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452 ANTONIO GARCÍA-PABLOS DE MOLINA

ción prevencionista del castigo basado en la idea de prevención especial


defendiendo la sentencia indeterminada^®*.
Capítulo IX:
c) C. BERNALDO DE QUIRÓS^e^ cursó sus estudios de Derecho en Positivismo criminológico y lucha de escudas: las
Madrid, exiliándose en 1939. Fue alumno de GINER DE LOS RÍOS, a
quien debió su iniciación criminológica, pues participó en el «Laborato- denominadas «Escuelas eclécticas» o
rio de Criminología» fundado por el maestro, colaborando después en los
«Anales» que dirigía SALILLAS. Más criminólogo que jurista^''", analizó '"^j^^j^^intermedias» 9b orgii^í
la criminalidad española de su tiempo con un método inequívocamente
empírico, de modo especial el mundo de los «bajos fondos», el «bandole-
rismo andaluz» y la «delincuencia de sangre». Puso de relieve la inciden- 1. EL DEBATE Y SUS COORDENADAS DURANTE LA PRI-
cia criminógena de los factores antropológicos y sociológicos. MERA MITAD DEL SIGLO XX >emmmíi^-
De sus escritos, destacan en el ámbito de nuestra disciplina: «Las
nuevas teorías de la criminalidad» (1898), «La mala vida en Madrid» La Scuola Positiva desencadenó la polémica entre las escuelas,
(1901), «Criminología de los delitos de sangre en España» (1906), siendo buena prueba de ello los debates habidos en los congresos
«Figuras delincuentes» (1909), «Criminología del campo andaluz: el internacionales celebrados desde 1885\ Debates, por un a parte, entre
bandolerismo en Andalucía» (1933), «Cursillo de Criminología y Dere- «positivistas» y «clásicos». Por otra, entre «positivistas» y partidarios de
cho Penal» (1940), «Criminología» (1948), «El bandolerismo en España acentuar la incidencia criminógena del «medio» (Escuela de Lyon) o de
y en México» (1959), etc.^''^ diversos factores socioeconómicos (orientaciones sociológicas, sociología
.y, :.' ' -• '; i'i;!nri'n!n3aijpí-íq marxista, etc.). Como consecuencia de tal polémica surgirían, además,
. "^^ ~ oj:.jjbo-iq>'0Ui''í'íJn juani prestigiosas escuelas criminológicas «eclécticas», preocupadas por con-
nir, - ., -C'jíT'í'iOíiííeb jbíjqiíoTO'iq U'. . seguir el difícil equilibrio o síntesis de los postulados «clásicos» y
-cirinoo 'ini, ','fyciqo-"; -íAJ.'^T TAci BÓoq» hXsb «OTfOiq» Í9 Y. 'A «positivistas» (Escuela de la Defensa Social, Terza Scuola, La Joven
Escuela o Escuela de Marburgo, etc.), sin perjuicio de que la obra de
LOMBROSO y FERRI siguiera ejerciendo u na notable influencia en
posteriores orientaciones antropológicas, psicológicas y psiquiátricas o
Ofíl^l.'VlJi ',L¡ ''» ) ! / • ••'i ,'J •1<' / I '!• ' (I •!/. ,Xi'J01>iUOJ
^ l / ' 'f S'MVAK- sociológicas, más o menos apegadas al positivismo. Por ello, puede
afirmarse que desde entonces h a n quedado trazadas ya las coordenadas
y directrices fundamentales del pensamiento criminológico en el período
ofa US', !'•) de tiempo acotado, que se extiende hast a la primera mitad del siglo XX^.
SOS' ^,',.'u ... .í. 1 1 , 1 ' • 'f 1 f ' •

ib*í' ''^s í)i) ^'"' OíTCíTCñOy»!;


