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El proceso terapéutico hace referencia a un conjunto de etapas que se desarrollan

de manera sucesiva en el marco de la atención psicológica, entre un paciente o


cliente y un psicoterapeuta, desde el mismo instante en que inicia la relación
terapéutica. A continuación, revisaremos las etapas o fases del proceso terapéutico,
este puede variar en virtud del modelo psicoterapéutico, sin embargo, en líneas
generales, encontramos que coinciden en las siguientes fases:

● Establecimiento de la relación terapéutica: La primera etapa o fase del


proceso terapéutico, surge desde el mismo instante en que el paciente
contacta al psicoterapeuta, esta etapa es determinante en el proceso, porque
la relación terapéutica que se desarrolle entre el paciente y el psicoterapeuta,
marca el avance de la terapia.
● Está relación terapéutica puede ser entendida como “El rapport
psicológico” o “El rapport terapéutico” este término hace referencia a la
alianza terapéutica que se establece entre el psicoterapeuta y el paciente,
cuyo objetivo es el de lograr abordar y solucionar una problemática de
manera colaborativa, esta alianza se va desarrollando a medida que avanza
la terapia, en la siguiente clase estudiaremos cómo desarrollar un rapport
exitoso con el paciente.
● Evaluación y orientación: La segunda etapa del proceso terapéutico es la
evaluación y orientación, esta etapa junto con la siguiente, suelen ser muy
breves, no toman más de tres sesiones. El propósito primordial de esta etapa,
es que se vaya construyendo la alianza terapéutica, es la de recopilar toda la
información posible acerca del paciente y su motivo de consulta.

Esta fase es determinante, dado que implica un esfuerzo para el paciente abrirse
emocionalmente a una persona con la que no tiene mayor confianza, pese a ser un
profesional y por otra parte para el psicoterapeuta implica evaluar la problemática y
tomar la decisión de si puede atender al paciente o debe remitir a otro profesional.
Muchos pacientes no regresan después de la sesión de valoración y algunos otros
abandonan después de la segunda o tercera sesión, no necesariamente tiene que
ver con la relación terapéutica, en ocasiones, no están lo suficientemente
convencidos de asumir el proceso de cambio y esto suele ocurrir cuando no asisten
por sí mismos a la terapia, sino por sugerencia o cohesión de otros.
Durante esta sesión, es necesario que el psicoterapeuta aclare todas las dudas del
paciente, además de suministrar la información necesaria para el buen desarrollo
del proceso, además de que es necesario considerar los siguientes aspectos:

● Qué enfoque terapéutico maneja.


● La primera idea diagnóstica, aunque sí es importante que se le aclare
al paciente que probablemente se necesiten otros elementos para
confirmar el diagnóstico.
● La experiencia que tiene manejando este tipo de trastorno o
problemática.
● La cantidad aproximada de sesiones que puede tomar la terapia
● El manejo de la agenda.
● El tiempo de duración de la sesión.
También, es muy probable que durante esta sesión se realicen algunas pruebas
diagnósticas de personalidad, psicopatología, inteligencia etcétera, que permitan
apoyar el diagnóstico. Este aspecto lo estaremos profundizando en la unidad 5.
Antes de la siguiente sesión, el psicoterapeuta deberá hacer un “análisis de la
información”, tomando como base el enfoque psicológico que maneje, por ejemplo,
si trabaja “el enfoque conductual, se concentrará en la relación funcional entre
las conductas y los estímulos”, mientras en “el enfoque cognitivo conductual
se evaluarán entre otros aspectos, las creencias y pensamientos del paciente”
etcétera. A lo largo del curso iremos estudiando los aspectos esenciales de cada
modelo, en relación con la psicoterapia.

● Hipótesis explicativas: Una vez el psicoterapeuta ha realizado en análisis


de la información, la enmarcará en un esquema teórico, formulando una
explicación del problema, planteando las causas del mismo y las posibles
razones por las que se mantiene el comportamiento. Finalmente, en una
sesión el psicoterapeuta transmitirá al paciente esta información, y se tomará
la decisión final de continuar con el proceso, es probable que el paciente
también plantee sus propias necesidades y objetivos de la terapia.
● Tratamiento: Aquí inicia formalmente el proceso de intervención del
psicoterapeuta, quién ya previamente ha determinado el área o las áreas de
intervención, lo cual también puede ser susceptible de cambio a medida que
avanza la terapia, dado que pueden surgir o visibilizarse nuevos problemas.
Una vez fijado el plan de intervención, se seleccionan las técnicas que se van
a utilizar, es importante explicarle al paciente en qué consisten y de qué
manera él va a participar en el proceso. A lo largo del tratamiento, se revisará
de manera frecuente si el paciente está respondiendo positivamente a las
técnicas y si no es así, será necesario replantearse nuevos procedimientos y
recursos.

Es probable que a medida que avanza la terapia, el paciente se sienta un poco peor
que al inicio del proceso, en realidad esto lo que demuestra es el avance de la
psicoterapia en la medida en que el paciente se va haciendo más consciente de su
problemática y del compromiso y responsabilidad que tiene en la solución de la
misma.
Las terapias cognitivo conductuales, suelen tener una duración entre 10 y 15
sesiones, el 65% de los pacientes que asisten a este tipo de terapia, reportan una
mejoría a partir de la séptima sesión. Es probable que antes de este tiempo algunos
pacientes deserten al no sentir cambios, por lo que también es importante explicarle
permanentemente al paciente que se trata de un proceso y que especialmente en
los procesos de superación de situaciones dolorosas como duelos por muerte o
rupturas afectivas, o en los procesos de cambio se necesita, tiempo, constancia y
compromiso.

● Finalización del proceso terapéutico” La finalización del proceso debe


hacerse de manera gradual, cuando se van alcanzado los objetivos de la
terapia, de alguna manera es posible anunciarle al paciente que pronto
finalizará el proceso, lo que se sugiere, es que se realice de forma súbita, la
idea es preparar emocionalmente al paciente para que pueda enfrentar su
problemática sin el apoyo terapéutico.

No obstante, las razones por las cuales se da la finalización del proceso pueden ser
variadas, incluso algunos diagnósticos requerirán acompañamiento terapéutico de
por vida, pero en otros casos, la terminación del proceso, puede incluir el alcance de
los objetivos propuestos, o que simplemente el paciente decide intentar con otro
terapeuta bien sea porque considera que la relación terapéutica no es la mejor o
porque cree que no ha obtenido los resultados esperados.
De cualquier manera, mientras no se trate de un abandono a la terapia, se sugiere
que la finalización del proceso se realice de manera paulatina y teniendo en cuenta
lo siguiente:

● Que se hayan alcanzado los objetivos propuestos al iniciar el proceso.


● Que el paciente haya adquirido herramientas socioemocionales y
cognitivas que le ayuden a enfrentar situaciones similares con mayor
acierto.
● Que se puedan ilustrar cambios favorables en el comportamiento o la
problemática que llevó al paciente a terapia.

¿Cómo mejorar la eficacia de las intervenciones?


Más allá de seguir un proceso de manera rigurosa, una de las primeras
consideraciones que el psicoterapeuta puede tener en cuenta, para mejorar la
eficacia de la terapia es “ leer al paciente y ser muy empático a sus
necesidades”, no en pocas ocasiones desde la sesión de evaluación se hace
necesario hacer algún tipo de intervención, por pequeña que esta sea, entonces,
una primera sugerencia sería la de ser flexible cuando la situación así lo requiera, y
no olvidarse que ser una especialista o experto en determinado tema no le hace
menos humano.

Para Morrison (1995) uno de los primeros obstáculos que se enfrentan en la terapia,
es “cuando el paciente no acude por iniciativa propia”, en ese caso el papel del
psicoterapeuta es esencial, su capacidad de negociación y convencimiento, así
como la relación terapéutica que se establezca desde el primer momento, pueden
lograr un cambio positivo del paciente hacia la terapia.

Para el autor, “la primera sesión en fundamental”, no solamente porque el


psicoterapeuta debe ser muy hábil para obtener la mayor cantidad de información
posible, importante para el proceso, sino porque es la sesión donde se establece la
relación terapéutica que para Frank (1991) determina la actitud del paciente frente al
proceso, si el paciente se siente cómodo entonces:

● Compartirá con mayor facilidad sus sentimientos y emociones.


● Prestará mayor atención al proceso y confiará en el direccionamiento del
psicoterapeuta.
● Tendrá una actitud más abierta y dispuesta al cambio.

Otro obstáculo que puede presentarse es el de “enfrentarse a un paciente muy


hablador, impreciso o incluso hostil o difícil de comprender”, en ese caso se
puede recurrir a realizar una sesión adicional en lugar de extender el horario de la
sesión, ya que esto resultaría contraproducente. Otra posibilidad ante este evento,
es la de entrevistar a otros miembros de la familia.

La toma de anotaciones es otro de los aspectos que puede interferir en el proceso,


sino se hace de manera adecuada y sutil, el psicoterapeuta deberá tener la
habilidad para hacer anotaciones muy breves que no distraigan su atención de la
problemática del paciente, si nota que el paciente se siente incómodo o
abiertamente manifiesta su inconformidad, deberá dejarlo de lado y realizar las
anotaciones una vez finalice la sesión.

En cuanto al “Motivo de consulta”, será el que exprese el paciente, por lo menos


será el primer aspecto a considerar, dado que es puntualmente lo que le está
causando malestar. Aunque, este es un aspecto que trabajaremos en la historia
clínica, cabe anotar que el motivo de consulta, siempre se colocará en las palabras
textuales, expresadas por el paciente. La pregunta puede hacerse de manera
abierta ¿Cuál es el motivo o la razón por la cual acude a consulta? de manera que
es un discurso libre el paciente pueda indicar cual es su malestar psicológico.

Cuando se trate de “un paciente con una psicopatología particular, que le


impida expresarse adecuadamente” el psicoterapeuta deberá preparar una
entrevista más estructurada que le permita obtener la información o recurrir a
entrevistar a los familiares o acompañantes del paciente. Lo que se busca con la
entrevista inicial es que el psicoterapeuta no sea demasiado rígido y estructurado
que el proceso termine pareciendo un interrogatorio o que sea demasiado flexible de
manera que la conversación pueda desviarse a temas menos importantes.

Otro aspecto importante es “la participación activa del paciente en el proceso”,


el paciente debe comprender que él no un participante pasivo, que recibe
direccionamiento de un experto, sino que, para que el proceso arroje resultados
positivos, debe comprometerse, elaborar las tareas o actividades que solicite el
psicoterapeuta, asistir puntualmente a las sesiones y con la mayor disposición, sino
se siente dispuesto deberá expresarlo de manera que se pueda llegar a un acuerdo,
que incluso puede incluir, la reprogramación de la sesión, sin que esto se vuelva
algo frecuente.

Antes de finalizar queremos mencionar, que algo que puede hacer que el proceso
terapéutico sea éxito y marque la diferencia, es que “el paciente sienta que el
psicoterapeuta se preocupa sinceramente por él y hace todo lo que está a su
alcance para ayudarle”, una buena forma de demostrar esto es cuando “el
psicoterapeuta prepara su sesión con anterioridad”, lee los informes de
sesiones anteriores, incluso investiga acerca de algún tema en particular que puede
aportar al proceso, aunque no parezca el paciente lo nota y en la mayoría de los
casos responde positivamente a este interés genuino de su psicoterapeuta.

