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1 hechos jurídicos: toda manifestación de la practica en la convivencia humana que cae bajo la
vigencia del derecho. Para ilustrarlo con el caso práctico, enumeraremos cuatro definiciones
fácticas:
-Préstamo de consumo (mutuum): lo definimos en su núcleo fáctico, dando, por tanto, una
definición parcial. Es, básicamente, un acuerdo de voluntades, entre prestamistas y prestatario,
datado y ubicado. Son dos voluntades que se declaran de manera convergente. El prestamista
seria Basilida y el prestatario, el marido. Exento de incapacidad por minoría de edad, ni de vicio
de la voluntad por coacción física, el error…
- consenso, en segundo lugar, la entrega de la cantidad prestada(datio rei). Y, por último,
la firma o forma, quedando en constancia el negocio. Esta última, serán los prestamistas y
prestatarios los que la propongan, pudiéndose ser oral, aunque poco a poco se va requiriendo
más la forma escrita. Con el desarrollo de los años, podría ser un escrito privado o público.
Cuando tenemos un escrito público diríamos que estamos ante un hecho notorio, siendo prueba
directa y absoluta ya que lo que dice un funcionario publico vale por sí sólo.
-Hipoteca (hypotheca): carácter accesorio respecto del anterior. Estamos ante el acuerdo de
voluntades, acreedora y deudor, dos voluntades internas exentas de incapacidades (en este caso
no va seguido de la entrega de nada ya que el deudor sigue en la posesión del bien hipotecado),
aquí hay un acuerdo de voluntades, consensus y forma, y por tanto cuando se trata de bienes
inmuebles que están en el censo, sujetos al pago de los tributos (centesima rerum venalium),
tanto su compraventa como su donación (para todo tipo de traspasos) han de ser escritos en el
censo. En definitiva, tendríamos la forma que sirve cómo validez de negocio probatorio, al
igual que anteriormente, elemento externo prueba absoluta y directa y en el interno, prueba
indirecta.
-hecho ilícito: como el dolo civil (importante diferenciarlo del dolo penal). Consiste en
maniobras fraudulentas que anulan la volunta, contraria a la buena fé. Esto se debe probar con
resolución judicial, al ser un elemento interno, es un indicio indirecto.
de posiciones subjetivas enfrentadas, tratando de llegar a una respuesta, que suponga el
triunfo de una de las posiciones en litigio, o bien de una tercera vía que presente
elementos procedentes, en parte, de una y, en parte, de otra.
En este sentido, la argumentación jurídica muestra dos manifestaciones fundamentales.
La primera de ellas es la relativa a la acreditación de aquellos hechos jurídicos que
conforman el caso práctico. Se trata de dar respuesta a la denominada quaestio facti.
Mientras que el segundo modo de argumentación, centrado en la llamada quaestio iuris,
viene a determinar cuál es, en concreto, el Derecho aplicable al caso que ha sido
acreditado previamente2.
14.1 La idea de prueba de los hechos jurídicos, expresados mediante proposiciones
descriptivas
Ante todo, prueba es actividad cognoscitiva de la práctica jurídica, realizada tanto en vía
extraprocesal preventiva como procesal, tendente a poner de manifiesto la certeza y
credibilidad de las alegaciones de hecho realizadas por el sujeto. Más en particular, la
prueba se circunscribe a determinados trámites procesales relativos a la aportación del
material indiciario y a su valoración. Se trata de un deber o carga, onus probandi, que
corresponde a una de las partes, sin perjuicio de la competencia del magistrado-juez. En
el proceso civil y en el proceso penal acusatorio, corresponde plenamente a la parte
interesada que alega y afirma un hecho, mientras que, en el proceso penal inquisitivo, el
magistrado asume la función instructora.
Definimos la prueba, probatio factorum, como argumentación o inferencia judicial,
cuyas premisas son los indicios notorios, directos o indirectos, aportados por la parte
correspondiente, para llegar a la conclusión de la acreditación o no del caso concreto
cuestionado3. A partir de la recepción de la Dialéctica y la Retórica, distinguimos cuatro
modalidades: A.- Reconocimiento inmediato de hechos exentos; B.- Prueba principal
por indicios notorios directos; C.- Prueba supletoria por indicios notorios indirectos
(praesumptio facti vel hominis) y D.- Criterios supletorios
A.- Reconocimiento inmediato de hechos exentos
Tiene por objeto los hechos que pasamos a definir a continuación:
2 Ante todo, tenemos presente la expresión “da mihi factum, dabo tibi ius”, máxima de origen canónico
que es indicativa del principio dispositivo frente al inquisitivo. Asimismo, iura novit curia (principio
medieval de raíz romana, que impone al juez el deber de conocer el Derecho, de asesorarse y de
interpretarlo, sin poder alegar oscuridad; De qua re iudex cognoverit pronuntiare cogendus erit: D. 5, 1,
7, 4 pr.). Puede incluso corregir el razonamiento demostrativo de las partes. Estos aforismos establecen
una dualidad de regímenes jurídicos, puesto que, por un lado, imponen a las partes litigantes, actor y reo,
la carga de la prueba de los hechos alegados, onus probandi, y, por otro, imponen al magistrado-juez el
deber de conocer el derecho y resolver cualquier caso que pueda plantearse.
