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El orden conservador

Natalio Botana

Capítulo I​: ​Los orígenes del régimen del ochenta:


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Siete décadas no habían bastado para constituir una unidad política, ni para
legitimar un centro de poder que controle a lo largo del territorio nacional. Esto es lo
que se planteaba en 1880.
La solución a tal problema se alcanzo por medio de la fuerza. Se llevaba adelante
un enfrentamiento entre dos regiones que reivindicaban intereses contrapuestos:
Buenos Aires y el interior.
Se trataba de una ciudad puerto abierta al exterior, asiento histórico del Virreinato ;
el interior en cambio cubría una realidad geográfica mucho mas extensa donde
había poderes embrionarios constituidos sobre la autoridad tradicional de caudillos
que se desplazaban desde el Litoral hasta los llanos de La Rioja.

La constitución de una unidad política:


El significado del conflicto entre Bs As y el interior residía en su falta de solución,
pues ambas partes se enfrentaban sin que ninguna lograra imponerse a la otra. ​El
monopolio de la violencia es la característica de una Unidad Política. De un modo u
otro, por la vía de la coacción o por el camino del acuerdo, un determinado sector de
poder adquiere control imperativo sobre el resto. Este sector es supremo, constituye
el centro con respecto al cual se subordina el resto de los sectores y recibe el
nombre de poder político o poder central..
En la Argentina del siglo pasado cuando Urquiza derrotó a Rosas en la batalla de
Caseros, vio su fin una forma de gobierno caracterizada por una descentralización
autonomista según la cual las provincias ( que en aquel entonces se llamaban
Confederación Argentina) se reservaban la capacidad de decisión.
El sistema benefició a las provincias mas fuertes, ese era el objetivo de Urquiza. Los
gobernadores se reunieron en la capilla de San Nicolás de los Arroyos y celebraron
un pacto que los comprometía a celebrar un Congreso Contituyente para organizar
políticamente a las 14 provincias. El camino elegido fue el acuerdo: los
gobernadores elaboraron uun consenso por el que cedían una parte del poder de
decisión, con tal objeto establecieron un ámbito de comunicación cuyas
deliberaciones culminarían en una unidad política que definiera las relaciones de
subordinación de las provincias con respecto al poder central. El consenso se
quebró en sept. 1852 porque BsAs no aceptó transferir el poder que se reservaba y
a la nacionalización de la Aduana anunciada en el pacto de San Nicolás. Este
rechazo se reflejó en la coexistencia armada de dos proyectos de unidades

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políticas: la Confederación con asiento en Paraná y BsAs que culminó con la victoria
de esta última en la Batalla de Pavón (1861).
Los presidentes posteriores a Pavón desempeñaron su papel desde una provincia
hegemónica, en la que se tomaban decisiones de carácter nacional. El papel del
presidente careció de los medios necesarios para hacer efectivo el poder político
debido a la coexistencia obligada con el gobernador de BsAs en la ciudad – capital
de la provincia las poderosa.

Tres presidencias: B. Mitre (1862-1868) – D.f.Sarmiento (1868-1874)


–N.Avellaneda(1874-1880).
Protagonizaron este período que culminó con la elección de J. Roca en 1880.

En el transcurso de estas presidencias se manifestaron ​tres problemas cuya


solución dependía de la Persistencia de la unidad política.

1) ​ a integridad territorial ​entendida como el ámbito espacial sobre el que


L
debía ejercerse el poder político​. ​Esta cuestión esta relacionada con la
fuerza coercitiva de que dispone el poder político para hacer frente a
determinados actores que impugnan su pretensión de monopolizar la
violencia.
2) ​Los pueblos dispersos ​abrían el interrogante de saber si estaban
dispuestos a integrar una comunidad mas amplia que la de aquellas
comarcas limitadas donde nacían y percibían el marco natural de su vida
cotidiana. Esto se refiere a los mecanismos de comunicación entre los
actores de distintas regiones.
3) ​El planteamiento de una unidad nacional​, e​s decir, implantar en estos
pueblos dispersos un modo de elección estable de gobernantes capaces
de formular decisiones autoritativas. Significa plantear la necesidad de
desarrollar sentimientos de legitimidad compartidos acerca del valor que
merece la estructura institucional del poder político y las reglas de
sucesión que regula la elección de los gobernantes​.

