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Este documento describe los conceptos de recaída en drogodependencia y estrategias para su prevención. La recaída puede definirse como el retorno al consumo de drogas después de un periodo de abstinencia. Los programas de prevención de recaídas entrenan habilidades para hacer frente a situaciones de alto riesgo como estados emocionales negativos o presión social. Estos programas evalúan factores individuales de riesgo y desarrollan estrategias cognitivas y conductuales para mejorar la capacidad de afrontamiento ante situ
Este documento describe los conceptos de recaída en drogodependencia y estrategias para su prevención. La recaída puede definirse como el retorno al consumo de drogas después de un periodo de abstinencia. Los programas de prevención de recaídas entrenan habilidades para hacer frente a situaciones de alto riesgo como estados emocionales negativos o presión social. Estos programas evalúan factores individuales de riesgo y desarrollan estrategias cognitivas y conductuales para mejorar la capacidad de afrontamiento ante situ
Este documento describe los conceptos de recaída en drogodependencia y estrategias para su prevención. La recaída puede definirse como el retorno al consumo de drogas después de un periodo de abstinencia. Los programas de prevención de recaídas entrenan habilidades para hacer frente a situaciones de alto riesgo como estados emocionales negativos o presión social. Estos programas evalúan factores individuales de riesgo y desarrollan estrategias cognitivas y conductuales para mejorar la capacidad de afrontamiento ante situ
La complejidad para definir el concepto de recaída parece evidente si
tenemos en cuenta los múltiples significados que se le han otorgado a este término. Según Donovan (1996) en los diferentes trabajos se presentan distintas definiciones de recaída entre los que se considera a ésta como: a) Un proceso que gradualmente e insidosamente lleva a la iniciación del consumo de sustancia. b) Un evento discreto que se define por una caída o una vuelta al consumo de la sustancia. c) La vuelta al consumo de la sustancia con la misma intensidad que en los niveles anteriores al tratamiento. d) El consumo diario de la sustancia durante un determinado periodo temporal. e) Una consecuencia que lleva a la necesidad de iniciar de nuevo el tratamiento. “Cualquier retorno al comportamiento adictivo o al estilo de vida anerior, despues de un periodo inicial de abstinencia y cambio de estilo de vida que como mínimo ha de ser de uno a tres meses”
La recaída no debe considerarse, no obstante como una indicación de la
motivación que uno tiene, sino más bien como una falta que puede corregirse mediante un examen y cambiando los factores de riesgo indivduales. Aunque la recaída puede manifestarse de distintas formas, la característica más importante consiste en volver a consumir de forma regular la droga característica de abuso. El hecho de reemplazar una conducta adictiva por otra, podría considerarse como una señal potencial de desliz o reacída.
El concepto de afrontamiento se ha considerado como una forma de respuesta
individualizada a una situación externa o interna. En este paradigma cognitivo- conductual se hipotetiza que la puesta en práctica de determinadas estrategias de afrontamiento serían útiles a la hora de hacer frente de forma exitosa a las situaciones de recaída o de riesgo de consumo. Gran parte de los programas de intervención basados en los modelos de prevención de recaídas está dirigida al entrenamiento en habilidades de afrontamiento de situaciones de riesgo para el deseado mantenimiento de la abstinencia. Se parte de la idea de que algunos sujetos con dependencia del alcohol manifiestan déficits en alguna de las habilidades necesarias para mantener la abstinencia. El individuo experimenta una sensación de control mientras se mantiene abstinente. Cuando más largo es el periodo de abstinencia, mayor es la percepción de autocontrol que tiene la persona. Este control percibido continuará hasta que la persona se encuentre en una situación de alto riesgo (cualquier situación que represente una amenaza para la sensación de control de la persona y aumente el riesgo de recaída).
