuenta los datos
que iremos viendo, no parece ruzonable decir que la abandon6. Entonces hay que
interpretar esta aparente contradicci6n. Silver termina diciendo que, segfin los da-
tos del mismo Ortega en el mismo sitio: <<Ortega no quierc decir, por 1o tanto, que
renuncie a la fenomenologia, sino simplemente que abandon6 una forma particu-
1ar de la misma>> (ob. cit., p6g.25).
Graham resolverä la contradicci6n distinguiendo 1a fenomenologia como m6-
todo y como sistema, si es que eso es posible, aunque pata dat consistencia a su
tesis se remite a Heidegger (ob. cit., 2I7). Apartir de aqui el resto de las aportacio-
nes del capitulo de Graham denen menos inter6s para nosotros, porque la mayor
parte de sus afirmaciones se basa en las manifestaciones de Ortega despu6s de 1929,
dando por supuesto el acierto de esas afirmaciones despu6s de 7929, de que ya
en 1912 habia descubierto la imposibilidad de la existencia de la <<conciencia-de>>,
olvidändose, claro estä, de todas las veces que Ortega habla de la conciencia, y del
hecho de que en ningrin momento aparece esa critica ni de modo explicito ni im-
plicito. Asi, ante la contradicci6n a que he aludido (v6ase nota 6) enre Mor6n
Arroyo y Marias, no opta por ninguno.
En general, para Graham la fuente de informaci6n sobre Husserl parecen ser
Silver y Ortega. A pesar de estar escrito el libro en los primeros 90, ignora todo 1o
que para esos afros sabiamos de Husserl, por ejemplo, que es radicalmente falsa ia
täsis de Silver, por otro lado usual, de que Husserl s61o obligado por los nazis se
acerc6 a la historia: «El fil6sofo alemän, cuyos primeros ffabaios daban poca mues-
ffa de que intentaria alguna vez acomodarse a la historia, se vio forzado por la in-
sostenible situaci6n de la Alemanianazi a reconocer que el ideal cientifico "neu-
tral", tras el que siempre se esforz6 podia salirse de madrer, (ob. cit., Silvea 168)7.
Ahora realidad, hace m.lchos afros- sabemos que esa visi6n es radical-
-en incluso el propio Silver deberia haber leido con mäs detenimiento
mente err6nea,
la Lögica formal y trascendental, donde ya se alude a la p6rdida de la fe enla raz6n,
por tanto, antes de la toma del poder por los nazis, se ha r,'uelto a la historia, pues
iomo dice el propio Ortega, se atiende a un hecho hist6rico. Hoy en dia sabemos
Graham lo deberia haber tenido en cuenta- que esa visi6n de Silver era err6-
-y
nea, porque la preocupaci6n mayor de Husserl por la historia proviene de la Pri-
meri Guerra Mundial y era el problema del futuro de Europa y con 61, el del
mundo. En ese sentido, no se debe olvidar que los textos sobre Renouaciön se pu-
blicaron en 1988, por tanto en el marco de la elaboraci6n del libro de Graham,
Pero mi propio libro La feruomenologia de Husserl como utopia de la razön es de
1987 , y en elie explica que Husserl se r,rrelve a la consideraci6n histörica a resultas
del fracaso de Europa que la Guerra del 14 representa. Por eso, hay una nada des-
denable superficialidad en Graham al tomar a Silver como fuente de informaci6n
sobre Husserl. A esas alturas resultaba ya muy poco serio seguir con la idea de que
Ortega tenia raz6n al pensar que «inicialmente Hussed habia sido inconsciente de
las ciicunstancias criticas de las que emergi6 la filosofia moderna y en la que de
nuevo estaba entrando. Por el contrario, [que] 6l mismo [Ortegal habia sido ple-
namente consciente de las circunstancias personales, nacionales y europeas de la
crisis en las que habia empezado a frlosofa»> (ob. cit.,226), por eso, desde esa idea,
termina el pärrafo, asegurando: <<Asi, donde Husserl termina finalmente, Ortega
habia empezado» (ib.), incluso \),ega a decir un poco mäs adelante que del mismo
modo quä <<tenia una deuda con James, Hussed pudo al final estar en deuda no
s6lo con Scheler sino tambi6n con Ortega>>8.
La realidad es muy distinta, diriamos absolutamente distinta. Ortega toma nota
de la crisis de la Modernidad con la Primera Guerra Mundial. Esta aparece por
primera vez en los cursos sobre el Sistema de la psicologia.Tambiön Husserl, qu9 ya
äs mayor en esa hora, es consciente de que la Guerra representa el fracaso total de
Europa, el derrumbe total de la Ilustracidn, y por eso se apresura a aiustar su m6-
todo para pensar qu6 es Europa. Pero eso no serä sino una aplicaci6n de las conse-
c,reniias antropol6gicas del psicologismo, porque una epistemologia incorrecta
que naturaliza la conciencia, convirti6ndola en una cosa, no puede dejar de tener
cbnsecuencias präcticas. Es decir, la vertiente de critica moral y politica de Husserl
estaba antes de la Guerra, pero en la Guerra toma Husserl plena conciencia de e1la.
Todo esto lo deberia haber sabido Graham, porque a pnncipios de los noventa
barrunta una respuesta, bastante bien pergefrada, pero si indica algo que los int6r-
pretes espafroles_deberian haber tomaäo en consideraciön: q".luäbyä.ion de Or
tega reflejaba <<ideas a las que nuesrro pensador 11eg6 mäs taräe. Entre t9l+ y 1916
creia en 1a conciencia con la fe del cartonero» (pä!. 211 ). No aparece mucho mäs
Husserl, pero las expuestas son, sin duda, ideas quä deberian hÄer sido p-f";d,
zadas a parl.ir de aquel momcnto. ideas. ademas,ianro mis meritorias cuänro
no se
disponia del rexro de lnt,estig,tclottes pslcolögtca:.
