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Esta fase es determinante, dado que implica un esfuerzo para el paciente abrirse
emocionalmente a una persona con la que no tiene mayor confianza, pese a ser un
profesional y por otra parte para el psicoterapeuta implica evaluar la problemática y
tomar la decisión de si puede atender al paciente o debe remitir a otro profesional.
Muchos pacientes no regresan después de la sesión de valoración y algunos otros
abandonan después de la segunda o tercera sesión, no necesariamente tiene que
ver con la relación terapéutica, en ocasiones, no están lo suficientemente
convencidos de asumir el proceso de cambio y esto suele ocurrir cuando no asisten
por sí mismos a la terapia, sino por sugerencia o cohesión de otros.
Durante esta sesión, es necesario que el psicoterapeuta aclare todas las dudas del
paciente, además de suministrar la información necesaria para el buen desarrollo
del proceso, además de que es necesario considerar los siguientes aspectos:
Es probable que a medida que avanza la terapia, el paciente se sienta un poco peor
que al inicio del proceso, en realidad esto lo que demuestra es el avance de la
psicoterapia en la medida en que el paciente se va haciendo más consciente de su
problemática y del compromiso y responsabilidad que tiene en la solución de la
misma.
Las terapias cognitivo conductuales, suelen tener una duración entre 10 y 15
sesiones, el 65% de los pacientes que asisten a este tipo de terapia, reportan una
mejoría a partir de la séptima sesión. Es probable que antes de este tiempo algunos
pacientes deserten al no sentir cambios, por lo que también es importante explicarle
permanentemente al paciente que se trata de un proceso y que especialmente en
los procesos de superación de situaciones dolorosas como duelos por muerte o
rupturas afectivas, o en los procesos de cambio se necesita, tiempo, constancia y
compromiso.
No obstante, las razones por las cuales se da la finalización del proceso pueden ser
variadas, incluso algunos diagnósticos requerirán acompañamiento terapéutico de
por vida, pero en otros casos, la terminación del proceso, puede incluir el alcance de
los objetivos propuestos, o que simplemente el paciente decide intentar con otro
terapeuta bien sea porque considera que la relación terapéutica no es la mejor o
porque cree que no ha obtenido los resultados esperados.
De cualquier manera, mientras no se trate de un abandono a la terapia, se sugiere
que la finalización del proceso se realice de manera paulatina y teniendo en cuenta
lo siguiente:
Para Morrison (1995) uno de los primeros obstáculos que se enfrentan en la terapia,
es “cuando el paciente no acude por iniciativa propia”, en ese caso el papel del
psicoterapeuta es esencial, su capacidad de negociación y convencimiento, así
como la relación terapéutica que se establezca desde el primer momento, pueden
lograr un cambio positivo del paciente hacia la terapia.
Antes de finalizar queremos mencionar, que algo que puede hacer que el proceso
terapéutico sea éxito y marque la diferencia, es que “el paciente sienta que el
psicoterapeuta se preocupa sinceramente por él y hace todo lo que está a su
alcance para ayudarle”, una buena forma de demostrar esto es cuando “el
psicoterapeuta prepara su sesión con anterioridad”, lee los informes de
sesiones anteriores, incluso investiga acerca de algún tema en particular que puede
aportar al proceso, aunque no parezca el paciente lo nota y en la mayoría de los
casos responde positivamente a este interés genuino de su psicoterapeuta.
Gran parte del éxito de la psicoterapia radica en la relación terapéutica, que como lo
vimos en la clase anterior, equivale al mismo “rapport terapéutico” que en
esencia es la alianza que se establece entre el profesional de la salud mental y el
paciente y que permite de manera colaborativa lograr un proceso exitoso.
La terapia está sujeta a una serie de “reglas formales”, entre las cuales se
encuentra: El pago de la terapia, horarios, sitio de intervención, frecuencia, duración
de la terapia, participación activa del paciente, etcétera, lo cual supone que no se
trata de un acto de altruismo por parte del psicoterapeuta, no es tampoco una
relación de amistad, la relación está sujeta a la intervención psicológica y se centra
en las necesidades del paciente.
Características personales esenciales en el
psicoterapeuta
Para Cormier y Cormier (1991/1994) y Ruiz y Villalobos (1994) las siguientes son
características personales, indispensables en un buen psicoterapeuta.
