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EVALUACIÓN 2 Historia y Evolución de Derecho II

Realizar un ensayo donde tienen que incluir todo el núcleo temático II, y al
final del ensayo realizar un pequeño análisis

Las obligaciones conjuntas o mancomunadas.


-. La obligación conjunta o mancomunada y la obligación solidarias. La obligación

Indivisible con sujetos plurales. La obligación solidaria: carácter, clases de solidaridad


según los sujetos y según su origen. La solidaridad activa. La solidaridad pasiva: fuentes,
efectos: cuestión de la obligación y cuestión de la contribución. La solidaridad mixta:
semejanzas y diferencias entre las obligaciones solidarias y las obligaciones
mancomunadas.

Las obligaciones conjuntas o mancomunadas.

En este tipo de obligaciones la prestación se divide en tantas partes cuanto sean los sujetos activos
o pasivos. Lo fundamental es que al dividirse, en ella surgen tantas obligaciones independientes
cuanto sean los sujetos. Cada acreedor tiene derecho a exigir una parte de la prestación y cada
deudor está obligado a cumplir una cuota de esa misma prestación.

La obligación mancomunada existe cuando cada acreedor sólo tiene derecho a pedir una parte de
la prestación total y cuando en su caso cada deudor sólo tiene que cumplir una parte de la misma
(partes viriles deberi) . Dentro de la obligación mancomunada hay dos tipos:

Activa: Cada acreedor sólo puede exigir separadamente la parte que resulte de dividir el contenido
de la prestación por el número de acreedores.

Pasiva: Cada deudor sólo puede ser demandado para el cumplimiento de la prestación debida en
la porción que le corresponda.

Por tanto hay que afirmar que la concurrencia de dos o más acreedores o de dos o más deudores
en una sola obligación, sin que de algún modo conste la solidaridad, produce como efecto que el
crédito o la deuda se presumirán divididos en tantas partes iguales como acreedores o deudores
existan.
La obligación mancomunada nace en el Derecho Romano, lo normal era que no hubiera más que
un sólo deudor y un sólo acreedor; sin embargo puede que haya varios deudores, varios
acreedores o ambas cosas a la vez. Esta pluralidad de sujetos puede ser bien inicial o con
posterioridad a la constitución de la obligación. Cuando dicha variedad se produce la obligación se
reparte y cada acreedor tiene derecho a exigir y cada deudor debe cumplir la porción o cuota
correspondiente. Este concepto aparecerá por primera vez en la época de Justiniano.

Cuando varios deudores asuman una prestación indivisible cada uno estará obligado a toda la
prestación. Se establece la presunción de que se suponen divididos el crédito y la deuda entre los
acreedores y los deudores, y precisamente en tantas partes iguales como acreedores y deudores
existan.

Esta regulación ofrece de peculiar que basta la concurrencia de acreedores o de deudores para
que, por regla general, se estime que la obligación que ha nacido como única deba de cumplirse
como si se tratara de créditos o de deudas independientes. Sin embargo, las concurrencias del
origen común de la relación obligatoria no pueden desaparecer tan fácilmente y por completo.

En caso de pluralidad de deudores cabe preguntar si la consideración de que sus deudas distintas
unas de otras significa que la insolvencia de uno o algunos de ellos no repercutirá en aumento de
responsabilidad de los demás individuos frente a un acreedor único. Si alguno de estos deudores
resultare insolvente, no estarán los demás obligados a suplir la falta.

Así, parece claro que la insolvencia de uno de los deudores mancomunados no ha de repercutir en
la responsabilidad de los demás. No obstante si se demostrara que uno de los deudores ya era
insolvente a la hora de realizar un negocio jurídico sería procedente poner en duda la actuación, o
que la repercusión de la insolvencia no fuera procedente.

La presunción de que el crédito o la deuda están divididos tiene carácter relativo y admite prueba
en contrario, no sólo por lo que afecta a esta división; sino igualmente por lo que se refiere a la
igualdad de las fracciones. De la interpretación de lo convenido por los interesados puede resultar
una división en fracciones desiguales.

La consecuencia de la división, como ya hemos dicho, es que los créditos y las deudas se
repartirán. El acreedor mancomunado sólo podrá exigir la cuota que le corresponda y el deudor de
igual clase cumplirá por completo pagando solamente su parte. De igual modo, los demás actos
extintivos o los modificativos de la relación obligatoria sólo pueden tener por objeto lo relacionado
con la parte del crédito o la deuda de que se trate.

El efecto peculiar da las obligaciones mancomunadas no puede producirse cuando no sea posible
cumplir por partes lo que los acreedores tienen derecho a exigir separadamente y lo que los
deudores están igualmente obligados a cumplir por separado. Pero como tampoco podrá exigir la
totalidad de la prestación uno sólo de los acreedores ni deberá cumplirla uno sólo de los
deudores, por no tratarse de una obligación solidaria, la única solución posible es exigir que
actúen conjuntamente los acreedores y los deudores.

Si la división fuere imposible, sólo perjudicaran al derecho de los acreedores los colectivos de
estos y sólo podrá hacerse efectiva la deuda procediendo contra todos los deudores. Si alguno de
ellos resultare insolvente, no estarán los demás obligados a suplir su falta.

Sin embargo, como esta actuación conjunta de acreedores y de deudores viene impuesta por el
hecho de ser materialmente indivisible el contenido de la prestación, su necesidad sólo se
mantiene mientras persista tal carácter indivisible. Por ello entre las reglas de las obligaciones
divisibles e indivisibles encontramos que la obligación indivisible mancomunada se resuelve en
indemnizar daños y perjuicios desde que cualquiera de los deudores falta a su compromiso. Los
deudores que hubiesen estado dispuestos a cumplir los suyos, no contribuirán a la indemnización
con más cantidad que la porción correspondiente del precio de la cosa o del servicio en que
consistiere la obligación.

Por tanto, cuando la prestación ha quedado sustituida por indemnizar daños y perjuicios, ya puede
producirse el efecto de la mancomunidad en la deuda, dividiéndose entre los deudores la suma a
pagar por tal concepto.

En las obligaciones mancomunadas, cuando el acreedor no reclame de uno de los deudores más
que la parte que le corresponda, no se interrumpe por ello la prescripción respecto a los otros
codeudores”. Esta regla se refiere a las obligaciones mancomunadas, pero ha de entenderse
igualmente que cuando la prestación es indivisible la reclamación del acreedor contra un solo
deudor no interrumpe tampoco la prescripción respecto a los otros deudores (de lo contrario
serían deudores solidarios), y a la misma conclusión hay que llegar por lo que se refiere a la
constitución en mora.
Como conclusión y como resumen de todo lo dicho podemos decir que en la mancomunidad de
acreedores cada uno podrá hacer valer contra el deudor el crédito que corresponde a su cuota. El
obligado o deudor único frente a varios acreedores mancomunados lo está por razón de una sola
deuda y el número de acreedores sólo significa el número de cuotas en que se divide la deuda.
Esta quedará totalmente extinguida cuando cada acreedor haya recibido la porción que le
corresponde. Si se trata de un caso de mancomunidad pasiva, es decir, resultante de la pluralidad
de obligados, también existirá una sola deuda que afectará por separado. El número de deudores
significará el número de partes en que se fracciona la prestación debida para que cada uno de
aquellos pueda pagar por separado la cuota que le corresponda.

En las obligaciones parciarias cada uno de los sujetos tiene derecho solamente a una parte del
crédito, en el caso de que existan varios acreedores; y cada uno de ellos sólo deberá pagar una
parte de la deuda, si es que existen varios deudores. Es decir tanto el crédito como la deuda se
dividen o prorratean entre los sujetos de la obligación

Las obligaciones simplemente conjuntas o mancomunadas

Son aquellas en que existen varios deudores y/o varios acreedores y cada uno está facultado para
cobrar su cuota.

Los efectos de las obligaciones simplemente conjuntas o mancomunadas son:

1. Cada acreedor solo puede exigir su cuota del crédito

2. Cada deudor está obligado solo a su cuota de la deuda

3. La interrupción de la prescripción que afecta a uno, no grava a los otros.

4. La culpa de uno no grava a los otros

5. La mora de uno no grava a los otros

6. La insolvencia de uno de los deudores no grava al resto.

Obligaciones Mancomunadas Divisibles


Pluralidad de acreedores

Cuando exista mancomunidad de acreedores la prestación se fragmenta en varios créditos


independientes que recaen sobre una parte de la misma. Naturalmente, esto sólo suele suceder
cuando la obligación sea divisible. El derecho romano presume iuris tantum (admite prueba en
contrario) dos cosas distintas. En primer lugar, que la obligación mancomunada en principio no es
divisible. En segundo lugar, que la división entre los acreedores debe hacerse por partes iguales.
Cada crédito es independiente de los demás, por lo que la conducta de un acreedor concreto no
puede beneficiar ni perjudicar a los demás. Los acreedores tienen legitimación individual para
reclamar su crédito, tanto judicial como extrajudicialmente, y además poseen la plena disposición
sobre él.

