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La teoría del desarrollo moral es una teoría planteada por Jean Piaget. Más tarde, su
discípulo Lawrence Kohlberg profundizó en los estudios acerca del desarrollo moral,
completando y ampliando la teoría de Piaget.
Piaget se basó en dos aspectos del razonamiento moral para formular sus teorías: el respeto
por las reglas y la idea de justicia de los niños. Con base en las respuestas que los niños
daban a sus preguntas, Piaget estableció varias etapas de desarrollo moral. Esta forma de
entender el proceso moral se conoce como teoría cognitiva-evolutiva, y de manera simple:
busca entender la moralidad de adentro hacia afuera, como entendimiento del sujeto que
luego se expresa en sus actitudes. Piaget explicó, que para entender la moralidad del sujeto
no solo es necesario ahondar en su discurso —principio que regía muchas de las
investigaciones de lo moral en su época—, sino que era esencial definir su estructura
cognitiva, es decir, la lógica y los patrones de pensamiento que rigen el entendimiento
moral básico del individuo.
Esta etapa abarca los cinco primeros años de la vida del niño, cuando aún no tiene mucha
conciencia o consideración por las reglas. De los dos a los seis años los niños son capaces
de representar las cosas y las acciones por medio del lenguaje, esto les permite recordar sus
acciones y relatar sus intenciones para el futuro. Sin embargo, no pueden aún realizar
razonamientos abstractos, por lo que no pueden comprender el significado de las normas
generales. Esto hace que las vean como cosas concretas imposibles de variar que se han de
cumplir en su sentido literal. Estas normas son, además, exteriores a los niños, impuestas
por los adultos, por lo tanto la moral se caracteriza en esta fase de desarrollo por la
heteronomía.
Esta etapa se da entre los 5-10 años. Los niños en esta edad tienden a considerar que las
reglas son impuestas por figuras de autoridad poderosas, como podrían ser sus padres, Dios
o la policía. Piensan además que las normas son sagradas e inalterables, abordan cualquier
asunto moral desde una perspectiva dicotómica de bien o mal, y creen en una justicia
inminente, es decir, que piensan que cualquier mal acto, tarde o temprano será castigado.
De los siete a los once años, los niños adquieren la capacidad de realizar operaciones
mentales con los objetos que tienen delante. No pueden aún hacer generalizaciones
abstractas pero se dan cuenta de la reversibilidad de algunos cambios físicos y de las
posibilidades del pensamiento para detectar relaciones entre las cosas. Las normas dejan de
ser vistas como cosas reales que tienen su origen en una autoridad absoluta y exterior –los
adultos– y comienzan a basarse en el respeto mutuo entre los compañeros de juego, los
iguales. De aquí surge la noción de la convencionalidad de las normas o reglas de los
juegos, que son vistas como productos de acuerdos entre los jugadores. Surgen
sentimientos morales como la honestidad –necesaria para que los juegos funcionen– y la
justicia.
Etapa autónoma
A partir de los 10 años los niños ya se percatan de que las reglas son acuerdos arbitrarios
que pueden ser impugnados y modificados con el consentimiento de las personas a las que
rigen. Creen que las reglas pueden ser violadas para atender las necesidades humanas y
tienen en cuenta la intencionalidad del actor más que las consecuencias del acto. Han
aprendido que algunos crímenes pasan desapercibidos y no son castigados. De los doce
años en adelante los niños sufren cambios biológicos y psicológicos radicales. Se produce
la maduración sexual, pero también una maduración biológica general que potencia el
desarrollo intelectual y moral. Los niños, en esta etapa, se convierten en adolescentes y sus
estructuras de conocimiento permiten ya las generalizaciones y la realización de
operaciones mentales abstractas. Los conceptos se integran en sistemas de proposiciones y
se aprende a pasar de lo particular a lo general y de lo general a lo particular. En esta etapa
surgen sentimientos morales personalizados, como la compasión o el altruismo, que exigen
la consideración de la situación concreta del otro como un caso particular de la aplicación
de las normas. Gracias a esto, la rigidez de aplicación de las normas y conceptos morales,
propia del estado anterior, desaparece, completándose el paso de la presión adulta al control
individual de la propia conducta. El adolescente formula principios morales generales y los
afirma de un modo autónomo frente a las normas exteriores. El respeto a estas últimas se
realiza de un modo personal.