Teniendo en cuenta que la relación terapéutica es esencial en el proceso, en la


siguiente clase exploraremos las habilidades que debe tener un buen psicoterapeuta
y cómo desarrollar un adecuado rapport terapéutico. A continuación, encontrará en
la video clase, aspectos complementarios al tema manejado en el texto.

Gran parte del éxito de la psicoterapia radica en la relación terapéutica, que como lo
vimos en la clase anterior, equivale al mismo “rapport terapéutico” que en
esencia es la alianza que se establece entre el profesional de la salud mental y el
paciente y que permite de manera colaborativa lograr un proceso exitoso.

¿Qué necesita un profesional de la salud mental, además de sus conocimientos,


para ser un buen psicoterapeuta? En ocasiones el no comprender que la relación
terapéutica es esencial, puede llevar al fracaso del proceso, muchos pacientes se
resisten al cambio, algunos otros no comprenden las directrices o instrucciones del
terapeuta, otros temen abrirse emocionalmente o se muestran desinteresados frente
al proceso ¿Qué habilidades terapéuticas ayudan a superar todas estas
resistencias en la terapia? Veamos a continuación.

La relación terapéutica, hace referencia a los sentimientos y actitudes que tienen


entre sí, paciente y terapeuta y la forma como expresan esos sentimientos; el cuales
ayudan a entablar una relación positiva, que se caracteriza por la confianza y el
respeto mutuo, el trabajo debe de ser percibido como un trabajo en equipo, que se
base en estos “tres componentes esenciales de la alianza terapéutica” :

● El vínculo emocional positivo entre las dos partes.


● El acuerdo mutuo acerca de los objetivos de la terapia.
● El acuerdo mutuo acerca de las tareas y actividades terapéuticas.

Es importante anotar que la relación terapéutica se extiende a familiares o


acompañantes asiduos del paciente, cuando se trata de un menor de edad o de una
persona que sufre algún tipo de discapacidad.

La terapia está sujeta a una serie de “reglas formales”, entre las cuales se
encuentra: El pago de la terapia, horarios, sitio de intervención, frecuencia, duración
de la terapia, participación activa del paciente, etcétera, lo cual supone que no se
trata de un acto de altruismo por parte del psicoterapeuta, no es tampoco una
relación de amistad, la relación está sujeta a la intervención psicológica y se centra
en las necesidades del paciente.
Características personales esenciales en el
psicoterapeuta
Para Cormier y Cormier (1991/1994) y Ruiz y Villalobos (1994) las siguientes son
características personales, indispensables en un buen psicoterapeuta.

● El interés genuino: Esto implica tener presente que el psicoterapeuta no


puede anteponer sus propios intereses y necesidades por encima de las del
paciente. Para necesita evitas varios comportamientos:
● El voyerismo: Hace referencia a aquellas indagaciones o preguntas que
tienen como objetivo satisfacer la curiosidad del terapeuta.
● El abuso de poder: La terapia tiene unos objetivos que han sido
establecidos de común acuerdo entre el paciente y el psicoterapeuta, por lo
tanto, el terapeuta deberá ceñirse a ello, sin intentar usar su posición para
influir sobre las decisiones o valores del paciente.
● “La autoterapia”: Aún cuando el terapeuta se identifique de manera
personal con situaciones, experiencias, sentimientos o emociones del
paciente, deberá dejar de lado sus propios problemas y concentrarse en la
problemática del paciente.
● Autoconocimiento: El psicoterapeuta debe conocer tanto sus habilidades
técnicas como personales, así como sus limitaciones; como una baja
tolerancia a la frustración, o una necesidad imperativa de tener el control de
la situación, o la necesidad de reconocimiento y aprobación, prejuicios o
incluso creer que sus valores, creencias, pensamientos son mejores que los
de su cliente. Si el psicoterapeuta no se conoce y autorregula, puede llegar a
tener comportamientos antiterapéuticos, como por ejemplo, intentar cambiar
los valores del cliente o imponer su propio sistema de valores, puede también
evitar el conflicto y la confrontación, enojarse con el cliente cuando incumple
o trabajar en aspectos superficiales.
● Autorregulación: La autorregulación es otra competencia esencial del
terapeuta, evita que sus propios problemas interfieran en la terapia con el
paciente. El terapeuta debe ser sensible a sus propios procesos internos y a
los procesos que se desencadenan de la interacción con el paciente, si
experimenta fuerte reacciones emocionales, al trabajar determinado tema
deberá remitir al paciente e incluso acudir a terapia y ponerse en tratamiento,
para evitar la contratransferencia (Freedman 2001), es decir, proyectar sus
propios sentimientos y frustraciones en el paciente, este proceso casi
siempre ocurre de manera inconsciente, pero por esta razón es tan
importante el autoconomiento y por ende la autorregulación.
● Un apropiado ajuste psicológico en general: En líneas generales una
buena salud mental del psicoterapeuta, garantiza mejores resultados en el
proceso.
● Experiencia vital: La experiencia de vida puede ser valiosa en la medida en
que aporta comprensión a las problemáticas de los pacientes, sin embargo,
hay que cuidar que ciertas experiencias vitales estén completamente
superadas, para evitar interferencias en la terapia.
● Conocimiento de los contextos culturales: La cultura es una factor que
influencia poderosamente la conducta, las creencias y pensamiento de una
persona, en la medida en que el psicoterapeuta conozca diferentes contextos
culturales, y específicamente al que pertenece el paciente, contará con
mayores herramientas.
● Principios éticos y profesionales: El terapeuta debe regirse por el código
deontológico de la profesión. Asuntos como “la confidencialidad”, (salvo en
los casos de maltrato, o en los que peligre la vida de un menor de edad o
incluso del mismo paciente), “la remisión del paciente a otro terapeuta”
cuando haya interferencia por asuntos personales o incluso cuando el
terapeuta considere que no tiene la competencia para tratar al paciente entre
otros, deberán ser asumidos con total ética y transparencia. Por otra parte, el
terapeuta debe evitar proyectar en el paciente sus actitudes y expectativas,
es decir, no esperar que un paciente este triste, dolido o frustrado en
determinada circunstancia tan solo porque él lo estaría.
● Energía y persistencia: La terapia es un ejercicio exigente, que implica
desgaste físico, emocional e intelectual, por lo que el psicoterapeuta debe
cuidar su salud física, y mantener alta su energía. Esta energía si es baja
baja o se da la percepción de un psicoterapeuta cansado o agotado, pueden
generar desconfianza en el proceso, así mismo la paciencia deberá ser otro
atributo importante, dado que los procesos de cambio conllevan tiempo.
● Flexibilidad: Otra característica importante en un buen terapeuta es su
capacidad para adaptarse a las diversas situaciones y estilos de
personalidad. También, es importante su versatilidad profesional para adaptar
las diferentes técnicas y métodos a los problemas particulares de cada
paciente.

Habilidades sociales necesarias en un psicoterapeuta


Para Carl Rogers, un buen psicoterapeuta debe tener tres habilidades esenciales:
La empatía, la aceptación incondicional y la autenticidad, dentro de la empatía, la
escucha activa es otra de las habilidades fundamentales que puede determinar el
curso del proceso terapéutico. Revisemos los aspectos más relevantes de cada
habilidad.

● Escucha activa: La capacidad de escuchar genuinamente al paciente,


reporta infinidad de beneficios, “escuchar activamente es intentar en todo
momento comprender el lenguaje verbal y no verbal del paciente y saber
leerle entre líneas”, es decir descubrir incluso aquello que intenta ocultar,
pero que es perceptible para el terapeuta.

Entre los beneficios está la apertura también sincera y genuina del paciente, la
relación terapéutica se afianza y se fortalece, el psicoterapeuta es percibido más
como un colaborador que como un experto, esto último genera distancia emocional,
la escucha activa propicia en general un ambiente cálido que facilita el alcance de
los objetivos terapéuticos y conlleva tres actividades:

● Recibir el mensaje: Implica la capacidad de leer “el lenguaje no verbal” del


paciente; la apariencia general, la mirada, la postura, la orientación corporal,
la tonalidad de la voz etc. En cuanto a la “comunicación verbal”, el
psicoterapeuta debe comprender ampliamente el discurso del paciente, los
temas recurrentes, los temas que evita, las autoexigencias que se hace, las
contradicciones, las emociones que surgen al hablar de ciertos temas
etcétera, es decir todo aquello es esta explicito e implícito en la
comunicación.

Otra lectura importante que debe hacer el psicoterapeuta hace referencia a la


actitud del paciente frente a él y frente a la terapia.

● Procesar los datos recibidos: Implica la capacidad de saber discriminar la


información importante para el proceso de la que no lo es y establecer un
correcto significado, evitando los sesgos personales.
● Emitir respuestas de escucha: Que incluyen respuestas verbales y no
verbales, asentir con la cabeza, una posición corporal que denote interés,
una mirada compasiva, receptiva, respetuosa y comentarios del tipo
“entiendo”, “comprendo”, “de acuerdo”, “continúe”, “le escucho”, etcétera.
Otro recurso importante es que al final de cada intervención el psicoterapeuta
haga pequeñas síntesis y reflejos, de lo que el paciente ha mencionado para
confirmar, pero además con esto demuestra atención.

Algunos de los obstáculos en el proceso de escucha activan son:

● No mostrar interés por el paciente y lo que habla.


● Juzgar los valores, pensamientos o creencias que el paciente trasmite en el
mensaje.
● Experimentar algún tipo de reacción emocional mientras el paciente habla
(enfado, frustración, ansiedad) emociones que no puedan ser autorreguladas
por el psicoterapeuta.
● Interrumpir al paciente de forma innecesaria.
● Constantes interrupciones no relacionadas con la terapia.
● Restarle importancia a los temas que el paciente considera importantes.
● Tendencia a formular hipótesis con pocos datos.
● Hacer interpretaciones o sugerencias prematuras.
● Estar cansado o agotado para la sesión.
● Variables relacionadas con el entorno (calor, frio, oscuridad, ruido excesivo
etcétera)

Finalmente, cabe anotar que la escucha activa, debe ser equilibrada, permitir que el
paciente hable toda la sesión sin mayores intervenciones por parte del terapeuta,
dará la impresión de que no está trabajando activamente en el proceso y que se
limita a escuchar.

● La empatía: Es la habilidad social por excelencia, en la terapia hace


referencia a la capacidad que tiene el psicoterapeuta de ver las cosas desde
el marco de referencia del paciente, intentando comprender sus sentimientos
y emociones, antes de darle una solución, implica además la capacidad de
comunicarle al paciente que es comprendido. El grado más alto de empatía
se observa cuando el terapeuta es capaz de comprender lo que ocurre, a
nivel cognitivo, emocional y conductual, sin que el paciente lo haya
expresado explícitamente, implica la capacidad de inferir desde el discurso y
las actitudes del paciente.

La empatía terapéutica, se puede evidenciar a través de diversos comportamientos,


revisemos algunos:

● La escucha activa.
● Dar importancia e intervenir aquellos aspectos que el paciente
considera relevantes.
● Hacer preguntas orientadas a aclarar lo que expresa el paciente.
● Reflejar o hacer paráfrasis, es decir sintetizar en las propias palabras
del paciente, lo que está diciendo o ha mencionado en cierto
momento, no obstante, debe ser un recurso que se utilice de manera
equilibrada, si se excede en su uso, pierde el refuerzo y puede resultar
incomodo e interferir en el proceso de apertura emocional del paciente.

Para (Beck et all., 1979/1983), la empatía afianza la relación terapéutica y es un


facilitador del proceso de cambio.