Pluralidad de deudores:

La obligación se divide en tantas deudas como deudores haya. Como ya señalábamos en el caso de
mancomunidad de acreedores, se presume iuris tantum ya que la obligación es divisible, y,
además, que la división lo es en partes iguales. Cada deuda es independiente de las demás, de
modo que el acreedor debe exigir el cobro a todos los deudores para obtener la prestación
íntegramente. Las vicisitudes de cada deuda en nada afectan al resto: así, por ejemplo, la
insolvencia de uno de los deudores; de igual modo, los actos de disposición hechos por el acreedor
sólo afectan a cada una de las deudas individuales sobre las que dichos actos recaen (el acreedor
podrá por ejemplo condonar a un deudor pero exigir el pago a otro).

Existe la posibilidad de que haya simultáneamente una situación de mancomunidad de


obligaciones divisibles que ligue a una pluralidad de deudores con una pluralidad de acreedores.
En este caso, cada deudor deberá pagar la parte que le corresponda en la deuda a los distintos
acreedores en la proporción que dichos acreedores tengan en el total del crédito. Imaginemos, por
ejemplo, que hay tres deudores y dos acreedores, todos ellos por partes iguales, en una obligación
pecuniaria (que naturalmente es divisible) por un importe total de 120 ases. Cada deudor debe
individualmente 40 ases, y cada acreedor puede exigir únicamente la mitad de esos 40 ases (20
ases) a cada uno de los deudores individualmente considerados.

Se plantea un problema cuando existe una pluralidad de sujetos, porque todos han de actuar
conjuntamente, si es una obligación indivisible; cuando es divisible, cada cual podrá exigir o se le
podrá exigir una parte. En el Derecho Romano antiguo se consideró que se producía
automáticamente la solidaridad cuando el objeto o prestación fuera indivisible y existiera una
pluralidad de sujetos. Después se advirtió que esto no era necesario ya que lo que cuenta en
último término es la voluntad de las partes, y si esta fuera contraria a la solidaridad de la
obligación se debía considerar como parciaria.

La indivisibilidad da lugar a que cuando existe una pluralidad de sujetos obligados, estén todos
ellos obligados a colaborar en la ejecución de la prestación. Pero si se hace imposible por parte de
uno de los deudores, los demás no responderán por ello y se producirá una obligación parciaria de
indemnización proporcional al valor de la prestación.

Habiendo varios acreedores y siendo la obligación indivisible, sólo perjudicarán los derechos de
estos los actos en los que intervengan todos ellos, es decir, un acreedor no puede extinguir la
obligación por su cuenta.

Obligaciones solidarias

En este tipo de obligaciones existen varios sujetos activos o pasivos y un único objeto o prestación
y cada uno de los deudores está obligado a realizar por entero la prestación y cada uno de los
acreedores puede exigir también la prestación íntegra. Hay solidarias activas cuando son varios
acreedores y solidarias pasivas cuando son varios deudores, también se llaman correales.

Las obligaciones solidarias pueden nacer de tres fuentes:

- Contrato. La stipulatio es la fuente principal de la solidaridad. Los contratos consensuales y los


reales, el mutuo también son fuentes de obligaciones solidarias.

- Testamento. Es fuente desde el punto de vista activo como pasivo.

- Ley. En época justinianea las obligaciones que nacían de delitos que antes eran cumulativas se
convirtieron en solidarias.

Un problema importante es el derecho de regreso ¿Qué sucedía cuando un deudor solidario


pagaba la obligación totalmente y como recurría para que los demás le paguen la parte
correspondiente? Cuando uno de los acreedores solidaros, cobraba toda la prestación, ¿qué
medios tenían los otros acreedores para cobrar su parte? En época clásica para que hubiera una
acción de regreso de manera que el deudor que pagó tenía que cobrar a los otros, era necesario
que hubiera una relación interna entre ellos.

Si bien es cierto que la solidaridad es únicamente una pequeña parte de los elementos que
integran la teoría de las obligaciones es de suma importancia conocerla a forma ya que esta se
puede dar en diferentes casos variando su forma, naturaleza. Condición y por último pero no por
eso menos importante generando diferentes efectos.

Concepto Etimológico

Etimológicamente, la palabra solidaridad tiene su raíz en el latín, si bien su procedencia no es


directamente de la lengua latina, sino a través del francés, que parece ser el primer idioma en
utilizarla. La raíz latina está en la familia de las palabras de sólidas, con el significado de “sólido”,
“compacto”, “entero”. En esta raíz etimológica de la palabra encontramos el de las obligaciones
contraídas in solidum , que expresará la idea de compartir el destino entre personas que tienen
entre si una relación contractual.

Concepto Jurídico:

Los conceptos dados a conocer por los principales tratadistas del derecho son muy diversos por los
que resaltaremos los principales elementos que los constituyen, Una vez realizado esto
procederemos a la elaboración de un breve análisis comparativo de ellos para terminar con la
construcción de un nuevo concepto, esto con el propósito de proponer un mejor y más completo
concepto.

Los diversos autores coinciden en que la solidaridad es una forma o modalidad de las obligaciones
que se caracteriza por la multiplicidad de su jetos que tienen el deber de cumplir una obligación, o
bien ser acreedores de una prestación.

Se define esta modalidad de las obligaciones como la que está caracterizada por la existencia de
sujetos múltiples que pueden exigir o deben cumplir la prestación en su integridad, sea por
haberlo convenido así o por imposición de la ley. Los coparticipes constituyen un consorcio, debe
haber unidad en el objeto, y debe existir pluralidad de vínculos. La solidaridad tiene dos fuentes
posibles: la voluntad y la ley, lo que da origen a do tipos de solidaridad la convencional y la legal
respectivamente.

Los elementos que constituyen el concepto antes señalado son:

1) La solidaridad es un tipo de obligación, que se caracteriza por la multiplicidad de sujetos que


toman parte de ella.

2) Los sujetos de la solidaridad pueden ser tanto deudores como acreedores.

3) Esta obligación se contrae por mandato de la ley o bien por haberlo acordado contraerla en esta
modalidad.

4) Es imperativa la existencia de un solo objeto y la multiplicidad de sujetos obligados a cumplir o


facultados para exigir el cumplimiento de esta obligación.

5) La solidaridad constituye una relación de carácter obligatoria e imperativa, por lo que esta
puede ser exigida una vez que se cumpla un término o condición.

Para conocer una figura legal tan compleja como lo es la solidaridad, es de suma importancia
conocer el origen y evolución de esta. Es por eso que en este documento hemos decidido incluir la
historia, desde el nacimiento, de esta hasta los cambios que ha ido sufriendo a través de la historia
y por concepto de la adopción de esta por distintas y tan diferentes culturas en muy variados
lugares del mundo y épocas.

Roma ha demostrado ser la cuna de las más importantes instituciones jurídicas y sociales a través
de la historia, como prueba de esto basta con enlistar algunas de ellas como los son la familia, el
matrimonio, los contratos, entre otros. En el caso de la solidaridad no existe excepción ya que esta
figura que ha viajado a lo largo de la historia y de las civilizaciones tuvo su origen en aquel
magnifico imperio.

La figura de la solidaridad ha sido poco estudiada desde su punto de vista histórico y por si fuera
poco ha surgido un gran debate por la distinción de dos figuras que parecen haber surgido de una
misma fuente, más la evidencia empírica señala que no fue así. Las figuras o modalidades de las
obligaciones a las que nos referimos son: Las obligaciones correales y las obligaciones solidarias.
Sobre las obligaciones solidarias podemos referir que su origen se remonta a la época de
Justiniano quién opto por transformar los casos clásicos de las obligaciones cumulativas por
solidarias. El emperador busco esta sustitución basado en un principio de moralidad ya que el
concebía como impermitible el enriquecimiento ilegítimo. De esta manera podemos afirmar que el
antepasado de las obligaciones solidarias son las cumulativas y que en la época de Justiniano
sufrieron su primera transformación.