Buenos Aires, al igual que otras provincias no estaba dispuesta a subordinarse al


poder político. Esto se refleja en la división de BsAs en las facciones porteñas en:
“nacionalistas” conducidos por Mitre y “autonomistas” dirigidos por Alsina. La
estrategia de Mitre, decidido a nacionalizar BsAs para subordinarla al poder central
como al resto de las provincias se enfrentó con la exitosa oposición de Alsina quien,
para conservar las tradiciones autonomistas de su provincia, no dudó en aliarse con
los grupos federales del interior. Una actitud con la fuerza para impedir la
consolidación de su oponente, pero sin el consenso indispensable para conquistar el
poder nacional.

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Sobre la base de esta contradicción ​se resolvería en el 80 el autonomismo porteño,
la figura fue N.Avellaneda quien hizo carrera en el autonomismo porteño como
legislador.

La crisis del 80​ ​:


los presidentes provincianos posteriores a Pavón terminaron sus períodos
gubernamentales combatiendo movimientos de fuerza. El resultado de estos
enfrentamientos fue favorable para el poder central ​en 1880 se enfrentaron el
interior y Buenos Aires para decidir, por la fuerza de las armas, la subordinación
definitiva de todas las provincias al poder político nacional​.
Estos actos de violencia dividieron al ejército en dos grupos y trazaron el cuadro
para perfilar la autoridad militar y política de Julio A Roca​..
Roca sirvió al ejército nacional en todas aquellas acciones que contribuyeron a
consolidar el poder político central: combatió en la guerra del Paraguay; derroto al
gral Arredondo y en 1879 dirigió la campaña del desierto que culminó con la
incorporación de 15.000 leguas de tierras nuevas​.
Esa trayectoria permitió a Roca mantener contactos con las clases gobernantes
emergentes., fue moldeando así un interés común para el interior. Las provincias
interiores subordinadas al poder central advirtieron que el camino para adquirir
mayor peso político consistía en acelerar el proceso de nacionalización de Buenos
Aires y no en retardarlo, los ejecutores de ese interés serían los gobernadores
vinculados con Roca y cobijados por Avellaneda.
Se organizaron en una LIGA cuyo epicentro fue Córdoba. La liga de gobernadores
(del interior) impuso su candidato en el Colegio Electoral en las elecciones de abril
1880 mientras que BsAs emprendía el camino de la resistencia armada. El resultado
fue que ​desde diciembre 1880 la ciudad de Buenos Aires quedó sometida a la
jurisdicción exclusiva del gobierno nacional y por otro lado prohibió a las provincias
la formación de cuerpos militares​.

Unión y gobierno: el lenguaje de Avellaneda y Roca​.


La unión era sinónimo de intereses. ​La cuestión del régimen político se planteaba
como un desafío de crear la integridad territorial​.

Capítulo II) La república posible:


Regímenes políticos y legitimidad:
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un régimen político puede ser entendido como una estructura institucional de
posiciones de poder, dentro de un orden jerárquico, desde donde se formulan
decisiones autoritativas. De esta explicación se desprenden dos interrogantes:

a) ​que vínculo de subordinación establecerá el poder político con el resto


de los sectores de poder presentes en la sociedad.-
b) ​que reglas garantizarán el acceso y el ejercicio del poder político de los
futuros gobernantes.

La estructura institucional de un régimen alberga: la realidad del poder y a su vez las


relaciones de control se asientan sobre intereses materiales y de valores. El tema
consiste en traducir aquellos intereses y valores en una creencia compartida que
haga las veces de norma habitual para regular las relaciones de poder.