Piaget estudió la evolución el concepto del castigo. Hay dos concepciones distintas:
1. Él propuso del castigo expiatorio caracterizado por ser administrado por los padres,
cuando cometen una falta: es arbitrario porque no guarda relación con la falta que se ha
cometido. Si un niño pequeño elige el castigo, no le darán un castigo justo porque en la
etapa premoral no son capaces de calibrar ese castigo. Desde ese punto moral, cuando un
niño rompe algo, le dicen que le peguen o que le rompan algo, en vez de que pague lo que
ha roto porque tienen una perspectiva moral diferente a los adultos.
Kohlberg afirmaba que a pesar del vínculo estrecho entre desarrollo moral y
desarrollo cognitivo, el crecimiento de este último no era suficiente para garantizar
el desarrollo moral, y que la mayoría de los adultos nunca llegarían a pasar de la
etapa 5 del desarrollo moral.
Moral preconvencional
Se da entre los 4 y los 11 años de edad; sin embargo, cabe la posibilidad de que algunos
adolescentes y adultos se encuentren en este nivel. Se caracteriza porque las personas
actúan bajo controles externos. Obedecen las reglas para evitar castigos y obtener
recompensas o por egoísmo.
Etapa 1
Esta etapa o estadio fue definido por Kohlberg como la de "orientación hacia el castigo y la
obediencia". En esta etapa la bondad o maldad de un acto depende de sus consecuencias.
En ese sentido, los actos que el niño realiza son siempre pensando en evitar el castigo. El
niño no logra entender que el castigo es una respuesta posible ante hacer algo malo;
simplemente toma el castigo como una acción que ocurre automáticamente después de
hacer el mal. Más aún, el pensamiento cognitivo del niño está limitado, pues este se
encuentra en la etapa preoperacional o iniciando la etapa de las operaciones concretas. En
esta línea, su pensamiento es más intuitivo que lógico.2
Etapa 2
Búsqueda de la justicia
Esta etapa fue definida por Kohlberg como la de "hedonismo ingenuo". En esta etapa las
personas siguen las reglas con fines egoístas. Se valoran los actos en función de las
necesidades que satisface. El niño todavía está enfocado en la moral material. Dentro de
esta etapa, surge un nuevo estándar de juicio: la justicia.En este sentido, se piensa que si
alguien tiene una razón para hacer una acción, se debe juzgar al individuo sobre la base de
esa razón y no por la voluntad arbitraria que la figura de autoridad posea.2 Más aún, los
individuos que pertenecen al segundo estadio ya no creen que el castigo surja
inmediatamente después de la mala acción, sino que el hacer algo malo implica hacer algo
malo a alguien y esto supone un castigo que responda al crimen.
Moral convencional
Este nivel de juicio moral suele surgir a partir de la adolescencia. Es la moral que la
mayoría de personas poseen, y consiste en un enfoque desde la perspectiva de uno mismo
como miembro de una sociedad, es decir, se tiene en cuenta lo "socialmente esperado".1
Etapa 3
Etapa 4
Moral postconvencional
Este nivel de desarrollo moral consiste en un enfoque desde una perspectiva superior a la
sociedad. La persona que llegue a este nivel ve más allá de las normas de su propia
comunidad, llegando a los principios en los que se basa cualquier sociedad buena. Muy
pocos adultos consiguen tener un juicio postconvencional.1
Etapa 5
Se trata de la etapa de la "orientación del contrato social". Las personas piensan en términos
racionales, valoran la voluntad de la mayoría y el bienestar de la sociedad. Las leyes que
comprometen los derechos humanos o la dignidad son consideradas injustas y merecen
desafío. Sin embargo, la obediencia a la ley se sigue considerando mejor para la sociedad a
largo plazo...
Etapa 6
La sexta etapa del desarrollo moral según Kohlberg es la de "moralidad de principios éticos
universales". El individuo define el bien y el mal basado en principios éticos elegidos por él
mismo, de su propia conciencia. Se basan en normas abstractas de justicia y respeto por
todos los seres humanos que trascienden cualquier ley o contrato social. Se actúa de
acuerdo a normas interiorizadas y se actuará mal si se va en contra de estos principios.
Revisión de la teoría
Con el tiempo Kohlberga planteó una séptima etapa o etapa cósmica, propia de personas
que alcanzan un razonamiento moral basado en un pensamiento ético y religioso que
envuelve una perspectiva y una vivencia cósmica y existencial de la vida y del mundo,
reservado para personalidades como Gandhi , Martin Luther King o Martín Lutero.