4Í'Í'>{JO>' -i'»n.<>J3tw.»'¡Ai 1, M A S - l O J , A í i

268 Vid. CEREZO MIR, J., Curso de Derecho Penal, cit., pág. 108. iríís")'bi B ridíoOifbcR/ni .W í)'5[vy:üí' '>'v Í •>,,''-jh «ÍMt'••»?!'
269 Sobre el autor, vid. SAINZ CANTERO, J. A., Lecciones de Derecho Penal, cit., págs.
II ^W ídíi TI 'A nMfíIMH'..o , ! < I- 4„
205 y ss., y nota 77.
Así, JIMÉNEZ DE ASÚA, L., La larga y ejemplar vida de Constancio Bernaldo de
Quirós, en: El Criminalista, 2- serie, V, 1961, Buenos Aires, págs. 231 y ss. Sobre los debates habidos en los diversos Congresos internacionales, vid.
Resaltando el enfoque «sociológico» de BERNALDO DE QUIRÓS al examinar el RODRÍGUEZ MANZANERA, L., Criminología, cit., pág. 222 y ss.; BONGER, W.,
problema de la «prostitución» y sugerir reformas «sociales»; comparando, incluso, Introducción a la Criminología, cit., pág. 241 y ss.
alguno de sus planteamientos al respecto con los de D. MATZA, MIRANDA LÓPEZ, SCHNEIDER, H. J. (Kriminologie, cit., pág. 91) distingue tres «épocas» en la
M- J. Aportaciones sociológicas de la Escuela Española de Criminología, en. Criminología: la de la Escuela Clásica, del siglo XVIII, la de la 'Escuela. Positivista
Cuadernos de Política Criminal, 19 (1983), pág. 211. de finales del XIX) y la «moderna Escuela» (de mediados del siglo xx).
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2 . LA ESCUELA F R A N C E S A D E LYON^ asumieron sus tesis sobre la naturaleza del delito^ COUTAGNE —quien investigó
sobre la Influencia de las profesiones en la criminalidad^— y MASSENET (sobre la
de! Escuela criminal-sociológica o «escuela del medio» (milieu) como conexión de determinadas condiciones socioeconómicas y la criminalidad)^". Igual-
mente, suele citarse a AUBRY, y a una serie de médicos y antropólogos como
suele ser denominada— significa la más abierta contradicción a las tesis MANOUVRIER, genial contradictor de LOMBROSO", LETOURNEAU^^
de la Scuola Positiva, y, en particular, a la directriz antropológica BROUARDEL y TOPINARD".
lombrosiana. Integrada fundamentalmente por médicos —no juristas,
ni sociólogos— es heredera de u n a brillante tradición en la que figuran G. TARDE merece, en todo caso, un tratamiento independiente.
autores del prestigio de J. LAMARCK, E. GEOFFROY ST. HILAIRE y
L. PASTEUR (1822-1895). Frente a la relevancia capital que el sector La tesis fundamental de la Escuela de Lyon se resume en un
antropobiológico del positivismo atribuía a ciertos factores individuales, pensamiento muy simple: el criminal es, como el microbio o el virus, algo
supuestamente congénitos, de transmisión hereditaria, y atávicos, la inocuo, hasta que encuentra el adecuado caldo de cultivo que le hace
escuela francesa —llamada, también, escuela antroposocial—, pone el germinar y reproducirse; función esta última que desempeña el medio
acento en el «medio social» o «entorno» (milieu), del mismo modo que sus social respecto a la predisposición criminal individual latente en ciertos
antecesores resaltaron la importancia del medio ambiente- tanto en la sujetos.
formación de especies y variedades como en la etiología de enfermedades a) A. LACASSAGNE (1843-1924), médico y biólogo francés, profesor
infecciosas'*. Sin embargo, poco tienen que ver estos médicos con los de Medicina legal en Lyon, es autor de unos conocidos Précis de Médecine
sociólogos estadísticos, por más que a menudo exhibieran u n sorpren- Judiciaire^*, aunque su pensamiento criminológico se recoge en una
dente conocimiento de las causas sociales del delito^ bajo la influencia
—eso sí— de un cierto realismo radical o materialismo sociaF.
^ BOURNET, A., De la criminalité en Franca et en Italie, París, 1884, pág. 88;
'" El ideario de la denominada Escuela de Lyon se dio a conocer por
CHASSINAND, Etude de la statistique criminelle de la Franco au point de vue
LACASSAGNE con motivo del Congreso Internacional de Antropología medico-legal, Lyon, 1881, pág. 11.
Criminal celebrado en Roma, en 1885; y su órgano difusor fue la revista ^ COUTAGNE, Les influences des professions sur la criminalité. Cfr. HERING, K.
Archives de l'Antropologie criminelle et des sciences penales, fundada H., Der Weg der Kriminologie, cit., pág. 100.
por LACASSAGNE y TARDE en 1886, que se publicará bajo diversas ^^ MASSENET, Quelques causes sociales du crime, Lyon, 1893. J u n t o a los autores
cabeceras ,^.__^^ u aR.T,iahlA'sÍHfT PiínicofrinofírtR p.í^rtnbfiiní mencionados, cabe citar, también, entre otros, a KOCHER, RAUX, VILLERT,
9&3fj< El principal representante de la Escuela francesa de Lyon es LACASSAGNE. RAVOUX, MONGIN, MARTIN, etc.
" MANOUVRIER, L. (1850-1927), fue profesor en la Escuela de Antropología de
„_t.^ -Cabe citar, también, a MARTIN y LOCARD, como más directos y significativos
París. Defendió también, la tesis del «milieu social» por considerar que el crimen es
^ 'miembros de aquélla. A discípulos del primero: BOURNET y CHASSINAND, que «materia sociológica» y el delincuente «producto» de la sociedad. No propugnó, sin
OBort , embargo, u n a teoría «macrosociológica», abstracta, al admitir la posibilidad de
.^•XX oí^ía Í9Í> híi&in. R-iBimiq BÍ hmiá -ííbnBílxs.ea 9í.-p .ob- miles de influencias criminógenas variables caso a caso. Sobre la obra y aportación
del autor, vid. HERING, K. H., Der Weg der Kriminologie, cit., pág. 101 y nota 35;
BONGER, W.; Introducción a la Criminología, cit., pág. 122, resaltando la dura e
^^ ingeniosa oposición de MANOUVRIER a LOMBROSO.
LETOURNEAU, CH., L'evolution juridique dans les diverses races humaines,
^ Sobre la Escuela de Lyon, vid. BONGEE, W. Introducción a la Criminología, cit., París, 1891. El autor tradujo al francés la obra de LOMBROSO (L'uomo), que
pág. 137 y ss. («Escuela del medio ambiente»); RODRÍGUEZ MANZANERA, L., prologó. El mismo sostuvo inicialmente esta tesis que después abandonaría en aras
Criminología, cit., pág. 324 y ss.; HERING, K. H., Der Weg der Kriminologie zur de un sociologismo moderado que clamaba por reformas sociales. Acentuó la
selbstándigen Wissenschaft, cit., pág. 93 y ss. («escuela francesa»). relevancia criminógena del alcohol y la pobreza. Cfr. HERING, K. H., Der Weg der
* Así, BONGER, W., Introducción a la Criminología, cit., pág. 137. ^^ Kriminologie, cit, pág. 101.
^5 BONGER W.,ibídem. TOPINARD, P. (1830-1911), antropólogo francés, fue, al parecer, quien dio a
^ hs,í, HERING, K. H. Der Weg der Kriminologie zur selbstándigen Wissenschatt., nuestra disciplina su actual denominación, antes de que GAROFALO publicara la
"' cit, pág. 93. obra que, socialmente, consagraría la misma. Cfr. BONGER, W., Introducción a la
•^ Vid. HERING, K. H. Der Weg der Kriminologie zur selbstándigen Wissenscbaii., j^ Criminología, cit., pág. 39. 4a,aUAa ob s-tdo BÍ B oaol^
cit., página 97. París, 1878, Masson. .1 .Buq ,-.
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pluralidad dispersa de publicaciones menores, así como en las actas de cuente presenta más anomalías corporales y anímicas que el hombre no
varios congresos internacionales de antropología criminaP^. delincuente^", pero estima que éstas son producto del medio sociaP^ y, en
amo Con ocasión de celebrarse en Roma el I Congreso Internacional de Antropología
todo caso, no explican el crimen sin el concurso del adecuado entorno,
'<"'• Criminal (1885), adoptó LACASSAGNEunaposturadefirme oposición a LOMBROSO
como lo demuestra el hecho de que se encuentran, también, en no
rebatiendo su hipótesis del atavismo según rezan las actas del citado Congreso: «Lo criminales. E n la aparición de tales anomalías juega un papel decisivo
importante es el medio social—argumentaba LACASSAGNE^**—.Permítaseme una la'pobreza, la miseria: las condiciones socioeconómicas^^. Ahora bien,
comparación tomada de la teoría moderna. El ambiente social es el medio en que LACASSAGNE —contra LOMBROSO— entiende que no son dichas
se cultiva la delincuencia; el microbio es el elemento delictivo que carece de anomalías las que «hacen» al delincuente, sino la relación siempre
importancia hasta el día en que encuentra el cultivo favorable a su nnultiplicación.
Creemos que el delincuente, con sus características antropométricas y las demás, cambiante del sistema nervioso central del individuo y el medio social
sólo tiene una importancia muy secundaria. Además, todas esas características sé que se traduce en imágenes más o menos equilibradas del cerebro^^.
pueden encontrar en gentes absolutamente honestas.» Concluyendo: «Las socie-
dades tienen los delincuentes que merecen»^^, tesis de acusado cariz sociológico Para LACASSAGNE cabe hablar de tres clases de hombres, de acuerdo con
que entronca con otra de las famosas manifestaciones del autor de claro abolengo otras tantas «topografías cerebrales»; esto es, según el emplazamiento en el
rusoniano: «A mayor desorganización social, mayor criminalidad; a menor desorga- cerebro de las tres funciones básicas del ser humano: las intelectivas (región frontal),
nización social, menor criminalidad; existe más criminalidad entre las sociedades y las afectivas (occipital) y las volitivas (parietal). La preponderancia —el desequilibrio,
los estados desorganizados que entre los estados y sociedades mejor organiza- en definitiva— de una u otra zona permitiría hablar entonces de un delincuente
frontal, parietal u occipital; o de una criminalidad de los afectos, de la acción, etc.^".

La teoría de la criminalidad de LACASSAGNE distingue, en la LACASSAGNE contempló, también, la influencia criminógena de las
etiología del delito, dos clases de factores: \qs individuales y lo&^cia- condiciones socioeconómicas en su artículo: «Marche de la criminalité en
les^^. Los primeros —los individuales— tienen u n a relevancia muy France de 1825 a 1880»^^, llegando a la conclusión de que, en términos
limitada, pues, en otro caso, se trataría no de un fenómeno criminal, sino estadísticos, existe u n a clara correlación entre los delitos contra el
estrictamente patológico: significan, a lo sumo, u n a «predisposición» al patrimonio y los cambios operados en las estructuras económicas. A su
delito, no u n a fatal determinación al mismo. Los decisivos —«determi- juicio, una representación gráfica del volumen y frecuencia de los
nantes» desde un punto de vista causal— serían para LACASSAGNE los primeros comparada con el crecimiento de los precios de ciertos produc-
factores «sociales». Estos desencadenan el hecho delictivo, haciendo tos de primera necesidad evidenciaría un paralelismo absoluto en las
germinar las tendencias e inclinaciones individuales que, por sí solas, no respectivas curvas. En un segundo trabajo publicado en 1882 —«La
podrían generar aquél. Reconoce LACASSAGNE que el hombre delin- criminalité comparée des villes et de campagnes»^^— examinó la distin-
ta incidencia criminógena de los factores económicos en la criminalidad
urbana y en la rural; la comparación de las curvas de u n a y otra
•?tíní)B ÍB ,j3iyBiJ8dí5 ,<-.B3rgóíoboBO'iOBm» ñ h o a . •.„•-..-• ,«,
• ütd(\9, np.R'í nrtp.RTRftWnÍTRv afitis'aonírnh:;.) aüíansuCteisí: demostraría, a su entender, que existen, además, otros factores
^^ Fundamentalmente en los Congresos de Roma (1885), París (1889), Bruselas (1892) ^^^ «www w w^ wiiiúiii^tv^ !í7 -j-.j'Áj c</J Ju ! it? í:?up (53«
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y Amsterdam (1901). Parte de sus tesis se recogen, también, en el prólogo a la obra -mo-^IQ O•t¡--.ínoD 19100 ¿Oto aoí n6 ;i6ninT¡9Q vegisllonsaabsisq
de E. LAUEENT (Les habitúes des prisons de París, 1891)- y en dos artículos: •UDCiq \ oDi>3ilqitiurn ÍÍÉP! 9B 39n&rn':9ij so! .oioiqo^q zém ol ato
,aéf Marche de la criminalité en France de 1825 a 1880 (en: Eévue Scientifique, 28,1881, • .ifn.o
Sí-'P págs. 674 y ss.), y La criminalité comparée des villes et des campagnes (en: Bulletm ^° Vid. HERING K. H., Der Weg der Kriminologie, cit., pág. 98. i«f' --
8ti' de la Societé d'Antropologie de Lyon, Lyon, 1882). Cfr. HERING, K. H., Der Weg dar ^^ LACASSAGNE en: Actas del 2.^ Congreso, cit., pág. 165 y 166; y del 1.°, págs. 176
Kriminologie, cit., pág. 97 y ss. 22
y ss. Cfr. HERING, K. H., Der Weg der Kriminologie, cit., pág. 98.
Actes du Premier Congrés International d'Anthropologie Criminelle, pág. 166. 23
Cfr. HERING, K. H., Der Weg derlSriminologie, cit., pág. 98.
" Ibídem, pág. 167. Un discípulo de LACASSAGNE, LOCARD, completó dicho Vid. LACASSAGNE, Marche de la criminalité en France, cit., supra (nota 14), pág.
'• '• pensamiento con otro: «Y yo digo, también: las sociedades tienen la policía que se 674 y 683; también, en: prólogo a la obra de LAURENT, pág. v y ss.
merecen.» Cfr. RODRÍGUEZ MANZANERA, L., Criminología, cit., pág. 325. ^* Vid. RODRÍGUEZ MANZANERA, L., Criminología, cit., pág. 325; HERING, K. H.,
^^ Vid. RODRÍGUEZ MANZANERA, L., Criminología, cit., págs. 325-326. 25
Der Weg der Kriminologie, cit., págs. 98 y 99.
^^ LACASAGNE, en: prólogo a la obra de LAURENT, cit., pág. III y IV; también, en: 26
Cit. supra, nota 14. /i ¡ >n\ ) / Í I-JI! . U /\ T)y,y','i-^ -1 !
La criminalité comparée, cit., pág. 7. Cit. supra, nota 14. ••> •'u >i>íi'^(t'i . ' , / * } i , i / . \ . " ' / / ; . ' ÁdUH .'tío *^
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criminógenos, y que el fenómeno delictivo tiene, en cada caso, su propia el mismo proceso, con la única diferencia de que sólo podremos analizar los
etiología^^. elementos nocivos, en vez de examinarlos con el microscopio o cultivarlos en
geiatina»^^
La importancia trascendental que la Escuela francesa de Lyon
atribuye al medio social no ha de confundirse con la teoría situacional de AUBRY, como LACASSAGNE, distingue dos clases de factores
la criminalidad que profesaba la Escuela Clásica. cripiinógenos: los predisponentes (así, la herencia, el desequilibrio
Como advierte BERNALDO DE QUIRÓS, «no se trata de la teoría clásica de la nervioso, las deformidades anatómicas, etc.) y los transmisores del
ocas/ó/?;pues un mayor número de personas en quienes el sentido de la probidad contagio (entre otros: la educación, la familia, las presiones ambientales,
está arraigado no sienten la tentación, y otras la sienten, mas la resisten y vencen.
etc.).
El vencido, en cambio, lleva siempre la huella por imperceptible que sea, de un
estado morboso particular. Pero tampoco bastaría éste para el delito si el ambiente
social no lo excitara. Por otra parte, a menudo, el extremo del lucro, exigido por los
juristas para el delito, falta»^^