En 7915 oliver w. Holmes_pullico ,,r--ry interesante trabajo con el titulo
H,man
lcalitl and the social_world orrega's ?hilosophy of Hisiory, .i ju"
"" y el
dedrca el capitulo_ tercero a <<Las dimensiones fenomenol6gicas de1 hombre
mundo social>>. E1 libro es, en conjunro, rnuy meritorio, y i"rultu uro *ugnifrü
introduccicin a ortega, con un muy buen conocimiento ää t, p.nra-i.rrtol Hol-
}:s,tlene la ventaja d; Oue conoce los manuscritos de Husserl sobre ia Intersubje-
üvtdad, pues ha estado estudiando en Lovaina antes de 1a edici6n de esos textoj0,
por lo qrre tuvo una vrsi6n del nuevo Husserl, eI que se corresponde con el Husserl
resultado de publicacrones p6srumas (punto 4, de la pägina jo). Err. conocimien-
to le permiti6 comprender ei caräcter Gnomenol6gicä d"e la obraorteg.,iana, seg.,-
ramente pasando.por alto 1os marices de las inteipretaciones de oriega,ourJtu
propia lenornenologia.
En el.capirulo primero sobre el desarrollo intelectual de ortega. en el gue hay
una excelenre presenracicin del neokantismo. se dedican unrs inre"resant., pägino,
a la relaciön de Ortega con la fenomenologia, en las que parte de que:
10 Vease
- 9ot1 7.0, pag. -1'1&
,la Intersubjetividad do-nde comenta que tuvo acceso <<to earJier proofs» de los tomos sobre
que edit6 Iso Kern y salleron en l9j3 (Hua XIII, )OV; f-U.
-- -::cmenologia de Ortega y Gasset 25
.-mos, Ortega atribuye ese cambio de Husseri a que ä1 texto 1o redactaFink: Hol-
:res, colr buen criterio,ignora esa afirmaci6n de Ortega y se fija en el hecho de que
l-rtega acepte que su filosofia <<no es op,uesta a la diferente direcci6n de "raz6i' y
'tenomenologia gen6tica" tomada poi 1as nuevas
dimensiones de Husserl en la
:risis» (päg. 45); por e-so, aunque ortega considere, en el texto Apuntes sobre el
:ensamiento, su,filosofia .<diametralmente>> opuesta ala de Husserl, Holmes, a la
ristgde lo que dice Ortega en la nota de ese mismo rexto y 1o que luego irä viendo
en El hombre y la gente, concluye que:
Por eso_concluye Holmes que, aunque: <<en este contexto no se le ap)rca a Or-
teg.a.elr6tulo de "fenomen6logo", se mantiene aqui que hay una influencia apre-
giable de puntos de vista que reflejan un anälisis fenomenol6gico en la filosofiä de
Ortega> (päg. 47 ).
Pero 1o^ que es mäs interesante de la aproximacidn de Holmes es que, en su
opini6n, <<Ortega no_empezd _a asumir ltake inl de modo sistemätico algunos de los
pre_supuestos generales d,e1a fenomenologia hasta 1os afros 1930» (päg.49). La tesis
de Holmes,_de una increible actualidad, cuando aün no se hablaba d.1 t"mu, es que
tambi6n influirän en Ortega tanto el historicismo de Dilthey como el existenciaiis-
mo (v6ase päg.61), en general:
26
Javier San Martin
'.. visro ortega desde la,perspecriva mäs.ampria, er foco de su firosofia pas6 de una
teoria social, c,omo anäriiis de ra .<sociedad ä" *urr.r, u rrbiirp\;h;;h;;;.
Iuego, a unafilosoln lenomenolögica exisrencialisti "Äi S M.i"ä;i:;äi:ää
L;r;.-i.
humana. del tiempo. rntersubjetiiridrd . hirro.ir. r.ä" rä *^r
una filosofia del hämbre, de la sociedad y de la historia
,. ,ir,".riir, .n
fiai."äSl.
A veces Holmes no.se 6ja demasiado en la literalidad de Ias palabras
de Ortesa.
como hemos visro en elcaso de Ia atribucion , Fi;[J;t;;;;;;,
d" ;;;;r;.'AE;:
:,L:1Tq,^6i
pfl alto ei rcchazo orreguiano d"l .;;;";;utir;", porque, par-
l":iconhesa
tlendo de que en Ortega urra influencia del existencialismo, .ii, dfrÄä ä.
ey Leibniz"en la que Ortega, puru rräirur.i.rirren.iulismo,
k::!lrrdl,rrinct41o
uega_1clecrr. que l-leldegger representa un retroceso, para
asegurar que «Habiamos
con Husserl v,Dilthev llegado ;por.finr a rrn t.-pr.'J. hä..? aärJii,
ocupa tranquilamente solo de .re." c6mo las cosäs propiamente son,
q;ü;-
o meior, qu6
de las cosas vemos claramenre y qu6 no, sin aspavientoi,
sin il;."r.;ä.';iää
dia,ni,comedia. p.ari passu,, (S. jgSl. Cierto qu" Hol,n"rno;;;;äi;?;;#;;ffi_
dad de las Meditaciones del Qu11ote,-por eso arribuye Ia funci6n
sintetica de las
categorias, que asume Ortega, a Ia influencia kantiana (päg. r
5 i_i;and", ;;;;
to que ahora sabemos, estä mäs en relaci6n con la leitüra de Schapp. pero, J;
en
conjunto, estä convencido de que la noci6n de vida h"ru", .Äo p.irr.iolä
tundamental de realidad» .on q,r" opera ortega serfa semejanre , "äl
i; ilr5iääi;
vid3,de Dilthey y al concepto äe Librns*rti'in--n"räi iäjelzi).
No debemos
olwdar que todas estas ideas estän escritas a mitades de ]os 7o,"varios afros
antes de
los desarrollos que vendrian a finales de esa d€cadi.
M" corresponde ria-aqui comentar el libro de sirver, pero lo he hecho en otros
,lugares. ['.n conjunto e] libro merece una evaruaci6n suÄamente positiva,
,unqr.
un Husserl en nada dif"ät.-ä.Iä.tägriuno, urnqu.
:'.^::1j"1:,.]:,1:!u',i'de
a pesar de ello tiene la valentia de confesar la pertenencia
de ortega", unr'f.noÄ._
nologia mundana, a la que tambi6n llegaria ii"r;i;r;;u-;ä;rpr.
