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ESCUELA DE MEDICINA
TEMA
Informe-Hematuria
ASIGNATURA
Nefrología
GRUPO N.º 4
INTEGRANTES CÓDIGO
CURSO
Séptimo 1
FECHA
24 de abril de 2023
HEMATURIA
1. Introducción
La hematuria se define como la presencia anormal de células hemáticas en la orina, esta puede
ser macroscópica cuando se cuantifican más de 100 hematíes por campo, o microscópica
cuando el recuento de hematíes es igual o mayor a 3 hematíes por campo. La hematuria indica
enfermedad, lesión o malformación del tracto urinario. Es el hallazgo clínico más frecuente
dentro de la patología genitourinaria después de la infección.
2. Desarrollo
2.1.1. Hematuria
Es un término compuesto de las palabras griegas haima (sangre) y ouron (orina) para referirse
a la presencia de sangre en la orina. La sangre puede ser visible a simple vista (macrohematuria,
hematuria macroscópica o franca) o solo bajo el microscopio (microhematuria). Identificar los
diversos tipos de hematuria que existen tendrá utilidad a la hora de decidir su manejo.
Según la duración:
• Hematuria persistente: se define como aquella hematuria que se encuentra seis meses
después de la primera determinación. La microhematuria se considera significativa
clínicamente cuando persiste en al menos tres muestras de orina consecutivas y
separadas entre ellas de dos a cuatro semanas.
• Hematuria transitoria: cuando se observa en una muestra aislada o en un tiempo
inferior a seis meses.
Según su origen:
Según su sintomatología:
Una vez detectada la hematuria, es necesario tratar de identificar la causa (Tabla 1).
Habitualmente se agrupan en dos grandes apartados: hematuria de origen glomerular y
hematuria de origen extraglomerular (renal y extrarrenal).
Esta clasificación tiene un sentido práctico, ya que, basándose en los datos recogidos en una
meticulosa historia clínica, orientan qué tipo de exploraciones y pruebas complementarias
estarán indicadas en una valoración diagnóstica inicial. La nefropatía IgA constituye la causa
más frecuente de hematuria glomerular (habitualmente como hematuria macroscópica
recidivante). Las infecciones urinarias y la hipercalciuria idiopática son la causa más frecuente
de hematuria extraglomerular. La distribución y la frecuencia de las diferentes etiologías varían
en función de los grupos de edad, de manera que en los más pequeños predominan las causas
extraglomerulares (malformaciones congénitas y nefropatías intersticiales e hipóxico-
isquémicas relacionadas con problemas perinatales), y en los de mayor edad, las glomerulares,
infecciosas y metabólicas (hipercalciuria idiopática).
Hematuria macroscópica: sus causas principales son las infecciones del tracto urinario (ITU),
irritación del área perineal y el traumatismo. Otras menos frecuentes son la hipercalciuria, la
nefrolitiasis, las glomerulopatías (glomerulonefritis postinfecciosa [GNAPI] y nefropatía IgA),
tumores (tumor de Wilms) y las cistitis hemorrágicas inducidas por fármacos.
Hematuria microscópica: puede ser secundaria a procesos tanto banales como graves:
2.3. Fisiopatología.
La hematuria tiene múltiples causas, por lo que la fisiopatología de ésta va a variar según la
etiología de la hematuria. Sin embargo, a grandes rasgos podemos mencionar algunos
mecanismos mediante los cuales se puede producir hematuria. Por ejemplo, según la forma de
los hematíes, se puede evaluar el origen de la hematuria.
• Origen glomerular.
• Alterados por factores mecánicos, osmóticos y enzimáticos.
• Formas: anulares, vacíos, polidiverticulados y espiculados.
1. Orina de color rosado, rojo o marrón: La orina puede tener un aspecto anormal, con
un color rosado, rojo o marrón debido a la presencia de sangre.
2. Presencia de coágulos de sangre en la orina: En algunos casos, se pueden observar
coágulos de sangre en la orina, lo que puede indicar una hemorragia más significativa
en el tracto urinario.
3. Dolor o molestias en la región abdominal o pélvica: Algunas personas pueden
experimentar dolor o molestias en la región abdominal o pélvica, especialmente si la
hematuria está relacionada con una infección del tracto urinario, cálculos renales u otras
afecciones.
4. Necesidad frecuente y urgente de orinar: La presencia de sangre en la orina puede
irritar la vejiga y provocar una necesidad frecuente y urgente de orinar, incluso en
pequeñas cantidades.
5. Sensación de ardor o dolor al orinar: La hematuria puede estar acompañada de una
sensación de ardor o dolor al orinar, lo cual puede indicar una infección del tracto
urinario o una inflamación del tracto urinario.