También rectificó sus afirmaciones de que no todos los adultos alcanzan las máximas
etapas de desarrollo moral: plantea Kohlberg que sí llegan, pero la aplican en diferentes
planos y en circunstancias específicas de su vida.
Críticas
Carol Gilligan criticó la teoría del desarrollo moral de Kohlberg por considerar que esta
teoría no representaba adecuadamente el razonamiento moral femenino. Su crítica
planteaba que las diferencias de género provocaba que niños y niñas adoptaran
orientaciones morales diferentes. Esta crítica no ha sido respaldada por las investigaciones,3
las cuales descartan la existencia de sistemas de valores morales distintos basados en el
género. La teoría del desarrollo moral de Kohlberg es ampliamente aceptada por la
comunidad científica
Por otro lado, R. S. Peters critica que el sistema de Kohlberg no toma en cuenta aspectos
afectivos del desarrollo moral. Dentro del modelo de Peters, toman importancia conceptos
como el "apasionamiento", los cuales hacen énfasis en la importancia del aspecto afectivo
para la realización y la consistencia del juicio moral de cualquier acción. En este sentido,
este autor propone que para el juicio moral y la corrección de este es necesario cierto
sentimiento que impulse la actividad, siempre y cuando dicho sentimiento no pierda su
carácter racional.
En lo que concierne a criminalidad, diversas investigaciones han vertido datos poco
favorables o contradictorios a las premisas de Kohlberg, quien argumentaba que el
desarrollo moral de los criminales se encontraría en etapas menores que el de los ―no
delincuentes‖. Investigaciones como la de Jurkovic y Prentice (1974) no hallaron
diferencias significativas en el grado de desarrollo moral de los delincuentes y los ―no
delincuentes‖. Lo mismo ocurrió en las investigaciones de McColgan (1976) y Mullís y
Hanson (1983). En ocasiones, una misma investigación ha encontrado resultados
contradictorios, como es el caso de la de Hains y Miller (1980). También podemos
encontrar estudios cuyos resultados son contrarios al previsto por las teorías de Kohlberg,
como el de Petronio (1980).
Sin embargo, una de las críticas más importantes en relación con la aplicación de esta teoría
en la criminalidad, se dirige al diseño de investigación habitualmente utilizado para
comprobar la teoría de Kohlberg respecto a la criminalidad: las muestras para estas
investigaciones son de personas institucionalizadas, lo cual es una limitación ya que la
propia institucionalización puede influir en el desarrollo moral, siendo esta la explicación y
no el hecho de ser delincuente. Como señala Morash (1983), ―puede ser que el bajo
razonamiento moral de los jóvenes reclusos sea un resultado, no un determinante, del
encarcelamiento‖.
DESARROLLO SOCIAL
Consiste, como tal, en el desarrollo del capital humano y social de un país, lo cual
abarca aspectos como la salud, la educación, la seguridad ciudadana y el empleo, y solo se
concreta con la disminución de los niveles de pobreza, desigualdad, exclusión, aislamiento
y vulnerabilidad de los grupos más necesitados.
Para que el desarrollo social sea posible es importante que haya una gestión gubernamental
eficiente, responsable y comprometida, dentro de un marco democrático de legalidad y
solidez institucional que garantice su aplicación, eficacia y continuidad.
Así, pues, un país con óptimos niveles de desarrollo social ofrece a sus ciudadanos una
alta calidad de vida en medio de un clima de paz, justicia, libertad, tolerancia, igualdad y
solidaridad, así como la posibilidad de satisfacer sus necesidades, desarrollar su potencial, y
realizarse a nivel personal.
La búsqueda del desarrollo social no es solo una preocupación de los Estados en particular,
sino también uno de los pilares de la gestión internacional de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) en los países más pobres o vías de desarrollo.
DESARROLLO EMOCIONAL
El desarrollo emocional o socioemocional representa un componente del desarrollo en la
infancia. Es un proceso integrativo y gradual a través del cual los niños adquieren la
capacidad de entender, experimentar, expresar y gestionar emociones y desarrollar
relaciones apropiadas con los demás. Como tal, el desarrollo emocional abarca un amplio
rango de habilidades y estructuras, incluyendo entre otras: autoconsciencia, atención
conjunta, juego, teoría de la mente (o comprender las perspectivas de los
demás), autoestima, regulación de las emociones, amistad y desarrollo de la identidad.
El desarrollo emocional también puede ser definido como un complemento del desarrollo
cognitivo, los cuales son fundamentales para el desarrollo de la personalidad integral.