Pero como esta obrä es suficienre-I".rt. conocida
,q,ri
evitar detenerme en ella. Si me interesa comentar .1 "n"."or*Ärif..fi".o
clr.ifi.uJo. i"r,o de Robert
P-C".r:l,"Onega's of husserlirn ph.ro-;;;i;;y;r, prbli.;J;;;
reforrnulation
,::r^-rt,l_?:!::ophy and Pbe,nomenological Researih en t979,rräo jur,"
a.rfuZ,
oe que )ilver pubhcara su libro. L,n el articrrlo no se cita el Iibro
de Silver, quL r"_
guramente no habia salido cuando este arriculo habria ,ia"
."ir"grd" p;'r;ä
blicaciön.
Ya e1 comienzo dei articulo de O,Connor es muy interesante:
28
Javier San Martin
60), cosa qqe evidentemente ortega no prueba. por eso es mäs bien una modifica-
ci6n de la fenomenoiogia,_al lo, t6rminos q". r. .ncontraban los
-.io,
,9",ro? en aquel momento. La segunda"rr- ""
ruz6n estä.., .o.r.*i6., .o. gr;;
"i
cial, de poner la vida humana como puxto de partida, cuyas especificaiiones
J;;;:
,"riu"
intuiciones propias a prtori de toda uidu hrmanu.
Y si en el caso anrerior se puede asegurar 1a prioridad de ortega respecto al
resto de los fenomenologos, en este .uro ö'corrno. du p.iorärJ, rr?ia.gi;i
es el primero qu.e emprendido un anälisis sistemätico a" t, ua"rrräää]ri-
ä;
k
gurendole despues ortega. Per^o justo por esa misma raz6n ortega es tan fenome-
n61o_go como el Heideggir de Sei y tiempo (päg.62).
--o- -
lu.ru terminar. propone e[ significado de ia frl.osof(a de orrega desde esre punro
, vista:
de primero. ensancha Ia fenomenologia. del programa e[istemologi.o .n .l
que la habria recluido Husseri, a m p.og.uär'."triogä ä;.irriri.o.
Bi;;;ft;
punto consiste en diagnosticar ia conciencia trascendäntal hussediana como"<<abs-
tracta. principio hipotetico antes que algo concrero directamente inruido .o-o
iu
vrda human2- (pä9.6J). De ahi las venraias de orrega sobre Husserl. Evidente_
con los paradigmas de Ia piimera comprension que se
i:"r:.o'connoropera
tuvo de ra oL'ra de Husserl, que no conoce. primero. el hecho de que la conciencia
trascendental somos cada uno de nosorros än la funci6n d; p;Li" ,"r.."n.iu
la estructura intencional yr por tanto, constituyente de las .riÄä"*r intencionales
ä.
del mundo, delas que dificilmente se puede ä..i. q".rl;";;;i;r, .".1,."tiäo
de reahdades lisicas, como no es fisica la perspectiva. segundo, que la
conciencia
trascendenral que somos cada uno d. norot.os es Ia ,rida'di.e.rJi-pi;;i;;;;
persona en ef mundo y.que, por eso,lo que le importa realmente Lrtr...
bajo los ideales que le fria * i,rltr* y que cada unl a. noräiÄ, ,..prr,,os
r*il;
o refor-
muamos. Eso qurere decrr que la acci6n como ejecucion de Ia vida estä anres de
toda reflexiön. que estä al servicio de Ia primera. por eso en la fenomenolog,,
principio o iruer6s epistemolögico esrä äl servicio de la .enova.lön ä. lu"i
humanrdad. Natura-lmente este Hussed nohabia aparecido airn en los -ord afros en que
escribe O'Connor.
L1 <<Husserl
12
en los textos de c)nega>>, Anales del sewinario de Metafnica,
Lo que tambi6n se puede dec[ de Siirrel de Ileno pues opera con un
xvu, 19g1, pägs.97 -117.
Husserl convencional.
-
n a fenomenologia de Ortega y Gasset 29
30
Javier San Martin
|
tin La fenomenologia de Ortega y Gasset
33
te, se postula esta detenci6n dela mirada sobre el vivir mismo, sin ir a Io ultravital,
es
decir,. a,lo9 oll_eigs, para comprender el vivir. Cerezo pide'cambia."iJ;p;;ä;:
)r- ciencia (päg,252), y entonces el texto resultaria ,.r ,.ä miniatura d. lu ,.'dr..io,
en trascendentalla. Y cita diversas frases de ese curso en las que ,. ul,_,d" ;l;6;f.
äs Por tanto, termina preguntändose de modo ret6rico si se puede segui6ort"iiJ.r-
ZO do con consistencia gle_e_n eIErusayo de estdtica se habria,isuperadä el m6todo de
lo la reflexiön» (päg. 253') . Y termina con
Quä es filosofia, que seria la apoteosis de la
to reflexi6n.
to Tenemos por tanto, en,este capitu-lo, sefralados los caminos de una ex6gesis
lel profundamente novedosa de la raigambre fenomenolögica d. o.t"g, ä.;A;';;;
'ia entra en la fenomenologiahasta tlil, Hay-que decir po". ot.o lado q'rr., t rutrria"
a- iel mundo, Pedro Cer€zo incursiona en El iomb* y ia gente,.i;, Ä;i ,;i;;;;
]a gue de nuevo qe !ac-e presenre Husserl (1984 , z4i) ,lo'qu,e"or ll.uu.iu a fiatizar
u- la limitaci6n de la fechi de 1929 en el sentido'"r, qr. yä ;;; q" e aparccia en
Holmes, quien veia mäs fenomen ologiajusto en ,&rrrrdo Ort.er.