La empatía permite comprender mejor la resistencia al cambio del paciente, evita


que el psicoterapeuta juzgue y reduce también sus reacciones emocionales frente al
proceso y en definitiva favorece la posibilidad de encontrar soluciones y alternativas
a la problemática del paciente.
La empatía es un gran recurso especialmente en los casos en que los pacientes no
acuden por iniciativa propia, no obstante, como los sugiere (Beck et all., 1979/1983),
también en la empatía terapéutica debe existir equilibrio, evitando así que se pierda
la objetividad y el rigor científico de la psicoterapia.

● La aceptación incondicional: Como lo mencionamos anteriormente otra de


las cualidades o habilidades necesarias en el psicoterapeuta según Carl
Roger es la aceptación incondicional, que alude a la capacidad de la
psicoterapeuta de vencer sus prejuicios y aceptar al paciente tal cual es,
como una persona que merece ser tratada con dignidad. De acuerdo con
(Cormier y Cormier, 1991/1994; Goldstein y Myers, 1986) existen varios
niveles de aceptación:
● Compromiso hacia el cliente: Hace referencia al interés sincero y
disposición que el terapeuta muestra por ayudar al paciente, utilizando
de manera genuina, todos los recursos de los que dispone, y
estableciendo una relación terapéutica con el cliente, donde priman
sus necesidades y sin que el paciente se siente en deuda por ello.
● Esfuerzo por comprender: El terapeuta hace los esfuerzos
necesarios para comprender la problemática del paciente, a través del
proceso de escucha activa y utilizando todos los recursos necesarios
para tal fin.
● Actitud no valorativa: El terapeuta debe abandonar sus prejuicios y
evitar emitir juicios de valor, no necesariamente tiene que estar de
acuerdo con el paciente y aprobar su conducta, pero debe manejar
con profesionalismo sus propias concepciones y valores. En todo
caso, lo que sí puede es lograr un proceso reflexivo en el paciente
acerca de las consecuencias morales y sociales de su
comportamiento, pero comprendiendo que es parte del objetivo de la
terapia y en beneficio del cliente.

● La autenticidad: Otra de las habilidades necesarias en un psicoterapeuta, es


la autenticidad, lo cual implica ser honesto, sincero, evitar el doble sentido en
la comunicación, en definitiva, comunicar con transparencia, sin embargo, ser
autentico no implica ser imprudente, para Beck et all . (1979/1983) también
en este aspecto se requiere de equilibrio, comunicar con honestidad, pero
con tacto, siendo diplomático y prudente, evitando en todo momento
perjudicar al paciente. Si la autenticidad y la honestidad no son bien
manejadas, pueden ser contraproducente y entonces e interpretadas como
rechazo y hostilidad.

Para que la autenticidad sea positiva debe tener los siguientes componentes:

● Conductas no verbales, que puedan ser interpretadas como


positivas, el tono de la voz, la expresión de la mirada, la sonrisa, la
actitud corporal etc.
● Poco énfasis en el rol, evitar hacer énfasis en el rol o la autoridad
como terapeuta, esto puede ser mal interpretado y generar resistencia
en el paciente.
● Espontaneidad, evitar la excesiva formalidad y rigidez en el trato y por
el contrario ser consecuente entre los que dice y expresa, siendo
natural en su comunicación.
● La autorrevelación, hace referencia a la capacidad de reconocer los
errores, cuando se presentan y el cliente los capta. También puede
hacer referencia a compartir ciertas experiencias personales con el
paciente, evitando las de contenido sexual o religioso y
concentrándose en aquellas que eventualmente puedan aportar a la
evolución positiva de la terapia.

Este es un aspecto que debe manejarse con total madurez profesional, no debe ser
recurrente, porque la terapia no un espacio para el desahogo del terapeuta, debe
ser gradual, es decir a medida que va avanzando la terapia; hacerlo en la primera o
segunda puede ser malinterpretado por el paciente y percibido como poco confiable,
egocéntrico, necesitado de atención.

Finalmente, la autorrevelación también hace referencia a las expresión de lo que


percibe el terapeuta acerca de la terapia, por ejemplo, cuando hay algo que no
funciona en la relación terapéutica, o cuando el proceso no avanza, sin embargo,
nuevamente se recomienda prudencia y oportunidad al expresarlo.

En cualquier caso, la autorrevelación es positiva y facilita el vínculo emocional con el


paciente, pero debe ser oportuna y mesurada.

Otras habilidades que facilitan la relación terapéutica


● La competencia, hace referencia a las capacidades, habilidades y
conocimiento en general del psicoterapeuta, esto genera confianza en el
paciente, y facilita la relación terapéutica.

De acuerdo con Cormier y Cormier (1991/1994) el paciente puede inferir la


idoneidad del terapeuta, a través de la interacción con el mismo; se muestra
tranquilo y seguro, tiene una adecuada comunicación, mantiene el contacto visual,
adecuada disposición corporal, el discurso fluido y coherente, la pertinencia en las
preguntas que realiza, la capacidad de generar autoreflexión en el paciente entre
otras.

También se evidencia esa idoneidad, a través de la información que se recibe del


terapeuta incluso antes de empezar la terapia, si es un terapeuta que alguien
recomienda, su nivel de experiencia, sus estudios, incluso la apariencia de su
consultorio y su misma presentación personal.
Además de la competencia entre otras no menos importantes habilidades esta “la
cordialidad” que en general se diferencia de la empatía y hace referencia a un
comportamiento amable, agradable, cálido, que puede incluir un pequeño contacto
ante un desbordamiento emocional del paciente, todo esto sin abrumar al paciente y
sin enviar un mensaje equivocado.

● La confianza: No es fácil generar confianza y por el contrario se puede


perder con mucha facilidad, la confianza es determinante en el proceso, es
indispensable que en todo el momento el paciente se sienta seguro de no
está siendo engañado o perjudicado con una mala orientación o
procedimiento, la confianza es una conjugación de muchos de los aspectos
ya mencionados, como la competencia del psicoterapeuta, la empatía, la
aceptación incondicional y sin juicios, la confidencialidad, la ética y el
profesionalismo.

Existen diversos tipos de psicoterapias, la mayoría de ellas basan sus constructos


teóricos en enfoques psicológicos o perspectivas psicológicas del estudio del
comportamiento humano. En esta clase explicaremos brevemente cada modelo,
dado que hemos destinado, una clase para cada uno de los modelos
psicoterapéuticos tanto clásicos como contemporáneos. Revisemos a continuación
los modelos más importantes:

● Terapia psicoanalítica: Este es un modelo terapéutico basado en el


psicoanálisis de Sigmund Freud, cuyo postulado sugiere que la persona
desconoce los factores que influyen en sus emociones y comportamiento,
dado que son inconscientes y se originan en la niñez. Para el psicoanálisis,
los pensamientos disfuncionales surgen, por los impulsos instintivos que son
reprimidos por la conciencia y que permanecen en el inconsciente del
individuo.

Con el fin de llegar hasta el inconsciente de la persona, el psicoanálisis utiliza


diversas técnicas como: “La interpretación de los sueños, los actos fallidos y la
asociación libre”.

Otro aspecto en el que enfatiza este modelo psicoterapéutico es en los mecanismos


de defensa que surgen en el individuo, al intentar resolver los conflictos de manera
inadecuada, dando lugar a la aparición de trastornos de la mente y el
comportamiento. Si desea entender la teoría del psicoanálisis, puede chequear este
curso gratuito de personalidad en el siguiente link: https://edutin.com/curso-de-
personalidad-4354

● Terapia psicodinámica: El modelo terapéutico psicodinámico, se deriva del


psicoanálisis postmoderno, recoge aportaciones de Melanie Klein, Adler y
Ackerman, entre otros. El objetivo principal es en esencia el mismo del
psicoanálisis y es el de lograr que el paciente obtenga el insight, es decir que
tome conciencia, acerca de sus motivaciones y conflictos ocultos.
Algunas diferencias con la terapia psicoanalítica radican en la frecuencia de las
sesiones, mientras en la terapia psicoanalítica pueden llegar a ser de 3 a 4, en la
psicodinámica 1 o 2 semanales.

Otro aspecto diferencial es la intervención del psicoterapeuta en la terapia


psicoanalítica es neutra y no intrusiva, mientras en la terapia psicodinámica es más
participativa y activa. El psicoterapeuta psicoanalítico evita dar consejos y sus
intervenciones se limitan a las interpretaciones que hace, por su parte el terapeuta
psicodinámico si da orientaciones y refuerza los aspectos positivos del paciente.

El enfoque psicodinámico utiliza una gran variedad de técnicas, que ampliaremos en


la clase correspondiente, mientras el enfoque psicoanalítico enfatiza en la
interpretación y análisis de los sueños y en la libre asociación.

● La terapia conductual: Este modelo psicoterapéutico está basado en los


principio del conductismo, centra su atención en la modificación de
comportamientos que resultan desadaptativos o que perjudican al individuo y
en el refuerzo de las conductas deseables. La terapia conductual no busca
llegar a las causas que generan la conducta indeseada, es una terapia de
acción, y enfatiza en el comportamiento actual del individuo y cómo
modificarlo. Entre las técnicas utilizadas en este tipo de psicoterapia están las
que se basan en “las teorías del condicionamiento clásico y el
condicionamiento operante”, las cuales se reconocen la base para aplicar
desde este enfoque la terapia de la modificación de la conducta.
● La terapia cognitiva:

Esta es una de las más antiguas y de las más importantes escuelas de la


psicoterapia, fue creada en la década de los 70 por el psicólogo estadounidense
Aaron T. Beck , quien afirmaba que los pensamientos y las creencias de las
personas están interrelacionadas con sus conductas o comportamientos.

Este modelo terapéutico se centra en la modificación de las creencias irracionales y


de las distorsiones cognitivas. Para el Dr. Beck el trabajo del psicoterapeuta es
identificar las creencias y pensamientos limitantes del paciente y reemplazarlos por
maneras más flexibles y positivas de interpretar su realidad, influyendo
positivamente en sus estados emocionales. “La terapia cognitiva para la
depresión fue desarrollada por Aaron Beck” y es aún empleada hoy en la terapia
cognitivo-conductual que revisaremos a continuación.

● La terapia cognitivo conductual (TCC)” este modelo psicoterapéutico


combina la concepción del individuo, así como las técnicas y métodos de los
modelos cognitivo y conductual, dando paso a la terapia cognitivo conductual
TCC, que postula que las creencias, los pensamientos y las actitudes del
individuo, influyen en sus emociones y en su comportamiento.

En definitiva, lo que sugiere este modelo es que la forma en que un individuo piensa
acerca de determinada situación, determina sus emociones y el comportamiento
frente a esa situación. Hoy por hoy es una de las técnicas de las técnicas más
utilizadas, dado que se ha demostrado su efectividad en el tratamiento de diversos
trastornos psicológicos, especialmente en el manejo de fobias.

En la TCC el psicoterapeuta realiza un análisis funcional de la conducta, que busca


las causas del mantenimiento de la conducta, una vez detectado el problema se
aplican las técnicas que se ajusten a la resolución del mismo, entre ellas:
“Entrenamiento de habilidades sociales, técnicas expositivas,
reestructuración cognitiva, la terapia racional emotiva”.

● La terapia humanista: La psicología humanista surge en el siglo XX sus


pioneros Abraham Maslow y Carl Rogers, influenciada principalmente por “la
fenomenología”, corriente psicológica que postula que el individuo no es
capaz de experimentar la realidad de manera directa, para esta corriente, las
fuentes de conocimiento son la experiencia intelectual y emocional. Otra
corriente que influencia la psicología humanista es “el existencialismo”, el
cual es un movimiento psicológico y filosófico que surge en diferentes partes
de Europa y centra su atención en la experiencia existencial, cómo surge y se
transforma, enfatiza en que no hay verdad, ni realidad para el individuo, sino
en la medida en que participa, es consciente o se relaciona con ella.