Basados en la información que a continuación presentamos queremos demostrar que la


solidaridad como modalidad de las obligaciones, tal cual, como hoy la conocemos no proviene de
las obligaciones in solidum como tanto se ha planteado, sino que provienen de una fuente
completamente distinta, de las obligaciones correales.

Como ya hemos dicho, en las obligaciones solidarias al igual que en las obligaciones parciarias
encontramos otros casos de obligaciones con pluralidad de sujetos.

Si se trata de varios acreedores, hablamos de la solidaridad “activa” si hablamos de varios


deudores, se denomina solidaridad “ pasiva”. Y si es varios acreedores a la vez, hablamos de
solidaridad mixta.

En las obligaciones solidarias, a diferencia de lo que sucede con las parciarias, cada deudor debe
pagar la deuda en su totalidad. El pago efectuado por uno de los deudores solidarios extingue la
obligación y libera a los demás codeudores de realizar el pago. El que pagó puede a su vez cobrar a
los otros codeudores la parte que les corresponde, así como el acreedor que recibió el pago debe
responder ante los demás acreedores para satisfacer el pago que a cada acreedor le corresponde.

Al respecto el Digesto de Justiniano nos dice lo siguiente en su libro 45 en el segundo título.

a) El que estipula se llama acreedor estipulante y el que promete se dice deudor prominente.

b) Cuando dos personas prometieran a la vez la misma cantidad, o la estipularan, se debe de


propio derecho a cada una o debe cada una el todo solidariamente; por eso la obligación entera se
extingue por la demanda o la aceptación de una de ellas.

c) Los prominentes solidarios se obligan debidamente cuando responden (prometo) o


(prometemos) a la pregunta (¿prometéis?).

Obligación in Solidum.
En el supuesto de que varias personas han causado juntas un daño, sin que resulte posible
distinguir en es perjuicio la parte de unas y otras, cada una, por haber causado así la totalidad del
daño, debe repararlo enteramente.

En este supuesto se podía demandar la reparación integral del daño o perjuicio causado a
cualquiera de los culpables. Esto se basa en el principio de que la culpa de los demás autores no
tiene por qué disminuir la responsabilidad de otros. Por lo mismo únicamente se podía recibir en
una sola ocasión la indemnización dejando a un lado a los demás autores del daño, sin embargo
esto no los libraba de su culpabilidad.

Al estudiar esta figura podemos concluir que la fuente de esta, únicamente podía ser una
conducta delictual. Por lo que la voluntad de las partes no jugaba un papel en el supuesto, de ahí
que se le conozca como una obligación imperfecta.

SOLIDARIDAD ACTIVA

Al contrario de otros países como México, nuestro código civil niega la existencia de solidaridad
entre acreedores, así una característica de solidaridad activa es cuando la deuda aparece a favor
de dos o más personas, cada una de ellas se tiene como apoderada general de la otra y está
habilitada para realizar el cobro total de la deuda.

SOLIDARIDAD PASIVA

Permite, entre otras cosas, el derecho de elegir entre los codeudores al de mayor solvencia y en
caso de insolvencia de alguno de los codeudores, esa situación es soportada por lo demás
codeudores y no por el acreedor.

SOLIDARIDAD NO UNIFORME

Ocurre cuando las circunstancias de los codeudores son diferentes por haberlo así pactado con el
acreedor, siempre que haya unidad de vínculo y unidad de prestación. Ejemplo: el otorgamiento
de un plazo diferente de los otros.

DEFENSAS DE LOS CODEUDORES SOLIDARIOS


Cada deudor puede oponer excepciones contra el acreedor reclamante, (las de naturaleza de la
obligación, las que tienen su fundamento en el origen o contenido de la obligación solidaria, y las
de los demás codeudores en la parte de responsabilidad patrimonial de ese codeudor).

ACCION DE REGRESO: el pago que realice un codeudor en forma total, extingue la obligación con
respecto de todos en relación con el acreedor, pero mantiene el derecho de reclamar a cada uno
de los codeudores su parte en la deuda que pagó por ellos, lo que se conoce como la acción de
regreso o acción de reembolso.

DESCARGO EXPRESO Y TACITO DE SOLIDARIDAD

El acreedor de la obligación solidaria tiene la facultad de renunciar expresamente a la solidaridad


y con ello, a sus beneficios, con lo cual se opera el descargo de solidaridad a favor de uno, varios o
todos sus deudores y la obligación que antes era solidaria, se convierte en mancomunada simple si
el acreedor descarga a todos los deudores.

FUENTES DE SOLIDARIDAD

La obligación solidaria solo se genera por pacto expreso, por testamento o por disposición de la
ley. No es posible presumirla, en virtud de que es mucho más onerosa para los codeudores y más
beneficiosa para el acreedor y excepcionalmente las partes convienen en esta clase de
obligaciones, precisamente por las consecuencias jurídicas que representa y por ser excepción.

Características:

a) Surge de un acto puramente criminal.

b) La litis contestatio que afectaba a uno de los deudores in solidum no libera de responsabilidad a
los demás deudores.

c) El deudor que pagaba contaba con un recurso llamado “actio pro socio” en contra de los demás
deudores.

d) Existen tantas obligaciones como sujetos.

Principales diferencias entre las obligaciones in solidum y las solidarias.


Modernamente no se había de obligaciones correales. Sin embargo, los romanos en la época
clásica hacían una diferencia entre la solidaridad y la correalidad. Pero posteriormente la
solidaridad y la correalidad se confundieron bajo el nombre de la primera (solidaridad), pero
mientras subsistió la diferencia cada una tuvo caracteres propios. Hasta podría decirse que en
Roma las obligaciones solidarias fueron correales o solidarias propiamente tales.

a) En las obligaciones solidarias o correales es indispensable el factor del acuerdo de voluntades


mientras que en las imperfectas este factor no podía darse.

b) Las obligaciones perfectas se caracterizan por la existencia de una sola obligación mientras que
en las in solidum existen tantas obligaciones como sujetos.

c) La obligación se extinguía con una litis contestatio para todos los sujetos de una obligación
correal, mientras que en las imperfectas esto no sucedía.

Con la comparación entre estas dos figuras podemos comprender que la solidaridad tal y como la
conocemos hoy en día es el resultado de un largo proceso histórico. En la actualidad se suele usar
como un sinónimo la correalidad y las obligaciones in solidum sin embargo, ahora podemos y
debemos distinguirlas para evitar seguir cayendo y provocando una confusión generalizada sobre
el tema.

La solidaridad activa. La solidaridad pasiva: fuentes

Según la multiplicidad de sujeto esta es la división correspondiente:

Solidaridad Activa: Se da bajo el supuesto de que el crédito corresponde íntegramente a todos y a


cada uno de los acreedores, y cualquiera de ellos puede reclamar y recibir la prestación total; y si
el deudor paga a uno de ellos, queda liberado respecto de los demás.” .

Como podemos observar dentro de este supuesto la multiplicidad de sujetos da dentro de los
acreedores por lo que genera características propias y exclusivas, las cuales serán explicadas con
detenimiento más adelante.

Solidaridad Pasiva. Se constituye cuando “cada deudor se obliga por sí a cumplir la prestación, de
modo que el acreedor puede exigir la prestación íntegra (solidum) de cualquiera de ellos; y
cumplida por uno de los deudores, los demás quedan liberados frente al acreedor.”.
A diferencia de la solidaridad activa podemos encontrar la multiplicidad de sujetos dentro de los
deudores por lo cual sería impensable creer que puede tener las mismas características que esta,
por lo cual más adelante se explicaran sus propiedades exclusivas y se diferencian entre las
propias de la activa y la mixta.

Solidaridad Mixta. Se consolida en el momento “en que existan simultáneamente varios


acreedores y varios deudores se suele hablar de solidaridad mixta; pero estos supuestos son poco
frecuentes. De otra parte la problemática planteada por la solidaridad mixta se deduce del
entrecruzamiento y combinación de las reglas legales previstas para la solidaridad activa y pasiva.”

Solidaridad activa.

La solidaridad activa es una derivación de la clasificación dada a la obligación especial de la


solidaridad atendiendo a la multiplicidad de sujetos en la cual se plantea que se da bajo el
supuesto de que el “crédito corresponde íntegramente a todos y a cada uno de los acreedores, y
cualquiera de ellos puede reclamar y recibir la prestación total; y si el deudor paga a uno de ellos,
queda liberado respecto de los demás.”.

La solidaridad es activa cuando la obligación está constituida a favor de varios acreedores, cada
uno de los cuales tiene título para pretender la totalidad debida.