"l
ry . Apenas un afro despuds Nelson ö..irrg.r pubLcJun amplio irabajo. .,orrega,
psicollgo y Ia superaciön de sus maesrrosirt', en el que r.r,u'J"
)n
au*;il;, ;;;?;_
nes defendidas en su trabajo^de 1979 alas nuevas irrfo.-u.ion";,;;;j";;;t
d las publicaciones de Pldro cerczo y de las Inuesttgacion* pri;fasiiiiä;E:
t, nlqgltral que- en 1915 onega se movia en el campo de la fenomenoügia, rägando
le
te
el
fl6sofo
incluso,a reprochär a sus maestros neoiantiaror lu ..iti.,
d.i;.!; ;l;
reflexi6n a pes.ar de segrrir hablando de cosas de-las que s6lo de ese mädo se podria
le tener noticia (v6ase VII, 481). Aunque concede mücho, termina reprochärido a
cerezo concluir que en J.-ärirJ;
.onega hay mucha fenomenologi, y
ta
l-
t*;
neokantismo. Por tanro sigue pegado a las manifestacioneJJe oit gu,r"br.ioJo
.a porque no qas? a pensaf en serio la fenomenologia de Husserl desdeäl punto que
4
r- hemos sefralado mäs arribat'.
a F.n,el Congreso Internacional de Fenomenologia que tuvo lugar en
Sevilia en
a gayo d.e 1986, Nel Rodriguez. Rial expuso su visiön dä la relaci6; a.ö;*g, .;;
n Hussed, incorporando o p.?rtiendo dä mi visi6n de Husser117, qre d. .",r7ä, ,"
o asentd en lo que ahora se 1lama (entonces aün no eru asi), rl'nirro Huss.d.
No
a puedo ignorar, por otro lado, Ia incitaci6n a leer a orteg.i d"rj" .ru perspectiva
que pudo sacar el profesor Rodriguez Rial tanto de mis däes de la asignatuia
Teo-
ria del conocimiento qrJd.l curso 1977-197g, enel que comentamos las
-creo
v
1
.l' Ngggr,de los problemas
,laclon que podriamos encontrar en la exegesis de Pedro Cerezo esrän en re-
con la tdentücacion entre epojd.y reduccion. rrsual en los que no se han adentrado en lo que se
llama el <<nuevo>> Husserl. En El tenza' di.nu.€rtto tienz?o esrän prrrirtirlii
1,
preciso: lo
'rue Cerezo eynone con precrsion .s e/ concepto j. düriÄrrploiri ,;r;;id;
apou.
q,. oi,.'.. .on ,,nJo y..t y. .Lil,ä" ;; ,,;.*.r,
qr. r, reduccidn es el
tT:[X1.,*.j:X;.,:H.].
j. i;;;;";ä;,:;"T»ä::rii,;)"1::;,;f;:,:,i,i "l ;;;:ä
ta epofe. y de eso
r,äut,
;'iJ.X*r:ä:
sesuramente
"lut" ulg"uJ aia,.,t
?Jj:i,;!,;lll:ltff
presenta i"."rr.ia, +
.Xf::f
ortega con
ra fe-
^ä"tque
'' Aza{ea' l(lqB')'oass',1.852-l6.Permitameel
lecror-remirirleal ampijocomen[arioquededicoa
"'',:'i):,:: Äi uu- i"',y,,' i)ü,,ö,,)ä'.,tt,ä,iä. ürueül"ffi:;;'J,
te2 2t2.
"or::::::ü
v case pagma ZU.
. 'i Cfr.RodriguezRial..Onega.-phenomenologisr,.enAnolectaHusserliana2grlgctOt.Man.sSeU_
In erp rct a / io a -i q - E xis I e n ce. nor aJl 6 y
4 2, pägs. nfu- i 3,
1
)4
Javier San Martin
1,,^.:'Il:-rla-idiosincrätica
originat'tidad hace
(rb'J' uomenta a ese respecto \a cafia de Husserl a Ingarden
difi.ii;ü;i;rrrr';;,
ninguna orra,>
con moti.roäe la visita
que le hizo ortega en otofro de 1934 y en la que Hulserl rrrui"-i.r
fil6sofo madri_
leno como <dider de una escuela fenomenold§icu, y lo presenta
talmente versado en la fenomenologia.
.o-o to-
"rturdo
Pero a continuaci6n viene el anüncio de io que yo considero
una de las inexac_
titudes' la pregunra de,por que orrega .,o ,. ,..o.rocia asi en Espafra.
Lo que era
cierto en 19J4. Pero el profesor R. Rjal no hace tu airrin.iän;;p..Jp;;-.r;;
aserto. y esaes Ia inexactitud..pues Ia respuesta a esa pregunta
es que orteqa.<tai
vez no deseaba ser consideradä asociado a un movimiento
acusad.";;;;;:;;;;
otra forma de idealismo.(.o$.gu mismo habra üe.ho;;ärr"ä, .r, r,r-.ror^
ocasionesdesdelglt)»(ib.).Äquiestälainexactitud,f;.;;;ü;;; 1929nohavni
el mäs minimo indicio de tal aclsacian. como rre;;J#;-r;;;;ii#;
Arroyo como Pedro cerezo se habian referido a ä .-r-";;;uri.ir.
M.ä;
o.r.gu
contra el idealism,o, p._lo,T se 1o atribuye a Hulserl, ; iä;i*"" ";
qr. nJ fr.r,
meramente met6dico. Nel Rodriguez Riai conoce Ia tÄis a. F.J..-c.i."r.;p;;l;
incomprensible:
XT:_:.rrl?
(Jrtega ... haya malinterpretado"Es desconcerran rc Lpuzzlinglque un especiaiista en
texros crave como.el artäulä de iulio sepu..br.
anteriormente citado>> (päg. 1 1 i ), y se refiere a ..Sobre .o"."p1ä d. ,J;;i6;r;
Pero luego me centrar6ir. erte t.-r, q,r. aparece ., J;p;;ää "l il.
. 4 .Jprimero de los,siete q.," .oÄporr"n iu .ont.iü'".ii","tiurude probar la
OrtgeS.a Ia,fenomenologi, po.qre asume como punro aL prrt,a,
i1::.:q:i:l,d;
oe la [losotra la rnturcron. de manera que ..el intuicionismo es asf ia
base de ia epis_
temologia yfilosofia tanto de ömo de H."rr.rL, (pig. äöjlrr"-i""J" ä;;
Qryega
paru7a filosofia es fundamental lo"que Husserl llüira"'.lF.i*riji.
