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1. ¿Qué características tuvo la monarquía española con los Austrias Menores? ¿Por
qué se habla de "Austrias menores"?
La principales características que tuvo la monarquía española con los austrias menores fue
que pasaron de ser una primera potencia a la segunda; hay una profunda decadencia militar
ocasionada por los levantamientos de Cataluña y Portugal, guerras civiles y conflictos
sociales; una decadencia económica que comienza a manifestarse en España un cuarto de
siglo antes que en el resto de occidente; decadencia demográfica. Los reyes que
gobernaron durante este período, tales como Felipe III y Felipe IV poseían un carácter "sin
voluntad alguna para gobernar". Fanáticos de las fiestas, el ocio y los lujos. La apatía de
Felipe III hacia los asuntos del estado lo volvió un blanco fácil para manipular, tal y como lo
hizo el duque de Lerma, quien tuvo un gobierno con una política interior desastrosa y lo
único que hizo fue enriquecerse a sí mismo, lo mismo le ocurrió a Felipe IV con el duque de
olivares.
A diferencia de los austrias mayores (Carlos V y Felipe II). A los Habsburgo del siglo XVII
(Felipe III, Felipe IV y Carlos II) se les da el nombre de Austrias Menores, porque España
perdió las posesiones en Europa por los tratados de paz firmados al finalizar la Guerra de
los Treinta Años y la Guerra de Sucesión Española, dejando de ser la primera potencia, es
un siglo en el que españa entra en una profunda decadencia gracias al poco compromiso de
sus gobernantes.
Durante el s. XVII se da una depresión más aguda, sobre todo en Castilla, con nuevas
oleadas inflacionistas y deflacionistas.
Los impuestos y la inestabilidad económica hicieron que España pierda en el comercio
exterior frente a comerciantes ingleses, franceses y europeos.
Al concluir el siglo el país había perdido aproximadamente 7 millones de habitantes por las
hambrunas y las enfermedades; además, hubo una gran cantidad de emigraciones hacia
América en busca de una vida mejor.
4. Castilla era el reino sobre el que descansaban la mayoría de los gastos y desafíos
presupuestarios del imperio, pues era el único de los reinos en posibilidad de conllevar tales
desafíos.
8. Incremento de la aristocracia en número y prestigio ante unos reyes ávidos de fondos que
no hallaban ya otro recurso para satisfacer sus gastos que el de vender títulos y enajenar
con ellos pueblos enteros.
9. El hecho de que España "carecía de gobernantes", pues sus reyes, Felipe II y Felipe III
eran irresponsables y sin interés en la administración del imperio, lo que los hacía
manipulables y alimentaba la corrupción y el nepotismo.
10. Revueltas internas e intentos de mayor autonomía en los reinos del Imperio,
principalmente en los territorios catalanes (que fueron apoyados por los franceses) y
portugueses.
El sistema de los asientos fue típico y exclusivo de Castilla ya que en los demás reinos de la
monarquía no había remanente de rentas, gastándose la totalidad en sus propias
atenciones. A los gastos generales del imperio sólo contribuyeron de forma extraordinaria y
extraoficial, era sólo Castilla la que contribuía a la gastos generales, lo que trajo ventajas ya
que Madrid se convirtió en una capital universal, frecuentada por pretendientes
embajadores y artistas.
Puede hablarse de un imperialismo español pero muy distinto a cuando antes. Felipe II
apareció por primera y última vez en un campo de batalla en el de San Quintín (1557)
donde los franceses lograron neutralizar la derrota con la imprevista toma de Calais donde
Francia decidió firmar la paz de Cateau-Cambresis, y las relaciones se mantendrían entre
Francia y España hasta fines del siglo. Esta paz hizo que se desinteresara de Italia, puesto
que sin disputa iba a ser española hasta comienzos del S. XVIII. La victoria de España en
ésta lucha secular por la hegemonía en la península itálica fue favorecida por la ruta
marítima entre España y Nápoles, ya que el sur de Italia estaba muy hispanizado a
diferencia del norte; la situación española en torno al bastión de Milán era más precaria
porque no se jugaban elementos históricos y étnicos.
Los caudales de Indias, que en este reinado alcanzaron las máximas cotas se tendrá la idea
de los formidables recursos con los que contó Felipe II que se invertían en política exterior,
porque los gastos internos eran muy pocos: la Corte y los órganos superiores de la
Administración y el sostenimiento del corto número de tropas y guarniciones fijas que había
en la Península y plazas del norte de África, eran tales los gastos que acarreaba una
política internacional de dimensiones casi planetarias que estos incrementos resultaron
insuficientes.
Tenemos que tener en cuenta que en general se tendió a la paz pero hay que destacar: La
Tregua de los Doce Años que en vista de las dificultades con los Países Bajos, Felipe III les
otorga la autonomía bajo el mando de Isabel Clara Eugenia, casada con el Archiduque
Alberto, a condición de que fueran devueltos si no tenían descendencia. Esta tregua se
hace porque no se ve fin a las contingencias, por eso se firma la Paz de los doce años en
1609 en La Haya.
Fin de la tregua de los 12 años. Guerra con Holanda. Toma de Breda. La tregua de los 12
años finaliza en el año que empieza a reinar Felipe IV, por lo que continúa la guerra. Los
holandeses, querían la paz, porque la guerra perjudicaba al comercio, pero Olivares, reinicia
las hostilidades, de este modo, los protestantes se alían con los holandeses y Alemanes,
que atacan a los ejércitos españoles, que dirigidos por Ambrosio Spinola admirablemente,
conservan Bruselas y además conquistan Breda, hasta entonces inexpugnable. Richelieu, a
espaldas del rey francés, que era católico, anima a Cristian IV de Dinamarca, para que
intervenga ayudando a los enemigos españoles. La corona de los P. Bajos vuelve a España,
al morir Isabel Clara Eugenia sin descendencia, y va a regentar el Cardenal Infante con
18.000 hombres más. Pero el Cardenal es requerido por el Imperio, venciendo a loa
invencibles suecos en Nordlingen, lo que produce la entrada de Francia en la guerra.
España en la Guerra de los treinta Años. Se inicia en 1618 en el territorio alemán. Luchan
dos ideologías que luchaban sobre la forma de ver Europa, una Teocentrista (católica) que
es la que tiene el Emperador alemán, al que ayuda España. Y otra Antropocentrista: que es
el bando opuesto. La guerra con Flandes se complica en este momento por el empeño de
España en la Guerra de los Treinta Años. Hasta 1643 España vence, pero a partir de ahí,
las tropas dirigidas por Fontaine, son destrozadas por las de Condé, sobre todo en la batalla
de Rocroi, tumba de la infantería española. A partir de 1635, que Francia entra en lucha
particular con Alemania, la lucha deja de ser ideológica y pasa a ser de supremacía en
Europa.
Respecto de la cultura España vivió un auge que inició con Cervantes. El "siglo de oro" se
refiere al esplendor que vivió España en las artes y disciplinas humanísticas y científicas.
También refiere a turbulencias dentro de la hegemonía política y militar española, que se
sucedieron de crisis sin que se dejara de ver la influencia de la monarquía española en
Europa.
1. El modelo de lengua poética. ceñida en mayor medida a la poesía del s. XVI y más
específicamente a la lírica, debido al gusto por lo clásico y la asociación de esta idea al
imperio de Carlos V. Según Alberto Blecua, el término "siglo de oro" es un concepto
temporal y valorativo y se comprende que su aplicación a un determinado periodo varía en
cuanto cambien los valores de la sociedad, puesto que la siguiente centuria se rigió por el
conceptismo graciano que era filosófico y literario.