6. Cambios en los patrones urinarios: Además del cambio en el color de la orina, la
hematuria también puede causar cambios en los patrones urinarios, como aumento o
disminución en la cantidad de orina producida, cambios en la frecuencia urinaria o
cambios en la apariencia normal de la orina.
7. Otros síntomas asociados: Dependiendo de la causa subyacente de la hematuria,
pueden presentarse otros síntomas como fiebre, escalofríos, náuseas, vómitos,
debilidad, pérdida de peso o hinchazón en el área abdominal o en las extremidades.
2.5. Diagnóstico.
El paciente con hematuria macroscópica suele consultar espontáneamente por el aspecto de sus
orinas, mientras que la existencia de hematuria microscópica suele identificarse durante la
realización de un estudio de la orina en un paciente que consulta por alguna manifestación de
enfermedad, tenga o no esta causa nefrourológica.
Ante una orina con sospecha de contener sangre, por tanto, la primera valoración suele ser el
examen visual o directo (uroscopia), que incluye la observación del color y aspecto de la
muestra (permitiendo identificar la presencia de sangre, coágulos, turbidez, posos, etc).
Junto a las tiras reactivas y al motivo de consulta específico, las pruebas o estudios a realizar
han de ser siempre orientados por la historia clínica, investigando en primer lugar la presencia
de antecedentes personales o familiares de riesgo, como traumatismos o ejercicio intenso,
ingesta de ciertos fármacos (anticoagulantes, ciclofosfamida), hidronefrosis prenatal,
infecciones de orina (ITU), o litiasis y enfermedades metabólicas o renales en padres, hermanos
y parientes próximos. Hay que investigar la existencia de síntomas irritativos o dolor, y realizar
una exploración general y nefrourológica completa, que debiera incluir la toma de tensión
arterial en forma adecuada, verificación de la presencia de edemas, palidez o lesiones en la piel
(púrpura, petequias), dolor abdominal o lumbar, y palpación abdominal detenida en busca de
posibles masas o megalias. También se debe buscar signos de enfermedades sistémicas con
repercusión renal, señales de traumatismos, genitales anormales, indicios de abuso y cuerpos
extraños en las niñas.
Falsas hematurias
2.7. Tratamiento.
• Hematuria por un trauma: Para el tratamiento de este tipo de problema lo mejor será
el reposo y utilizar antiinflamtorios. Beber al menos dos litros de agua al día puede
ayudar. Si el trauma es grave, es muy probable que el paciente deba ser intervenido de
urgencia.
Para su diagnóstico es importante que se realice una correcta anamnesis y examen físico. Dentro
de la anamnesis es importante preguntar los antecedentes de la enfermedad actual, en la que
incluye duración de la hematuria, síntomas de obstrucción urinaria, síntomas de irritación, o si
ha realizado ejercicio fuerte. En la revisión de aparatos y sistemas se deben buscar síntomas de
todas las cusas posibles. Los antecedentes personales también constituyen un punto importante
para llegar al diagnóstico, como la presencia de alguna infección frecuente. En el examen físico
es importante los signos vitales, si hay fiebre o hipertensión, en el corazón la presencia de soplos
para descartar una endocarditis, en el abdomen se debe buscar la presencia de masas, en la zona
lumbar se debe buscar el aumento de la sensibilidad de los riñones, y por último, en la cara y
las extremidades la presencia de edema. Con los datos obtenidos serán de utilizad para encontrar
la causa de la hematuria.
Así también, los exámenes complementarios también serán de utilidad para llegar al
diagnóstico, entre los más importantes se encuentran son la realización de rayos x, urografía
por RMN/TC, ultrasonido abdominal, pielograma intravenoso, RMN de la próstata en caso de
los hombres. Por último, el tratamiento debe ser dirigido dependiendo de la causa, utilizando
antibióticos y antiinflamatorios.
4. Evolución y pronóstico
En una cohorte de 234 hombres con microhematuria mayores de 50 años, fueron sometidos a
una completa evaluación que incluía uroanálisis, urocultivo, hemograma, citología de orina,
perfil de coagulación, urografía excretora/TC y cistoscopia. El cáncer vesical u otros tumores
urológicos detectados fueron seguidos por 14 años y tan solo 2 de los 234 pacientes
desarrollaron cáncer vesical durante los 14 años de seguimiento a los 6,7 y 11,4 años,
respectivamente, después de la evaluación negativa para una tasa de malignidad menor al 1%.
Estos datos indican que la mayoría de los pacientes que son estudiados por un hallazgo inicial
de hematuria y no muestran resultados positivos suelen permanecer libres de cáncer.