LA TEORÍA PSICOSOCIAL D E G. T A R D E Y LAS L E Y E S


Dicho de otro modo: para los clásicos, no existe diferencia cualitativa
D E LA «IMITACIÓN».—G. TARDE (1843-1904)
alguna entre el hombre delincuente y el no delincuente (principio de
igualdad). El crimen es producto de u n acto supremo de libertad Jurista, psicólogo y sociólogo, nació en la localidad francesa de Sarlat, en el seno
individual (dogma del libre albedrío) y la concreta opción delictiva, de una familia aristocrática^". Ingresó en la Escuela Politécnica con el propósito de
explicable por factores estrictamente situacionales (la ocasión). La llevar a cabo «un periplo enciclopédico alrededor de todas las ciencias y de construir
Escuela de Lyon, sin embargo, reconoce un fondo patológico o estado un vasto sistema filosófico»^\ pero una enfermedad le obligó a renunciar a talintento,
cursando la carrera de Derecho. Durante quince años fue juez de instrucción y
morboso individual en el hombre delincuente, si bien asigna al mismo
magistrado en su pequeña villa natal habiendo rechazado todos los ascensos y
un rango etiológico muy secundario (predisposición) en comparación con cambios de destino que le apartasen de ella. En 1894 fue designado director de la
la relevancia del «medio social» o milieu. Oficina de Estadística Criminal del Ministerio de Justicia francés, cargo que le
permitía documentar con toda suerte de datos empíricos oficiales sus tesis
b) P. AUBRY acude, también, a la imagen bacteriana para exponer su criminológicas. Dirigió, también, la revista «Archivos de Antropología Criminal» que
tesis sobre la génesis de la criminalidad: el crimen es como u n virus que fundara junto con LACASSAGNE, publicando en ésta, en la Révue Philosopique y
necesita unas condiciones adecuadas para multiplicarse. En su obra en otras revistas numerosos trabajos.
«Contagio del homicidio» (1895) compara la delincuencia con u na epide- Su personal enemistad con DURKHEIM le cerraría a TARDE las puertas de la
Universidad, de modo que, de hecho, su magisterio tuvo lugar en la Academia de
mia, analogía que le permite explicar por qué, igual que en el caso de una Ciencias Morales y Políticas.
familia afectada, unos individuos delinquen y otros de la misma socie- A pesar de su estrecha y cordial relación con FERRI, TARDE fue, tal vez, el más
^ ^^" atrúo. .HBmsbs, ,,í!3taix9 sirp .labímíaB ua B . enconado opositor de las tesis del positivismo criminológico en toda Europa,
particularmente de las antropológicas de LOMBROSO, llevando a cabo una labor
«Es que en unos —dice— el elemento vírico no ha encontrado terreno abonado
para desarrollarse y germinar; en los otros, por el contrario, el campo de cultivo era
de lo más propicio, los gérmenes se han multiplicado y producido desórdenes más
o menos graves. Cuando se trata de un contagio moral —concluye—, del contagio 29
Cfr. RODRÍGUEZ MANZANERA, L., Criminología, cit., pág. 326.
del delito, ¿pasarán las cosas de otro modo? No, indudablemente. Encontraremos 30
Sobre G. TARDE, vid. WILSON VINE, M. S. «G. Tarde», en: Pioneers, cit., pág. 230
^t!,•^,'-!r»^
y ss.; BONGER, W., Introducción a la Criminología, cit., pág. 139 y ss.; del mismo:
Criminality andEconomicConditions, Boston, 1916, Little,BrownCo.;RODRÍGUEZ
Op. cit., págs. 20 y ss. LACASSAGNE admitió, también, la incidencia etiológica del MANZANERA, L., Criminología, cit., pág. 345 y ss.; LACASSAGNE, A., Gabriel
factor climático, al constatar un acusado incremento de los delitos de sangre en los Tarde (his life and works), en: Archives d'Anthropologie criminelle, 1904, 19;
países meridionales y durante los años más calurosos, por ejemplo, si bien, a su GIDDINGS, F., Introduction to Tarde's life in G. Tarde's Laws of Imitation, New
juicio, dicho factor sólo podría explicar —y no satisfactoriamente— u n a pequeña York, 1903, H. Holt; MANNHEIM, H., en: Comparative Criminology, cit., I., pág.
parte del problema. Cfr. HERING, K. H., Der Weg der Kriminologie, cit., pág. 325. 218 y ss.; WILHELM, E., G. Tarde, La philosophie pénale, en: ZstW, 1895, Berlín,
Bd. XV, págs. 357 y ss.
Cfr. EODRÍGUEZ MANZANERA, L., Criminología, cit., pág. 325.
Vid. RODRÍGUEZ MANZANERA, L., Criminología, cit., pág. 345. « « • .s»-?"

