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Carrera

 Farmacia
Asignatura
 Inmunología

Tema a investigar
Reconocimiento antigénico porcélulas T,
Año
 3
Docente
 Jimmy Ticay Calero
Integrantes
 Julio Perez
 Tatiana Reyes
 Jobelka Palma
 Jasiry Robles Gutiérrez
 Perla Gonzales
 Wilmary Castillo

23/9/2023
Introducción

La inmunología se centra en el estudio de los componentes del sistema


inmunológico, como los glóbulos blancos (linfocitos), los órganos linfoides (como
los ganglios linfáticos y el bazo), y las moléculas involucradas en la respuesta
inmunológica, como los anticuerpos.

Además, la inmunología investiga cómo el sistema inmunológico reconoce y


elimina a los agentes extraños, como bacterias, virus, hongos y parásitos, así
como a células cancerosas. También se ocupa de los trastornos del sistema
inmunológico, como las enfermedades autoinmunes, alergias e
inmunodeficiencias.
Objetivo general
El objetivo general del reconocimiento por células T es entender como las células
T reconocen y responden a los antígenos
Objetivos específicos
Conocer los componentes del sistema de reconocimiento de la célula TCR
moléculas y correceptores entre otros.
Reconocimiento de antígenos por células T

En cambio, con las inmunoglobulinas, que interactúan con patógenos y sus


productos tóxicos en los espacios extracelulares del cuerpo, las células T sólo
reconocen antígenos extraños desplegados sobre la superficie de las células
propias del cuerpo. Estos antígenos pueden derivar de patógenos, como virus o
bacterias intracelulares, que se replican dentro de células, o de patógenos o sus
productos que las células han internalizado mediante endocitosis desde el líquido
extracelular.

Las células T detectan la presencia de un agente patógeno intracelular porque las


células infectadas despliegan sobre su superficie fragmentos peptídicos de las
proteínas del patógeno. Tales péptidos extraños se llevan hacia la superficie
celular por medio de glucoproteínas especializadas de las células hospedadoras,
las molé-culas del MHC. Éstas se codifican en una agrupación grande de genes
que se identificaron primero por sus efectos potentes sobre la respuesta
inmunitaria a tejidos trasplantados. Por tal razón, el complejo de gen se llamó el
complejo principal de histocompatibilidad (MHC), y las glucoproteínas de unión a
péptido se conocen como moléculas del MHC. El reconocimiento de antígenos
como un fragmento peptídico pequeño unido a una molécula del MHC y
desplegado en la superficie celular, es una de las características más distintivas
de las células T, y es el tema de esta parte del capítulo. En el capítulo 5 se
describe la manera en que los fragmentos peptídicos de antígenos se generan y
se relacionan con moléculas del MHC.
Aquí se describen la estructura y propiedades de los receptores de células T
(TCR). Como es de esperar, con base en su función como estructuras de
reconocimiento de antígenos muy variables, los genes que codifican para
receptores de células T se encuentran estrechamente relacionados con los que
codifican a las inmunoglobulinas. Sin embargo, hay diferencias importantes entre
los receptores de células T y las inmunoglobulinas, que reflejan las características
especiales del reconocimiento de antígenos por células.
Los receptores de células T son muy similares a los fragmentos
Fab de inmunoglobulina.
Los receptores de células T se identificaron por vez primera al usar anticuerpos
monoclonales que se unieron a una línea de células T clonada única: esos
anticuerpos inhiben de modo específico el reconocimiento de antígenos por la
clona o la activan de manera específica al simular al antígeno (Apéndice I, sección
A-19). Estos anticuerpos clono típicos se utilizaron más tarde para mostrar que
cada célula T porta casi 30 000 receptores de antígenos idénticos sobre su superfi
cie; cada receptor consta de dos cadenas poli peptídicas denominadas cadenas
de receptor de células T 𝛂 (TCR𝛂) y 𝛃 (TCR𝛃), enlazadas por un enlace disulfuro.
Los heterodímeros 𝛂: 𝛃 tienen estructura muy similar al fragmento Fab de una
molécula de inmunoglobulina (fi g. 3-11), y explican el reconocimiento de
antígenos por casi todas las células T. Una minoría de estas células porta un
receptor alternativo, pero similar desde el punto de vista estructural, formado de un
par diferente de cadenas poli peptídicas designadas 𝛄 y 𝛅. Los receptores de
células T 𝛄: 𝛅 parecen tener diferentes propiedades de reconocimiento de
antígenos respecto a los receptores de células T 𝛂: 𝛃, y la función de las células T
δ en las respuestas inmunitarias no está por completo clara (sección 2-34).