La concepción humanista del ser humano es en esencia positiva, sugiere que el ser
humano es consciente de su realidad, actúa con intencionalidad y está en constante
crecimiento y desarrollo. Las representaciones mentales y los estados subjetivos
son considerados una fuente válida del conocimiento del individuo. En la
psicoterapia humanista, el paciente es percibido como el principal actor de su
proceso de crecimiento y desarrollo existencial, en ese proceso atraviesa diferentes
etapas que lo llevan a cuestionarse el porqué de lo que le sucede, qué significado
tiene y que solución puede plantearse al respecto. Por su parte el terapeuta
humanista, es más un facilitador en el proceso de cambio de la persona.

La terapia humanista se enfoca en “la autorrealización del individuo, tomando


como base en la teoría de la motivación humana de Abraham Maslow, entre
otras técnicas utiliza la terapia centrada en la persona de Carl Rogers”.

● La terapia existencialista” este modelo terapéutico soporta sus tesis


teóricas en el existencialismo y la fenomenología, es un enfoque más
filosófico que técnico. En la terapia existencialista, el ser humano es
concebido como un ser capaz y se le alienta a que asuma la responsabilidad
que tiene en sus éxitos.

El psicoterapeuta, a través del diálogo identifica los prejuicios del paciente, es


abierto a la situación puntual del paciente y a su forma de experimentar la vida. El
psicoterapeuta se centra en los conflictos emocionales y psicológicos que surgen en
el individuo al enfrentarse a la vida, no profundiza mucho en el pasado, sino que se
centra en la situación actual del paciente.

● La logoterapia: Creada después de la segunda guerra mundial por el


psiquiatra Vienes Viktor Frankl, quién a partir de su experiencia como preso
en los campos de concentración nazi crea una terapia acerca de la existencia
humana y el sentido de vida. Esta concepción del ser humano, surge en
contraposición a la concepción psicoanalítica de Sigmund Freud y la
psicología individual de Alfred Adler. La logoterapia encuentra sus bases
teóricas en la psicología humanista, en la fenomenología y en el
existencialismo. La logoterapia ha logrado desarrollar importantes técnicas
psicoterapéuticas, que ampliaremos en la clase correspondiente.
● Terapia Gestalt: Sus pioneros, Fritz Perls, Laura Perls y Paul Goodman,
basa sus constructos teóricos en el humanismo, su concepción del ser
humano es positiva, visto desde sus potencialidades. Para la Gestalt el todo
es más que la suma de sus partes.

La terapia Gestáltica está influenciada por el psicoanálisis, la filosofía existencial, la


fenomenología, la religión oriental y el psicodrama de Levy moreno. Para el
terapeuta gestáltico, el momento presente tiene gran importancia, así como la
capacidad de ser conscientes de la experiencia emocional y corporal, el individuo es
concebido desde una perspectiva integral, holística, tomando en cuenta todas sus
dimensiones: emocional, social, intelectual, espiritual. La terapia se caracteriza por
no ser directiva, dado que permite que sea el mismo paciente quien explore su
experiencia y las posibles soluciones a su problemática.

● Terapia sistémica: La terapia sistémica es una terapia de enfoque


humanista, cuya tesis se cimienta en el hecho de que el comportamiento
humano es una consecuencia de la interacción del individuo con su entorno.
Concibe las disfunciones y trastornos como una manifestación negativa de
los patrones de relacionamiento y comunicación del ser humano.

La terapia no se centra en las disfunciones individuales, sino que busca los patrones
disfuncionales existentes en el sistema del paciente que usualmente es la familia o
el grupo al que pertenezca. También es una terapia usada en la intervención de
problemáticas grupales.

● Psicoterapias de la tercera generación” Hace referencia a la tercera ola de


las terapias de conducta, que hacen su aparición en el año 2.004 entre las
que encontramos: “La terapia dialéctica conductual, la psicoterapia
analítico-funcional, la terapia de aceptación y compromiso y la terapia
cognitiva basada en el mindfulness”.

Las terapias se caracterizan por centrar su atención en el contexto de la persona y


la función de sus pensamientos, emociones, sentimientos, en lugar de centrarse en
la intensidad o la frecuencia de los trastornos psicológicos. Parten de la aceptación
y no de la lucha contra los síntomas, se acepta lo que no se puede cambiar y se
trabaja en el proceso de cambio de aquello que sí es modificable. La terapia se
centra en la aceptación del malestar y desde la aceptación surge la mejoría.

El objetivo de este grupo de terapias, no es eliminar el síntoma típico del trastorno,


la terapia considera otros objetivos más globales, como la recuperación de la
autonomía pérdida, el mejoramiento de la calidad de vida, el ajuste psicológico,
social y emocional de la persona y el aprendizaje de herramientas para enfrentar los
problemas de la vida cotidiana.

En conclusión, no existe un enfoque definitivo y único que arroje resultados


favorables, en general los modelos psicoterapéuticos mencionados, han sido
probados con rigor científico y su efectividad depende de factores múltiples, algunos
ya mencionados y otros que iremos trabajando a través del curso. A continuación, lo
invitamos a la video clase, para que pueda estudiar aspectos complementarios al
texto.

¿Qué es la terapia de grupo?


La terapia grupal es un espacio terapéutico, que permite que sus integrantes
compartan sus experiencias emocionales que lo desbordan, con la orientación y el
apoyo de un profesional de la salud mental. La terapia se centra en las interacciones
que se producen entre los miembros del grupo y el objetivo primordial, es que sea la
fuerza y la cohesión del grupo la que potencie el cambio.
La terapia de grupo ha resultado ser eficaz en la medida en que las personas
rompen su aislamiento, y ya no se sienten solas en su padecimiento. Al sentir que
pueden expresar sus emociones, sin miedo a ser juzgados o criticados se sienten
liberados y aceptados, sin duda, un ambiente que propicia el cambio.

Tipos de grupos
Existen diferentes grupos terapéuticos, dependerá de su estructura, de la cantidad
de integrantes y del propósito entre otros factores, citaremos algunas clasificaciones
importantes a continuación:

● Psicoeducativos: Son grupos cuyo objetivo principal es la de suministrar


herramientas para el manejo de cierto padecimiento, problemática o
psicopatología, por ejemplo, un grupo de psicoeducativo cuyo objetivo es
suministrar a padres de adolescentes herramientas para la educación
emocional o también puede ser dirigido a padres de niños con trastorno del
espectro autista TEA etcétera. Puede ser utilizado en infinidad de
padecimientos y psicopatologías.
● Centrados en el proceso: El objetivo principal, en este tipo de grupos, es el
beneficio que genera la interacción misma entre los miembros del grupo, para
promover y potenciar el cambio.
● Tamaño: Los grupos se pueden clasificar por la cantidad de sus integrantes,
los grupos pequeños pueden estar conformados por entre 5 y 10 personas,
un grupo ideal esta conformado por entre 8 y 10 miembros, aunque grupos
más grandes pueden ser igualmente productivos y facilitar las subdivisiones
para la realización de tareas, los grupos más pequeños tienden a mostrar
mejores resultados, mayor comodidad, mayor participación, interacción y por
ende se genera mayor cohesión, lo cual facilita el proceso.
● Homogéneos y heterogéneos” La clasificación puede estar relacionada con
las problemáticas, por ejemplo, un grupo donde todos sus miembros
presentan la misma psicopatología, o también el grupo puede ser
heterogéneo en ese sentido. También la clasificación hace referencia a la
edad, nivel socioeconómico, etnia, genero etc.

En general los grupos homogéneos evolucionan más rápido y presentan menos


dificultades, el grupo heterogéneo puede ser positivo en el manejo de ciertas
patologías en donde se puede presentar diversas alternativas de comportamiento.

● Cerrados y abiertos” un grupo cerrado hace referencia a un grupo que se


crea con los mismos miembros con los que finaliza, este tipo genera buenos
resultados en la medida en que los integrantes crean un alto grado de
cohesión. Por su parte, los grupos abiertos son grupos de mayor duración,
utilizados en los hospitales psiquiátricos y también en los grupos de
alcohólicos anónimos, en donde ingresan integrantes en cualquier momento,
y otros que finalizan el proceso pueden dejar el grupo en cualquier momento.

Trastornos o problemáticas que pueden ser intervenidas con la


terapia grupal
La terapia grupal puede ser útil, el manejo de cualquier trastorno o problemática, de
hecho, en ocasiones es utilizada como un complemento a la terapia individual.
Los trastornos que se manejan con mayor frecuencia a través de la terapia grupal
son:

● Trastorno de ansiedad y depresión.


● Trastorno de estrés postraumático.
● Manejo de duelo por muerte de un ser querido o por ruptura afectiva.
● Trastornos de personalidad.
● Timidez y fobia social.
● Trastornos de la conducta alimentaria.
● Enfermedades crónicas o de carácter grave.
● Baja autoestima e inseguridad.
● Dependencia emocional.
● Relaciones interpersonales conflictivas.

Entre otras metas terapéuticas es posible lograr a través de la terapia, que el


paciente:

● Tome conciencia de sus emociones, conflictos, motivaciones,


comportamientos, entre otros aspectos.
● Pueda comprender su comportamiento y la forma como se relaciona
con las demás personas en los diferentes ámbitos y dimensiones de
su vida.
● Mejore la comprensión de su entorno social y comprenda el impacto
de sus acciones.
● Descubrir el potencial que tiene para resolver sus conflictos y la
capacidad para desarrollar nuevas respuestas y comportamientos.
● Aumentar el conocimiento sobre sí mismo.
● Mejorar su autoestima y confianza en sí mismo.
● Aumentar su red de apoyo social.

¿Cómo se desarrolla la psicoterapia grupal?


El psicoterapeuta usualmente asume un rol de moderador, no siempre es él quien
propone el tema a abordar, en ocasiones los mismos participantes proponen una
problemática y sobre ella se trabaja la sesión, que puede tener una duración entre
hora y treinta y dos horas. La frecuencia de las terapias suele ser de dos encuentros
al mes.

En el desarrollo de la terapia, el psicoterapeuta propone actividades, dinámicas


grupales, ejercicios vivenciales, que buscan y facilitan el insight de los participantes,
es decir, el hacerse conscientes de su problemática.

La psicoterapia puede desarrollarse por fases de acuerdo con Gerald Corey:

● Estadio inicial o de orientación” es la etapa en donde el psicoterapeuta da


a conocer las reglas y normas por las que se regirá el grupo, el profesional
tiene además la tarea de establecer la confianza de los miembros del grupo
hacia él, hacia el proceso y hacia los demás integrantes. Pueden generarse
algunos choques dados por la necesidad de autonomía y sentido de
pertenencia. Esta es la etapa de conocimiento por excelencia, los miembros
del grupo empiezan a conocerse y aceptarse, inicia la cohesión.
● Estadio de transición: Es un tiempo en donde se está trabajando en
fortalecer la confianza en el proceso y la adaptación. Se pueden presentar
dudas acerca del beneficio de la terapia, es habitual que surjan conflictos,
pero también es parte natural del proceso. En esta etapa van aprendiendo
pautas para resolver el conflicto y la confrontación. Se presenta también una
lucha de poderes entre los miembros y el terapeuta, para establecer la
jerarquía.
● Estadio de trabajo: En esta etapa se da la cohesión del grupo a partir del
abordaje de los trastornos, problemáticas y conflictos que surgen en el mismo
grupo. Los integrantes empiezan a comprender que son los responsables de
lo que les ocurre, aprenden a mantener la individualidad sin perder la
pertenencia al grupo, empieza a surgir la confianza y la aceptación entre los
miembros hacia el psicoterapeuta y hacia el proceso. En esta etapa se
permite el feedback, se da libremente y no es asumido a la defensiva.
● Estadio final: De acuerdo con Corey en este estadio es usual que se
presenten entre los miembros del grupo sentimientos de tristeza y ansiedad
ante la finalización del proceso. Puede darse que los miembros del grupo
reduzcan su participación.