.1
TRATADO DE CRIMINOLOGÍA 461
460 ANTONIO GAECÍA-PABLOS DE MOLINA

La teoría sociológica de TARDE gira en tomo a tres conceptos:


crítica en el continente parecida a la protagonizada por GORING en el Reino Unido^^
No obstante, y aun cuando TARDE fue absolutamente original —cuando escribió su invención, imitación y oposición^^. Los inventos, creaciones de indivi-
( ' • •
primera obra criminológica: ¿a Estadística Criminal, TARDE confiesa no haber leído duos geniales, se diseminan a través del sistema social gracias a
aún a LOMBROSO, a GAROFALO ni a FERRI— lo cierto es que la posterior procesos de imitación, hasta que encuentran u n obstáculo. Éste podrá
consideración de las publicaciones de los tres italianos le permitió matizar sus
ser superado o, caso contrario, dará paso a u n nuevo proceso. La
propias ideas^^ invención es, pues, el punto de partida del progreso, y guarda u n a
fiutírtjp9aai.i ia~,n
estrecha relación con la estratificación social y las diferencias naciona-
TARDE es u n ejemplo muy significativo de genialidad, prestigio y les. La imitación se define por TARDE como «una cuasifotográfica
eminencia intelectual desligado del liderazgo y boato de la vida acadé- reproducción de u n a imagen cerebral» y admite dos modalidades:
mica^^. Uno de los pensadores más originales y, tal vez, peor conocidos imitación lógica y extralógica. La primera enfatiza los aspectos raciona-
de la moderna criminología. les: en este sentido, la tendencia a imitar algo es directamente propor-
Entre sus obras destacan, junto a la citada. La Criminante comparée (1886), en cional al nivel tecnológico del hallazgo en coherencia con el de la sociedad
la que acentúa la relevancia criminógena de los factores sociales frente a los físicos, de su tiempo. La imitación extralógica es independiente del valor
antropológicos, etc.; La Piíilosopliie Pénate (1890); Etudes penates et sociates objetivo de la novedad adoptada y sigue sus leyes propias (vg., la moda):
_, (1891), obra estrictamente criminológica en la que recopila artículos previos, con
por ejemplo, en su origen, el invento suele ser imitado por los estratos
gran apoyo estadístico, y explica casos penales célebres; Las teyes de la imitación
(1890); Las transformaciones dei Derecho (1893); La tógica 50c/5/(1893); La sociales m á s próximos a la fuente del descubrimiento, para irradiar,
Oposición universal{\Wn); Las leyes sociales (1898); Las transformaciones del después, hacia los círculos exteriores más lejanos. La imitación extralógica
/7í70l?A(1899), etc. es vertical en su dinámica: desciende de las capas sociales más podero-
sas a las deprimidas, lo que determina el inevitable declinar de aquéllas
a) P a r a TARDE, la criminalidad no es u n fenómeno antropológico^^ cuando pierden su capacidad de liderazgo propio de todas las élites.
sino social, gobernado por la imitación como sucede con todos los hechos Según TARDE, la imitación es esencial e inherente a la vida social:
sociales. un grupo social —afirma— es u n conjunto de seres en tanto que se
«Tous les actes importants de la vie sociale son exécutés sous l'empire imitan unos a otros, o bien sin imitarse actualmente se parecen, y sus
de l'exemple», afirma en su Philosophie Pénale^'^. Por ello, la ciencia rasgos comunes son copias antiguas de un mismo modelo»^®. La sociedad
tiene por objeto comprobar repeticiones: repeticiones que en el mundo es un grupo de gente que se imitan y, en consecuencia, el crimen no es
físico se manifiestan a modo de ondulaciones, como herencia en el ajeno a la moda y a la imitación tampoco. El criminal se manifiesta, a
orgánico, y como imitación en el social. El crimen, a menudo, nace como menudo, como u n imitador, menos original de lo que pudiera estimar-
u n a moda y, a través de la imitación, se convierte en u n a costumbre o se«.
habito . ;¡9 ooii>ólonimiio ornaivitieoq leo ssawj ¿a¡ wu lunoux^v,- orl)i;ífi íijh>oíoiJ9BíaÍTsboím/qnuübaeb,80,S(1HATaisqJubosáj^ S
„ -jZiiñi 9ll OÍOP9M0J 3>> ' 3'DO oqoíínt 2s! 9b 9}iie' ' :! od'iOiTi Í9 ,BÍ::m979r{ sí ,smíí;j la aiip-aiafijtoqí
~ ~, „ . . - . . . . , , ^^^^ ^^
^"^ Vid. R O D R Í G U E Z MANZANERA, L., Criminología, cit., pág. 347. .,;, j ^ pr ,A, -;
^^ Cfr. RODRÍGUEZ MANZANERA, L., Criminología, cit, pág. 348.
Vid. WILSON VINE, M. S., G. Tarde, en: Pioneers cit., págs. 233 y 234. Como
El fenómeno psicosocial de la «imitación» había sido ya observado con anterioridad
recuerda la autora, la obra de TARDE sólo pudo ser conocida por el público inglés
por autores como H. SPENCER, J. L. ALIBERT, A. QUETELET y otros. Pero
en 1912, casi al mismo tiempo que la de GORING. ninguno de ellos había sido capaz de formular una teoría sobre la criminalidad como
33 Cfr. RODRÍGUEZ MANZANERA, L., Criminología, cit., pág. 346.
actividad social, partiendo de la situación y estructura de la sociedad, u n a teoría
34 Así, WILSON VINE, M. S., en: Pioneers, cit., pág. 228. psicosocial totalizadora, global. Cfr. HERING, K. H., Der Weg der Kriminologie,
«Es posible que se nazca ya delincuente, pero, desde luego, es seguro que uno se hace cit, págs. 104 y 105. Los críticos de TARDE, sin embargo, le reprochan haber
delincuente», afirmaba TARDE (Actas del 2.- Congreso, c i t , pág. 253). simplificado al máximo el acontecer social, estimando que no puede reducirse al
Philosophie Pénale, 1890, 4^ ed. (1903), pág. 323. fenómeno de la imitación. BONGER, por ejemplo, después de ironizar con algunas
Vid., WILSON VINE, M. S., en: Pioneers, cit, pág. 232;RODRÍGUEZ MANZANERA. tesis de TARDE (vg., equiparar los actuales vagabundos con los trovadores errantes
L., Criminología, cit., pág. 347.; HERING, K. H., Der Weg der Kriminologie, cit., del medievo), advierte que la tradición, la moda o la imitación pueden explicar cómo
pág. 104. ;nfi>-p,ih') ,, J ,!iH.'iv''PiAi/ll-ü'/i AaÜT.j)n»-.x/.fi .