Tres situaciones de Alto Riesgo principales:
1. Estados emocionales negativos (35% de las recaídas) 2. Conflictos interpersonales (actual o relativamente reciente, matrimonio, amistad, relaciones de trabajo, etc.) (16% de las recaídas) 3. Presión social (20% de las recaídas)
Señales de aviso de los factores de riesgo
Pautas de pensamiento y actitudes de recaída: Actitudes negativas Autocompasión Tener dudas sobre el proceso de recuperación Impaciencia Esperar demasiado de los demás Mantener una actitud negativa y de insatisfacción crónica Confiar demasiado en uno mismo Que la vida no tenga sentido sin droga Mantener actitudes y creencias rígidas Probemas sexuales y de relación
Para Marlatt (1993), la prevención de recaídas (PR) es un programa de
autocontrol diseñado con el fin de ayudar a los individuos a anticipar y a afrontar los problemas de recaídas en el cambio de conductas adictivas. En este sentido el trabajo de prevención de recaídas en general está relacionado con el aumento de la capacidad individual para afrontar con éxito las situaciones de alto riesgo. Para ello, la PR combina los procedimientos conductuales de entrenamiento de habilidades, la terapia cognitiva y el re-equilibrio del estilo de vida. La integración de estas estrategias terapéuticas debe, por tanto, capacitar a los individuos a identificar: Primeramente el cuándo y dónde de las situaciones de riesgo, las señales de alerta, reconstruyendo detalladamente los pensamientos, imágenes, emociones y cómo ésto interactúa en el proceso de toma de decisiones (evaluación ideográfica). Este primer paso en la prevención de recaídas, marca una oportunidad de cambio, es decir, permite identificar claramente cuáles son los elementos cognitivos, emocionales, conductuales y ambientales que ponen en peligro su propósito de mantener la abstinencia, asimismo, permite ubicar los recursos y los déficit en habilidades de afrontamiento, con los cuales será posible establecer las estrategias particulares de entrenamiento. El segundo paso es el entrenamiento o desarrollo de habilidades o capacidades de afrontamiento, que abarcan tanto las respuestas conductuales como las cognitivas para afrontar las situaciones de alto riesgo. Sin embargo, es necesario enfatizar y agregar procedimientos específicos tendientes a la reestructuración cognitiva destinados a proporcionar al individuo cogniciones alternativas relacionadas con los cambios de hábitos (un proceso de aprendizaje).
La intervención en prevención de recaí- das (PR) es una de las áreas de
mayor desarrollo en la actualidad en el campo de la adicción a las drogas. Un aspecto esencial de los programas de PR es la evaluación individual de los procesos implicados en las recaídas: las situaciones de alto riesgo, las habilidades para reconocer tales situaciones y las estrategias de afrontamiento de los sujetos en esas situaciones.
El programa de tratamiento en PR debería prestar especial atención a las
áreas deficitarias del paciente, con el fin de definir los aspectos prioritarios del proceso terapéutico y planificar el programa de entrenamiento en habilidades específicas. Así, por ejemplo, los problemas de un individuo se pueden referir a la incapacidad para resistir la presión social, mientras que el problema fundamental de otro paciente puede ser su dificultad para afrontar las situaciones de soledad, etc.
Estrategias de evaluación en prevención de recaídas
En la actualidad, se dispone de varias estrategias e instrumentos de valoración de habilidades de afrontamiento y/o situaciones de riesgo, elaborados explícitamente para el desarrollo de procedimientos específicos de intervención en PR
1. Autorregistros: El empleo de autorregistros es un proceder muy habitual
en el campo de la adicción a las drogas Los autorregistros se utilizan, sobre todo, en el inicio de la intervención terapéutica, cuando el paciente aún no ha abandonado el consumo de la sustancia. Además, juegan un papel, si cabe, más importante cuando el objetivo del tratamiento no es la abstinencia total (por ejemplo, en los programas de bebida controlada) o en los programas de reducción gradual de consumo de cigarrillos. 2. Informes autobiográficos de recaídas: (descripción de recaídas pasadas) La descripción de recaídas pasadas también puede proporcionar información útil al clínico acerca de futuras situaciones de riesgo. El procedimiento consiste en que el paciente escriba o relate verbalmente, con sus propias palabras, una o varias experiencias de recaídas ocurridas en el pasado 3. Fantasías de recaída: La fantasía de recaída es una de las estrategias específicas para la evaluación de situaciones de alto riesgo propuestas por Marlatt y Gordon (1985). Consiste en que el sujeto debe imaginar cómo cree que podría ocurrir su vuelta al antiguo hábito de consumo de drogas. Es decir, el terapeuta evalúa las situaciones de riesgo potenciales a través de cómo el paciente percibe la posibilidad de una recaída y cómo cree que se sentiría y se comportaría en esa situación. 4. Cuestionarios o Autoinformes: Varias investigaciones han puesto de manifiesto que la utilización de autoinformes con problemas de drogas son generalmente precisos y correctos si la evaluación se lleva a cabo en una situación clínica adecuada, una vez que el paciente ya no se encuentra bajo los efectos de las drogas y cuando existe garantía de confidencialidad. 5. Observación directa: En la mayoría de las ocasiones, la observación directa en la situación real es difícil de llevar a cabo y resulta un método costoso por lo que no tiene una utilización sistemática en los estudios de la conducta de consumo de drogas. Este procedimiento se ha empleado sobre todo con pacientes alcohólicos y con fumadores, ya que su utilización con otro tipo de pacientes (por ejemplo, cocainómanos o heroinómanos) ofrece mayores costes e inconvenientes.
A lo largo del programa de intervención conductual el terapeuta tiene que
realizar una evaluación continuada de los siguinetes aspectos: 1. Situaciones de alto riesgo 2. Estados de ánimo negativos 3. Actitudes, pensamientos y sentimientos que desencadenan una recaída 4. Conductas de recaída 5. Otros factores (eventos vitales, trastornos mentales…)
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