En esta etapa el objetivo es consolidar el aprendizaje y la trasferencia de ese


aprendizaje al entorno del paciente.

Es importante anotar algunos comentarios de Corey (1995) acerca de porque


considera que la terapia de grupo puede ser incluso más efectiva que la terapia de
individual:

● El grupo es un espacio que permite el entrenamiento a partir de la


práctica de los nuevas habilidades aprendidas.
● Los aprendizajes pueden ser trasladados a los ámbitos cotidianos de
cada integrante del grupo.
● Los miembros del grupo se benefician del feedback de los otros
participantes, así como del insight personal de cada uno.
● El aprendizaje también está dado por la observación, es decir la
persona aprende observando como el otro maneja su problemática y si
es similar a la suya, puede aportar soluciones.

Terapia de pareja

Siguiente clase
Dentro del enfoque sistémico, la pareja equivale a un subsistema dentro del sistema
familiar, que está conformada únicamente por los dos integrantes de la pareja, dado
que tiene dinámicas de interacción propia. Algunos otros autores defienden la
concepción de que la pareja es en sí misma un sistema con sus propios valores,
reglas y roles, diferentes a los del sistema familiar.

Es posible definir la relación de pareja, como una relación que es significativa, es


acordada, tiene un componente de estabilidad en el tiempo, pero que va
evolucionando, en la medida en que sus integrantes evolucionan también y por ende
la dinámica también cambia. La forma como se constituye la relación de pareja, las
expectativas, la manera en que se experimenta la relación, está influenciada por
factores sociales, culturales y religiosos, pero además por la convergencia de los
factores psicológicos de cada uno de los integrantes de la pareja.

¿Qué es la terapia de pareja?


La terapia de pareja es un espacio de interacción profesional, entre un
psicoterapeuta y una pareja que busca solucionar diversos conflictos generados en
la convivencia y que interfieren en el normal funcionamiento de la dinámica de la
relación, ocasionando sufrimiento a ambas partes.

Como lo mencionamos en un principio la terapia de pareja, es mucho más efectiva


cuando se realiza de manera oportuna y también en un marco preventivo y
psicoeducativo, a continuación, revisaremos algunas de los motivos por los cuales
una pareja acude a terapia:

● Solucionar un conflicto en particular: Los problemas o conflictos por los


que una pareja acude a terapia son múltiples, en ocasiones suelen ser más
de uno, no obstante, la pareja puede tener identificado el problema base, que
bien pueden ser: problemas generados por la falta de asertividad en la
comunicación, en uno de los integrantes o en los dos, una infidelidad, celos,
dependencia emocional, disfunciones sexuales, infertilidad, diferencias en la
crianza de los hijos, violencia intrafamiliar, entre otros, aunque este último
puede requerir otro tipo de manejo, lo revisaremos en el próximo apartado.
● Búsqueda de apoyo emocional: La pareja puede necesitar apoyo
emocional ante un evento traumático que los desborde, por ejemplo, ante el
fallecimiento de un hijo o de un familiar o amigo muy allegado a la pareja.
● Promover cambios: Algunas parejas, en especial aquellas que son maduras
emocionalmente, detectan ciertas problemáticas generadas por algunos
comportamientos de uno o de los dos integrantes de la pareja, que no
desencadenan en conflictos graves, pero sienten que, si no se manejan
oportunamente, podrían escalar y convertirse en problemas, aquí la pareja
acude de manera preventiva.
● Remisión judicial: Puede darse el hecho de que la pareja no acuda por
iniciativa propia, sino que su asistencia ha sido un requerimiento de un ente
judicial, en ese caso el terapeuta deberá construir en conjunto con la pareja
las metas y objetivos de la terapia.
● Apoyo en el proceso de divorcio: No siempre el propósito de la pareja es
mantenerse unida, en ocasiones buscan asistencia en el proceso de divorcio,
su objetivo es lograr el menor traumatismo posible, para ellos y para los hijos,
en ese caso el terapeuta puede intervenir para manejar el duelo en el sistema
familiar y en la orientación específica del proceso.

Obstáculos en la terapia de pareja


Se espera que cualquier obstáculo que pueda presentarse en el proceso, sea
abordado de manera profesional por un buen psicoterapeuta, sin embargo, hay
algunas situaciones particulares que pueden impedir que el proceso avance
satisfactoriamente, veamos cuales son:

● Cuando no hay voluntad de cambio por parte de la pareja, esto puede darse
en las parejas que han sido remitidas por instancias judiciales.
● Cuando se buscan alianzas con el terapeuta, por ejemplo, al confiarle
secretos con el fin de que el terapeuta se incline a favor de alguno de los dos.
● Cuando los integrantes tengan intereses particulares ocultos, que el
terapeuta pueda evidenciar.
● Cuando hay una evidente psicopatología, en uno o incluso en los dos
integrantes, que requiera intervención.
● Cuando se presenten contextos de amenaza, violencia intrafamiliar, incluso
abuso sexual hacia la pareja o hacia alguno de los integrantes del sistema
familiar, en ese caso, la atención se debe orientar hacia la protección del
integrante de la pareja o del sistema familiar que se encuentren en situación
de vulnerabilidad.

En cualquier caso, el profesional de la salud mental debe salvaguardar su integridad


y la de sus pacientes, siempre ajustándose a los protocolos establecidos y al marco
legal de su país, para el manejo de la violencia intrafamiliar u otras situaciones
complejas detectadas en terapia.

Otro aspecto esencial en el manejo de la terapia, es la neutralidad, si el terapeuta


observa que la dinámica de la pareja le impide ser imparcial, deberá dar terminado
el proceso. Es importante anotar con respecto a la relación terapéutica entre la
pareja y el psicoterapeuta, que todas las consideraciones mencionadas en la clase
de “Habilidades del psicoterapeuta y la relación terapéutica” son
completamente aplicables a este contexto.

Fases de la terapia de pareja


La estructura de la intervención terapéutica en parejas, puede variar incluso
dependiendo del modelo psicoterapéutico con el que se aborde, sin embargo, en
líneas generales es posible señalar 3 etapas en la terapia:

● Evaluación: Esta fase se desarrolla a través de una entrevista, en la que el


terapeuta indaga acerca de los motivos que llevan a la pareja a recurrir a la
terapia, también se exploran los intentos de solución que la pareja ha tratado
de darle a la problemática. Se identifican y determinan las metas terapéuticas
y se exploran las expectativas que tiene la pareja frente al proceso. El
psicoterapeuta debe mostrarse neutral para generar confianza desde el
primer contacto, esto lo logra, permitiendo de manera equitativa y profesional,
que cada uno integrantes de la pareja exprese sus puntos de vista frente a la
problemática, sus expectativas y las metas que quisiera lograr a través de la
terapia. Un buen punto es que el terapeuta en algún momento de la sesión de
evaluación, reconozca la importancia del esfuerzo que hacen como pareja
para asistir a la orientación terapéutica.

Objetivos de la evaluación terapéutica


A continuación revisaremos algunos objetivos terapéuticos, aplicables dependiendo
del tipo de problemática y el enfoque terapéutico:

● Implementar una estrategia que permita recoger toda la información


necesaria y vital para el desarrollo satisfactorio del proceso.
● Clasificar la información, identificando la que aporta y la que no.
● Indagar acerca de cómo se constituye la pareja y cómo ha evolucionado la
historia de la relación.
● Encontrar las variables que mantienen y potencian la problemática, con el fin
de intervenirlas.
● Indagar acerca del inicio de la problemática y si está relacionada con algún
evento o suceso vital importante.
● Evaluar las distorsiones cognitivas o creencias limitantes en ambos
integrantes de la pareja.
● Estar atento a la reciprocidad entre los integrantes de la pareja.
● Identificar la razón por la cual se mantiene la relación a pesar de los
conflictos.
● Evaluar el sistema de comunicación de la pareja.
● Solicitar información relevante para el proceso, acerca de las familias de cada
uno.
● Identificar problemas relacionados con la sexualidad.
● Explorar la posible existencia de violencia física, emocional o sexual.
● Explorar las fortalezas que tienen como pareja y que les ha ayudado a
enfrentar situaciones difíciles en el pasado.
● Evaluar el compromiso de los integrantes de la pareja hacia el proceso y de
continuar con la relación.
● Identificar las expectativas de la pareja, como pareja y de manera individual.

Para la evaluación, si se hace necesario, se recurrirá a la aplicación de algún


instrumento de medición, algunos pueden ser:

● Escala de ajuste diádico: (DAS; Spainer, 1967). Evalúa el nivel de la calidad


de la relación de pareja a través de 4 subescalas (Consenso, Satisfacción,
Expresión afectiva y Cohesión) aportando también una puntuación total de
Ajuste Diádico.
● Inventario de satisfacción Marital: Revisado (MSI_R; Snyfer, 1997). Evalúa
la naturaleza y origen de los problemas de pareja.
● Inventarios sobre las creencias sobre la relación: (Eidelson y Epstein,
1982). Evalúa la presencia de ideas o creencias irracionales con respecto a la
relación de pareja.
● Índice de violencia en la pareja: (adaptado por Cáceres en 2004). Valora la
frecuencia e intensidad de la violencia en tres subescalas: violencia física,
verbal y sexual.
● Cuestionario de aserción en la pareja: (ASPA; Carrasco, 1988). Evalúa
cuatro tipos de estrategias de comunicación que cada miembro de una pareja
puede poner en marcha para afrontar situaciones problemáticas corrientes en
la convivencia. Estas estrategias son: Asertiva, Agresiva, Sumisa y Agresivo
– Pasiva.
● Escala de satisfacción familiar por adjetivos: (ESFA; Barraca y Lopez-
Yarto, 2003). Evalúa la comodidad o el sentimiento de satisfacción que tiene
una persona cuando se encuentra en casa o compartiendo momentos
familiares.
● Inventario de interacción sexual: (LoPiccolo y Steger, 1974). Evalúa el
nivel de funcionamiento y satisfacción sexual de una pareja.
● Cuestionario de actitudes matrimoniales- revisado: ( Prtzer, Fleming y
Epstein, 1983). Evalúa la percepción que tiene cada integrante de la pareja
acerca de los problemas y conflictos.

Una vez aplicado el instrumento de medición, se dará paso a la calificación e


interpretación de resultados, los cuales harán parte del diagnóstico, en conjunto con
la información obtenida a través de la sesión de diagnóstico o entrevista de
evaluación. Revisemos a continuación la siguiente fase del proceso.

Otros métodos de evaluación además de la entrevista conjunta y la aplicación de


test, son la entrevista individual a cada uno de los miembros, entrevista a otros
familiares, siempre y cuando sea indispensable en el proceso, y finalmente
autorregistros, algunas psicoterapeutas utilizan los autorregistros, para evaluar la
percepción de cada integrante de la pareja acerca de un conflicto en particular o
para revisar los pensamientos, creencias, emociones que surgen en determinadas
situaciones, no obstante otros terapeutas harán este trabajo a través de la
entrevista.