•aL^
462 ANTONIO GAECIA-PABLOS DE MOLINA TRATADO DE CRIMINOLOGÍA 463

P a r a explicar los modelos repetitivos del comportamiento criminal, philosophie Pénale, y siguiendo un enfoque muy semejante al de la
formuló TARDE sus tres conocidas leyes de la imitación^\ asociación diferencial de SUTHERLAND^^, resalta TARDE el origen
social del crimen, la conexión inequívoca del mismo con el medio social.
Según la primera ley, el hombre imita a otro en proporción directa al Sin embargo, no asume el determinismo social de los positivistas, cree
grado de proximidad o intimidad de la relación entre ellos existente y de en el libre albedrío*^. Opción individual y entorno son, para TARDE, los
su naturaleza. dos factores que condicionan las carreras criminales. Cuando mantiene
En las ciudades y núcleos muy congestionados, donde el contacto es estrecho TARDE que el slum, el submundo criminal y las propias prisiones sellan
y la vida muy activa e intensa, la imitación resulta muy frecuente y cambia a menudo el inicio de las carreras delictivas, en cierto sentido anticipa ya un
de dirección. Por el contrario, en los grupos humanos rurales, en los que la actividad
análisis sociológico de vanguardia: el seguido por la Escuela ecológica de
es menor y el contacto interpersonal menos estrecho, la imitación es, también,
menor y menos cambiantes sus pautas o modelos. En el primer caso, TARDE habla Chicago^^.
de moda, en el segundo, de costumbre:sox\ las dos formas de la imitación, que se
alternan con un ritmo irregular en toda sociedad..^A^'t
En TARDE puede encontrarse, también, apuntada u n a idea que
desarrollará posteriormente SUTHERLAND: la del delincuente como
A tenor de la segunda, el superior es imitado por el inferior. profesional que aprende su oficio. Según TARDE''^, asesinos, carteristas,
ladrones y timadores son individuos que, como les médicos, abogados,
Algunas manifestaciones de la criminalidad que otrora fueron reservadas a la etc., h a n tenido u n largo período de aprendizaje, en un a adecuada
realeza o a la aristocracia se democratizaron después, a finales del siglo XIX, y se
presentan en todos los estratos sociales. El liderazgo y la capacidad de dirección se atmósfera criminal, rodeado de los colegas y camaradas idóneos. Esta
asumirá, entonces, por la ciudad, cuyas pautas y modelos son imitados por la tesis será el punto de partida de SUTHERLAND, quien detallará en su
población rural. conocida obra «The professional Thief»_otros extremos de dicho aprendi-
^ i *-¡ í-i - i rv VJ-. í-a- r \ f ri"r«Trrt*ff\ •tof-..
zaje: el delincuente no sólo aprende su profesión, sino también los
La tercera ley de la imitación (ley de la inserción) destaca el carácter instrumentos, técnicas y medios comisivos necesarios, el lenguaje del
subsidiario o alternativo con que actúan ciertas modas criminales submundo criminal e incluso el correspondiente código de valores del
recíprocamente excluyentes cuando concurren en el tiempo. El incre- mismo*^. Todo ello significa que la moderna sociología criminal norte-
mento de la más reciente es correlativo al descenso de la anterior, salvo americana es, en buena medida, tributaria del pensamiento genial de
contadas excepciones. TARDE, quien, tal vez sin el rigor teórico de ésta y su colosal respaldo
empírico, formuló ya, con notable anticipación, algunas de sus má&
b) TARDE profesa un a teoríapsicosocial de la criminalidad. Discrepó
conocidas hipótesis*^.
abiertamente de la tesis antropológica del delincuente «nato» por enten-
der que es la sociedad misma, con su ejemplo bueno o malo que el El moderno sociologismo de TARDE se constata en su explicación
individuo «imita», la última responsable. El magisterio social, la peda- dinámica del problema criminal, paralelo a la evolución de la moderna
gogía social, para TARDE, es, desde u n punto de vista etiológico, mucho aO-HA''^' -••;«) tejlf88911583'
más importante que el clima, la herencia, el morbo o la epilepsia*^. Éste
—y no otro, exculpatorio— es el sentido de la famosa afirmación de 44
Así, WILSON VINE, M. S., en: Pioneers, cit., pág. 229.
TARDE: «Todo el mundo es culpable excepto el criminal»''^. En su 45
Vid. WILSON VINE, M. S., ibídem.
46
Resaltando, también, esta conexión: WILSON VINE, M. S., en: Pioneers, cit., pág.
230.
se transmite o conserva u n hábito, no por qué se produjo (Introducción a la Vid. TARDE, G., La criminalité professionelle, en: Archives d'Anthropologie
Criminología, cit., pág. 140). criminelle, 1896, vol. 11, Cfr. HERING, K. H., Der Weg der Kriminologie, cit., pág.
*Í^ Sobre las leyes de la imitación, vid. WILSON VINE, M. S., en: Pioneers, cit., págs. 103; WILSON VINE, M. S. En: Pioneers, cit., pág. 230. Cfr. SCHNEIDER, H. J.,
-,oX 231 y 232. Kriminologie, cit., pág. 99.
*^ TAEDE, G., La Criminalidad Comparada, La España moderna, s. f., págs. 27 y ss. SUTHERLAND, E. H., The Professional Thief, 1937 Cfr. WILSON VINE, M. S.,
*^ P a r a una interpretación del alcance de esta frase de TARDE, vid. GÓPPINGER, H., ibídem.
gatn Kriminologie, cit., pág. 25; SEELIG, E., Tratado de Criminología, Madrid (1958), Así, WILSON VINE, M. S., ibídem; también MERGEN, A., Die Kriminologie. Eine
Of.j; Instituto de Estudios Políticos (traducción de Rodríguez Devesa, J. M-), pág. 40. systematische Darstellung, cit., pág. 414. . -, - -, .
464 ANTONIO GARCÍA-PABLOS DE MOLINA TRATADO DE CRIMINOLOGÍA 465

sociedad industrial y del fenómeno urbano. En efecto, según TARDE^° Aun manifestando toda suerte de reservas, según TARDE las estadísticas
con el progreso de la civilización los factores físicos (clima, situación parecen demostrar que en los núcleos urbanos se ha producido una lenta sustitución
de la violencia brutal de las zonas rurales. El crimen de la ciudad consiste
geográfica, etc.) van perdiendo relevancia y pasan a u n primer plano los fundamentalmente en actos de fraude, estafa, timos, etc.; mientras la criminalidad
factores sociales. Pobreza o riqueza no son, en sí mismos, factores del «campo» es una criminalidad violenta y primitiva. Este criterio psicosocial, y la
criminógenos, según TARDE, quien da más importancia al sentimiento contraposición correlativa: delitos contra la propiedad K^ASÍ/S del ¡tos contra la vida,
de felicidad o infelicidad, de satisfacción o insatisfacción de unas ha sido todo un lugar común en el pensamiento criminológico^^.
necesidades a menudo artificialmente hiperestimuladas. ha gran ciu- *
dad moderna, impersonal, conflictiva, anónima, que acumula riqueza y c) El T^iensaraxento filosófico y penológico de TARDE discrepa tanto del
tentaciones, donde el fenómeno de la imitación alcanza sus mayores positivismo criminológico como del clasicismo. ,
cotas y más débil resulta el control social y los grupos primarios, Partidario del libre albedrío, condiciona, sin embargo, la responsabi-
desempeña u n papel decisivo en la teoría de la criminalidad del autor. lidad penal del individuo a u n a doble exigencia: la «identidad personal»
* P a ra TARDE cinco son los factores que explican el incremento de las de éste consigo mismo antes y después de la infracción, y lo que
tasas de delincuencia: la quiebra de la moral tradicional, basada en el denomina la «similitud social», esto es, la adecuada integración o
sistema ético del cristianismo; el desarrollo en las clases media y baja de adaptación de aquél a su grupo o subgrupo sin la cual sólo cabría
un deseo de progreso y bienestar, determinante de un a alta movilidad aplicarle u na medida, no u na pena^*.
social y geográfica, con el correlativo debilitamiento de las clases La teoría de lapena de TARDE, así como sus puntos de vista en torno
1^ tradicionales y grupos primarios; el éxodo del campo a la ciudad, que a la función penal y al proceso, parten de u n a base psicológica muy
desequilibra el mercado del trabajo al no poder dar respuesta la oferta acusada. A su juicio, u n comité de expertos (médicos y psicólogos)
al desmedido y acelerado incremento de la demanda de trabajo; la debiera decidir, en el marco de la administración penal, sobre la
formación de subculturas desviadas, con el correlativo desmoronamien- responsabilidad del individuo. Y las penas impuestas orientarse, tam-
to del monolitismo social y axiológico, y, por último, la inseguridad de las bién, desde esta perspectiva psicológica, distinguiendo no sólo la clase y
clases sociales privilegiadas, de élite, que pierden su capacidad directiva gravedad del delito cometido, sino las características del penado: por
y dejan de servir como modelo de conducta^^ Problemas que TARDE ejemplo, según se trate de un delincuente rural o de u n delincuente
estima sólo pueden resolverse con u n fortalecimiento de los grupos urbano^^. TARDE cree, sin reservas, en el efecto disuasorio del castigo,
primarios, especialmente, de la familia y sus valores. Con ello, esboza por lo que es partidario de la pena capital como resorte preventivo*^®.
^ TARDE u na concepción subcultural y conflictual incipiente, adelantán-
' dose a conocidas formulaciones posteriores de la sociología criminal Desde u n punto de yista político^criminal, TARDE formula u n a
norteamericana. í...^"!._, 7jJ_ _ sugerencia de gran interés: si el dejincuente es un «profesional» —lo son, a^

Desde u n punto de vista criminológico interesa resaltar que TARDE


contrapone criminalidad urbana y criminalidad rural, distinción que ®^ Cfr. WILSON VIDE, M. S., ibídem. TARDE analiza las estadísticas con un
sustituye las tipologías positivas. No desarrolló, sin embargo, TARDE saludable espíritu crítico. Así, por ejemplo, tuvo en cuenta el problema de la «cifra
ninguna clasificación completa y congruente con su punto de partida negra» en su obra: Les délits impoursuivis (aparecida en: Archives d'Anthropologie
psicológico (imitación) o con la concepción del delincuente como profesio- criminelle, París, 1894, págs. 641 y ss.). Vid. MERGEN A., Die Kriminologie, cit.,
naP^. pág. 193, nota 75.
"* Véase Philosophie penal, versión inglesa (R. H. Gault), págs. IX a XVIII. Cfr.
RODRÍGUEZ MANZANERA, L., Criminología, cit., pág. 350; WILSON VIDE, M.
'• -^ -sia^MavEíViaoscíJ. S., en: Pioneers, cit., págs. 234y ss.; también, TARDE, G., en: Actas al III Congreso,
^° TARDE, G., La criminalidad, cit., págs. 27 y ss. .ííB .v^a ..Jia .eraoío cit., págs. 83 y ss. Según HERING, K. H., la construcción del autor no pretende sino
^^ TARDE, G., en: Estudios Penales y sociales, La España Moderna, Madrid, s. f-, eludir el problema filosófico del libre albedrío (Der Weg der Kriminologie, cit., pág.
págs. 267 y ss. Cfr. RODRÍGUEZ MANZANERA, L., Criminología, cit., págs. 349 105).
y ss. '••MÍ»J; '^ Cfr. WILSON VIDE, M. S., en: Pioneers, cit., pág. 236. U Í ; > 4 -^
^^ Cfr. WILSON VIDE, M. S., en Pioneers, cit., págs. 232 y 233. ^úoi£<ku,.,,. ^^ Cfr. WILSON VIDE, M . S . , ibídem.
466 ANTONIO GARCÍA-PABLOS DE MOLINA TRATADO DE CRIMINOLOGÍA. 467