Además, es el desarrollo emocional el que se centra en la capacidad para comprender las
emociones, la capacidad para expresarlas de una manera productiva y la capacidad para
escuchar a los demás y sentir empatía respecto de sus emociones.
Además, el desarrollo emocional cuenta con otros objetivos entre los que podemos
destacar:
Los niños provenientes de entornos familiares desfavorecidos son más susceptibles a tener
problemas de desarrollo y una salud deficiente. Por ello, se han desarrollado intervenciones
domiciliarias, cuyo objetivo es ayudar a los padres a proporcionar un ambiente familiar de
mejor calidad para sus hijos con el fin de prevenir o mitigar estos resultados adversos.
Específicamente, estos programas buscan optimizar los resultados de desarrollo de los
niños a través de la educación, la capacitación y el apoyo a los padres en su propio hogar,
para que estos puedan proporcionar un entorno estimulante y educativo para sus hijos.
Una revisión sistemática de siete estudios, realizados en Estados Unidos, Canadá, Jamaica,
Irlanda, Bermudas y una ubicación no especificada, evaluó la efectividad de las
intervenciones domiciliaras sobre los resultados del desarrollo infantil. La evidencia de
cuatro de los estudios afirma que estas intervenciones no tienen impacto alguno en el
desarrollo cognitivo de los niños en etapa preescolar provenientes de familias socialmente
desfavorecidas. Asimismo, no se pudo llegar a conclusiones para resultados secundarios
tales como el desarrollo físico infantil y la conducta parental. Sin embargo, la evidencia es
poco convincente, por lo que se requieren más estudios.2
Adolescencia
La adolescencia es una etapa entre la niñez y la vida adulta; en este sentido, se caracteriza
por la mayor intensidad que hay en las emociones negativas y vacilación del estado de
ánimo en esta etapa. De hecho, el antecedente de estas cuestiones emocionales se remontan
en la etapa de la pubertad, donde hombres y mujeres segregan hormonas para adquirir
ciertas características sexuales primarias (indispensable para la reproducción) y
características sexuales secundarias, como el cambio de pecho en las mujeres, voz tanto en
hombres como mujeres y la aparición del vello púbico. Así mismo dentro del desarrollo
emocional influye no solo este tipo de cambios físicos, si no también el desarrollo del
prefrontal, en el cual se deja atrás al sistema límbico. Esto implica probabilidad de
conductas impulsivas, conflictos emocionales y conductas de riesgo.
Autoestima
La autoestima es una percepción subjetiva que combina la imagen ideal con la imagen real
de un individuo. Está influenciado por el autoconcepto, así pues, este puede tener una carga
positiva o negativa, lo cual influye en la imagen positiva o negativa que tengamos de
nosotros mismos. De esta forma, el autoconcepto que implica el autoestima tiene efectos
sobre la autoeficacia, es decir, la capacidad de poder realizar actividades con éxito y de
tener control sobre el ambiente. Los constructos mencionados involucran tanto la identidad,
lo importante que se siente uno a partir de los demás y sobre todo, en uno mismo, el nivel
de aceptación en cuestiones psicológicas y físicas. Por otro lado, una falta de autoestima
mezclado con factores conlleva a hechos contraproducentes.
Trastornos alimenticios
Una falta de autoestima puede conllevar a hechos contraproducentes, como los casos de
anorexia como a la bulimia, lo cual se produce debido a distorsiones cognitivas que
implican percepción corporal negativa y una necesidad por disminuir peso. En la anorexia
se pueden ver conductas dirigidas a establecer dietas estrictas, así como dejar de comer. Por
otro lado, en el caso de la bulimia se puede observar; por lo general, personas que se
alimentan pero luego se incitan a expulsar la comida a través del vómito; en algunos casos,
también esto va acompañado de dietas estrictas. Ambos casos involucran características de
perfeccionismo, aceptar lo deseable socialmente, en su mayoría son mujeres, tendencia a
ansiedad en la niñez, mayor preocupación por peso y forma, historia familiar con estos
casos o padres preocupados por peso.
Estilos de crianza
Su importancia radica en que ambientes más flexibles pueden propiciar un mejor desarrollo
emocional a diferencia de casos extremos, como ambientes familiares rígidos o en exceso
flexibles (se asocia con libertinaje). En este sentido, ambientas más flexibles están
relacionados con relaciones más cálidas y comunicación entre padres e hijos, sobre todo en
la adolescencia esto es vital, ya que los estados de ánimo son más intensos en esta etapa, lo
cual indica la presencia de un guía comprensivo y empático
Padres que imponen un elevado valor a la obediencia; así pues, expresan un alto grado de
afirmación del poder.
