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Citas:

1. Ecología, ciencia natural y biopolítica. Paul Rutherford.

“Aquí vemos el surgimiento de la población como una realidad medible y la noción del
ambiente como la suma de los recursos físicos de los que depende la salud de dicha
población” (149).

“Un aspecto cada vez más significativo en el control de la población, generalmente


pasado por alto, es que el conocimiento y la administraci6n de la población requieren
simultáneamente de la definición y el manejo del ambiente natural en el que esa
población existe y del cual obtiene sus recursos” (149).

“Un punto clave es que las prácticas de la ecología moderna y del control ambiental
deben verse como una articulación de la biopolítica, debido a que estas prácticas se
originan (149) en la preocupación subyacente de administrar las "relaciones múltiples y
continuas” entre la población y sus recursos” (150).

Con el surgimiento de las tecnologías biopolíticas de gobierno no solo aparecen


discursos sobre la problemática de las poblaciones (salud, enfermedad, criminalidad,
etc.) tambien sobre la problemática del ambiente.

“Este modelo de ecología proporciona los preceptos fundamentales que se hallan tras
una forma de economía política interesada en la administración eficiente de los recursos
naturales y la regulaci6n ecológica de la población” (151).

“Estos organismos de asesores expertos (las EIA) no sólo proporcionan apoyo para
legitimar las políticas y programas gubernamentales, sino que desempeñan un papel más
fundamental de vigilancia epistémica al construir el marco conceptual de los riesgos
ecológicos y certificar lo que puede considerarse el conocimiento práctico
científicamente aceptable del mundo natural” (154).

“Como en las ciencias humanas, el conocimiento científico de nuevos fenómenos en el


mundo natural, entre ellos el calentamiento global y otros procesos y entidades
ecológicos, altera las alineaciones estratégicas del poder. Tanto las ciencias naturales
como las humanas se basan en el desarrollo de nuevas prácticas de vigilancia que sirven
para describir, separar, medir, clasificar y refinar la conducta y propiedades de sus
objetos de estudio. Surgen nuevos campos de la especializaci6n científica mediante la
postulación de nuevos objetos de conocimiento y por medio del desarrollo de técnicas
novedosas de medición, manipulación y monitoreo de éstos. La ampliación del
conocimiento y sus tecnologías materiales relacionadas sirve para disciplinar y controlar
la acción y el ambiente de los agentes sociales” (159)

En las ciencias naturales la función-vigilancia tambien es importante, en el sentido de


examinar, registrar y clasificar.

Rouse plantea que no es sólo el locutor quien se ve "obligado a producir signos", sino
que en las ciencias naturales, las cosas también se ven forzadas, de muy diversas
maneras, a "hablar", es decir, a emitir signos. A decir verdad, sólo puede accederse a la
mayoría, si no es que a todos los fenómenos de las ciencias naturales, mediante signos
producidos por diferentes técnicas, equipo, métodos y modelos, cuyas "revelaciones" se
consideran genuinas o "reales" únicamente porque son hechas dentro del "marco de
interpretaciones autorizadas que distinguen los datos reales de los artificiales o del
ruido" (160)

Los tipos de programas y políticas que se iniciaron sobre las bases del conocimiento (o
los signos) producidos por la construcción científica afectaron significativamente el
posicionamiento de las relaciones sociales de poder. La ecología de sistemas y las
ciencias naturales "altamente formalizadas" de la química y la física atmosféricas
influyen poderosamente en la forma en que se conciben o instrumentan las políticas
públicas que permean la vida social, entre ellas la agricultura, la producción de energía,
las manufacturas, la salud, la planificación familiar, la educación, la deuda pública, el
desarrollo económico, las relaciones Norte-Sur, etcétera. Tal construcción del
conocimiento científico es, por tanto, fundamental para la formación de la biopolítica,
cuyo objetivo es el gobierno de todos los aspectos de la vida de una población. En este
sentido, la ecología de los sistemas puede entenderse como un elemento de la
biopolítica: al problematizar nuevos ámbitos de la vida y elaborar programas de
intervención, para lo cual resulta decisiva la producción y uso del conocimiento por
parte de los expertos. La noción contemporánea de ambiente se constituye como un
problema mediante el desarrollo de un discurso científico especializado sobre ecología,
el cual proporciona la "maquinaria intelectual para el gobierno" especifica, mediante el
cual las relaciones con la naturaleza se tematizan y se trasladan al terreno del "cálculo
político consciente" y la intervención normalizadora. (164).
[Si quiero evitar TFM hacer una propuesta política de gubernamentalidad ecológica me
basta con analizar la que existe, denunciando quizás su poca ambición]

2. Environmentality and green governmentality

Los conceptos que titulan el trabajo amplían la noción foucaultiana de


gubernamentaldiad (arte de gobierno, técnica de conducción de conductas) “It has
become a useful concept to help think through the ways that the environment is not only
a biophysical reality, but also a site of power, where truths are made, circulated, and
remade” (1).

Tres dimensiones centrales de esta gubernamentalidad verde son: 1. Producir nuevas


formas de racionalidad (grillas de inteligibilidad, regímenes de visibilidad, conceptos,
categorías, etc.). 2. Planear estrategias de intervención para contrarrestar los problemas
mabientales, y 3. Generar subjetividades, nuevas formas en que los sujetos se
autogobiernen.

Discourses of the Environment (1999), Eric Darier. “This book offered an early (and
still salient) assertion that we are witness to the biopolitical management of all life,
where nature is rendered into populations of resources to be mapped, measured, and
managed” (2).

“EIAs also invite public participation in the decision-making process, bringing both
proponents and critics under its normative banner, where the proceedings produce new
kinds of knowledge, but within a delineated (and often neoliberal) framework. In the
end, these environmentality strategies follow the logic of the rationalities that suggest
them; put differently, the solution necessarily follows the discourse used to frame the
problem” (3). Las estrategias ambientales de intervención en el ambiente más famosas
en Occidente se enmarcan en el programa a de la EIA, cuyo problema es que sigue la
misma racionalidad neoliberal que ha contribuido al problema ambiental. [es decir,
probablemente sea insuficiente].

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