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“Conferencia 17 el sentido de los síntomas”

Video de Bertholet: Conferencia 17 -> síntoma como retorno de lo reprimido y en función de la represión. Freud
trabaja sobre dos casos de neurosis histéricas con síntomas obsesivos. ‘
Obsídere’: ocupar un lugar, sitiar, para no dejar salir.
Lo que se percibe como expresión de la neurosis son: rasgos de carácter obsesivos y síntomas (en
neurosis histérica y obsesiva, más en la obsesiva).
Síntomas obsesivos, Freud los divide en 3:
➔ pensamientos obsesivos,
➔ impulsos obsesivos,
➔ acciones obsesivas que pueden tomar la forma de rituales obsesivos.

Cada uno de estos síntomas es una defensa de la neurosis frente a lo reprimido. Los pensamientos pueden
ser en sí disparatados o indiferentes para el individuo. A menudo son el disparador de una forzada actividad de
pensamiento que deja exhausto al enfermo y a la que se entrega de muy mala gana. Se ve forzado contra su
voluntad a especular como si se tratara de sus más importantes tareas vitales. Los impulsos que sienten en el
interior de sí, pueden hacer una expresión infantil y disparatada, pero casi siempre tienen el más espantable
contenido. El resultado es siempre la huida y la precaución, no llegan a ejecutarse. Las acciones son arto
inofensivas, se convierten en tareas fastidiosas y casi insolubles. Los pensamientos son el primer modo
defensivo, cuando los pensamientos fracasan como defensa aparecen los impulsos, y cuando éstos fracasan
aparecen las acciones obsesivas más rígidas, limitantes de la libertad, se convierten en rituales que llevan
mucho tiempo en la cotidianidad.

La duda obsesiva, es un modo de pensar obsesivo. Es una forma de pensar donde el neurótico se está
debatiendo y se golpea la cabeza sin saber cómo salir del laberinto, no encuentra cómo definir un acto.

Tres elementos del síntoma: El sentido inconsciente del síntoma, la repetición del síntoma, el mensaje del
síntoma. Retorno de lo reprimido viene del sentido Icc.

Tarea del analista: descubrir aquellas situaciones del pasado en que esas situaciones, la idea estaba
justificada (tenía sentido) y la acción respondía a un fin, escenas que justificaban a determinadas acciones y
pensamientos que tenía el sujeto, pero que en la vida actual de éste no están más justificadas, no tienen
sentido. Forzar al paciente a que actúe “más razonablemente” no tiene resonancia. Ni el empuje al placer, ni
obligarlo a hacer o no hacer (por el lado del deber), ni exhortarlo a una prohibición son útiles cuando se trata de
un síntoma alimentado desde tiempos infantiles, siendo un retorno de lo reprimido. El paciente no puede hacer
otra cosa: puede desplazar la obsesión pero no suprimirla. Hay que conocer la causa del síntoma (en
Conferencia 23)

Anotaciones de por ahí:


➔ El síntoma, tramita la angustia o el conflicto, la defensa, o resistencia.
➔ El conflicto puede estar o no articulado con la angustia; la angustia como estructurante, estimula la
defensa, articulados con el complejo de castración, arraigado en un trauma.
➔ Síntoma como defensa, del conflicto psíquico y de la angustia. El síntoma como expresión que
emerge del conflicto psíquico alude al rechazo del yo por la pulsión sexual; en el síntoma se
encuentra una satisfacción pulsional (ganancia secundaria del síntoma). ----> Conferencia 23
“Conferencia 23: los caminos de la formación del síntoma”

Video de Bertholet: Conferencia 23 -> síntoma, no sólo como retorno de lo reprimido, sino como una nueva
modalidad de satisfacción pulsional.
Tres escenarios que puede haber fijaciones: en las prácticas y vivencias de la sexualidad infantil, en los
afanes parciales abandonados y en los objetos resignados en la niñez.
Los caminos de la formación de síntomas. Lo que camina en el aparato psíquico es la libido. Por regresión, la
libido, vuelve a los puntos de fijación (unwege). La fijación funciona como ‘imán’. Síntoma como movimiento
libidinal regresivo.
Freud propone dos vías regresivas:
➔ la de la represión: sentido de la vía Inconsciente
➔ la de la regresión: sentido de la pulsión en forma regresiva a los puntos de fijaciones
libidinales.

“Se llega por el síntoma a una satisfacción real” por los caminos de la libido”. Si hay regresión de la libido es
porque hay algo que la atrae; eso es la fijación. Puede ser trauma o fantasías de épocas infantiles.
Puede haber regresión a los puntos de fijación a las fantasías inconscientes, o a puntos de fijación de los
puntos traumáticos. No hay que confundir represión con regresión. La represión no tiene que ver con la
sexualidad y la regresión sí. La represión es una consecuencia del conflicto que en tiempos infantiles tenía
que ver con la sexualidad, la represión evita la sexualidad. La regresión sí tiene que ver con la sexualidad, la
misma implica un camino libidinal, de recuperación, una nueva modalidad de satisfacción pulsional. El alma
del síntoma es la satisfacción pulsional

Fantasía Las vivencias infantiles (recuerdo o construcción en análisis) son irrefutablemente falsas, a veces
verdaderas, la mayoría de las veces tienen una mezcla de verdadero y falso. Esto no le quita ninguna
importancia. Dimensión de la realidad psíquica, tiene mucho valor y consecuencia tanto como los
acontecimientos de la realidad misma. La realidad psíquica se impone a cada persona en sus síntomas, en
sus fantasías como ‘la realidad’.
Material con el que se construyen las fantasías: pulsiones. Las renuncia al placer que impone el principio de
realidad. No le basta la magra satisfacción que puede arrancar de la realidad. En la fantasía se sigue gozando
de la compulsión de la realidad exterior como del examen de la realidad. Fantasía-parques naturales: ahí
puede nacer lo que quiera nacer, inclusive lo inútil, o hasta lo dañino En la fantasía, la ganancia de placer, se
hace independiente de la aprobación de la realidad. Todo tiende a una ganancia de placer sin la necesidad de
tanto esfuerzo

Formación de síntoma-fantasía: la libido encuentra los caminos de los lugares de fijación gracias a las
representaciones de la fantasía. La condición de toda formación de síntoma es la fijación en algún momento
del desarrollo libidinal. La fantasía conduce el movimiento libidinal. Cuando las fantasías se orientan a
realizarse en la realidad objetiva, a veces pueden entrar en conflicto con el yo. Desde las fantasías
inconscientes la libido vuelve a migrar hasta sus orígenes en el Inconsciente, hasta sus lugares de fijación.

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