Padres menos preocupados por la obediencia en sí, más bien, se interesan por aprendizaje
de principios básicos y establecer en el hogar una disciplina inductiva.
Padres cumplen con los deseos de sus hijos y toleran acciones contraproducentes.
Relaciones románticas
Amistades
Desarrollo psicosocial
Conductas desadaptativas
En el caso de los adolescentes, ellos aún están en una búsqueda de encontrar su identidad y,
por ello, están propensos a tener conductas de riesgo que pueden ser como el consumo de
sustancias o la depresión que son muy importantes en esta etapa.
Consumo de sustancias
En el tema del consumo de sustancias, los adolescentes a pesar de que no todos consumen
las sustancias, hay una gran minoría que consume estas sustancias de manera constante. En
este caso, el abuso de sustancias se refiere al consumo excesivo de las sustancias de las
drogas o el alcohol que pueden lograr una adicción a la persona. En este caso, afecta al
adolescente en ciertos aspectos: Reacciones antisociales, síndrome de déficit de actividad,
infecciones o disminución de las defensas, peligro de sobredosificación, riesgo de escalada,
riesgo de recaída y efectos tóxicos específicos.
Depresión
Adultez
Adultez intermedia
La edad adulta intermedia va desde los 30/40- 50/60 años aproximadamente y representa a
personas que ya, por lo general, tienen hijos y sus padres ya se encuentran en una edad
avanzada. Erickson la denomina etapa de la crisis de productividad vs. el estancamiento12
Estas características refieren al encuentro del equilibrio e integración de los conflictos que
se tuvieron antes. Con la llegada de la adultez media se empiezan a generar cambios
importantes en las personas, en esta etapa los papeles personales y laborales son
interdependientes los cuales se ven regidos por la sociedad y las oportunidades que estas les
dan a cada persona. Debido a esto aumentan las responsabilidades y papeles exigentes, por
lo tanto, esta etapa puede ser considerada estresante. También, es considerada una etapa de
autorrealización y productividad, ya que se asciende profesionalmente y la persona está en
planes de formar una familia o ya la tiene. Las personas suelen mirar lo que han vivido
hasta el momento y lo que les queda por vivir, considerando esta etapa como una época
para replantear metas y aspiraciones y así aprovechar el tiempo que le queda por vivir.
Asimismo los adultos tienen la preocupación de querer guiar y encaminar a las futuras
generaciones y de tal manera poder mantenerse, sintiendo así que están dejando un legado.
En esta etapa, la persona evidencia diversos cambios en su persona que influyen en su
estabilidad y desarrollo emocional: Comienza a evidenciarse el proceso de envejecimiento.
Se ven presente déficits físicos, cognitivos, psicomotores, en sexualidad y funcionamiento
reproductor. Cambios emocionales por la menopausia o andropausia. Preocupación por
casarse (reloj social), tener un trabajo estable, ser el soporte de la familia (más en hombres
por rol social) y por tensiones en el trabajo (estrés).
La menopausia, el fallecimiento de los padres, el abandono del hogar por parte de los hijos,
una separación, cambios corporales (pérdida de la juventud) o una mayor preocupación por
la salud pueden disparar la crisis. También puede ser causada por la insatisfacción o
sensación de estancamiento ya que la adultez intermedia es una época de revisión de la
historia vital. Se dice que antes de esta etapa la persona mira la vida en términos de los años
vividos, luego comienza a mirar hacia la vida en términos de cuántos años le quedan por
vivir. Algunos adultos cuentan con una historia que lo satisface, de la cual se sienten
orgullosos, debido a que lograron todo lo que se propusieron anteriormente. Por otro lado,
eventos como la muerte, enfermedades, trabajo, hijos, nietos, lleva a reconocer que hay
metas deseadas que ya no es posible alcanzar. El adulto realiza una evaluación de los
sueños de la adolescencia y se da cuenta de que no logró todo lo que se propuso, lo cual
ocasiona que se genere un conflicto interno, lo cual puede resultar en una oportunidad para
lograrlo o también puede ocasionar una reacción de pérdida de propósito en la vida (que ya
nada vale la pena), depresión en la persona. Esta es una experiencia emocional negativa
provocada por la sensación de estar ―entrampado‖ entre lo aspirado, lo logrado y lo
realmente posible de alcanzar en ese momento.Una posible reacción ante la crisis de la
mediana edad es lo que se denomina ―midescencia‖ (middlescence). Es un término que se
utiliza para denominar un proceso similar al de la adolescencia durante la mediana edad. El
mismo se caracteriza por un nuevo esfuerzo de búsqueda de una nueva identidad. Esto
podría llevar a la persona a recurrir a patrones de comportamiento que no son típicos de su
edad, especialmente, patrones de vida típicos de adolescentes.Se considera que algunos
indicadores de esta crisis son: la inconformidad con los logros hasta el momento, el anhelo
por revivir épocas pasadas, buscar cambios en la apariencia (teñir cabello, realizarse
cirugías plásticas para rejuvenecer su cuerpo, usar ropa más juvenil, comprarse carros
deportivos (en hombres), involucrarse en relaciones con personas más jóvenes, etc).Si bien
algunas personas pasan por esta etapa de crisis (middlescence), hay otras que no lo hacen y,
por el contrario, experimentan el sentido de triunfo, pues sienten que cumplieron todas sus
metas establecidas y que pueden seguir desempeñándose de la manera que cada uno desee.