Áreas a evaluar
Antes de abordar la siguiente fase de la terapia de pareja, mencionaremos algunas
áreas o aspectos, que deben ser evaluados durante la primera fase:

● Estilo de comunicación de la pareja.


● Expresiones afectivas o ausencia de ellas.
● Habilidades de negociación.
● Habilidades para la resolución de problemas.
● La cultura establecida entre los integrantes de la pareja.
● Psicopatologías.
● Características e impacto del entorno de la pareja.
● Fortalezas y aspectos positivos.
● Presencia de algún tipo de violencia bien sea física, psicológica o sexual.
La etapa de evaluación, en la terapia de pareja, así como en la psicoterapia
individual, es determinante en el proceso, dado que es la que permite orientar todo
el trabajo posterior. Revisemos las siguientes etapas del proceso.

● Intervención: Antes de la intervención, el terapeuta deberá desarrollar


hipótesis explicativas acerca de la situación conflicto y estructurar un plan de
intervención, una vez tiene el diagnóstico y el plan de intervención, lo
presentará a la pareja. Una vez aprobado, inicia el proceso, que se
concentrará en el manejo de las problemáticas detectadas a través de la
evaluación y en el alcance de los objetivos propuestos. Es probable que la
intervención pueda necesitar ser reorientada, si se identifican nuevas
problemáticas y aspectos a trabajar. En las intervención se utilizan diversas
técnicas, que dependen de los aspectos a trabajar y del enfoque psicológico
que utilice el psicoterapeuta.
● Seguimiento y finalización del proceso: Durante esta fase, se refuerzan
los aprendizajes, se evalúan en la pareja aspectos emocionales, cognitivos y
conductuales para evidenciar los cambios, se confrontan los resultados del
proceso con los objetivos establecidos. Las sesiones finales se programan
con un intervalo mayor de tiempo, con el fin de identificar la evolución del
proceso. Una vez se han alcanzado los objetivos, el psicoterapeuta da de alta
a la pareja.

Terapia sistémica para la intervención psicológica


familiar

Siguiente clase
En la década de los 50 un grupo de notables investigadores promovió un
movimiento de terapia familiar en Estados Unidos, basado en la teoría general de
los sistemas de Von Bertalanffy, de este movimiento surge estudio de la familia
como un sistema relacional que da paso a la terapia familiar como forma de
tratamiento, no individual de los trastornos mentales y de las disfunciones de la
pareja y la familia.

La teoría de los sistema de Bertalanffy, propone que “la familia es un sistema


social abierto y jerárquico, que intercambia información entre los miembros
de la misma y con su entorno”, desarrollando mecanismo para mantenerse unida.

Los principios básicos de la teoría de los sistemas que sirven como base para
analizar la dinámica familiar son:

● Totalidad: Este principio hace referencia a que la familia funciona como un


todo, un cambio en una de las partes de todo, afecta a las demás.
● Equilibrio o homeostasis. Hace referencia a la capacidad que tiene el
sistema de autorregularse frente a los cambios que pueden ser originados
por fuerzas internas o externos, ejemplo, cuando alguno de los miembros de
la familia deja el hogar bien sea por una separación o por que alguno de los
hijos se independiza, se genera un desequilibrio, pero el mismo sistema
familiar se encarga de equilibrarse nuevamente.
● Equifinalidad: Hace referencia a la capacidad que tiene un sistema de
alcanzar un objetivo, utilizando diferentes vías y partiendo de condiciones
iniciales diferentes.
● Multifinalidad: Este principio es contrario al anterior, aquí partiendo de las
mismas condiciones iniciales, se puede llegar a alcanzar diferentes objetivos.
● Retroalimentación: Hace referencia a la capacidad del sistema de
retroalimentarse entre sí para su crecimiento y desarrollo.

La familia como sistema tiene la tendencia a preservarse y a mantener su


interacción con el entorno y para ello debe proteger las normas, los límites y las
jerarquías que han sido definidas dentro del sistema y que permiten mantener la
estabilidad y garantizar su supervivencia e identidad. Cada miembro de la familia
representa un subsistema, que forma otro sistema, cada subsistema cumple con un
objetivo específico, que garantiza el cumplimiento del sistema en su totalidad.
Revisemos los subsistemas:

● Subsistema conyugal o marital: Está representado por la pareja y se


conforma al momento en que dos personas se unen para conformar una
familia, cada miembro de la pareja asume roles y funciones distintas, ceden
ciertos aspectos relacionados con su individualidad, aportando valores,
experiencias, expectativas.
● Subsistema parental: Este subsistema surge con la llegada del primer hijo,
tiene una función educadora frente a los hijos y supone que los padres deben
comprender y suplir las necesidades y demandas que surgen del desarrollo
de los hijos, este sistema considera la relación de los padres como padres y
no como pareja, dado que esta función pertenece al subsistema conyugal

El estudio de la familia como sistema ha dado una nueva perspectiva a la solución


de conflictos familiares al concebirla como un todo, no es vista como la suma de
partes individuales, sino como el resultado de sus interacciones. Tradicionalmente
los problemas en la familia han sido vistos de manera lineal es decir causa-efecto lo
cual desde la teoría de los sistemas es errado, dado que no existen culpables ante
un problema, los conflictos son entonces el resultado de las deficiencias de la
interacción de la familia y de la disfuncionalidad de la misma como un sistema.

La teoría de los sistemas es un aporte enorme en el manejo de conflictos que


surgen de la dinámica familiar. Revisemos ahora la concepción psicológica de la
familia.

Concepción psicológica de la familia


Diferentes disciplinas han abordado el estudio de la familia, desde la filosofía, la
sociología, hasta el derecho y la psicología. La familia es además un sistema que
está condicionado por leyes sociales y económicas e influenciada por la cultura y el
entorno a la que pertenece, pero además de estar influenciada, impacta y refleja esa
misma cultura, sus tradiciones, sus concepciones éticas, morales, políticas y
religiosas.

“La familia es, por tanto, el sistema más importante de una sociedad, en el
que se desarrolla la identidad del individuo y se constituye en su primera
fuente de socialización” es en la familia donde el individuo adquiere su sistema de
valores y la concepción que tiene del mundo.

La familia está conformada por sistemas individuales, de ahí la importancia de


construirse como individuo para poder hacer un aporte significativo a la sociedad, la
familia ha sido considerada como la unidad que garantiza la reproducción y el
mantenimiento de la especie humana, por esta razón tiene funciones esenciales en
el desarrollo biológico, psicológico y social del hombre.

Junto a otros grupos sociales, la familia garantiza la socialización y la educación del


hombre, preparándolo para su incorporación a la vida social y para que pueda
transmitir los valores culturales de generación en generación.

Aspectos constitutivos de la estructura familiar


La familia es concebida como una unidad social, conformada por un grupo de
personas unidas por vínculos afectivos, consanguíneos y de cohabitacionales, cuya
finalidad es comunicarse, apoyarse económica y moralmente, protegerse y
procurarse un bien común, para el bien mismo de la familia y su comunidad.

La estructura de la familia está determinada por varios aspectos como y determina


el tipo de familia que es, veamos:
1. El número de miembros: Este aspecto determina el tamaño de la familia:

● Familia grande: Confirmada por más de 6 miembros.


● Familia mediana: Entre 4 y 6 miembros
● Familia pequeña: Entre 1 y 3 miembros

2. Por la ontogénesis de la familia: Hace referencia a las generaciones que la


conforman:

● Familia nuclear: Cuando hay presencia hasta de dos generación, padres e


hijos, matrimonio con hijos o sin ellos y hermanos solos. Si la pareja sufrió
muerte, separación o divorcio de uno de los dos cónyuges y es nuclear,
puede denominarse familia monoparental.
● Familia extensa o extendida: Cuando hay presencia de dos generaciones o
más. Incluye hijos casados con descendencia o sin ella.
● Familia mixta o ampliada: Cualquier tipo de familia que rebasa las anteriores
estructuras, puede incluir otros parientes y amigos.
● Familia completa: Cuando hay presencia de ambos miembros del subsistema
conyugal.
● Familia reconstruida o reconstituida: Cuando hay segundas o terceras
nupcias en la familia.

Otros aspectos determinan la estructura familiar y la dinámica familiar como los


roles que asumen los integrantes de la familia, los valores y las normas entre otros.

Desarrollo del ciclo vital de la familia


La familia atraviesa diversos cambios enmarcados en etapas, donde ocurren
acontecimientos significativos que la lleva a readaptarse permanentemente,
revisemos a continuación las etapas:

● Formación e integración: Esta etapa hace referencia a los acontecimientos


vitales que marcan el surgimiento de la familia: El matrimonio, el nacimiento
del primer hijo, aquí se consolida el proyecto de vida en común ajustándose
la individualidad y los roles de los miembros.
● Extensión. Esta corresponde a todos los eventos vitales que surgen entre el
nacimiento del primer hijo y la independización del último, es la etapa más
larga del ciclo vital de la familia, donde se da el desarrollo y el crecimiento de
los hijos.
● Contracción: En esta etapa surgen varios eventos a partir de la
independización del primer hijo, se da “la etapa del nido vacío” está
marcada por el cese de la tutela de los hijos y el regreso de la comunicación
entre los esposos.
● Disolución: En esta etapa de la muerte del primer cónyuge y el ajuste a la
viudez del segundo, hasta que llega la muerte del segunda cónyuge, es una
etapa muy difícil, se da un nuevo ajuste de roles y una reestructuración de la
jerarquía familiar.

Cuando hacemos un análisis del ciclo vital de la familia, podemos observar que esta
determinado por múltiples factores y que no en todo los casos se dará igual, es el
caso de las familias conformadas por madres solteras y sus hijos o las familias en
donde ocurren divorcios, nuevos casamientos y muchos otros acontecimientos.

Así mismo otro tipo de factores pueden alterar el ciclo y la dinámica familiar, como
por ejemplo un hijo adulto que nunca se va de casa, u otro que regresa y expande la
familia, o la muerte prematura de un hijo.

Funciones de la familia
La familia cumple diversas funciones como eje socio-cultural de una sociedad,
revisemos el siguiente enfoque, que contempla las siguientes funciones:
● Función biológica: Hace referencia a la función reproductiva de la familia
donde ser crean las condiciones para el desarrollo del individuo en todas sus
dimensiones: Física, psicológica y social.
● Función educativa – cultural: La familia tiene como función primordial
propiciar todo el proceso de aprendizaje individual de los miembros de la
familia, así como la trasmisión de valores morales, sociales, culturales,
ideológicos en los que se enmarca la familia.
● Función económica: Otra función de la familia es la obtención y
administración de los recursos económicos, los bienes consumo, la
satisfacción de las necesidades básicas y el cumplimiento de las
responsabilidades como miembros de una sociedad, por ejemplo, el pago de
impuestos etcétera.

La familia tiene entonces la función de cubrir las necesidades esenciales del ser
humano que garanticen su desarrollo biológico, psicológico y social.

Además de las funciones mencionadas Nathan W. Ackerman, sugiere que la familia


debe satisfacer las necesidades afectivas de sus miembros y establecer patrones de
relaciones interpersonales adecuados y positivos.

Hemos llegado así al final de este apartado, en donde hemos profundizado en el


concepto de familia desde el enfoque sistémico y desde la psicología, así como los
aspectos constitutivos de la misma, su ciclo vital y sus funciones.