al menos, algunos— la criminalidad es, entonces, u n a industria especial E. CARNEVALE demuestra el eclecticismo característico de la Terza
ejercida por un a determinada clase de individuos que producen^ieíítos~ Scuola en todas sus tesis^^. Así, basa la responsabilidad criminal en la
de acuerdo con las leyes generales del rnercadó. "CT la salud del delincuente, pero reconoce la necesidad de aplicar «medidas de
disminución de la producción (delincuencialse r e g i r á j i o r J ^ i £ ^ m i s ^ ^ seguridad» al no imputable. Analiza el crimen desde u n punto de vista
normas de la economía general y del concreto mercado al que pertenece «jurídico» y reconoce plena autonomía al Derecho Criminal, si bien
esa industria o actividad en particular. Como tal industria deBejccSüEem- critica el excesivo tecnicismo jurídico y sugiere se consideren los aspec-
plarse el problema del crimen, con todas sus consecuencias^'''. ~ ' tos sociológicos y antropológicos del fenómeno criminal. Proclama, por
Partidario del sistema celular, suavizado con u n fluido mecanismo de una parte, la «reforma social» como primer deber del Estado en la lucha
visitas al recluso, y de la libertad condicional, se mostró, sin embargo, contra la criminalidad, pero rechaza, por otra parte, la concepción
muy escéptico respecto al sistema del jurado, por entender que falta a lombrosiana del delincuente nato, proponiendo se distinga entre
sus miembros la necesaria preparación científica para adoptar decisio- «causalidad» y «fatalidad».
nes inteligentes^**. B. ALIMENA sigue u na orientación semejante^^. Su «positivismo
crítico» le lleva a negar la posibilidad de que el Derecho Penal sea
» uíoá ífiífü jfi mcjmjÁí'íUfid: '' ' absorbido por la Sociología (como pretendiera FERRI) y, sin embargo,
reconoce la conveniencia de que el examen dogmático del crimen sea
4 . ESCUELAS ECLÉCTICAS^^ ^ - ,Tl*f|«§p' complementado por la Sociología, la Estadística, la Antropología y la
Psicología. «A nosotros nos corresponde la tarea —decía ALIMENA— de
^ Se examinan a continuación, tres escuelas que pueden calificarse de integrar la exigencia jurídica con la exigencia psicológica y sociológica.»
«intermedias» o «eclécticas», porque trataron de buscar el difícil equili- Niega ALIMENA el libre albedrío y, sin embargo, admite la distinción
brio entre los postulados clásicos y los positivistas en los diversos entre imputables e inimputables, según se tenga o no aptitud para sentir
ámbitos (metodológico, filosófico, penal, criminológico, político-crimi- la coacción psíquica.
nal, etc.). No convencieron a neoclásicos, como DONNEDIEU DE
Los postulados de la Terza Scuola, fruto de un a actitud de «compro-
VABRES, ni a positivistas (FERRI las calificó de «meteoritos de corta
miso» realista, pueden sintetizarse en las siguientes tesis:^*
duración»)®^. Merecen ser citadas por el esfuerzo de síntesis que llevaron
a cabo más que por la escasa originalidad de las mismas en las diversas 1)Nítidadist¡nción entre disciplinas jurídicas y disciplinas empíricas, las primeras
necesitadas de un método lógico-abstracto y deductivo, las segundas de un método
áreas del saber. . . ^.. -, -, . - r- experimental, causal-explicativo. 2) Desde un punto de vista etioiógico, el delito se
A) La «Terza Scuola» italiana o Positivismo crítico^^.—Sus autores concibe como hecho complejo, como fenómeno social causado naturalmente y
producto de factores tanto endógenos como exógenos. 3) Rechazo de la «tipología
más representativos fueron ALIMENA, CARNEVALE e IMPALLO- positivista» (del concepto de «delincuente nato» y de las «clasificaciones» positivistas),
MENI. aceptándose tan sólo la existencia de delincuentes «ocasionales», «habituales» y
'^^. ^L! t>\''f u i •^m;.';i „/c-,'?i . ' ti .irrn/ «anormales». 4) Dualismo penal que permite conciliar el uso simultáneo de conse-
B^fo '-' ( iiy^i j '* • V.'-* .ííii.s-'i-í, t . ' ,\ T fni' otf cuencias jurídicas distintas: las «penas» y las «medidas» de seguridad. La Terza

'-r.'--^fiir¡^-t
^' Vid. Sobre esta concepción de TARDE del crimen como «industria» especial de
determinados «profesionales»: HERING, K. H., Der Wegder Kriminologie, cit., pág. CARNEVALE fue el primer autor en referirse a u n a terza scuola: Una terza scuola
di Diritto Pénale in Italia (en: Rivista de discipline carcerarie, 1891). Una reseña
^^ Vid. WILSONVIDE, M. S., en:Pioneers, cit., pág. 236. = ,:'^ completa de la obra de CARNEVALE, en: SAINZ CANTERO, J. A., Lecciones, cit.,
^^ Véase MANNHEIM, H., en: Pioneers, Introduction, págs. 29 y ss. págs. 140 y ss. (nota 37).
^° FERRI, E., Principios de Derecho Criminal, Madrid (1933), pág. 61. ALIMENA, B., Note di un criminalista, Módena, 1911 (obra que sintetiza el
^^ Sobre la Terza Scuola, vid. ANTÓN ONEGA, J., Derecho Penal, P. G., cit. (Akal), pensamiento del autor).
págs. 37 y ss.; MIR PUIG, S., Introducción a las bases del Derecho Penal, cit., págs. 64
ANTÓN ONECA, J., Derecho Penal, P. G., cit., pág. 38; MANNHEIM, H., en:
185 y ss. Pioneers, cit., págs. 29 y ss.
468 ANTONIO GARCÍA-PABLOS DE MOLINA TRATADO DE CRIMINOLOGÍA 469

Scuo/ase opone, por ello, al monismo de la Escuela Clásica (exclusivismo de la pena Pero la figura más destacada fue F. von LISZT, cuya lección inaugu-
, retributiva) y al monismo positivista (sustitución de la pena por la medida). 5)
/' Filosóficamente, no opta por el determinismo radical del positivismo ni por el libre
ral en Marburgo (Programa de Marburgo, 1882) da nombre a la propia
albedrío absoluto del clasicismo. Conserva la idea de la «responsabilidad moral» escuela, conocida también como Escuela Sociológica Alemana. F. von
como fundamento de la pena, y la de «temibilidad» o «peligrosidad», compatible con LISZT adopta una postura equidistante de los postulados clásicos y de
aquélla, que autoriza la imposición de medidas de seguridad. 6) La finalidad de la los positivistas. Su teoría de la criminalidad y sus propuestas
pena no se agota en el castigo del culpable. Requiere, también, su corrección y
'metodológicas y político-criminales responden a u n a actitud ecléctica y
readaptación social, objetivo que trasciende el mero afán prevencionista o las metas
defensistas y expiacionistas. realista de compromiso.
En cuanto a lagénesis de la delincuencia, F. von LISZT, siguiendo los