Como podemos observar en este tipo de obligación el deudor queda obligado en su totalidad a
cualquiera de los acreedores. EL pago puede hacerse a cualquiera de ellos, con la excepción de
que el deudor haya sido demandado ante el órgano jurisdiccional correspondiente por uno de los
acreedores quién será el beneficiario inmediato.

El fin práctico de la obligación solidaria en su modalidad de activa puede ser estudiado desde dos
distintos puntos de vista. El primero consistente en el estudio de los beneficios adquiridos por los
acreedores y el segundo desde el punto de vista de los beneficios adquiridos por los deudores.

La primera tendencia que será analizada dentro del presente estudio es la referente a los
beneficios adquiridos por los acreedores. Esta se basa principalmente en la facilitación del cobro
del crédito ya que cualquiera de los acreedores podrá hacerlo, generalmente lo hará al que las
circunstancias lo señalen como el más apto en aquel momento. Lo cual da el beneficio de que los
demás acreedores pueden invertir el tiempo que hubieren perdido reclamando el pago en
cualquier otra acción que convenga a su propio interés.
En contramano podemos estudiar su fin práctico desde el punto de vista que analiza los beneficios
recibidos por el deudor en esta modalidad de las obligaciones. El principal beneficio del deudor
consiste en el pragmatismo ya que este evita el tener que establecer una relación con cada uno de
los acreedores. Ya que si no existiera esta figura el deudor se vería obligado a contraer una
obligación de manera individual y directa con cada uno de los acreedores.

Riesgos y peligros de la solidaridad activa.

La figura de la solidaridad activa hoy en día es prácticamente inexistente pues las diversas
corrientes de estudio han señalado a largo de la historia moderna del derecho que el costo
beneficio de esta práctica es muy alto. Esto principalmente por el hecho de que los mismos
acreedores se encuentran en una relación en la que existe un riesgo relativamente alto en la
relación entre ellos mismo y de la misma manera con la interacción que desarrollan con el deudor
por los motivos que a continuación se expondrán.

Para comprender el por qué se ha desvirtuado el uso de este tipo de obligación es de suma
importancia partir de un antecedente histórico situado en la antigua Roma el cual establece que la
correalidad activa tenía un doble interés. ”Como no existía la representación judicial, el acreedor
hacia que el deudor prometiera pagarle a él mismo o a la persona por la que se hiciera representar
aquel…”

Uno de los riesgos que corre cada uno de los acreedores es que queda a merced del acreedor que
recibe el pago, esto por qué aquel recibe de forma íntegra la totalidad de la deuda. Si analizamos
este punto podemos comprender que el acreedor normalmente corre los riesgos típicos de
incumplimiento del deudor sin embargo en las obligaciones solidarias activas estos riesgos se
duplica pues en primera instancia el riesgo existe con el deudor originario y posteriormente con el
acreedor solidario que por el simple hecho de haber cobrado la deuda se transforma en nuevo
deudor. Cada uno de los acreedores o todos juntos pueden exigir de todos los deudores solidarios
o de cualquiera de ellos, el pago total o parcial de la deuda.

Otro de los riesgos percibidos por la doctrina española consiste en que dejando de lado el hecho
de que el autor reciba la totalidad de la deuda existe la posibilidad de que alguno de los
acreedores solidarios pudiera llegar a acordar con el deudor la cancelación de la deuda o bien
pactar cambios sobre la prestación original.
Si bien es cierto que ya sea mencionado el riesgo de que uno de los acreedores solidarios reciba la
totalidad de la prestación, es de suma importancia plantear que sucedería en el supuesto de que
aquel acreedor cayera en insolvencia. En este supuesto existiría una afectación directa a todos los
demás acreedores ya que el acreedor se transforma en un deudor mancomunado con respecto a
los demás acreedores, quién por su situación económica no podría sanar la obligación que
contrajo de forma indirecta.

Por los motivos antes señalados la doctrina ha propuesto, con el propósito de generar certeza
jurídica, que en lugar de crear obligaciones solidarias activas se creen obligaciones simples y en el
supuesto de la necesidad de representantes se otorguen mandatos. Una de las ventajas que se
establecerían en este caso es la disminución en el riego de cobro de la prestación. Esto por el
hecho de que se establecería una relación exclusiva, directa e inmediata entre las partes.

Ante la existencia de tantos y tan grandes riesgos para los acreedores esta figura jurídica ha
quedado prácticamente desuso principalmente en materia civil, por lo que su importancia es
mucho menor a la solidaridad pasiva.

Efectos de la solidaridad activa.

Después de haber estudiado la solidaridad activa debemos comprender que esta consta de dos
principales momentos. Primero la relación entre los coacreedores y el deudor y segundo la
relación entre los acreedores una vez que la obligación se ha terminado. Como hemos podido ver
ambas etapas son igual de complejas ya que en cualquier momento los acreedores se encuentran
en riesgo de perder la prestación. Es por eso que el estudio de los efectos de esta figura jurídica
también debe ser dividido en estos dos momentos.

Efectos entre los acreedores y el deudor.

Cualquiera de los acreedores puede demandar del deudor la totalidad de prestación.

El acreedor puede demandar únicamente la parte que por derecho a él le corresponde.

El deudor puede hacer el pago a cualquiera de los acreedores.

En caso de que el deudor sea demandado por uno de los acreedores ante el órgano jurisdiccional
correspondiente el pago se deberá hacer a aquel que haya demandado.
El pago realizado por el deudor a cualquiera de los acreedores lo libera completamente de la
obligación.

Cualquiera de los acreedores tiene la facultad de extinguir la obligación por cualquier forma salvo
pacto en contrario.

Cualquier acto constituido a petición de uno de los acreedores beneficia a los demás acreedores.

Efectos en la relación entre acreedores una vez extinguida la obligación.

En el momento en que una obligación solidaria activa es sanada por el deudor se da un fenómeno
de mutación. Este fenómeno consiste primero en la transformación de una obligación solidaria a
una mancomunada y segundo el acreedor pierde su personalidad de acreedor para convertirse en
un nuevo deudor. Estas dos etapas de transformación serán explicadas a continuación.

Cuando uno de los acreedores solidarios recibe el pago del deudor este pierde su personalidad de
acreedor, pues la obligación ha sido sanada. Sin embargo al ser poseedor de la totalidad de la
prestación nace una nueva obligación respecto a los demás acreedores.

La nueva obligación resultante de este fenómeno no es más que una obligación mancomunada
activa pues los demás acreedores conservan su personalidad de acreedores mientras que este es
su deudor. Hay que recordar que en esta modalidad de las obligaciones el deudor se obliga con
cada uno de los deudores por la parte proporcional de la prestación.

Por los elementos señalados anteriormente afirmamos de manera categórica la existencia de una
mutación en la obligación desprendida del cumplimiento de la primera.

Fuentes de la solidaridad activa.

La fuente, origen o lugar de procedencia de la solidaridad activa constituye una característica más
de esta modalidad de las obligaciones, pues generalmente se mencionan como fuentes de la
solidaridad la voluntad de las parte, contratos testamentos y a la ley, sin embargo esta última
jamás puede llegar a constituir la solidaridad activa.

La principal fuente de las obligaciones es la voluntad de los particulares. Esto debido a que es la
forma en que las personas capaces de contraer obligaciones la utilizan amoldándola para los fines
que a ellos convengan. Gracias a este principio se ha garantizado la utilización de esta figura, ya
que los deudores la adaptan a sus necesidades con el fin de evitar establecer varias relaciones. Es
importante señalar que esta puede ser tan gravosa o beneficiosa como las partes lo pacten pues
es resultado exclusivo de su voluntad.

Esta fuente de la solidaridad activa se divide a su vez en dos. La primera que es conocida como
convencional que es la contenida en los contratos y acuerdo de voluntad entre las partes y la
segunda llamada solidaridad testamentaria, contenida como su nombre lo indica en los
testamentos.

La solidaridad pasiva convencional es la más común pues es aquella que se da por el acuerdo de
voluntades y es empleada cotidianamente para buscar evitar el establecimiento de varias
relaciones que pueden terminar siendo perjudiciales por el tiempo que debe dedicarse a cada una
de ellas. Esta se puede encontrar con facilidad en los contratos en los que se estipula la existencia
de un deudor y la existencia de dos o más acreedores.

La solidaridad testamentaria es aquella que podemos encontrar en los testamentos. Esta puede
contener el beneficio para un beneficiario proveniente del patrimonio de dos o más personas.

Solidaridad Pasiva.