De acuerdo con la Teoría del desarrollo psicosocial planteada por Erikson, en la cual se
describen ocho etapas del ciclo vital o estadios psicosociales, la adultez intermedia
representa la etapa 7, etapa de Generatividad frente a estancamiento (desde los 40 hasta los
60 años aproximadamente). De acuerdo con Erikson la generatividad ―Es en esencia la
preocupación por establecer y guiar a la nueva generación‖. Es esta etapa, establecemos
nuestras carreras, establecemos una relación, comenzamos nuestras propias familias y
desarrollamos una sensación de ser parte de algo más amplio. Aportamos algo a la sociedad
al criar a nuestros hijos, ser productivos en el trabajo, y participar en las actividades y
organización de la comunidad. No alcanzar satisfactoriamente la etapa de generatividad da
lugar a un empobrecimiento personal o estancamiento. El individuo puede sentir que la vida
es monótona y vacía, que simplemente transcurre el tiempo y envejece sin cumplir sus
expectativas. Esto es visible en personas que han fracasado en las habilidades personales
para hacer de la vida un flujo siempre creativo de experiencia y se sienten apáticos y
cansados. Esta etapa también se caracteriza por un marcado esfuerzo por hacer cosas que
nos parece que tienen valor y significado en la vida (ej. ser un profesional que rinde un
servicio de excelencia). Además, hay un marcado interés por contribuir a la formación de la
generación que se está levantando. Normalmente, en esta etapa, las mujeres son más
asertivas y orientadas al logro, su autoestima se centra en el trabajo y en el sentido de
productividad
Menopausia
Los cambios físicos acompañan a los cambios emocionales, específicamente en las mujeres
que pasan de estar en una edad reproductiva a una edad en la que se da el cese de la función
reproductora. La menopausia puede tener como consecuencia cambios emocionales como
la depresión y la sensación de ser menos femeninas debido a que ya no pueden tener hijos;
esto es relativo, ya que esta sensación suele darse más en las mujeres que no pudieron tener
hijos y llegadas a esta edad tienen un sentimiento de arrepentimiento, ya que como se
mencionó anteriormente, la adultez intermedia es una etapa en la que se hace retrospectiva
y se contemplan las metas y sueños planteados en la adolescencia. Por otro lado, muchas
mujeres dicen disfrutar de esta etapa, ya que en la mayoría de casos los hijos ya crecieron y
ya no tienen un rol activo de madres, por lo que pueden darse tiempo para sí mismas, la
consideran una etapa ―fácil‖, ya que tienen mejor control de su vida, por lo que ya no está
posibilidad de embarazarse y no se dan los periodos menstruales. Por lo tanto, estos
cambios emocionales dependen no solo de los cambios hormonales que se producen
durante la menopausia, sino también de la percepción que tenga la mujer de lo que implica,
y también de cómo la cultura en la que vive la percibe, ya que en algunas culturas, como la
cultura hindú, la menopausia significa un nuevo estatus; mientras que en la cultura
occidental se da mucha importancia a la juventud, por lo que esto podría ser causa de que la
menopausia sea considerada como una mala experiencia
Familia
Pareja
En cuanto a las relaciones de pareja muchas veces en la adultez media puede haber una
pérdida de intimidad pero también es posible que al tener hijos ya grandes se produce un
reencuentro. En el primer caso se requiere un reordenamiento de la vida matrimonial, por el
fenómeno del nido vacío. Ahora se pueden abordar temáticas que antes no se podía por
dedicación a los hijos. Surgen conflictos que estaban latentes a lo largo de la vida de la
pareja que no se habían resuelto por alguna razón. Pasar más tiempo junto produce
dificultades en la relación diaria, se requiere un sistema diferente que permita un acomodo
real. La pareja constituye una fuente de aceptación de los cambios corporales.
