1. La conducta está determinada, en parte, por sus consecuencias. Ej:
felicitación, muestras de cariño, una caricia, etc… son consecuencias que influyen en nuestro futuro comportamiento. 2. Los niños y los adolescentes entienden mejor las consecuencias que las razones. Ej: Su hijo comprende mejor la consecuencia: “cuando acabes de estudiar puedes salir con tus amigos”, que la razón: “Estudiar te va a ayudar en el futuro a encontrar un trabajo”.
1. Las consecuencias son un precedente de conductas futuras. Ej:
perder el tiempo para evitar hacer las tareas y ver que lo consigue así.
3. La repetición o extinción de una conducta depende en gran parte
de sus consecuencias. Ej: Dependiendo de las consecuencias que haya tenido perder el tiempo, llorar, gritar, repetirá o no esa conducta. Si le ha servido para conseguir su propósito la repetirá. 4. Los niños y adolescentes tienden a valorar las consecuencias de forma más concreta que los adultos. Ej: Jugar a un juego que le guste puede ser más importante para el niño, que llevar a cabo una acción altruista. 5. Dan prioridad a los efectos a corto plazo. Ej: Prefieren un premio hoy qué tres a finales de mes.