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Hablante 1 (00:08)

Hola, amantes de la literatura. Bienvenidos una vez más a mi novela favorita. Hoy vengo a
compartirte el resumen del capítulo siete de la obra literaria titulada Yahuar Fiesta. Capítulo
siete. Los serranos. ¡Miren! Un serrano. Los muchachos lo descubrían y les echaban cáscaras
de plátanos. Les calaban del sombrero, los insultaban. Así vivían en Lima. Los más de 2000
lucaninos. Más de 500 eran de Pucquio, capital de la provincia. Cuando un día los cora a cora
iban a ser heridos una carretera hacia la costa, los puquianos se alborotaron y reunidos con el
vicario, aceptaron hacer un túnel hacia la costa. Entonces, los 10 000 comuneros se
extendieron en todo el camino a Nazca. El vicario hizo el trazo, calculando las quebradas,
rodeando los barrancos de piedras que cruzaban en el camino de Radura. Trabajaban desde el
amanecer hasta bien entrada la noche. A los 20 días, los comuneros llegaron a las lomas. Sobre
la costa de Nazca, hasta el pie de las lomas, estaban trabajando los costeños para dar alcance a
los puquios. Ya terminada de hacer la carretera, los barayocs de las diversas comunidades
fueron a los mestiz y dijeron no. La carretera ya se culminó.

Hablante 1 (02:04)

Los comuneros siempre cumplen y echaron vivas. Fueron a la iglesia a agradecer a Dios por los
cinco comuneros muertos. Los periódicos de Lima hablaron de la carretera Nazca-Puquio. 300
kilómetros en 28 días, por iniciativa popular y sin apoyo del gobierno, y por esa carretera
llegaron a Lima los dos mil lucaninos y los coracoreños. Al mismo tiempo, por todos los
caminos nuevos bajaron a la capital los serranos del norte, del sur y del centro. La universidad,
las escuelas de toda clase, los ministerios, las casas comerciales, todas las empresas se llenaron
de serranos. Y Lima creció en 10 años lo que hubiera crecido en 20. Se extendió a las haciendas
de los alrededores. Los cholos y los pocos indios lucanas que llegaron primero, recibieron a los
que llegaron después. El Misti recibió al místil. Los indios a los indios. Los chalos a los chalos. Y
así se dieron la mano y se instalaron en la gran Lima. A veces en sitios pobres, de acuerdo a la
condición de cada uno. Y así los lucanas crearon su centro cultural deportivo. Su primer
compromiso era parar los abusos que los principales cometían contra los comuneros. Así,
recibieron un telegrama del alcalde de Puccio en el que se comunicaba que se contrataría un
torero para el 28 de julio, día de las corridas.

Hablante 1 (04:07)

El estudiante Escobar reaccionó, lo analizó y dijo que a la brevedad se enrumparían hacia


Puccio, con torero incluido. Bueno, esto es el final del capítulo siete. Espero te esté gustando la
historia. No olvides suscribirte, dejarnos tus likes y tus comentarios. Nos vemos en el próximo
video. Adiós no.
Hablante 1 (00:08)

Hola, amantes de la literatura. Bienvenidos una vez más a mi novela favorita. Hoy vengo a
compartirte el resumen del capítulo ocho de la obra literaria titulada Yauar fiesta. Capítulo
ocho. El misito. El misito vivía en los queñuales. No tenía padre ni madre. Los k'nyani decían
que corneaba a su sombra, que haraba la tierra con sus cuernos. De día, rabiaba mirando al
sol. De noche, perseguía la luna. Todos tenían miedo al misito. Todos, menos don José. Don
Julián el patrón. Mandó a ensiliar su caballo Vero, el caballo más valiente de la quebrada, y se
fue en su busca. En un claro del monte, don Julián paró el caballo, se puso dos dedos de su
mano izquierda en la boca y silbó fuertemente. Entonces, mientras hablaban, se remesió el
monte junto al río. Sonó el agua. Se oyeron romper se las ramas de los árboles. Desde arriba
gritó el vaquero como diablo. ¡Corychic! Cristianos. Todos corrieron, menos don Julián. Separó
Sereno y echó lazo al misito. Y cuando pretendía jalarlo, el lazo hizo resistencia. Un instante y
zafó. Con la ira que le evadía con su revólver, echó balazos al aire, de rabia como de alegría.
Luego, persiguió a sus mayordomos y los trató de cobardes.

Hablante 1 (02:12)

Enseguida, retornó a Puccio y se emborrachó como en un día de fiesta. Los Coñani se alegraron
de ver al patrón e hicieron una ofrenda al cerro para que nunca se lleven al misito de sus
tierras. Bueno, aquí termina el capítulo ocho. Y no olviden suscribirse, dejar sus likes y
comentarios. Conmigo es hasta ahora. Nos vemos en el próximo video. Adiós no.

Hablante 1 (00:09)

Hola, amantes de la literatura. Bienvenidos una vez más a mi novela favorita. Hoy vengo a
compartirte el resumen del capítulo 9 de la obra literaria titulada Njawar fiesta. Capítulo 9. La
víspera. El súperfecto, en reunión, amedrentó a don Julián Aranguena. ¿Ustedes pueden
ayudarme a fregar a ese salvaje? Les preguntó de golpe a los tres vecinos principales reunidos.
Nadie quería meterse con don Julián. Lo consideraban peligroso y advierten al súperfecto que
también no lo haga. Solamente querían que se cumpla la circular. Con ello, él quedará como un
gran subprefecto. Dicho esto, se calmó y pidió a los vecinos un préstamo de 1500 soles para
salir de un apuro. Los ojos de los vecinos se pusieron turbios, levantando un arrepentimiento
grande. El místil, don Jesús, estaba descontento y callado. Al subprefecto le batallaban los ojos
de contento, feliz. Pero el 28 pondremos torero en la plaza y los guardias impedirán que los
indios entren a capear, aseveró. Por otro lado, el vicario conversaría con los ailos de Callao,
Pichicachurri, para hacer una plaza chica con asientos y eucalipto, para que la competencia sea
legal y sea se vea mejor. Dicho esto, se levantaron los tres principales para retirarse.

Hablante 1 (02:07)

Don Jesús no quería dar ni un centavo para el préstamo, estaba descontento. El presidente del
Centro Unión Lucana, contrató al torero español Ibarito II por 500 soles. No me gusta torear en
los pueblos de la sierra, decía. Porque los toros que le echan a uno deben ya tres o cuatro
vidas, dijo el tal Ibarito. Bueno, esto es el final del capítulo nueve. Espero que les haya gustado
la historia. No olviden suscribirse, dejar sus likes y comentarios. Nos vemos en el próximo
video. Adiós.

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