J.i", pri.".i-
18El terto de la conf'erencia se pub1ic6, primero_, en el llbro ortega y Gasset, cien aios
desp,i:
Mälasa, centro de 1a UNED, 1987, io., .l mirmo ,r,"1.;;1ö,;; ;iäJr.";üfi:losofia de ortega .
.,, Con esto termina ese apartado bäsico dando por hecho que <<el pensador
' , .::o1 tambi6n desarroll6 una filosofia trascendental cuyas caracteristicas genera-
:'- -:inciden con la propia de Husserlrr. Y ahora vuelve a la <<confrontaci6n con
--
-...r1 en 1911» en e1 apartado II, que ha titulado <<La reducci6n de Ortega. Su
- :-:l de HusserL>.
?rrte de que en Ortega existe una reducci6n pero que se da como <<una reac-
:ritica a la presentada por su maestro Husserl enlas ldeas f>>, de manera que
:.-.a seria uno de los primeros pensadores europeos en detectar <<1a tendencia
,:--siana" de las primeras secciones del libro» (päg. 111). A continuaci6n relata
r r-:sro que esa reducci6n husserliana representaria en la opini6n de Ortega al
': .'.-t\.zar el mundo y retener como residuo estable s61o la conciencia pura con-
:1:rdonos al solipsismo. Ortega, al contrario, entenderia la filosofia como un
-:.::smo, porque el yo es yo en sus circunstancias, y no <<un yo individual "redu-
, " a Ia Conciencia pura sin cuerpo>>. Este pärrafo viene acompaÄado de cuatro
' ,,s. de la14 ala 17, pero en ellas se aIude, primero, a la tesis de Fink, sobre los
': :.s que hubo en la comprensi6n de las lde as, y la 17 , que toma nota, primero,
, .s objeciones q-ue Ortega hizo en 1940 y,luego Merleall-fo.nty, al rec_onocer
- : -r mälor ensenanza de Ia reducci6n era la imposibilidad de una reduccidn
::Ieta. En la nota 15, remiti6ndose a un texto mio, alude a que, si bien en las
, hav motivos para pensar en la reducci6n como una r,uelta a una conciencia
',:. ruelta sobreii miima, s6lo considerando a Husserl globalmente se puede
.::.-ir esa visi6n.
-- problema de este pätafo serä que en 61 se mezclan muchos planos, textos y
. . -rs. Por eso se extrafrarä de la afirmaci6n de Pedro Cerezo. Nel Rodriguez Rial
-: - que la critica de Ortega va contra 1a psicologia, pero <,tambi6n 1a fenomeno-
-,, de Husserl queda afectada, porque la reflexi6n nos deja la conciencia como
. ::;eptäculo de la experiencia de cara a estudiarla como un objeto, lo que para
::Ea es imposible porque Ia conciencia no puede ser una realidad, es decir, una
--.ncia inmediata a si misma>> (päg.ll2), y ahora se remite alEnsayo de estätica
: :st/gaciones fenornenr,tlögicas, donde aparece la conciencia siempre como con-
.:.,-ia-de. En la nota 20 $äg, 110) alude a que la critica orteguiana a la tesis de
- ,. -.r conciencia se conoce me;'or reflexionando sobre si misma, es algo que afecta
:= ia filosofia occidental, desde Descartes a Husserl, dando por hecho que la
.::encia, al ser siempre conciencia-de (VII, 166), no podria ser conocida como
,;rencia. El.problema de esta. critica es, primero, que es Husserl el que dice que
':: conclencra es conciencia-de. Segundo, que justo ese conocimiento es un co-
' .,-riento que s61o se puede obtener por reflexi6n, y que el objeto de ese conoci-
-- ::rro es la conciencia, el modo de ser o estar consciente el ser humano, que
:-:re estä consciente del algo. La conciencia no es algo vacio, sino algo volcado
'.-,: aquello de que somos ionscientes. Por eso C)rtega reprocha en e1 mismo
: -:,a los fil6sofoi que <<niegan 1a posibilidad de que el pensar se haga objeto de
:-smo>> (VII, 481), que su afirmaci6n no deja de ser una <<tesis acrobätica>>, pues,
- .:'..2 que dicen eso, estän mostrando que saben que existe pensar en el mundo.
?ero dejemos el tema ya sefralado porque, por entonces, y fuera de Pedro Ce-
'i:- ,, la corta anotaci6n de C, Mor6n Arroyo, todavia no existia en Espafra el
-=' paradigma de interpretaci6n de Ortega con la cartografia precisa de d6nde
.r
-,: iodos l-os puntos en esta historia. Yo mismo, de quien en alguna medida,
)6 Javier San Martin
como luego dir6, dependia el texto del profesor de Santiago, no tenia ni remota-
mente toäas las claves que fui adquiriendo a 1o largo de mi investigaci6n sobre
Ortega.
Pir eso, independientemenre de la indudable extrapolaci6n de dpocas que se
da en ese apartado, 1o interesante dei articulo de Nel Rodriguez Rial es la atribu-
ci6n a Ortega de una filosofia fenomenoldgica trascendental. que irä consüuyendo
a lo largo dä los cinco siguientes apartadoi. .E! d-e un m^odo mäs estructural
que diicr6nico, expone-las caractäristicas de la"{9t,
filosofia de Ortega. Le asigno la
palabra 'esrructural en sentido. por un Jado. muy positivo-. pero por otro con cier-
tas reservas, pofque en Ortega tb crt... de peligro citar frases de 6pocas difeten-
tes, ya qre pr.det no signifiär 1o mismo, poi ejemplo, cuando-cita una frase de E/
temi di nu)stuo tiempo,ä. qre <<no es larailnpura quien resuelve cdmo es 1o realr>
(nota 5J , päg. I33), puru i continuaci6n, respondef <<sino una raz6n hist6rica>
$äg. I24)-, cirando en .t. momento no existiä aitn ese concepto, y s61o se podia
d'".Ir, iu «iaz6n vital». El apartado III subraya el a priori de correlacidn como el
punto de partida de la nueva fi-losofia fenomenol6gica, plenamente aceptado por
Ortega desde el principio, en la metäfora de los dii consentes.
