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Pensamiento empresarial: Un punto de apoyo para el cambio.

Al oír el concepto “Pensamiento Empresarial”, es común comprenderlo como el conjunto de


ideas que comparte, en términos generales,un grupo o comunidad (los empresarios) y que
se caracteriza por realizar, coordinar o dirigir actividades económicas en entidades
independientes llamadas empresas, pero si consideramos que nuestra estructura actual
basada en la Jerarquía piramidal y con ideologías capitalistas y consumistas ya no
responde a los rápidos cambios en el mercado ni a las nuevas lógicas en pro del bienestar
humano y medioambiental y que además, nos encontramos en una “migración” hacia la
sociedad del conocimiento, es necesario reformular la definición de “Pensamiento
empresarial” por una cuyo eje central sea la sistematización del capital intelectual y que
sirva de base para la organización del futuro.

Se sabe que pensamiento empresarial y emprendimiento son dos conceptos


fundamentales en el mundo actual, ya que impulsan la creación, el crecimiento y la
innovación de nuevas empresas y negocios. Estos conceptos son vitales para el desarrollo
económico, social y tecnológico de cualquier país, ya que generan empleo, promueven la
creatividad y fomentan la competitividad. Sin embargo, si consideramos que Miguel Ángel
Cornejo dijo: “Todos nacimos para emprender pero no para ser empresarios” comenzamos
a comprender que el pensamiento empresarial es un concepto que va más allá de solo
crear empresa y que ese pensamiento empresarial implica otros requisitos, pero entonces,
¿qué es pensamiento empresarial?

El pensamiento empresarial se refiere a la habilidad de identificar oportunidades de


negocios, evaluar su viabilidad y ponerlas en práctica. Es la capacidad de pensar de
manera estratégica, analizando el entorno, los recursos disponibles y los riesgos
involucrados, que implica ser capaz de diseñar y ejecutar planes de acción para alcanzar
los objetivos establecidos. Además es un concepto que se relaciona directamente con el
emprendimiento, una actitud y aptitud que trata de convertir una idea en un proyecto de
negocio exitoso. Aunque no se trata solo de ser empresario, sino de ser innovador y
disruptivo, de generar soluciones creativas a problemas existentes o de crear necesidades
en el mercado, se trata de atreverse a soñar y arriesgarse a tomar oportunidades o en su
defecto, crearlas.

Ahora, con eso en mente ¿Cuál rol ocupa el pensamiento empresarial en nuestra sociedad
y por qué es importante?

El pensamiento empresarial se ha convertido en una habilidad fundamental en el mundo


actual. No solo es importante para aquellos que desean iniciar su propio negocio, sino
también para aquellos que buscan sobresalir en su carrera profesional en organizaciones
existentes. El pensamiento empresarial implica la capacidad de identificar oportunidades,
tomar decisiones estratégicas, asumir riesgos calculados y crear valor tanto para uno mismo
como para los demás, con ese orden de ideas algunos de sus beneficios son:

1. Innovación y creatividad: El pensamiento empresarial fomenta la búsqueda de


nuevas ideas y soluciones. Los emprendedores son conocidos por su capacidad
para encontrar oportunidades donde otros solo ven desafíos. Al adoptar esta
mentalidad, las personas pueden encontrar formas más efectivas de hacer las
cosas, mejorar los procesos existentes y desarrollar nuevos productos o servicios
que satisfagan las necesidades no satisfechas del mercado. Esto impulsa la
innovación y el progreso en todos los ámbitos de la vida.

2. Independencia y autonomía: Una de las principales ventajas del pensamiento


empresarial es la capacidad de ser el dueño y responsable de tu propio destino. El
espíritu emprendedor permite a las personas escapar de la rutina y las restricciones
de una carrera tradicional, dándoles la libertad de tomar decisiones importantes y
construir un negocio a su manera. Esta independencia y autonomía pueden generar
una mayor satisfacción personal y profesional, así como un sentido de logro y
realización.

3. Crecimiento personal y profesional: El pensamiento empresarial promueve el desarrollo


personal y profesional de quienes lo practican. La mentalidad emprendedora requiere
habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la toma de decisiones,
la comunicación efectiva y la gestión del tiempo. Estas habilidades, además de mejorar la
capacidad de emprender, también pueden ser aplicadas en otras áreas de la vida y en roles
laborales.

Con eso claro, ¿Qué implica el pensamiento empresarial aplicado en la nueva sociedad del
conocimiento?.

El pensamiento empresarial requiere habilidades de liderazgo sólidas. Los empresarios


deben ser capaces de inspirar a otros, motivar a su equipo, saber valorar, invertir y sacar
provecho de los saberes de cada uno de los miembros de su empresa y establecer metas
claras. Un líder empresarial exitoso debe ser capaz de delegar tareas y tomar decisiones
efectivas, incluso en condiciones de incertidumbre.

Otra habilidad clave del pensamiento empresarial es la gestión de recursos. Los


empresarios deben ser capaces de identificar y asignar los recursos adecuados, ya sea
capital, personal o tiempo. La gestión de recursos de manera eficiente y efectiva es esencial
para maximizar los resultados y garantizar la rentabilidad del negocio.

El pensamiento empresarial también implica ser flexible y adaptarse rápidamente a los


cambios del mercado. Los empresarios deben estar abiertos a nuevas ideas y ser capaces
de pivotar cuando sea necesario. La capacidad de adaptación es crucial para mantenerse
relevante en un entorno empresarial en constante evolución.
Además, el pensamiento empresarial implica asumir riesgos calculados. Los empresarios
deben estar dispuestos a asumir riesgos financieros, personales y profesionales para
alcanzar el éxito. Sin embargo, es importante que los riesgos sean evaluados en función de
su potencial retorno, y que se tomen medidas para minimizarlos cuando sea posible.

En conclusión, la importancia del pensamiento empresarial y emprendimiento radica en


diversos aspectos. En primer lugar, generan empleo. A medida que nuevos
emprendimientos surgen, se crean puestos de trabajo que contribuyen a reducir la tasa de
desempleo y a mejorar la calidad de vida de las personas. Además, el pensamiento
empresarial fomenta la competitividad, ya que impulsa la innovación y la mejora continua en
los negocios existentes, llevando a una mayor eficiencia y productividad.

Otro aspecto relevante es la capacidad de generar riqueza. Los emprendedores crean


empresas que generan ingresos y beneficios económicos, lo que contribuye al crecimiento
económico a nivel local y nacional. El pensamiento empresarial y el emprendimiento son
motores para el cambio.

Y como parte fundamental del cambio, el emprendimiento y el pensamiento empresarial


implican asumir riesgos, tomar decisiones y enfrentar los desafíos que surgen en el camino
hacia el éxito, en palabras de Miguel Ángel Cornejo, ser empresario, tener un pensamiento
empresarial, significa no darte por vencido, ser capaz de reinventarte, adaptarte a los
constantes cambios de nuestra sociedad, significa entender que la vida no espera a nadie y
por lo tanto debes tener valor e ir por lo que quieres en vez de conformarte viviendo a la
expectativa.

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