4 A partir de los hechos acreditados, se plantea el problema de la determinación del Derecho aplicable,
quaestio iuris. Se trata de una inferencia que realiza el juez, poniendo en conexión el ordenamiento
jurídico y el caso, considerando las argumentaciones de las partes. Pero la interpretación no basta; es
preciso ir más allá y considerar, además, la “ponderación de la equidad”, a propósito de la cuantificación
de los elementos del caso, así como de la coherencia entre los precedentes y subsiguientes. En último
término, es precisa la efectiva “aplicación” del Derecho, en virtud de una decisión de la voluntad que
acata la disposición declarativa o que la impone de modo forzoso.
o Por acto voluntario del cumplimiento
o En defecto del pago voluntario, tenemos un proceso ejecutivo y la
correspondiente extinción
- La compraventa (exenta de dolo y de cualquier incapacidad):
o Imperativo de la ley, obligación atnto del comprador como del vendedor.
Derivan las obligaciones y acciones, siendo bilateral y consensual.
o Por acto de acatamiento, extinción de las obligaciones
o En defecto de lo anterior, el proceso ejecutivo forzoso.
Los “derechos reales”, tanto de prenda como de hipoteca, nacen de esos contratos o
acuerdos de voluntades entre el acreedor y el deudor de una relación obligatoria
preexistente. Consisten en una garantía añadida, en favor del acreedor, ante la
eventualidad de incumplimiento del deudor.
7 Asílo establece un breve rescripto que figura en Código 4, 21(20): Dolum ex insidiis perspicuis probari
convenit. Es conveniente que el dolo sea probado mediante indicios externos accesibles a los sentidos.
CASO PRÁCTICO:
En primer lugar, se realiza un contrato de préstamo entre los cónyuges Basilida (esposa)
y M. (marido), donde Basilida presta una cantidad de 1000 proveniente de sus bienes
parafernales. Además, se establece un contrato de hipoteca complementario, donde
Basilida se convierte en la acreedora hipotecaria y M. en el deudor hipotecario,
hipotecando un inmueble de propiedad de M.
Posteriormente, se lleva a cabo un contrato de compraventa del inmueble hipotecado
entre M. como vendedor y C. como comprador. M. entrega el inmueble a C. y este paga
un precio de 2000 acordado por tasación pericial.
Más tarde, M. fallece por causas naturales y se declara la existencia de un testamento en
el que su hermano H. es instituido como heredero universal. H. acepta la herencia
testamentaria.
Después de restituir la dote a la viuda Basilida y pagar los impuestos de sucesiones y
otras deudas vencidas, H. se da cuenta de que no hay suficiente dinero para pagar la
deuda pendiente de 1000 a Basilida. Ante la falta de liquidez, H. declara suspensión de
pagos y solicita la apertura del concurso de acreedores.
En estas circunstancias, el abogado de Basilida ejerce la acción hipotecaria real contra
C., el comprador del inmueble hipotecado, con el objetivo de embargar y venderlo en
una subasta pública.
A su vez, el abogado de C. presenta una demanda reconvencional contra Basilida y el
administrador del patrimonio concursal de M., alegando la falta de validez de la
compraventa debido a engaño y fraude, y solicitando la restitución del precio pagado y
del inmueble gravado.
Basilida niega cualquier participación en la compraventa y considera inverosímil que
M. haya faltado a su deber de veracidad. El administrador del patrimonio concursal
también se opone a la restitución del precio recibido por M.
Los autores clásicos reconocen la garantía de una obligación monetaria a través del
contrato y los derechos reales de prenda e hipoteca. Distinguen entre la prenda real con
entrega de posesión y la prenda convencional sin entrega. El término "hypotheca" está
relacionado con la práctica de gravar bienes inmuebles con hipotecas legales en las
provincias helenísticas. Se reconoce la prioridad temporal en la constitución sucesiva de
hipotecas y en la ejecución privilegiada a favor del acreedor hipotecario. En la vida
práctica, puede surgir la impugnación de un contrato de compraventa por parte de un
comprador que alega dolo por parte del vendedor. La responsabilidad civil se centra en
la invalidez del negocio impugnado y la reparación de los perjuicios causados. La
prueba del dolo recae en el comprador, quien debe presentar elementos objetivos
externos. En el caso descrito, se establece un contrato de préstamo entre cónyuges, con
Basilida como prestamista y M. como prestatario, formalizado ante notario.d