E1 apartado IV .rt7 dedicado al rema del mundo de la vida, el conocimiento
como piaxis. En este apartado se ve muy bien 1o que be anunciado del caräcter mäs
estructural que diacrdhico porque 1os textos aducidos so! principalmente de E/
hombre y la gente. Con estai citäs se prueba que, independientemente de sus afir-
macionä, ei el irltimo libro de Ortega se .nirenrra fenomenologia pura y dura.
De este modo el profesor santiagu6s ie estaria acercando a la tesis que. hemos_co-
menrado de HolÄes. Aqui si t.rrgo q,r. decir que el profesor Nei Rodriguez Rial
estaba entre los alumnos que -e äy.ion decir que deberian leer ese casi ültimo li-
bro de Ortega como la mejor inUoducci6n a la fenomenologia de Husserl que
existia en castellano. Por supuesto, tambi6n la nocidn del conocimiento como in-
teracci6n präctica con las iotut es un concepto husseiliano que aparece en las
Meditacioies cartesiands, y que Ortega asume expresamente en su ,iltimo libro,
posiblemente mäs influenäiuäo por Hiidegger que por Husserl. !n e1 apartado el
profesor R. Rial recorre una seriä de t6picoi propios de una fi,losofia trascendental,
iules .omo el häbito. El mundo correiato dela conciencia, y constituido en la inte-
racci6n con el cuerpo, no es un caos sino un cosmos (päg. 119), ideas que proceden
del4l bombre y la gente.
El apartadä V äs una presentaci6n de las exigencias que la filosofia impone de
abandonar la actitud natural para poder preguntarse por las condiciones de cons-
tituci6n de la experiencia oräinaria, justo 1o que hace que la fi.losofia de Ortega
pueda y deba sei calificada como una filosofia trascendental,, en 1a que la suspen-
iia.r d. lm präcticas ordinarias de la vida sirve para <<poner el muldo a cierta dis-
tancia>> y asi poder convertirlo en algo probiernätico, y de ese modo iniciar 1a filo-
sofla. Pär esä la fiiosofia exige creaiuna actitud nueva instaurada mediante <<una
epoj6 de los intereses präctiös que regulan nuesma conducta ordinari»>. Y ahora
.änllry", «Asi podembs percibii que deträs del espectador desinteresado e impar-
cial Ortega ocultaba un verdadero fenomen6logo» (päg. 120).
Los dos ultimos apartados se dedican a prohndizar en los aspectos constitu-
yentes de la erperiencia, io que le lleva ala railnhist6rica, porque. es ia comunidad
äo s61o presen;e sino histdrica 1a responsable de la instauraciön del sentido con e1
de Ortega y Gasset 17
mente seria cierto decir, por ejemplo, que Ortega se mantuvo toda su vida como
"fenomen6logo", mäs cuando dej6 de referirse a Husserl y a la fenomenologia en
sus escritos. Pues por esa 6poca yahabia absorbido las lecciones, las "influencias",
ds^12 flnomenologia, permitidndole "inrroducirse" [flow into] (de acuerdo al sig-
nificado literal del t6rmino) en su estructura intelectual y por tanto funcionar autö-
mätica e inconscientemente» (ib. ).
_ -Para-Raley la filosofia de Ortega se funda <<en la aprehensidn fenomenol6gica
de la vida en sus expresiones estructurales, razonableJ y dramäticas» (t990, LO2).
Me parece un muy buen resumen para ofrecer el nricleo de la filosofia fenomeno-
l6gica de Ortega, que no es otro que el de Marias, de intentar comprender a Orte-
ga desde dentro, pero <.desde dentro de qu6, pregunta Raley- desde dentro
-se ta1äs como meta, misi6n, cam-
de esos elementos estructurales de la vida humana,
bio, fracaso y logros que ofrecen la clave para entender un camino de pensamiento
y unos medios de superar las actitudes» (1990,104) denunciadas en las lineas an-
teliores de ignorar la originalidad de Ortega por mor de una büsqueda externa de
influencias.
1e E1 resumen de las
dos primeras sesiones (18 de noviembre de 1989 y 13 de enero de 1990) 1o
escribi6 ei autor de este libro y sah6 enel,Boletin nümero uno, pä gs.21 23. Tambi6n escribi6 el resumen
j
de las dos siguientes sesiones (24 de febrero de 1990 yla del dä mayo del mismo afro), publicadas en
el nümero dos del Boletin (pägs 9-20), que sali6, 1o mismo que el nümero anterior, el Äismo afro de
1990. En cuanto al resumen de la u.ltima.sesi6n, la del 16 de junio de 1990, lo escribi6Jesüs Diaz, y sali6
en el nümero tres del Boletin, que se public6 ya en !991, pägs. 9-ß .
tin -:
ienomenologia de Ortega y Gasset 39
::e la vincu-laci6n del ego a una ldgica formal y trascendental que le enraizan enla
-::ersubjetividad, ortega habriaig_norado esaäimension, con Iä q,r"
f=d: este pianteamiento se volvi6 a discutir la relacion cie Ortega con ^;rt^Ai
*isi.
la fenorie-
-oiogia, dado que, como dijo M." Luz Pinros, la noci6n de soläad .rdi.ul ro .,
con la intersubjetividad, pues el hombre estä abierro a ruatiuitate. En
-compatible
--janto a la tesis del profesor Montero, ie podria decir que ortega tambi6n ,f"a" ,
':ras estructuras generales, ademäs
de estar la vida sometida al"polo objetivo. No
= otro el sentido de la teoria general de la vida_. teoria que pretende "dä. pui, to-
ios. Asi la vida individual estä som etida aunas iegalidad'et rin las que no ., poribi.
;,ens.arta-. EJ texto deJestrs Diaz term'na indicandä que la uJtima ,.rion d"l ,.-irul
:-o dedicado a Ortega finaJtzl con un <<cordial y ästimulante desacuerdo de los
:articipantes>> sobre el significado riltimo de la radical soledad y su relaci6n con la
-:ersubjetividad husserliana.
