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o Había más fuerzas políticas en la España de la Restauración, pero estas operaban fuera del sistema y constituían su oposición:
En la derecha del sistema estaban los carlistas o tradicionalistas (fieles al pretendiente Carlos VII). En la izquierda estaban los
republicanos, el anarquismo y el socialismo de Pablo Iglesias.
También en esta etapa, y durante los años 90, nacieron los nacionalismos catalán, vasco, gallego y, más tarde, el andaluz.
El EJÉRCITO. Abandonó la práctica del pronunciamiento militar, se marchó a los cuarteles y se profesionalizó. A ello contribuyó
decisivamente el papel de Alfonso XII como Jefe Supremo del Ejército.
2. Funcionamiento del sistema canovista.
El sistema canovista consistía en el turno pacífico en el poder (turnismo) entre los dos partidos dinásticos (bipartidismo):
teóricamente las elecciones se hacían de forma democrática, pero en la práctica no se tenía en cuenta al electorado ya que los
resultados de las elecciones eran acordados previamente por ambos partidos.
Los Partidos Conservador y Liberal se cedieron periódicamente el poder: el sistema electoral era corrupto y fraudulento.
o En efecto, la alternancia en el poder estaba predeterminada por el acuerdo tácito entre la oligarquía y el caciquismo.
o Los caciques realizaban “favores” para agradecer la fidelidad electoral.
o El sistema político funcionaba de esta manera: El Partido que convocaba las elecciones resultaba siempre ganador y ello era
consecuencia por tres elementos: Ministro de la Gobernación, Gobernador Civil de cada provincia y caciques locales. El
mecanismo de actuación solía ser el siguiente:
1) Cuando el partido en el poder sufría un desgaste político o los líderes políticos consideraban necesario un relevo, el Rey
llamaba al jefe del partido de la oposición a formar gobierno y este convocaba elecciones para lograr una mayoría parlamentaria
suficiente.
2) El Ministro de la Gobernación hacía la lista de los candidatos de cada provincia que debían ser elegidos en cada distrito.
3) Los gobernadores civiles comunicaban esa lista a los alcaldes y caciques de cada localidad, los cuales ponían en
funcionamiento el sistema de elección: compra de votos, reparto de puros y vino, amenazas y presiones sobre el electorado…
Así pues, los caciques locales coaccionaban a los electores en sus circunscripciones para que votaran a determinado partido.
4) Si esas medidas fracasaban se recurría al “pucherazo”, es decir, la adulteración de los resultados electorales falsificando el
censo o las actas electorales (inclusión de vecinos fallecidos en el censo electoral -los denominados lázaros-).
Desde 1875 hasta 1898 el sistema funcionó con rigurosa alternancia:
Los conservadores se mantuvieron en el poder desde 1875 hasta 1881.
Los liberales llegaron por primera vez al poder entre 1881 y 1883.
El temor a una posible desestabilización del sistema político tras la muerte del rey en 1885 impulsó a los dos partidos dinásticos a
llegar a un acuerdo, el llamado Pacto del Pardo: ambos partidos se comprometían a apoyar la Regencia de María Cristina y a
garantizar la continuidad del turnismo.
La crisis de 1898 afectó a los partidos dinásticos y a partir de principios del siglo XX empezaron a despuntar los partidos de la
oposición.