Esta vertiente de la solidaridad se da cuando cada deudor se obliga por sí a cumplir la prestación,
de modo que el acreedor puede exigir la prestación íntegra (solidum) de cualquiera de ellos; y
cumplida por uno de los deudores, los demás quedan liberados frente al acreedor.

La solidaridad pasiva es aquella en que hay un acreedor y varios deudores, en que el objeto de la
prestación es naturalmente divisible, pero que en virtud de la convención de las partes, del
testamento o de la ley, el acreedor puede exigir el total de la deuda a cada uno de los codeudores,
de manera que el pago que opera entre un codeudor y el acreedor, extingue la obligación respecto
de todos los demás codeudores.

Como podemos ver diferencia de la solidaridad activa encontramos la multiplicidad de sujetos


dentro de los deudores lo cual la diferencia por completo de la solidaridad activa. Esto la hace
completamente diferente en todos los aspectos de cualquier otro tipo de solidaridad, por lo que
su aplicación es mucho más común. Es naturaleza le las características propias que a continuación
explicamos.
Elementos característicos.

Pluralidad Subjetiva: Es una de las principales características de esta modalidad de las obligaciones
pues es indispensable la existencia de más de un deudor. La multiplicidad de sujetos obligados al
cumplimiento de una la misma pretensión ante un solo acreedor es la característica que da la su
naturaleza a este tipo de solidaridad.

Además de la mancomunidad, habrá solidaridad activa, cuando dos o más acreedores tienen
derecho para exigir, cada uno de por sí, el cumplimiento total de la obligación; y solidaridad pasiva
cuando dos o más deudores reporten la obligación de prestar, cada uno de por sí, en su totalidad,
la prestación debida.

Unidad de la Prestación: El objeto debido por todos codeudores es el mismo, por lo que puede ser
exigido por el acreedor a cualquiera de los deudores. El pago de uno de los deudores al acreedor
sana la obligación sin embargo los demás deudores permanecen obligados por la parte
proporcional de la deuda con aquel que haya pagado.

El deudor solidario que paga por entero la deuda, tiene derecho de exigir de los otros codeudores
la parte que en ella les corresponda. Salvo convenio en contrario, los deudores solidarios están
obligados entre sí por partes iguales. Si la parte que incumbe a un deudor solidario no puede
obtenerse de él, el déficit debe ser repartido entre los demás deudores solidarios, aun entre
aquellos a quienes el acreedor hubiere libertado de la solidaridad. En la medida que un deudor
solidario satisface la deuda, se subroga en los derechos del acreedor.

El acreedor en esta modalidad de la solidaridad puede exigir el cumplimiento de la obligación a


cualquiera de los deudores o bien, a todos de manera simultánea. Esta facultad del acreedor es la
que ha facilitado la proliferación de esta figura ya que el acreedor se protege garantizando el
cumplimiento de la prestación.

El pago hecho por cualquiera de los deudores extingue la obligación con el acreedor original. Este
principio se fundamenta en el hecho de que todos los deudores deben la misma prestación, sin
embargo quedan obligados con aquel que hubiese cumplido con la obligación. El pago hecho a uno
de los acreedores solidarios extingue totalmente la deuda.

Fuentes de la Solidaridad Pasiva.


Para poder enumerar, describir y explicar cuáles son las fuentes de la solidaridad pasiva en
importante comenzar por explicar lo que es una fuente.

En general, fuente es el principio u origen de una cosa, el lugar donde nace o se produce algo. Es el
principio, el fundamento, el origen, la causa o la explicación de una cosa. Cuando hablamos del
origen de la norma jurídica, nos referimos a los hechos que le dan nacimiento, a las
manifestaciones de la voluntad humana.

Las fuentes del Derecho son los actos o hechos pasados de los que deriva la creación, modificación
o extinción de normas jurídicas.

Una vez que hemos dejado en claro a través de la explicación lo que son las fuentes del derecho
procedemos a la descripción explicación de las fuentes de esta figura jurídica.

Las fuentes de la solidaridad pasiva, lugar de donde proviene, son principalmente dos. Primero la
voluntad privada de los particulares y en segundo plano la ley.

La primera fuente de las obligaciones es la voluntad de los particulares. Esta fuente es sin duda
alguna la más importante. Esto debido a que es la forma en que las personas capaces de contraer
obligaciones la utilizan amoldándola para los fines que a ellos convengan. Gracias a este principio
se garantizado la utilización de esta figura ya que los acreedores la adaptan a sus necesidades con
el fin de protegerse de los deudores, obligándolos de forma individual y colectiva a pagar la
prestación que con ellos hayan convenido. Es importante señalar que esta puede ser tan gravosa o
beneficiosa como las partes lo pacten pues es resultado exclusivo de su voluntad.

Esta fuente de la solidaridad pasiva se divide a su vez en dos. La primera que es conocida como
convencional que es la contenida en los contratos y acuerdo de voluntad entre las partes y la
segunda llamada solidaridad testamentaria, contenida como su nombre lo indica en los
testamentos.

La solidaridad pasiva convencional es la más común pues es aquella que se da por el acuerdo de
voluntades y es empleada cotidianamente para buscar la protección del acreedor. Esta se puede
encontrar con facilidad en los contratos en los que se estipula la existencia de un acreedor y la
existencia de dos o más deudores.
La solidaridad testamentaria es aquella que podemos encontrar en los testamentos. Esta se
establece por el testador en beneficio de sus herederos, en esta modalidad la multiplicidad de
sujetos se puede encontrar en los herederos, quienes serán beneficiarios del testador.

En segundo plano encontramos a la ley como fuente de la solidaridad pasiva, ya que en algunos
casos los legisladores han creado ficciones con el propósito de proteger a la sociedad o bien como
medio de sanción.

En el primer supuesto referente a la protección entregada por los legisladores a los acreedores
podemos encontrar como ejemplo la legislación francesa en la que se establece lo siguiente: el
marido de una mujer que sea tutora es cotutor, responsable solidariamente para con el pupilo.

Como podemos ver en el supuesto anterior en ningún momento se manifestó la voluntad de las
partes, sin embargo la solidaridad pasiva existe entre las partes.

En el supuesto que establece a la solidaridad pasiva como sanción podemos observar que se busca
castigar a los codeudores que tengan culpa en común con el propósito de obligarlos a responder
por los daños que hayan causado. Este supuesto se puede dar cuando no se pueda establecer las
afectaciones causadas por las acciones de cada uno de los autores del crimen.

Utilidad de la Solidaridad Pasiva.

A diferencia de lo que ocurre con la solidaridad activa, la solidaridad pasiva tiene una tremenda
utilidad, porque actúa como una verdadera caución personal, toda vez que el acreedor contara
con tantos patrimonios donde hacer efectivo su crédito como codeudores solidarios haya. Desde
esta perspectiva la solidaridad pasiva, se asemeja a la fianza, porque en esta última también existe
más de un patrimonio donde hacer efectivo el crédito, sin embargo, la solidaridad pasiva, presenta
dos ventajas que no presenta la fianza:

Los codeudores solidarios no pueden oponer el beneficio de excusión. El beneficio de excusión es


aquel del que goza el fiador para exigirle al acreedor que antes de proceder a cobrar el crédito
sobre sus bienes, persiga el cobro de los bienes del deudor principal. Esto se debe a que el fiador
es un codeudor subsidiario, o sea, solo responde en el evento que el deudor principal no
responda. Habiendo dos o más fiadores y en el caso que el deudor principal no responda los
fiadores pueden exigir que el crédito se divida o fraccione entre los distintos fiadores, de manera
que no es posible exigirle el total de la deuda a uno solo de los fiadores. En el caso de la
solidaridad, el codeudor solidario debe pagar íntegramente toda la deuda.

Efectos de la solidaridad Pasiva.

Al igual que como sucedió con la solidaridad activa, después de haber estudiado la solidaridad
pasiva debemos comprender que esta consta de dos principales momentos. Primero la relación
entre los codeudores y el acreedor y segundo la relación entre los deudores una vez que la
obligación se ha terminado.

Efectos entre los deudores y el acreedor.

Derecho del acreedor para demandar la totalidad del crédito a cualquiera de los deudores o bien
simultáneamente a todos los obligados.

La obligación se extingue en momento en que cualquiera de los deudores pague la prestación.

La novación y compensación extinguen la obligación de todos los deudores.

En el supuesto de que el acreedor demande el pago ante el órgano jurisdiccional correspondiente


este deberá responder a menos de que resultara insolvente.