Los receptores de células T reconocen antígenos en forma de un complejo de un


péptido extraño unido a una molécula del MHC

El reconocimiento de antígenos por receptores de células T difiere con claridad


del hecho por receptores de célula B y anticuerpos. El reconocimiento de
antígenos por células B comprende la unión directa de inmunoglobulina a los
antígenos intactos y los anticuerpos típicamente se unen a la superficie de
antígenos proteínicos (sección 3-8); hacen contacto con aminoácidos que son
discontinuos en la estructura primaria, pero que se juntan en la proteína plegada.
En cambio, las células T muestran respuesta a secuencias de aminoácidos
contiguas cortas en proteínas. Estas secuencias a menudo están sepultadas
dentro de la estructura natural de la proteína y, así, los receptores de células T no
pueden reconocerlas.
La naturaleza del reconocimiento de antígenos por células T quedó clara
cuando se hizo evidente que los péptidos que estimulan dichas células sólo se
reconocen cuando están unidos a una molécula del MHC. De esta manera, el
ligando reconocido por la célula T es un complejo de péptido y molécula del
MHC. La evidencia de participación del MHC en el reconocimiento de antígenos
por células T al principio fue indirecta, pero en fecha reciente se probó de modo
concluyente al estimular células T con complejos de péptido: MHC purificados.
Los receptores de células T interactúan con este ligando al hacer contacto con la
molécula del MHC y con el péptido antígeno.

Hay dos clases de moléculas del MHC con distinta composición


de subunidad, pero con estructuras tridimensionales similares

Hay dos clases de moléculas del MHC: MHC de clase I y MHC de clase II; difieren
tanto en su estructura como en el modelo de expresión en los tejidos del cuerpo.
Ambas clases de moléculas se encuentran relacionadas en forma estrecha en
cuanto a estructura general, pero difieren en su composición de subunidad (figs.3-
15 y 3-16). En ellas, los dos dominios proteínicos pareados más cercanos a la
membrana semejan dominios de inmunoglobulina, mientras que los dos dominios
más lejos de la membrana se pliegan y se unen entre sí para crear una hendidura,
o surco, larga que es el sitio en el cual se une un péptido. Los complejos de
péptido: MHC de clase I y péptido: MHC de clase II purificados se caracterizan
desde el punto de vista estructural, lo que permite describir en detalle a las molé-
culas del MHC y la forma en la que se unen a péptidos.
Las proteínas de superficie celular CD4 y CD8 de células T son necesarias para
una respuesta eficaz a antígenos.

Además de unir un ligando de péptido: MHC con su receptor de antígenos, las


células T hacen interacciones adicionales con la molécula del MHC que estabiliza
la interacción y son necesarias para la respuesta eficaz a antígenos. Las células T
caen en dos clases principales que tienen funciones efectoras diferentes y se
distinguen por la expresión de las proteínas de superficie celular CD4 y CD8. CD8
es transportada por células T citotóxicas, mientras que a CD4 la transportan
células T cuya función es activar otras células (sección 1-19). CD4 y CD8 se
conocieron como marcadores para estos diferentes grupos funcionales de células
T durante algún tiempo antes de que quedara claro que tal distinción se basó en
su capacidad para reconocer las diferentes clases de moléculas del MHC: CD8
reconoce moléculas del MHC de clase I, y CD4 las de clase II. Durante el
reconocimiento de antígenos, las moléculas CD4 o CD8 (dependiendo del tipo de
célula T) se relacionan en la superficie celular con los receptores de células T, y se
unen a sitios invariables en la porción del MHC del ligando de péptido: MHC
compuesto, lejos del sitio de unión a péptido. Esta unión es necesaria para que las
células T tengan una respuesta eficaz y, así, CD4 y CD8 se llaman correceptores.