. . 'l _Pol afros despu6s se publicaron las actas:J. San Martin Gd.), Ortega 1, la fenomenctlogia, Univer-
sidad Nacional de Educaci6n a Distancia, 1992.
21 Porelinter6sdeestosBoletinespredecgso,res delaactuallnuestigacionesfenomeno/ögicas,seha
hecho nna edicidn de 1os c,arro nümeros del Boletin Infornatiuo, ,o^3 lnrrri,'g)r;;r;,
ras 0, que se puede leer en la misma web de los nümeroi de esa revista.
];;Z;;;;i;;;
--
22
JesüsDiazsehizoecodelarfplrtanciadeesre.p,,nl6ensu,libro de2003,päg.44ysigs.donde
secomenta el salto de Husserl ..desdä la fenomenologta.ula_tazaiiistaa;;",;;f;?" q;"ä r;;;;
por parte de ortega, esa f6rmula se asume la incompätibilidad d.
I;i.;;;;nffir.o., i, historia.
-,cnologia de Ortega y
Gasset +l
- - rexto que con-rentamos..es muy rico, pero 1o que mäs nos interesa
es que en
:: aruesträ c6mo Ortegaualtzala reduccidn fenomenolcigica como m6todä. Asi,
,: : : röS de un esplendido prin-rer apartado sobre la relaci6ri ven atoria,., .l qr. ,"
: I rller aspectos sustanciales, se van destacando los elementos fenomenolcigicos
- ----zados por ortega en su anälisis. Primero, la caza es una diversi6n, yu .oÄ'"ilo
- :.iza queda reconrJucida (empleo esta palabra que no utiliza la caiedrätica de
' :nanca) a un lugar en el p.uede sei definidä, la cazaes una ocupaci6n feliz
-que la descripci6n nos impone
.er humano. A continuaci6n,
--- <<prescindirrr, o hacer
-- .:dar en suspenso>, todas aquellas .reriion., qu" pu.d"n sär inportantes pero
. .= n9 nos ayudarän a comprender en si misma qu6 äs \a caza, po.qu. la tareä del
--'ioto. al menos en cuanto fenomenologo. cs «ir a las cosas inismasr, como ha
' --lado su.trabajo M." carmen Paredes. 5e podria comparar
este er-rlundioro rrr-
j:o con el pr6logo que escribe el jurista sä,tiago Muhoz Machadä (200g) a la
--:er-a edicidn del texto de ortega, en el que
seätiende a las circunstancias que
-' ..Una vuelta rrundana a las cosas: Prdlogo aV,intc onos tle caaa tntnorr, enRcuis/a de Otcidotte,
..::. lJ-{. nrayo Je l.)91. pigs I l8-l5l
i fimbien.l Atcncja en el arriculo al que rrre rcfiero nris
adelarrrc lorna norJ Jcl conrr.nrario dc
1:.rias, srbrayando, como tambren lo he hccho vo. que Nlrrrias ignora el recurso
metodol6sico que subra-
, \I.'C. Paredes, v..cn el que Marias no .epu.ä o ui qre p."fiei. no llamar por
su nor1|r.", (2001, 1I1).
42 Javier San Martin
2t Sospecho.que la profesora
Paredes dene una nocidn de «trascendentaL> un tanto kantiana.
es*ito <<Dimensiones fenomenoldgicas de ra creenci»> d". q"" [];;;;."ddi; En su
äi; .;;;;;;;;ä
tlee4,4); sin rener ä .renra q". .l ,;,ili'ii qi.-nä* ri"rä.iä5'äi...r,.i, en ras
llr:i::g:l,rI
es plenamente trascenclental, porque ei yo o conciencia trascendental es. ante todo, Ia
rdeas
conciencia abier_
ta aJ mundo en el modo de la creencia, drra urs/iuü.p".;;;';;;J;;;;;';"...ra
penenece a las estructuras esenciales de ia conciänc.ia creencia no
irascendentalrii[j. E. ,Lrärrramen[e ]o contra-
rio: 1a creencia esTa capa mäs primordiar d. h .;;;i;i; i;;;ä;äq"J"ä .rä"pir.
- - :rtrn-ierologia de Ortega y Gasset 43
r - -r os que veian siguen viendo- con suma reticencia el esfuerzo del nuevo
-y
: -:-.:isma de interpretaci6n de Ortega desde la fenomenologia. Porque no seria
--.-_ mostrar hasta qu6 punto, si no se tienen en cuenta los factores que M."C.
. -:=jes muestra operativos en este texto, se pierden los aspectos mäs sustanciales
:. ": ti,losofia de Ortega. Lo que ocurre en la perspectiva del cazador no es mäs que
:, :-scubrimiento del mundo originario que subyace a toda experiencia, lo mismo
- . = -: Tierra tiene deträs como experiencia originaria el ser suelo que nos sostiene,
:- ::-rndo dene que convertirse en correiato de la rrida, hasta ilegar a ser un <<mun-
- -,:-:]rr. No se atreve a genera)izar el m6todo, pero en este texto <<hay
contenidos
-- .--rtos que
no es posible esclarecer debidamente sin tener en cuenta el papel de
:--::rcurso metodol6gico» (päg. 150). El mundo es un mundo de facilidades y
--
- - '':ades, sus contenidos son «modalidades de valor>, que dependen de las ten-
- : - -,;S de la vida animal, por tanto estamos hablando de una <<experiencia preob-
: - :', que preselecciona esos valores de modo involuntario. Y todo eso remite al
- ' - -- ejecutivo de la relacidn sujeto-objeto <<que proyecta los afanes de la vida y de
-.,=ncionalidad concomitante» (ib.). La reducci6n orteguiana, que aparece ya al
-- ::;io al reconducir (palabra no uulizada por M." C. Paredes) 7a caza ala activi-
-*: J. cazar,se nos muestra como una reducci6n histdrica (päS. 151) aJtratar de
-- jjlrese nivel prehist6rico en el que 7a caza debe aparecer en toda su pureza. La
'. -.-,-li6n hist6rica debe .<poner entre par6ntesis el poso de cultura que dejamos en
- :ietos y en nuestras actuaciones" (ib.). Mäs aün, en esta reducci6n histdrica se
-. ---.:-esta algo que serä propio del m6todo fenomenoldgico tal como lo expone
::i.r (v esto ya no lo dice M." C. Paredes, pero se deduce). El acceso a lo origina-
- ::eJiante la reducci6n hist6rica, es el acceso tambi6n a la mismidad: «la mismi-
. - .: :e 1a caza es coextensiva con su originariedad>>, 1o que en t6rminos husserlianos
.. , busqueda de la Urstiftung [fi-rndaci6n originaria] que debe anidar en toda
',:il'tung, en toda refundaci6n o reproduccicin posterior de una actividad. La
- : -reda de la mismidad nos lleva a la originariedad. Pero en este caso el premio es
-.