I
B) La Escuela de Marburgo o Joven Escuela de Política Criminal^^— «nuevos horizontes» de FERRI, discrepa tanto de las explicaciones
En 1888rPRIÑSrVAN HAMÉL y VON LISZT fundan la Asociación antropobiológicas de LOMBROSO (teoría del delincuente «nato»)*^® como
Internacional de Criminalística; asociación que, desligada de la disputa de las tesis «ambientales» de TARDE («todo el mundo es culpable
o lucha de escuelas, pretendía «subrayar par a el criminalista la necesi- excepto el delincuente»). Sugiere, por el contrario, u n a comprensión
dad de investigaciones sociológicas y antropológicas», tomando «como pluridimensional del crimen que tiene en cuenta, como factores
tarea común la investigación científica del crimen, de sus causas y de los criminógenos, la predisposición individual y el medio o entorno^^. «Él
medios para combatirlo»*'®. Las directrices más acusadas de la Joven Helito —dirá von LISZT— es el resultado de la idiosincrasia del infractor
Escuela o «Escuela Sociológica» fiíeron*''': en el momento del hecho y de las circunstancias externas que le rodean
1) Sustitución de los planteamientos filosóficos de la Escuela Clásica por un claro en ese preciso ínstente»™; para F. voñ LlS2T7tres son las «c^usas/> de la
«.B:: «pragmatismo», que presupone el análisis y conocimiento de la realidad social. 2) criminalidad: los defectos de la personalidad, el déficit en los procesos de
Contemplación del delito como fenómeno natural y jurídico al mismo tiempo, socialización y la bancarrota de la justicia penal, fenómeno este último
compaginando el estudio empírico de sus causas y la elaboración dogmática del
sociopatológico que coadyuva al creciente incremento de las tasas del
mismo. 3) Dualismo penal, esto es, reconocimiento de dos clases de consecuencias
jurídicas distintas, dirigidas a objetivos diferenciados, pero complementarios: la crimen y de la reincidencia''^ Esta tesis «plurifactorial» fue asumida por
pena y la medida de seguridad. 4) La «defensa social» se configura como fin la propia Asociación Internacional de Criminalística que fundó von
prioritario de la Administración penal. 5) Eclecticismo filosófico en cuanto al proble- LISZT. Y determinó, h a s ta la segunda guerra mundial, el pensamiento
ma del «libre albedrío»: se ignora éste, admitiéndose, sin embargo, la existencia en criminólogo en Europa (fórmula «disposición/medio ambiente») y en
todos ios hombres de una impresión de libertad interna. El concepto de «estado
.....,„ peligroso» sustituye al de «responsabilidad moral».
Estados Unidos (concepciones «plurifactoriales») en cuanto a l a descrip-
*W<3tíeto jbeaQ {S .ovifsoiiqxe-lESUBO Jeínemh; ción y análisis causal de la delincuencia. .
íjisoq^ íab Bi-jnsiai.
A. PRINS expuso en 1910 su teoría del «estado peligroso», siendo el fii '.¡OQ) BraoíoaknnD rú loa IBÍJBH. OÍÍOQISÜ ísb nói.:iisiíif.uB BI or
primero en formular u n a teoría autónoma de la «defensa social», de la
gue se haría eco la propia ley belga de 1930 sobre anormales y habitua- '^^ F. von LISZT, Kriminalpolitische Aufgaben, 1889, pág. 308: «No existe un homo
tesioo e 9uptensqomeilsuG {>• .«astem'^ delinquens». Cfr. MIR PUIG, S., op. cit., pág. 224, nota 131. Sobre el problema, vid.
F. von LISZT, Aufsátze und Vortráge, Berlín, 1905,1, págs. 308 y ss.
69
«Ambas clases de tratamiento empírico del crimen, la biológica y la sociológica, no
sólo no se hallan en abierta contradicción u n a respecto a la otra, sino que se
complementan recíprocamente: sólo a través de la conjunción de ellas nos resulta
'^^Sobre la Joven Escuela alemana de Política Criminal, vid. GOPPINGER, H., posible una explicación causal de la criminalidad» (F. von LISZT, Aufsátze und
Kriminologie. cit., págs. 25 y ss.; HERING, K. H., Der Weg der Kriminologie cit., Vortráge, cit. II, págs. 234 y ss.).
pos págs. 173 y ss. (y reseña bibliográfica allí citada); MEZGER, E., Criminología, cit., 70
F. von LISZT, Das Verbreche n ais soziopathologische E r s c h e i n u n g , en:
,,,.í£- págs. 237 y ss.; MIR PUIG, S., Introducción a las bases del Derecho Penal, cit., págs- Strafrechtliche Aufsátze und Vortráge, II, pág. 234 (el autor siguió la concepción
216 y ss.; sobre la influencia de esta escuela en el pensamiento penal español, vid. ecléctica de FERRI). Véase, también de F. von LISZT, Lehrbuch des deutschen
CEREZO MIR, J., Curso de Derecho Penal, cit., págs. 108 y ss. Strafrechts, 26- ed., 1932 (Berlín, Leipzig), págs. 1 y 12.
^^ Vid. ANTÓN ONEGA, J., Derecho Penal, P. G., cit., pág. 40; GOPPINGER, H., 71
Cfr. KAISER, G., en: Criminología. U n a introducción a sus fundamentos científi-
Kriminologie, cit., pág. 26. cos, cit., pág. 36 (planteamiento que no reproduce el autor en la obra: Kriminologie.
^"^ Vid. MIR PUIG, S., Introducción a las bases, cit., págs. 216 y ss. Ein Lehrbuch, que normalmente se cita, págs. 24 y 25). . . _ , -,
470 ANTONIO GARCÍA-PABLOS DE MOLINA TRATADO DE CRIMINOLOGÍA 471

La razón de su éxito tal vez deba buscarse no ya en la ambigüedad de todas las pre la limitación del poder punitivo del Estado, el sometimiento del
fiiao fórmulas de compromiso, sino en su practicabilidad, en su adecuación a la «praxis» inismo a «barreras infranqueables»''®. Y así dirá:
en su «realismo»'^. Pues si los datos criminológicos no se obtienen sobre una base
'^^^ multifactorial e interdisciplinaria, es fácil que descansen entonces en otros mecanis «En el Estado socialista será tan imprescindible la pena como en nuestro actual
orden jurídico, por mucho que la imagen global de la criminalidad pase a ser otra.
mos de «reducción a la realidad» ajenos a los de la práctica político-jurídica.
Pero precisamente porque tal Estado acentúa más intensamente que nosotros hoy
los intereses de la colectividad..., con mayor conciencia de sus objetivos y menos
' Pero el eclecticismo de F. von LISZT es particularmente acusado en prejuicios contra el individuo que se rebela, tanto más exactamente tendrá que fijar
su concepción metodológica. E n su Programa de Marburgo postuló por los presupuestos bajo los cuales el individuo sucumbe a la colectividad y determinar
una «Ciencia total (totalizadora) del Derecho Penal», de la que debían los límites hasta donde puede llegar la merma de protección jurídica»^'.
formar parte la Antropología Criminal, la Psicología Criminal y la
Estadística CriminaF^; y un a lucha preventiva y científica contra el Por ello F. von LISZT no subordina el Derecho Penal a las exigencias
delito, esto es, u na acción eficaz que partiese del conocimiento empírico de la Sociología Criminal o de su ambiciosa Política Criminal, ni el
de sus «causas»^", sentando así las bases de la moderna Política Crimi- método jurídico, abstracto y deductivo, a los científicos métodos natura-
nal. En ello se distancia F. von LISZT del movimiento «reformista» de la les, empíricos: porque atribuye al Derecho Penal un a función de «garan-
^ilustración y de las concepciones «clásicas»: tía» del individuo y de «límite infranqueabíe» de todo programa sociaF**.
Ño obstante, VÓÑ LISZT asume el pensamiento «determinista» del
2 «El siglo XVIII —afirmará F. von LISZT— quería combatir el delito sin estudiarlo.
f, El siglo XIX, en cambio, se apoya en la Estadística Criminal y en la Antropología
positivismo (negación del libre albedrío); y precisamente porque piensa
BÍ 3Í) '^'"''T^''^^'' ^s áeár, en la investigación científica del delito...»^=. que el ser humano no está exento de las leyes causales de la naturaleza,
sugiere la necesidad de un a pena «finalista»: de u n a pena que no sea
Frente al reinado solitario del Derecho Penal, del método deductivo mero castigo y que se ajuste mejor a la fase actual de evolución biológica
y abstracto, de la lógica puramente represiva y de u n a concepción liberal de la especie humana, tesis claramente influida por las concepciones
y abstencionista del Estado ante el problema de la delincuencia, F. von evolucionistas™.
LISZT opuso la apertura del Derecho al conocimiento criminológico, la ((.<f¡ .:Í:ÍÍ
colaboración de los métodos naturales en el marco de la Ciencia total del
Derecho Penal y un a política criminal científica y preventiva que C) La Escuela de la Defensa Social o Movimiento de la Defensa
incidiera anticipada y eficazmente en las causas del fenómeno criminal Social^°. — La idea «defensista» surge ya en la Ilustración, adquiriendo
de acuerdo con las premisas del nuevo Estado «intervencionista». Ahora un auge considerable en el marco del «positivismo»^^ FERRI se refirió,
bien, a diferencia del positivismo naturalista italiano, F. von LISZT no
sugirió la sustitución del Derecho Penal por la Criminología (por la !Í j-fA-
Antropología, por la Sociología o por la Biología Criminal); ni la de la "^ Vid. MIR PUIG, S.,op. cit., págs. 219 y ss. - . . ff»í - v-t-
pena por la medida de seguridad; ni la de los derechos individuales del '^ F. von LISZT, en: Über den Einfluss der soziologischen und anthropologischen
delincuente por los supremos derechos de la sociedad. F. von LISZT fue Forschungen auf die Grundbegriffe des Strafrechts, en: Strafrechtliche Aufsátze
respetuoso para con las conquistas del liberalismo, propugnando siem- und Vortráge, cit., II, págs. 81 y ss. Cfr. MIR PUIG, S., ibídem.
'^ El Derecho Penal, conforme al espíritu garantista que conserva F. von LISZT, sigue
R iflf feí- '1 ih r'orani'rrrn'í tJ «h ^- .inl > • 'n^ t y ( > - r f n " •! f, I ' T r-"ji
siendo la «Magna Carta» del delincuente frente al Leviathan, la «barrera infran-
queable de la Política Criminal». Vid. Über den Einfluss der soziologischen und
I'
•'^ Así, KAISER, G., Kriminologie, cit., pág. 25. anthropologischen Forschungen, cit., pág. 80. Cfr. MIR PUIG, S., op. cit. pág. 220.
^^ F. von LISZT, Strafrechtliche Aufsátze und Vortráge, cit., I, págs. 126 a 179 '^ Cfr. MIR PUIG, S., Introducción a las bases, cit., pág. 227.
(especialmente, pág. 178). **" Sobre la Defensa Social, vid. SAINZ CANTERO, J. A. Lecciones de Derecho Penal,
''* Vid. SCHMIDT, EB. Einführung in die Geschichte dar deutschen Strafrechtspflege, cit., páginas 148 y ss.; BERISTÁIN, A., Estructuración ideológica de la nueva
Gottingen, 1965 (3- ed.), pág. 364. También: Mitteilungen der IKV (Comunicacio- defensa social, en: Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales, 1961, págs. 410
nes de la Asociación Internacional de Criminalística), 1889,1. y ss.; MANNHEIM, H., en: Pioneers, cit. (Introduction), pág. 35.
'® F. von LISZT, Strafrechtliche Aufsátze und Vortráge, cit., I, pág. 291, Cfr. MIR ^^ Sobre esta conexión con el positivismo, vid. M. ANCEL, en: La Nueva Defensa
PUIG, S., Introducción a las bases del Derecho Penal, cit., pág., 221, nota 123. Social Buenos Aires, 1961, pág. 33 (traducción de Blasco y García).
472 ANTONIO GARCÍA-PABLOS DE MOLINA TRATADO DE CRIMINOLOGÍA 473