​ e trata entonces de consagrar una ​“fórmula prescriptiva o un principio de


S
legitimidad” que no sólo busca satisfacer ciertas ideas acerca del régimen mejor
adaptado, sino también pretende gratificar intereses materiales reivindicados por
grupos y clases sociales. Así es como puede resultar un sistema de legitimidad que
vincula las expectativas, valores e intereses de los actores con las instituciones del
régimen.

Alberdi y su fórmula prescriptiva:


desde los albores de la independencia, los criollos que asumieron la conducción de
las antiguas colonias españolas enfrentaron la contradicción entre el principio de
legitimidad de la monarquía hereditaria y el principio de legitimidad de la república
electiva. Cuando se rompieron los lazos con la corona española, estos grupos
dirigentes asumieron la tarea de construir una legitimidad de reemplazo.

La búsqueda de fórmulas prescriptivas que conciliaran la desigualdad del antiguo


régimen con los principios igualitarios emergentes fue llevada adelante por Juan
Bautista Alberdi​.

Alberdi fue el autor de una fórmula prescriptiva que gozó del beneficio de alcanzar
una traducción institucional sancionada por el congreso Constituyente en 1853​.

Esta fórmula prescriptiva tiene la particularidad de justificar un régimen político en


cuanto hace al origen del poder y a su programa futuro​.

Alberdi sostuvo que los argentinos debían darse una constitución para realizar un
determinado proyecto.

Este programa constituye un conjunto de metas al que debe dar alcance una nación
abierta al futuro.

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Los campos específicos sobre los cuales se proyecta son: la inmigración;
construcción de FFCC ; canales navegables.

Para alcanzar estos fines alberdi tenía la intención de provocar un “transplante”


cultural, rechazando la cultura tradicional que impide el cambio y la innovación, y
opta por otro modelo: el de los países europeos en vías de una sociedad industrial.
Un cambio de tal envergadura no puede proyectarse si no es inyectando desde
afuera nuevos fermentos de población que sean portadores de esos valores.

El medio seleccionado para alcanzar esas metas es el régimen político basando la


figura del legislador como aquel que va delineando una concepción acerca de la
organización y distribución del poder.

Funda una capacidad de decisión dominante para el poder político central; ;otorga el
ejercicio del gobierno a una minoría privilegiada ; limita la participación política del
resto de la población. La cuestión que preocupaba a Alberdi era la de organizar un
poder central, fuerte para controlar los poderes locales.

Por una parte está la necesidad de encontrar una fórmula concreta de reducción a la
unidad y por la otra el acuerdo inevitable que se debe establecer con aquellos que
detentan posiciones de poder.

Alberdi sugiere que el nuevo régimen contenga algo del antiguo. Su idea era la
organización Federal.

En la fórmula Alberdiana el presidente materializa el poder central, pero no detenta


todo el poder ni tampoco ejerce un dominio irresponsable sobre la sociedad.

El gobierno responsable deriva de la ​legitimidad del presidente investido por una


constitución. Impedir la tiranía es la finalidad básica del gobierno republicano y de
esa finalidad se deduce la teoría de las limitaciones de poder.

Una vez prescriptos los poderes centrales y los poderes subordinados, el problema
que surge en una fórmula republicana es el de saber quiénes y bajo que reglas
podrán ejercer el gobierno de la sociedad. Alberdi rechaza explícitamente toda
forma de designación derivada de la herencia.

La posición democrática hace derivar el título de legitimidad del gobernante de la


elección realizada por el pueblo, no hay legitimidad posible si la misma no deriva del
consentimiento popular​.

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Los riesgos pueden surgir de los conflictos entre facciones adversas o de la
demagogia del actor con vocación del representante. Es decir, el pueblo es siempre
la fuente de la cual deriva la legitimidad del gobernante.

La cuestión que preocupaba a Alberdi es como hacer de un pueblo sumergido en la


miseria y en la ignorancia una colectividad federativa apta para el ejercicio del
gobierno republicano​.