Divorcio
Es más común hoy en día debido a los cambios socioculturales. Ahora las mujeres son
menos dependientes financieramente de sus maridos y hay menos obstáculos legales,
menos oposición religiosa y menos desdeño social asociado a él. Para un adulto medio la
ruptura de su matrimonio puede significar un golpe fuerte, se considera que el divorcio
parece ser más difícil en las mujeres quienes a cualquier edad sufren más efectos negativos
del divorcio que los hombres . Causas comunes del divorcio son abusos verbales, físicos y
emocionales por parte de su pareja, también encontramos diferencias entre los valores o
estilos de vida, infidelidad, abuso de alcohol, drogas o desamor. La mayoría de las personas
de esta edad se pueden recuperar después de esta ruptura , aunque en algunos casos las
mujeres sufren depresión y mucho estrés.
A partir del envejecimiento de los padres se produce una inversión de los roles. Significa
aceptar que son débiles, vulnerables y que se pueden morir en cualquier minuto. Aumenta
el sentimiento de vulnerabilidad personal y de responsabilidad.
Consiste en los sentimientos de angustia, tristeza, pérdida que experimentan los padres
cuando sus hijos empiezan a independizarse y se van de la casa para seguir con sus propios
proyectos de vida. Durante la adultez intermedia las personas pueden experimentar este
―síndrome‖, ya que en la mayoría de casos los hijos ya alcanzaron la mayoría de edad y
deciden irse para construir su propia familia o buscar su independencia. Esta separación
además de causar angustia y tristeza en los padres, incluso irritabilidad, se debe a que se
produce una ruptura emocional o pérdida de influencia por parte de los hijos. Es un cambio
radical, el cual requiere adaptación por parte de los padres. También aparecen sentimientos
de inutilidad, ya que los hijos ya no dependen de los cuidados ni del sustento de sus padres.
Todos estos cambios a los que se someten las parejas conllevan a que exista un
reordenamiento en la vida familiar
El ―síndrome del nido vacío‖ carece de entidad diagnóstica; sin embargo, se sabe que se
presenta con mayor frecuencia en la mujer, ya que es a ella a quien se le atribuye el rol de
cuidador. En la actualidad el ―síndrome‖ se puede dar tanto en el hombre como en la
mujer, ya que cada vez se da mayor igualdad con respecto a los roles que ambos cumplen
en la familia. Por lo general esta crisis lleva a que la pareja examine todo lo que han pasado
juntos a lo largo de los años, así como planificar proyectos en conjunto con lo que ambos
pueden sentir mayor tranquilidad.
Estrés
El estrés se manifiesta cuando las exigencias que se perciben en el ambiente, las tensiones y
los estresores superan la capacidad de la persona de poder enfrentarlos. El estrés es una
respuesta natural del organismo, el organismo se puede adaptar a las situaciones estresantes
pero esta capacidad varía en cada individuo. Se ven involucrados el cerebro, el cual percibe
el peligro real o imaginario, las glándulas adrenales las cuales se encargan de movilizar al
cuerpo para combatir el peligro y el sistema inmune. Cuantos más cambios estresantes
ocurran en la vida de una persona, mayor es la probabilidad que padezca una enfermedad
grave. El estrés se encuentra bajo escrutinio como factor de enfermedades propias de la
edad.
Se puede dar debido a varios factores, siendo los principales el trabajo, la familia y la
situación económica. En la adultez media se pueden presentar distintos factores estresores
como el cambio de trabajo o un cambio de puesto a uno que demande más tiempo,
reorganización de la familia, ya que en varios casos los hijos empiezan a independizarse; el
cuidado de los padres que ya son adultos mayores. Las emociones y el estrés están
estrechamente ligados. Las personas que presentar un cuadro de estrés suelen mostrar
abatimiento, tristeza, irritabilidad, apatía, indiferencia, inestabilidad emocional. El estrés
repercute en las relaciones sociales, familiares pues genera inquietud y ansiedad en la
persona.