por ejemplo, a la necesaria salvaguarda social frente a los actos contra- efecto, la existencia de u n derecho a castigar a favor del Estado. A su
rios a las condiciones de la existencia individual y colectiva. Pero por iuicio,lo cjuejprocede no es sancionar, sino «socializar» al delincuente; no
«Defensa Social», en sentido estricto^^, se entiende un determinado imponer «penas» en función del «delito» cometido, sino aplicar «medidas»
«movimiento de política criminal», cuya p r i m e r a formulación de defensa social, preventivas, educativas y curativas de acuerdo con j a
programática se debe a A. PRINS (1910) y que consolidan después P. «personalidad» de aquél (antisocialidad subjetiva)®''.
GRAMÁTICA y M. ANCEL, preocupado por articular u n a eficaz protec-
ción de la sociedad a través de la debida coordinación de la Criminología M. ANCEL, en su obra «La Defensa Social nueva, u n movimiento de
la Ciencia Penitenciaria y el Derecho Penal. Lucha realista contra la política criminal humanista» (1954), traza las pautas de lo que él mismo
criminalidad mediante instrumentos no necesariamente jurídicos, una advierte no es un a escuela más, ni un a dogmática innovadora, ni u na
nueva actitud hacia el delincuente y Política Criminal de signo huma- doctrina penal, sino un «movimiento de política criminal». Un movi-
nitario son tres de los postulados esenciales de la «Defensa Social»^^. Si miento preocupado no ya_por ej castigo del delincuente, sino portiia.
bien cabe distinguir en ésta diversas «etapas» y «orientaciones». protección eficaz de la comunidad, a través de estrategias ante todo
«extrapenales» que parten de u n conocimiento científico de la persona-
La primera etapa viene representada por la obra de A. PRINS:« La defensa social lidad de aquél y neutralizan su peligrosidad de forma individualizada y
y las transformaciones del Derecho Penal»*"*. La segunda se extiende entre las dos
guerras mundiales, y es el momento de la recepción de las tesis «defensistas» por
humanitaria. Propugnó M. ANCEL desjuridizar ciertas parcelas de la
las distintas legislaciones''^. Por último, la tercera etapa de la «Defensa Social» Ciencia Penal en aras de u n a eficaz Política Criminal; pero no en el
arranca de las circunstancias excepcionales de la posguerra, y aunque tiene un sentido positivista radical (disolviendo aquélla en la Biología, en la
, í i i a i . cuerpo de doctrina común, son muy marcadas también las diferencias que la Antropología o en la Sociología Criminal), sino en otro más moderado:
£'••>• separan de momentos anteriores (suele hablarse, por ello, de la «nueva» Defensa
integrar la Defensa Social en u n nuevo Derecho Penal concebido no como
^. Social)"''.
fin en sí mismo, sino como medio de lucha contra el crimen. El movimien-
to de la Defensa Social contempla al delincuente como un miembro más
Desde un principio se marcaron dos tendencias muy definidas,
de la sociedad cuya conducta debe analizarse y comprenderse, óptica
encabezadas, respectivamente, por F. GRAMÁTICA y M. ANCEL (esta
bien distinta a la adoptada por los «clásicos», que vieron en el criminal
última, mayoritaria). ,,
un pecador llamado a expiar su falta; o por los positivistas, para quienes
Para F. GRAMÁTICA, quien ya en 1945 fundó el Centro Internacio- éste no era sino u n animal peligroso o u n irresponsable condenado al
nal de Estudios de la Defensa Social, ésta significaba un sistema jurídico crimen por su naturaleza. Por ello, la vocación humanista de la Nueva
sustitutivo del sistema penal convencional. GRAMÁTICA negó, en Defensa Social reclama el tratamiento resocializador del delincuente
que proporcione a éste el sentido de su responsabilidad: que el hombre
8Ug, sea él mismo. Concepción que comporta un a finalidad «perfeccional»,
-á • -;íi'.?S.V, . n') qo .9. .') partiendo de la personalidad del autor, y u n a acción «realista» dirigida
M. AN(/EL advierte que la Defensa Social discrepa del positivismo criminológico en a «integrarle en u n a vida social libre y consciente». El «tratamiento
^ cinco extremos: 1) No admite el determinismo de este último; 2) Desaprueba la resocializador», basado en u n a completa investigación biológica, psico-
rígida clasificación o tipología de delincuentes, reafirmando la unicidad de la lógica y situacional del delincuente científicamente dirigida, constituye
personalidad humana; 3) Cree en la importancia de los valores morales, 4) Pretende
•í un equilibrio entre individuo y sociedad, reconociendo que ésta tiene deberes
para M. ANCEL no sólo la expresión de u na nueva actitud ante el
" respecto al delincuente; 5) Sustituye el ciego «cientifismo» positivista por una delincuente, sino también, y al propio tiempo, u na actividad de defensa
•( flexible orientación político-criminal. M. ANCEL, La Défense sociale nouvelle, de la sociedad y de lucha de ésta contra el crimen. Esa actitud de respeto
París, 1954, págs. 57 y ss. y 101 y ss. Cñ-. MANNHEIM, H., en: Pioneers, cit., pág. hacia la personalidad del delincuente, entendida como personalidad
' 35. humana propia, única e irremplazable, impidió, desde luego, que tales
^^ Vid. SAINZ CANTERO, L A., Lecciones, cit., págs. 150 y ss.3fel ma'&hd
A. PRINS, La défense sociale et les transformations du Droit Penal, Bruxelles,
1910.
Cfr. M. ANCEL, La nueva defensa social, cit., supra, nota 79, págs. 72 y ss.
'^^ Cfr., SAINZ CANTERO, J. A., Lecciones, cit., págs. 148 y 149. Sobre F. GRAMÁTICA, vid. SAINZ CANTERO, J. A., ibídem. X'i/IIAa .TÍO
474 ANTONIO GARCÍA-PABLOS DE MOLINA

postulados defensistas incurriera n en los graves excesos a que t a n


proclive fue el positivismo criminológico^®. í

E n todo caso, la aportación m á s significativa de la Defensa Social no


se produce en el ámbito «criminológico», sino en el «penológico» y en el
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«político-criminal».
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