Si se presentara el caso de pagos parciales por cualquiera de los deudores el acreedor debe
descontarlos del total de la prestación.

En caso de que se acordase cambios a los elementos principales de la obligación, estos aplican por
igual a todos los deudores.

Los intereses generados por la mora afectan por igual a la totalidad de deudores.

Efectos en la relación entre deudores una vez extinguida la obligación

La prescripción se interrumpe por igual para todos lo codeudores.

En caso de controversia la resolución judicial afecta de la misma manera a todos los deudores.

En el momento en que una obligación solidaria pasiva es sanada por el deudor se da un fenómeno
de mutación. Este fenómeno consiste primero en la transformación de una obligación solidaria a
una mancomunada y segundo el deudor pierde su personalidad de deudor para convertirse en un
nuevo acreedor respecto a lo demás deudores. Estas dos etapas de transformación serán
explicadas a continuación.

Cuando uno de los deudores solidarios ejecuta el pago este pierde su personalidad de deudor,
pues la obligación ha sido sanada. Sin embargo al ser el pagador de la totalidad de la prestación
nace una nueva obligación respecto a los demás deudores.

La nueva obligación resultante de este fenómeno no es más que una obligación mancomunada
pasiva pues los demás deudores conservan su personalidad de deudores mientras que este es su
nuevo acreedor. Hay que recordar que en esta modalidad de las obligaciones el deudor se obliga
con el acreedor por la parte proporcional de la prestación.

Solidaridad Mixta.

Esta modalidad de la solidaridad es poco estudiada por la doctrina actual, sin embargo
consideremos de gran importancia hacer el estudio correspondiente dentro de este trabajo.

La solidaridad mixta tiene lugar cuando coexiste pluralidad de sujetos dentro de los acreedores y
de los deudores. Por lo que puede afirmar de manera certera que tanto las características de la
solidaridad pasiva y activa concurren en esta.

De esta coexistencia de características nace la razón de porqué las leyes que rigen a la solidaridad
activa y pasiva son también aplicables para la solidaridad mixta.

Elementos Principales:

Pluralidad de acreedores.

Pluralidad de deudores.

Cualquier acreedor puede exigir el pago de la deuda a cualquier deudor.

Cualquiera de los deudores puede hacer el pago a cualquiera de los acreedores.

En el supuesto de que un deudor sane la obligación todos los deudores quedan liberados.

Las modificaciones creadas a la obligación por cualquiera de los acreedores con cualquiera de los
deudores afectan a todos los sujetos.
El acreedor responde por afectaciones ante todos los demás acreedores.

El acreedor que reciba el pago se obliga mancomunadamente con todos los demás acreedores.

En el supuesto de que un deudor pagara la deuda todos los demás deudores se obligan
mancomunadamente con él.

Conclusiones.

Las obligaciones solidarias son aquéllas en que concurren varios acreedores o varios deudores o
varios acreedores y varios deudores, de manera que cada acreedor pueda pedir y cada deudor
deba prestar íntegramente las cosas objeto de la obligación. La obligación solidaria es una relación
obligatoria unitaria comprensiva del acreedor y de todos los deudores solidarios, que encierra en
sí una pluralidad de créditos

Las obligaciones solidarias podemos referir que su origen se remonta ala época de Justiniano
quién opto por transformar los casos clásicos de las obligaciones cumulativas por solidarias.

La solidaridad como modalidad de las obligaciones, tal cual, como hoy la conocemos no proviene
de las obligaciones in solidum como tanto se a planteado, sino que provienen de una fuente
completamente distinta, de las obligaciones correales.

En el derecho romano las Obligación in solidum se daban en el supuesto de que varias personas
hubiesen causado juntas un daño, sin que resulte posible distinguir en es perjuicio la parte de unas
y otras, cada una, por haber causado así la totalidad del daño, debe repararlo enteramente.

La solidaridad activa se da bajo el supuesto de que el crédito corresponde íntegramente a todos y


a cada uno de los acreedores, y cualquiera de ellos puede reclamar y recibir la prestación total; y si
el deudor paga a uno de ellos, queda liberado respecto de los demás.

La figura de la solidad activa es poco utilizada en nuestros días principalmente por la existencia de
grandes riesgos para el acreedor. Los riesgos que se derivan de esta figura no solo son ante los
deudores, ya que el acreedor queda a merced de los coacreedores, quienes posiblemente reciban
el pago por la totalidad de la prestación.
En el momento en que uno de los coacreedores recibe el pago de la prestación la obligación muta
convirtiéndose en deudor de una obligación mancomunada, obligándose ante los demás
acreedores.

La solidaridad pasiva se constituye cuando “cada deudor se obliga por sí a cumplir la prestación, de
modo que el acreedor puede exigir la prestación íntegra (solidum) de cualquiera de ellos; y
cumplida por uno de los deudores, los demás quedan liberados frente al acreedor.

Bajo lo existencia de la solidaridad pasiva el objeto debido por todos codeudores es el mismo, por
lo que puede ser exigido por el acreedor a cualquiera de los deudores. El pago de uno de los
deudores al acreedor sana la obligación sin embargo los demás deudores permanecen obligados
por la parte proporcional de la deuda con aquel que haya pagado.

En el momento que uno de los codeudores sana la obligación por medio del pago la obligación se
transforma en una obligación mancomunada colocándolo como acreedor de los demás deudores.

La solidaridad mixta nace cuando existen simultáneamente varios acreedores y varios deudores se
suele hablar de solidaridad mixta; pero estos supuestos son poco frecuentes. De otra parte la
problemática planteada por la solidaridad mixta se deduce del entrecruzamiento y combinación de
las reglas legales previstas para la solidaridad activa y pasiva

Derecho Romano

Sin duda alguna el tema más importante dentro del derecho romano es el tema referente a las
obligaciones, de ahí se desprende la gran importancia de esta materia dentro del estudio del
derecho. Pues bien se ha dicho por diferentes autores a lo largo de la evolución de esta ciencia
que las obligaciones son la base del derecho.

Obligaciones Mancomunadas Divisibles

Pluralidad de acreedores

Cuando exista mancomunidad de acreedores la prestación se fragmenta en varios créditos


independientes que recaen sobre una parte de la misma. Naturalmente, esto sólo suele suceder
cuando la obligación sea divisible. El derecho romano presume iuris tantum (admite prueba en
contrario) dos cosas distintas. En primer lugar, que la obligación mancomunada en principio no es
divisible. En segundo lugar, que la división entre los acreedores debe hacerse por partes iguales.
Cada crédito es independiente de los demás, por lo que la conducta de un acreedor concreto no
puede beneficiar ni perjudicar a los demás. Los acreedores tienen legitimación individual para
reclamar su crédito, tanto judicial como extrajudicialmente, y además poseen la plena disposición
sobre él.

Pluralidad de deudores

La obligación se divide en tantas deudas como deudores haya. Como ya señalábamos en el caso de
mancomunidad de acreedores, se presume iuris tantum ya que la obligación es divisible, y,
además, que la división lo es en partes iguales. Cada deuda es independiente de las demás, de
modo que el acreedor debe exigir el cobro a todos los deudores para obtener la prestación
íntegramente. Las vicisitudes de cada deuda en nada afectan al resto: así, por ejemplo, la
insolvencia de uno de los deudores; de igual modo, los actos de disposición hechos por el acreedor
sólo afectan a cada una de las deudas individuales sobre las que dichos actos recaen (el acreedor
podrá por ejemplo condonar a un deudor pero exigir el pago a otro).

Existe la posibilidad de que haya simultáneamente una situación de mancomunidad de


obligaciones divisibles que ligue a una pluralidad de deudores con una pluralidad de acreedores.
En este caso, cada deudor deberá pagar la parte que le corresponda en la deuda a los distintos
acreedores en la proporción que dichos acreedores tengan en el total del crédito. Imaginemos, por
ejemplo, que hay tres deudores y dos acreedores, todos ellos por partes iguales, en una obligación
pecuniaria (que naturalmente es divisible) por un importe total de 120 ases. Cada deudor debe
individualmente 40 ases, y cada acreedor puede exigir únicamente la mitad de esos 40 ases (20
ases) a cada uno de los deudores individualmente considerados.