- ' - or anadido paralaactividad misma äela caza,que nos ileva al hombre primi-
-:r-r. ä.<la forma pristina del ser del hombre, (päg. I5I), con 1o que ia cazanos
-: ja el retorno a una forma arcaica de vida. Todo ello no es sino <<"suspender" el
- . :.. de vida que constituye ia circunstancia del presente>> (päg. 152).
\o sigo con Ia interesante terminacidn de un articulo que creo que debe ser
::.Jo como un modelo de anälisis fenomenol6gico de los textos de Ortega
- . pequefras aposdllas que le he hecho. Dejo para otro lugar el comentario
- -.:.s -aun
del
-,-:-:'-:1o que he citado en la riltima nota, porque en 6l se detecta que, incluso asu-
-'-,=::lo la fenomenologia de Ortega, esta es confrontada con la de un Husserl no
- ::,-:ado al <<nuerro>> Husserl, segrin el parämetro 4 que hemos citado en lapägna2}.
-: :echo, en este articulo se dan por vfidas las criticas de Ortega a Husserl al en-
':r. rir Ia conciencia pura como un puro darse cuenta, con 10 que la conciencia pura
- - s<ria corporal, no tendria dolor, ni afectos; no valora, en fin, no decide, no toma
:,:-:Jo. no tiene häbitos, todos temas fundamentales de la vida trascendental en el
-: .::io en que la concibe Husserl y, por tanto, de la conciencia trascendenta-I.
,lomo ya lo he mencionado, la ponencia del profesor Rodriguez Rial en el Corr-
-::>.r de Sevilla se public6 el ano 1990 en el tomo citado en la nota 17 anterior. Lo
:.:-. -]amativo de este texto, que ya he comen tado y que es por si mismo una magni-
44 Javier San Martn
26 En el libro de Graham hay quince entradas de Nel Rodriguez Rial, frente a s61o 11 de Pedro
Cerezo. Por cierto, dentro de las incorrecciones que en el libro se pueden detectar estä tambi6n 1a cita
del articulo de1 profesor de Santiago que aparece como <<Ortega - Phenomenologist: Man's SeH-Inter-
pretation-in-Existence>>, titulo que es del libro en que aparece el articu.lo.
2; Sobre la obra de Graham, vlase supra päg. 79, nota 4.
28 Ver nota anterior.
2e Sobre la indudable y patente relaci6n de Husserl con
James se ha escrito bastante y aqui nos
basta con remitir a la magnifica nota 2 (Graham ,1994) asi como a la notaT (päg.189), que se remite a
The Phenomenological Mouemezr de Spiegelberg. V6ase tambi6n nota 12 de la pägna 192.
--r :;romenologia de Ortega y Gasset 45
*"" l:::L,^*^1
I1ay i{t_n,.äe,
que tener una
r";i;;;" *;,"; r; ;;".äää,äai
perspicacia fi-losöfica v mu.cha familiaridad
dad>> l, 257
).
48
Javier San Martn
do nota <rde su nropia
mayor.afinidad a Dirrhey
segundo, q u. .*ä
i"äärrrä ä r.rr.r,d que a Heidegger» (200I, 165):
t*tr*
nologia' cänfiesa.orting.. r,r;;;;äirror rou.. a fen om v.
;!
;r" iär1'.#.ur d.. ö;ö;';Hrlrl.r retroproyecradas
por Ortesa u,r!1,"dp1.äi;il;;,,obviamenre
I
ä_
ft ifl,ü-t!}iti1,q:äffi ärygm,,m;,f:'i*-:*ir-.,-**
;':äffi ff u:T:t1: j:,fiEffjnri:*r*".äH,Tjä:äffi ,,:#täH:
En general, Io que en ;;;; riÄä.'äl'n^.r.rtion ;;;ääoximaci6n
podamos hacer a un auror,
.n que
adecuada que orras "rr...rroäb;;gr,,r;;,i;;;"
ri:,]?Lf;ä;ä*ä; ili,persp.ctiua
ur,.iJää.,ä,.i,a,a mä,
arre como desde ra a'rtura desde er
deuna mortafra,äa.y,a.
trvas se nos da Ia misma
.irarälr rä;;;ä. .,r, Ää!äil.Hä;r, hs perspec_
präiäi;;.T#;rrda, pero su
-;;ru Or des d e I S em in a rio d.e M e tafz s ica,
20a1,) : 10 1 - 142.
Ir fenomenologia de Ortega y Gasset 49
vrlor (no su verdad) estä en funcidn de los objetivos de la acci6n qrr. qrri.ro ..-
pender coltando con ese conocimiento. Estas consideraciones valen perfecta-
Ercnte panla aproximacidn de Graham, pues evidentemente en Ortega hay claros
dementos pragmatistas en la concepci6n de la realidad y dela relaci6n del ser hu-
trlano con e1 mundo, pero la pregunta es si esa es la perspectiva 6ptima para leer a
Ortega, y ahi tengo que decir que en ella se ignoran aspectos sustancialäs de su fi-
hofta que no son accesibles a esa perspectiva. Ortega mismo nos dio la pauta a
quir tanto al describir las varias perspectivas posibles de Ia escena del moribundo
en <ünas gotas de fenomenologi»> (v6ase mäs adelante, päg.L23) como al propo-
ner los criterios para jerarquizar tales perspectivas.