Adultez tardía
Se llama adultez tardía a la última etapa del desarrollo humano. Esta va desde los 65 años
hasta la muerte. Si se ubica esta etapa en uno de los estadios de Erikson,22 el conflicto por el
que pasan los seres humanos corresponde al de integridad frente a desesperación: la meta
en esta etapa del desarrollo humano es lograr establecer una identidad del yo, y para lograr
esto se requiere una revisión de lo vivido, un reconocimiento de lo logrado en la vida y
la aceptación de los fracasosErik Erikson#Teor.C3.ADa psicosocial. El adulto mayor es un
sujeto que aún sigue en desarrollo. Según Pampel (1998), el anciano pasa por dos imágenes
distintas, una de dependencia y otra de persona con conocimiento y experiencia.
En la adultez, ya se espera que el sujeto tenga la capacidad de identificar y reconocer
las emociones propias y las ajenas, así como ejercer control adecuado de estas, teniendo en
consideración la inteligencia emocional.24 En esta etapa se presentan una serie de cambios.
En cuanto a lo físico, se ve que el cuerpo ya no tiene las mismas capacidades de antes. Por
otro lado, la muerte se torna más presente y con ello puede aparecer un sentimiento
de desesperanza. Es importante que en esta etapa se acepte a la muerte como una parte más
del desarrollo, con el fin de evitar la sensación de desesperanza.
Uno de los factores más relevantes durante el desarrollo en la adultez tardía son los
cambios físicos experimentados por los individuos. Uno de los más comunes es el deterioro
de la memoria, se disminuye la capacidad de evocar información de valor y adquirir
nuevos aprendizajes. Dicho cambio tiene efectos en la vida diaria, el funcionamiento social
y el laboral.
Tenemos por otro lado la presencia de la depresión ya sea crónica o persistente, que se
puede mostar en forma de tristeza, falta de concentración, llanto fácil, perturbaciones del
sueño, labilidad emocional, agitación e ideas de suicidio. Existen pruebas que indican que
el envejecimiento puede aumentar el riesgo de experimentar depresión. El índice de
mortalidad de los hombres y mujeres de la tercera edad que tienen depresión y sentimientos
de soledad es mayor que el de aquellos que están satisfechos con sus vidas. Estos
sentimientos de desesperanza y aislamiento suelen ser más comunes en las personas que
viven en asilos.
Relaciones interpersonales
La sociedad afecta de manera directa el desarrollo emocional de los adultos mayores ya que
existen ciertos estereotipos sobre la vejez que intervienen en sus relaciones interpersonales.
Hoy en día, no existe una cultura de la vejez ya que se suele considerar más los aspectos
negativos de la adultez tardía que logran una visión desvalorada de esta etapa. Por ejemplo,
se ve a los ancianos como personas que van llegando a su fin y no como merecedores del
mérito de haber transitado un largo camino.31 Esta connotación negativa se debe a las
referencias externas como la propia edad, que van generando, en la mayoría de personas,
una definición negativa de sí mismas, decir, la autopercepción se torna también negativa.
Por lo tanto, si la autoimagen tiene influencias negativas, entonces el autoconcepto y
el autoestima probablemente van a decaer32 Sin embargo, existen también estereotipos
positivos en los cuales se considera al adulto mayor como fuente de sabiduría ya que su
larga experiencia durante la vida lo dota de un estatus especial.
Las relaciones interpersonales influyen en el desarrollo emocional de los adultos tardíos al
tener efectos en la autoimagen, autoconcepto y autoestima
Todos estos estereotipos afectan la forma de relacionarse que se adopta hacia los adultos
mayores ya que sesgan a la sociedad a tener una aproximación distinta dependiendo de la
visión positiva o negativa que se tenga de ellos. Las relaciones interpersonales de los
adultos mayores, generalmente, se refieren a relaciones intergeneracionales, es decir, los
ancianos están rodeados de personas de distintas generaciones con las que deben vincularse
a menudo. Esto se debe a que la sociedad cambia de manera constante y rápida, y las
nuevas generaciones se disocian de las anteriores con el fin de diferenciarse. Según Radán
& Ramírez (1985), los estereotipos negativos llevarán, frecuentemente, a los adultos y
jóvenes a alejarse y evitar relacionarse con personas seniles.33 Por ello, los estereotipos
que las siguientes generaciones aprueben sobre los adultos mayores, servirá
como retroalimentación hacia su autoconcepto y, por ende, influirá en su desarrollo
emocional.