Se plantea un problema cuando existe una pluralidad de sujetos, porque todos han de actuar
conjuntamente, si es una obligación indivisible; cuando es divisible, cada cual podrá exigir o se le
podrá exigir una parte. En el Derecho Romano antiguo se consideró que se producía
automáticamente la solidaridad cuando el objeto o prestación fuera indivisible y existiera una
pluralidad de sujetos. Después se advirtió que esto no era necesario ya que lo que cuenta en
último término es la voluntad de las partes, y si esta fuera contraria a la solidaridad de la
obligación se debía considerar como parciaria.
La indivisibilidad da lugar a que cuando existe una pluralidad de sujetos obligados, estén todos
ellos obligados a colaborar en la ejecución de la prestación. Pero si se hace imposible por parte de
uno de los deudores, los demás no responderán por ello y se producirá una obligación parciaria de
indemnización proporcional al valor de la prestación.

Habiendo varios acreedores y siendo la obligación indivisible, sólo perjudicarán los derechos de
estos los actos en los que intervengan todos ellos, es decir, un acreedor no puede extinguir la
obligación por su cuenta.

DIFERERNCIASOBLIGACIONES MANCOMUNADAS Y OBLIGACIONES SOLIDARIAS

Lo normal es que en una relación obligatoria el acreedor sea una sola persona y el deudor sea una
sola persona. Pero cuando hay pluralidad de sujetos, estos pueden organizarse de 2 maneras:

OBLIGACIONES MANCOMUNADAS

Cada uno de los acreedores sólo puede exigir o reclamar del deudor la parte que le corresponde
en el crédito (mancomunidad activa) - Cada uno de los deudores sólo está obligado a cumplir la
parte de la deuda que le corresponde. Si uno de ellos es insolvente, los demás son estarán
obligados a suplir su falta (mancomunidad pasiva)

OBLIGACIONES SOLIDARIAS

Cualquiera de los acreedores podrá reclamar del deudor (o de cualquiera de los deudores, en su
caso) la íntegra prestación objeto de la obligación. (Solidaridad activa) Seguidamente, el acreedor
que haya recibido la prestación, deberá hacer partícipes de dicho cobro a los restantes acreedores
- En caso de pluralidad de deudores, todos y cada uno de ellos quedan obligado s a cumplir
íntegramente la obligación cuando el acreedor (o alguno de los acreedores) le compela a ello. Si
uno de ellos es insolvente, los demás codeudores deberán suplirlo, a prorrata de la deuda de cada
uno (Solidaridad pasiva) El deudor que haya cumplido con la prestación tendrá derecho a que los
restantes deudores solidarios le abonen la parte correspondiente, con los intereses del anticipo;
Acción de regreso.

Diferencias entre las obligaciones solidarias y las Indivisibles

Obligaciones divisibles, Obligaciones indivisibles


Pluralidad de sujetos, bien varios acreedores, bien varios deudores, o ambos a la vez. También se
pueden establecer entre un único deudor y un único acreedor. Prestaciones La prestación debía
ser posible, lícita, determinada, patrimonial y única.

Causa La Relación Jurídica entre los acreedores y los deudores se establece a partir de una causa
única. Coinciden en el origen de la vinculación a través del contrato o la Ley. Aunque las solidarias
también contemplan el testamento como fuente de solidaridad.

Clases Hablamos de mancomunidad o solidaridad:

1. Activa. Si hay varios acreedores y un deudor.

2. Pasiva. Si hay varios deudores y un acreedor.

3. Mixta. Existen varios deudores y acreedores al mismo tiempo.

Diferencias entre las Obligaciones, indivisibles Obligaciones, solidarias

Herencia La indivisibilidad si se transmite a los herederos.

La solidaridad no se transmite a los herederos.

Extinción de la cosa debida por culpa de un deudor

La obligación pasa a considerarse divisible, la solidaridad persiste.

Fuente

La indivisibilidad resulta de la naturaleza propia del objeto prestado o por la voluntad de las
partes. El origen de la solidaridad reside en un contrato, la Ley o un testamento.

Exigibilidad

Cada acreedor exige la cuota de crédito que le corresponde. Cada deudor exige la obligación por
entero.

Pago
Cada deudor cumple la obligación correspondiente a su cuota de deuda. Cada uno de los
deudores cumple la deuda por entero.

Colaboración

Los deudores pueden llegar a entenderse y colaborar para cumplir la obligación conjuntamente
(lo mismo ocurre con los acreedores al exigirla). Cada deudor cumple la deuda por entero, sin
existir colaboración entre ellas para saldar la deuda (lo misma ocurre en cuanto a la exigibilidad y a
los acreedores.

Obligaciones a término

EL TÉRMINO

Concepto

El término es un acontecimiento futuro y cierto del cual depende el cumplimiento o la extinción de


una obligación. La característica fundamental del término es su certidumbre, en el sentido de que
la circunstancia que lo constituye ocurrirá con toda certeza, aun cuando no se tenga seguridad
alguna en cuanto al momento en que realmente ocurra.

OBLIGACIONES A TERMINO

Se tratan de un plazo establecido para el cumplimiento de estas, y no podrán exigirse antes de


ese día cierto y determinado, si bien puede anticiparse el vencimiento de la obligación, por
renuncia al plazo por el beneficiario del mismo, por convenio de las parte o por presentarse
determinadas circunstancias. El término ha de ser necesariamente un día cierto, esto es, un día
que ha de venir aunque se ignore cuando, puesto que si la indeterminación estriba en si ha o no
de llegar el día se trata de una obligación condicionada.

El plazo o término puede ser fijado por las partes, por un tercero por la ley o la autoridad judicial.

En las obligaciones a plazo, según lo indica nuestro Código Civil Venezolano, no podrá el deudor
repetir lo que anticipadamente pagó, sin embargo, el propio artículo da una solución distinta para
el supuesto de error en el pago, en este caso el deudor que no conociere la existencia del término
o estaba equivocado, en cuanto a su duración, tendrá derecho a reclamar del acreedor los
intereses o los frutos que este hubiese percibido de la cosa.

Obligaciones a Término: es aquella para cuyo cumplimiento se ha señalado un día cierto. Por lo
tanto es el acontecimiento futuro de realización cierta del cual depende la existencia (nacimiento)
o la extinción de una obligación. Artículos 1211 al 1215 del Código Civil Venezolano.

En las obligaciones a término no hay una suspensión en la obligación, se sabe que hay que
cumplirla con señalamiento del día o época de su ejecución o extinción según lo establecido en el
artículo 1211 del CCV. Por ejemplo: compro hoy y pagare el día 5. Esto se conoce como acordar o
estipular una obligación a término o a plazo. En estas obligaciones, la obligación existe y es firme,
lo único que pasa es que el día de su cumplimiento, o si esta ya cumpliéndose, el día de
terminación de dicho cumplimiento, se fijó para una fecha futura.

Clase de término

Según afecte el cumplimiento o la extinción de la obligación: término suspensivo y término


extintivo.

Término suspensivo. Es aquel acontecimiento futuro y cierto del cual depende la exigibilidad de
una obligación. Este término suspende el cumplimiento de la obligación hasta que se realiza: por
ejemplo, pagaré diez mil bolívares el día 19 de agosto. La exigibilidad de dicha suma sólo es
factible el día 19 de agosto, pero no antes.

Término extintivo. Es aquel acontecimiento futuro y cierto del cual depende la extinción de una
obligación. Este término al ocurrir extingue la obligación. Ejemplo: pagaré quinientos bolívares
mensuales hasta el día 30 de noviembre. Al verificarse el término, cuando transcurre el día 30 de
noviembre, la obligación se extingue; pero sin efecto retroactivo, la extinción sólo afecta las
prestaciones futuras.

En cuanto a la certeza del término: término cierto y término incierto.

A.-Término cierto. Es aquel acontecimiento que se sabe su ocurrencia y cuándo va a ocurrir. Los
romanos lo denominaban dies certus an certus quando. El caso típico es la fecha del calendario:
por ejemplo, pagaré diez mil bolívares el día 31 de mayo.
B.-Término incierto. Es aquel acontecimiento que positivamente se sabe que va a ocurrir pero no
se sabe cuándo; por ejemplo: la muerte de una persona. La doctrina critica la denominación
calificándola de confusa y contradictoria, pues el término es siempre cierto y en el ejemplo
propuesto la incertidumbre no comprende la realización del hecho sino sólo la época en que
ocurrirá.

En otras situaciones, ya previstas por los romanos, si se sabe cuándo un acontecimiento puede
producirse pero no si se produce (dies incertus an certus quando), como, por ejemplo, cuando
Pedro cumpla 21 años, la doctrina manifiesta que se está en presencia de una condición y no de un
término, aun cuando otros opinan que puede ser término si las partes no han exigido como
cuestión esencial la supervivencia de la persona.

Por su origen, el término puede ser: convencional, legal o judicial.