Entre los beneficios está la apertura también sincera y genuina del paciente, la
relación terapéutica se afianza y se fortalece, el psicoterapeuta es percibido más
como un colaborador que como un experto, esto último genera distancia emocional,
la escucha activa propicia en general un ambiente cálido que facilita el alcance de
los objetivos terapéuticos y conlleva tres actividades:
Finalmente, cabe anotar que la escucha activa, debe ser equilibrada, permitir que el
paciente hable toda la sesión sin mayores intervenciones por parte del terapeuta,
dará la impresión de que no está trabajando activamente en el proceso y que se
limita a escuchar.
● La escucha activa.
● Dar importancia e intervenir aquellos aspectos que el paciente
considera relevantes.
● Hacer preguntas orientadas a aclarar lo que expresa el paciente.
● Reflejar o hacer paráfrasis, es decir sintetizar en las propias palabras
del paciente, lo que está diciendo o ha mencionado en cierto
momento, no obstante, debe ser un recurso que se utilice de manera
equilibrada, si se excede en su uso, pierde el refuerzo y puede resultar
incomodo e interferir en el proceso de apertura emocional del paciente.
Para que la autenticidad sea positiva debe tener los siguientes componentes:
Este es un aspecto que debe manejarse con total madurez profesional, no debe ser
recurrente, porque la terapia no un espacio para el desahogo del terapeuta, debe
ser gradual, es decir a medida que va avanzando la terapia; hacerlo en la primera o
segunda puede ser malinterpretado por el paciente y percibido como poco confiable,
egocéntrico, necesitado de atención.
En definitiva, lo que sugiere este modelo es que la forma en que un individuo piensa
acerca de determinada situación, determina sus emociones y el comportamiento
frente a esa situación. Hoy por hoy es una de las técnicas de las técnicas más
utilizadas, dado que se ha demostrado su efectividad en el tratamiento de diversos
trastornos psicológicos, especialmente en el manejo de fobias.
La concepción humanista del ser humano es en esencia positiva, sugiere que el ser
humano es consciente de su realidad, actúa con intencionalidad y está en constante
crecimiento y desarrollo. Las representaciones mentales y los estados subjetivos
son considerados una fuente válida del conocimiento del individuo. En la
psicoterapia humanista, el paciente es percibido como el principal actor de su
proceso de crecimiento y desarrollo existencial, en ese proceso atraviesa diferentes
etapas que lo llevan a cuestionarse el porqué de lo que le sucede, qué significado
tiene y que solución puede plantearse al respecto. Por su parte el terapeuta
humanista, es más un facilitador en el proceso de cambio de la persona.
La terapia no se centra en las disfunciones individuales, sino que busca los patrones
disfuncionales existentes en el sistema del paciente que usualmente es la familia o
el grupo al que pertenezca. También es una terapia usada en la intervención de
problemáticas grupales.
Tipos de grupos
Existen diferentes grupos terapéuticos, dependerá de su estructura, de la cantidad
de integrantes y del propósito entre otros factores, citaremos algunas clasificaciones
importantes a continuación:
Terapia de pareja
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Dentro del enfoque sistémico, la pareja equivale a un subsistema dentro del sistema
familiar, que está conformada únicamente por los dos integrantes de la pareja, dado
que tiene dinámicas de interacción propia. Algunos otros autores defienden la
concepción de que la pareja es en sí misma un sistema con sus propios valores,
reglas y roles, diferentes a los del sistema familiar.
● Cuando no hay voluntad de cambio por parte de la pareja, esto puede darse
en las parejas que han sido remitidas por instancias judiciales.
● Cuando se buscan alianzas con el terapeuta, por ejemplo, al confiarle
secretos con el fin de que el terapeuta se incline a favor de alguno de los dos.
● Cuando los integrantes tengan intereses particulares ocultos, que el
terapeuta pueda evidenciar.
● Cuando hay una evidente psicopatología, en uno o incluso en los dos
integrantes, que requiera intervención.
● Cuando se presenten contextos de amenaza, violencia intrafamiliar, incluso
abuso sexual hacia la pareja o hacia alguno de los integrantes del sistema
familiar, en ese caso, la atención se debe orientar hacia la protección del
integrante de la pareja o del sistema familiar que se encuentren en situación
de vulnerabilidad.
Áreas a evaluar
Antes de abordar la siguiente fase de la terapia de pareja, mencionaremos algunas
áreas o aspectos, que deben ser evaluados durante la primera fase:
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En la década de los 50 un grupo de notables investigadores promovió un
movimiento de terapia familiar en Estados Unidos, basado en la teoría general de
los sistemas de Von Bertalanffy, de este movimiento surge estudio de la familia
como un sistema relacional que da paso a la terapia familiar como forma de
tratamiento, no individual de los trastornos mentales y de las disfunciones de la
pareja y la familia.