Un subgrupo diferente de células T porta un receptor alternativo


formado de cadenas 𝛄 y &

Durante la búsqueda del gen que codifi ca para la cadena TCRα, se descubrió en
forma accidental otro gen parecido al receptor de células T. Este gen se llamó
TCRγ, y su descubrimiento llevó a una búsqueda de más genes que codifi can
para receptores de células T. Se identifi có otra cadena de receptor al usar
anticuerpos contra la secuencia predicha de la cadena γ, y se llamó cadena δ.
Pronto se descubrió que una población minoritaria de células T porta un tipo
distinto de receptor de células T formado de heterodímeros γ:δ más que de
heterodímeros α:β. El desarrollo de estas células se describe en las secciones 7-
11 y 7-12.
La estructura cristalográfica de un receptor de células T γ:δ revela que, como se
esperaba, tiene forma similar a los receptores de células T α:β (fi g. 3-28). Los
receptores de células T γ:δ pueden estar especializados en la unión a ciertas
clases de ligando, incluso proteínas de choque por calor y ligandos no peptídicos
como ligando fosforilados o antígenos lípidos mico bacterianos. Es probable que
los receptores de células T γ:δ no estén restringidos por las moléculas del MHC de
clases I y II “clásicas”. Pueden unirse al antígeno libre, de un modo muy parecido
a como lo hacen las inmunoglobulinas, o unirse a péptidos u otros antígenos
presentados por moléculas parecidas a MHC no clásicas, o efectuar ambas
acciones. Éstas son proteínas que semejan moléculas del MHC de clase I pero
que son relativamente no polimórficas (cap. 5). Aún se sabe poco acerca de cómo
los receptores de células T γ:δ se unen a antígenos y, así, cómo funcionan estas
células, y cuál es su participación en respuestas inmunitarias. La estructura y el
reordenamiento de los genes que codifican para receptores de células T γ:δ se
revisan en las secciones 4-11 y 7-12.}
Los receptores para antígenos en casi todas las células T
Los receptores para antígenos en casi todas las células T, los receptores de
células T α:β, están compuestos de dos cadenas de proteína, TCRα y TCRβ, y
semejan en muchos aspectos un fragmento Fab único de inmunoglobulina. Los
receptores de células T siempre están unidos a membrana. Los receptores de
células T α:β no reconocen antígenos en su estado natural como lo hacen los
receptores inmunoglobulina de células B, sino que reconocen un ligando
compuesto de un antígeno peptídico, unido a una molécula del MHC. Las
moléculas del MHC son glucoproteínas muy polimórficas codificadas por genes en
el complejo principal de histocompatibilidad (MHC). Cada molécula del MHC se
une a una amplia variedad de
péptidos distintos, pero las variantes de cada uno reconoce en forma preferente
grupos de péptidos con secuencia y características físicas particulares. El
antígeno peptídico se genera dentro de la célula, y se une de manera estable en
una hendidura de unión a péptido sobre la superficie de la molécula del MHC. Hay
dos clases de estas moléculas, y se encuentran unidas en sus dominios no
polimórficos por moléculas CD8 y CD4 que distinguen dos clases funcionales
diferentes de células T α:β. CD8 se une a moléculas del MHC de clase I, y puede
unirse de modo simultáneo al mismo complejo de péptido:MHC de clase 1 que
está siendo reconocido por un receptor de células T; así, actúa como un
correceptor y aumenta la respuesta de células T; CD4 se une a moléculas del
MHC de clase II y actúa como un correceptor para receptores de células T que
reconocen ligandos de péptido:MHC de clase II. Un receptor de células T
interactúa de manera directa tanto con el péptido antigénico como con
características polimórficas de la molécula del MHC que lo despliega, y esta doble
especificidad fundamenta la restricción por MHC de las respuestas de células T.
Un segundo tipo de receptor de éstas, compuesto de una cadena γ y una δ, es
similar desde el punto de vista estructural al receptor de células T α:β, pero parece
unirse a diferentes ligandos, incluso no peptídicos. Se cree que no está restringido
por MHC. Se encuentra en una minoría de la población de células T, las células T
γ:δ.
Conclusiones

El reconocimiento antigénico por células T es un proceso fundamental en la


respuesta inmunitaria del organismo. Las células T son capaces de identificar y
reconocer moléculas antigénicas presentadas por las células presentadoras de
antígeno, lo que desencadena una respuesta inmunitaria específica.
Bibliografía
Murphy.Kenneth.Travrs.Paul.Walport.Mark. (2009). Inmunobioloigia de Janeway. Mexico :
McGrawHill.

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