Según él la libertad civil abre entonces la ruta para implantar la nueva cultura,
porque esas garantías traerán inmigración, industria y riqueza.

La fórmula Alberdiana prescribe la coexistencia de dos tipos de repúblicas:

– ​ a república abierta​: regida por la sociedad civil. En ella tiene cabida


L
todos los ciudadanos, nacionales o extranjeros, pero éstos no controlan
sus actos de gobierno;: los miembros que la integran no intervienen en la
designación de los gobernantes; no son electores ni representantes.

– ​ a república restrictiva​: ​construida sobre el ejercicio de la libertad


L
política, la particiáción en el gobierno no se limita a un pequeño número
de ciudadanos, sino que están habilitados para intercambiar el papel del
electos y representantes que de esta manera hacen suyo el proceso de
aprendizaje.

Capítulo III) LA OLIGARQUÍA POLÍTICA:


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La hegemonía gubernamental:
una observación importante se trata de que a partir del 80 el incremento de la
riqueza consolidó el poder económico de un grupo social cuyos miembros fueron
aptos para ser designados gobernantes. El poder económico se fundía con el poder
político; esta coincidencia justificó el desarrollo de La oligarquía​. Tres puntos de
vista entrecruzan cuando hablamos de oligarquía en la Argentina.

1) ​ a oligarquía es una clase social determinada por su capacidad de


L
control económico.
2) ​La oligarquía es un grupo político, en su origen representativo que se
corrompe por motivos diversos.

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3) ​La oligarquía es una clase gobernante con conciencia de pertenecer a
un estrato político superior integrada por un tipo específico de hombre
político: el notable.

La oligarquía puede ser entendida como un concepto que califica un ​sistema de


hegemonía gubernamental c​ uyo imperio Alberdi observaba antes y después de
1880. El sistema hegemónico se organizaría sobre las bases de una unificación
del origen electoral de los cargos gubernamentales. Ante esta perspectiva el
control evoca una acción de poder, potencia ejercida sobre otros dentro de un
espacio político determinado, el acto de quien controla y quien es controlado,
ambos dentro de una relación política.

Capítulo IX) PLAN ESTRATÉGICO O SALTO AL VACÍO?

La ley de reforma electoral fue finalmente sancionada. Sáenz Peña presionó sobre
los legisladores y se mantuvo pese a las eventuales oposiciones, nada torció la
voluntad reformadora. La ley regulaba exclusivamente las elecciones de diputados
nacionales.

En abril de 1912 tuvieron lugar las primeras elecciones legislativas reguladas por
la nueva ley con la participación de socialistas y radicales, todo parecía
preparado para que las elecciones fuesen el medio privilegiado para la
instrumentación de las ideas.
El 7 de abril los argentinos mayores de 18 años alcanzaron el nivel de
participación electoral. Los partidos tradicionales buscaron adaptarse a la nueva
ley electoral organizando lo que se podría llamar “ listas de apoyo”. La clásica
división se produjo entre la Unión Nacional y la Unión Cívica.
La oligarquía aseguraba su triunfo por aquellos ciudadanos que antes del voto
habían pasado por el comité a buscar la boleta de voto y el dinero que se
entregaba por éste.
Para estas elecciones algo había cambiado. El sistema de la compra de votos
perdía su razón de ser en algunos distritos claves: la autonomía electoral del
ciudadano, protegido por el secreto del cuarto oscuro se abría camino y apoyaba
a los recién llegados. Sáenz Peña reconoció el nuevo fenómeno que comenzaba
a gestarse. Sáenz Peña reconocido como el fundador de un nuevo régimen
político eligió ese camino convencido que la reforma emprendida no modificaría
los fundamentos del orden.
El 1914 murió.
En agosto de aquel año marchaban los ejércitos europeos a la guerra.
En 1914 por segunda vez, después de sancionada la ley, los argentinos
marchaban a las urnas. Los partidos nuevos obtuvieron la mayoría. La oposición