Los principios básicos de la teoría de los sistemas que sirven como base para
analizar la dinámica familiar son:
“La familia es, por tanto, el sistema más importante de una sociedad, en el
que se desarrolla la identidad del individuo y se constituye en su primera
fuente de socialización” es en la familia donde el individuo adquiere su sistema de
valores y la concepción que tiene del mundo.
Cuando hacemos un análisis del ciclo vital de la familia, podemos observar que esta
determinado por múltiples factores y que no en todo los casos se dará igual, es el
caso de las familias conformadas por madres solteras y sus hijos o las familias en
donde ocurren divorcios, nuevos casamientos y muchos otros acontecimientos.
Así mismo otro tipo de factores pueden alterar el ciclo y la dinámica familiar, como
por ejemplo un hijo adulto que nunca se va de casa, u otro que regresa y expande la
familia, o la muerte prematura de un hijo.
Funciones de la familia
La familia cumple diversas funciones como eje socio-cultural de una sociedad,
revisemos el siguiente enfoque, que contempla las siguientes funciones:
● Función biológica: Hace referencia a la función reproductiva de la familia
donde ser crean las condiciones para el desarrollo del individuo en todas sus
dimensiones: Física, psicológica y social.
● Función educativa – cultural: La familia tiene como función primordial
propiciar todo el proceso de aprendizaje individual de los miembros de la
familia, así como la trasmisión de valores morales, sociales, culturales,
ideológicos en los que se enmarca la familia.
● Función económica: Otra función de la familia es la obtención y
administración de los recursos económicos, los bienes consumo, la
satisfacción de las necesidades básicas y el cumplimiento de las
responsabilidades como miembros de una sociedad, por ejemplo, el pago de
impuestos etcétera.
La familia tiene entonces la función de cubrir las necesidades esenciales del ser
humano que garanticen su desarrollo biológico, psicológico y social.
La psicoterapia familiar
La psicoterapia familiar se define como un “método de tratamiento de diversos
desórdenes emocionales y problemáticas que surgen en la dinámica familiar”,
la intervención no se realiza de manera individual, sino que se orienta a la familia
como un todo, entre sus objetivos están eliminar los síntomas, pero en lugar de
adecuar la familia a la situación actual, lo que se busca es generar una nueva forma
de interrelación entre sus integrantes.
● Cuando uno de los hijos que puede ser un niño o adolescente sufre de algún
trastorno de conducta o de alguna perturbación que surge de la misma
dinámica familiar, en la terapia ese integrante de la familia es definido como:
Paciente identificado.
● Problemas matrimoniales, que obviamente afectan al resto del sistema.
● Problemas familiares generados por violencia, maltrato o abuso de menores.
● Cuando alguno de los miembros sufre cualquier tipo de trastorno mental o
trastornos producidos por adicciones.
Otro caso en los que puede ser útil la terapia familiar, es cuando un paciente es
atendido de manera individual y se evidencia que su mejoría depende de la
intervención a su sistema familiar.
Objetivos de intervención
Los objetivos específicos de la terapia dependerá de la problemática particular de la
familia, sin embargo, algunos objetivos general pueden ser:
● Definir los patrones de interacción y las alianzas intrafamiliares con el fin de
comprender el funcionamiento de la dinámica familiar y el impacto que tiene
sobre la problemática en particular.
● Desarrollar habilidades de comunicación y nuevas estrategias de interacción,
evitando que la familia se aferre a formas rígidas de relacionarse.
● Revisar los roles y movilizarlos de ser necesario promoviendo la flexibilidad
en el desempeño de los roles familiares, especialmente ante situaciones
críticas.
● Identificar las fortalezas y debilidades del sistema familiar.
● Establecer objetivos para el manejo de la problemática en particular.
La terapia familiar, puede llegar a ser incluso más exigente que la terapia individual,
por lo tanto, requiere un entrenamiento importante por parte del terapeuta, si el
terapeuta no es competente, no se evidenciarán resultados positivos, pero además
puede ocasionar un daño importante a la familia.