La psicoterapia familiar
La psicoterapia familiar se define como un “método de tratamiento de diversos
desórdenes emocionales y problemáticas que surgen en la dinámica familiar”,
la intervención no se realiza de manera individual, sino que se orienta a la familia
como un todo, entre sus objetivos están eliminar los síntomas, pero en lugar de
adecuar la familia a la situación actual, lo que se busca es generar una nueva forma
de interrelación entre sus integrantes.

El objetivo de la psicoterapia familiar, no es lograr cambios individuales, sino


cambios en la forma como interactúan entre sí los miembros de la familia, los
cambios individuales pueden darse, pero son secundarios, por lo tanto, no puede
considerarse terapia familiar, hacer terapia individual enfrente de los demás
integrantes de la familia, o actitudes como regaños y sermones a los padres en
frente de los hijos o viceversa, así como tampoco dar consejos ni culpar.

El psicoterapeuta realiza la intervención en sesiones a las cuales asisten todos los


integrantes de la familia, cuyo objetivo se centra en la estructura y la dinámica
( forma cómo funciona el sistema familiar) así como la interacción. Sin embargo, es
posible que el terapeuta programe sesiones independientes con subsistemas de la
familia, que bien puede ser con la pareja, con la madre y los hijos, o con el padre y
los hijos, incluso puede programar sesiones individuales, aunque el objetivo sigue
siendo la intervención a la estructura familiar.

A continuación, revisaremos cómo se desarrolla el proceso.

● Evaluación: Antes de iniciar la intervención es necesario realizar una


completa evaluación de la forma como funciona el sistema familiar y de la
problemática presentada. La evaluación puede ser realizada a través de
entrevistas que permiten identificar varios aspectos, cómo la estructura, la
dinámica de la interacción familiar. los síntomas entre otros aspectos.

Una vez realizada la evaluación se determina si la terapia familiar es viable para el


sistema evaluado en particular.

La terapia familiar está indicada, para los siguientes casos:


● Cuando surgen cambios críticos ocasionados por algún evento en particular,
como por ejemplo enfermedad, lesiones permanentes o fallecimiento de
alguno de los miembros de la familia.
● Cuando ocurren cambios a raíz de pérdidas económicas o pérdida del
empleo de quien sustenta la familia.
● Cuando ocurren cambios en el área social, por ejemplo, un cambio de
domicilio y se presentan problemas de adaptación.
● Cuando ocurren cambios en el ciclo vital de la familia o en alguno de los
integrantes de la misma.

La terapia familiar también está indicada en el caso de trastornos y desordenes


emocionales de alguno de los miembros o incluso de un subsistema, por ejemplo:

● Cuando uno de los hijos que puede ser un niño o adolescente sufre de algún
trastorno de conducta o de alguna perturbación que surge de la misma
dinámica familiar, en la terapia ese integrante de la familia es definido como:
Paciente identificado.
● Problemas matrimoniales, que obviamente afectan al resto del sistema.
● Problemas familiares generados por violencia, maltrato o abuso de menores.
● Cuando alguno de los miembros sufre cualquier tipo de trastorno mental o
trastornos producidos por adicciones.

Otro caso en los que puede ser útil la terapia familiar, es cuando un paciente es
atendido de manera individual y se evidencia que su mejoría depende de la
intervención a su sistema familiar.

Contraindicaciones en la terapia familiar


En algunos situaciones, no es conveniente realizar terapia familiar, revisemos a
continuación en qué casos:
● Cuando hay secretos familiares que no pueden ser divulgados a todos los
miembros de la familia.
● Cuando los integrantes de la familia no son sinceros entre ellos.
● Cuando en otras ocasiones han saboteado el tratamiento.
● Cuando el conflicto o la problemática familiar está directamente relacionado
con un trastorno mental, de alguno de los miembros de la familia, en ese
caso se necesitará la intervención individual específica para ese integrante en
particular.
● Cuando las creencias religiosas o de alguna otra índole impidan a los
miembros de la familia su libre participación en un proceso terapéutico
familiar.
● Cuando la dinámica familiar es muy rígida e impide que los integrantes de la
familia expresen libremente sus pensamientos, creencias, emociones,
opiniones.
● Cuando exista algún impedimento por parte del terapeuta que bien puede ser
que se identifica en extremo con alguna problemática en particular y se da la
contratransferencia.

Tipos de terapia familiar


Una vez realizada la evaluación el psicoterapeuta deberá decidir, el tipo de terapia
que se ajusta más a las necesidades de la familia, que bien puede ser:

● Intervención en crisis: Este tipo de intervención puede estar indicada en los


casos en que la familia enfrenta algún evento traumático y requiere una
intervención de urgencia, la duración de la terapia será de corta duración, un
mes podría ser el tiempo estimado, no obstante, las sesiones se programaran
con mucha frecuencia, varias sesiones semanales de ser necesario. El
objetivo terapéutico se centra en evitar al máximo la descompensación de las
relaciones familiares, ocasionada por el evento, realizar apoyo emocional y
orientación a todos los integrantes de la familia.
● Terapia familiar breve. Esta terapia está indicada en los casos en que la
situación crítica es manejable, en este caso los objetivos que se pretenden
alcanzar son de corto plazo, como por ejemplo mejorar un síntoma o conflicto
determinado, en la unidad 4, hemos destinado una clase para profundizar en
el estudio de este esta terapia en particular.
● Terapia familiar de largo plazo: Este tipo de terapia puede estar indicada a
familias con problemas en diferentes áreas, o con algún problema en
particular, pero que ya es crónico y no es posible resolverlo en corto tiempo.
También, puede darse cuando se presentan dificultades, para establecer la
alianza terapéutica, entre la familia y el terapeuta.

En ocasiones el tema económico puede influir en la duración de la terapia, hay


familias que cuentan con los recursos suficientes, para mantenerse en terapia por
un periodo largo, hasta resolver el conflicto que los ha convocado a la terapia.

Objetivos de intervención
Los objetivos específicos de la terapia dependerá de la problemática particular de la
familia, sin embargo, algunos objetivos general pueden ser:
● Definir los patrones de interacción y las alianzas intrafamiliares con el fin de
comprender el funcionamiento de la dinámica familiar y el impacto que tiene
sobre la problemática en particular.
● Desarrollar habilidades de comunicación y nuevas estrategias de interacción,
evitando que la familia se aferre a formas rígidas de relacionarse.
● Revisar los roles y movilizarlos de ser necesario promoviendo la flexibilidad
en el desempeño de los roles familiares, especialmente ante situaciones
críticas.
● Identificar las fortalezas y debilidades del sistema familiar.
● Establecer objetivos para el manejo de la problemática en particular.

La terapia familiar, puede llegar a ser incluso más exigente que la terapia individual,
por lo tanto, requiere un entrenamiento importante por parte del terapeuta, si el
terapeuta no es competente, no se evidenciarán resultados positivos, pero además
puede ocasionar un daño importante a la familia.

Terapia sistémica para la intervención psicológica


familiar

Siguiente clase
En la década de los 50 un grupo de notables investigadores promovió un
movimiento de terapia familiar en Estados Unidos, basado en la teoría general de
los sistemas de Von Bertalanffy, de este movimiento surge estudio de la familia
como un sistema relacional que da paso a la terapia familiar como forma de
tratamiento, no individual de los trastornos mentales y de las disfunciones de la
pareja y la familia.

La teoría de los sistema de Bertalanffy, propone que “la familia es un sistema


social abierto y jerárquico, que intercambia información entre los miembros
de la misma y con su entorno”, desarrollando mecanismo para mantenerse unida.

Los principios básicos de la teoría de los sistemas que sirven como base para
analizar la dinámica familiar son:

● Totalidad: Este principio hace referencia a que la familia funciona como un


todo, un cambio en una de las partes de todo, afecta a las demás.
● Equilibrio o homeostasis. Hace referencia a la capacidad que tiene el
sistema de autorregularse frente a los cambios que pueden ser originados
por fuerzas internas o externos, ejemplo, cuando alguno de los miembros de
la familia deja el hogar bien sea por una separación o por que alguno de los
hijos se independiza, se genera un desequilibrio, pero el mismo sistema
familiar se encarga de equilibrarse nuevamente.
● Equifinalidad: Hace referencia a la capacidad que tiene un sistema de
alcanzar un objetivo, utilizando diferentes vías y partiendo de condiciones
iniciales diferentes.
● Multifinalidad: Este principio es contrario al anterior, aquí partiendo de las
mismas condiciones iniciales, se puede llegar a alcanzar diferentes objetivos.
● Retroalimentación: Hace referencia a la capacidad del sistema de
retroalimentarse entre sí para su crecimiento y desarrollo.

La familia como sistema tiene la tendencia a preservarse y a mantener su


interacción con el entorno y para ello debe proteger las normas, los límites y las
jerarquías que han sido definidas dentro del sistema y que permiten mantener la
estabilidad y garantizar su supervivencia e identidad. Cada miembro de la familia
representa un subsistema, que forma otro sistema, cada subsistema cumple con un
objetivo específico, que garantiza el cumplimiento del sistema en su totalidad.
Revisemos los subsistemas:

● Subsistema conyugal o marital: Está representado por la pareja y se


conforma al momento en que dos personas se unen para conformar una
familia, cada miembro de la pareja asume roles y funciones distintas, ceden
ciertos aspectos relacionados con su individualidad, aportando valores,
experiencias, expectativas.
● Subsistema parental: Este subsistema surge con la llegada del primer hijo,
tiene una función educadora frente a los hijos y supone que los padres deben
comprender y suplir las necesidades y demandas que surgen del desarrollo
de los hijos, este sistema considera la relación de los padres como padres y
no como pareja, dado que esta función pertenece al subsistema conyugal

El estudio de la familia como sistema ha dado una nueva perspectiva a la solución


de conflictos familiares al concebirla como un todo, no es vista como la suma de
partes individuales, sino como el resultado de sus interacciones. Tradicionalmente
los problemas en la familia han sido vistos de manera lineal es decir causa-efecto lo
cual desde la teoría de los sistemas es errado, dado que no existen culpables ante
un problema, los conflictos son entonces el resultado de las deficiencias de la
interacción de la familia y de la disfuncionalidad de la misma como un sistema.

La teoría de los sistemas es un aporte enorme en el manejo de conflictos que


surgen de la dinámica familiar. Revisemos ahora la concepción psicológica de la
familia.

Concepción psicológica de la familia


Diferentes disciplinas han abordado el estudio de la familia, desde la filosofía, la
sociología, hasta el derecho y la psicología. La familia es además un sistema que
está condicionado por leyes sociales y económicas e influenciada por la cultura y el
entorno a la que pertenece, pero además de estar influenciada, impacta y refleja esa
misma cultura, sus tradiciones, sus concepciones éticas, morales, políticas y
religiosas.

“La familia es, por tanto, el sistema más importante de una sociedad, en el
que se desarrolla la identidad del individuo y se constituye en su primera
fuente de socialización” es en la familia donde el individuo adquiere su sistema de
valores y la concepción que tiene del mundo.

La familia está conformada por sistemas individuales, de ahí la importancia de


construirse como individuo para poder hacer un aporte significativo a la sociedad, la
familia ha sido considerada como la unidad que garantiza la reproducción y el
mantenimiento de la especie humana, por esta razón tiene funciones esenciales en
el desarrollo biológico, psicológico y social del hombre.

Junto a otros grupos sociales, la familia garantiza la socialización y la educación del


hombre, preparándolo para su incorporación a la vida social y para que pueda
transmitir los valores culturales de generación en generación.