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comenzaba a desplegarse desde el centro capitalino y santafecino hacia la
periferia de las provincias.
Varios movimientos estratégicos que se entrecruzaban dieron lugar a la
indecisión y al conflicto dentro de las filas conservadoras., existía la necesidad
de adecuarse al nuevo cuadro electoral.
En 1914 los nuevos partidos ganaban, algunos se perfilaban como partidos
nacionales, otros como agrupaciones locales. Había en la sociedad un nuevo
esquema de organización y reclutamiento, relativamente vinculado a la red de
caudillos que sostenía al aparato tradicional. Los nuevos partidos mediaban
entre el pueblo electoral y el Estado proponiendo liderazgos fuertes, proponían
un nuevo tipo de amalgama política.
En el caso del radicalismo existían rasgos organizativos para condensar
expectativas populares en un nuevo caudillo.
Se manifestaba un liderazgo popular, es decir, estaba aún en pie el viejo
sistema. En la base una red caciquial, los viejos residuos federales permanecían
en pie y todo lo vinculado con el manjo del sufragio y el control electoral. Todo
esto acentuaba el perfil de las viejas agrupaciones conservadoras: fuerte arraigo
institucional, organizaciones embrionarias.
Para 1914 el viejo orden no encontraba su rumbo tradicional.
Sáenz Peña había insistido en sus ideas básicas: el cambio era inevitable y
convenía organizar partidos. Los gobernadores permanecían en sus puestos
aferrados a la forma de comportamiento que desde siempre habían
experimentado, la marcha electoral abría las puertas a nuevos liderazgos que
sin pertenecer al radicalismo o al socialismo tampoco apoyaban la tradición
oligárquica.
Hacia fin de 1914 se fundó un nuevo partido político. El Partido Demócrata
Progresista. Nacía como una respuesta, para algunos intentaba bloquear el
camino de la victoria a la Unión Cívica Radical, para otros este partido intentaba
reunir trozos dispersos del antiguo régimen para reorientarlos a un reformismo.
Esta fue la idea fuerte de Lisandro de la Torre.
Radical de origen, basado en la figura de Leandro N. Alem. Fundador de un
nuevo partido llamado La Liga del Sur. Puede ser visto como un movimiento de
protesta del sur de la provincia de Santa Fé contra el predominio de la región
norteña. La Liga del Sur respondía con un programa que reclamaba el régimen
comunal autónomo mediante la elección del intendente municipal, la concesión
del voto a los extranjeros, la supresión de los departamentos administrativos. Un
proyecto de reformas que se expresaba a través de un partido de ideas y de libre
discusión. De la Torre diagramaba un partido que trascendiera el marco local y
tomaba como punto de referencia el sistema político nacional. Carecía de
apoyos tradicionales.
Frente a este proyecto la provincia de BsAs representaba la contrapartida. Al
mando de Marcelino Ugarte quien pretendía liderazgo. Su visión había madurado

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sobre el suelo del viejo régimen. Promovió una organización de control electoral
construido sobre una red de caudillos provenientes de Pellegrini.
Ugarte chocará con De la Torre ya que ambos pretendían controlar un espacio
de fuerzas.

Todo régimen político tiene una lógica implícita, la clave del sistema oligárquico
residía en el control subordinado a la presidencia. La lucha entre facciones
conservadoras tenía sentido cuando no se perdía el control de la sucesión
global, sin adversarios externos que compitieran por el poder presidencial.,
mientras que la competencia se planteaba entre fuerzas organizadas. Es decir,
para este entonces nadie sabe si la democracia y la libertad han dado un gran
paso adelante o si se abre una época de retroceso. Esta reflexión retoma el
autor.

El espacio y el orden, es un final sin esperanzas.??


https://resumenesymas.com/sociologia/historia-argentina-sociologia/193-el-orden-co
nservador-cap-i-i-iii-y-ix.html

Ver la historia: 1880-1916. El orden conservador


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