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Universidad Autónoma de Santo Domingo

Facultad de Humanidades
Escuela de Psicología

Nombres y Apellidos:

Indiana Yaritza Jorge Pozo

Matrícula:

100436192

Asignatura:

Terapia conductual

Sección:

05

Maestro:

Pedro J. Vásquez Castillo

Tarea I:

Resumen capítulo 1
El proceso terapéutico
-Tarea I.
- Resumen capítulo 1: El proceso terapéutico.

El proceso terapéutico comienza cuando una persona asiste a una consulta ante un
terapeuta en busca de alguna solución a un problema que puede ocasionarle cierto
malestar. Por lo tanto, el terapeuta debe establecer una relación eficiente para poder
obtener la mayor cantidad de información y así poder evaluar y diagnosticar en el
menor tiempo posible y al mismo tiempo crear y mantener una buena relación de
trabajo con el paciente.

Cuando finaliza la primera entrevista, es necesario obtener información básica del


paciente y haber establecido las bases para una buena relación de trabajo. Muchas
investigaciones han demostrado que la buena relación del terapeuta con el paciente,
tienen una gran relevancia con vistas al cambio del paciente. Esto quiere decir, que
cuanto mejor sea la relación, más abierto se mostrará el paciente, va a explorar sus
sentimientos con el terapeuta y sobre todo prestará más atención y actuará de
acuerdo a todo lo que le manifieste el psicólogo.

A pesar de que es necesario que se dé una relación positiva entre terapeuta y


paciente, y que se establezcan sentimientos mutuos de respeto y confianza, esto no
es suficiente para el cambio del paciente. Aunque durante la primera entrevista se
debería reunir la mayor cantidad de información, es frecuente que para la
evaluación se requieran varias sesiones. Esto se debe a las variables del paciente y
al tipo de problema que debe expresar. Es decir, si nos encontramos ante un
paciente muy hablador, impreciso, hostil, receloso o difícil de comprender, es
necesario recurrir al aumento del número de sesiones o alargarlas, a pesar de que
ello no siempre es posible debido a que muchos pacientes no toleran sesiones muy
largas.

Durante todo el proceso terapéutico, el terapeuta debe tener la habilidad necesaria


para que el paciente esté motivado, reconozca sus pequeños o grandes avances,
ponga en práctica las diversas técnicas que se le hayan podido enseñar o las
distintas habilidades que haya adquirido y no abandone la terapia antes de tener
totalmente solucionado el problema que motivó la consulta.
Es importante saber que el proceso terapéutico hace referencia al conjunto de fases
sucesivas implicadas en el tratamiento psicológico y que abarca desde la primera
consulta por parte del paciente hasta la finalización del tratamiento. El proceso
terapéutico atraviesa diversas fases la cuales nos ayudan a entender mejor como
tratar a nuestro paciente. En primer lugar, se debe establecer una relación
terapéutica, donde se pretende crear una buena relación con el paciente, puesto
que de ella dependerá en parte la aceptación y confianza entre éste y el
psicoterapeuta. Además, se debe establecer un buen rapport psicológico.

Al mismo tiempo que se entabla la relación terapéutica, se inicia lo que sería la


siguiente fase del proceso que es la evaluación conductual que consiste en la
recopilación de datos lo más exhaustiva posible, haciendo referencia a las distintas
áreas de la vida del paciente, como las relaciones familiares, relaciones sociales,
aspectos laborales y ocupacionales, relaciones de pareja y sexualidad, aspectos
fisiológicos, entre otras, centrándose en especial en el motivo de consulta.

Con los datos reunidos en las entrevistas, se efectúa un análisis conductual, que
consiste en la búsqueda de relaciones funcionales entre los distintos componentes
de la conducta del paciente. Es decir, establecemos que las conductas, o
respuestas guardan una relación funcional con los estímulos antecedentes que
componen el entorno del paciente en un momento dado y con las consecuencias de
la propia respuesta. Una vez hecho el análisis conductual, se estipulan las hipótesis
explicativas, o sea que se enmarcan los resultados del análisis conductual en un
esquema teórico, se formula una explicación del problema, se plantea cuál ha
podido ser el origen del mismo y lo que ocasiona que el problema se mantenga.

Ya con la información recaudada, el análisis conductual y las hipótesis explicativas,


seleccionamos las áreas de intervención o conductas a modificar. Con las
conductas seleccionadas de objeto de cambio, se fija un plan de intervención y se
seleccionan las técnicas más adecuadas poniendo en marcha el tratamiento. Es
necesario evaluarlas de manera continua para asegurarnos de que el paciente las
entiende y las trabaja en la forma correcta. Es evidente que, si un paciente no
responde al tratamiento propuesto, se debe replantear otro tipo de técnicas a
aplicar, pasando previamente por un análisis del porqué no responde al tratamiento
ya que eso puede deberse a que no se le han explicado del modo debido las
técnicas o a que no es capaz de llevarlas a cabo por resultar complicadas para él.