Aspectos constitutivos de la estructura familiar


La familia es concebida como una unidad social, conformada por un grupo de
personas unidas por vínculos afectivos, consanguíneos y de cohabitacionales, cuya
finalidad es comunicarse, apoyarse económica y moralmente, protegerse y
procurarse un bien común, para el bien mismo de la familia y su comunidad.

La estructura de la familia está determinada por varios aspectos como y determina


el tipo de familia que es, veamos:
1. El número de miembros: Este aspecto determina el tamaño de la familia:

● Familia grande: Confirmada por más de 6 miembros.


● Familia mediana: Entre 4 y 6 miembros
● Familia pequeña: Entre 1 y 3 miembros

2. Por la ontogénesis de la familia: Hace referencia a las generaciones que la


conforman:

● Familia nuclear: Cuando hay presencia hasta de dos generación, padres e


hijos, matrimonio con hijos o sin ellos y hermanos solos. Si la pareja sufrió
muerte, separación o divorcio de uno de los dos cónyuges y es nuclear,
puede denominarse familia monoparental.
● Familia extensa o extendida: Cuando hay presencia de dos generaciones o
más. Incluye hijos casados con descendencia o sin ella.
● Familia mixta o ampliada: Cualquier tipo de familia que rebasa las anteriores
estructuras, puede incluir otros parientes y amigos.
● Familia completa: Cuando hay presencia de ambos miembros del subsistema
conyugal.
● Familia reconstruida o reconstituida: Cuando hay segundas o terceras
nupcias en la familia.

Otros aspectos determinan la estructura familiar y la dinámica familiar como los


roles que asumen los integrantes de la familia, los valores y las normas entre otros.

Desarrollo del ciclo vital de la familia


La familia atraviesa diversos cambios enmarcados en etapas, donde ocurren
acontecimientos significativos que la lleva a readaptarse permanentemente,
revisemos a continuación las etapas:

● Formación e integración: Esta etapa hace referencia a los acontecimientos


vitales que marcan el surgimiento de la familia: El matrimonio, el nacimiento
del primer hijo, aquí se consolida el proyecto de vida en común ajustándose
la individualidad y los roles de los miembros.
● Extensión. Esta corresponde a todos los eventos vitales que surgen entre el
nacimiento del primer hijo y la independización del último, es la etapa más
larga del ciclo vital de la familia, donde se da el desarrollo y el crecimiento de
los hijos.
● Contracción: En esta etapa surgen varios eventos a partir de la
independización del primer hijo, se da “la etapa del nido vacío” está
marcada por el cese de la tutela de los hijos y el regreso de la comunicación
entre los esposos.
● Disolución: En esta etapa de la muerte del primer cónyuge y el ajuste a la
viudez del segundo, hasta que llega la muerte del segunda cónyuge, es una
etapa muy difícil, se da un nuevo ajuste de roles y una reestructuración de la
jerarquía familiar.

Cuando hacemos un análisis del ciclo vital de la familia, podemos observar que esta
determinado por múltiples factores y que no en todo los casos se dará igual, es el
caso de las familias conformadas por madres solteras y sus hijos o las familias en
donde ocurren divorcios, nuevos casamientos y muchos otros acontecimientos.

Así mismo otro tipo de factores pueden alterar el ciclo y la dinámica familiar, como
por ejemplo un hijo adulto que nunca se va de casa, u otro que regresa y expande la
familia, o la muerte prematura de un hijo.

Funciones de la familia
La familia cumple diversas funciones como eje socio-cultural de una sociedad,
revisemos el siguiente enfoque, que contempla las siguientes funciones:

● Función biológica: Hace referencia a la función reproductiva de la familia


donde ser crean las condiciones para el desarrollo del individuo en todas sus
dimensiones: Física, psicológica y social.
● Función educativa – cultural: La familia tiene como función primordial
propiciar todo el proceso de aprendizaje individual de los miembros de la
familia, así como la trasmisión de valores morales, sociales, culturales,
ideológicos en los que se enmarca la familia.
● Función económica: Otra función de la familia es la obtención y
administración de los recursos económicos, los bienes consumo, la
satisfacción de las necesidades básicas y el cumplimiento de las
responsabilidades como miembros de una sociedad, por ejemplo, el pago de
impuestos etcétera.

La familia tiene entonces la función de cubrir las necesidades esenciales del ser
humano que garanticen su desarrollo biológico, psicológico y social.

Además de las funciones mencionadas Nathan W. Ackerman, sugiere que la familia


debe satisfacer las necesidades afectivas de sus miembros y establecer patrones de
relaciones interpersonales adecuados y positivos.

Hemos llegado así al final de este apartado, en donde hemos profundizado en el


concepto de familia desde el enfoque sistémico y desde la psicología, así como los
aspectos constitutivos de la misma, su ciclo vital y sus funciones.

La psicoterapia familiar
La psicoterapia familiar se define como un “método de tratamiento de diversos
desórdenes emocionales y problemáticas que surgen en la dinámica familiar”,
la intervención no se realiza de manera individual, sino que se orienta a la familia
como un todo, entre sus objetivos están eliminar los síntomas, pero en lugar de
adecuar la familia a la situación actual, lo que se busca es generar una nueva forma
de interrelación entre sus integrantes.

El objetivo de la psicoterapia familiar, no es lograr cambios individuales, sino


cambios en la forma como interactúan entre sí los miembros de la familia, los
cambios individuales pueden darse, pero son secundarios, por lo tanto, no puede
considerarse terapia familiar, hacer terapia individual enfrente de los demás
integrantes de la familia, o actitudes como regaños y sermones a los padres en
frente de los hijos o viceversa, así como tampoco dar consejos ni culpar.

El psicoterapeuta realiza la intervención en sesiones a las cuales asisten todos los


integrantes de la familia, cuyo objetivo se centra en la estructura y la dinámica
( forma cómo funciona el sistema familiar) así como la interacción. Sin embargo, es
posible que el terapeuta programe sesiones independientes con subsistemas de la
familia, que bien puede ser con la pareja, con la madre y los hijos, o con el padre y
los hijos, incluso puede programar sesiones individuales, aunque el objetivo sigue
siendo la intervención a la estructura familiar.
A continuación, revisaremos cómo se desarrolla el proceso.

● Evaluación: Antes de iniciar la intervención es necesario realizar una


completa evaluación de la forma como funciona el sistema familiar y de la
problemática presentada. La evaluación puede ser realizada a través de
entrevistas que permiten identificar varios aspectos, cómo la estructura, la
dinámica de la interacción familiar. los síntomas entre otros aspectos.

Una vez realizada la evaluación se determina si la terapia familiar es viable para el


sistema evaluado en particular.

La terapia familiar está indicada, para los siguientes casos:


● Cuando surgen cambios críticos ocasionados por algún evento en particular,
como por ejemplo enfermedad, lesiones permanentes o fallecimiento de
alguno de los miembros de la familia.
● Cuando ocurren cambios a raíz de pérdidas económicas o pérdida del
empleo de quien sustenta la familia.
● Cuando ocurren cambios en el área social, por ejemplo, un cambio de
domicilio y se presentan problemas de adaptación.
● Cuando ocurren cambios en el ciclo vital de la familia o en alguno de los
integrantes de la misma.

La terapia familiar también está indicada en el caso de trastornos y desordenes


emocionales de alguno de los miembros o incluso de un subsistema, por ejemplo:

● Cuando uno de los hijos que puede ser un niño o adolescente sufre de algún
trastorno de conducta o de alguna perturbación que surge de la misma
dinámica familiar, en la terapia ese integrante de la familia es definido como:
Paciente identificado.
● Problemas matrimoniales, que obviamente afectan al resto del sistema.
● Problemas familiares generados por violencia, maltrato o abuso de menores.
● Cuando alguno de los miembros sufre cualquier tipo de trastorno mental o
trastornos producidos por adicciones.

Otro caso en los que puede ser útil la terapia familiar, es cuando un paciente es
atendido de manera individual y se evidencia que su mejoría depende de la
intervención a su sistema familiar.

Contraindicaciones en la terapia familiar


En algunos situaciones, no es conveniente realizar terapia familiar, revisemos a
continuación en qué casos:

● Cuando hay secretos familiares que no pueden ser divulgados a todos los
miembros de la familia.
● Cuando los integrantes de la familia no son sinceros entre ellos.
● Cuando en otras ocasiones han saboteado el tratamiento.
● Cuando el conflicto o la problemática familiar está directamente relacionado
con un trastorno mental, de alguno de los miembros de la familia, en ese
caso se necesitará la intervención individual específica para ese integrante en
particular.
● Cuando las creencias religiosas o de alguna otra índole impidan a los
miembros de la familia su libre participación en un proceso terapéutico
familiar.
● Cuando la dinámica familiar es muy rígida e impide que los integrantes de la
familia expresen libremente sus pensamientos, creencias, emociones,
opiniones.
● Cuando exista algún impedimento por parte del terapeuta que bien puede ser
que se identifica en extremo con alguna problemática en particular y se da la
contratransferencia.

Tipos de terapia familiar


Una vez realizada la evaluación el psicoterapeuta deberá decidir, el tipo de terapia
que se ajusta más a las necesidades de la familia, que bien puede ser:

● Intervención en crisis: Este tipo de intervención puede estar indicada en los


casos en que la familia enfrenta algún evento traumático y requiere una
intervención de urgencia, la duración de la terapia será de corta duración, un
mes podría ser el tiempo estimado, no obstante, las sesiones se programaran
con mucha frecuencia, varias sesiones semanales de ser necesario. El
objetivo terapéutico se centra en evitar al máximo la descompensación de las
relaciones familiares, ocasionada por el evento, realizar apoyo emocional y
orientación a todos los integrantes de la familia.
● Terapia familiar breve. Esta terapia está indicada en los casos en que la
situación crítica es manejable, en este caso los objetivos que se pretenden
alcanzar son de corto plazo, como por ejemplo mejorar un síntoma o conflicto
determinado, en la unidad 4, hemos destinado una clase para profundizar en
el estudio de este esta terapia en particular.
● Terapia familiar de largo plazo: Este tipo de terapia puede estar indicada a
familias con problemas en diferentes áreas, o con algún problema en
particular, pero que ya es crónico y no es posible resolverlo en corto tiempo.
También, puede darse cuando se presentan dificultades, para establecer la
alianza terapéutica, entre la familia y el terapeuta.

En ocasiones el tema económico puede influir en la duración de la terapia, hay


familias que cuentan con los recursos suficientes, para mantenerse en terapia por
un periodo largo, hasta resolver el conflicto que los ha convocado a la terapia.

Objetivos de intervención
Los objetivos específicos de la terapia dependerá de la problemática particular de la
familia, sin embargo, algunos objetivos general pueden ser:
● Definir los patrones de interacción y las alianzas intrafamiliares con el fin de
comprender el funcionamiento de la dinámica familiar y el impacto que tiene
sobre la problemática en particular.
● Desarrollar habilidades de comunicación y nuevas estrategias de interacción,
evitando que la familia se aferre a formas rígidas de relacionarse.
● Revisar los roles y movilizarlos de ser necesario promoviendo la flexibilidad
en el desempeño de los roles familiares, especialmente ante situaciones
críticas.
● Identificar las fortalezas y debilidades del sistema familiar.
● Establecer objetivos para el manejo de la problemática en particular.

La terapia familiar, puede llegar a ser incluso más exigente que la terapia individual,
por lo tanto, requiere un entrenamiento importante por parte del terapeuta, si el
terapeuta no es competente, no se evidenciarán resultados positivos, pero además
puede ocasionar un daño importante a la familia.

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