El término convencional es el establecido por las partes, que son libres de fijar tal modalidad, pero
existen casos en los cuales la ley prohíbe el establecimiento de términos a las partes por razones
de orden público, o regula y limita el término; tal ocurre, por ejemplo, con el artículo 231 del
Código Civil: “La declaratoria de legitimación no podrá hacerse bajo condición o a término”. En
materia sucesoral el artículo 916 dispone: “Se tiene por no puesto en una disposición a título
universal, el día desde el cual deba la misma comenzar o cesar”. También la prohibición en
determinados contratos, tales como el usufructo, que “puede constituirse sobre bienes muebles o
inmuebles, por tiempo fijo pero no a perpetuidad”. El usufructo establecido sin plazo “se entiende
constituido por toda la vida del usufructuario”. “El usufructo establecido en favor de
Municipalidades u otras personas jurídicas, no podrá exceder de treinta años”.

En materia de arrendamiento: “Los inmuebles no pueden arrendarse por más de quince años. Los
arrendamientos celebrados por más de aquel tiempo se limitan a los quince años. Toda
estipulación contraria es de ningún efecto. Si se trata de una casa para habitarla, puede estipularse
que dure hasta por toda la vida del arrendatario. Los arrendamientos de terrenos completamente
incultos, bajo la condición de desmontarlos y cultivarlos, pueden extenderse hasta cincuenta
años”. En materia de retracto (art. 1535): “El derecho de retracto no puede estipularse por un
plazo que exceda de cinco años. Cuando se haya estipulado por un tiempo más largo se reducirá a
este plazo”. Las disposiciones de este artículo no impiden que puedan estipularse nuevas
prórrogas para ejercer el derecho de rescate, aunque el plazo fijado y esas prórrogas lleguen a
exceder de cinco años”.

En materia de anticresis (art. 1862, primer párrafo): “La anticresis no puede ser estipulada por un
tiempo mayor de quince años. En el caso de que el contrato no establezca ningún término, o
establezca uno mayor de quince años, la anticresis concluirá al vencimiento del décimo quinto”.

Término legal es aquel establecido por la ley. En algunos casos el término legal puede ser alterado
por la voluntad de las partes. En otros casos el término legal obedece a normas imperativas que no
son susceptibles de alteración por los particulares.- Término judicial. Es el que impone el juez, a
falta del estipulado por las partes.

Caducidad del término

Existen situaciones en las cuales el legislador, en protección de los derechos del acreedor, hace
cesar los beneficios que el término pueda producir a favor del deudor. Ello ocurre:

1º-En los casos en que el deudor se hace insolvente.

2º-Cuando por acto propio disminuye las seguridades al acreedor para el cumplimiento de la
obligación, o no le hubiere cumplido las garantías prometidas.

El artículo 1215 del Código Civil expone al respecto:

“Si el deudor se ha hecho insolvente, o por actos propios hubiere disminuido las seguridades
otorgadas al acreedor para el cumplimiento de la obligación, o no le hubiere dado las garantías
prometidas, no puede reclamar el beneficio del término o plazo”.

EFECTOS DEL TÉRMINO

En principio, el término está establecido en favor del deudor, pues al afectar la exigibilidad de la
obligación, el legislador supone en buena lógica que el primer interesado en su vigencia sea el
deudor. Sin embargo, el término puede establecerse a favor del acreedor o de ambas partes. Así lo
dispone el artículo 1214 del Código Civil: “Siempre que en los contratos se estipula un término o
plazo, se presume establecido en beneficio del deudor, a no ser que del contrato mismo o de otras
circunstancias, resultare haberse puesto en favor del acreedor, o de las dos partes”.
Efectos del término suspensivo

La doctrina divide sus efectos en dos etapas:

A. Efectos antes de cumplirse el término.

B. Efectos después de cumplirse el término.

A.-Efectos antes de cumplirse el término.

La obligación está suspendida en cuanto a su ejecución. El cumplimiento de la obligación no es


exigible, pero la obligación sí existe desde el primer momento. Como consecuencia tenemos:

a) El acreedor puede solicitar el reconocimiento de su derecho en caso de negativa del deudor.

b) El deudor puede liberarse pagando su obligación. En tal caso se entiende que el deudor
renuncia al beneficio del término, que en principio se reputa establecido en su interés. Si el pago
se efectúa, el deudor no puede repetir lo pagado, por cuanto él ha pagado una obligación que
existía (art. 1213, primer párrafo, del Código Civil): “Lo que se debe en un término fijo no puede
exigirse antes del vencimiento del término; pero no se puede repetir lo que se ha pagado
anticipadamente, aunque el deudor ignorase la existencia del plazo. Sin embargo, si el deudor
pagó ignorando el término, tiene el derecho de reclamar, en la medida de su perjuicio, el
enriquecimiento que su pago anticipado haya procurado al acreedor”.

Existen situaciones en las que por expresa disposición legal el pago anticipado no libera al deudor;
ello ocurre:

a’) El deudor no se libera ni puede pagar antes, si el término es establecido en beneficio del
acreedor, porque en este caso al acreedor no se le puede obligar a aceptar el pago sino después
del cumplimiento del término.

b’) Cuando el deudor es insolvente y el acreedor quirografario recibe de dicho deudor el pago de
acreencias aún no vencidas. El acreedor debe restituir a la masa lo recibido.

c’) En materia de cesión de bienes los pagos de plazos no vencidos hechos por el deudor después
de la introducción de la cesión o en los veinte días precedentes a ella (art. 1940).
d’) En materia de riesgos, si la cosa es un cuerpo cierto y perece o se deteriora antes del
vencimiento del término, el acreedor soporta su pérdida o deterioro.

e’) La prescripción no corre respecto a las obligaciones sometidas a término, pues se fundamenta
en la negligencia del acreedor a cobrar el crédito y tal negligencia no se le puede exigir al acreedor
de una obligación bajo término suspensivo, quien no puede cobrar su crédito. Ello explica lo
dispuesto por el artículo 1965 del Código Civil, el cual establece que la prescripción no corre
respecto de las acciones cuyo ejercicio esté suspendido por un plazo, mientras no haya expirado
tal plazo (ordinal 49).

B.-Efectos después de cumplido el término.

Cumplido el término, la obligación se convierte en pura y simple, siendo plenamente exigible,


aplicándose los principios generales conocidos.

Efectos del término extintivo. Deben distinguirse dos momentos:

A.-Antes de su cumplimiento. B.-Después de su cumplimiento.

A.-Antes de su cumplimiento. La obligación es pura y simple, siendo exigible plenamente y


produciendo sus efectos normales.

B.-Después de su cumplimiento. La obligación se extingue no pudiendo exigírsele al deudor el


cumplimiento de prestaciones posteriores al vencimiento del término.

CADUCIDAD DEL TÉRMINO Existen situaciones en las cuales el legislador, en protección de los
derechos del acreedor, hace cesar los beneficios que el término pueda producir a favor del
deudor. Ello ocurre:

1º-En los casos en que el deudor se hace insolvente.

2º-Cuando por acto propio disminuye las seguridades al acreedor para el cumplimiento de la
obligación, o no le hubiere cumplido las garantías prometidas.

El artículo 1215 del Código Civil expone al respecto:


“Si el deudor se ha hecho insolvente, o por actos propios hubiere disminuido las seguridades
otorgadas al acreedor para el cumplimiento de la obligación, o no le hubiere dado las garantías
prometidas, no puede reclamar el beneficio del término o plazo”.

DIFERENCIAS ENTRE EL TÉRMINO Y LA CONDICIÓN

A.-Diferencia general.

Entre el término y la condición existe una diferencia fundamental: mientras la condición está
constituida por un acontecimiento futuro e incierto, el término radica en un acontecimiento futuro
pero cierto.

La doctrina señala otras diferencias según el respectivo carácter de las modalidades; así tenemos
que distingue entre el término y la condición suspensiva, y entre el término extintivo y la condición
resolutoria

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

derechocivilgma.3 (2012) Obligaciones conjuntas y mancomunadas. Documento en línea.


Disponible en: http://derechocivilugma3.blogspot. com/2012/05/blog-post.html

Savedra, L. (s/f) Derecho Romano II. Documento en línea. Disponible en:


http://derechoromanoii.tumblr.com/post/17191530520/tema-5-derecho-romano-ii

iuriscivilis (2008). Obligaciones mancomunadas y solidarias. Documento en Línea.Disponible en:


http://www.iuriscivilis.com/2008/11/las-obligaciones-mancomunadas-y.html

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