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Dificultades en el tratamiento psicológico de las conductas

adictivas

La motivación y el cambio

La ambivalencia suele manifestarse desde el primer momento en las demandas


de atención de los drogodependientes. En la mayor parte de los casos hablamos
de un estado motivacional disociado en el sujeto, en el sentido de que <<la
motivación por consumir se halla en constante forcejeo con la motivación por
vivir y recuperarse>>. Mientras el móvil por drogarse supere la motivación
positiva por la salud, sólo habrá pseudomotivación.

La falta de motivación para el cambio no tiene que ser concebida como un rasgo
de personalidad del adicto, sino como una característica de estado susceptible
de ser modificada mediante la utilización de cierto tipo de intervenciones. La
variable motivación se entiende aquí a partir de la operacionalización realizada
por Janis y Mann de los componentes motivacional y cognitivo implicados en
todo proceso de toma de decisiones relacionado con un posible cambio
conductual, concretados esencialmente en los beneficios (pros) y costes
(contras), para uno mismo y para los demás, de las diferentes alternativas
conductuales para abandonar la conducta adictiva (balance decisional). La
propuesta desarrollada por Prochaska y DiClemente, Modelo Transteorético de
Cambio, aporta un marco adecuado donde situar las intervenciones en función
del estado motivacional del paciente.

La patología dual

Aunque muchos de los cambios de conducta, humor y cognición observados son


el resultado del abuso de drogas o alcohol, éstos se resuelven cuando los
pacientes realizan un tratamiento de desintoxicación y permanecen libres de
sustancias. En algunos pacientes persisten signos y síntomas indicativos de un
trastorno psiquiátrico asociado después de conseguir la abstinencia. Este
hallazgo sugiere que muchos individuos pueden intentar automedicarse un
trastorno psiquiátrico concomitante con el consumo de drogas o alcohol. Los
estudios diagnósticos revelan índices diferenciales de trastornos concomitantes
en el eje I entre subgrupos específicos de consumidores de drogas. Los datos
de estos estudios deben ser considerados con precaución.

Algunas de las recomendaciones sugeridas por grupos de expertos en el


abordaje de los pacientes que presentan patología dual incluye:

 Los pacientes con patología dual precisan un programa especial que


integre los elementos tanto del tratamiento psiquiátrico como del de
drogodependencias;
 Tratar de forma adecuada las manifestaciones clínicas que lo requieran;
 Evaluar de forma cuidadosa el patrón de consumo de sustancias
psicoactivas para clarificar el origen y evolución de los síntomas;
 Establecer un diagnóstico independiente de la adicción sólo cuando los
síntomas reaparezcan o persistan tras un período significativo de
abstinencia.

Las recaídas

Las dificultades para adquirir conciencia sobre el trastorno, los trastornos


comórbidos asociados y la escasa motivación al tratamiento que presentan
algunos pacientes producen en algunos casos una baja adherencia a los
tratamientos, lo que tiene como resultado en muchos casos la aparición de
frecuentes recaídas en el consumo. El reconocimiento de la influencia del placer
inherente a muchos incumplimientos de propósitos debe incorporarse a cualquier
perspectiva del proceso de recaída. Estas consideraciones desmienten el hecho
de que las recaídas sean irracionales y estén más allá del control del individuo.

Los craving por el consumo tienden a ser automáticos y llegan a ser


<<autónomos>>; pueden continuar incluso aunque la persona intente
suprimirlos. Son los factores más importantes del abandono terapéutico y
resultan los causantes de las caídas en el consumo después de largos períodos
de abstinencia, sobre todo porque resurgen durante y después del tratamiento.

Investigadores y clínicos han revisado el condicionamiento clásico como un


mecanismo que puede estar sobre la base de la respuesta del consumidor de
drogas en la relación drogas-estímulos o señales, en el ambiente. Los
tratamientos con dependientes a drogas incluyen la intervención en procesos de
condicionamiento para prevenir recaídas durante la recuperación. Las terapias
cognitivo-conductuales proporcionan a los pacientes estrategias cognitivas para
manejar el craving y las situaciones que lo induzcan.

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