Por otra parte, dentro de la situación terapéutica, existen algunas variables y


cualidades que podemos observar en el paciente. Debemos tener en cuenta la edad
ya que, si trabajamos con un niño, estos a diferencia de un adulto, suelen resistir
menos tiempo en la sesión, por lo que debemos planear más descansos y hacer la
sesión mas entretenida y divertida. Otra variable es el sexo del paciente, esto
debido a que en muchas ocasiones el paciente se siente incómodo confiarle
información personal a un terapeuta del sexo opuesto. Otras variables son el nivel
intelectual, que también influye mucho en el proceso terapéutico, esto debido a que
algunos pacientes tienen dificultad para escribir o leer y esto dificulta los
autorregistros en el proceso terapéutico.

También, el terapeuta debe cumplir con algunas características como son el nivel de
aceptación que presenta hacia el paciente, ser empático, la honestidad que le
muestra al paciente, la flexibilidad también es sumamente fundamental, la cual le
permite al terapeuta ajustarse a las necesidades del paciente.

Dentro de las sugerencias sobre el proceso terapéutico para mejorar la eficacia en


las intervenciones, el contacto inicial resulta relevante, ya que el terapeuta debe
saber la razón por la cual el paciente acude a consulta, ya sea si fue por iniciativa
propia o por referencia de algún familiar. Es importante esta parte porque esto les
permitirá a ambos establecer desde un inicio una buena relación.

La toma de anotaciones para recordar las informaciones que suministra el paciente


es otra de las sugerencias, y al mismo tiempo dejarle saber al paciente que
estaremos tomando esas anotaciones. Se deben hacer de forma breve y especifica,
ya que el terapeuta no debe perder el contacto visual con el paciente y si está muy
enfocado en tomar notas se le hará difícil observar a su paciente.

En el caso de las primeras preguntas, es bueno que, para una mayor efectividad de
la primera entrevista, se deberían formular preguntas tanto directivas como no
directivas. Al inicio de la entrevista, las preguntas deberían ser no directivas. Esto
ayuda a establecer el rapport y a conocer qué clase de problemas y sentimientos
están en la mente del paciente.
No obstante, la primera pregunta de la entrevista será específica. El paciente sabrá
exactamente sobre lo que se le pregunta y esto permitirá que se refiera a la queja
principal por la cual busca ayuda. La queja principal es importante porque suele ser
el problema principal que existe en la mente del paciente e indica el área a explorar
de manera inmediata y, por el contrario, algunas veces, la queja principal es una
negación de algo que le afecta y hace una valoración incorrecta sobre ello. Quejas
de este tipo indican patologías serias o resistencias que requieren un trato especial.
En términos generales, es importante tener en cuenta que como no todos los
pacientes expresan su queja principal de forma precisa, es necesario estar
preparados para este tipo de eventualidad.

Después de esta queja principal, debe dársele la oportunidad al paciente de hablar


con libertad sobre las razones por las que busca tratamiento. Este momento de la
entrevista será discurso libre para distinguirlo del formato anterior de la entrevista
que será tipo pregunta y respuesta. Este periodo abarcará aproximadamente 10
minutos de la hora que durará la entrevista.

Para la parte de la evaluación, el análisis conductual y el establecimiento de


objetivos, ya después de transcurridos 10 minutos de la primera sesión, pasamos
directamente a la evaluación y aplicamos los cuestionarios y pruebas
estandarizadas. En la parte final de la primera sesión, se procede a realizar un
análisis funcional, explicándole al paciente el motivo por el que se inició su problema
de conducta y, si es posible, cuáles son los antecedentes y consecuentes de su
conducta y por qué ésta se mantiene. Al exponerle todo esto, se puede comprobar
si el paciente está de acuerdo con la explicación que se le ha dado o si, por el
contrario, hay discrepancias.

Ello debe considerarse ya que, si el paciente no está de acuerdo con la explicación,


puede que no se implique en la terapia. Debemos asegurarnos de que entiende la
explicación que le estamos dando. En algún caso, según como veamos al paciente,
debemos proporcionarle esta información con sumo cuidado por la reacción que
pueda causar en él. Mas adelante procedemos a explicarle el tipo de intervención
que vamos a hacer, los objetivos que nos proponemos alcanzar, las conductas que
debería cambiar y, a menudo, le proponemos las tareas para casa.
Luego de pasada esta parte de la evaluación, pasamos a seleccionar y aplicar las
técnicas de tratamiento mas oportunas para la situación del paciente. En principio,
elegir las áreas de intervención o las conductas a modificar podría parecer fácil o,
incluso obvio, y en algunos casos, así es, como por ejemplo en algún problema de
adicción a las máquinas tragamonedas, donde a pesar de que haya ocultos otros
trastornos, como depresión, es claro el objetivo, o incluso, un problema todavía más
sencillo como el de una fobia a los ascensores. Sin embargo, en otros casos, el área
prioritaria de intervención no es tan evidente y debemos tomar una decisión con
base, entre otros factores, en los intereses o necesidades del paciente, la mayor
probabilidad de éxito en la eficacia del tratamiento o las circunstancias
sociofamiliares del paciente.

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