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En la década de los 50 un grupo de notables investigadores promovió un
movimiento de terapia familiar en Estados Unidos, basado en la teoría general de
los sistemas de Von Bertalanffy, de este movimiento surge estudio de la familia
como un sistema relacional que da paso a la terapia familiar como forma de
tratamiento, no individual de los trastornos mentales y de las disfunciones de la
pareja y la familia.
Los principios básicos de la teoría de los sistemas que sirven como base para
analizar la dinámica familiar son:
“La familia es, por tanto, el sistema más importante de una sociedad, en el
que se desarrolla la identidad del individuo y se constituye en su primera
fuente de socialización” es en la familia donde el individuo adquiere su sistema de
valores y la concepción que tiene del mundo.
Cuando hacemos un análisis del ciclo vital de la familia, podemos observar que esta
determinado por múltiples factores y que no en todo los casos se dará igual, es el
caso de las familias conformadas por madres solteras y sus hijos o las familias en
donde ocurren divorcios, nuevos casamientos y muchos otros acontecimientos.
Así mismo otro tipo de factores pueden alterar el ciclo y la dinámica familiar, como
por ejemplo un hijo adulto que nunca se va de casa, u otro que regresa y expande la
familia, o la muerte prematura de un hijo.
Funciones de la familia
La familia cumple diversas funciones como eje socio-cultural de una sociedad,
revisemos el siguiente enfoque, que contempla las siguientes funciones:
La familia tiene entonces la función de cubrir las necesidades esenciales del ser
humano que garanticen su desarrollo biológico, psicológico y social.
La psicoterapia familiar
La psicoterapia familiar se define como un “método de tratamiento de diversos
desórdenes emocionales y problemáticas que surgen en la dinámica familiar”,
la intervención no se realiza de manera individual, sino que se orienta a la familia
como un todo, entre sus objetivos están eliminar los síntomas, pero en lugar de
adecuar la familia a la situación actual, lo que se busca es generar una nueva forma
de interrelación entre sus integrantes.
● Cuando uno de los hijos que puede ser un niño o adolescente sufre de algún
trastorno de conducta o de alguna perturbación que surge de la misma
dinámica familiar, en la terapia ese integrante de la familia es definido como:
Paciente identificado.
● Problemas matrimoniales, que obviamente afectan al resto del sistema.
● Problemas familiares generados por violencia, maltrato o abuso de menores.
● Cuando alguno de los miembros sufre cualquier tipo de trastorno mental o
trastornos producidos por adicciones.
Otro caso en los que puede ser útil la terapia familiar, es cuando un paciente es
atendido de manera individual y se evidencia que su mejoría depende de la
intervención a su sistema familiar.
● Cuando hay secretos familiares que no pueden ser divulgados a todos los
miembros de la familia.
● Cuando los integrantes de la familia no son sinceros entre ellos.
● Cuando en otras ocasiones han saboteado el tratamiento.
● Cuando el conflicto o la problemática familiar está directamente relacionado
con un trastorno mental, de alguno de los miembros de la familia, en ese
caso se necesitará la intervención individual específica para ese integrante en
particular.
● Cuando las creencias religiosas o de alguna otra índole impidan a los
miembros de la familia su libre participación en un proceso terapéutico
familiar.
● Cuando la dinámica familiar es muy rígida e impide que los integrantes de la
familia expresen libremente sus pensamientos, creencias, emociones,
opiniones.
● Cuando exista algún impedimento por parte del terapeuta que bien puede ser
que se identifica en extremo con alguna problemática en particular y se da la
contratransferencia.
Objetivos de intervención
Los objetivos específicos de la terapia dependerá de la problemática particular de la
familia, sin embargo, algunos objetivos general pueden ser:
● Definir los patrones de interacción y las alianzas intrafamiliares con el fin de
comprender el funcionamiento de la dinámica familiar y el impacto que tiene
sobre la problemática en particular.
● Desarrollar habilidades de comunicación y nuevas estrategias de interacción,
evitando que la familia se aferre a formas rígidas de relacionarse.
● Revisar los roles y movilizarlos de ser necesario promoviendo la flexibilidad
en el desempeño de los roles familiares, especialmente ante situaciones
críticas.
● Identificar las fortalezas y debilidades del sistema familiar.
● Establecer objetivos para el manejo de la problemática en particular.
La terapia familiar, puede llegar a ser incluso más exigente que la terapia individual,
por lo tanto, requiere un entrenamiento importante por parte del terapeuta, si el
terapeuta no es competente, no se evidenciarán resultados positivos, pero además
puede ocasionar un daño importante a la familia.